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2º Bachillerato. Lengua y Literatura. Teatro anterior a 1936, Apuntes de Teatro

ALGUNOS RASGOS CARACTERÍSTICOS DEL ESPERPENTO DE VALLE-INCLÁN. La trayectoria dramática de Valle Inclán pasa por obras de muy distinto estilo, ...

Tipo: Apuntes

2021/2022

Subido el 10/10/2022

pardo
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¡Descarga 2º Bachillerato. Lengua y Literatura. Teatro anterior a 1936 y más Apuntes en PDF de Teatro solo en Docsity! 2º Bachillerato. Lengua y Literatura. Teatro anterior a 1936 DOCUMENTO DE APOYO PARA LA PREGUNTA 5ª ALGUNOS RASGOS CARACTERÍSTICOS DEL ESPERPENTO DE VALLE-INCLÁN La trayectoria dramática de Valle Inclán pasa por obras de muy distinto estilo, por lo que los recursos empleados, tanto escénicos como lingüísticos, pueden ser muy variados. Aquí nos vamos a centrar en su etapa más importante, por cuanto aportó de novedoso a la dramaturgia de la época: los esperpentos.  Degradación de los personajes: según Valle, en unas declaraciones hechas en una entrevista titulada “Hablando con Valle-Inclán”, «hay tres modos de ver el mundo artística o estéticamente: de rodillas, en pie o levantado en el aire». Y añade: «Esta consideración es la que me movió a dar un cambio en mi literatura y a escribir los esperpentos». Así, uno de los recursos utilizados es el distanciamiento, el autor “demiurgo”. Valle adopta un punto de vista “desde arriba” o “levantado en el aire”, que consiste en separarse de lo que se va a contar, no implicarse ni identificarse con los personajes. Así consigue transmitir una realidad empequeñecida y deformada. Recursos literarios relacionados con esta característica son la animalización, muñequización y cosificación de los seres humanos y la humanización de los animales. Uno se puede identificar con Hamlet o con Edipo, o con Ulises, pero no con los personajes de Valle, por eso, aunque sufran, no son trágicos ni épicos, sino solo caricaturas. Zaratustra es “abichado, giboso, un fantoche”; los modernistas aparecen como greñudos impertinentes, pedantes y mediocres imitadores de Rubén; Latino es un “perro cobarde”; Rubén, un “cerdo triste”. Por el escenario deambulan borrachos, prostitutas, pícaros, mendigos, artistas fracasados, bohemios…todos ellos presentados como marionetas sin voluntad.  Degradación de los espacios y ambientes: Casi siempre están mal iluminados (sombras, luces de acetileno…), además de prodigarse en ellos la suciedad, el desorden, la chabacanería: la librería de Zaratustra se describe como una cueva; el Ministerio de la Gobernación, como “un lugar mugriento con olor de tabaco rancio”; el calabozo, como un “sótano mal alumbrado por una candileja”, etc. Además, los escenarios dominantes son tabernas, burdeles, antros de juego, interiores míseros, calles inseguras de Madrid.  Contrastes: especialmente entre lo doloroso y lo grotesco. Encontramos descripciones de personajes y lugares que parecen mitificarlos cuando la situación que se presenta es ridícula, y lo contrario: la ridiculización de un personaje o la presentación degradada de un lugar mientras la acción sugiere dolor, muerte, desengaño o angustia. Encontramos un buen ejemplo en la descripción de Max Estrella como un Hermes (un dios mensajero de dioses) cuando la situación que vive es trágica. Un contraste sangrante es el que se establece en la escena XI entre el dolor de la madre y la rebeldía de algunos personajes, por un lado, y el conformismo de los que se creen “defensores del orden establecido”, por otro.  Carácter de “tragedia grotesca”: porque el esperpento, al hacer patente la lamentable condición humana, se opone a la tragedia clásica, a la que Valle parodia. En la tragedia clásica, el estilo y los personajes eran superiores, sublimes; nada más opuesto a ello que el descubrimiento del cadáver del “héroe” (Max) por unas vecinas desgreñadas, en camisón y en chanclas, por ejemplo. Si Luces fuese una verdadera tragedia, el protagonista no hubiera muerto en la escena XII, contraviniendo el habitual clímax final de la tragedia clásica. Aunque sí dejan un poso trágico en el espectador: aunque grotescos, los personajes representan la miseria moral del ser humano: don Latino es mezquino, hipócrita y ridículo al aparentar haber vivido la bohemia parisina; el empeñista se muestra indiferente ante la muerte del niño; el borracho del bar de Pica Lagartos se burla de todo; Basilio Soulinake resulta imperdonablemente insensible en la escena del velatorio.  