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Orientación Universidad
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APUNTES DE MORGOLOGÍA DE IRENE GIL, Apuntes de Morfología y Sintaxis

Apuntes de morfología de Irene Gil del año 2022

Tipo: Apuntes

2021/2022

Subido el 15/11/2022

carla-pardo
carla-pardo 🇪🇸

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¡Descarga APUNTES DE MORGOLOGÍA DE IRENE GIL y más Apuntes en PDF de Morfología y Sintaxis solo en Docsity! MORFOLOGÍA Tema 1. Introducción ¿Qué estudia la morfología? - Unidades y reglas que rigen la estructura interna de la palabra - Principios que rigen la formación de nuevas palabras Morfología flexiva y derivativa La morfología flexiva se ocupa de las variaciones de las palabras que implican cambios de contenido de naturaleza gramatical que tienen consecuencias en las relaciones sintácticas, como en la concordancia “ellos trabajan” o en la rección “para ti”. El conjunto de variantes de una palabra constituye su paradigma flexivo. Las alternancias basadas en la flexión afectan a distintas categorías gramaticales en función de la clase de palabras a la que pertenece la base: - Género y número en adjetivos, sustantivos, determinantes y pronombres: flexión nominal. - Número, persona, tiempo, modo, aspecto del verbo: flexión verbal. La morfología derivativa (también llamada a léxica o directamente formación de palabras) se ocupa de la estructura de las palabras y de las pautas que dan lugar a su formación. Comprende, por tanto, la derivación (formación de palabras a través de afijos), la composición y los otros procesos de creación léxica como la siglacion o los acortamientos. El paradigma derivativo o familia de palabras se constituye a partir de voces que comparten la misma raíz. Para algunos autores en casa/casita habría morfemas derivativos al igual que en casa/cuartel. Morfología y el léxico No existe unanimidad sobre cuanto debe postularse como información listada, qué tipo de unidades aparecen listadas y cómo se listan. En primer lugar, es necesario resolver que tipo de unidades conforman el léxico de una lengua, para ello vamos a trabajar con supuestos: - Si solo almacenamos palabras como explicamos los casos típicos del lenguaje infantil, ya que los niños producen estas palabras sin haberlas oído anteriormente (“no lo sabo, quepes, hacido”). - Como explicamos la relación entre repetir y tripitir. Por un fenómeno conocido como reanálisis los hablantes han otorgado una estructura morfológica a una palabra que no la tiene. Y, así, cambiamos el prefijo “re” por “tri” que algo se repite una vez más. - Además, podemos manipular morfológicamente sustantivos inventados por lo que gracias a la competencia morfológica podemos trabajar con unidades menores a la palabra. - Si solo almacenamos morfemas como podemos conocer el significado de voces lexicalizadas. Por ejemplo, cinturón no es una cintura grande. Además, hay que valorar si es económico procesar todas las palabras utilizadas frecuentemente en unidades mínimas. Por otro lado, además de morfemas y palabras es necesario listar otro tipo de información como locuciones (“meter la pata”); refranes y la entonación (esto se muestra en la entonación entre las interrogativas totales y las oraciones enunciativas). En lo relativo a la información que contienen las unidades del léxico, esta información se compone por las propiedades que no pueden derivarse de reglas generales: semántica, gramatical (sintáctica y/o morfológica) fonológica (asociación arbitraria de sonido y significado). Es decir, en reloj no existe nada que nos indique el significado de reloj, asimismo en las onomatopeyas también existen ciertas arbitrariedades ya que la representación del ladrido de un perro no es igual en inglés que en español. Con el sufijo “-ería” al contrario que con reloj los sufijos dan categoría gramatical a las palabras a las que se asocian. Otras informaciones que afectan específicamente a los morfemas: - Afijos: categoría de la base (subcategorización). En la entrada léxica de un sufijo o prefijo puede haber información con qué tipo de base se combina. Por ejemplo el prefijo “des-“ se combina normalmente con verbos. - Afijos: posición respecto a la raíz (prefijos, sufijos, interfijos, infijos) Por ejemplo, en dentista