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Apuntes de La Fundación, Apuntes de Lengua y Literatura

Apuntes del libro de La Fundación de Antonio Buero Vallejo con todas las preguntas que pueden caer en la selectividad.

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 26/02/2024

diego-santos-sabel
diego-santos-sabel 🇪🇸

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¡Descarga Apuntes de La Fundación y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! 1 La Fundación, Antonio Buero Vallejo INTRODUCCIÓN Antonio Buero Vallejo es considerado una figura capital dentro del teatro posterior a la Guerra Civil, tanto por la calidad de sus obras como por los aspectos renovadores que se encuentran en su teatro. La Fundación se estrena en Madrid en 1974, momento en que Buero Vallejo ya contaba con una dilatada trayectoria dramática (Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad, El tragaluz o El sueño de la razón), siempre con el apoyo de público y crítica. Fue la última obra de Buero Vallejo estrenada durante el régimen franquista. Con esta obra, el autor pretende provocar una catarsis en el espectador y que este reflexione sobre el cruel mundo de la prisión, la tortura, la delación y la muerte. Buero Vallejo realiza una reflexión crítica sobre el hombre contemporáneo y la sociedad en la que le ha tocado vivir, ataca ese mundo y esa sociedad que anulan la personalidad individual y causan alienación. En la obra hay bastantes elementos autobiográficos: el autor militó en el Partido Comunista tras la guerra, fue preso político (encarcelado desde 1939 a 1946) e incluso estuvo condenado a muerte. Su intención es superar el ámbito de lo particular para reflexionar sobre lo universal: su denuncia no se limita a la situación concreta tratada en la obra, sino que pretende cuestionar aspectos esenciales de la condición y la vida humanas. La Fundación pertenece a la tercera etapa de la producción del autor y está considerada una de sus grandes creaciones. La obra se presenta como "fábula en dos partes" y realmente, como si de una fábula verdadera se tratase, plantea al espectador el eterno problema de la realidad y la ficción, ficción producida por el rechazo del mundo exterior, en este caso a través del estado alucinatorio de uno de los personajes. La reducción paulatina de esa ficción en beneficio de la verdad, que va resplandeciendo cada vez con más elementos o "pruebas", es la clave formal bajo la que se desarrolla el drama. La obra se integra así plenamente en el teatro de Buero, dado a todo tipo de recursos que implican al espectador en la comprensión de la verdad, viviéndola al ritmo que marca determinado personaje. En el caso de La Fundación, ese ritmo es dramáticamente paulatino. ARGUMENTO Y TEMAS FUNDAMENTALES a) Argumento El argumento de la obra es, en síntesis, el siguiente: desde que se levanta el telón creemos estar ante una serie de investigadores becados por una fundación que les permite trabajar en distintos ámbitos. En este escenario se mueve Tomás, personaje de la mano del cual avanzaremos hasta conocer la realidad. La Fundación no existe como tal fuera de la mente de Tomás, que ha construido un mundo paralelo para evadirse de la triste realidad: él y sus compañeros (Asel, Lino, Max y Tulio) se encuentran en una cárcel por motivos políticos (fue detenido mientras repartía propaganda y delató a los miembros de su organización cuando lo torturaban). Con la ayuda de sus compañeros y un poco de sobrealimentación, Tomás consigue recuperar la cordura y asumir la situación. Por otra parte, a medida que la situación anterior se va elucidando, comienza a cobrar importancia creciente otra trama que será central para entender el desenlace: conocemos el plan de fuga que traman unos cuantos presos, que se verá abocado al fracaso por culpa de la delación de un compañero de celda, Max. Uno de los personajes (Tulio) será fusilado, otro (Asel) se suicidará para no delatar bajo presión el plan de fuga de sus compañeros, el delator (Max) será empujado escaleras abajo... Con todo, el final abierto de la obra deja una puerta a la esperanza: unos guardias vienen a llevarse a los dos compañeros que quedan (Tomás y Lino) y no sabemos si los conducirán a la celda de castigo —donde quizás puedan llevar a cabo el plan de fuga— o si, por el contrario, los llevarán ante el pelotón de fusilamiento. Es importante resaltar que muchos aspectos del argumento serán casi desconocidos para el público hasta cerca del final. AMPLIACIÓN DEL ARGUMENTO: La obra transcurre en una habitación compartida por seis hombres (Tomás, Asel, Lino, Max, Tulio y un Hombre sin nombre) en el seno de cierta institución, llamada "la Fundación". Dicha habitación es confortable. Los personajes mantienen oscuras y tirantes relaciones, cuyo sentido no lograremos conocer hasta bien avanzada la obra. Parece como si Tomás fuera víctima de una conspiración urdida por los demás. 2 Se producen extraños indicios para el espectador: el enfermo que carece de nombre, al que se mantiene en ayuno desde hace días; un mal olor constante; el hecho de que el encargado cierre siempre con llave… La primera parte termina cuando el encargado descubre que el enfermo está muerto desde hace seis días. Tomás hace responsables a sus compañeros por no haberle alimentado. En la segunda parte se va desvelando el misterio: los hombres son presos políticos condenados a muerte por un régimen totalitario, en un país que no se concreta. Tomás, que delató a sus compañeros bajo tortura, estuvo a punto de suicidarse y se ha refugiado en sus ensoñaciones, huyendo de una realidad que no es capaz de asumir. Incluso se imagina furtivos encuentros con su novia, Berta, que en verdad se encuentra fuera de la cárcel. El escenario se va haciendo real a medida que Tomás recobra la cordura, y transformándose por tanto en una celda. Una vez desvelado el misterio, los demás no acaban de confiar en Tomás, pues el descubrimiento del compañero muerto debería haber ocasionado el traslado a celdas de castigo como parte de un plan de fuga, pero dicho traslado no se produce. Se sospecha de un delator (en principio, Tomás) y estas suposiciones aumentan cuando Tulio es llevado para ser ejecutado. Cuando la locura desaparece, varios indicios hacen sospechar de Max, lo que se acaba confirmando. La traición de Max se produce para conseguir mejoras en el trato carcelario, lo que no puede equipararse a la traición de Tomás. Asel confiesa que, ante la tortura, es imposible resistir. Cuando el encargado viene a buscar a Asel para un interrogatorio, él, que se sabe débil, elige el suicidio. Lino aprovecha el momento de confusión creado por Asel para matar a Max. Finalmente, Tomás, ya recuperado, finge nuevamente la locura para salvar su vida y la de Lino, y poder huir. El drama finaliza cuando sacan a los dos prisioneros de su celda hacia un destino desconocido. La última escena nos muestra a nuevas personas que se acercan a la misma celda, convertida de nuevo en lujosa habitación. b) Temas fundamentales La obra pretende que el público medite sobre la libertad y la esclavitud, sobre la opresión que los regímenes totalitarios ejercen en los individuos que no se pliegan a sus estrictos códigos de comportamiento. De este modo, la pieza queda emparentada con En la red, de Alfonso Sastre, al denunciar la brutalidad de prácticas como la tortura, la delación, la represión ideológica y la pena de muerte. Pero en La Fundación no se trata solo un tema histórico o político, sino que existe otro plano trascendental en el que se alude al sentido de la existencia humana, a la mentira y a la búsqueda de la verdad. v En la dimensión más vinculada con el ámbito político, que encuentra una actualidad plena en el momento del estreno (1974: dictadura franquista, asesinato de Carrero Blanco, vigencia de la pena de muerte), observamos que la obra aborda asuntos como la lucha por la libertad y el rechazo de la inacción; la crítica de la pena de muerte y de la violencia (con sus derivadas/consecuencias, como la tortura, el hambre o el asesinato); la delación y la culpa. 