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Algunos apuntes para una estética literaria según Juan León Mera: entre romanticismo y neo, Transcripciones de Literatura

Algunos apuntes para una estética literaria según Juan León Mera: entre romanticismo y neoclasicismo

Tipo: Transcripciones

2022/2023

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¡Descarga Algunos apuntes para una estética literaria según Juan León Mera: entre romanticismo y neo y más Transcripciones en PDF de Literatura solo en Docsity! Algunos apuntes para una estética literaria según Juan León Mera: entre romanticismo y neoclasicismo Notes for literary aesthetics according to Juan León Mera: Between Romanticism and Neoclassicism Apontamentos para uma estética literária segundo Juan León Mera: entre romanticismo e neoclassicismo Xavier Puig Peñalosa Universidad del País Vasco/EHU (España) xavier.puig@ehu.eus DOI: http://dx.doi.org/10.29078/rp.v0i47.675 Fecha de presentación: 25 de marzo de 2018 Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2018 Artículo de investigación Procesos: revista ecuatoriana de historia, n.º 47 (enero-junio 2018), 33-57. ISSN: 1390-0099; e-ISSN: 2588-0780 -PRO47.10septiembre.indd 33 12/10/18 14:54 RESUMEN El artículo analiza las ideas estético-literarias de Juan León Mera, quien se propuso instituir un canon para la literatura ecuatoriana de su época. Esta propuesta halla su origen tanto en postulados de la estética romántica como en los pertenecientes a la poética neoclásica. Este trabajo aporta dilucidando cuáles categorías de ambas corrientes fueron usadas por Mera en su obra ensayística y epistolar, como fundamento de su propuesta sincrética. Palabras clave: Ecuador, siglo XIX, Juan León Mera, literatura ecuatoriana, canon, estética, poesía, romanticismo, neoclasicismo. ABSTRACT The article examines Juan León Mera’s ideas on literary aesthetics and how he proposed establishing a canon for the Ecuadorian literature of his age. This initiative drew from both the postulates of the aesthetics of Romanticism and those belonging to Neoclassical poetry. The present article elucidates which categories of both movements were used by Mera in his essays and correspondence, as the basis for his syncretic approach. Keywords: Ecuador, nineteenth century, Juan León Mera, Ecuadorian literature, canon, aesthetics, poetry, Romanticism, Neoclassicism. RESUMO O artigo analisa as ideias estéticas e literárias do Juan León Mera, quem se propôs estabelecer um cânone para a literatura equatoriana da sua época. Esta proposta teve suas origens na estética romântica, e na poética neoclássica. O artigo esclarece quais foram as categorias de ambas correntes literárias que foram incorporadas por Mera nos seus ensaios e na sua correspondência pessoal, como alicerces daquela proposta sincrética. Palavras chave: Equador, século XIX, Juan León Mera, literatura equatoriana, cânon, estética, poesia, romanticismo, neoclassicismo. -PRO47.10septiembre.indd 34 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 2018 37 Para ello, particular importancia revestirá la resemantización en clave autóctona de los postulados historicistas de Herder y sintetizados en su concepto de Volksgeist como afirmación de lo propio (variedad de usos y costumbres de los pueblos, lenguajes, tradiciones, razas, historia, etc., en re- lación a las diversas peculiaridades climatológicas y/o geográficas de cada territorio). Y resemantización que, muy especialmente en el caso de la litera- tura, irá mayormente transida de una fuerte moralidad católico-conservado- ra y patriótica como vehículo educativo y forjador de la conciencia del “buen ciudadano” y de su “espíritu nacional”: en el caso de que la construcción de la nación no fuera el argumento principal de todas ellas [las novelas analizadas] y no emergiera de ellas hacia el ámbito político, cabe resaltar, de cualquier modo, que todas tienen a la nación como un motivo transversal que les da forma y legitima socialmente […] los primeros no- velistas ecuatorianos estaban interesados en fabular, en inventar historias, solo en la medida en que les permitiera educar y formar a un nuevo lector modelo: el ciudadano ecuatoriano.5 Es en este marco estético-conceptual sucintamente expuesto donde se ubica el pensamiento estético de Juan León Mera, ya que aquel supondrá el origen y fundamento para su propia concepción de una literatura y/o poesía americana, como a continuación se expondrá.6 No obstante, conviene precisar que antes de elaborar más pormenoriza- damente sus concepciones estético-literarias, Juan León Mera ya había hecho gala literariamente de aquellas en su temprano poemario de 1861 titulado La Virgen del Sol. Leyenda indígena y en el que también figura en su segunda edi- ción (1886) sus Melodías indígenas (1858). Así, y en el “Prólogo” que redactó conservadora, la liberal-católica y la liberal emergente, “a cada una de las cuales prestó sus servicios el pensamiento romántico” en ambas fases, ya que este “no hizo más que sumar- se a las diferentes expresiones del proyecto histórico de la naciente burguesía”, es decir, a la creación de un Estado nacional (143 para ambas citas; véase al respecto las pp. 121-257). Véase también “El romanticismo en Ecuador e Hispanoamérica”. En Historia de las litera- turas del Ecuador. Literatura de la República. 