tendríamos la información de que es una persona que realiza una actividad, que además hay un sufijo que se sitúa al final de la palabra y que la subcategorización son nombres. o Metonimia: relación de proximidad sin cambio de dominio cognitivo:  Continente por contenido  Interprete por instrumento. Existen, además, otros tipos de cambios no relacionados con el cambio de significado: o Recategorización en este caso hay un cambio en la categoría gramatical, por ejemplo “un anticongelante” o “un líquido anticongelante”. o Falsa etimología o etimología popular: deformación de una voz para aproximarla a otra con la que comparte algún aspecto del significado. Por ejemplo “aguadilla” en lugar de “ahogadilla” Las clases de palabras Son un grupo de palabras que se clasifican en función de tres criterios: 1. Semánticos: no siempre es concluyente 2. Morfológicos: formas que puede adoptar 3. Sintáctico: con que va modificado, función sintáctica... ¿Son igual de válidos los tres tipos de criterios? No, no todos son concluyentes, hay algunos más fiables que otros. Formas de clasificar las clases de palabras  Según su significado: palabras léxicas o palabras funcionales (también llamadas gramaticales). Palabras léxicas: remiten a una acción, objeto o propiedad de la realidad. Significado léxico. Ej: nadar, maleta, rubio Palabras funcionales: Nos aportan el significado de cómo se produce la unión de palabras. Significado gramatical (funcional). Ej: que, el, un La oposición entre categorías léxicas y funcionales es transcategorial, es decir, puede haber piezas léxicas y funcionales dentro de la misma categoría. En general, son léxicos los nombres los adjetivos y los verbos. Diferencias entre palabras léxicas y gramaticales - Clases abiertas frente a clases cerradas Las palabras léxicas son abiertas puesto que admiten la creación de nuevas palabras. - Relación con el mundo extralingüístico Las palabras léxicas son las que usamos para hablar de la realidad por lo que tienen relación con el mundo extralingüístico, a diferencia de las palabras gramaticales. - Conocimiento accesible mediante la introspección Si alguien es hablante nativo de la lengua es capaz de proporcionar el significado de la palabra, característica de las palabras léxicas.  Según su capacidad flexiva: variables o invariables  Categorías transversales: Aquellas cuyos elementos tienen ciertos rasgos en común pero pueden pertenecer a categorías diferentes: - Cuantificadores: muy, mucho, bastante.. Ej: Saltó mucho más alto. Muchos libros. A pesar de que mucho en la primera oración actúa como adverbio y en la segunda oración como determinante ambos son cuantificadores. - Palabras relativas, exclamativas e interrogativas Adjetivos y participios homónimos Algunas formaciones en -do y sus alomorfos pueden ser ambigua entre las categorías adjetivo y verbo. Así sucede con la voz “ocupado”: “un territorio ocupado” vs “un profesor ocupado”. Es posible identificar ciertas propiedades de estas voces que eliminan la ambigüedad atendiendo a un criterio semántico y sintáctico. Atendiendo a su significado: - Un participio pasivo es un verbo y por tanto expresara eventos. Tiene significado pasivo y el sustantivo del que predica se interpreta como paciente (“territorio ocupado” que ha sido ocupado). - Un adjetivo expresa propiedades o cualidades. Tiene significado activo (“profesor ocupado” que tiene mucho trabajo). Atendiendo a propiedades formales: - Un participio pasivo es un verbo y, por tanto, admite complementos típicamente verbales: o Complemento agente: “territorio ocupado por los españoles” - Emparejamiento (forma-significado). - Recurrencia: presencia de esos segmentos identificados en otras palabras. - Intercambio: cambiar los morfemas identificados con la finalidad de ver si la segmentación es adecuada o no, ya que podemos identificar la misma raíz con otros afijos. La estructura de la palabra compleja Los morfemas de una palabra componen una estructura jerárquica, que refleja el orden en el que se adjuntan a la base, El orden de adjunción se suele reflejar en la paráfrasis definitoria de los derivados composicionales, de modo que el último constituyente añadido aparece en primer lugar en la definición. Por ejemplo: “semiautomático” parafraseado seria “parcialmente automático” o “observatorio” es