Spanish PM Pedro Sánchez's Speech at Ibero-American Summit: Recovery, Justice, Climate, Study notes of Spanish

Download Spanish PM Pedro Sánchez's Speech at Ibero-American Summit: Recovery, Justice, Climate and more Study notes Spanish in PDF only on Docsity! INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE ESPAÑA EXCMO. SR. D. PEDRO SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN EN EL DEBATE GENERAL DEL SEPTUAGÉSIMO SEXTO PERÍODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS Nueva York, 22 de septiembre de 2021 (cotejar con la intervención pronunciada) STATEMENT BY THE PRESIDENT OF THE GOVERNMENT OF SPAIN H.E. MR. PEDRO SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN AT THE GENERAL DEBATE OF THE SEVENTY-SIXTH SESSION OF THE GENERAL ASSEMBLY OF THE UNITED NATIONS New York, September 22, 2021 (unofficial translation, check against delivery) 2 Señor Presidente, Señor Secretario General, Señoras y Señores Jefes de Estado y de Gobierno, Embajadores y Embajadoras, Delegadas y Delegados. El pasado domingo 19 de septiembre, a las 15.12 horas, un volcán de la isla española de La Palma, en Canarias, entró en erupción. Desde entonces, toda España permanece atenta a lo que allí sucede. Nuestro Gobierno está volcado con sus habitantes, que ven cómo la lava se lleva viviendas, terrenos agrarios, fincas, tierras fértiles y una enorme memoria emocional cuyo valor nadie puede medir. Llego a esta Asamblea directamente de la isla, impresionado por cómo la naturaleza, una vez más, nos recuerda la medida de nuestra fragilidad. Pero también de nuestra fortaleza. Gracias a la ciencia, hemos podido anticipar la respuesta. Y gracias a la acción eficaz y coordinada de nuestros servicios de emergencia y del Estado, hemos garantizado la seguridad de todos los ciudadanos y ciudadanas, y no permitiremos que nadie quede desamparado tras esta catástrofe natural. Durante el último año y medio, hemos creído que el mundo entero se unía en torno a estas mismas realidades: por un lado, nuestra fragilidad ante un virus que no entendía de fronteras, ideologías o condición social; por el otro, un espíritu de unidad y de confianza en la ciencia que nos ha llevado, entre otras cosas, a conseguir vacunas efectivas contra la COVID-19 en un plazo asombroso. Pero lo cierto es que, a pesar de las apariencias, el virus también respetaba las desigualdades. Las regiones más pobres no tenían infraestructuras sanitarias para contener la enfermedad ni recursos para levantar un escudo social que protegiera a sus ciudadanos de la crisis económica. La pandemia nos enseñó que todos somos frágiles, pero nos recordó también que en el mundo perviven desigualdades intolerables que se agravan en las crisis globales. Hoy, por ejemplo, mi país se asoma lleno de esperanza a un tiempo nuevo de recuperación y transformación. Lo hace de la mano de una exitosa campaña de vacunación, que nos ha permitido superar el 75% de la población con la pauta completa. Una cifra que contrasta amargamente con la de naciones donde el porcentaje de protección apenas alcanza el 1% de la población. Es el caso de un país que está hoy en el centro de todas las miradas; me refiero, obviamente, a Afganistán. El pasado 21 de agosto de 2021 visité, junto al Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y a la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a los primeros afganos que, procedentes de Kabul, llegaban a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, a las afueras de Madrid. Puedo asegurarles que recordaré siempre los rostros de aquellas mujeres y hombres, niñas y niños, víctimas actuales de estrategias y conflictos geopolíticos del pasado; de la ignorancia y el desprecio entre naciones; del terror asociado al fanatismo y al extremismo; de la carencia de un estado fuerte que alimente una sociedad libre; víctimas de un modelo de desarrollo injusto e insostenible, y de las emergencias climáticas y sanitarias que actualmente vivimos. 