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Creatividad, Inteligencia Emocional: Neurociencia y Pensamiento Criativo, Apuntes de Administración de Empresas

Este documento aborda la creatividad y la inteligencia emotional, dos conceptos clave en el funcionamiento del cerebro humano. Se discuten las capacidades creativas, la relación entre el pensamiento creativo y las distracciones sensoriales, y la importancia de la memoria autobiográfica en el proceso creativo. Además, se presentan los componentes de la inteligencia emotional y cómo influyen en el trabajo y las relaciones interpersonales. El documento incluye estudios recientes sobre estos temas y ejemplos prácticos.

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 12/02/2019

ismael-elizondo
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¡Descarga Creatividad, Inteligencia Emocional: Neurociencia y Pensamiento Criativo y más Apuntes en PDF de Administración de Empresas solo en Docsity! CREATIVIDAD, INTELIGENCIA EMOCIONAL Y ASERTIVIDAD LA CREATIVIDAD Es la capacidad de crear, de producir cosas nuevas y valiosas, es la capacidad de un cerebro para llegar a conclusiones nuevas y resolver problemas en una forma original. La actividad creativa debe ser intencionada y apuntar a un objetivo. En su materialización puede adoptar, entre otras, forma artística, literaria o científica, si bien, no es privativa de ningún área en particular. Creatividad es el germen de una idea, un concepto, una creación o un descubrimiento que es nuevo, original, útil y que satisface tanto a su creador como a otros durante algún periodo. Funcionamiento del cerebro creativo La creatividad constituye un constructo complejo en el que no interviene un solo hemisferio o una única región cerebral, se han identificado varias redes neurales complejas que intervienen en el proceso y que activan regiones concretas del cerebro. El pensamiento creativo implica la cooperación entre redes cerebrales asociadas al pensamiento espontánea, el control cognitivo y los mecanismos de recuperación de información a través de la memoria semántica. 1. Pensamiento Espontáneo. Insight 2017 UNIVERSIDAD VERACRUZANA FAC. DE ADMINISTRACIÓN – REGIÓN VERACRUZ DIRECCIÓN DOC. DOLORES VAZQUEZ TRUJILLO INTEGRANTES: CORTEZ GONZALEZ JUAN PABLO S16006718 GARCIA CONTRERAS ADRIANA JANETH S16006735 HOZ GONZALEZ IRENE AL XANDRA Inicialmente, empezamos a trabajar con el problema de forma crítica y consciente, pero si no somos capaces de resolverlo alcanzamos una fase de bloqueo en la que no sabemos cómo continuar. En este momento hacemos un parón en el proceso de resolución del problema que nos permite disfrutar o preocuparnos de otras tareas y que, debido a los mecanismos inconscientes de nuestro cerebro que siguen trabajando en el problema. Cuando se ha analizado este proceso en el laboratorio, se ha comprobado que en el momento de la solución se da una activación gamma (ondas cerebrales de alta frecuencia asociadas a una gran actividad cerebral) acompañadas de un incremento del flujo sanguíneo en una región del lóbulo temporal derecho que participa en la asociación de ideas remotas, como en el caso de las metáforas o los chistes, y que no se da en el caso de las soluciones analíticas (Jung-Beeman et al., 2004). Asimismo, un segundo antes de que aparezca el insight y la consecuente actividad gamma, se ha identificado un patrón de actividad cerebral alfa (ondas de menor frecuencia asociadas a periodos de relajación) también en el hemisferio cerebral derecho y que son una señal de una percepción visual reducida (Kounius y Beeman, 2009). Seguramente esta es la razón por la que muchas veces oímos decir que la creatividad está lateralizada al hemisferio derecho, pero ni el insight es sinónimo de creatividad, ni esa región del lóbulo temporal derecho es la única que interviene en ese proceso de resolución, sino que, como comentábamos anteriormente, existe la participación de varias redes neurales complejas en el proceso. 2. Control Cognitivo. Atención no centrada. La neuropsicóloga Darya Zabelina, y colegas de Northwestern University, han realizado estudios sobre la creatividad, hace unos meses, el equipo anunció haber encontrado la primera evidencia fisiológica de una relación entre el pensamiento creativo y las distracciones sensoriales, o lo que llaman “atención con fuga”, una filtración sensorial que permite el paso de información “irrelevante”. El propósito de su investigación fue revisar la hipótesis de que el pensamiento creativo se asocia con una atención atípica. Los procesos creativos las personas podrían tener una atención más amplia, u orientada a un mayor rango de estímulos simultáneos, lo que es análogo a tener una capacidad reducida para filtrar o inhibir el paso de estímulos innecesarios a la atención consciente, pero que podría promover la creatividad al aumentar las posibilidades de integrar ideas que están fuera del centro de atención. Lo que hace difícil para muchas personas afrontar un problema es tener que cambiar la forma de pensar tan arraigada sobre objetos concretos asumiendo, que existen reglas, límites o