lugar en el que se observa. A una misma secuencia lingüística puede corresponder más de una interpretación. Cuando esto sucede, la secuencia se considera ambigua. En ocasiones la ambigüedad está motivada por la polisemia de algún constituyente. Se trata en estos casos de ambigüedad léxica. En cambio, se habla de ambigüedad estructural en las secuencias que admiten más de una interpretación sin que sus componentes sean polisémicos, por ejemplo: - Carmen habló con los estudiantes de lingüística Carmen habló sobre lingüística con ellos Carmen habló con los estudiantes que cursan los estudios de lingüística. No existe ambigüedad léxica, sino estructural, dependiendo de cómo se estructure tenemos un significado u otro. Esta ambigüedad es posible gracias a la jerarquía. La ambigüedad estructural puede tener lugar en el ámbito de la palabra. Algunos derivados admiten dos estructuras que se corresponden con distintas perífrasis definitorias. Por ejemplo: - Implantable: que no puede ser plantado. Im- plantable. Espacio implantable, que no se puede plantar en él. - Implantable: que puede ser implantado. Implanta- ble. Marcapasos implantable, que se puede implantar. Flexión y derivación Derivación: proceso de adjunción de un afijo derivativo que da lugar a una nueva palabra Flexión: proceso de adición de un afijo flexivo que da lugar a una forma del paradigma flexivo. Características de la flexión y derivación - La flexión está determinada por la sintaxis, pero la derivación no. Esta propiedad es cierta en el sentido de que la flexión desencadena (en sustantivos y pronombres) o está determinada (en adjetivos y determinantes) por el proceso sintáctico de la concordancia (de género y número). - Quien emite el enunciado: la primera persona (como descripción de qué es la persona) tercera persona: significa persona que no emite el enunciado ni lo recibe segunda persona; persona a la que se dirige el emisor. - Se interpreta con los pronombres personales, pueden adoptar diferentes formas según la función sintáctica que desempeñan (yo, mi me, en unos casos es sujeto, en otros complemento directo o complemento indirecto...) - Tanto la propiedad como el número gramatical como el género son propiedades flexivas, se marcan a partir de procesos flexivos. - La flexión aporta contenidos gramaticales (plural, pretérito imperfecto...) vs la derivación introduce significados conceptuales (acción o efecto de V que causa N). POR EJEMPLO: o -ción: acción o efecto de. o qué causa (nombre):-oso. Doloroso. - La flexión es completamente productiva y perceptible. Hay excepciones como los verbos defectivos. En cambio, no todas las pautas derivativas son aplicables a todas las palabras de una determinada clase (formación de palabras “-ble”) y se dan irregularidades en la relación semántica entre el primitivo y el derivado (deducible= que puede ser deducido) también ciertas nociones derivativas presentan huecos en el paradigma: verbos que carecen de nominalización de acción (fluir manar y recorrer). - Con respecto a su posición en la palabra, la flexión es externa a la derivación. Si la derivación y la flexión siguen (o preceden) a la raíz, la derivación se sitúa entre la raíz y la flexión. Los derivados en “-mente” son una excepción: debido a que Próximamente: - afijo derivativo: mente - flexivo: no hay La marca que tiene es la “a”, siempre hay una “a”. La “a” es femenino. ¿Actualmente? - El orden relativo de los afijos flexivos en la palabra es fijo, pero el de los derivativos, no. o al+ -izar + -ción: comercialización o cion + -al + -izar: comercializar. Tema 3. Flexión nominal Desde el punto de vista tipológico atendiendo a su morfología las lenguas se clasifican en aislantes, sintéticas y polisintéticas. El español se clasifica dentro de las lenguas sintéticas, pues sus palabras están normalmente formadas por más de un morfema. A su vez, dentro de las lenguas sintéticas identificamos las lenguas flexivas y aglutinantes. El español es una lengua sintética flexiva, ya que no siempre es posible identificar y segmentar los diferentes morfemas que componen la palabra. En las lenguas flexivas, como las indoeuropeas, se dan casos de amalgama o sincretismo, en las que un mismo morfo expresa distintas informaciones morfológicas (o morfemas). En cambio en las lenguas