5 Deseamos garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, en España y en el mundo, y por eso mi país anunció recientemente una nueva contribución de 20 millones de euros para la Global Partnership for Education. Deseamos luchar contra la pobreza y la exclusión en todas sus formas, en España y en el mundo, reformando nuestro modelo de desarrollo a fin de hacerlo más sostenible. Por eso celebramos el acuerdo histórico en materia de tributación internacional alcanzado a primeros de julio. Y hago desde aquí un llamamiento a todos los países para unirse al acuerdo y hacer posible cuanto antes su implementación. Deseamos que las instituciones financieras internacionales puedan brindar el apoyo financiero y técnico que necesitan muchas economías en desarrollo y emergentes en este preciso momento. Por eso, aplaudimos logros importantes como la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda y el Marco Común para el Tratamiento de la Deuda del G20, o la nueva asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional. España defiende que el Marco común del G20 también pueda beneficiar a países de renta media con problemas de liquidez, además, obviamente, de a los países de renta baja más vulnerables. Además, apoyamos la creación de una herramienta, en el marco del Fondo Monetario Internacional, que permita la cesión de Derechos Especiales de Giro desde los países avanzados a los países vulnerables, sin tener en cuenta su nivel de renta, para que puedan financiar las reformas necesarias para su recuperación sostenible y combatir el cambio climático, la pobreza y la desigualdad. España está dispuesta a contribuir en su justa medida a este instrumento, una vez se apruebe. Ahora debemos asegurar que las iniciativas en curso tengan el mayor impacto en el menor tiempo posible. Quiero decirlo con toda rotundidad: la Agenda 2030 sigue siendo nuestra guía en la ruta hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La pandemia ha supuesto un duro golpe a las expectativas, pero también ha servido para reforzar la convicción de que, hoy más que nunca, se trata de una meta irrenunciable y necesaria. 3) Emergencia climática Señor Presidente, Me he referido a la superación de la pandemia y a la recuperación socioeconómica. Pero, sin duda alguna, la emergencia climática es la gran crisis de nuestra era. Ya no hay espacio para el negacionismo. Es una realidad que se evidencia de forma diaria y crecientemente catastrófica: con grandes incendios, sequías crónicas, inundaciones y fenómenos atmosféricos insólitos que merman nuestros recursos, alteran dramáticamente nuestro modo de vida y ocasionan una pérdida irreparable de biodiversidad. 6 De nuevo, hablamos de un problema común, con causas comunes que deben tener respuestas compartidas desde el más alto nivel de multilateralidad. En este sentido, puedo decir con satisfacción que España y la Unión Europea lideran con el ejemplo, siendo el bloque con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional más ambiciosas. Uno de los principales desafíos de la COP26 es aumentar la ambición en materia de financiación climática y, en particular, en el ámbito de la adaptación. Debemos cumplir con los compromisos adquiridos sobre la base del Acuerdo de París y elevar de manera significativa los compromisos a futuro. España contribuirá a este objetivo destinando 30 Millones de euros al Fondo de Adaptación en 2022, y trabajaremos por que la COP26 de Glasgow sea un éxito. El momento de actuar es ahora. No podemos esperar. Es también el momento de acordar un nuevo marco mundial para la protección de la biodiversidad más allá de los objetivos establecidos para 2020. Quiero recordar al respecto que este año se cumple el 30 aniversario del Protocolo de Madrid al Tratado Antártico de Protección al Medio Ambiente, que supuso un gran paso adelante para proteger el medio ambiente antártico y los ecosistemas dependientes. El 4 de octubre tendrá lugar en Madrid una conferencia internacional para analizar los logros de estos 30 años y reflexionar sobre los desafíos futuros. España ha hecho de la crisis climática una prioridad absoluta de su acción de Gobierno. Un 40% de las inversiones previstas en nuestro Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia estará destinado a la transición ecológica. Para 2030, el 74% de la electricidad que generemos y el 42% del total de energía que consumamos vendrá de fuentes renovables. Y acabamos de aprobar una ambiciosa Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Solamente el empuje decidido de los Estados podrá conseguir avances decisivos. Pero no debemos olvidar que se trata de poner a las personas en el centro de nuestras decisiones, evitando la cuenta de ganadores y perdedores. Porque la transición ecológica exige cambios radicales que tienen un impacto muy directo en las personas, en sus empleos y en el consumo. Por eso, de la misma forma que lideramos un proyecto de Recuperación Justa para superar la crisis económica, apostamos por una Transición Justa. Y lo hacemos absolutamente convencidos de que es la forma más eficaz de alcanzar nuevas cotas de progreso y bienestar. Quiero poner un ejemplo muy claro: el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima de España prevé que nuestras políticas de transición ecológica crearán entre 250.000 y 350.000 empleos netos anuales. De nuevo, lo que es justo para todos termina siendo siempre beneficioso para todos. 