¡Descarga América en el siglo XVIII resúmen y más Apuntes en PDF de Historia solo en Docsity! ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 25 Recibido 2013-‐02-‐01 Aceptado 2013-‐12-‐05 La investigación sobre el mapa histórico de América (s. XVIII) en las cartotecas del Ministerio de Defensa de España Carmen Martínez Martín* Resumen: Este artículo pretende estimular la investigación sobre América en el siglo XVIII dentro del ámbito de la cartografía histórica, concretamente sobre los ejemplares custodiados en los principales archivos militares de España. Se han revisado “grosso modo” sólo los fondos existentes de los territorios americanos. Se ofrece con ello una visión general para la elección del mapa más en consonancia con el área objeto de estudio, la selección del autor o autores que ofrecen mayor garantía de información y veracidad para el fin que se pretende, así como la iconografía histórica que podemos encontrar en ellos. Abstract: Research on the historical map of America (18th century) in map libraries at the Spanish Ministry of Defence. This article aims to stimulate research on eighteenth century America within the scope of historical cartography, specifically on the copies of maps and charts kept in the main military archives of Spain. This broad study is limited to the material on American territories found in said archives. The purpose is to enable the selection of the map most relevant to the area under study, along with the author or authors who provide the most accurate information for the purpose intended, as well as detailing the historic iconography found in them. Palabras clave: cartografía histórica, mapa antiguo, cartas hidrográficas, geógrafo real, ingenieros militares, guardiamarinas Keywords: historic cartography, old maps, historic maps, hydrographic charts, royal geographer, military engineers, midshipman El mapa histórico deberá ocupar un lugar, nada desdeñable, en la investigación del pasado, llegando a ser algunas veces un documento gráfico de capital importancia a la hora de explicar o aclarar la historia; por tanto deberá perder el papel de simple ilustración, sin explicación sobre sus contenidos, como sucede, con frecuencia, en ciertas publicaciones. Esta será la razón del presente estudio: alentar, ayudar o estimular el uso del mapa histórico entre investigadores americanistas. Es obvio, dada la amplitud del material que puede ser analizado, que el marco cronológico objeto de nuestra atención quede reducido a sólo el siglo XVIII, cuando la representación cartográfica europea recibe un importante impulso. En relación con la temática, será la historia de América en aquellas representaciones realizadas en el referido siglo, grosso modo, desde la guerra de Sucesión Española hasta terminar la dominación colonial en la mayor parte de América. Cien años de historia, en el segundo continente mayor del mundo, con un considerable avance en las técnicas empleadas en la representación del terreno respecto a la etapa precedente, sobre todo en la segunda mitad del siglo, en la llamada revolución científica, cuando * Investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, España, carmen.m@ghis.ucm.es CARMEN MARTÍNEZ MARTÍN ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, AÑO 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 26 tuvo lugar una gran difusión de los nuevos métodos a través de las academias de ciencias instauradas en las principales ciudades europeas volcadas a mejorar la confección de nuevos mapas. Los adelantos de las matemáticas tuvieron sus consecuencias en la topografía y la geodesia; se perfeccionó el teodolito en la triangulación de los mapas nacionales desde 1787, el cronómetro de Harrison, en 1767, resolvió definitivamente el problema de la longitud. Al tiempo se asiste a un gran impulso en la instrumentación de medida que permitió confeccionar los almanaques náuticos. En definitiva, había mayor precisión en la obtención de los datos, con extraordinario progreso respaldado por la política llevada a cabo por los gobernantes. De esta manera, poco a poco desaparecen o pierden interés aquellos mapas de gabinete, sin trabajo de campo, que en Francia contaron con el patrocinio de Luis XIV y apoyo de la Real Academia de Ciencias. En Inglaterra contaron con las aportaciones de Isaac Newton difundidas por la Royal Society of London, impulsando la cartografía de Gran Bretaña al finalizar el siglo. En general podemos hablar de alta producción de mapas en el siglo XVIII realizada desde Europa cuando todavía las colonias dependían en este quehacer de sus metrópolis. Imagen 1. Carte d`Amérique divisée en ses principaux pays, Dressée sur les Mémoires les plus récents…. Por Mr. P’Abbé Clouet de l’ Academie Royale de Rouen, 1776. (Fuente: Ministerio de Defensa. Centro Geográfico del Ejército) Los mapas de la época reúnen numerosos datos sobre paisajes naturales, también nos informan de los principales acontecimientos que se van sucediendo en el escenario de tierras americanas, donde los europeos fueron descubriendo nuevas LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL MAPA