Mordacidad, humor: la “risa agria” que, según un personaje, sirve a los españoles de consuelo “del hambre y de los malos gobernantes”. Pero, para Valle, es más bien una forma de ataque demoledor. La parodia, la burla y la ironía son elementos imprescindibles para que exista el esperpento. El ingenio, la ironía de muchos personajes populares parece venir a apoyar la afirmación de Don Filiberto de que “en España podrá faltar el pan, pero el ingenio y el buen humor no se acaban”.  Variedad de registros: asombra la riqueza del lenguaje. Los más diversos tonos y modalidades aparecen para caracterizar a los personajes o como vehículo de la parodia o de la intención crítica: el lenguaje pedante o cursi (enfático, pretenciosamente culto), el uso paródico de frases literarias, el desgarro coloquial y los vulgarismos sabiamente manejados (coloquialismos, frases hechas, vulgarismos fonéticos) —especialmente— el léxico y los giros del habla madrileña castiza (es evidente el hablar chulesco, coloquial y vulgar de muchos personajes de Luces). El habla solemne y grandilocuente de Max y algún otro personaje (los poetas modernistas, Rubén…) contrasta con el habla coloquial, achulada y vulgar de otros personajes (la prostituta, la florista, la Pisa-Bien, etc.). Pero el propio Max es un ejemplo de mezcla de lenguaje culto y popular: intercala usos cultos, incluso en latín y griego, con expresiones populares como “más chula que un ocho” o “yo también chanelo el sermo vulgaris”. Un rasgo destacable es la literaturización del lenguaje: incluso los personajes del lumpen intercalan en sus usos coloquiales o vulgares, citas o referencias literarias: del Lazarillo de Tormes, la Divina Comedia, Don Quijote, Shakespeare, etc.  El arte de las acotaciones: su función en una obra teatral es facilitar la representación (describen el movimiento, el gesto, las actitudes, el tono, el aspecto externo de los personajes; los elementos del decorado y la iluminación, los sonidos que completan la acción). Pero en Valle tienen, además, un valor literario intrínseco, y se refieren también a cuestiones extradramáticas. Valle adopta la actitud del narrador de un relato y extiende hasta las acotaciones su intención artística y su mirada crítica. En ellas destacan la cuidada selección léxica y la expresividad de las imágenes. Consigue dibujar un escenario, un personaje o una actitud de forma asombrosa, con calidad casi pictórica, a base de un empleo deslumbrante de la frase nominal. A los temas y personajes mencionados en los párrafos anteriores (seres y espacios degradados, parodia de la literatura —en particular, de la tragedia clásica, pero también del Modernismo o de Shakespeare—, personajes marginales, rebeldes, conservadores, ridículos o cursis; entrañables algunos, como la madre o el preso) podemos añadir:  Presencia de la muerte como personaje fundamental. Mueren Max, su mujer y su hija, el anarquista catalán, el niño de la escena XI. Además, son varias las conversaciones en la obra en torno a este tema (en la escena I, por ejemplo, Max parece presagiar el final de su familia; o en la escena IX, cuando dialogan Rubén y Max sobre la “dama de luto”). Las referencias a la muerte y al suicidio son constantes, y son la muerte de Max, su velatorio y su entierro, los que cierran Luces de bohemia.  La visión degradada de la España de su tiempo, que es un desastre en todos los ámbitos: el periodismo, la cultura, la forma de gobernar. Según Valle, la única forma en que se podía mostrar la verdadera realidad, grotesca y ridícula, era la deformación esperpéntica, cuyos rasgos hemos detallado en los párrafos anteriores. Pese a esa intención crítica, hay un confuso anacronismo que impide situar la acción en un tiempo histórico concreto: se alude a las últimas colonias españolas (1898), a la Semana Trágica (1909); hay comentarios sobre la Revolución Rusa (1917), etc. Quizá se pretende dotar de un carácter más universal a una visión de España que se asienta en un periodo muy concreto.  Pese a que, como ocurre, en general, en la generación del 98, el tema principal es España, se presenta un mundo irreal que, a veces, da la impresión de ser un escenario teatral o cinematográfico. De hecho, las escenas se suceden en diferentes escenarios durante la noche madrileña, con un movimiento en la acción que recuerda al del cine.
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