4) Retos regionales y compromiso con el multilateralismo 7 Sr. Presidente, La respuesta que demos a estos tres factores —pandemia, crisis económica y emergencia climática— determinará sin duda el escenario de la política internacional en el corto y medio plazo. Un escenario en el que España mantiene activa su presencia y sus compromisos. 1) En primer lugar, con América Latina y el Caribe, con quienes como saben mantenemos vínculos muy estrechos. Este año, nuestro sistema de Cumbres Iberoamericanas cumple su 30 aniversario, y lo hace desde el desafío mayúsculo que ha supuesto la pandemia en la región, y con el telón de fondo del drama de cientos de miles de desplazados internos, que pone al límite los sistemas de apoyo social de varios de sus países. Una situación para la que España defiende un enfoque integral que enfrente las causas y no únicamente las consecuencias. Queremos seguir siendo el principal agente que refuerce los vínculos entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe, pues estamos convencidos de que ello redundará en estabilidad y prosperidad compartida a ambos lados de la relación. 2) En segundo lugar, el Mediterráneo, con cuyos países ribereños compartimos un destino que debe ser el de las oportunidades, la prosperidad, la integración regional y la inclusión social. Ello pasa por asegurar la paz y la estabilidad y resolver los conflictos existentes. Es necesario alcanzar una solución política, justa, duradera y mutuamente aceptable sobre el Sahara Occidental, tal como establecen las resoluciones del Consejo de Seguridad. España sigue defendiendo la centralidad de las Naciones Unidas y apoyamos los esfuerzos del Secretario General. Este año se han dado pasos importantes para el proceso de estabilización en Libia, un proceso que debe seguir liderado por los propios libios y que España apoya plenamente. La celebración de elecciones a finales de año debe ser el objetivo. 3) En tercer lugar, quiero resaltar que España tiene una nueva política para África, un continente con un enorme potencial. Queremos acompañar a los africanos en su propia búsqueda de la prosperidad y del progreso, desde el firme convencimiento de que su progreso será también el nuestro. Mi país está comprometido con los esfuerzos para que la seguridad y la paz vuelvan a las poblaciones del Sahel. La estabilidad en esta región es esencial para preservar la seguridad de nuestros ciudadanos, a un lado y al otro del Mediterráneo. 4) En cuarto lugar, tampoco nos olvidamos de los conflictos que llevan tanto tiempo enquistados. Este otoño se cumplen 30 años de la Conferencia de Paz de Madrid, que reunió por primera vez a las naciones árabes con Israel, dando inicio a las negociaciones de paz que desembocaron en los Acuerdos de Oslo. Es necesario que se retomen las conversaciones de paz y avanzar en la solución de los dos Estados. 10 el modelo democrático es el único que garantiza la defensa y protección de los derechos humanos y de las libertades individuales, y que seguirá siendo el faro y guía de nuestra actuación. Seguiremos defendiendo que toda sociedad humana, en cualquier lugar de este planeta, pueda vivir según los principios básicos de libertad, dignidad, justicia social y participación, respetando las leyes acordadas, la voluntad de las mayorías y los derechos de las minorías. Respetando un código que está por encima de cualquier otra naturaleza o identidad: el de los Derechos Humanos. Porque la lucha por la democracia no solo nos remite a Afganistán. Afecta a los cinco continentes, y se libra también en los países más desarrollados del mundo. Es una lucha diaria contra quienes quieren imponer la desigualdad, beneficiando a unos pocos; quienes buscan excluir o culpar a las minorías más vulnerables; quienes llaman al odio por razones de origen, sexo o creencia; quienes apelan a muros y fronteras para impedir el avance de las ideas de igualdad y libertad, de fraternidad. Sin duda, la democracia está amenazada. Seamos conscientes de ello. No es un don que se nos haya concedido, sino una larga y esforzada conquista histórica que debemos cuidar y proteger. En este momento de aceleración de la historia, de profundos cambios del orden global, de nuevas formas de crecer y de habitar nuestro mundo, pido que elevemos la apuesta por la democracia. Por ese proyecto común que millones de seres humanos comparten y que sigue siendo el que nos acoge a todos por igual. No hay ninguna razón racial, cultural, histórica o antropológica que justifique la mutilación de la libertad. Por eso el único camino es la democracia. No cabe duda de que la democracia es el sistema más eficaz para mejorar la vida de la gente, para aumentar su prosperidad, para crear oportunidades. Pero la democracia, además, no necesita explicaciones ni coartadas. Por eso me van a permitir que concluya citando a un gran político socialista español de la primera mitad del siglo pasado, Fernando de los Ríos. Cuando le preguntaron “¿Libertad para qué?”, él respondió simplemente: “Libertad para ser libres”. Muchas gracias. 