HISTÓRICO DE AMÉRICA (S. XVIII) EN LAS CARTOTECAS DEL MINISTERIO DE DEFENSA ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 29 Sudamérica, con escala variada (entre 1:30000000 a 1:6000000). La mayoría de los atlas que se fueron editando en centros europeos incorporan ambas representaciones, aunque Norteamérica ocupa un lugar más destacable entre geógrafos ingleses y franceses debido a la extensión de sus colonias en esta parte del Continente. Además se aprecia una evolución a lo largo del siglo debido a nuevas exploraciones realizadas en fechas posteriores4; sólo en las últimas décadas del siglo XVIII aparece dibujada la parte más septentrional de América; al mismo tiempo se fue mejorando la representación de las áreas cercanas a la costa Pacífica de Norteamérica. Imagen 2. Amerique Septentrionale divisée en ses principales parties… par le S´Sanson, Geographe Ordinaire du Rey... 1785. (Fuente: Ministerio de Defensa. Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos del Centro). Aparte de los mapas generales de América, tenemos una amplia gama de territorios cartografiados en diversas escalas sobre áreas menores. En Norteamérica destacan los de las colonias francesas (Nova Francia, La Luisiana, etc), o las inglesas de la costa atlántica (Massachusset, Virginia, Pensilvania, New Jersey, etc.) También hay mapas de sólo Centroamérica, con frecuencia sobre los territorios del virreinato de Nueva España. Las representaciones de Sudamérica suelen ir divididas en dos partes: Septentrional y la Meridional. Para Guillaume Delisle, el sector norte sería Carte de la Terre Ferme du Perou, du Bresil et du Pays des Amazones y al sur Carte du Paraguay, du Chili, du Detroit de Magellan. También cobran especial atención en la representación, los territorios de los virreinatos de Nueva Granada, Perú o Río de la Plata; en áreas menores tenemos las gobernaciones, audiencias o islas del Caribe; con menos frecuencia encontramos mapas sobre las capitanías de Brasil. 4 Idem., ejemplares publicados en Cartografía de Ultramar, Estados Unidos y Canadá, 1953. CARMEN MARTÍNEZ MARTÍN ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, AÑO 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 30 LOS AUTORES La cantera más importante comienza con los atlas y mapas de afamados cartógra-‐ fos franceses, vinculados a la monarquía, geógrafos reales, que arrebataron el pres-‐ tigio que hasta entonces tenían los mapas holandeses, tomando el liderazgo a partir de las últimas décadas del siglo XVII. Al principio eran los llamados mapas de gabine-‐ te, que utilizan todas las fuentes disponibles, sin apenas datos medidos sobre el te-‐ rritorio, y aún asociados a la abundante decoración de la etapa precedente, aunque van perdiendo la iconografía alegórica o representaciones con animales fantásticos y dejan bastantes territorios en blanco o espacios sin información. Se inicia con Nicolás Sansón d`Abbeville (1600-‐1667) historiador y geógrafo, ocu-‐ pado en rehacer mapas ya existentes que en astronomía y levantamientos cartográ-‐ ficos. La edición de cartas de América en su atlas de 1657 se repite en fechas poste-‐ riores, y sus mapas fueron mejorados en las publicaciones de su hijo y posteriores impresores, como el Atlas Nouveau (1696) del editor Alexis Hubert-‐Jaillot5, o Atlas Nouveau contenant toutes les parties du Monde, por Pierre Mortier, Libraire6. Igual-‐ mente destacables son las Cartas de Jean Baptiste Nolin (1686-‐1762). Nicolás de Fer (1646-‐1720)7, en su Atlas ou recüeil de cartes Geographiques, 1709 (cartas 94 a 97, en CGET). Le Petit et Nouveau Atlas, 1705; Atlas Curieux ou le monde représenté dans cartes générales et particuliéres du ciel et de la Terre de 1700-‐1705 y múltiples ediciones de 1717; aparte de mapas sueltos. Destacamos su Atlas Nouveau de 1730, Atlas Novus de 1740, Atlas Francois de 1739 y Atlas Mundial, 1745. En este contexto tenemos la altísima producción de J.B.Bourguignon D´Anville (1697-‐1782). Sus mapas se reeditarán después de su fallecimiento. Igualmente abundan las Cartas marinas del atlas de Jacques Nicolás Bellin (1703-‐1772), del Depôt des Cartes et Planes de la Marine. De este autor se conservan doce atlas editados en Paris, procedentes del Depósito Hidrográfico, hoy en la cartoteca del Museo Naval, fechados entre 1756 y 1792. Ofrece interés el atlas de 1788 sobre Norteamérica, particularmente valiosos los de Canadá y territorios de colonización francesa (Nova France, Acadia, Luisiana). España se unió a los adelantos en el ámbito cartográfico enviando a Tomás López y Vargas Machuca (1731-‐1802) y Juan de la Cruz Cano (1734-‐1790) a París, con la finalidad de formarse en los talleres de grabación y gabinetes de D’Anville, a donde acudieron entre 1752 y 1760. De regreso en Madrid en 1760, Tomás López comienza su carrera como editor. Así encontramos varios atlas de este autor con ejemplares sobre América, como el Atlas Geographico de la América Septentrional y Meridional: Dedicado A la Cathólica Sacra Real Magestad de el Rey Nuestro Señor Don Fernando VI / Por su mas humilde Vasallo Thomas Lopez Pensionista de S.M. en la Corte de Paris Año de 1758, compuesto de 116 hojas, de pequeño formato (12 x 8 cm), o el Atlas de Portuga,l, Estrecho de Gibraltar, Canal de la Mancha, Caribe y otras zonas del Mundo de 1781; ambos se conservan en el Museo Naval. Y el Atlas geográphico 5 Hernando (1995, 203-‐207). 