1. La lucha por la libertad y el rechazo de la inacción. Al final de la obra se llega a la conclusión de que la vida es una prisión constante: el ser humano es un prisionero (como el ratón de Berta) encerrado en una sociedad engañosa, con apariencia de mundo feliz (igual que la Fundación imaginada por Tomás). En este sentido, la "Fundación" es un magno símbolo, reflejo de nuestro mundo y nuestra sociedad, como conjunto de sistemas que producen la anulación de la personalidad individual, la ceguera mental y la alienación. Lo más grave, y lo más trágico, es que tras esa Fundación siempre habrá otra. Este tema se aborda en la conversación entre Tomás y Asel, en la parte segunda de la obra. Tomás (ya cuerdo) y Asel debaten si merece la pena luchar por la libertad, arriesgarse a intentar la fuga, siguiendo un plan laborioso y con pocas posibilidades de éxito, diseñado por el propio Asel (excavar un túnel desde las celdas de castigo). Tomás, al principio, rehuye la lucha; ya consciente de la realidad, sigue mostrándose reacio al plan de Asel; pero, finalmente, los argumentos y, sobre todo, la muerte de Asel, lo obligan a actuar. Asel, en cambio, es partidario de luchar siempre y convence a Tomás. A través de estos planteamientos, en la obra se defiende la búsqueda de la libertad, la lucha frente a la inacción como único modo de acceder a la verdad. De algún modo, como se declara en la obra, existe el "deber de vencer". 2. La crítica frente a la violencia (que se condensa, en buena medida, en las intervenciones de Asel en la segunda parte). A lo largo de la obra, se vehicula un rechazo de la violencia, también a través de una serie de elementos dependientes de ella, como la tortura, el hambre o el asesinato, que conducen a los personajes a situaciones extremas. 5 ANÁLISIS DE PERSONAJES De los personajes que aparecen en escena, solo los seis principales poseen un nombre propio que les otorga identidad e individualidad. Esto les diferencia del resto, a quien Buero se ha referido mediante clasificaciones (el Hombre, el Encargado, el Ayudante, el Primer camarero...), lo que diluye su identidad y los convierte en meros miembros de una categoría. El Hombre lleva muerto de inanición seis días; su identidad ya no importa, al haberse convertido para los demás en un simple medio de conseguir una ración extra. Al mismo tiempo, la falta de nombre propio nos alerta de que el trágico destino de ese hombre podría ser el de cualquiera. La categorización del resto de personajes apunta a su pertenencia a las fuerzas opresoras de ese régimen sin localización espacial o temporal. La falta de concreción de sus nombres permite, por otra parte, que funcionen simultáneamente como participantes del mundo de la Fundación inventado por Tomás y del mundo real de la prisión. Una constante en el teatro de Buero es la contraposición entre personajes activos y contemplativos. Los primeros se caracterizan por su materialismo y su falta de escrúpulos para alcanzar una meta. Los contemplativos, por el contrario, se definen por el idealismo y la defensa de los principios éticos, pero carecen de voluntad para imponerlos; permanecen pasivos, aislados de la realidad. Los personajes de La Fundación no encajan completamente en estos dos prototipos porque van evolucionando (especialmente el protagonista) y tienen un alto contenido simbólico. Aun así, haciendo muchas matizaciones, podemos adscribirlos parcialmente a esas categorías. A) PERSONAJES CONTEMPLATIVOS u TOMÁS Condenado por repartir panfletos a favor de la libertad, delató a sus compañeros bajo tortura, lo que los ha conducido a todos a compartir celda en una prisión. Muestra interés por el arte y voluntad de ser novelista. TOMÁS es quien soporta todo el peso de la obra y, gracias a él, los lectores/espectadores conocen el significado pleno del drama. Es él quien crea la "Fundación" y lo hace a la manera de don Quijote: idea un mundo ilusorio paralelo ante la realidad que no consigue procesar. Tomás nunca abandona la escena y el espectador estará motivado/influenciado por su presencia y su perspectiva; su tránsito de la alienación a la verdad es acompañado por el público. El Tomás de la primera parte es un personaje contemplativo: representa al intelectual no comprometido, ajeno al mundo que lo rodea. Abrumado por la culpa, se ha creado un mundo fantástico del que han desaparecido el hambre, el sufrimiento y la condena a muerte; cree residir en una moderna fundación, becado junto