11 Mister President, Mister Secretary-General, ladies and gentlemen, Heads of State and Government, ambassadors, and delegates. Last Sunday, September 19, at 3:12 p.m., a volcano erupted on the Spanish island of La Palma, in the Canary Islands. Since then, all of Spain is closely following developments in the island. Our Government is devoted to its inhabitants, who see how the lava erases homes, agricultural lands, farms, fertile lands and an enormous emotional memory whose value no one can measure. I come to this Assembly directly from the island, impressed by how nature, once again, reminds us of our fragility. But also of our strength. Thanks to science, we have been able to anticipate the answer. And thanks to the effective and coordinated action of our State and emergency services, we have guaranteed the safety of all citizens, and we will not allow anyone to be left helpless after this natural catastrophe. During the last year and a half, we believed that the whole world was united around these same realities: on the one hand, our fragility in the face of a virus that does not respect borders, ideologies or social condition; on the other, a spirit of unity and confidence in science that has led us, among other things, to develop effective vaccines against COVID-19 in an astonishingly short time frame. But the truth is that, in spite of appearances, the coronavirus also reinforced inequalities. The poorest regions lacked the health infrastructure necessary to stop the spread of the disease, as well as the resources to create a social safety net to protect their citizens from an economic crisis. The pandemic taught us that we are all fragile, but it also reminded us that intolerable inequalities persist in this world, which are exacerbated by global crises. Today, for example, my country is filled with hope, as we embark on a new period of recovery and transformation. We are doing this hand-in-hand with a successful vaccination campaign, which has now enabled 75% of our population to be fully vaccinated. This amount is in bitter contrast with countries where the percentage of those protected against COVID-19 barely reaches 1% of the population. This is the case of a country on which all eyes are focused today: I am referring, obviously, to Afghanistan. On August 21st of this year, together with the President of the European Council, Charles Michel, and the President of the European Commission, Ursula von der Leyen, I visited the first Afghans who, coming from Kabul, arrived at Torrejón de Ardoz Air Force Base, in the outskirts of Madrid. I can assure you that I will always remember the faces of those women, men, and children, today’s victims of geopolitical strategies and conflicts mired in the past; victims of ignorance and contempt 12 between nations; victims of the terror associated with fanaticism and extremism; victims of the lack of a strong State able to support a free society; victims of an unjust and unsustainable model of development; and, finally, victims of climate and health emergencies that we are currently experiencing. In other words: Those people were living witnesses to the greatest evils that threaten our planet. Undoubtedly, we can observe problems from afar, as something foreign and distant. But I believe that we are here to do just the opposite: We are here to provide common answers to needs and challenges common to all humanity. This is why, Mister President, I have come to this podium to call for three things:  I call for the defense of robust States, with resources able to guarantee the wellbeing of their citizens according to the values of justice, progress, and equality. We must promote a just recovery,that is capable of closing the vast gap of inequality.  I call for the defense of democracy as the sole alternative in the face of any totalitarian, exclusionary, and intolerant movement.  