6 La página del Ministerio reconoce 463 registros de Sanson (padre, hijo y de fechas posteriores). Los mapas generales de América Septentrional y Meridional son más de diez. 7 Martín Merás (2007, Vol.1, 22-‐25). Isabel Vicente Maroto: “El gran teatro del mundo: Theatrum Orbis Terrarum” en Imago Mundi (2010, 180-‐181), sobre Nicolás de Fer. LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL MAPA HISTÓRICO DE AMÉRICA (S. XVIII) EN LAS CARTOTECAS DEL MINISTERIO DE DEFENSA ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 31 (1776) publicado con su hijo Juan López. De este atlas, dedica los nº 78 a 92 al continente americano (AGMM y CGET). Obras que entraron por diversos cauces, en parte procedentes del Depósito de Ingenieros, pero también gracias a las compras de colecciones particulares, como la del catedrático vallisoletano Manuel Rico y Sinobas en 1902. Merece nuestra atención el atlas elaborado por Tomás López en colaboración con Juan de la Cruz Cano y Oldemilla en el tiempo que estuvieron juntos. Pero el ejemplar más conocido de este último cartógrafo, de gran formato (8 hojas de 216 x 176 cm), lleva por título: Mapa geográfico de América Meridional / dispuesto y gravado por D. Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, geogfo. Peusdo. de S.M., individuo de la Rl. Academia de Sn. Fernando y de la Sociedad Bascongada de los Amigos del Pais, teniendo presentes varios Mapas y noticias originales con arreglo á Observaciones astronómicas8. Este importante mapa se encuentra en las tres cartotecas que revisamos, porque fueron numerosas las ediciones del mismo. Si bien la primera de ellas sería retirada por el gobierno, porque entonces se estaban negociando los límites de las posesiones españolas y portuguesas en Sudamérica, y por razones políticas, el mapa podría no favorecer los intereses de España en el reparto. No obstante, entre 1775 y 1789 fue objeto de cuatro ediciones, incluso una en Inglaterra por William Faden en 1799, que como dice su editor “es copia literal del mapa español”. Siguiendo con este somero repaso, en Gran Bretaña se produjo el renacer cartográfico, primero a imitación de la producción holandesa y francesa. Al comenzar el siglo destaca Herman Moll (1654-‐1708), holandés que se estableció en Londres en 1678. El editor John Bowles difundió su atlas con 65 imágenes hacia 1725, entre los últimos incorporados tenemos los ejemplares de las islas inglesas de Jamaica, Barbados, San Cristóbal y Nevis. Sobre este, véanse los mapas de Map of North America y Mapa of South America, de 1712 y 1715, respectivamente9, con una detallada toponimia para su época (AGMM y CGET). Menos conocido es el editor del bello mapa sobre el Imperio Británico que lleva el título: Map of the British Empire in America with the French and Spanish settlements, adjacent thereto (1733), el mejor realizado para esta fecha, dedicado por Henry Popple a su Majestad y editado en Londres (242 x 236 cm, en CGET)10. Ya emancipada la cartografía británica del continente europeo, la producción se centró en Londres después de mediados del siglo, al tiempo que el nivel técnico mejoraba considerablemente, con una gran demanda de ejemplares sobre Norteamérica tras la adquisición de Canadá en 1763 y dos décadas después de la 8 Entre otras publicaciones, en Tesoro de la cartografía española. XIX. Catálogo, nº 47. También en Imago Mundi. Mapas & Imprenta (2010, 416-‐417). En el Catálogo de la exposición Biblioteca Nacional de España, 300 Años haciendo Historia. 1711-‐2011 (163-‐164). Todas las referidas ediciones van acompañadas de un breve estudio. 9 Cartografía y relaciones históricas de ultramar. América General. Mapas nº 41 y 42. Con una detallada descripción sobre el contenido de los mismos. 10 Publicado en B/N en Cartografía de Ultramar: Estados Unidos y Canadá. Mapa nº 1. Este ejemplar recoge en recuadro al norte de las Antillas, un escudo de armas, posiblemente de la reina a quien se lo dedica. Véase: http://www.worthpoint.com, Henry Popple’s “Map of the British Empire in North America”, publicado en 1734. CARMEN MARTÍNEZ MARTÍN ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, AÑO 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 34 varios viajes de exploración en litorales americanos aún desconocidos o que ofrecía complicada navegación. Este sería el caso de la expedición por el estrecho de Magallanes con la fragata Santa María de la Cabeza (1785-‐86), en un viaje científico con la finalidad de hacer Cartas precisas de sus costas, poniendo a prueba nuevos instrumentos de observación astronómica; de ahí la garantía que ofrecen los datos sobre puertos, bahías y ensenadas, con perfiles costeros, aunque sin especial interés desde el punto de vista iconográfico. Prosiguen con el viaje de los paquebotes Santa Casilda y Santa Eulalia (1788-‐1789), pero especialmente