a sus compañeros para desarrollar investigaciones o, en su caso, escribir una novela. Se muestra amable con los demás y agradecido con esa sociedad irreal. En su alucinación evasiva, Tomás evidencia trazos quijotescos. Poco a poco (y nosotros con él), irá percibiendo la dolorosa realidad y recuperando el juicio por completo, hasta convertirse en un personaje activo al final de la obra. El factor clave para la curación de Tomás es el mismo que había provocado su locura: el dolor. Si el sufrimiento causado por la tortura lo había conducido a la delación de sus compañeros, los remordimientos y la locura, ahora el trauma causado por las sucesivas muertes de sus compañeros hará que recobre la lucidez. Los cuatro acontecimientos clave en este proceso evolutivo serán los siguientes: 1. Descubrir que el hombre que él creía enfermo era, en realidad, un cadáver (final de la primera parte), primer indicio de que no vive en un mundo feliz, sino que existen el hambre y las mentiras. 2. Descubrir que a Tulio se lo llevan para ejecutarlo (inicio de la segunda parte). Por primera vez, admite que vive en una cárcel y que él y todos sus compañeros están condenados a muerte. 3. El suicidio de Asel (final de la segunda parte). Es el momento clave para la evolución del protagonista: el Tomás contemplativo deja paso a un Tomás activo, dispuesto a luchar y a ejecutar los proyectos de fuga diseñados por su amigo. 4. El asesinato del traidor Max a manos de su propio compañero Lino (casi al final de la obra). Con todo, y pese a haberse convertido en un personaje activo, Tomás sigue defendiendo los principios éticos característicos de los contemplativos: rechaza la violencia y condena el crimen de Lino. 6 B) PERSONAJES ACTIVOS Activos con principios éticos u ASEL Ingeniero al que Tomás convierte en médico. Es uno de los personajes más complejos del teatro de Buero y casi el coprotagonista de la obra. Será Asel quien nos deje las reflexiones más hondas que encierra la obra sobre la realidad y la condición humana. Es caracterizado como el mayor de todos y, por lo tanto, el que atesora más experiencia vital. Se justifica así que sea una especie de guía para sus compañeros. Al igual que Tulio, ha superado, como hombre de acción, los límites entre los activos y los contemplativos. Comparte características de ambos grupos de personajes. → Coincide con los activos en: • Su realismo: en lugar de evadirse de las realidades desagradables (como Tomás), él las analiza para buscar soluciones; por ejemplo, estudia la estructura de la cárcel para localizar el lugar propicio donde excavar un túnel. • Sus dotes de persuasión, que lo han convertido en el líder del grupo: Asel ha ideado la terapia para que Tomás vuelva a la realidad y también ha diseñado el proyecto de fuga. • La lucha por alcanzar la meta: la libertad. No solo ha proyectado el plan de fuga y ha conseguido colaboradores, sino que, en un momento de máxima tensión dramática, Asel decide suicidarse para no hablar y hacer posible aún la fuga de sus compañeros, Tomás y Lino. • La falta de escrúpulos para conseguir esa meta. Asel defiende el recurso a la mentira en dos circunstancias: primero, para no causar más sufrimiento al protagonista, actúa y hace actuar a sus compañeros conforme a las fantasías de Tomás; en segundo lugar, miente a los guardianes para sobrevivir y sacar adelante su plan: quiere que los trasladen a las celdas de castigo para intentar la fuga. → Al igual que los contemplativos: • Se rige por unos principios éticos basados en la comprensión, la generosidad y el rechazo de la violencia. Vemos cómo los pone en práctica con el "traidor" Tomás: aunque este sea culpable de que todos estén encarcelados, no solo no toma represalias contra él, sino que lo ayuda a recuperarse. Si bien Asel confiesa en la segunda parte que él no es un héroe, ya que también ha delatado a sus compañeros en el pasado y eso costó, al menos, una vida. • Sueña con un mundo mejor. La actitud final de Asel, al igual que la de Tulio, parece contagiada por la fantasía de Tomás, como si de un proceso de "quijotización" se tratase; Asel afirma dos veces que el paisaje que creía ver Tomás es verdadero. El propósito de