And I call for the defense of international cooperation and multilateralism as the only way forward to provide real solutions to the challenges that the world is facing today. These are, in my view, the three cross-cutting principles which must guide every step we take in the new times ahead of us, whose great global goals are vaccination, socioeconomic recovery, and the ecological transition. 1) Just recovery 1: Vaccination My political calling was born with a lesson my grandfather taught me and which I have never forgotten, one that is especially valuable in these times: In the long run, inequality only creates poverty, and what is fair to everyone ends up being beneficial for all. Nothing exemplifies this principle better than the dilemma the world is now facing regarding vaccination. We perceive a new divide between countries, which not only creates a sense of injustice, but which also presents a risk to global health: no one is safe until everyone is safe. Science reminds us of this time and again: Your health is our health. There are no walls or borders able to defend some from the suffering of others. This is why we must act immediately, ethically, and smartly. 15 I have previously referred to overcoming the pandemic and to socioeconomic recovery. But, without question, the climate emergency is the overriding crisis of our times. There is no room left for denial. The reality of climate change is something we witness on a daily basis, and the consequences are increasingly catastrophic. Major wildfires, chronic droughts, floods, and unprecedented weather events are diminishing our resources, dramatically changing our way of life, and causing irreversible loss of biodiversity. Once again, we are addressing a common problem with common causes that call for shared, multilateral responses at the highest level. In this regard, I am proud to say that Spain and the European Union are leading by example, and represent the bloc of countries with the most ambitious Nationally Determined Contributions. One of the main challenges of COP26 is to step up our ambition in terms of climate financing and, in particular, in terms of adaptation. We must honour the commitments adopted on the basis of the Paris Agreement and significantly raise the bar for future commitments. Spain will contribute to this goal by allocating 30 million euros to the Adaptation Fund in 2022, and we will work to ensure the success of the Glasgow COP26. The time to act is now. We can afford no delay. It is also the time for us to agree on a new world framework for the protection of biodiversity that goes beyond the goals set for 2020. In this regard, I would like to mention that this year is the 30 th anniversary of the Madrid Protocol on Environmental Protection of the Antarctic Treaty. This Protocol represented a major step forward in protecting the Antarctic environment and its dependent ecosystems. Next October 4, an international conference will be held in Madrid to analyze the achievements of these past 30 years, and to reflect on the challenges that lie ahead. Spain has made the climate crisis an absolute priority of its Government action: 40% of the investments envisaged in our Recovery, Transformation and Resilience Plan will be allocated to the ecological transition. By 2030, 74% of the electricity we generate, and 42% of the total energy we consume, will come from renewable sources. And we have just recently approved an ambitious Climate Change and Energy Transition Act. Decisive advances will only be achieved through the concerted efforts of States. But we must not forget to place people at the heart of our decision-making, to ensure that there are no winners and looser. Because ecological transition entails radical changes that will have a very direct impact on people, on their jobs, and on consumer habits. This is why we are not only leading a Just Recovery project to overcome the economic crisis. We are also committed to a just transition. This commitment stems from our absolute conviction that this is the most effective way of achieving new levels of progress and wellbeing. Allow me to offer a very clear example: Spain’s Integrated 16 National Energy and Climate Plan envisages that our ecological transition policies will create between 250,000 and 350,000 net annual jobs. Once again, what is just for all, always ends up being beneficial for all. 4) Regional challenges and commitments to multilateralism Mister President, Our response to these three factors—the pandemic, the economic crisis, and the climate emergency—will undoubtedly determine and shape short and medium term international policy. Spain will remain active and committed in this process: 1) Firstly, we are committed to Latin America and the