¡Descarga Teatro en España: El Teatro Burgués y el Teatro Innovador (1898-1936) y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! UNIDAD 12: TEATRO ANTERIOR A 1939 1. INTRODUCCIÓN: CONDICIONANTES DEL TEATRO El teatro español previo a la Guerra Civil está marcado por unos fuertes condicionantes comerciales que imponen por encima de lo realmente artístico el interés de los empresarios que lo patrocinan. El público principal que consumía el teatro en ese momento estaba compuesto por una población conservadora y burguesa que no pretendía salirse de los cánones impuestos por el teatro establecido ya en el siglo XIX, lo que coarta la libertad de expresión en forma y temática elegidas por el autor. Así podemos clasificar el teatro en dos frentes: El teatro que triunfa: la comedia burguesa, el teatro en verso, teatro cómico. El teatro innovador: Valle Inclán y García Lorca. 2. EL TEATRO QUE TRIUNFA Es un teatro comercial, basado en los gustos de la burguesía y las clases sociales más altas que son sus espectadores habituales. Este tipo de teatro se puede dividir en tres grupos: a) La comedia burguesa, en la que destaca la obra de Jacinto Benavente y seguidores. b) El teatro en verso, neorromántico y tradicionalista, que incorpora formas del Modernismo. c) El teatro cómico en el que predomina el costumbrismo, representado por Carlos Arniches. 2.1. La comedia burguesa Se trata de un nuevo teatro realista, alejado del decimonónico, en el que lo esencial no es el conflicto dramático o la creación de caracteres, sino la exposición de los comportamientos y costumbres de la burguesía, a través de unos personajes exquisitamente refinados y cultos que dialogan incesantemente con soltura, agudeza y elegancia. El dramaturgo, convertido en cronista social, censura, aunque sin excesiva acritud, los vicios de la clase dominante, como la dictadura de las apariencias, los prejuicios y convencionalismos sociales, la hipocresía y falsedad, el inmovilismo y la mojigatería, el materialismo y el egoísmo. Pero el tono crítico no rebasa los límites de lo razonable, limitándose al ejercicio de la fina ironía y la mordacidad, y sin cuestionar las bases ideológicas y morales del sistema. Los remedios para salvar esa situación serán el espíritu de sacrificio y el amor. Jacinto Benavente: su producción es abundante y aparentemente variada pero reiterativa en cuanto a temas y planteamiento. Su primera obra, El nido ajeno, denunciaba la opresión de la mujer casada y no fue bien acogida por el público, así que cede a los condicionamientos del teatro del momento y consigue con sus siguientes obras gozar de la fama y el favor del público y la crítica (fue Premio Nobel en 1922). Su teatro se caracteriza por los diálogos fluidos y los juegos escénicos, su obra supone una crítica amable al ambiente burgués como lo demuestra en sus obras Lo cursi, Rosas de otoño y Los intereses creados (una de las más importantes). Es una obra equilibrada, representativa de los gustos imperantes en el teatro del primer tercio del XX. Se trata de una farsa que encierra una cínica visión de los ideales burgueses. La obra cuenta cómo dos pícaros, Leandro y Crispín, deciden poner en marcha un plan para sobrevivir en la ciudad a la que acaban de llegar huyendo de pleitos. 2.2. Teatro en verso 1 Resurge en oposición al teatro realista y naturalista, vinculado en un primer momento a la estética modernista y, posteriormente, al drama romántico del siglo anterior, aunque despojado del patetismo y los alardes retóricos de este. Este teatro se refugia en nuestro pasado histórico con el propósito de ensalzar las gestas de heroicos personajes de la España medieval, rescatando así las virtudes de aquellos que encarnaban (nobleza, patriotismo, caballerosidad, espíritu de sacrificio, fidelidad) y que constituían, según el pensamiento conservador de estos dramaturgos, los valores supremos de la raza española. El resultado fue un teatro de evasión y apologético, formalmente brillante, pero superficial y vacío, por la falta de compromiso crítico ante la compleja realidad social, política y económica de aquellos años. Destacan los siguientes autores y obras: Eduardo Marquina: Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol, Las flores de Aragón y El gran capitán. Francisco Villaespesa: Doña María de Padilla, Abén Humeya, El alcázar de las perlas, Doña María de Padilla. 2.3. Teatro cómico Lo integran el sainete de Carlos Arniches y los hermanos Álvarez Quintero, la tragicomedia grotesca de Arniches y el astracán de Pedro Muñoz Seca. a) El sainete, continuador del “género chico” de las últimas décadas del siglo XIX, es una pieza breve que nos ofrece una visión amable, simpática, y superficial, ajena a toda intención crítica. Los personajes son esquemáticos, sin profundidad psicológica; la acción no plantea conflictos, sino que pone en escena contrariedades de la vida cotidiana; los diálogos están plagados de chistes y juegos de palabras con intención humorística y reproducen el lenguaje castizo de determinadas regiones (Madrid y Andalucía, especialmente). Destacan Carlos Arniches (El santo de la Isidra, La fiesta de San Antón) y los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero (El patio, El genio alegre, Mariquilla Terremoto). b) En la tragicomedia grotesca la comicidad no surge del lenguaje, como en el sainete, sino de las situaciones dramáticas y unos personajes ridículos que producen risa y lástima a la vez. Todo ello conlleva una denuncia de las lacras de la sociedad (el caciquismo, la ausencia de valores morales) que encierra, en el fondo, una actitud moralizadora. Destacan las obras La señorita de Trévelez, ¡Que viene mi marido!, Los caciques y Es mi hombre, todas de Carlos Arniches. c) El astracán alcanzó un notable éxito en los escenarios madrileños y fue creado por Pedro Muñoz Seca. Son obras cómicas descabelladas cuyo único fin es provocar la carcajada recurriendo al chiste fácil y los continuos retruécanos como los juegos de palabras. Sus piezas más conocidas son La venganza de don Mendo y Los extremeños se tocan. 3. EL TEATRO INNOVADOR Al margen de las salas comerciales, surgen voces disidentes que exploran nuevas formas de expresión en consonancia con las corrientes europeas del momento. La culminación de esta tarea renovadora es obra de dos personalidades cuya producción teatral ha traspasado fronteras: Valle Inclán y Lorca. 3.1. El teatro de la Generación del 98 Destacan las aportaciones de Unamuno y Azorín. El teatro de Unamuno resultó un fracaso en su época porque no cedió a las demandas del público ni de los empresarios. Concibe el teatro como poesía dramática, entendida esta como desnudez, lo que le lleva a prescindir de la 2