1830-1895, coord. por Diego Araujo Sánchez, 55-70 (Quito: Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador / Corporación Editora Nacional, 2002), y en el mismo volumen los trabajos de Bruno Sáenz Andrade, “La litera- tura en el período”, 71-90, y Susana Aguinaga Zumárraga, “La lírica romántica”, 91-124. 5. César Eduardo Carrión Carrión, “La novela ecuatoriana del siglo XIX como re- lato del surgimiento de la nación (1855-1893)” (tesis de doctorado, Universidad Andi- na Simón Bolívar, Sede Ecuador, 2016), 51 y 65, http://repositorio.uasb.edu.ec/bits- tream/10644/5751/1/TD090-DLLA-Carrion-La%20novela.pdf. 6. Resulta muy interesante, en este sentido, el trabajo de Catalina León Pesántez, Hispanoamérica y sus paradojas en el ideario filosófico de Juan León Mera (Quito: Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador / Abya-Yala / Corporación Editora Nacional, 2011). -PRO47.10septiembre.indd 37 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 201838 para dicha edición, enuncia sintéticamente una de las ideas principales de su concepción para una nueva poesía americana: Para escribir las Melodías procuré hacer lo mismo que para escribir la Leyenda [indígena, es decir, La Virgen del Sol]; esto es, trasladarme con la mente y el cora- zón á los tiempos en que cantaban los haravicos ó poetas indios, y, fingiéndome uno de ellos penetrar los sentimientos de la raza indígena plantada y desarro- llada en las mesetas de los Andes ecuatorianos, y estudiar sus pensamientos, creencias, costumbres é historia: he intentado, pues, hacerme también indio y olvidar la civilización y más condicionantes de la vida moderna predominantes en la sociedad americana […] [ello] ha servido á lo menos para añadir á nuestra literatura unas pocas páginas nuevas y originales.7 Es decir, Mera reivindica un conocimiento de un pasado ancestral indí- gena como marco y contenido históricos para una nueva poesía que permita desligarse mentalmente de un presente no deseado y que, al tiempo, aporte originalidad a la creación poemática. Además, esta apelación a la cultura indígena será constante en la obra de Mera, pues no solo permite establecer una continuidad entre un pasado y el presente, sino, y quizá sea lo más im- portante, integrar a la nación (ecuatoriana) a esa etnia respetando su propia cultura. A este tenor y dentro de la amplísima producción literaria, ensa- yística, divulgativa, periodística y epistolar de Juan León Mera,8 resultará especialmente relevante para la historia de las ideas literarias y la propia literatura ecuatoriana dada su decisiva influencia en toda una amplia gene- ración de poetas nacionales, su ensayo titulado “¿Es posible dar un carácter nuevo y original a la poesía sudamericana?”, perteneciente a su extenso libro 7. “Prólogo”. En La Virgen del Sol. Leyenda. Melodías indígenas, t. I, XIV-XV (Barcelo- na: Timbre Imperial, Sección Tipográfica del Crédito Catalán, 1887), https://archive.org/ stream/lavrgendelsolle01meragoog#page/n18/mode/2up. 8. La primera recopilación bibliográfica de la obra de Juan León Mera y a partir de la que se han basado las ulteriores, corresponde a la ya “clásica” de Carlos A. Rolando, Don Juan León Mera 1832-1932 (Guayaquil: Imprenta i Talleres Municipales, 1932), http:// repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/12547/2/FBNCCE-Rolando-6918-PUB- COM.pdf. Posteriormente, se publicaría otra “Bibliografía de Juan León Mera” a cargo de José Vera. En Juan León Mera. Antología esencial, estudio introductorio, selección de textos, notas y edición de Xavier Michelena, 405-427 (Quito: Banco Central del Ecuador / Abya- Yala, 1994), y la de Wilson Vega y Vega, “Corpus bibliográfico de don Juan León Mera”. En Juan León Mera. Una visión actual, ed. por Julio Pazos Barrera, 163-178. (Quito: Pontificia Universidad Católica del Ecuador / Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador / Corporación Editora Nacional, 1994). Y sobre la obra en general de Juan León Mera, véase la bibliografía aportada en http://www.cervantesvirtual.com/portales/juan_leon_ mera/su_obra_bibliografia/. -PRO47.10septiembre.indd 38 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 2018 39 Ojeada histórico-crítica sobre la poesía ecuatoriana desde su época más remota hasta nuestros días.9 Dicho libro supone el primer texto de crítica literaria en Ecuador, ya que además de desarrollar una diacronía histórico-crítica sobre las obras de los poetas ecuatorianos más antiguos hasta los de la propia contemporaneidad del autor, ofreciendo así un conocimiento sobre aquellos, pretende así mis- mo “contribuir de alguna manera á la formacion del buen gusto entre nues- tros jóvenes compatriotas