restricciones cuando no las hay. Y es que nuestras propias experiencias pasadas pueden suministrarnos información útil sobre ideas, creencias o expectativas, pero también pueden limitar nuestra capacidad para pensar de forma flexible. Imaginar, divagar o pensar alternativas a las situaciones cotidianas en un estado calmado activará la importante red neuronal por defecto Las definiciones populares de inteligencia hacen hincapié en los aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad para resolver problemas cognitivos, sin embargo Edward L. Thorndike, en 1920, utilizó el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas.1 En 1940, David Wechsler describió la influencia de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente y sostuvo, además, que los test de inteligencia no serían completos hasta que no se pudieran describir adecuadamente estos factores. La inteligencia emocional desde el ámbito laboral, hoy en día son muchas las corporaciones que invierten grandes sumas de dinero en formar a sus empleados en Inteligencia Emocional. La razón de esta apuesta estriba en que las empresas se han dado cuenta de que una de las claves del éxito comercial y de la venta de sus productos radica en el grado en que sus trabajadores son capaces de reconocer y controlar sus emociones, así como las de sus clientes. Cabe resaltar que en el proceso de selección de personal de las empresas la tendencia va enfocada a poner al candidato en situaciones de fuerte estrés o incomodidad para así poder examinar su reacción y su capacidad para lidiar con sus emociones. El psicólogo de las organizaciones Jonathan García-Allen explica: “La época en que los procesos de selección de personal se basaban en la experiencia laboral y los conocimientos técnicos pasó. Actualmente, el método ha evolucionado y los aspectos relacionados con la Inteligencia Emocional, como las habilidades interpersonales y la gestión de las emociones, han cobrado un protagonismo clave. Esta creciente relevancia del aspecto emocional en el trabajo viene motivada por la tendencia a la tercerización de la economía en los países occidentales, en que el intercambio económico está mediado por la confianza entre ambos agentes”. De ahí se desprende, según señala García-Allen, que los empleados con alta Inteligencia Emocional resulten mucho más productivos para las corporaciones. El gran teórico de la Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense Daniel Goleman, señala que los principales componentes que integran la Inteligencia Emocional son: 1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional) Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo nos influyen. Es importante reconocer la manera en que nuestro estado anímico afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de lo poco que se conocen a ellos mismos. 2. Autocontrol emocional (o autorregulación) El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar por ellos ciegamente. Consiste en saber detectar las dinámicas emocionales, saber cuáles son efímeras y cuáles son duraderas. No es raro que nos enfademos con nuestra pareja, pero si fuéramos esclavos de la emoción del momento, estaríamos continuamente actuando de forma irresponsable o impulsiva, y luego nos arrepentiríamos. 3. Automotivación Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. En este factor es imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa, de modo que tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva ante los imprevistos. 4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía) Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten de forma no verbal. La detección de estas emociones ajenas y sus sentimientos que pueden expresar mediante signos no estrictamente lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con que nos relacionamos. Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer paso para comprender e identificarnos con las personas que los expresan. Las personas empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y competencias relacionadas con la IE. 5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales) Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra felicidad personal e incluso, en muchos casos, para un buen desempeño laboral. Y esto pasa por saber tratar y comunicarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones; una de las claves de la Inteligencia Emocional. Las características de la llamada inteligencia emocional son: la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás. Los hombres que poseen una elevada inteligencia emocional suelen ser socialmente equilibrados, extrovertidos, alegres, y en lugar de preocuparse, ven los problemas como oportunidades de crecimiento y mejora. Aceptan sus responsabilidades, y obtienen resultados porque se comprometen en sus causas. Tienden a buscar un objetivo que les haga sentirse realizados a nivel personal y social. Son cariñosos, amables, y tienen en cuenta a las personas que les rodean Por ejemplo el caso de Jorge, una persona que se presentó a un test de inteligencia para desempeñar el cargo directivo de un banco. Denotó