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La Construcción Social del Género: Diferencias entre Hombres y Mujeres - Prof. Benítez, Apuntes de Antropología

Este texto analiza el concepto de género en el contexto de las diferencias entre hombres y mujeres en sus creencias, rasgos, personalidad, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades. Se discute la relación de poder y la igualdad entre ambos sexos, así como la influencia cultural en la comprensión de la sexualidad y las relaciones entre ellos. Se mencionan teorías de alfred kinsey, plummer y la importancia de estudiar la historia y la teoría del feminismo.

Tipo: Apuntes

2016/2017

Subido el 04/09/2017

paloma3005
paloma3005 🇪🇸

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¡Descarga La Construcción Social del Género: Diferencias entre Hombres y Mujeres - Prof. Benítez y más Apuntes en PDF de Antropología solo en Docsity! Según ALMUDENA HERNANDO “LA FANTASÍA DE LA INDIVIDUALIDAD” La palabra género es utilizada en el habla cotidiana, pero con diferentes acepciones tanto de manera política como metodológica. Se suele definir como “la organización social de relaciones de los sexos” John Money en 1955 instauró de nuevo la bipolaridad sexo-genero. Esto se explica porque era un psiquiatra y pediatra que tenía en sus manos la “definición” de bebés hermafroditas. Él pensaba que tener definido una sexualidad le ayudaría a su adaptación en el mundo. Descubrió que el sexo de una persona tenía 5 componentes diferentes, citados aquí: -sexo genético (cromosoma X e Y) -sexo hormonal (estrógenos andrógenos) -sexo gonadal (testículos y ovarios) -órganos reproductivos internos -órganos reproductivos externos. Solían estar en concordancia, pero en los niños hermafroditas no. Lo que debía hacer es ver qué sexo predominaba y potenciarlo, aunque a veces existían errores y con la evolución de la persona sus propios rasgos predominantes se marcaban y existía una confusión sobre lo que se le hizo creer que era y con lo que se siente que es. Esto hizo que Money catalogase al término “género” para referirse a la identidad psicosexual. Se entendía que una persona con rasgos masculinos iba a actuar y pensar de una manera diferente al de alguien con unos rasgos femeninos, sin tener en cuenta que esta actitud puede aprenderse. Según Robert Stoller, en el concepto de “identidad de género” era parte del psicoanálisis. Dijo que la masculinidad y la feminidad del comportamiento no tienen que ver con el cuerpo. Con esto, posteriormente en las ciencias sociales se distingue el “sexo” (hecho biológico y características físicas) del “género” (significado que cada sociedad atribuye a una diferenciación) La manera en la que se marcan las diferencias de creencias, rasgos, personalidad, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que diferencian a hombres y mujeres en sus relaciones sociales, se define “relación de poder”. El género es la complementariedad de las funciones sociales de los dos sexos. Pero en muchos estudios se utiliza como sinónimo de mujer. Como los estudios de género o de identidad de género. También está que son implicados en la dicotomía “masculino/femenino”. Según algunas autoras como Herdt, deberíamos hablar de géneros distintos a los tradicionales para las personas que no tienen un sexo definido, pero actúan y visten según las pautas contrarias a las que se esperaría. Al añadir unos rasgos “cerrados” a un tipo de sexo, los estamos naturalizándolos, y de este modo reforzando el orden patriarcal. El feminismo de la diferencia sexual explica las diferencias entre un género con las diferencias en la maternidad y diferentes “esencias” de cada sexo. Si se le añade un vínculo esencial entre “masculino y sexo de los hombres” y “femenino y sexo de las mujeres” no podrá existir igualdad. Las posturas materialistas como Nicholson parten de que los varones tienen función reproductora de mujer, y las mujeres tener una objetivación sexual por parte de los hombres. No se entendía por qué las mujeres aceptaron tener un papel reproductivo que asume tener menos valor social. Es lo establecido como “natural” y aquello que se quiere combatir. Según las posiciones lacanianas, el género es una medida para clasificar el mundo y así ordenarlo. Según Levi-Strauss, sería como el lenguaje, que no se sabe porque se ha configurado así, pero que no implica desigualdad. También pensaba que el incesto era un Tabú, como la exogamia o el intercambio de mujeres. Los representantes de la antropología estructuralista actual (descola, Viveiros del castro, Taylor) dicen que el concepto de genero debe ser ignorado porque dentro tiene dos grandes categorías importantes de la organización social. -Los rasgos del género femenino vienen de las características de las relaciones de CONSAGUINIDAD (parientes) -Los rasgos del género masculino de las relaciones de afinidad (extraños) Aquí se dicta que la jerarquización es porque la AFINIDAD es superior, por su relación cósmica, y la consanguinidad es solo para las relaciones humanas. Viveiros de Castro decía que la consanguinidad existe por la falta de afinidad, es decir, lo femenino como ausencia de lo masculino. Aunque no explican porque las relaciones son jerárquicas y no complementarias. Los materialistas, lacanianos y estructuralistas tienen como base la dominación del varón, algo “natural” sin comienzo ni explicación, y no tiene nada que ver con la sociedad. Almudena recalca que el género son “las diferencias en el grado de individualización de hombres y mujeres” con una identidad relacional (no individualizada), desde las sociedades recolectoras, la identidad del hombre ha evolucionado mientras que el de las mujeres se ha mantenido las mismas que en el grupo. Y se mantuvo así hasta que John Money hizo su estudio de las sociedades estadounidenses. Se entiende así que el concepto “género” son las diferencias entre las identidades de hombres y mujeres. Una relación de poder según el proceso histórico. Según Fried hay sociedades igualitarias en las que no se define la palabra “género” como relación. prácticas y actividades que producen significados, con raíces en el pasado y efectos en el mundo moderno. Ahora se puede relacionar la sexualidad con muchos fenómenos sociales, con tres preguntas importantes -1. ¿Cómo se configura la sexualidad, como se articula con las estructuras económica, política y social? “como se construye socialmente” -2 ¿Cómo y por qué ha logrado el campo de la sexualidad una organización tan crítica, significante y simbólica en la cultura occidental? “porqué creemos que es tan importante” -3 ¿cuál es la relación entre el sexo y poder? Las funciones en la división de clase, los esquemas de dominación masculina y el racismo. La “construcción social de la sexualidad” trata las maneras en las que nuestras emociones, deseos y relaciones son configurados por la sociedad en la que vivimos. Siempre se ha entendido que el deseo sexual es una energía irresistible controlada solo por la civilización. ` Para Malinowski el sexo es el inicio de mucho de los problemas y para Krafft-Ebing el sexo es un instinto todopoderoso que exige su cumplimiento y que está por encima de las limitaciones de las restricciones sociales, de la moral y las creencias. Esto hace que entendamos el sexo como un “mandato biológico” básico, que es restringido por la cultura, esto son los enfoques esencialistas de la sexualidad. Reich y Marcuse entienden el sexo como una fuerza benéfica