aglutinantes, cada morfema expresa una información. Los pronombres La flexión es la propiedad morfológica de algunas clases de palabras que les permite manifestar informaciones gramaticales diversas. La información flexiva de los nombres, adjetivos, los determinantes y los pronombres se suele llamar flexión nominal. Por otro lado, es necesario hablar de los homónimos, palabras distintas aunque formalmente idénticas. En estos casos los homónimos poseen género distinto. Por ejemplo, el cometa (“astro”) o la cometa (“juguete”). También existen los nombres ambiguos que admiten su uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios de significado: el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la vodka. La elección de uno u otro género en los nombres ambiguos está condicionado por distintos factores: - Geográficos - Morfológicos - De registro - De uso En ocasiones, la oposición de sexo no se codifica gramaticalmente a través de diferencias flexivas, sino con unidades léxicas distintas. Asó sucede em pares como: macho/hembra, toro/vaca, caballo/yegua, que se denominan heterónimos. La marca de palabra En los sustantivos niño/niña o gato/ gata la vocal final átona se considera un afijo flexivo de género: “-o” se asocia con el masculino y “-a” con el femenino: ¿qué sucede en los casos en los que el sustantivo solo tiene un género y, en consecuencia, la vocal final átona no varía? caso-casa-bosque-tribu-friqui La marca de palabra es un segmento que figura al final del adjetivo, el sustantivo y el adverbio como marca de la palabra completa. Dicho segmento puede ser una vocal átona, a veces seguida de -s. (o una -s en la formulación original del concepto). La marca de palabra no puede ir sucedida por ningún segmento derivativo salvo por la -s de plural, de modo que se elide sistemáticamente en los procesos derivativos. Además, la MP determina el paradigma flexivo de los nombres y adjetivos: aquellos que tienen MP forman el plural en -s (y no en -es, como jóvenes o cantantes). Asimismo, algunas marcas de palabra pueden coincidir con los morfemas de género (niña), pero muchos no lo hacen (deporte). Algunos autores excluyen del concepto de marca de palabra los afijos flexivos de género. o Sustantivos femeninos que comienzan por “a”: El demostrativo como el resto de los determinantes debe concordar con el sustantivo al que modifica. El artículo femenino “la” deriva del artículo femenino “illa” que dio la forma “ela”, esta forma ante palabra que empezaba por consonante adoptaba la forma la, de manera que “ela capra”, pasó a ser la cabra. No obstante, ante vocal se perdía la “a” final: de “ela espada” obtenemos “la espada”. Con el tiempo, esta tendencia solo se mantuvo ante sustantivos que comienzan por “a” tónica, de ahí que utilicemos el artículo “el” para nombrar “el agua”. Por el contrario, la fuerte asociación de la forma “el” con el masculino provoca que se extienda el uso de determinantes masculinos ante nombres femeninos que comienzan por “a” tónica: *esa agua o *mucho hambre. También adoptan la forma apocopada o truncada el indefinido “un” y sus compuestos “algún” y “ningún”, al igual que “la”. No obstante, el adjetivo debe concordar con el sustantivo por lo que “un hambre” sería correcto pero “*un hambre horroroso no”. El uso de la forma “el” ante nombres femeninos solo se da cuando el artículo precede inmediatamente al sustantivo y no cuando entre ambos se interpone otro elemento: “el mismo área”. Excepciones en las que se usa “la” y no “el” con ciertos nombres que empiezan por “a” tónica:  Nombres de letras: la “a”  Nombres propios de mujer: la Ana  Siglas cuyo núcleo es un nombre femenino: la AMPA (como asociación)  Nombres comunes en cuanto al género: la ácrata (para saber si nos referimos al masculino o el femenino)  Nombres de países y ciudades: la Ámsterdam de la Edad Moderna Aspectos sociolingüísticos del género El empleo de los sustantivos de seres animados en masculino plural para designar a todos los individuos de la clase, sean hombres o mujeres, se denomina uso genérico del masculino. Este uso es consecuencia del carácter no marcado del masculino. Este uso también se extiende a los pronombres y sustantivos en singular: “Muchos piensan que…” o “el día del espectador”. El término no marcado de una posición binaria