abundan las cartas, mapas, planos y dibujos de la expedición de Alejandro Malaspina alrededor del mundo (1789-‐1784). Gran parte de este material fue publicado en el Atlas Marítimo Español de 1789, que reserva su portada a la representación de instrumentos precisos utilizados en aquellos reconocimientos. Igualmente memorables son los ejemplares levantados y publicados en La expedición hidrográfica del atlas de la América Septentrional (1792-‐ 1805)14, editado por el Depósito Hidrográfico, o la Colección de Cartas marinas de América en los últimos años del siglo XVIIl (CGET, atlas 139). Sin olvidar el papel de los guardiamarinas en las demarcaciones de límites con Brasil, de los que se conservan valiosos documentos cartográficos15. Asimismo destacan los trabajos de campo de los ingenieros militares, encargados de realizar cartas geográficas de territorio para acompañar a los informes presentados antes de acometer nuevas construcciones o reparaciones de las ya existentes. Abundan los planos de fortificaciones marítimas principalmente sobre los puertos de la Habana y Cartagena de Indias, con diseños, proyectos de defensas16 (arsenales, cuarteles, castillos, etc.), así como otras construcciones civiles que estuvieron a su cargo (casa de aduanas, edificios de audiencias, etc.); Importantes para el estudio del patrimonio arquitectónico de la época de los Borbones en América. Entre los ingenieros merece especial atención Antonio Arévalo y Porras para los estudios relacionados con las construcciones defensivas del Nuevo Reino de Granada. En este virreinato residió más de 50 años, desde su llegada en 1742 hasta su fallecimiento en 1800, colaborando con los virreyes (don Antonio Caballero, Antonio Flórez, Mesia de la Zerda y José Espeleta) en la defensa del puerto de Cartagena contra el imperio británico17. Este autor tiene registrados 106 ejemplares (AGMM), algunos han sido publicados por el mismo Ministerio de Defensa18. ASPECTOS DESTACABLES DEL MAPA 14 Martín Meras (2010, 391-‐413). “Las expediciones científicas de la Marina (siglo XVIII)”, en Cartografía Hispánica. 15 Martínez Martín (2011). Véanse los mapas publicados. 16 Capel (2005, 231-‐267). 17 Zapatero, J. 1979, 151-‐204. 18 Carpeta de Cartografía de Colombia, Panamá y Venezuela. Mapas 53 a 60, la mayoría son planos de Cartagena de Indias. LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL MAPA HISTÓRICO DE AMÉRICA (S. XVIII) EN LAS CARTOTECAS DEL MINISTERIO DE DEFENSA ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 35 En el estudio del mapa deberá ser objeto de atención la toponimia tanto de accidentes geográficos, como de ciudades, poblados, etc.. A través de ella se podrán conocer los cambios que se produjeron en los nombres con el paso del tiempo, acercándose cada vez más a las denominaciones actuales. Al tratarse de un extenso continente, con un considerable retraso en el conocimiento de los europeos durante la etapa que revisamos, con frecuencia encontramos errores geográficos o bien los mismos accidentes pueden ofrecer topónimos distintos en consonancia con las fuentes manejadas por el cartógrafo. Y conviene tener en cuenta las escuelas europeas de la época, pudiendo aparecer la toponimia escrita en castellano, portugués, holandés, francés o inglés. Lo mismo sucede con los títulos y leyendas explicativas de los mapas; estas últimas son, a veces, verdaderos documentos escritos con importantes informaciones históricas, llegando en algunos casos a ocupar más de la mitad del mapa. Y guardan interés las claves alfabéticas sobre lugares en los planos locales19. No debemos olvidar cómo y para qué fue levantado el mapa, o de dónde proceden las informaciones que plasma el geógrafo. En cuanto a los autores franceses, la edición de sus ejemplares respondía a la revisión de los ya existentes, añadiendo las nuevas noticias que llegaban a sus manos. Esto significa que algunos errores del pasado se mantienen en ejemplares con fechas más recientes, incluso pueden conservar sus anteriores títulos. Con frecuencia, los autores citan las fuentes de información en la cartela o en las leyendas escritas, lo que nos pone de manifiesto que una importante fuente de información solían ser las expediciones realizadas por mar y tierra. Así Guillaume Delisle recoge en la cuenca del río San Lorenzo, región de los Grandes Lagos y río Misissipi de Norteamérica, las exploraciones francesas de la zona, sobre todo las relaciones de Samuel Champlain y de los misioneros jesuitas franceses. Para la cuenca del Amazonas Delisle tomó información de la historia escrita por el cronista Antonio de Herrera, publicada a principios del siglo XVII, reproducida en ediciones posteriores. Cita a dos misioneros, Manuel Fernández y el jesuita Cristóbal de Acuña quienes navegaron el río desde Quito a Pará, dejando escrita una relación en 1639, luego publicada en francés e inglés (Atlas Mundial, nº 81. CGET). O los datos aportados del viaje de la medición del grado de Ecuador bajo la dirección de La Condamine y su regreso por el río Amazonas hasta llegar a París en 1744, donde publicó los resultados. Otra fuente