Caribbean, a region with which we have very close ties. This year is the 30 th anniversary of the first Ibero-American Summit, an anniversary in which we must consider both the immense challenges caused by the pandemic, and the internal displacement of hundreds of thousands of people. This situation is straining the social support systems of several of the region’s countries to their limits. Spain believes that a comprehensive approach, that addresses causes, and not only consequences, is required. Spain wishes to maintain its role as the principal agent strengthening the EU’s ties with Latin America and the Caribbean, and we are convinced that doing so will bring shared stability and prosperity to both sides of the relationship. 2) Secondly, we are committed to the Mediterranean. We share a destiny a destiny that necessarily must be one of opportunities, prosperity, regional integration, and social inclusion with its coastal countries. To this end we must ensure peace and stability and resolve existing conflicts. As established in the Security Council resolutions, a just, lasting, and mutually acceptable political solution must be found for Western Sahara. Spain continues to champion the central role of the United Nations and we support the Secretary- General’s efforts. This year, major steps have been made towards achieving stability in Libya, a process, which must be led by the Libyans themselves, and which Spain fully supports. Holding elections at the end of the year must be the goal. 3) Thirdly, I would like to highlight that Spain has a new policy for Africa, a continent with immense potential. We wish to support Africans in their own search for prosperity and progress, and are firmly convinced that Africa’s progress will also be our own. 17 My country is committed to the efforts to ensure that security and peace return to the populations of the Sahel. Stability in this region is essential to preserve the security of our citizens, on both shores of the Mediterranean. 4) Fourthly, Spain has not forgotten about the frozen conflicts. This autumn is the 30 th anniversary of the Madrid Peace Conference which brought the Arab nations and Israel together for the first time, giving rise to the peace negotiations that resulted in the Oslo Agreements. Peace talks must be resumed so that progress can be made towards the two- State solution. As regards Afghanistan, we will have to learn to work within this new situation—and especially with its neighboring countries—to address the humanitarian crisis and prevent greater destabilization in the region. We must not lower our guard before the threat of terrorism, which already struck a harsh blow during the evacuation missions. Afghanistan cannot be allowed to become a new refuge for terrorists. In short, Spain is firmly committed to the search for international peace and security. We have deployed men and women, including both civilians and service people, in the United Nations missions in Lebanon, Mali, the Central African Republic, and Colombia. We are present with NATO in Iraq, the Baltic States, and in the Mediterranean. Moreover, we contribute more than 25% of the European Union’s military forces abroad, participating with particular intensity in the Sahel, a clear commitment to the development of a greater strategic autonomy of the European Union and to the strengthening of our Common Security and Defense Policy. On December 31st 2020, in the context of the United Kingdom’s withdrawal from the European Union, Spain and the United Kingdom came to a bilateral understanding regarding Gibraltar. This understanding must serve to lay the foundations for the future relationship of this territory with the European Union, and we trust that an agreement may soon be reached between the European Union and the United Kingdom regarding Gibraltar. This agreement must fully respect United Nations’ doctrine regarding said territory, with which Spain is fully aligned. It must also respect the legal position of my country as regards sovereignty and jurisdiction concerning Gibraltar. Our goal is to work towards creating an area of social and economic prosperity that encompasses the entire area of Gibraltar and Campo de Gibraltar. The defense of an international order based on rules and institutions is a strategic priority of the Government of Spain. We demonstrated this a year ago when, together with the Prime Minister of Sweden, I launched an initiative with a group of countries from different parts of the globe ready to exercise their leadership to support multilateralism, and strengthen it with specific responses.