dedicados al culto de las musas”.10 Es decir, la finalidad que guía a este escrito responde a la crítica y su- peración de la mayormente imperante literatura basada en la imitación de los modelos europeos –especialmente franceses–11 en lo que se refiere a sus contenidos narrativos (temáticas greco-latinas), así como a su deficiente elaboración formal,12 ya que ambas cuestiones resultan totalmente ajenas e impiden una auténtica creación artística que responda a lo “americano”, a saber y como a continuación se desarrollará, a una (nueva) literatura ame- ricana que refleje el carácter y el “ser” de estos pueblos (“americanismo”), y que al tiempo sirva como educación moral, puesto que “la poesía ha sido descubierta indudablemente para encaminar el alma hácia el bien; imposible que el Criador la hubiese puesto en sus obras con otro objeto”.13 Además, cabe añadir a lo señalado la falta de verdaderos estudios literarios en el país, base indispensable para formar crítica y creativamente a futuros literatos.14 9. La primera edición de esta obra es la correspondiente al año 1868 (Quito: Imprenta de J. Pablo Sanz), http://repositorio.casadelacultura.gob.ec/handle/34000/1223. Años más tarde –en 1893–, se imprimiría una segunda edición (Barcelona: Imprenta y Litografía de José Cunill Sala), que incorpora “Nuevos Apéndices”, http://repositorio.casadelacul- tura.gob.ec/handle/34000/1220. 10. “Prólogo”. En Ojeada histórico-crítica…, I. 11. “Después de establecida la república en suelo americano, mudó de carácter la poesía, mas no mejoró: de amanerada y viciosa á la española vino á ser amanerada y vi- ciosa á la francesa ; la influencia ultramarina cambió de armas, si puede decirse, pero no dejó de atacarnos ni de triunfar y ser preponderante. Nuestros poetas cedieron á ella”, en “Vicios principales de la poesía americana en la actualidad, especialmente en el Ecuador”. Ibíd., 411. 12. Por ejemplo, Mera criticará en el capítulo citado en la nota anterior, a una parte considerable de la producción poética de su tiempo en los siguientes términos: vacua en el contenido, simple en la composición, amanerada en la imitación, fingida en los estados de ánimo, insulsa y chabacana en la expresión al tiempo que llena de hipérboles y verbo- sidad, cuando no impía, etc. 13. “Vicios principales de la poesía americana en la actualidad, especialmente en el Ecuador”. En Ojeada histórico-crítica…, 428. 14. Posteriormente y entre otras cuestiones, Mera insistirá nuevamente sobre los mo- tivos y finalidades que le impulsaron a escribir la Ojeada en su “Cartas al Señor D. Juan Valera. VI.”, Revista Ecuatoriana, entrega III, t. II, n.o 15 (marzo de 1890): 87-98; y en “Carta -PRO47.10septiembre.indd 39 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 201842 poéticas un colorido local y aspecto americano?, ¿por qué vaciamos nuestros pensamientos en moldes europeos?”.23 Este reclamo de Mera a la originalidad en la literatura propia mediante su apelación a lo “americano” viene referido a todo aquello que diferencia a este continente de sus epígonos europeos, a saber, su especial naturaleza (climatología, fauna y flora, orografía), las distintas historias y costumbres de sus variados pueblos, etc., de modo que esta reivindicación “debe estar [ba- sada] en los afectos, en las ideas, en las imágenes, en la parte espiritual de las pinturas, y todo en América abre el campo á esta originalidad”.24 Y es que la originalidad es para Mera el fundamento insoslayable de las obras bellas en literatura, el tiempo que la cualidad para su reconocimiento. No obstante, y en aras de una pedagogía artística en el necesario ejercicio de aprendizaje, reco- mienda nuestro autor la imitación –que no plagio– de los grandes autores lite- rarios en los inicios de los jóvenes escritores, como ejercicio inexcusable para adquirir el necesario “buen gusto” artístico. Sin embargo, se lamentará Mera, “desde Samaniego y Salas, y talvez desde antes, puede asegurarse que todos [los artistas ecuatorianos] se han contentado con ser copistas, circunstancia que se nota áun en nuestros días y que impide el progreso del Arte, pues no le hay verdadero cuando la inteligencia se limita á seguir las huellas de otros, sin empeñarse en demostrar que posee la virtud creadora propia del genio”.25 En consecuencia, no es la forma (la lengua) lo que se discute, pues esta debe siempre adecuarse –expresión– a su contenido, sino que es el propio concepto subyacente el que debe referirse a temas o historias y, sobre todo, valores genuinamente americanos, como ya señalaba al inicio de este aparta- do.26 Y prueba de ese cambio deseado en aras de la “idea de dar un carácter 23. “¿Es posible…?”. En ibíd., 473-474. 24. Ibíd., 475. 25. “Conceptos sobre las artes”, Revista Ecuatoriana, entrega IV, t. VI, n.o LXIV (abril 1894): 121-148; 134. 