importante de información fueron los mapas y escritos de los jesuitas en sus áreas de misiones. Así, Delisle lo recoge en el título de su mapa Carte Paraguay, du Chili, du Détroit de Magellan & C. dressée sur les Descriptions des PP. Alonso d´Ovalle et Nicolas Techo (1703). Un ejemplar del mismo autor está contenido en su Atlas Mundial, p.83 (CGET). No obstante con el mismo título, hay otro mapa en el Atlas Geográfico Universal, p.40 de 1745, editado por su yerno Philippe Buache. En este último ejemplar, además de citar a los dos religiosos como 19 Una detallada toponimia sobre los ejemplares publicados está recogida en Cartografía y relaciones históricas de ultramar. CARMEN MARTÍNEZ MARTÍN ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, AÑO 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 36 fuente de información, añade las noticias que le aportan algunas relaciones y memorias de navegantes que estuvieron en las costas magallánicas en esos años. Siguiendo el modelo francés, Tomás López recurrió a diversas fuentes informativas que suele comentar en el mismo mapa. Sigue a su maestro D´Anville y a los franceses J.N. Bellín y Delisle, concretamente los nombra en la elaboración de su Carta sobre la isla francesa de Martinica; en las Antillas menores tomó datos del astrónomo francés Luis Feuillée. A veces reproduce las informaciones de geógrafos ingleses, así en su plano de Panamá dice que fue sacado del publicado por Tomás Jefferys; lo mismo comenta de los planos de Puerto Rico, Jamaica y Cuba. También recurrió a las informaciones contenidas en mapas y planos de militares españoles asentados en las colonias americanas, o las referencias que dejaron los misioneros de la zona, como sucede con su mapa del sur de Chile. Las fuentes utilizadas en la confección del famoso mapa de América de Juan de la Cruz Cano y Oldemilla han sido objeto de estudio por recientes investigadores; incluso Tomás López, compañero de él en Paris, dejó una crítica sobre ello en 1797. Así para las costas del Perú se apoyó en los levantamientos de Jorge Juan y Antonio de Ulloa; en sur de Chile se refiere a un mapa de un tal Poncho Chileno que conocía bien aquellas tierras (quizás esta sea la razón de conservar un ejemplar del mismo en la cartoteca del CGET20), así como una copia fiel realizada por Tomás López. La producción de Londres se vio respaldada por la Royal London, e instituciones nacionales (Compañía de las Indias, Compañía de la Bahía de Hudson) o el Almirantazgo inglés, que como sucedió en otras naciones europeas, sus servicios hidrográficos realizaron una alta producción de cartas náuticas en las que se plasmaban las exploraciones en que estaban ocupados. El afamado cartógrafo inglés Aaron Arrowsmith estuvo durante un tiempo en la oficina del Hidrógrafo del Rey de Inglaterra, recibiendo informaciones de 140 autoridades, y gracias a los datos facilitados por la Compañía de la Bahía de Hudson y las observaciones astronómicas del capitán James Cook, pudo levantar mapas de la parte más septentrional de Norteamérica no dibujada hasta entonces. En este contexto cobra interés el mapa de John Mitchell titulado A Map of the British and French Dominions in North America… base de las negociaciones territoriales entre las Trece Colonias y Gran Bretaña para el tratado de Versalles de 1783. Su autor fue un botánico establecido en Virginia a principios del siglo, que volvió a Londres en 1747. En América recibió informaciones de gobernadores y comerciantes de las colonias; y ya trasladado a Inglaterra contó con el apoyo de la Cámara de Comercio de Inglaterra (Board of Trade), obteniendo acceso directo a la cartografía oficial, como la Oficina Trigonométrica Militar de la Gran Bretaña. Primero realizó un borrador, mejorado y publicado en 1755 y 1757. La segunda edición del mismo fue impresa por Jefferys y Faden, en el que se incluyen dos largos bloques de texto describiendo las fuentes manejadas sobre los datos. Los ejemplares de las escuelas militares responde a trabajos de campo, por tanto un material de primera mano, fruto de las experiencias de los oficiales reales en tierras americanas, confeccionados con técnicas aprendidas en las academias militares donde reciben su preparación. El ingeniero, piloto o guardiamarina 20 Publicada Manso López, 2006, 266-‐267. LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL MAPA HISTÓRICO DE AMÉRICA (S. XVIII) EN LAS CARTOTECAS DEL MINISTERIO DE DEFENSA ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 39 Imagen 4. The United States of America laid down from the best authotities, agreeable to the peace of 1783… Dentro del tema de fronteras destaca la división de Brasil en capitanías, que se vieron incrementadas en la expansión territorial en Sudamérica desarrollada por los portugueses en la segunda mitad del siglo. En la parte dominada por España aparecen dibujadas las fronteras de los virreinatos, gobernaciones, audiencias, intendencias o divisiones eclesiásticas. Para el tema de las fronteras luso-‐hispanas en Sudamérica, destacan los ejemplares levantados por las comisiones de límites según los tratados de Madrid