un C.I. de 180, es decir, muy por encima de la media. Lo pusieron en dicho cargo pero se dieron cuenta que no sabía relacionarse bien, ni con los clientes, ni con los empleados, por lo que la oficina se estaba convirtiendo en un caos. En cambio, un estudiante de mediocres resultados en el instituto llegó a la edad de 30 años a ocupar el cargo de vicepresidente de una de las empresas multimedia más importantes del mundo gracias al dominio de sus aptitudes emocionales: empatía, dominio emocional, compromiso, iniciativa, optimismo, persistencia. EJEMPLOS DE INTELIGENCIA EMOCIONAL: 1. Las experiencias personales pueden generalizarse para los demás, pero solo hasta cierto punto. Debe comprenderse la individualidad de cada uno. 2. Pensar en las reacciones realizadas en forma inmediata a las emociones, tratar de interpretarlas y aprender de ellas. 3. Es importante tener personas con las que uno tiene confianza como para expresar en forma concreta las emociones que siente. 4. Evitar los estimulantes de determinadas sensaciones: habitualmente las drogas, la cafeína o diferentes fármacos pueden cumplir este rol, que es contrario a la inteligencia emocional. 5. El cerebro muchas veces solapa las verdaderas emociones con otras: es frecuente que las personas se enojen para no manifestar la tristeza. Comprender verdaderamente cuál es la emoción que se siente es uno de los puntos más altos de la inteligencia emocional. 6. Entender la función de las emociones en el cuerpo, y no juzgar el hecho de sentirse mal ni bien como algo más de lo que realmente son: emociones transitorias. 7. Valorar los triunfos de los demás, sin con eso estarse permanentemente comparando y sacando conclusiones para la vida propia. 8. Las personas con inteligencia emocional alta son capaces de aceptar los errores cometidos y de perdonarlos, pero no con esto dejando de aprender de lo que han hecho. 9. También las personas deben ser capaces de identificar sus errores, no cayendo en un narcicismo por el que piensan que todo lo hacen bien. Se trata de encontrar el equilibrio. 10. Un espacio para potenciar la inteligencia emocional en los niños es el juego, y sobre todo el deporte. La exposición a perder que tienen todos los participantes, hace que los que acaban ganando sean capaces de con buenas intenciones, podemos estar tentados de dejarlo pasar y no decir nada. Si juzgamos que lo ha hecho con mala intención, vamos a atacar su “maldad” y no los hechos y seremos agresivos. En una negociación no se trata de agredir y someter al otro, aunque lo veamos como un rival. Hay que darle una salida, más o menos airosa porque si no se revolverá contra nosotros. Querer que nos reconozca lo equivocado que está y se someta completamente a nuestros deseos puede ser un objetivo emocional, que compense la humillación que hemos sentido, pero ¿es realmente nuestro objetivo? Sí tenemos que intentar entender que cosas son las pueden motivar al otro para hacer lo que nosotros queremos que haga. Tenemos que pensar en como crear la oportunidad de la negociación. Si es algo pendiente desde hace mucho tiempo y que queremos abordar, hay que buscar al otro y plantear un tiempo y un espacio en el que se pueda dar la negociación. Es lo primero que tenemos que conseguir del otro. Sin ellos no se consigue, no es posible hacer la negociación. En muchas ocasiones no hay que buscar la oportunidad, es la propia situación en la que se genera el problema. Pero en ella nos puede ocurrir que cuando el otro se va es cuando se nos ocurre aquello teníamos que haber dicho. Recuerda: Siempre hay una segunda oportunidad aunque haya que crearla. Crear la oportunidad es buscar al otro y plantear, aunque sea por enésima vez, el tema que nos ocupa. Cualquier frase introductoria como decirle, “de lo que hablamos ayer me gustaría comentarte algo” o frases parecidas para iniciar la conversación son ayudas inestimables para crear la oportunidad. Con los objetivos claros podemos controlar nuestra agresividad y motivarnos para dejar de ser pasivos, con la oportunidad creada y el entendimiento de lo que el otro espera podemos preparar el momento concreto de la negociación. Preparación del diálogo Sin perder de vista que lo importante es lo que hagamos y lo que decimos solamente puede ser una guía para que el otro sepa cuales van a ser nuestros siguientes pasos, tenemos que preparar aquello que vamos a decirle. El diálogo que tengamos con él tiene que cumplir los siguientes requisitos para ser un diálogo asertivo: Describir los hechos concretos. Se trata de poner una base firme a la negociación, en la que no pueda haber discusión. Cuando describimos hechos que han ocurrido el otro no puede negarlos y así podemos partir de ellos para discutir y hacer los planteamientos precisos. En este punto es donde más tenemos que evitar hacer los juicios de intenciones. No se trata de decir “eres un vago” sino decir, “vengo observando que te levantas desde hace ya varias semanas a la hora de comer”. Diremos me has dicho 10 veces “no sirves para nada” en lugar de “me quieres denigrar y hundir” (juicio de intenciones.) Manifestar nuestros