reprimida por la civilización corrupta. Las sociedades deben entenderse a partir de una materia prima, y la sexualidad, está configurada por las fuerzas sociales. Ellen Ross y Rayner Rapp: La socialización sexual es tan específica en cada cultura como sus propios rituales, o vestidos. Es algo más social que natural. Las conductas sexuales no son solo biológica, morfología y fisiología. No es solo ADN, necesitan de las relaciones sociales. En la teoría hay puntos comunes, como el rechazo del sexo como algo autónomo, natural, con efectos y una energía rebelde y controlada por lo social. El sexo y la sociedad no son campos separados. La sexualidad tiene varias historias que deben entenderse individualmente. Además, debemos de pensar en la sexualidad como el punto medio de presión y desahogo, de represión y liberación. Es algo que la sociedad produce de manera compleja. Son prácticas sociales que dan sentido a las actividades humanas, es decir, un producto. Plummer decía que nada era sexual, pero al nombrarlo hacemos que lo sea, por eso debemos tener cuidado con las definiciones. Hay culturas que no sienten interés por las manifestaciones eróticas. Bouhdiba escribe sobre la “legitimidad radical de la práctica de la sexualidad” en el islam, sin ser homosexual, porque esto es condenado. El cristiano ha visto en el sexo un conflicto moral, haciendo que el espíritu y la carne se separen, mente-cuerpo. Cada cultura clasifica sus propias prácticas como morales, inmorales, apropiadas, inapropiadas. En la cultura occidental lo normal es el matrimonio entre diferentes géneros de más o menos misma edad. La homosexualidad sigue siendo tabú. Dennis Altman: aunque se acepte a los homosexuales, aun no se acepta la homosexualidad. Según un estudio de Ford y Beach solo 15% de las sociedades mantenían la monogamia. En la cultura occidental los números eran igual de bajos. En Occidente las normas sexuales tienen que ver con la reproducción, en el dominio cristiano, era su única justificación. Pero en otras culturas no se vincula la cópula con la procreación Según Plummer cada cultura tiene “restricciones de quién “tiene que ver con la pareja, el género, la edad, raza… y “restricciones de como” los órganos usados, orificios, modo de relación, cuándo y cómo. Esto no es igual en todas las sociedades. Hay cinco áreas en las organizaciones de la sexualidad: 1. PARENTESCO Y SISTEMA FAMILIARES Estas son formas básicas e invariables, por ser “naturales”. Como el incesto que es una ley universal. Aunque existen más tabús. Los vínculos de parentesco varían según la cultura, para así reglamentar el sexo. No son estrictamente de sangre, sino de relaciones sociales entre grupos. Hay un concepto familiar en las sociedades occidentales industrializadas que se añaden en diferentes grupos religiosos, raciales, étnicos... Se entiende que por medio de la familia es como nosotros adquirimos algún sentido de nuestras necesidades e identidades sexuales, para comprender la sexualidad debemos comprender las relaciones 2. ORGANIZACIÓN ECONOMICA Y SOCIAL Las migraciones laborales han afectado a los esquemas predominadores de familia. Los esquemas de galanteo se ven corrompidos por los trastornos económicos e industriales, una frustración del matrimonio. El trabajo configuraba la sexualidad. Esto ocurre cuando las mujeres trabajaban en las décadas de 1950 y 1960 y afectó a los esquemas de la vida doméstica. También el mercado creó artículos sexuales, cambiando así su organización 3. REGLAMENTACIÓN SOCIAL Los reglamentos sexuales son diferentes según la época, la religión, el Estado, los esquemas de matrimonio, los divorcios… Las leyes diseñadas para controlar la conducta de algunos grupos de personas pueden provocar un mayor sentido de identidad y cohesión, como las leyes de los homosexuales. Los métodos formales de sexualidad y la reglamentación pueden ser modos de control social. El lenguaje de abuso sexual se utiliza para marcar distinciones entre lo que hacen las chicas o dejan de hacer. Son métodos informales, que producen conductas sexuales extravagantes. Bundling “ritos íntimos de juegos sexuales en la cama pero con ropa puesta”. Kensey señala en los años 50, el exhibicionismo del besuqueo en transportes públicos y lugares concurridos. Las reglas existentes son semiconscientes y complejas. 4. INTERVECIONES POLÍTICAS El equilibrio de la política puede afectar al control de la intervención moral en la sexualidad. Por ejemplo, con los líderes políticos se consigue que se establezca un programa de conservadurismo sexual, ir en contra de los liberales y desviados sexuales… 5. CULTURAS DE RESISTENCIA La historia de la sexualidad es una oposición y resistencia a los códigos morales. Según Angus McLaren “Al estudiar ideas sobre el aborto, se pueden vislumbrar aspectos de una cultura sexual femenina distinta que apoya la independencia, la autonomía de las mujeres con respeto a médicos, moralistas y esposos” El surgimiento de las identidades homosexuales modernas aparece después de las subculturas de las minorías homosexuales. Luego existieron movimientos políticos, como el feminismo, movimientos de reforma sexual. Es decir, la sexualidad es el producto de las diferentes influencias e intervenciones sociales. Es un producto histórico, como la “construcción social de la sexualidad” LA IMPORTANCIA DEL SEXO Occidente tiene una preocupación obsesiva por la organización de la vida erótica. Es una preocupación desde la antigua Grecia. Freud: “la diferencia en la vida erótica de la Antigüedad y la actual es que ellos ponían el acento en el instintito y nosotros en el objeto” Nos preocupa el quien, a ellos el abuso y la pasividad. Platón prohibió la pederastia, porque la naturaleza no lo exigía. No se criticaba la homosexualidad, sino el ser pasivo o activo. Los pasivos eran rechazados. Hay tres momentos claves en la evolución: 1. Las innovaciones como el sexo realiza por placer. El sexo fuera del matrimonio era por placer, por ello era pecado. 2. Críticas sobre la tradición del sexo y matrimonio. Era un acuerdo familiar, no se conocían 3. La normalidad sexual, relaciones con el sexo opuesto o “desviaciones”. Aparecieron degeneraciones, perversiones e identidades sexuales. La intentando crear una buena “planificación familiar”. De una manera u otra, siempre se intenta que una raza consiga sobrevivir más que otras. A todo esto, se debe comprender que la sexualidad no es un todo, sino que existen sexualidades de raza, de clase, de género y que es la unión de todo lo que creamos. Es un proceso que actúa sobre nosotros, en el que nosotros somos los actores, objetos de cambio y sujetos de esos cambios. 