de 1750 y San Ildefonso de 1771, un material gráfico de primera mano para comprender las diferencias que surgieron durante las demarcaciones conjuntas de españoles y portugueses en los reconocimientos del terreno que debían delimitar las comisiones nombradas por ambas naciones. Debemos también tener presente que los mapas levantados al final de la etapa colonial guardan especial interés para fijar las fronteras de las jóvenes repúblicas tras su independencia siguiendo el principio del uti-‐possidetis en 1810. De ahí que los mapas constituyeron una importante prueba de los derechos territoriales de las jóvenes repúblicas latinoamericanas; en consecuencia, algunos de los ejemplares de finales del siglo XVIII custodiados en las cartotecas que revisamos fueron reeditados en el siglo XIX, e incorporados a las defensas de los alegatos de países sudamericanos. Aparte de las apreciaciones antes realizadas, hay abundante iconografía dentro o al margen de la cartela de los mapas, a veces en los recuadros de las leguas gráficas o bien ocupando gran parte de él. En este contexto son destacables los mapas sobre “America” de Nicolás de Fer, de diferentes fechas, pues algunos contienen notas CARMEN MARTÍNEZ MARTÍN ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, AÑO 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 40 explicativas sobre la geografía e historia de América, y llama la atención los numerosos grabados en las márgenes que hacen referencia a los habitantes, paisaje, fauna y flora de algunos de los lugares más destacados del Continente. Con medallones de los grandes personajes del siglo XVI: Cristóbal Colón, Américo Vespucio, Magallanes y Pizarro25. Estos y otros conocidos protagonistas de la historia americana vuelven a estar presente en diferentes mapas editados en el siglo que revisamos; entre ellos destaca el ejemplar grabado según el ingeniero L.C. Desnos, de 1760, conservado en CGET26, que contiene en la orla grabados sobre famosos navegantes y exploradores (entre otros los franceses Jacques Cartier, Marquette y Joliet en un mismo medallón, el Sr de la Salle explorador del curso del río Mississipi, o los holandeses Isaac Lemaire junto a Schurten descubridores del estrecho Le Maire). En la misma cartoteca tenemos un mapa sobre América, editado con aprobación del rey en 1754, grabado en Paris27, con 17 estampas a todo color y leyendas que recuerdan la historia de América. O el ejemplar publicado por la Academia Real de Rouen en 1776, con veinte grabados sobre descubrimientos y conquistas en América28. Con frecuencia, la iconografía reservada a las cartelas nos ofrece imágenes evocando las características del área representada, donde se mantiene el interés por lo novedoso y exótico de las nuevas tierras de promisión. Podemos encontrar el cuerno de la abundancia, frutos del lugar (granos de cacao, mandioca, etc.), animales (armadillo gigante en Brasil, cabeza del búfalo en la Luisiana, cocodrilo o grandes reptiles en los ríos sudamericanos, linces, monos, papagayos, grandes tortugas en el Caribe, etc.)... Conserva del siglo anterior la representación de instrumentos de medición astronómica, (telescopio, compás, etc) para indicar la exactitud de los datos aportados. Especial mención merecen las imágenes de indios; todavía son frecuentes los tocados dibujados por Teodoro de Bry sobre el indio americano, pero se pierden las escenas de salvajismo de antes, aunque perviven las representaciones de indios con arco y flecha. Y como sucedía en el siglo anterior, a veces una figura femenina desnuda suele ser la imagen de América. Otro aspecto llamativo en relación con la dedicatoria del mapa son las armas de los monarcas reinantes presidiendo las cartelas; esta vez sin reivindicar derechos territoriales como fueron habituales en los portulanos y atlas holandeses. Tal herencia se afirma con los geógrafos reales, titulo inaugurado por el francés Guillaume Delisle; por tanto, muchos de sus ejemplares van presidio por las tres flores de lis de la dinastía Borbón. O las armas del Delfín de Francia, título dado al heredero al trono. Entre los ingleses, las armas de los Hannover, sobre todo de George III. En España también se difunde esta moda; y así Tomás López y Juan de la Cruz Cano y Oldemilla, que se titulan cartógrafos de Fernando VI, incluyen a veces el escudo de armas del monarca en las cartelas de sus mapas. 25 América General, nº 51 (1739). 26 Idem, mapa 64. 27 Idem, mapa 62. 