es el que puede abarcarla en su conjunto desde el plano sintáctico y semántico. En el caso de la oposición masculino/femenino, el término no marcado es el masculino: Semánticamente la forma correspondiente al masculino incluye al femenino, pero no al contrario. El valor no marcado coincide con el valor por defecto. Así, el masculino es el género que adoptan las expresiones lingüísticas que carecen de él. Por ejemplo: “vivir así es muy cansado”/*cansada. Cuando el adjetivo aparece junto a un pronombre neutro, adopta la forma de masculino singular: “Lo bueno” o “lo profundo”. Sintácticamente, cuando concurren elementos de los dos géneros la concordancia aporta una sola forma, la del masculino: “*tanto el problema como la solución son complejo y compleja” / “tanto el problema como la solución son complejos”. Además, el término no marcado es el que tiene la manifestación morfológica más simple. Los sustantivos variables morfológicamente presentan una desinencia especifica en femenino de forma sistemática: “- a”. En cambio, el masculino puede carecer de marca forma (como el singular en el número o la tercera persona en el verbo). En otros ámbitos lingüísticos también se emplea el concepto de la marcadez: - En el plano léxico el adjetivo largo es el no marcado en la oposición largo/corto. El largo es quien abarca el todo ¿Cómo de largo es el mueble? - En el plano fonológico en la oposición oral/nasal el plano oral sería el no marcado. La marcadez tiene como resultado un sistema de oposiciones asimétrico entre el masculino, que tiene dos valores, y el femenino, que solo tiene uno. Esta asimetría se traslada a ciertos heterónimos (raíces distintas para codificar la oposición de sexo). Por otro lado, ¿cuáles son los problemas que se han atribuido al uso genérico del masculino?: - La difícil interpretación donde se encuadra el salto semántico. El salto semántico surge cuando se inicia un discurso referido a personas utilizando un término de género gramatical masculino - Uso de la forma masculina con los dos valores genéricos (nombres comunes en cuanto al género): el estudiante aplicado/ la estudiante aplicada. La solución se puede fijar a partir de criterios formales, en concreto, a partir de:  La terminación  La posición del acento  La estructura morfológica La posibilidad femenina de un sustantivo siempre existe (exceptuando los sustantivos terminados en -a), otra cuestión es que la Academia la acepte.  Terminaciones en “-o”: abogado/a; ministro/a; socio/a Excepciones: testigo, modelo, piloto, fisio. Terminaciones con sufijo -dor (-tor, -sor): gobernador/a; compositor/a; doctor/a; Excepciones: actor/actriz; emperador/emperatriz. En algunos países se documenta estudianta.  Hay tendencia de crear un femenino específico en las profesiones, a salvedad de los sustantivos terminados en “-a”. También influyen cuestiones históricas y socioculturales. Son comunes con independencia de su terminación y de su estructura morfológica: -          Los nombres ligados a la escala militar: el/la alférez, cabo, brigada, teniente, capitán, coronel. -          Los nombres que designan al músico por el instrumento que toca: el/la contrabajo, el/la batería. Relación entre los rasgos de género y el número En español, el número es un rasgo gramatical que en los sustantivos y los pronombres expresa la oposición entre las nociones semánticas de unidad y pluralidad. El singular es el número no marcado: -  Morfológicamente, es el que no presenta desinencia específica. - Semánticamente, es el que puede abarcar la noción de pluralidad (el hombre es un ser social, El lobo es un animal carnívoro). Relación entre los rasgos de género y los de número: - Dentro de la palabra, las marcas de número figuran tras las de género, sí las hay. - Esta relación lineal parece reflejar cierta dependencia gramatical: el número depende del género, dado que, de los tres géneros que se identifican en español (masculino, femenino y neutro), solo los dos primeros admiten plural. Todos los neutros son singulares (esto, nada, lo, etc.). Diferencias entre género y número: - La mayor parte de los sustantivos pueden tener los dos números, singular y plural. En cambio, solo unos pocos sustantivos pueden tener los dos valores del género. - Se trata de una categoría informativa en la mayor parte de