sentimientos y pensamientos. Es decir comunicar de forma contundente y clara como nos hace sentir aquello que ha ocurrido y que juicio moral o de pensamiento nos despierta. Es el momento de decir “estoy hasta las narices de esta situación y no la soporto más”, o “me he sentido humillado y denigrado”. Hay que recordar que no se trata de que el otro lo encuentre justificado o no. Le puede parecer desproporcionado, o injusto, o... pero es lo que nosotros sentimos y tenemos derecho a hacerlo así, no aceptaremos ninguna descalificación, defenderemos nuestro derecho a sentirnos tal y como le decimos. Le estamos informando, no le pedimos que nos entienda o nos comprenda, por eso no puede descalificarnos ni aceptaremos críticas a nuestros sentimientos, emplearemos la técnica del banco de niebla combinado con el disco rayado (ver más abajo.) Pedir de forma concreta y operativa lo que queremos que haga. No se trata de hablar de forma general o genérica, “quiero que seas más educado”, “quiero que me respetes” “quiero que no seas vago”; sino que hay que ser concreto y operativo: “quiero que quites los pies de mi mesa”, “quiero que cuando hablo me mires a los ojos y contestes a lo que te pregunto”, “quiero que estudies tres horas diarias”. Son conductas concretas que el otro puede entender y hacer. Especificar las consecuencias. Es decir, aquello que va a ocurrir cuando haga lo que se le ha pedido. Se le podría plantear también las consecuencias que tendrá para él no hacerlo, pero es preferible especificar lo que va a obtener de forma positiva. De otra manera lo que planteamos es un castigo y los castigos son mucho menos efectivos que los premios o refuerzos. Muchas veces se trata solamente de una forma de presentación, hay que tener en cuenta que frecuentemente algo que puede ser planteado como un castigo, si no lo hace, se puede ver como algo positivo si lo hace. “Si no lo haces tendrás un castigo” se puede convertir en “Si lo haces evitarás que haga lo que no quiero hacer que es lo que supone un castigo para ti, que es algo que, por supuesto, yo tengo que hacer para ser consecuente con mis objetivos y los sentimientos que ya he expresado”. Lo que se ha preparado, preferentemente por escrito, se tiene que ensayar hasta aprendérselo de memoria. Cuando vamos a un examen nos ponemos nerviosos y se nos olvidan muchas cosas, puede pasarnos lo mismo en este caso y por eso hay que aprendérselo de memoria. Si la situación nos causa alguna ansiedad, es una razón más para el ensayo. Cuando nos imaginamos la situación de la negociación nos estaremos exponiendo a ella en la imaginación y al menos cuando pensemos en hablar con el otro no nos pondremos nerviosos y comenzaremos nuestra negociación en mejor posición anímica. Si nos ponemos nerviosos podemos acogernos al diálogo que hemos preparado en la seguridad de que vamos a expresar nuestros deseos de forma completa. Cuando la ansiedad es demasiado grande hasta el punto de que nos impide expresar nuestros deseos, hemos de plantearnos una estrategia para superarla. En este enlace puedes encontrar las formas en las que la psicología cognitivo conductual ayuda a superar la ansiedad y en este otro enlace un curso para enfrentar y superar los límites que nos imponen nuestras ansiedades y nuestros miedos y en forma de autoayuda en "Entiende y maneja tu ansiedad" Ejecución En la fase de ejecución hay que tener en cuenta algunas técnicas básicas que nos permiten llevar a cabo lo que hemos preparado. No hay que olvidar nunca que nuestros objetivos están plasmados en el diálogo que hemos preparado y que nuestra meta inmediata es decirlo. No se trata de contestar a todas las digresiones que nos hagan, no es necesario ser rápido y agudo para poder responder de forma inmediata a todo lo que nos digan. Se trata de emplear la técnica del banco de niebla, que también se llama aceptar en principio, seguida de la del disco rayado. La forma de hacerlo es diciendo que “puede que lleves razón; pero...” (banco de niebla) lo que yo quiero decir es que.. “ y se sigue con el diálogo en el punto en el que fuimos interrumpidos o repitiéndolo desde el principio (disco rayado.) Puede parecer muy limitado y que vamos a hacer el ridículo, pero es sorprendente lo efectivo y natural que resulta. Si saca otros temas, también importantes, no perdamos de vista nuestro objetivo, tenemos que acabar con lo que ha motivado la negociación para poder seguir más tarde con lo que acaba de plantear: en ningún momento hay que perder de vista nuestro objetivo, plasmado en el diálogo preparado. 3. CONDUCTA ASERTIVA. Muy frecuentemente me pides que te eche una mano en el trabajo que te asignan, porque no te da tiempo o porque no sabes hacerlo (hechos). Estoy cansado de hacer, además de mi trabajo, el tuyo (sentimientos), así que intenta hacerlo tú mismo (conductas), seguro que así te costará menos la próxima vez (consecuencias). Caso práctico: Vas a un restaurante a cenar. Cuando el camarero trae lo que has pedido, te das cuenta de que la copa está sucia, con marcas de pintura de labios de otra
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