26. Diez años antes de la publicación de la Ojeada, el también poeta Julio Zaldumbide, amigo y mentor de Mera, le reprocha a este en varias cartas que, a su juicio, resulta erróneo el concepto de “poesía nacional” profesado por Mera y consistente en componer poesías de temática indiana o referidas a la geografía del país y/o a “hechos nacionales” de la historia del Ecuador, pues en realidad, este tipo de composiciones deben denominarse como “poe- sía descriptiva”. Véase “Cartas del Señor Don Julio Zaldumbide al Sr. D. Juan León Mera”. En Memorias de la Academia Ecuatoriana Correspondiente de la Española (Quito: Tipografía y Encuadernación de la “Prensa Católica”, 1934), 146-242. En este punto, mi mayor gratitud al Miembro de Número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua Correspondiente de la Real Española (AEL) y poeta, señor don Bruno Marx Sáenz Andrade, por informarme de la existencia de dicha correspondencia y facilitarme su ubicación en la propia Academia Ecuatoriana de la Lengua para su fotocopiado. También hago extensivo mi agradecimiento a la Dra. Susana Cordero de Espinosa, directora de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, por su amabilidad al ponerme en contacto con el Sr. D. Bruno Marx Sáenz Andrade. -PRO47.10septiembre.indd 42 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 2018 43 original y propio a la literatura americana, de abrirle un camino nuevo sin dejar de ser natural”,27 son las nuevas literaturas emergentes en países como el propio Ecuador –no obstante, faltante aún de un mayor “afinamiento”–, Brasil o Cuba, y siempre utilizando el idioma español. Por ejemplo, también resulta patente esa filiación romántica, cuando al inicio de su Ojeada (Capítulo I. “Indagaciones sobre la poesía quichua”)28 define al género por excelencia más representativo y elevado para dicha es- tética cual es la poesía, en los siguientes términos: Dios ha presentado patentes en sus obras la verdad, la armonía y la belleza, como caracteres que deben hacer conocer su mano poderosa y adorable á quien las contemple. Esos caracteres incluyen en sí aquella cosa inefable que percibe el alma racional con tanto deleite y encanto, y que los poetas inspirados por el cielo reducen al metro y la rima para hacerla sensible hasta por el órgano del oido. La poesía es, pues, la gracia innata de la naturaleza: es espiritual por el pensamien- to y los afectos, y por la armonía moral que mueve la sensibilidad interior del hombre aun sin el ausilio de la armonía de los sonidos métricos que es obra del arte humana.29 Al igual que para Mera, la verdad, la armonía y la belleza son universa- les, esa “cosa inefable”, esa “gracia innata de la naturaleza” que es la poesía, también se reviste del mismo carácter de universalidad, ya que posee un claro valor paidético –además de estético– para el ser humano de cualquier cultura: “La poesía es universal; para su desenvolvimiento en la naturaleza, para que el alma la comprenda, nada importan la situacion geográfica, la variedad de clímas ni el diverso genio y condicion de las razas humanas; en 27. “¿Es posible…?”. En Ojeada histórico-crítica…, 480. “No hai semilla mas fecunda que la del pensamiento cuando ha brotado de la naturaleza y de la verdad: el pensamien- to de establecer una literatura original en América está sembrado en nuestra sociedad y tendrémos esa literatura”. Ibíd., 480. 28. Valoro que es patente la intencionalidad de Mera al ubicar dicho estudio al co- mienzo de su Ojeada histórico-crítica, pues supone una clara reivindicación, no solo de una cultura y su lenguaje secularmente marginados a pesar de su producción literaria, sino, además, de una voluntad de integración al proyecto nacional de la etnia indígena. Prueba de ello es su comentario a la muerte de Atahualpa en dicho capítulo, y que obra como “símbolo integrador” a/de una nación que es diversa, plural en su composición humana y cultural. Véase el libro de Regina Harrison, Entre el tronar épico y el llanto elegíaco: simbo- logía indígena en la poesía ecuatoriana de los siglos XIX-XX (Quito: Abya-Yala / Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, 1996), 157-194. 29. “Indagaciones sobre la poesía quichua”. En Ojeada histórico-crítica…, 1. “Para mí la naturaleza material no tiene poesía, sino por el soplo divino que la anima, por aquel no sé qué impalpable, invisible, misterioso que habla más á mi espíritu que á mis sentidos”, en “Cartas al Señor D. Juan Valera. VI”: 88. -PRO47.10septiembre.indd 43 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 201844 todas partes y en todas ocasiones ejerce su influencia con una misma fuerza y un mismo poder”.30 En un sentido más amplio, el autor considera a la literatura como la más excelsa de las artes, puesto que “es la más noble, elevada y trascendental” de todas ellas, además de ser “cosmopolita e inmortal; le pertenecen el pa- sado, el presente y el porvenir […] donde hay verdad, belleza y utilidad, allí está ella para tomarlas, levantarlas y enseñarlas a los hombres y a las generaciones”.31 Y nuevamente los determinismos geográficos y climáticos (Herder) son para Mera, origen y causa de las diferentes literaturas nacio- nales, al tiempo que estas