28 Idem, mapa 74. Recoge los textos contenidos en los grabados. LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL MAPA HISTÓRICO DE AMÉRICA (S. XVIII) EN LAS CARTOTECAS DEL MINISTERIO DE DEFENSA ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 41 Imagen 5. Cartela del mapa Amerique Septentrionale de Hubbert Halliot, 1785. Presiden las armas del Delfín de Francia (escudo cuartelado, alternado flores de lis y delfín). También se puso de moda los escudos heráldicos entre los oficiales pertenecientes a las Academias creadas por los Borbones en el siglo XVIII. Varios ejemplares del Museo Naval ofrecen muestras de ello: en el Plano Hidrográfico y Geográphico del istmo centroamericano (1744), está el escudo de Felipe V, dibujado por Nicolás Rodríguez, ingeniero ordinario de S.M. Las armas de Fernando VI se encuentran en la cornucopia que encierra las leguas y millas del mapa de la bahía de Tampa, levantado por el piloto de la Real Armada Francisco de Celi, según la información contenida en su cartela. Entre los mapas de demarcadores en frontera con Brasil de la segunda mitad del XVIII, pueden aparecer juntas las armas de España y Portugal en el mismo formato. A veces con las columnas del Plus Ultra, emblema de la escuela de navegación en el departamento marítimo de Cádiz. En ocasiones están los escudos de armas de famosos políticos del momento, a quien se dedica el mapa: así las armas del bailío Julián de Arriaga, secretario de Estado de Marina e Indias, las recoge el Plano Hidrográfico de la bahía Terminos, sin precisar fecha, ni autor. Fuera de nuestras fronteras se mantiene la misma costumbre, como vemos en el ejemplar dedicado a Monsieur Le Noir, Consejero de Estado, Lieutenant general de Police en Carte du teatre de la guerre presente en CARMEN MARTÍNEZ MARTÍN ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, AÑO 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 44 Imagen 8. Fragmento del mapa de British Empire in America. Henry Popple, 1733. Igualmente están ilustradas famosas guerras marítimas y asedios a puertos, como sucede con el ejemplar titulado El orrendo y terrible combate que tuvo la nación británica en el castillo del Morro…. MN. de Pablo Ganzino (41 x 63 cm). El dibujante reproduce en este bello plano,las tropas y embarcaciones de las escuadras que participaron en el asalto de la flota británica al puerto del Moro (Habana), el 7 de junio de 1762. Era comandante de la plaza el capitán de navío Luis Vizente Velasco. Perdido por España el puerto de la Habana, como sabemos fue recuperado a cambio de la Florida Occidental que entregó España a Gran Bretaña en el Tratado de 1763. Las leyendas recogen que era su gobernador el mariscal Juan del Prado, y su primer comandante Gutiérrez de Evia que mandaba la escuadra española y la inglesa bajo Jorge Pocok. Por tanto, es un documento histórico que nos informa de las defensas españolas; proporciona una relación de las principales fortificaciones de la plaza, navíos y tropas que intervienen en el asedio, indicados por clave numérica. Según la catalogación en la página web del archivo, el ejemplar procede de la colección Rico y Sinobas32. Lo mismo acontece en la toma de Pensacola en la Florida occidental, en 1781, bajo el dominio inglés desde el tratado de 1763, después conquistada con la escuadra española al mando del mariscal de Campo Bernaldo Galves en la última etapa de las guerras de la independencia norteamericana. En ocho recuadros bellamente ilustrados están dibujadas la toma de la plaza desde el desembarco el 9 de marzo hasta su rendición el 8 de mayo-‐1781 (AGMM y MN). E igualmente en este contexto de guerras navales está ilustrada la expedición de la escuadra española que fue al mando del marqués de Casa Tilly en la guerra de España contra Brasil en 1776-‐ 77. Comprende una colección de planos, al menos diez ejemplares (muchos de ellos 32 La colección estaba formada por 179 atlas y 2416 mapas y planos. LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL MAPA HISTÓRICO DE AMÉRICA (S. XVIII) EN LAS CARTOTECAS DEL MINISTERIO DE DEFENSA ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 45 en el Museo Naval), sobre la toma de la Colonia de Sacramento a los portugueses; en ellos se precisa la posición de las baterías españolas en el asalto por tierra y la escuadra por mar. Finalmente debemos al menos referir el interés que cobra para el investigador los planos editados en Londres por Willen Faden sobre las principales batallas libradas en los sucesivos episodios de la guerra de la Independencia entre las Trece colonias inglesas y el ejército de Gran Bretaña, entre 1776-‐8133. CONSIDERACIONES FINALES Con esta somera revisión de los mapas sobre América de las cartotecas del Ministerio de Defensa se ha pretendido resaltar el interés de los mismos para la investigación sobre América en el siglo XVIII. Sobre todo poner de manifiesto que ofrecen un amplio material de análisis que cubre todo el Continente, tanto las áreas entonces de colonización francesa e inglesa de Norteamérica, como la luso-‐ castellana de Centro América y Sudamérica. Y resaltar que no se trata sólo de una cartografía de origen español, sino que hay también valiosas muestras de geógrafos europeos, lo que amplia notablemente el campo de estudio. En cuanto a la elección para futuras investigaciones, se pretende llamar la atención sobre la necesidad de buscar los vínculos entre los ejemplares seleccionados con otros de la misma época levantados en lugares diferentes de Europa con la finalidad de valorar las aportaciones o carencias de informaciones de los mismos. Al respecto, se deberá estar atento a las fuentes de información del cartógrafo porque, a veces, podría distorsionar la realidad en función de ellas, sobre todo en el caso de América, donde