esto es sugerirnos que debemos soñar con ese mundo idílico, que debemos luchar por esa aspiración a algo absoluto e imposible, tal como han hecho siempre los personajes contemplativos en las obras de Buero. u TULIO Fotógrafo, especialista en óptica (se encarga de investigar sobre los hologramas). En un principio, es un personaje colérico, caracterizado por su hosquedad e intransigencia; pero todo queda compensado por su personalidad soñadora. Tulio se nos presenta en una primera impresión engañosa, ya que inicialmente se muestra reacio a seguirle la corriente a Tomás y aborda con hostilidad su trastorno; con todo, acaba siendo el que en mayor grado se identifica con él al final, por lo que, dada su humanidad, su ejecución resulta más dolorosa. En efecto, la escena de la salida de Tulio se carga de dramatismo, pues poco antes el personaje se había permitido por fin soñar, reír y recordar sus planes de futuro, ofreciendo ese lado esperanzado que la cárcel había sepultado casi por completo. Activos sin escrúpulos u MAX Contable, "tenedor de libros", convertido en matemático por Tomás. Este personaje está caracterizado por su bajeza moral, ya que se entrega a fáciles compensaciones a cambio de una traición. Max muestra de forma constante un relativo buen humor y, en cierto modo, parece divertirse siguiéndole la corriente a Tomás. En ese buen humor Lino interpreta el origen de su traición. 7 Tratando de entender, Tomás querrá asimilar la traición de Max a la suya propia, pero no parecen equiparables, según le muestra Asel; con todo, este último no condena la acción de Max, al interpretarla como consecuencia de una situación inhumana. u LINO Tornero convertido en ingeniero por Tomás (extracción social humilde). Este personaje, apático y desidioso en un principio, acaba convertido en un hombre de acción, al entregarse a la atrocidad del asesinato: en un acto de impulsividad y rabia, actúa como verdugo, agrediendo a Max para que hable y lanzándolo después por la barandilla. El acto de violencia, a pesar de ser cometido contra el "traidor", es censurado por Tomás, que recuerda: "Si no acertamos a separar la violencia de la crueldad, seremos aplastados". C) OTROS PERSONAJES u BERTA Es un personaje atípico, una suerte de Dulcinea del Toboso contemporánea, ideada por la imaginación de Tomás. El verdadero sentido de los diálogos del protagonista y de Berta no puede ser entendido por el público hasta el final de la obra. Ella es en realidad un desdoblamiento de la personalidad de Tomás, un reflejo de su subconsciente, que experimenta los primeros signos de la realidad: casi al inicio, Berta declara aborrecer la Fundación (cuando todavía es un espacio idílico para el protagonista); todo lo que expresa es lo que Tomás empieza a intuir o a temer. Es un refugio para él, pero a través de ella se van filtrando fragmentos de la realidad que él conoce, aunque preferiría ignorar. Berta aparece ligada también al elemento simbólico del ratón, que representa al propio protagonista en su condición de prisionero. u OTROS Además de los personajes centrales y de Berta, hay otros que, solamente aludidos, abren la cerrada perspectiva de la celda a un horizonte más amplio de solidaridad humana. Son los "compañeros a toda prueba", que se arriesgarán para que desde el sótano puedan cavar el túnel hacia la libertad; o los "barrenderos de la galería", que diseminarán la tierra "porque son compañeros". Esa colectividad se hará presente como un "coro de voces" que firma al unísono "asesinos", como última despedida a Asel, a la vez que revela de qué modo la situación que afecta a los cinco protagonistas trasciende sus casos personales y se convierte en testimonio de una represión generalizada. LUGAR, TIEMPO Y ACCIÓN Buero busca intencionadamente la inconcreción, tanto geográfica como temporal. No se precisa en qué país ni en qué época histórica se desarrolla la acción, y esto obedece fundamentalmente a dos razones: • La falta de concreción favorece la vigencia de la enseñanza ética y social de la obra: podría haber ocurrido en cualquier lugar y en cualquier época, pues, como denuncia Asel en la segunda parte, la falta de libertad, la pena de muerte o la