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Análisis comparativo de la posición de la mujer griega en la novela histórica La hija, Monografías, Ensayos de Filología hispánica

1. Época en la que se desarrolla la novela. 2. El papel de la mujer en la novela La hija de Homero de Robert Graves. 3. La mujer y el matrimonio. 4. El rol de la mujer en el oikos. 5. Los espacios sociales de la mujer.

Tipo: Monografías, Ensayos

2020/2021

Subido el 10/05/2023

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¡Descarga Análisis comparativo de la posición de la mujer griega en la novela histórica La hija y más Monografías, Ensayos en PDF de Filología hispánica solo en Docsity! Escuela de Filología, Lingüística y Literatura FL- 2047 La Mujer en la Antigüedad Griega Profesor: Dr. Emmanuel Mora Iglesias Análisis comparativo entre la posición de la mujer en la novela histórica La hija de Homero en el matrimonio, el oikos y en el espacio social y la posición de la mujer en la Época Arcaica Griega en el matrimonio, el oikos y en el espacio social Elaborado por: Jean Vincent Vindas Castillo, B27302 María Jesús Calderón Avilés, C01431 Vivian Monge Arias, 882489 IIC-2021 02 de diciembre de 2021 Introducción El presente trabajo se enfoca en desarrollar un análisis de la novela histórica de Robert Graves, “La hija de Homero”. Este libro fue escrito en 1955 y narra la vida de una mujer en la Antigua Grecia. Es por esta razón que se busca exponer en primera instancia la época en la que la obra se ubica y consecuentemente mostrar el papel que desarrollaba la mujer en distintos ámbitos de la sociedad y a partir de los mismos comparar la información brindada por el autor con aquella que se posee, para de esta manera contrastar aquellos hechos que resultan verdaderos y aquellos que corresponden a ficción en la obra. De igual manera, se abordarán algunos aspectos importantes del autor y del género literario al que corresponde la novela, para entender de mejor manera lo que Graves busca compartir en la obra y las posibilidades que el género de esta le abren para poder hacerlo. El propósito de este análisis es exponer la manera en la que la mujer de la Antigüedad Griega es visualizada en la modernidad por un escritor especialista en los estudios clásico, recurriendo a dos fuentes primordiales para la creación de esta ficción, me refiero a la teoría de Samuel Butler y a la Odisea adjudicada a Homero. En esta obra recrea personajes de la Odisea y desarrolla una nueva historia haciéndola coincidir con la teoría de Butler quien afirma que una mujer escribió la Odisea. Así recrea lugares y personajes del hipotexto para darle vida a sus personajes. De esta manera, se podrá rastrear la posición que podría haber tenido la mujer en diferentes estratos de la sociedad, desde el rango de princesa hasta el de esclava. Tomando en cuenta, las ficciones o posibles fantasías con las que se les mostró. Por lo aquí expuesto, en todo momento se utilizará el elemento comparativo entre nuestro corpus y los posibles recursos históricos utilizados por el poeta para la creación de su producción narrativa. De esta forma se pretende un acercamiento a la contribución de la mujer en la antigua Grecia y cómo estas fuentes, de alguna manera, se encuentran reflejadas en la novela de R. Graves. De igual manera, la protagonista afirma que no había otras colonias griegas en la isla, excepto por algunos cretenses y estaba habitada por sicanios que ayudaron a Egesto y estos le permitieron al héroe, por intercesión del rey, que pudiese construir una ciudad cerca de la cima, la cual fue llamada Hiperea y poseía en su cima un templo de Afrodita. En la mitología este héroe sí existe, y es conocido también como Acestes, rey de Segesta en Sicilia. Tal y como se narra en el libro, en efecto este fue hijo de Egesta y del dios Crimisus el cual conoció en Sicilia. Este personaje es conocido por ayudar en la Eneida de Virgilio a Eneas cuando llegó a Sicilia, enfatizando en la relación que existía entre esta ciudad y Troya. (Britannica, 2018) Con respecto a la montaña en efecto, esta existe aún y se llama el monte Erice o Erix, y según Pandullo (1838) esta fue ocupada por los elímicos y además es verdad que en su cima cuenta con un