los nombres (y pronombres). El género solo es informativo (solo se interpreta) en los sustantivos variables. - Ambas características sugieren que el número es una categoría más propiamente sintáctica, mientras que el género es fundamentalmente léxica. Lo léxico está más predeterminado, el número no es una propiedad léxica (no aparece en el diccionario). - Como sucede con el género, en los adjetivos, determinantes y verbos, el número aparece solo por efecto de la concordancia (Los invitados acudieron ataviados con sus mejores galas). - La concordancia de número se establece dentro del sintagma nominal. Las marcas de plural - El morfema de plural tiene tres exponentes: - “-s” (libros) - “-es” (iglúes) - Ø (el/los virus) - La elección de la marca de plural viene determinada por la terminación del singular (vocal/consonante) y la posición del acento (aguda, llana, esdrújula).   - La vocal tónica se preserva en la forma plural (examen>exámenes, cráter>cráteres), salvo en los siguientes casos: Régimen > regímenes Espécimen > especímenes Carácter > caracteres (en cualquiera de sus acepciones).   - Significado de plural El número plural en el sustantivo puede tener distintos significados, en función del tipo de sustantivo: Si denota entidades contables, los valores son de unidad frente a pluralidad (árbol/árboles).  Si denota entidades no contables, el plural puede significar más de una porción de la partición de N considerada estándar (panes “barras” o “molletes”, cafés “tazas”) o varias clases o tipos de la noción (arroces). Si el nombre es abstracto, la pluralización puede inducir ciertos cambios interpretativos, como grupos de individuos (amistades) o tipos de acciones (maldades). Irregularidades léxicas o Singulares inherentes o singularia tantum: Nombres que se construyen solo en singular. La razón suele ser semántica: - Ciertos nombres no contables: sed, salud - Sustantivos que designan entidades únicas: oeste A veces se han aducido razones fonológicas (tez, cariz), aunque otros sustantivos con las mismas terminaciones que han desarrollado plural (vez, cicatriz, varices). o Plurales inherentes o pluralia tantum - Nombres que se construyen solo en plural: víveres, arras, comestibles, facciones (solo los de la cara). - La razón no se explica por la designación del sustantivo. - Comparten ciertas propiedades sintácticas con los nombres no contables. Así, se pueden cuantificar con indefinidos (pocos comestibles, demasiados celos), pero rechazan los cardinales (tres comestibles*, tres celos*). - Es posible agrupar los plurales inherentes en ciertas clases semánticas: alimentos (natillas, ñoquis), cantidades de dinero (fondos, haberes), lugares (alrededores, afueras). o Singulares que denotan pluralidad: nombres colectivos - Vocabulario, alumnado, ejército, familia, piara… - En determinados contextos, el uso singular de estos sustantivos pone de manifiesto su referencia a un conjunto de entidades análogas. Existen ciertos criterios sintácticos para identificarlos:  Se pueden combinar con el adjetivo numeroso en singular: numerosa clientela, ejército numeroso.  Pueden ser término de la preposición entre en singular y sin coordinarse con otro sustantivo: entre el vocabulario/el alumnado. La vocal temática No es claro en la bibliografía el estatuto flexivo o derivativo de la vocal temática. La razón es que presenta propiedades que la aproximan a ambas clases. Sus características son: - No aporta información semántica sino porfológica, adscribe al verbo a un paradigma, esto es, determina la forma de sus afijos flexivos. Así, es posible identificar a cual de las tres conjugaciones pertenecen los verbos del español en función de cual sea la vocal que precede al afijo de infinitivo (“-r”): “-o-“ caracteriza a los verbos de la primera conjugación, “-e” a los de la segunda e “-i” a los de la tercera. - Está determinada léxicamente por la raíz y por los afijos derivativos, cuando los hay: Corr- et- ear/ cop- it- ear. En este caso está determinada por la “- e”. - Se sitúa en una posición externa cuando se combina con afijos derivativos verbales: Clas-ificar, oscur- ecer, clar-ear, actual- izar. En este caso la vocal temática va detrás de los derivativos. - ¿Cambia la categoría gramatical de la raíz?: Peine> peinar, sal> salar. Para algunos autores, se