3.LOS SIGNIFICADOS DE LA DIFERENCIA SEXUAL EL IMPERATIVO BIOLOGICO En nuestra sociedad sí importa el género, la clase, la manera en la que expresamos nuestros deseos... para elegir con quién mantenemos relaciones sexuales, cuando Gore Vidal dice que esto no importa. Siempre hemos buscado en los animales un comportamiento sexual parecido al de los humanos, aprendiendo de ellos. Hemos borrado el límite entre lo femenino y lo masculino, hemos cambiado nuestro lenguaje por apariencias… pero nos empeñamos en creer que nuestra sexualidad es algo natural, que esta preestablecido, y que nuestra manera de entender el sexo repercute en nuestra vida diaria. Es decir, como entendemos el sexo entre hombres y mujeres marcan nuestra vida diaria. Se entendía instinto sexual según las practicas realizadas tanto por hombres como por mujeres. Y se entendía, también que las mujeres solo tenían vida sexual para la reproducción o para la satisfacción del hombre, como digo Freud. Pero, el lesbianismo destruyo todas las teorías ya que no existe la figura del hombre, ni de manera reproductiva, ni de manera complaciente. Se entiende que hay diferencias entre hombres y mujeres, pero a pesar de experimentos que demostraban que tenían respuestas similares, no quieren creer que no existen diferencias. Las creencias de que hombres y mujeres son diferentes a pesar de demostrar que son iguales, no se han visto siquiera debilitadas a pesar de existir el feminismo y los numerosos estudios. Se ha creado una nueva síntesis de la sociobiología. En el que determinismo biológico ha renacido. Su fundador fue E.O.Wilson, con la intención de llenar los huecos de la biología tradicional. Explicando por ejemplo, que existen genes diferentes para cada fenómeno social. Este autor entiende que tanto hombres como mujeres son diferentes y que el sexo es causa de peleas, y que esto no pasaría si fuese un sexo único. En realidad las diferencias entre mujeres y hombres comienzan y terminan con que ellos tienen una gran cantidad de espermatozoides, y las mujeres apenas 400 óvulos en su vida. Los hombres aseguran su fertilidad y por ende, son propensos a la poligamia, en cambio, las mujeres prefieren la monogamia por ser más conservadoras. Existen tres modos de argumentar el determinismo biológico: 1. ARGUMENTACIÓN POR ANALOGÍA. Según los animales salvajes, podemos entender nuestra civilización, aunque influyen demasiado los prejuicios humanos. Según Rose: si existe dominación masculina, es porque también existe en los mandriles, leones, patos… los harenes vienen de los mandriles, la violación masiva, de los patos silvestres, la prostitución de los colibríes. Son explicaciones un poco exageradas. 2. LA TIRANÍA DE LOS PROMEDIOS Los hombres en promedio suelen ser más activos sexualmente que las mujeres, al igual que los hombres homosexuales sobre las mujeres homosexuales. Puede tener que ver con culturas o genes, pero son promedios, no reales. 3. LA HIPÓTESIS DEL AGUJERO NEGRO Es para quienes no encuentran explicación a las diferencias sexuales. Se piensa que todo lo que no se puede explicar, lo explica la biología. Ahí se muestran las diferencias como afectan a los cuerpos, pero según John Nicholson, las diferencias son apenas notables si lo comparamos con las semejanzas. Las diferencias físicas son las principales, como nacer con pene o vagina, pero no son las únicas, son diferencias simbólicas a las que se les ha dado gran importancia. Es tal social y psicológico. La ambigüedad potencial está entre los cromosomas del hombre y la mujer, y sus esquemas hormonales. Aunque existen equivocaciones en el desarrollo de algunas personas. LA SEXUALIDAD Y LAS RELACIONES SOCIALES En la vida social hay muchas maneras de ser mujer u hombre, según la cultura. Según Plummer, la sexualidad no tiene más significado del que damos en nuestras relaciones sociales. Pero aun así, se necesita conocer los límites sociales. Los arapesh pensaban que ambos sexos tenían cualidades maternales. Se entiende que las funciones maternales pueden ser iguales tanto mujeres como para hombres, no se entiende porque se debe definir las diferencias entre hombres y mujeres. Aunque Mead da por hecho la importancia de esta diferenciación. Entendemos que la sociedad no modela la sexualidad, sino que la sexualidad está formada por las relaciones sociales, y todas sus definiciones son contradictorias. John Gagnon dijo que los libretos especifican el qué, el cuándo, el dónde, y el porqué de algunas actividades. Es un anteproyecto, una receta, un mapa de carreteras. Y así se entienden que hay diferentes significados sexuales para un solo momento. Todo tipo de ritos, de acciones y decisiones que catalogamos como normal tienen influencias en nuestra sexualidad. Nuestra identidad de mujeres/hombres, heterosexuales/homosexuales… viene establecida por procesos complejos de definición en nuestras relaciones sociales. La sociedad consigue crear límites entre “la masculinidad” y la “feminidad” sin ser algo único. Y hablamos de diferencias de poder, de capacidades, LA SEXUALIDAD Y EL INCONSCIENTE Debemos entender dos cosas: -Las identidades sexuales no son automáticas, ni fijas ni preestablecidas, son modificables. La masculinidad y la feminidad necesitan de la otra para existir. -No se puede escapar de la búsqueda de las diferencias entre hombres y mujeres, siempre acabando las mujeres subordinadas a los hombres. La diferencia sexual es precaria y necesaria, pero temporal. Según Freud, hay tres líneas para la aparición de psicoanálisis: 1. Teoría del inconsciente en sí, el núcleo del psicoanálisis. Es decir, que son efectos de las relaciones sociales. El inconsciente es un sitio de conflicto de ideas, deseos y esperanzas (deseos sexuales) y no suceden por represión mental. 2. Teorización de la identidad sexual: La identidad, los deseos y la organización de los objetos no están asentados desde el nacimiento. Son producto de conflictos psíquicos. Esto sucede mediante las fases de Freud. Después de todo este proceso, se convierte en una mujercita o un hombrecito. 3. Freud “anatomía del destino” Las identidades las entendemos como limites imaginarios y provisionales, por deseos inconscientes o reprimidos Economía inaparente: Se refiere a todas aquella que no están recogidas en el modelo mercantil, a la economía sumergida y a todas aquellas actividades que no se pueden contar en estadísticas (trabajo de las amas de casa) Trabajo fantasma: En las sociedades industrializadas las mujeres además del trabajo remunerado también están obligadas a trabajar dentro de casa. Trabajan más que los hombres ya que cuando trabajen los empleos se les pagaban y se les paga menos y además se ven obligadas a desempeñar tareas que no existían antes del nacimiento del salario. Se le denomina trabajo fantasmal a toda actividad mediante la cual el consumido transforma la mercancía comprada en un bien para utilizarse. Normalmente este trabajo ha ido dirigido a la mujer pero a partir de los últimos 20 años los hombres comienzan a reivindicar la satisfacción del trabajo fantasmal del hogar. La feminización de la pobreza: la discriminación sexista es mundial pero aumenta en los países desarrollados. Y después ya no desaparece esta discriminación. La trampa del rol de los sexos; la noción del rol de los sexos se ha extendido sobremanera desde 15 años. Es el origen de los juegos de la sociedad, de los tratados científicos de los métodos pedagógicos y los discursos políticos. La distinción entre el género vernáculo y el rol de los sexos es comparable a la distinción entre el habla vernácula y la lengua materna inculcada, entre la subsistencia y la existencia económica o monetaria. El habla vernácula, el género y la subsistencia son característicos de una finitud morfológica de la vida comunitaria que está basada en el postulado implícito de que la comunidad, al igual que el cuerpo, no puede rebasar su talla. La lengua materna incluida, el sexo y la sujeción a los bienes de consumo proceden del postulado de un universo abierto donde toda correlación de las necesidades y de los medios supone la escasez. El género implica una complementariedad fundamental en un mundo que nos encierra en este y el sexo implica una apertura ilimitada, un universo donde hay algo más. El término “rol sexual” en su