templo a Afrodita pues este pueblo adoraba a esta diosa. En la novela se sigue construyendo la época en la que se ambienta y se explica que después de siete generaciones a los elimanos se le sumaron los focios y para ese momento los aqueos del Peloponeso, aquellos que planearon destruir Troya, estaban en ruinas, dado que los dorios, pasando por el istmo de Corinto incendiaron todas las ciudadelas aqueas e hicieron que estos se retiraran hacia las montañas del norte. Para la actualidad de la novela estos aún pertenecen allí completamente reducidos y con la gloria perdida. Aunque los pelasgos, los jonios y eolios reunieron sus tesoros y buscaron nuevos hogares en la costa del Asia Menor y su nueva ciudad se encontraba detrás de Quíos y se hizo famosa por sus galeras mercantes de cincuenta remos. Históricamente de lo anterior se sabe que los aqueos tuvieron su caída cerca del 1100 a.C y que se les conoce como la cultura micénica. Además, en efecto, tal y como se describe en la obra los dorios son los que han sido marcados como los culpables de la caída de esta civilización. Este periodo en donde los micénicos colapsaron se considera la Edad oscura y se sabe que muchos de estos huyeron a otras islas griegas como Chipre. (Verónica, 2008) Nausícaa procede con su relato y dice que los focios llegaron a Sicilia y se instalaron en Hiperea dado que, el rey de Tartéside les ofreció a algunos comerciantes honestos una ciudad, estos aceptaron y se dirigieron hacia allí, sin embargo, los vientos los arrojaron a tierra y perdieron dos de sus barcos, así que enrumbaron su curso hacia Sicilia, la tierra más cercana y llegaron al monte Erix, por lo que creyendo que los dioses destinaron que se asentaran allí, suplicaron al rey de Hiperea que los perdonara por dañar a sus antepasados troyanos y este les perdonó y los dejó quedarse en la ciudad, aunque algunos intentaron irse, pero no lo lograron. De la anterior información se sabe con certeza que los focios eran una civilización de la Grecia Central con costas en el golfo de Corinto. Además, se tiene una sospecha de que los elimanos eran de ascendencia troyana, pues según Salerno (2004) los antiguos griegos quisieron identificar a esta civilización con los habitantes troyanos, no hay evidencia conocida de esta hipótesis, pero probablemente los elímicos descendían de una sociedad del Mediterráneo oriental con influencia griega y fenicia. Su civilización es mixta, según Nausícaa, porque existió una gran guerra entre las ciudades de Hiperea y Erix en la cual el rey sicanio Eurimedón fue derrotado y por lo tanto Hiperia se apoderó de Erix y su rey se convirtió en el “Padre de la Liga Elimana” los de Erix, Hiperea y Egesta y se ordenaron matrimonios entre las tres razas. Por otra parte, afirma que su lengua es dominantemente griega con toques eolios y que son un mucho mejor pueblo que los dorios de Peloponeso que viven en las ruinas de las ciudades descritas por Homero. Nausícaa afirma que su tierra es buena, con mares abundantes en peces y sobretodo en atunes su principal alimento, pero, se queja de los sicanios, una población salvaje según ella que tienen una elevada estatura, robustos, toscos, tatuados, que son muy irrespetuosos con viajeros, viven en cavernas, no tienen rey y sólo alaban a una diosa, Elime, no tiene leyes e incluso no rechazan la carne humana, pero con ellos no están ni en paz ni en guerra. De esta queja de Nausícaa se sabe que los sicanios o sicanos fueron los pobladores de Sicania la cual estaba establecida en Sicilia. Diccionario Enciclopédico Vox 1. (2009). Esta civilización se relaciona mucho con los sículos, de hecho, no se sabe con claridad si estas son dos poblaciones o una misma, pero sí es una civilización que era originaria de Sicilia. (González, 2020). Durante el tiempo en el que vive Nausícaa ella explica que las cosas habían cambiado gracias a su bisabuelo, que luego de un sueño, los augures le recomendaron salir de Hiperea y vivir del mar en una tierra entre dos puertos. Nausítoo su bisabuelo entonces dirigió al pueblo a una península en forma de hoz, en donde se construyó Drépano una nueva ciudad, ubicada en donde la tradición afirma que fue arrojada la hoz con la que Cronos castró a Urano. Su nueva ciudad