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ABSENTISMO ESCOLAR CAUSAS Y CONSECUENCIAS, Monografías, Ensayos de Trabajo Social

Casusas y consecuencias de las inasistencias de los alumnos

Tipo: Monografías, Ensayos

2018/2019
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Subido el 04/12/2019

ozzy2019
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¡Descarga ABSENTISMO ESCOLAR CAUSAS Y CONSECUENCIAS y más Monografías, Ensayos en PDF de Trabajo Social solo en Docsity! ABSENTISMO ESCOLAR: Causas y soluciones al fracaso escolar Patricia Giménez España supera en seis puntos a la media europea en relación al bajo rendimiento académico de algunos estudiantes. Este problema debe calar hondo en la sociedad para localizar su origen y ponerle remedio. Los expertos recomiendan la creación de programas globales que tengan en cuenta las dimensiones sociales, familiares y educativas de los alumnos. Al tiempo, hacen hincapié en la importancia del trabajo social en el sistema educativo para adecuarse al cambio sufrido en la actual configuración de la población escolar, procedente de diversos países, culturas y situaciones, así como combatir el absentismo en las aulas, una de las principales causas del fracaso escolar. ÍNDICE: Reveses escolares y errores sociales Repetir curso perpetúa el fracaso escolar Trabajo social en las aulas Reveses escolares y errores sociales En los últimos años ha surgido un creciente interés y preocupación en la mayoría de los países por el fracaso escolar, un problema determinado por múltiples factores como el contexto social, la familia, el funcionamiento del sistema educativo, la actitud de la Administración, el trabajo de cada profesor y la disposición del propio alumno. Éste es una víctima del derrumbe de una estructura social que produce unos desequilibrios graves, y de un sistema escolar que se muestra incapaz de que el 100% de los jóvenes, no sólo no alcance los objetivos de la educación obligatoria, sino que ni siquiera acuda regularmente a clase. En la actualidad, el empobrecimiento de los resultados escolares es un problema perfectamente localizado, detectado y que tiene un tratamiento específico si se aunan esfuerzos desde los distintos elementos que conforman el sistema social. Según el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE), casi la tercera parte de los alumnos adolescentes de nuestro país, estudiantes de ESO, obtienen calificaciones negativas. Asimismo, como apunta el último informe de la OCDE, un 25% de los jóvenes no terminan sus estudios básicos de forma favorable. Estos datos, unidos a los que reflejan el elevado nivel de absentismo escolar y de abandono, indican la existencia de un alto grado de fracaso escolar que hace necesaria la acción conjunta de las partes implicadas de la sociedad, dejando atrás la creencia popular de que los alumnos en apuros son «vagos» o «tontos». El hecho de que haya escolares con dificultades para superar con éxito las exigencias del sistema educativo implica no sólo factores estrictamente individuales sino educativos, sociales y culturales. Por definición En un acercamiento al concepto en sí, el fracaso escolar, según los expertos, es el hecho de concluir una determinada etapa en la escuela con calificaciones no satisfactorias, lo que se traduce en la no culminación de la enseñanza obligatoria. Las notas, que intentan reflejar el resultado del trabajo del alumno, se convierten así en el dictamen que convierte al estudiante en fracasado. A su vez, el significado de este revés académico se modifica en función de las exigencias de la sociedad, ya que las habilidades y conocimientos que son necesarios hoy para poder incorporarse al mundo laboral son muy superiores a los existentes hace sólo diez años. Sin embargo, la problemática supera con creces el nivel teórico. La realidad educativa no se puede desligar de su componente humano, ya que en el hecho de planificar la enseñanza se debe tener en cuenta que existen seres humanos diferentes. Y no sólo por sus características personales, sino también por los distintos condicionantes sociales. No se puede ignorar la estrecha relación que existe entre buenos resultados académicos y procedencia social, principalmente su dependencia con el clima sociocultural imperante en la familia y en el entorno social. Por todo ello, la lucha contra el naufragio en la escuela supone la puesta en marcha de programas globales e integrados que tengan en cuenta las