aceptación usual implica precisamente lo contrario la noción tacita de un individuo de plástico, cuya existencia sin género es más o menos modelada pro el sexo. El género y la cultura: La relación entre los géneros es por lo tanto y ante todo social y las distintas herramientas determinan la complementariedad material de la vida. Género y parentesco: La esencia del parentesco consiste en fijar quien es quien en relación con quien, lo que muchos más importante que establecer un marco en el que a ciertos hombres se les otorga el poder sobre ciertas mujeres. Además, el parentesco presupone dos géneros, entre los cuales se establece un vínculo. El género no solamente expreso lo que es un ser, sino que es un cierto momento, en qué lugar y con qué herramientas y palabras decide el espacio, el tiempo y las técnicas. El género y la unión conyugal: A lo largo del proceso de fusión del modelo del hogar conyugal se obtienen dos sentidos del vocablo “matrimonio” se asimilan progresivamente entre sí. Por una parte el matrimonio designa los ritos y las festividades de las nupcias que en casi todas las sociedades existen y, por otra, designa el estado matrimonial, que no se encuentra en muchas sociedades. Dominios del género y el medio vernáculo: En la sociedad del género, ni el espacio ni el tiempo son neutros. Lo que Einstein denomino el “espacio-tiempo” es en la cultura vernácula una función de los movimientos ambiguos, cada cual en si único. Cada género se desplaza a du propio ritmo en su camino propio, y el medio vernáculo forma una especie de contrapunto de esta sutil danza. Es por esto que una parte del medio vernáculo siempre permanecerá en el punto ciego de los hombres. Ser hombres significa estar consciente de que las mujeres saben cosas que los hombres no ignoran, y que poseen vocablos para designarla y cierto poder sobre ellas. Espacio, tiempo y género Loa lugares y las horas determina quien hace que, quien una que y en qué momento. El trazado de la line de separación de los géneros determina en que territorio, en que ocasiones y hasta en qué grado los dos géneros pueden entremezclarse Zurita “LA CONSCINTUCIÓN SOCIAL DE LA VIOLENCIA EN PAREJA” 3. APROXIMACIÓN A LA VIOLENCIA Las relaciones sociales proceden de la intervención del hombre, las crean ellos mismos. Son realidades en flujos, movimiento… 3.1 EL ENTRAMADO DE LA VIOLENCIA Según Domenach, es el espíritu democrático el que crea el concepto de violencia. La violencia no se hizo estudio hasta que apareció Georges Soler En la actualidad se pretende combatir la violencia solo por la búsqueda de la felicidad individual. Pero la violencia tiene un marco en nuestra sociedad. Nuestra sociedad intenta hacer ver que no somos intolerantes, que buscamos la igualdad, y marcamos los actos violentos como “hechos delictivos” para dejarse lejos de acusaciones de intolerantes. La violencia según los antropólogos se creó para mantener la estructura social. Se realiza diferente según el grupo o cultura. La agresividad es diferente, ya que tiene unas pautas biológicas que todos sufrimos. En cambio la violencia busca el control y el dominio. También tiene gran importancia el tipo de sensibilidad que se tenga hacia un caso u otro de violencia. Se entiende que tener baja la serotonina produce agresividad. En cambio la violencia tiene una estrecha relación con la cultura de la que provenimos. Las personas violentas suelen necesitar una ayuda psicología por experiencias pasadas. Nos vamos a centrar en la violencia contra la mujer. El 68% de violencia contra las mujeres es a mano de sus parejas o exparejas. La violencia que tenemos en cuenta es la que viene desde un punto social y cultural. Hay diferentes modelos. Está el modelo “médico” que se fija en un exceso de alcohol, drogas… para así explicar las causas de la violencia. El “modelo ecológico” también es importante, tiene en cuenta la organización social, las relaciones familiares, los factores biológicos y el historial personal. a) Violencia familiar: No especifica hacia quien y de quien, pero sí que el entorno en el que se sufre. b) Violencia domestica: Se utiliza menos por ser igual, no especificar c) Violencia en la pareja: Puede ser de hombre a mujer o viceversa. En cualquier tipo de parejas sin especificar el ámbito o si convivían d) Violencia de género: Está basado en la desigualdad de los géneros e) Violencia contra las mujeres: se especifica que es de varones a mujeres. f) Violencia sexista o machista: se entiende que es por la desigualdad social del patriarcado g) Terrorismo doméstico: utilizado en asociaciones de mujeres separadas y divorciadas h) Feminicidio: muerte de mujeres a manos de los varones i) Genocidio contra las mujeres: parecido al feminicidio. 3.2 ESPECIFIDAD DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Este es un problema oculto a la sociedad y a las instituciones porque no todos los casos de violencia se registran. Interesa abordar la violencia continuada. Se entiende que las causas según la sociedad son los celos excesivos, ira, estrés, adicciones o mujeres masoquistas. Aunque los factores fundamentales son culturales, como la falta de estudio. Se entiende que los varones tienen cualidades que son defectos, como la resolución de problemas mediante al ira, y las mujeres, un modelo de represión natural. -Identificar grupos sociales que lo consideren como problema social -Valores sociales que lo definan como problema social -Problemas sociales como cuestiones públicas Cuando la agresión hacia una mujer se hacía en lo privado, se entendían que eran problemas particulares y al hacerlo problemas sociales, se entiende que son por culpa de malas relaciones sociales. En España en los años 90 por los medios de comunicación tienen su apogeo. 3.4 INVISIBILIZACIÓN DE OTRAS FORMAS DE VIOLENCIA EN PAREJA. Al nacer según nuestros sexos se nos da una serie de características, unos simbolismos y unas orientaciones sexuales. El sexo es una categoría sociológica para convertirse después en una ontológica. Hyrigoyen afirma que la violencia homosexual es casi mayor que la heterosexual En las parejas homosexuales no se debe proteger a uno del otro ya que a ambos se le han dado los mismos valores y enseñanzas Por el hecho de ser varón hay un nivel de masculinidad asignado, como que los hombres son más agresivos. El poder de hombres sobre mujeres el algo simbólico y preestablecido, en cambio, sobre un mismo sexo no (JIMENO) LIcVG: Ley Organiza contra la protección integral de Violencia de Género. La palabra sexual tiene más que ver con la cultura que con la naturaleza, y ahora hay un fuerte reconocimiento de las identidades, para catalogar como “normales”. La orientación sexual de alguien tiene que ver con su identidad, para así etiquetar o no como correcto. La violencia tiene una estrecha relación con lo patriarcal. Evelina Zurita: capítulo 2. El mito de los orígenes. Un análisis de la estructura social. 