suponen un fiel reflejo de las respectivas costum- bres y la propia moral de sus pueblos. “Cada pueblo tiene su literatura en que están retratados su ser moral, sus creencias, aspiraciones, costumbres é historia, así como la naturaleza material que lo rodea y nutre […] todos han cultivado y cultivan las Bellas letras, cada uno conforme á la índole de su lengua, á su manera de pensar y sentir, á la naturaleza de su país, á sus costumbres y á sus tradiciones”.32 Y otro de los determinismos herderianos que Mera como romántico exclusivamente historicista hará suyo es el referido al denominado por él “ingenio artístico”,33 a saber, el condicionamiento que sobre este se ejerce en función de la diversidad geográfica-climática: “El ingenio artístico no es igual en todos los grupos en que está dividida la familia humana, siquiera no vivan ya entre las nieblas del salvajismo. La historia y la experiencia nos di- cen cuál es el influjo que las condiciones de la tierra, el clima de cada latitud y las diferencias de razas ejercen en este ingenio”.34 Así y según esta creencia, los climas templados favorecerían mucho más el desarrollo e, incluso, el tipo y calidad de las artes, mientras que aquellas 30. Ibíd., 3. 31. “Literatura y literatos. Carta á mi hijo J. Trajano”, Revista Ecuatoriana, t. I, n.o 5 (mayo de 1889): 169-174; para la cita en el texto, véase 170. 32. Ibíd., 172-173. 33. “Al fin, desde Samaniego y Salas, y talvez desde antes, puede asegurarse que todos [los artistas] se han contentado con ser copistas, circunstancia que se nota áun en nuestros días y que impide el progreso del Arte, pues no le hay verdadero cuando la in- teligencia se limita á seguir las huellas de otros, sin empeñarse en demostrar que posee la virtud creadora propia del genio”. En “Conceptos sobre las artes”, Revista Ecuatoriana: 134. Para el tema de la creación poética (inspiración versus racionalización o, lo que es lo mismo, romanticismo versus neoclasicismo) y otras cuestiones relacionadas con la misma, véase Manuel Corrales Pascual, “Juan León Mera, crítica e historia literaria”. En Juan León Mera, una visión actual, ed. por Julio Pazos Barrera, 15-30 (Quito: Pontificia Universidad Católica del Ecuador / Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador / Corporación Editora Nacional, 1994). 34. Ibíd., 123. -PRO47.10septiembre.indd 44 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 2018 47 expresados sencillamente en serventesios y seguidillas, no han de entrar en la vida literaria?40 También debe tenerse en cuenta para mejor valorar en Mera esa necesi- dad “fundadora” de una nueva literatura americana, su profundo desencan- to –que no con los adelantos técnico científicos de la época– por el, a su juicio, paralelo deterioro moral que, en forma de vacuidad vital y hastío existencial, iba adquiriendo el progreso en las naciones más avanzadas, particularmente las europeas, y que amenazaba con su incipiente propagación en América el futuro (moral) del continente. Efectivamente, el asentamiento en aquellas naciones de la ideología materialista tales como el nihilismo, racionalismo a ultranza, paganismo o el lujo y las modas foráneas, el realismo en literatura, así como “las inmorales y disolventes doctrinas del socialismo y comunismo tratando de suplantar á la santa sabiduría del Evangelio para corromper el corazon de la sociedad; las sombras de Proudom, de San Simon, de Fourrier inspirando á sus atolondrados discípulos las ideas del mal que deben entro- nizar en la tierra”,41 implicaban, en suma, el progresivo “olvido de todo lo espiritual y eterno”,42 al tiempo que un pernicioso escepticismo. E igualmen- te, esta incredulidad suponía un lastre, cuando no imposibilidad para poder plantearse metas de futuro a nivel societario o nacional y que respondieran a los verdaderos anhelos humanos de felicidad y desarrollo armoniosos en lo material y espiritual. Y es que, por el contrario, América todavía tenía un largo y esperanzado camino por recorrer en todos los ámbitos de la cultura y de la civilización, plena de juventud y vitalidad, lozana y robusta, “animada por tantos princi- pios de felicidad […] no puede tener astio de nada, no lo tiene […] ni buscar en el árido materialismo el orígen y fin de su existencia, la meta de todas sus aspiraciones”.43 Es decir, el continente está en un momento privilegiado de su existencia histórica y debe, por tanto, buscar su camino de desarrollo y valores propios, rechazando de plano los “falsos ídolos” europeos; en ello se juega su futuro y, por ello mismo, la (nueva) literatura americana está llamada a servir de guía “espiritual” –educativo/moral– a las naciones que integran a aquel. 40. “Estudio sobre los cantares del pueblo ecuatoriano”. En Antología ecuatoriana. Can- tares del pueblo ecuatoriano (Quito: Imprenta de la Universidad Central del Ecuador, 1892), XXIII, http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000044217&page=1. 41. “Vicios principales…”. En Ojeada histórico-crítica…, 448-449. 