dimensiones sociales, familiares y educativas. Las medidas aisladas o parciales han demostrado ser ineficaces, por lo que se requieren políticas económicas de ayuda y apoyo a los centros que escolarizan alumnos con mayor riesgo de abandono. Los expertos en educación recomiendan un menor número de alumnos por aula, un acceso diferenciado del profesorado y mayores recursos, además de una atención especial a los alumnos que viven en sectores sociales desfavorecidos. El valor del apoyo familiar El medio familiar en que nace y crece un niño determina unas características económicas y culturales que pueden limitar o favorecer su desarrollo personal y educativo. Para muchos expertos ningún factor es tan significativo para el rendimiento escolar como el clima escolar-familiar. La actitud hacia la educación, la cultura y la escuela que los padres sean capaces de transmitir a sus hijos, ejerce una gran influencia en el proceso de enseñanza. El número total de vástagos en el hogar y el orden de nacimiento que ocupa cada uno de ellos está relacionado inversamente con el rendimiento escolar, de tal manera que a mayor cantidad de hermanos se da una proporción también mayor de fracasos. Junto a esto, existe una estrecha unión entre el éxito académico y el origen social. Desde la perspectiva del aprendizaje, los niños de clases sociales más elevadas pueden interiorizar pautas y conductas académicas relevantes. El nivel educativo del padre y de la madre también influyen en la aceptación de la escuela por parte del estudiante. Junto a ello, el ambiente cultural que los progenitores ofrecen a sus hijos ejerce una poderosa influencia en el proceso de desarrollo de la personalidad, la inteligencia y la socialización. La actitud orientadora de los padres en cuanto al trabajo escolar, es otro elemento importante en la formación de valores culturales. Sin caer en una vigilancia abusiva y minuciosa de los trabajos del niño, es necesario una atención sobre sus libros, sus cuadernos y su horario, de tal manera que le ayuden a realizar por sí mismo aquello en lo que encuentra mayores dificultades. Soluciones basadas en la voluntad común La solución ante el llamado «fracaso escolar» es complicada, pero posible. Es necesario, de entrada, una mayor presupuesto para la educación por parte de la Administración, de forma que los centros dispongan de los suficientes medios económicos, humanos y materiales para lograr los niveles de calidad deseados, teniendo en cuenta especialmente las escuelas de educación especial y el colectivo de alumnos más desfavorecidos y con más riesgo de abandono. Asimismo, los poderes públicos han de hacer una evaluación continua y seria del sistema para detectar así los problemas más acuciantes e intentar paliarlos. Junto a esto, se impone una mayor participación de los padres en la actividad educativa. La relación de éstos con los profesores es esencial para el propio desarrollo del alumno con retraso académico. En este aspecto, tienen un importante papel los mencionados departamentos de orientación de los colegios. La figura del psicólogo o pedagogo único debe acompañarse por un equipo de profesionales cualificados, entre ellos un grupo de trabajadores sociales que se dediquen sobre todo a los colegiales más desmotivados y conflictivos. El cuerpo de maestros, en este sentido, ha de estar preparado para impulsar una nueva forma de enseñar, más activa y ligada al entorno y a la realidad, y que sea capaz de desarrollar en todos los niños el deseo de aprender. El profesorado de apoyo es otro de los asuntos a reforzar, dotando a los centros de un mayor número de docentes para realizar en cada momento las adaptaciones curriculares que precisen los jóvenes. En una situación social en la que el descenso de natalidad comienza a producir una reducción en el número de escolares, las administraciones han de aprovechar esta circunstancia, no para reducir la plantilla de educadores, sino para aumentar los apoyos en las escuelas. Al contar con estas ayudas, los centros podrían atender a la diversidad de alumnos, de manera que los que encuentran mayores problemas de aprendizaje pudieran salir de sus grupos de referancia y ser atendidos en grupos más reducidos durante el período de tiempo necesario para superar las dificultades, transcurrido el cual podrían volver a integrarse en su curso. El hecho de que todos los institutos de secundaria, también los públicos, puedan acoger la etapa completa, es decir, con