2.1. Violencia estructural 2.1.1. Estructura y estructuración En el trabajo de campo se ha encontrado que con frecuencia se califica de estructural la violencia que se produce entre las parejas. El problema aparece para los antropólogos, cuando se explica qué se entiende por ‘estructural’, y se asocia a que el origen de esta violencia está en las ideas y creencias que algunos varones tienen sobre las mujeres. El concepto de estructura se presenta como uno de los más confusos en las ciencias sociales por los diversos usos que se han hecho de él. Radcliffe Brawn define estructura como “la serie de relaciones existentes en un momento dado, que ligan entre sí ciertos seres humanos”, y también “una ordenación de personas que mantienen entre sí relaciones institucionalmente controladas o definidas tales como las relaciones entre el rey y sus súbditos, o entre marido y mujer”. Estructura refiere al armazón, lo que no es visible ni aparente, la forma lógica de algo. A veces nos encontramos estructura considerada como algo externo a los sujetos presentándolos como contrapuestos y predominando la estructura sobre los actores. Este modelo dio paso a otros como la teoría de la estructuración de Giddens en la que se quiere superar la dicotomía sujeto/objeto, considerando que las estructuras con “reglas y recursos o conjuntos de relaciones de transformación que se organizan como propiedades de sistemas sociales”. Los sistemas sociales son producidos y reproducidos. Las estructuras y los agentes no son independientes unas de otros, ni forman un dualismo, sino, dice Giddens, una ‘dualidad’ en el sentido de que las propiedades estructurales de los sistemas sociales van a ser tanto un medio, como resultado de las prácticas que ellas organizan. La estructura “es a la vez constructiva y habilitante”. Giddens aboga por que los actores tienen alguna capacidad de acción, “todas las formas de dependencia ofrecen ciertos recursos en virtud de los cuales los subordinados pueden influir sobre las actividades de sus superiores. Es lo que denominó la ‘dialéctica del control’ en sistemas sociales”. Otro modo de entenderla es desde el estructuralismo-constructivismo, para el que la estructura son modos de articulación implicados en la reproducción de prácticas. Zurita no dedica la investigación a abundar en que las mujeres están socialmente discriminadas y económicamente subordinadas, sino más bien en atender aspectos menos visibilizados de cómo la estructura económico-social, política y simbólica sexista daña a mujeres y también a hombres, y que la violencia sobre las mujeres no puede analizarse lejos de esta situación que, no siendo construida por hombres y mujeres concretos, es reproducida y sufrida por estos. 2.1.2. Estructura y género En las concepciones y prácticas sobre la violencia de género en particular y de desigualdad social, se recurre a la estructura social como algo obvio. El género no es algo que se corresponda con alguna esencia, al margen de la historia y de las culturas. Connell lo califica como una forma de ordenamiento de la práctica social en general y lo importante, para él, es el proceso de cómo se configuran esas prácticas. Aceptando que cuando hablamos de género en nuestras sociedades nos estamos refiriendo a algo tan difuso, impreciso y nada delimitado como lo que se ha llamado lo masculino y lo femenino, podemos decir con Connell que género se refiere a un sistema de relaciones, es decir, la posición en las relaciones de género. Los modelos genéricos son patrones de prácticas, comportamientos, actitudes, etc y son modelos colectivos que operan como modelos referenciales con los que identificarse, reconocerse e incluso enfrentarse (García Selgas y Casado). García Selgas y Casado, en su estudio sobre la violencia en las parejas, consideran que los factores básicos que debemos contemplar a la hora de abordar la violencia en las parejas son: el género, el poder y el vínculo. Los seres humanos existimos como individuos sexuados. El sexo es un marcador social. Si bien género se ha constituido en estos análisis como una construcción social y cultural, el sexo, se sigue percibiendo como las características naturales de los seres humanos. Butler será rotunda al afirmar no sólo que esa distinción no existe, sino que el sexo prediscursivo es ‘efecto’ de género, ocultando que es una operación de producción discursiva. La identidad de género, como ideal normativo, viene a construirse culturalmente buscando la continuidad y coherencia entre sexo, práctica sexual y deseo. En el trabajo etnográfico de la autora, encuentran frecuentemente la sustitución de sexo por género. Esta situación de ‘sexo’, realizada tanto en el ámbito institucional, como en numerosos textos e intervenciones científicas, es denominada por Izquierdo como ‘perversión’ en el sentido de que: a) Anula el marco teórico que proporcionaba el concepto de ‘género’ formulado por los feminismos críticos; b) Se niega al ‘género’ el papel que tiene en los marcos teóricos que estudian la desigualdad de las mujeres disociando lo que son las mujeres, su posición social y la identidad que construyen sobre lo que son; c) Niega la existencia de diferencias sexuales, inscribiéndose en un marco heterosexista. Se confunde ‘género’, realidad socio-histórico-psíquica, con hombres y mujeres de carne y hueso. Pero además se obvia que el ‘sexo’, frente a la idea naturalizada, también es un constructo socio-histórico-económico (Illich). del andrógino de Platón, de la media naranja o del mito religioso cristiano: dos en uno, una sola carne. * El modelo hegemónico que se normativiza como hetero-sexual y que establece la pareja como forma de vida deseable. La pareja se instituye como la forma adecuada de vivir el amor, la pareja es el espacio construido para vivir la plenitud del amor hasta tal punto que se convierte en el eje de la vida de los sujetos y que en el lenguaje cotidiano se expresa: cuando una pareja se rompe, a ambos miembros se les aconseja que “rehagan” sus vidas, la pareja se instituye como el destino existencial de los sujetos contemporáneos. La pareja fundada hoy en nuestras sociedades en elementos tan inestables como el amor romántico y el deseo sexual, se ha convertido en soporte inestable en el horizonte de la felicidad y la inestabilidad se recrudece en una sociedad de consumidores con la emulación competitiva que ésta exige. Veblen. Escudero Polo, López y Aguilar intentan explicar por qué hay mujeres a las que les cuesta tanto dejar una relación violenta que las daña, cuando dicen que “en la violencia de género, la mujer intenta preservar la ilusión y sostener esa ilusión de “esperanza” de que surja un cambio en él” e incluso cambiarlo. Las expectativas de cambio son una manera de sostener la “ilusión”. Ellos dicen que “auto inculparse y localizar en sí misma el error que perturba la relación puede hacer sentir a la mujer que todavía tiene un margen de maniobra para cambiar la relación. Pero realmente inicia con esto un proceso donde la percepción de sí misma empieza a distorsionarse”. Planteemos los fundamentos de este problema candente: cómo hacer compatible la estructura autoritaria de la familia reforzada por el capitalismo con las nuevas exigencias de libertad y realización personal para hombres y mujeres, orientadas desde el imperativo de “tener vida propia”, “tener tiempo propio”. El capitalismo instaura al “ganador del pan/ama de casa” Izquierdo e instituye un aparataje ideológico sobre el amor, la sexualidad, la familia, la corporeidad y los hijos muy útil en la consolidación del sistema económico productivo. El capitalismo sembró la semilla de la familia entendida como intimidad, hogar, consumo, domesticidad y privacidad. A la dependencia económica de las mujeres se vino a sumar la dependencia emocional al entrar en acción el amor romántico como elemento fundacional del matrimonio frente a la sociedad económica y social que instituía el matrimonio pre capitalista. Hoy tenemos que poner en cuestión la separación que se hace de espacio