tortura son males universales. • La alusión a "un país desconocido" y la falta de coordenadas temporales ayudan al dramaturgo a esquivar la censura, vigente durante la dictadura franquista. Esto conecta con la línea posibilista del realismo social de Buero Vallejo. A) Lugar Es necesario diferenciar entre espacio externo (las acotaciones nos informan de que la acción se sitúa "En un país desconocido") y espacio escénico. Con respecto a este último, la obra mantiene unidad de lugar, ya que toda la acción transcurre en un único espacio, aunque este varíe a los ojos de los espectadores, al pasar de ser la habitación confortable de una fundación (una suerte de locus amoenus) a la celda de una cárcel. Podríamos decir que el espacio es simbólico, pues está situado en la mente de Tomás, o 10 de hierro de aspecto pobre, los seis talegos y los tres bultos recubiertos por arpilleras. En la segunda parte desaparecen los elementos asociados al lujo y al confort. Posteriormente, desaparece el ventanal y todo el mobiliario, y solo se mantiene la cortina que oculta el inodoro. Finalmente, se describe la celda en toda su crudeza, cuando se eleva la cortina para mostrar el rincón que permanecía oculto, donde no hay más que un sucio retrete. b) La iluminación. La luz ofrece una carga simbólica, pues se muestra irisada al principio ("un tanto irreal", para sugerir la ensoñación) y progresivamente se vuelve nítida, hasta llegar a ser "cruda y agria", acompañando el proceso mental del protagonista hacia la verdad y descubriendo el espacio de la celda. La luz avanza a medida que el escenario se transforma, y los espacios todavía no "revelados" permanecen en penumbra. c) Los personajes: su vestimenta, sus movimientos, sus gestos y su tono. Tomás es descrito en la primera acotación de la obra como un joven que viste pantalón oscuro y camisa gris; en cambio, en la segunda parte, su pantalón acaba siendo gris, igual que el de todos los demás, y lleva la blusa por fuera. 2) La música y la estructura circular La obra comienza y acaba con la pastoral de la obertura del Guillermo Tell de Rossini, lo que refuerza su estructura circular. Esta melodía, al inicio, crea el ambiente adecuado para la presentación de una alucinación. Además, la elección de la pastoral de esa ópera, vinculada a una escena idílica a orillas de un lago, no es casual, y ayuda a intensificar la sensación de locus amoenus inicial, a la que también contribuye poderosamente el paisaje simbólico del ventanal que preside el confortable cuarto de la Fundación. La música volverá a recuperarse al final de la obra, cuando además vuelva a surgir toda la decoración de la idílica Fundación. Este final, como en otras obras de Buero, indica una apertura y una esperanza. Cuando el espectador sale del teatro, sabe que todo está dispuesto para que la tragedia vuelva a empezar; en su mano está escoger si sigue en la "Fundación" o lucha contra ella en busca de la verdad. En definitiva, el hombre debe dudar de la condición real o ilusoria de todo lo que le rodea. Buero defiende la misma tesis que en otras muchas obras: la crítica es una necesidad constante del individuo para no caer en el engaño. 3) La pintura En el mundo "alucinado" de Tomás tiene un especial significado la pintura. Al comienzo del cuadro segundo de la primera parte, el protagonista hojea y admira un libro de "reproducciones en color" que le atrae especialmente. Tomás va descubriendo los detalles de la pintura, imaginada por él, y se aprecia que comete varios errores, al confundir cuadros y leer mal el nombre de los artistas (cree leer que un cuadro de Vermeer es de "Terborch"). Esto funciona como un aviso de que algo raro está sucediendo, a la vista de las incongruencias del personaje. 4) Los elementos simbólicos La obra se apoya en el carácter simbólico de una serie de elementos y personajes que contribuyen a crear nuevas dimensiones de sentido. • La propia Fundación es uno de los símbolos más poderosos, como lugar confortable y engañoso creado por Tomás para escapar de una realidad que le resulta inasumible. • El ventanal que preside la estancia inicial de la Fundación, emparentado con las pinturas de Turner, refleja un paisaje ideal y utópico, un locus amoenus en el que es necesario seguir creyendo, segundo propugna Asel, para aferrarse a la esperanza de futuro y de libertad, aunque estos anhelos se muestren inalcanzables. • Los hologramas son símbolos que denotan la delgada línea entre lo real y lo ilusorio. • El personaje de Berta y su ratón representan aspectos del subconsciente, la identidad y la situación de Tomás. 