42. “Cartas al Señor D. Juan Valera. III”, Revista Ecuatoriana, entrega II, t. II, n.o 14 (febrero de 1890): 41. También afirmará en dicha “Carta” que “el único medio para que los pueblos lleguen á una civilización perfecta en lo posible, es el Cristianismo”: 41. 43. “Vicios principales…”. En Ojeada histórico-crítica…, 434. -PRO47.10septiembre.indd 47 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 201848 sobre eL “buen gusto” o La poétiCa neoCLásiCa en juan León mera Si hay un poeta al que Mera valora con verdadera y fundamentada ad- miración en su Ojeada, este es José Joaquín Olmedo, pues “en cada página, en cada estrofa manifiesta Olmedo la espontaneidad, el atrevimiento sublime y la celestial brillantez de su genio incapaz de someterse al rigor de los precep- tos artísticos que podía haber detenido su vuelo”;44 y particular mención le merece el poema “Canto a Bolívar” –también nominado como “La victoria de Junín”–, pues, y entre otras cuestiones, supone en su época uno de los mayores textos “heroicos” de la emancipación del Ecuador de su potencia colonial y, por tanto, del relato fundador de la “invención de la nación”.45 Al tiempo, dicho poema como por extensión de toda la obra de Olmedo, recibe uno de los mayores elogios que Mera pueda dedicar a cualquier autor, a saber, su “buen gusto”. A este tenor, resulta necesario explicitar que, para Mera, la estética en- tendida como “el auténtico conocimiento de lo bello” es considerada como universal –aplicable en todo tiempo y lugar– y a priori –metafísica–, puesto que no la ha inventado el ser humano, sino que “existe esencialmente en la creación […], viva, más latente en la naturaleza, ha sido declarada y pro- puesta a las Artes por el estudio y la reflexión, para que se sujetasen a sus leyes en la creación de sus obras”. Y es precisamente gracias a esas leyes (universales) que solo la razón deduce por lo que la estética es entendida, en la época del autor, como el verdadero y exacto fundamento de la crítica artís- tica, pues se ha convertido en “una autoridad que obra sujetándose a leyes justas y sabias”,46 a pesar de su lamentable ausencia en Ecuador. Es decir, es la normativa que permite objetivar universalmente, tanto al “buen gusto” como a su corolario finalístico, esto es, a la belleza. Un ejemplo interesante al tiempo que didáctico sobre esa (necesaria) aplicación del “buen gusto” es su anuencia en introducir algunos términos indígenas (quichuas) en la nueva literatura, siempre y cuando se refieran a cuestiones en las que una traducción directa al español pueda alterar su 44. “Don José Joaquín Olmedo”. Ibíd., 253. 45. Vease Benedict Anderson, Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo (México: Fondo de Cultura Económica, 1993). 46. “Conceptos sobre las artes”, Revista Ecuatoriana…: 124. Para ambas citas en el pá- rrafo del texto. En un sentido más ampliamente cultural y no solo referido a lo artístico, Mera opina que “La crítica es arte tan necesaria, que donde no se la practica falta uno de los elementos principales del progreso de las ciencias, las letras y demás conocimientos humanos”. En “Carta de Juan León Mera al Señor Don Antonio Rubió y Lluch…”, 465-475. -PRO47.10septiembre.indd 48 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 2018 49 verdadero sentido. Así pondrá como ejemplo el término “Pachacámac”, que solo adquiere su pleno significado en el contexto de la cosmovisión indíge- na, desvirtuándose en su traducción como Dios en la acepción occidental y cristiana. Sin embargo, dicha novedosa utilización debe responder a lo útil y razonable, y estar siempre basada en el citado “buen gusto”, pues es este quien “representa la verdad en las obras de la inteligencia”.47 Efectivamente, el “buen gusto” como categoría fundamental en la poética neoclásica, será articular en la conceptualización literario-poética de Mera, pues su rol formal y constructivo determinará, a su juicio, toda creación li- teraria. Repetida en numerosas ocasiones a lo largo de la Ojeada y en otros escritos de carácter ensayístico, aquella se reviste e implica diversas cuestio- nes como la necesaria imitación de la naturaleza (universalidad), la obligada adecuación entre la forma y el contenido, la sencillez y simplicidad formal- expresiva (por ejemplo, Mera criticará vehementemente la poesía culterana de Góngora), el requerido didactismo del tema, etc.48 Y cuestión que no solo atañe a la literatura, sino que también, y poniendo como ejemplo a la arqui- tectura, resulta extensiva para toda disciplina artística: “consúltese que no es difícil ni costoso, la regularidad de la planta, las proporciones convenientes de las partes del edificio, la simetría de puertas y ventanas; procédece de igual manera en lo interior […] En Quito hay abundancia de casas que no dejan qué desear en punto á simetría y otras condiciones requeridas por el Arte”.49 Es decir, Mera entiende que para cualquier género artístico, y en su que- hacer creativo, debe aplicarse una poética basada en el orden, la medida y la proporción, sencillez y claridad, constituida y construida mediante la razón, fundamento a su vez del imprescindible “buen gusto” reclamado para el arte. Y aunque ello, evidentemente, contraste con su ya mentada adscripción a ciertos postulados del Romanticismo, no supone para el autor una dispa- ridad antagónica, sino más bien un necesario por insustituible complemen- to en la búsqueda de la progresiva y ansiada perfección (ideal) en el arte, finalidad esta universalmente compartida por los artistas de su época: “La perfección del arte para que llene un fin social ó un fin puramente recreativo, debe ser el constante anhelo de todos cuanto le cultivan”.50 47. “¿Es posible…?”