privado/público como de uno orientado a la reproducción y otro a la producción. Si no podemos considerar que existen dos esferas separadas de la realidad social, más bien habría que hablar de diferentes tipos de relaciones sociales y en las que hombres y mujeres ocupan diferentes posiciones e incluso las mujeres ocupan posiciones diversas en los distintos tipos de relaciones y de igual manera los hombres. Hoy la igualdad y la de los sexos se hace mensurable y con ello se trata de medir cuanto ganan los varones más que las mujeres, cuánto tiempo se dedican a actividades dentro y fuera del hogar, es decir, desde la lógica que el liberalismo instauró para establecer desigualdades se quiere instaurar un sistema de igualdades. La igualdad de oportunidades, de usos de tiempos y espacios, no implica una relación entre iguales pues las actitudes en las que se socializan a unos y otras son bien diferentes. En este orden de ideas, el CIS establecía como indicadores para diagnosticar el nivel de igualdad entre varones y mujeres: salarios, perspectivdas de promoción profesional, oportunidades para encontrar empleo, acceso a puestos de responsabilidad, etc. y proponía como medidas a tomar: garantizar por ley un número equilibrado de hombres y mujeres en las listas electorales de los partidos, en las mismas condiciones de formación y experiencia contratar a una mujer y no a un hombre o promover por ley la presencia de mujeres en los puestos de dirección de las empresas. La igualdad no está tan sujeta a la cantidad de derechos de unos y otros, a los salarios de unos y otros fundados en el “individuo” como a las relaciones que se establecen entre los seres humanos y entre los sexos. La violencia construida desde las bipolaridades de maltratador/maltratada, victimario7victima, dominador/dominada están fundadas en un sistema binario heterosexista del que no escapan los discursos de feminismos que han olvidado la necesidad de la crítica a los discursos referidos al género, sexo y sus relaciones, la necesidad de situarse en otra perspectiva, en “otro lugar”, como dice De Laurentis, desde donde construir nuevos espacios de discurso. Estos espacios se situarían en los márgenes de los discursos dominantes, en las fisuras, en las grietas de los aparatos de saber-poder. 2.2.2. Contrato sexual y contrato social Para Hamilton, Cobo e Izquierdo, el capitalismo se sirvió del patriarcado, siendo la expresión más extrema. La mercantilización trae como consecuencia la separación mayor de los espacios público y privado que el patriarcado asignará a hombres y mujeres. Evelina Zurita pone tres casos distintos, de hombres de distinta edad que se encuentran internos en el Centro Penitenciario por maltratar a mujeres. Piensan que las mujeres cada vez tienen más fuerza, que antes por pegarles no pasaba nada, que hay mujeres que se merecen que les peguen, e incluso que las maten. ¿Cómo interpretar estos discursos? Zurita piensa que se debería intentar profundizar en por qué creen que se comportan de un modo no inadecuado. Muchos hombres dicen que las mujeres son iguales a los hombres, que deben tener los mismos derechos, oportunidades (nivel del contrato social), pero no pueden hacer ciertas cosas si atentan contra la dignidad del hombre, como presumir de que gana tanto o más que él… (status o contrato sexual). 2.2.3. Procesos de reproducción El cuestionamiento del patriarcado coexiste con los comportamientos ‘tradicionales’. Esta coexistencia da lugar a diversidad de formas de pareja y familia, así como a parejas fundadas en el ‘amor-fusión’ y otras que se califican como ‘asociativas’. La primera pareja es el modelo dominante. Responde a dos deseos fundamentales: a) El deseo de fusión con ‘otro’ para neutralizar la angustia existencial de sabernos ‘solos’ desde el momento en el que nacemos. b) Deseo de fusión con ‘otro’ que aminore el desasosiego que produce la incertidumbre y aflicciones del mundo exterior. El modelo fusional está orientado desde lo que la familia aporta a la sociedad y lo que los miembros aportan a la familia. Mientras que el asociativo valora las relaciones en términos contables: aportaciones emocionales, materiales… Hoy conviven ambos modelos, las mismas familias y parejas coexisten ambos en distintos espacios, tiempos y situaciones. Esta coexistencia, en la que chocan frecuentemente los intereses, son los focos de conflictividad que desembocan, a veces, en procesos violentos. La coexistencia de estos modelos implica la recomposición de los imaginarios ‘hombre’ (honor, hombría) y la ‘mujer’ (cuidado, necesidad de protección). Estas tensiones también son focos de conflictividad. Si se aborda la superación de la situación de dominación y subordinación de las mujeres, alcanzando éstas posiciones cada vez mayores en los cargos públicos, se está suponiendo que la mujer está libre de la subordinación, y se está considerando que es un problema que se da sólo en el ámbito doméstico. La separación de espacios y posiciones socio-económicas de hombres y mujeres, unida al mito del amor romántico, favorece que las desigualdades queden invisibilizadas al ocultarse la dimensión económica de la pareja, en pos de la sobrevisibilización de los vínculos afectivos. Se ha dicho anteriormente que la violencia patriarcal atraviesa todas las relaciones sociales y no sólo las de varones y mujeres. Por otro lado, frente a la idea equívoca de que la violencia es patrimonio de los varones, encontramos mujeres que ejercen violencia, no solo sobre su pareja varón, sino también sobre otras mujeres, hijos o ancianos. Partiendo de la dominación no exclusiva de varones, el modelo hegemónico sí es masculino. Por otro lado, los dominantes sufren de su propia ‘dominación’, es decir, “el esfuerzo desesperado y bastante patético que todo hombre debe realizar, en su triunfante inconsciencia, para conformarse a la representación dominante del hombre (Bourdieu y Wacquant). Asimismo se habla a menudo del patriarcado como algo negativo, pero sin percatarse de que al mismo tiempo se ‘pone en valor’ algunos de sus aspectos, como la maternidad. Cuando hablamos de ella no nos referimos sólo al hecho de poder tener bebés, sino las cualidades que la modernidad otorgó a las mujeres como madres (sensibilidad, capacidad de escuchar…). -considerar que ser mujer es un hecho universal esencial y es la interpretación universal de lo que es ser mujer -se oscurecen elementos del problema que son fundamentales para entenderlo: que la violencia tiene una raíz en loa factores sociales, no sólo sexuales o genéricos. 