11 5) El efecto de inmersión El llamado efecto de inmersión se ha considerado uno de los logros formales más originales del teatro de Buero. Aunque ya había aparecido en obras anteriores, es en La Fundación donde se despliega con toda su potencia. El efecto de inmersión es un recurso teatral que consiste en hacer que el espectador participe de la situación de alguno de los personajes (normalmente, el protagonista), obligándolo a compartir su punto de vista, de forma que experimente una sensación más fuerte de identificación o cercanía con él. En La Fundación, el espectador sabe y ve lo mismo que Tomás, puesto que la realidad se le presenta desde su perspectiva distorsionada; pero este hecho no será descubierto hasta que la obra haya avanzado considerablemente. Podríamos decir, entonces, que el espectador es "engañado" por el autor, y solo al final del cuadro primero de la segunda parte contemplará el escenario como lo que de veras es: la celda de una cárcel. A partir de este momento, el espectador descubre que su percepción de lo que estaba ocurriendo era tan falsa como la del protagonista: también ha percibido como real algo ficticio. Esto lo lleva a preguntarse si, al igual que Tomás, no estará viviendo en un error, en una "fundación" tras la cual se ocultan otras realidades. El efecto de inmersión apunta, pues, hacia el mundo como algo engañoso (son evidentes las referencias a La vida es sueño) y, por medio de esta técnica dramática, Buero denuncia lo equívoco de nuestra sociedad y busca la comprensión hacia el delator, al que el público llegará a entender y perdonar. Varios elementos escénicos y verbales están orientados a conseguir el efecto de inmersión y reforzar la identificación del público con el personaje: • Elementos escénicos: el espacio y sus objetos cambiantes, el vestuario y la iluminación sirven para generar el engaño y para desvendarlo. (Información proporcionada en las acotaciones). • Elementos verbales: los diálogos, especialmente las intervenciones de Tomás, permiten advertir titubeos, incongruencias, etc. El personaje de Berta y sus intervenciones resulta igualmente clave, como voz del subconsciente de Tomás ("Aborrezco la Fundación"). El comienzo in medias res también contribuye a hacer posible el efecto de inmersión tal y como está planteado en esta obra, pues con una secuencia cronológica sin ese factor sorpresa, no podría haberse operado la sensación de equívoco en el espectador. CONTENIDO EXTRA BIOGRAFÍA DE ANTONIO BUERO VALLEJO Antonio Buero Vallejo nació en Guadalajara en 1916. Su primera vocación fue la pintura y cursó estudios de Bellas Artes en Madrid. En 1937 se alista en el ejército republicano y, terminada la guerra, es detenido y condenado a muerte por su participación en actividades clandestinas. Finalmente, se le conmuta la pena por la de treinta años de cárcel y, en 1946, sale en libertad condicional. Consigue el Premio Lope de Vega en 1949 con Historia de una escalera, que es representada en el Teatro Español y con la que obtiene un rotundo éxito. Desde entonces, y pese a los problemas con la censura, los escenarios más importantes se abren al dramaturgo. Obtiene, entre otros, el Premio Nacional de Teatro en dos convocatorias sucesivas: en 1956 por Hoy es fiesta y en 1957 por Las cartas boca abajo. En 1980 se le otorga un tercer Premio Nacional de Teatro por el conjunto de su producción. En 1971 fue elegido miembro de la Real Academia Española, en 1986 se le concedió el Premio Cervantes y en 1996 el premio Nacional de las Letras Españolas, ambos otorgados por primera vez a un autor teatral. Entre sus obras destacan En la ardiente oscuridad, El concierto de San Ovidio, El tragaluz o La Fundación. Murió en Madrid en el año 2000.
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