la educación primaria, supondría, según los expertos, una unidad de acción que evitaría muchos problemas a los estudiantes de riesgo. A su vez, la distribución equilibrada de la población escolar menos aventajada en colegios públicos y concertados facilitaría la labor docente, reduciendo así los niveles de fracaso. Cuando éste se diera desde la etapa de educación infantil, habría que prestar una especial atención a los alumnos que viven en sectores sociales desfavorecidos. Estas medidas de prevención y solución del fracaso escolar son fruto de una voluntad común de profesores, padres, estudiantes y administración educativa. El protagonista es el niño en edad escolar, y toda la sociedad en su conjunto debe aunar esfuerzos para poder acabar con un problema que afecta en nuestro país a uno de cada cuatro jóvenes. Repetir curso perpetúa el fracaso escolar Los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) optan por abolir esta medida o limitarla, como es el caso de España El fracaso escolar no es un problema unidimensional sino que está condicionado por múltiples factores, entre ellos el contexto social del alumno y el propio sistema educativo. Así queda reflejado en el último informe de la OCDE «Combatiendo el fracaso en la escuela», un tema que en los últimos años ha despertado un gran interés en la mayoría de los países miembros. La responsable de dicho trabajo, Karen Kovacs, afirma que hay que buscar fórmulas que sustituyan a la repetición de curso, ya que ésta, lejos de solucionar el problema, lo agrava. En la actualidad, los países nórdicos, Gran Bretaña, Irlanda y Grecia la han abolido por completo, y otros como Portugal, Francia y España la han limitado a tres años. En ambos casos la experiencia ha sido positiva. Kovacs ha participado en las jornadas sobre fracaso escolar organizadas por la Fundación para la Modernización de España y dirigidas por Álvaro Marchesi, ex secretario de Estado de Educación. En las distintas sesiones se ha debatido acerca de las posibles causas y soluciones a los reveses de los alumnos, sobre todo de los que no consiguen superar el ciclo superior de secundaria, esto es, los considerados como «fracasados». Las conclusiones finales de este encuentro se resumen en la necesidad de crear programas globales que tengan en cuenta las dimensiones sociales, familiares y educativas, así como el importante papel que desempeñan los profesores y los centros, obligados a presentar los contenidos educativos de forma más atractiva y motivadora. Otro aspecto fundamental es la situación social, cultural y familiar del alumno, determinantes en gran medida del riesgo al fracaso, además de las cada vez mayores exigencias de la sociedad para incorporarse al mundo laboral, lo que provoca una acumulación extra de conocimientos y un incremento en la capacidad de asimilarlos por parte de los más jóvenes. Los expertos instan a las administraciones públicas a paliar el fracaso estudiantil distribuyendo a los alumnos con problemas de forma proporcional en centros privados y públicos, evitando así un desequilibrio desencadenante de nuevos fiascos. Asimismo, se recomienda la presencia de trabajadores sociales en los colegios con el objetivo de ayudar a los estudiantes problemáticos. En España el nivel de fracaso escolar es de un 26%, algo superior al 20% de media de los países de la OCDE. La Fundación para la Modernización de España es una institución sin ánimo de lucro cuyo objetivo es impulsar el debate y la reflexión sobre temas importantes para la sociedad y para el desarrollo integral del individuo. Trabajo social en las aulas La actual situación educativa, donde se han de dar respuestas a las necesidades de los alumnos, tanto desde la perspectiva de los contenidos de enseñanza como desde la labor de integración del niño en la escuela y en la propia sociedad, hace cada vez más importante la presencia de los departamentos de orientación en los colegios. En este sentido, los trabajadores sociales cumplen una función primordial como integrantes de dichas secciones. El papel del maestro ya no es suficiente a causa de la cada vez mayor proliferación de alumnos con necesidades educativas especiales, y también en las situaciones de absentismo o fracaso escolar. El trabajo social se hace imprescindible así en un área de actuación como es el sistema educativo, lugar privilegiado para detectar y prevenir situaciones de riesgo.
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