era protegida por murallas y los puertos por oráculos, que, los focios que se unieron a Nausítoo utilizaron para enviar naves en diversas direcciones. De esta zona salen varias exportaciones como vino, queso, miel y otra clase de artículos como esponjas y marfil africano. Este comercio los ha puesto en buena posición con otras naciones. Sobre lo anterior en efecto, Drépano es una ciudad siciliana conocida actualmente como Trepani. Drépano en efecto tiene relación con el mito de la hoz de Cronos, incluso su nombre deriva de esta forma particular que posee. Se sabe además que su nombre aparece por primera vez mencionado en la Primer Guerra Púnica cuando la ciudad estaba ya en posesión de los cartagineses. Por último, cabe destacar que al igual que en la obra, según lo descrito por Nausícaa, el vino sigue siendo una parte importante del comercio de esta ciudad. (Epifanio et al., 1937) Otro dato mencionado en la obra y que muestra rasgos particulares de la época en que se desarrolla es la tradición de los pretendientes. Nausícaa explica que al cumplir los dieciséis años su padre anunció al Consejo Elimano que iba a aceptar ofertas por la mano de su hija, pero al ser de una casa real el precio sería alto. Eso aclarando que es tradición de la época ofrecer por parte de la mujer una dote a la familia del novio que le garantiza un trato respetuoso y que es mucho más valioso que cualquier regalo que el novio ofrezca al padre de la mujer. En la obra según la protagonista lo más tradicional era brindar ganado, trípodes, calderos, espadas cinceladas, vainas con incrustaciones de oro, tazones de plata y otros. La dote en las sociedades griegas era algo muy común, de hecho, según Goodall (1997), lo matrimonios de dote eran algo que los padres de la mujer debían pagar al novio para el casamiento, esto les brindó a ellos la opción de ser más estrictos a la hora de elegir un marido para su hija pues estarían pagando para que él las cuide, así como se dijo anteriormente, garantizaba respeto. Se narra además de que en el momento en el que se desarrolla la trama de la historia de la novela, se utilizaban aedos para que estos cantaran las fiestas que se organizaban en palacio y el encargado de hacerlo cuenta historias sobre la Guerra de Troya todas fundamentadas en la tradición homérica, por ejemplo, la partida de Odiseo a Troya. Una característica común de la época son algunos los trabajos femeninos de lavado y tejido, según el libro el primero lo realizaban con los pies Nausícaa y sus esclavas, lo segundo estaba a cargo de la madre y sus sirvientas que desde la mañana “una hora antes del alba” (p.64) se encontraban hilando lana. Incluso se narra que una vez al año se debe sacar la lana de la fundas de lienzo y se apalea con cañas para que se esponje y vuelven a llenar las fundas. Goodall (1997) de igual manera, nos presenta el papel principal de la mujer en Grecia y es concordante con lo narrado en la novela, se esperaba siempre de las mujeres que mantuvieran un buen funcionamiento en el hogar, criar hijos y participar en fiestas religiosas. Además, cuando debían realizar labores fuera de la casa lo hacían acompañadas y la producción textil de estas era un ingreso económico al hogar. Una curiosa tradición narrada es la de la danza troyana de la pelota, la cual es efectuada por Nausícaa y sus sirvientas, al realizar movimientos complejos mientras entraban y salían de un laberinto trazado en el suelo lanzándose un balón cada vez que cambiaban de melodía. Por otra parte, en los banquetes se realizaba otro juego llamado el cotabos, en este según la novela, cada Asimismo, cuando una doncella dejaba de ser niña el padre debía anunciar a los diferentes clanes la nueva condición de su hija, éste se disponía a recibir los ofrecimientos para casar a su hija. En este sentido, en la historia de Graves narra en el personaje Nausícaa este acontecimiento de la siguiente forma: En cuanto tuve dieciséis años de edad, mi padre anunció en el Consejo elimano —organizado sobre la base del sistema de doce clanes— que aceptaría ofrecimientos por mi mano, pero que el honor de una alianza con la casa real sólo podía comprarse a un precio subido. En respuesta, Egipcio, uno de los consejeros focios, hizo notar