. En Ojeada histórico-crítica…, 485. 48. En parecidos términos y con la finalidad de regenerar a la vacua poesía ecua- toriana del momento, se pronunciará el conocido poeta, escritor y diplomático Remigio Crespo Toral en su corto ensayo de juventud titulado “Un nuevo ideal poético” [1883]. En Teoría del arte en el Ecuador, estudio introductorio de Edmundo Ribadeneira, 451-458. (Quito: Banco Central del Ecuador / Corporación Editora Nacional, 1987). 49. “Conceptos sobre las artes”, Revista Ecuatoriana: 129. 50. “Carta al Señor Don Antonio Rubió y Lluch…”, Revista Ecuatoriana: 470. -PRO47.10septiembre.indd 49 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 201852 hazañas con que han salvado la patria, y dádola libertad y gloria, y este será uno de los mas eficaces estímulos para que en adelante repitan las nobles acciones, y ciñan su frente con nuevos y eternos lauros”.57 En definitiva, es la cosmovisión que la idea de progreso instituye en su diktat universalizante,58 ahora como “materialización” estético-artística –y simbólica– en la constitución de lo propio, de lo nacional, bien entendido que desde la exclusiva y excluyente concepción conservadora y católica que ciertas e influyentes élites ejercen, divulgan e instituyen para toda la pobla- ción, ahora concebida como un homogéneo universal.59 Así, Mera y a pesar de su pregonado distanciamiento de los modelos eu- ropeos, asume el carácter metafísico del arte y su ideal de belleza postulado por aquellos, ejerciendo su creencia religiosa de gozne que permite aunar en una suerte de sincretismo sistemas estéticos tan contrapuestos (romanticis- mo versus neoclasicismo), y teniendo siempre como una de las finalidades del mismo, esa reiteradamente reclamada educación cívico-moral como me- dio insoslayable en la consolidación de su proyecto integrador de nación.60 57. “Vicios principales…”. En Ojeada histórico-crítica…, 428-429. 58. Es sabido que la idea de progreso preside y justifica al denominado proceso civi- lizatorio de toda nación moderna que se precie para poder “estar” en la historia, constitu- yéndose en un tópico en todo tipo de discursos de la época. En el Ecuador decimonónico y aun después, dicha idea será objeto de constante invocación en numerosos escritos, actos oficiales, etc.; en este sentido, y como un ejemplo entre otros muchos, en el discurso pro- nunciado por el poeta, escritor y diplomático Leonidas Pallares Arteta se lee lo siguiente: “Las artes buscan hoy en nuestro suelo sombra benéfica bajo las alas de la ciencia. El progreso, ley natural, política y social, invade como torrente acaudalado las más lejanas regiones de la tierra […]. Prende en sus rudos pechos [de los pueblos más atrasados o salvajes] la chispa libre e inmortal de la razón iluminada por la sabiduría, que engendra acciones grandes y grandes pensamientos, y les llama á vivir en la Historia, enseñando á pronunciar su nombre difícil á las edades de lo porvenir”. “Discurso leído por el Señor Don Leonidas Pallares Arteta la noche del 15 del presente en el concierto de “La Sociedad Filarmónica” (Quito: Imprenta del Gobierno, 1884), 7-8, http://repositorio.casadelacultu- ra.gob.ec/bitstream/34000/18026/2/LBNCCE-msc06-Palleres-6800.pdf. 59. “Pese a las polémicas entre bandos, la patria que soñaron siempre fue una sola: una república hispánica y católica, patriarcal y conservadora. Finalmente, este es el signi- ficado que transmiten las novelas ecuatorianas del siglo XIX, escritas entre 1855 y 1893. Al narrar la nación en clave estética, de modo histórico y en tono crítico, los primeros nove- listas fundaron un país imaginado por las élites sociales, que habían heredado la cultura y el territorio de sus padres, los mismos que sostuvieron el régimen de castas y exclusión de la Colonia española durante siglos. La casa que edificaron los primeros ecuatorianos no podía ser muy distinta del palacio imperial, pues la tuvieron que construir con los mismos ladrillos de sus ruinas”. César Eduardo Carrión Carrión, La novela ecuatoriana del siglo XIX…, 305. 