3. Vigencias y valores 3.1. El valor con cualidad estructural 3.1.1. Valores e ideología Los antropólogos nos ocupamos de las relaciones sociales expresadas en el comportamiento verbal y no verbal. Aspectos fundamentales del estudio de las relaciones sociales son las cualidades y sus fines de acción. Para Risieri Frondizzi, los valores son propiedades, cualidades que poseen las cosas, las conductas, las ideas y no existen por sí mismas. Además tienen existencia y sentido sólo dentro de una situación concreta y determinada individual, social, cultural e histórica. Por otra parte, hablar de valores implica reconocer una gradación de acciones y de cosas en términos de deseabilidad relativa. Los valores fueron denominados vigencias por Ortega, quien definía las “vigencias” como opiniones, pero especialmente significativas, ya que constituyen usos establecidos, entendiendo por “establecido” la orientación que se impone como lo deseable social y culturalmente a los individuos de una determinada comunidad y que subyace en sus representaciones y prácticas como una segunda naturaleza. Por tanto, la característica de la “vigencia social” es que es “uso”; por ello, ni siquiera necesitaría la adhesión de los individuos porque como tal uso le viene impuesto. Según Dumont, hoy más que de valores cabría hablar de ideología. Así hoy el valor suele simbolizar “el poder del dinero para medir todas las cosas”. La “ideología de la realidad” es cuantitativa y su objetivo es la rentabilidad. La dimensión del valor, que para los griegos fue proyecto sobre el mundo ha venido a asociarse al individuo, a la voluntad de los seres humanos. La sociedad necesita de valores para la integración. La modernidad separa, dice Dumont, “valores y “hechos”. Ciertos “expertos” consideran que el problema de fondo de la llamada violencia de género son los valores que perviven en algunos varones, valores que se consideran anquilosados en un patriarcado recalcitrante y de varones que se resistirían a afrontar los cambios que la sociedad liberal capitalista ha traído respecto a la emancipación de las mujeres. Hoy se insiste en la necesidad de que elementos de convivialidad como la familia, amigos, barrio, pueblo, solidaridad actúen sobre esta violencia, apremiando a que protejan a las personas que sufren violencia y a que denuncien, aíslen, y presionen socialmente a quienes la infligen. Estos elementos se han convertido en las sociedades de consumo en “instituciones concha”, como las llama Giddens y han sido vaciadas de la capacidad necesaria para acometer esas funciones. En la sociedad de consumo las personas e instituciones no tendrían otro horizonte valorativo que el dinero y la rentabilidad sometidos al tiempo. Estas definen a través del marketing las relaciones de las personas entre ellas como un sistema de objetos. En el tránsito a la sociedad de consumo, los flamantes “individuos” no se relacionan ya desde el contrato, sino desde los “contactos” bajo la lógica económica que promueve el mercado en busca de su propia rentabilidad, aunque se oferte como libertad de consumo y felicidad individual. Lo que queremos poner sobre la mesa es que debemos abrir los análisis de la violencia de género para ir más allá de los estrechos márgenes de indagación de los valores machistas como causa última y única y de la raíz de la violencia en la pareja como vestigio de ciertas formas de vida en extinción. Por nuestra parte, cuando hablamos de “comunidad” regida por “vigencias” o de sociedad, cuyos valores hegemónicos son los económicos, no estamos diciendo que una sea positiva y la otra negativa sino que lo que señalamos es que estamos en dos contextos culturales diferentes. Abordar la violencia en las parejas desde la antropología social y cultural implica acometer esta tarea teniendo como horizonte explicativo la cultura. Nuestro objetivo es “entender por qué y cómo funcionan en un determinado sistema social significaciones culturales a veces tan compartidas como brutales”. En la sociedad, objeto de nuestro estudio, hay elementos que refieren a formas de convivialidad que el gradual proceso de implantación de la ideología económica ha ido relegando pero, sin embargo, se consideran necesarios para la integración comunitaria. La expresión simbólica de esos elementos indica que no se ha perdido definitivamente la deseabilidad que aflora desde esas vigencias. Es curioso que se considere que la causa del maltrato que los varones ejercen sobre las mujeres sea la desigualdad económica y social de ellas, y que la solución a este problema esté en “cambiar los valores” hacia otros orientados a la igualdad, la tolerancia, el respeto o la solidaridad, pasando por alto que la violencia estructural que fundamenta los valores vigentes no se puede entender en las sociedades que estudiamos aislada de la ideología hegemónica capitalista que la enmarca. Para el cambio de valores, se entiende que el papel fundamental lo tienen la escuela y la familia, dejando de lado la ideología hegemónica del consumo, ante la que la escuela y la familia no serían sino meras comparsas. El Proyecto Piloto de reeducación para agresores en violencia de género (2010, Junta de Andalucía) tenía como objetivo “cambiar los valores patriarcales sobre los que se asienta la violencia de género”. Surgen cuestiones como que: * La dominación y sumisión más exitosas son las que no necesitan la violencia expresa. * No toda la violencia es instrumental * La violencia no es siempre visible * Sobre unos valores igualitaristas también se puede fundar la violencia, Valcárcel, García Selgas y Casado. * Se actúa sobre los individuos con la intención de resolver problemas sociales estructurales * Sobre los individuos se interviene desde una lógica simplista que considera que existen “creencias falsas” que se podrían reemplazar por supuestas “creencias verdaderas” a fin de que el mecanismo social cumpla las funciones establecidas. Constatamos desde nuestra etnografía que se considera que cabría hablar de unas personas que tienen una percepción distorsionada como si tuvieran unos “valores equivocados”, que sufren ciertas anomalías o comportamientos desviados que deben ser reconducidos. Estos discursos y comportamientos se analizan como datos, números, desde unos contextos propios del mundo del que se habla, análisis que ofrecen sólo una luz muy relativa sobre la diversidad, complejidad y multidimensionalidad: * De las relaciones sociales en las que fueron socializados, a través de su estructura social, los sujetos inmersos en situaciones de violencia * Y de los comportamientos a través de los que aparecen las violencias, cuya complejidad se nos presenta en unos esquemas universalistas, homogeneizadores y pretendidamente operativos. Rafael Sánchez Ferlosio afirmaba en El País, 2007 que quien educa hoy es el Mercado al generar la ideología del “individuo” soberano, soporte consumidor imprescindible en las sociedades democráticas de mercado. Los valores vigentes, como fundamentos simbólicos y morales de la acción social y su transformación en ideología en la Modernidad tardía de nuestras sociedades contemporáneas, no son en absoluto una pieza separada de los fundamentos económicos y sociopolíticos de la acción social. 3.1.2. Historia contra tradición La organización de la familia alrededor de los hijos es relativamente nueva en Occidente y la vida social se polariza para una mayoría en torno al trabajo orientado como profesión y especialización y a la familia nuclear fusional entendida como comunidad de afectos y como unidad de consumo. Por una parte el reconocimiento del sujeto como individuo viene de la esfera pública y por otra, se observa una exaltación de lo privado, de la vida privada que va paralela a un menor control de las condiciones en las que se produce la vida. Izquierdo. La exaltación de lo privado corre pareja a la exaltación de la maternidad que sirve como base, junto a otras, sobre la que se asienta el patriarcado moderno. Rich. La separación de los “sexos económicos” de los que habla Illich supone que se convierten en productores económicas, sean remunerados o no, en la fábrica o en el hogar. Hasta el capitalismo, la domus no era un refugio, un lugar de descanso donde se reponían fuerzas de las luchas que se libraban en el “mundo exterior”. Esta ideología del “hogar” aparece con el capitalismo. cuernos y no eran mujeres como tenían que ser, es