que, por regla general, la novia elimana entrega una dote a la familia del novio, la cual le garantiza un tratamiento respetable […] (Graves, 1955: 26). El rol de la mujer en el oikos. En un estudio realizado en el año 2016 por Talavera Díaz referente a fuentes arqueológicas señala que “esta visión de las fuentes ofrece, en general, una perspectiva de reclusión de las mujeres, ocupadas en sus labores (reproductora, administrativa y religiosa) en el ámbito doméstico, un ámbito privado frente al público ocupado por los hombres, ya que la mujer era considerada como un ser inferior, por naturaleza, en relación con el hombre” (p.18). En este sentido, en líneas anteriores se ha señalado que las mujeres estaban confinadas al ámbito privado, el oikos, espacio asignado a las mujeres donde debían cumplir con labores domésticas e incluso las labores más humildes, como limpiar los pisos y el lavado de ropa. Sin embargo, si se disponía de esclavas estas realizaban estas labores, pero la esposa siempre estaba involucrada porque era la responsable de la buena administración y funcionamiento del oikos, así que las criadas y en ocasiones las doncellas participaban en las diferentes labores o estaban a cargo de supervisarlas: Yo estaba vigilando a un grupo de mujeres que trabajaban en el patio de los sacrificios cuando los animales llegaron a palacio. Era el día en que había que rehacer los colchones. Una vez por año sacamos la lana apelmazada de las fundas de lienzo y apaleamos el montículo blanco amarillento con largas cañas, hasta que se esponja; luego volvemos a llenar las fundas, distribuyendo los puñados en forma pareja, de modo que toda la superficie quede lisa y elástica, cosemos otra vez los bordes, haciendo antes un pulcro doblez. No es una tarea agradable. (Graves, 1955:75). De este modo, nos encontramos frente a una princesa, de clase privilegiada que está decidida a realizar las labores más sencillas junto a las criadas con el propósito de salir del oikos y lograr sus objetivos, de esta forma convence a su madre quien le autoriza a alcanzar a su tío para obtener su permiso y herramientas cumplir con su propósito, lo cual se registra en el siguiente diálogo sostenido con su tío materno, que fungía como regente en ausencia del rey: —¡Tío! —exclamé—. ¿Podrías proporcionarme hoy un carro con una mula? […] hay una cantidad de ropa sucia que espera ser lavada. Si no nos ocupamos de eso en seguida, no tendremos nada presentable que ponernos […] —¿Quién se ocupa del lavado? —En realidad es cosa de Ctimene, pero se pasa gran parte de la noche llorando y jamás está en condiciones de iniciar la tarea […] Si yo no voy a la fuente, ¿quién lo hará? —¿Es que las criadas no pueden ocuparse del lavado? Me gusta tenerte en la casa para que vigiles la fábrica de lienzo y la lechería. —No, tío Méntor. No puedo confiar la ropa a las criadas; buena parte de ella es de lana fina. En una mañana harían más daños de los que pudieran enmendarse en un año […] —Muy bien. Dile al caballerizo que le dé una buena limpieza al carro (la última vez acarreó estiércol) y que enganche las mulas. […] corrí a pedirle prestadas a mi madre seis mujeres, aparte de las mías. —Puedes llevarte tres. Las demás tendrás que tomarlas de la fábrica de lienzo […] La mayor parte de nuestro lavado se hace en enormes artesas de piedra a través de las cuales se ha hecho pasar el torrente. Primero frotamos la ropa con ceniza de madera, tierra de batán y orina, para quitar las manchas; luego saltamos sobre ella, como cuando se pisan uvas en una cuba. Las manchas obstinadas las golpeamos con chatas palas de madera, depositando la ropa sobre piedras lisas. Las prendas de lana más delicada las lavamos en agua tibia, levemente salada, para impedir que encojan y para fijar los colores. (Graves, 1955: 56- 58). Es pertinente tener en consideración que las mujeres no tenían permitido salir del oikos sin la compañía de un hombre, sin embargo, en la novela de Graves, las mujeres gozan de cierto margen de libertad que las encontradas en los diferentes tipos de fuentes como se constata en el siguiente fragmento: Reuní a las mujeres, trepé al carro —en el que estaban cuidadosamente acomodados cesta, frasco de aceite de oliva, palas, ropa y