60. Ejemplo paradigmático de ese “compromiso patriótico” en relación a la escritura será la publicación con fines divulgativos de su Catecismo de geografía de la República del -PRO47.10septiembre.indd 52 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 2018 53 ConCLusiones La voluntad de establecer un (nuevo) canon literario en Ecuador por par- te de Mera que incluyese no solo a la poesía “culta”, formalmente construida a partir de los postulados neoclásicos, si no a los cantares populares o a la propia poesía en lengua quichua, obedece a su proyecto nacional integrador a partir de la constatación y aceptación de una realidad plural en lo social, cultural y étnico. También merece destacarse su reivindicación de la mujer en ese proyecto y en igualdad con el hombre, algo inusitado para la menta- lidad de la época y más por parte de una persona declarada “conservadora y católica”, al igual que en ese sentido, la edición de determinadas obras de aquellas.61 Y proyecto integrador que, si bien debía estar basado en la dogmática y moral católica (por ejemplo, Mera era partidario de la evangelización de los pueblos autóctonos de la Amazonía), ello no impedía profesar pública- mente el necesario respeto por las costumbres y tradiciones de las culturas indígenas. Al tiempo, sus postulados romántico-historicistas le permitían fundamentar y establecer una hilazón histórica entre las culturas ancestrales y el propio presente que dotara de continuidad sincrónica y, por tanto de sentido, a ese proyecto nacional. E interrelacionadamente con lo anterior, era el rol de primer orden que estaba llamada a representar la literatura como factor educativo –patriótico y moral– en esa construcción. Efectivamente, la escasa calidad de la mayoría de la producción en ese ámbito, según comenta críticamente Mera, más sus Ecuador (Quito: Imprenta Nacional, 1875 [1873]), https://archive.org/details/catecismo- degeog00meragoog; Catecismo de geografía de la República del Ecuador, Texto de enseñanza para las escuelas ecuatorianas, adoptado por el Supremo Gobierno, 2.a ed. corregida y aumen- tada notablemente, y hecha con autorización del mismo Supremo Gobierno (Guayaquil: Imp. de La Nación, 1884), https://iiif.lib.harvard.edu/manifests/view/drs:4776723$1i, y su ulterior Catecismo explicado de la Constitución de la República del Ecuador (Quito: Imprenta del Clero, 1894). 61. Véase el sorprendente –en su contexto histórico-cultural– capítulo titulado “Doña Dolores Veintemilla de Galindo. La educación de la mujer entre nosotros”. En Ojea- da histórico-crítica…, 270-286. También, la edición crítica de las Obras selectas de la célebre monja de Mejico, sor Juana Inés de la Cruz, precedidas de su biografía y juicio crítico sobre to- das sus producciones (Quito: Imprenta Nacional, 1873), https://books.google.com.ec/bo oks?id=bMcGAQAAIAAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ViewAPI&redir_ esc=y#v=onepage&q&f=false, especialmente el “Prólogo” referido también a la denuncia de la consideración de la mujer en su época. Y sobre esta última publicación, el trabajo de Yolanda Montalvo Bustos, “Mera y sor Juana Inés de la Cruz”. En Juan León Mera..., 69-89 (Quito: Pontificia Universidad Católica del Ecuador / Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador / Corporación Editora Nacional, 1994). -PRO47.10septiembre.indd 53 12/10/18 14:54 Procesos 47, enero-junio 201854 propias ideas en lo que debía ser la labor creativa literaria, le impelen a esta- blecer un “orden” poético para la misma. Por ello, entiendo que la canónica neoclásica representa a su juicio el mejor antídoto contra los excesos barro- cos, el melifluo sentimentalismo cursi romántico o cualquier amaneramiento mimético. De ahí que la sencillez, claridad, concisión, naturalidad, razona- miento creativo, medida, proporción, etc., de la poética neoclásica le resulten –en el concepto y en la práctica creativa– ideales en esa ansiada regeneración literaria. Y ejemplo de ello será su demostración a través del ejercicio de la crítica literaria –ausente en el Ecuador de su tiempo– de la importancia y validez de esa necesaria canónica. En definitiva, el gran conocimiento literario de Juan León Mera, además de su dedicación y exigencia, tanto en la creación poético-novelística como ensayística, unido a su proyección “patriótica”,62 nos muestran al hombre comprometido con su momento histórico y político, a la par que con el arte como guía estética en el devenir de la incipiente y frágil nación. Su meditada a la par que ingente y plural obra así lo demuestra. 62. Por ejemplo, muy nombrada será su polémica en 1887 con el alcalde de Quito, el liberal moderado Francisco Andrade Marín y otras autoridades municipales, y particular- mente con el a la sazón embajador español en Ecuador, Manuel Llorente Vázquez, a raíz de la “mutilación” por parte del cabildo de diversos elementos simbólico-emancipadores del coloniaje español en la escultura de Sucre, a resultas de las quejas de dicho embajador, y a las que cabría sumar igualmente la pretensión del diplomático de la supresión de de- terminadas estrofas “ofensivas a España” del Himno Nacional compuesto anteriormente por Mera en su letra (1865). -PRO47.10septiembre.indd 54 12/10/18 14:54
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