decir, como era deseable a las vigencias propias de su género. La honradez es una de las vigencias más fuertes que hemos encontrado en los informantes que han llegado a matar a sus pareja . Además, la honradez también está asociada al hecho de estar en disposición y defender los propios intereses, conseguir el éxito y defender la hombría, lo que Lisón llamó 'vigencias militantes'. Para estas personas "no ser un hombre" es el mayor insulto y serlo, el mayor halago. Seguramente, desde un diagnóstico psicológico, Isidoro (uno de los presos) tenía una depresión, debilidad mental, que le impedía afrontar la frustración del abandono de su pareja. Sin restar importancia a esta valoración, para una antropóloga es muy significativa la importancia que este sujeto otorga a su comunidad. Nació y vivió toda su vida en un pueblo pequeño que conoce su trayectoria vital y la de toda su familia, que conoce su honorabilidad. Por ello, para Isidoro, el golpe más fuerte, incluso mayor que sus remordimientos (por haber quitado la vida a su compañera) fue la reacción de su 'comunidad' cuando él entraba en los Juzgados. Para Isidoro, una mujer infiel ha perdido todo argumento para ser respetada, hasta el punto de que ya ni es respetable su vida. Isidoro termina con la vida de su pareja en la casa que compartían. Se sintió expulsado de la casa que, de algún modo, es como sentirse expulsado del horizonte simbólico que es su comunidad, su pueblo, su grupo de referencia. De ahí que sea necesario para entender el discurso de Isidoro no sólo analizar cómo se construyen esos horizontes sociales, sino cómo se gestionan económica, social y simbólicamente. Isidoro trata de casar' su honradez con lo sucedido, que él narra como fruto de un momento de arrebato. Como afirma Pitt-Rivers, un hombre es responsable de su honor ante sus iguales de ahí la dimensión expresiva de este tipo de violencia en la que el asesinato, como máxima expresión, se confiesa y muchos de los homicidas se entregan. Sin embargo, la violencia sostenida se niega, se oculta o se disfraza ante los demás y hemos encontrado que en la mayoría de nuestros informantes varones la cárcel se experimenta fundamentalmente como algo que les 'ha tocado vivir: pero no como algo que les cuestione su modo de proceder. 3.2.1 El imperativo del consumo Los discursos de nuestros informantes coinciden en desplazar los conflictos que viven o han vivido en sus parejas hacia los cambios sobrevenidos en las mujeres actuales. Es decir, provienen del choque entre submodelos afectivos-sexuales-económico-sociales que conviven en nuestros tiempos, a veces, de forma discontinua y, a veces, de forma más permanente: a) El modelo de familia, de pareja, amor y sexo de 'hasta que la muerte nos separe' que tenía su razón de ser en un modelo de sociedad productiva y que solía asociar esos referentes a los del homo faber: amor y deseo de procrear y de relaciones duraderas. b) El modelo de familia, pareja, amor y sexo líquidos de los que habla Bauman que hace residir sus referentes en los del homo consumen: movido por la velocidad, la rapidez, relaciones listas para llevar, para tomar y dejar, sin compromisos y sin ataduras. El final del siglo XX promovió unos cambios que han tenido efectos sobre las relaciones de pareja y familiares: a) Por la incorporación de muchas mujeres a trabajos remunerados, alcanzando una cierta autonomía económica que es uno de los criterios para ordenar el grado de libertad que la sociedad de consumo establece. b) La desvinculación de sexo y reproducción trajo consigo cambios en el modo de entender las relaciones afectivo-sexuales, la pareja, el matrimonio y la familia. Los «individuos» colocan las relaciones afectivas como uno de los ejes de sus vidas. Por otro lado, sienten una gran desconfianza ante la idea de una relación para siempre. En nuestras sociedades las relaciones afectivas presentan la encarnación de la ambivalencia por un lado, existe un fuerte deseo de relacionarse y un angustioso temor a los lazos afectivos estrechos y permanentes. Insiste Bauman en que hoy. Hay una crisis del largo plazo. Por eso, el compromiso está en crisis. Hoy la gente joven no espera un trabajo para toda la vida o una pareja para toda la vida, sino que espera una vida con grandes y numerosos cambios en todas sus facetas. Y esto como condición de una vida interesante e intensa. En la actualidad, el «individuo» ya no se siente miembro de una 'comunidad' sino simplemente forma parte de una sociedad de «individuos» cuya función manifiesta es el ejercicio de la libre competencia y cuya función latente ,es la legitimación de la lógica de mercado. Ya no vive la vida como un destino, como en otras épocas, sino como algo abierto. Muchas áreas de la vida de las personas ya no están con formadas por modelos y hábitos preexistentes. El individualismo, basado en la escasez, frente a la comunidad y lo comunitario, basado en la subsistencia, modela un sujeto convertido en una construcción ideológica en la que el 'nosotros' no es un nosotros comunitario, sino espúreo, bastardo, una colección de 'yoes' incapaces de instituirse ya como sujetos de la historia, sino sólo como meros «individuos». En la relación entre iguales cada individualidad se prueba, muchas veces, en la violencia con que sea capaz de mantenerse. "Te golpeo porque eres mi igual" Así estaríamos a caballo entre la vieja violencia asumida desde la inferioridad de las mujeres, y la nueva, la provocada desde el igualitarismo, pero la construcción social de las víctimas no cambia. Se podría insistir en que tanto en unos como en otros casos, las mujeres son las que suelen sufrir esta violencia y tienen la consideración de 'seres para otros: Sin embargo, a los antropólogos no nos interesan los «usos» que se dan en los diferentes contextos y las significaciones de esas prácticas que, para nosotros, son sociales y culturales. Que la víctima sea una mujer y que, además, muchas sean muertes brutales, creemos que no debe ser interpretado sólo desde la crueldad del agresor, sino también porque las mujeres son la víctima que socialmente está más asumida como tal y más naturalizada como víctima. El ensañamiento no debe ser interpretado solo como fruto del resentimiento contra la víctima, sino también como resentimiento simbólico: contra una sociedad que no facilita otros recursos para enfrentarse a ella que el de la violencia contra quien se tiene más cerca. Si realmente creemos que este tipo de violencia no tiene sus raíces fundamentales en patologías individuales de las personas que las perpetran, tenemos que leer esta violencia de modo expresivo, como también lo son otras formas de violencias. La mujer aparece también como objto de consume y como posesión y apreciación. En este marco es donde podemos entender el cambio de las formas de violencia, no sólo en cuanto a su origen, sino en cuanto a las distintas formas de que se reviste y cómo éstas se están transformando. Con ello no buscamos justificar prácticas violentas o huir de su consideración de delitos, sino señalar que son una forma viva de la expresión de una sociedad. Nuestro cometido como antropólogos no es juzgar, sino indagar en los mecanismos sociales, invisibles para los sujetos y para la sociedad, donde tienen su origen prácticas individuales y poner de manifiesto que problemas de este calado necesitan ser abordados desde su origen en la estructura social que los genera y modela.
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