todo— toqué a las mulas con el látigo y partimos. Las mujeres corrían al costado, riendo y cantando. No se veía una nube en el cielo, y la lluvia había refrescado el aire […] Inspeccioné las sábanas y túnicas ya lavadas, aparté algunas para seguir fregándolas y ayudé a las mujeres a extender las demás en la playa; para el atardecer el sol las habría secado. (1955: 61). Esther Conejo en su estudio Notas a un análisis de la mujer Grecia Antigua señala: En Atenas, de acuerdo con la costumbre y las leyes, se esperaba de una mujer casada que viviera en su casa y no diera problemas: debía mantener la casa en orden, ser custodia de todas las posesiones y valores del hogar, gobernar el numeroso contingente de esclavos, dirigir a las esclavas en sus diversas tareas domésticas, además de hilar y tejer. (1996:63). Asimismo, en el oikos existía un espacio denominado el gineceo destinado exclusivamente a las mujeres, en estos aposentos las mujeres debían realizar todas las labores pertinentes a su género, entre estas como bien señala Conejo se encontraba el hilado y el tejido, labor exclusiva de la mujer “Mi madre estaba sentada, rueca en mano, al lado del hogar, entre sus adormiladas mujeres, hilando lana púrpura con diestros movimientos de sus largos dedos blancos.” (Graves,1955: 56) y otra de igual importancia era la crianza de los infantes que recaía sobre la madre como se puede observar en la afirmación de Nausícaa “[…] y tengo en casa un hermano, apenas algo más que un jovencito, llamado Clitóneo, y mi hermanito Telegonio está aún bajo el cuidado de las mujeres.” (1955: 69). Los espacios sociales de la mujer. La socialización de las mujeres se daba en los aposentos del gineceo y fuera del oikos era prácticamente nula, sin embargo, cuando se realizaban labores domésticas al aire libre como la recolección de agua en la fuente pública o cuando se tenía que lavar la ropa, las mujeres tenían espacios para conversar con otras mujeres. En la novela se llevaba a cabo en las Fuentes de Peribea y tendían en una playa de guijarros. Este espacio era idóneo para socializar entre doncellas y criadas al realizar este tipo de labores. —¡Muchachas! —grité—. Como parece que estamos solas, podemos bañarnos desnudas en Retro y luego correr un poco para quitarnos el envaramiento de la espalda y tener apetito para la cena. Habéis trabajado todas bastante bien, y no tenemos necesidad de volver a casa hasta el oscurecer. […] Descendimos por la ribera en que habíamos hecho el lavado y, después de una larga y cuidadosa mirada en todas direcciones, nos quitamos el cinturón y las ropas, y nos introdujimos, chapoteando, en el agua fresca. —Oh, qué gorda te has puesto, Glauce —gritó una de mis doncellas, señalando el vientre regordete de una tejedora—. ¡Qué vista biológico por Aristóteles. Quizás este es uno de los múltiples motivos por los cuales los registros históricos se encuentran saturados de temas como la política, la guerra y constantes luchas por el poder, actividades todas asignadas al género masculino. La historia antigua del mundo griego fue escrita por hombres pertenecientes a sociedades eminentemente patriarcales donde la mujer era considerada como sujeto de estudio. En cuanto a las fuentes iconográficas consultadas se evidenció una representación de momentos importantes en la cotidianidad de las mujeres griegas ‒cruciales para mantener el sistema patriarcal de las polis‒ diversas actividades del ámbito doméstico como el procesamiento de la lana, tejido, crianza de los niños, educación y rituales funerarios, labores que recaían en las mujeres. Percibimos un tema muy recurrente en la iconografía, el de los rituales matrimoniales y funerarios. Gracias a los hallazgos arqueológicos, podemos inferir que la mujer cumplía una labor fundamental para preservar a la polis, la de simple reproductora de ciudadanos, siendo la única razón del vínculo matrimonial. Bibliografía. Ashwell, A. (2010). La diosa blanca. Revista Ciencia y cultura, Vol. 16, Núm. 76, diciembre- febrero, pp. 3-18. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla México. https://www.redalyc.org/pdf/294/29411990001.pdf Britannica, los editores de la enciclopedia. (2018). Acestes. 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