la representación cartográfica llega a ser un arma para resaltar el prestigio y poder de la metrópolis. Es el caso de los mapas del Imperio Británico. No se debe olvidar que el mapa histórico ofrece una amplia gama de aportaciones sobre el pasado en función de los objetivos que pretenda lograr el investigador, llegando a constituir una visión particular del cartógrafo que conviene añadir a las noticias contenidas en las fuentes documentales escritas. Entre las informaciones destacan los datos geográficos de entonces, muchos perdidos o desconocidos; por tanto, de gran interés para saber la evolución del conocimiento geográfico del continente americano, o poder precisar mejor la historia de las exploraciones y descubrimientos del siglo XVIII. Para el historiador, estos mapas levantados en Europa son muestras del prestigio de las naciones colonizadoras en América; por tanto muestran con orgullo famosas escenas de su pasado glorioso, o personajes que dejaron secuelas memorables en el Mundo americano. En este contexto estarían las muestras presentadas sobre batallas navales. Finalmente quisiera animar a investigar en el campo de Historia del Arte, como se ha pretendido esbozar en los contenidos iconográficos expuestos. Todavía constituye un campo de estudio apenas iniciado en el ámbito de la cartografía; sobre todo convendría profundizar y valorar cómo se trasmiten las alegorías e imágenes heredadas de la Europa clásica en el desconocido y exótico Nuevo Mundo. 33 Se encuentran en el MN y en la Biblioteca Nacional (Madrid), procedente de la Colección Mendoza Ríos. CARMEN MARTÍNEZ MARTÍN ANUARIO AMERICANISTA EUROPEO, 2221-‐3872, N° 11, AÑO 2013, Sección Fondos p. 25-‐48 46 ANEXO: IMÁGENES Imagen 1: Carte d`Amérique divisée en ses principaux pays, Dressée sur les Mémoires les plus récents, et sur différents Voyages, et assujettie aux observations Astronomiques de Mrs. delÁcadémie Royale des Sciences. Par Mr. P’Abbé Clouet ,de l’ Academie Royale de Rouen, 1776. Ministerio de Defensa, Centro Geográfico del Ejército. 65 x 90 cm. Imagen 2: Amerique Septentrionale divisée en ses principales parties, ou sont distingués les uns des autres les Estats suivant qu’ils appartiennent presentemét aux François, Castillans, Anglois, Suedois, Danois, Hollandois. Tirée des relations de toutes ces Nations. Par le S´Sanson, Geographe Ordinaire du Rey. Presentée a Monseigneur Le Davphin, par son tres humble, tres obeissant, et tres fidele serviteur, Hubert Iallot. 1785. Ministerio de Defensa. Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos del Centro. 53 x 86cm. Imagen 3: Fragmento del mapa A map of the British Empire in America with the french and spanish settlements adjacent thereto, by Henry Popple. C. Lempriere inv. & del. B Baron Sculp. To the Queen's Most Excellent Majesty This Map is most humbly Inscribed by Your Majesty's most Dutiful, most Obedient, and most Humble Servant Henry Popple. London Engrav'd by Willm. Henry Toms & R.W. Seale, 1733. Ministerio de Defensa, Centro Geográfico del Ejército. 53 x 41 cm. Plano de la ciudad de México. Imagen 4: The United States of America laid down from the best authorities, agreeable to the peace of 1783. Published, April 3d. 1783, by the proprietor John Wallis, at this Map-‐ Warwhouse, Ludgate Stret, London. Recoge los límites de las trece colonias en amarillo, las colonias inglesas del norte en rojo-‐rosáceo y los territorios españoles en verde. Grabado alegórico de la Paz en la cartela con la bandera de las Trece colonias independientes. Benjamìn Franklin sentado firmando el Tratado, protagonista de aquel acontecimiento histórico. Museo Naval. 44 x 53 cm. Imagen 5: Cartela del mapa A map of the British Empire in America with the french and spanish settlements adjacent thereto, by Henry Popple…, 1733. CGET. 53 x 41 cm. Imagen 6: Cartela del mapa Amerique Septentrionale divisée en ses principales parties…, Hubert Iallot. 1785. CGET. 53 x 86cm. Imagen 7: Plano hidrographico y geographico del Reyno de tierra firme, y sus provincias de Veragua y Darien que de Orden del M.I.S. D. Dionisio Alzedo, y Herrera, presidente, gobernador y comandante. Gener. por S.M. del expresado Reyno y Provincias, nuevamente saca a la luz corregido y emmendado el capn. Don Nicolas Rodriguez, ingeniero ordinario por S.M. en el. En estas Costas de la parte del Sur Surge la marea (en los Novilunios y Plenilunios) tres, quatro, y cinco brasas, y se Retiró en la Vaçeante, media, tres quartos y una legua en partes. Año de 1744. Museo Naval (Sign. 11-‐A-‐11). 35,5 x 46 cm Imagen 8: To the Right Honourable George Earl of Hallirax, one of his Majestys Principal Secretary´s of State &&. This map of the island of Jamaica laid down from the papers and under the direction of Henry Moore, Esqr.; His Majesty's Lieutenant Governor and Commander in Chief of that island, in the years 1756, 57, 58, 59, 60 & 61; & from a great number of actual surveys performed by the publishers is humbly inscribed by his lordship's most obedient & most humble servants, Thos. Craskell, engineer, Jas. Simpson, surveyor. Museo Naval. Grabado en 4 Hojas. 52 x 62,5 cm.