trata de casos de recategorización N>A. - Aparece ante ciertos sufijos deverbales: -ble (amable) -ción, solo en algunos (prohibición vs detención, creación vs invención) -miento (detenimiento) Persona y Número 4.4j Como se explica en los $ 16.7 y 42.3, las formas personales del verbo solo se em- plean hoy con pronombres enclíticos en la lengua literaria (Diose por enterado), con ex- cepción del imperativo, que se usa con enclíticos en el español estándar: Decímelo; Guárdatelas; Tráemelo. El morfema de PN de la primera persona del plural -mos pierde la -s- en estos casos ante el pronombre enclítico nos: Alegrémonos por lo sucedido; Démonos prisa; Comprémonos ese coche, pero no ante los demás pronombres: Digámosle la verdad, Este proceso se extiende a otros usos del subjuntivo en las oraciones independientes, incluso a los enunciados no exhortativos, como en Démonos o no de esto cuenta (Unamuno, Sentimiento). En estos últimos casos es hoy más frecuente la proclisis: Nos demos o no cuenta de eso. Los textos antiguos muestran numerosas formas en -mosnos, como en Encomendámosnos a Dios (Lazarillo); Ya llegamos, pongámosnos aquí en baxo destas ventanas (Silva, F., Celestina), que hoy se consideran incorrectas. Aparecen ocasionalmente en los textos actuales puestas en bocas de personajes: Pongámosnos, sin embargo, en el mejor de los casos (Roa Bastos, Stu- premo); Entretanto, ocupémosnos de su asunto (Cambaceres, Música). 44k La-s- del pronombre enclítico se se funde con la de -mos en los contextos de encli- sis, como en digámoselo, repitámoselo. El segmento -d, que representa la desinencia de la 2.* persona del plural del imperativo en la variante ama-d (que corresponde a vosotros/ voso- tras y también a vos) se pierde ante el pronombre enclítico os: amaos, perdeos, partíos: Dor- míos, blancas doncellas / hasta que el globo no caiga / en brazos de la marea (Alberti, Marine- ro). Sobre las particularidades que presenta el imperativo de ir, véase el $ 4.131. 4.461. Enel habla popular o en la rural de casi todos los países hispanohablantes se documenta el traslado de la desinencia de 3.* persona de plural al pronombre enclítico, como en márchesen (por márchense), forma incorrecta. Véase también sobre este punto el $42.31. A continuación se ilustra este uso: ¡Demen un arma, demen un arma, canejo! (Gutiérrez, E., Juan Moreira); Pero delen un pedazo de pan (Rojo, E, Mentiras). 4.4m Es frecuente en la lengua antigua la permutación consonántica que se percibe en dezilde (por dezidle) y en otros casos similares ($ 42.3). Sobre el uso de Se los dio por Se lo dio (a ellos), véase el $ 35.2h. Todos estos fenómenos muestran que los pronombres enclíticos se asimilan a los segmentos flexivos desde el punto de vista morfofonológico. De hecho, los pronombres elíticos no solo forman grupos morfológicos entre sí (selo, mela, etc.: $ 16.11), sino que constituyen segmentos entre los que pueden intercalarse, como se ha visto, morfemas flexivos. Las variantes que se obtienen no siempre pertene- cen hoy a la lengua culta, pero algunas de ellas se registran en textos clásicos ($ 42.3). Verbos irregulares (nueva gramática) Tema 5. Derivación La derivación es un procedimiento de formación de palabras que tiene lugar a través de la adición de, al menos, un afijo derivativo. Así, se forman por derivación los términos incluidos en (1). Otros afijos que participan en la formación de palabras son los interfijos y los infijos (azuquítar). En los derivados del interfijo (-ot-, -ar-) se inserta antes de la adición de un sufijo (-ear, -eda). Este segmento no se asocia con un significado concreto, aunque en los verbos suele aportar un valor expresivo, no siempre sistemático. Cuando carece de significado, se denomina morfo vacío. En los casos de infijos se insertan en el interior de la base léxica y aportan los valores típicos de los afijos apreciativos. No en todos los casos en los que se forma una palabra nueva a partir de otra es evidente la presencia de afijos derivativos. Así, no existe acuerdo sobre si las voces de (3) se crean por la adjunción de un afijo derivativo: (1) marcha (<marchar), abandono (<abandonar). negociar (<negocio). Además, para algunos autores (como Varela 2018), se consideran derivados no afijales las voces de (4):                 (4). Desliz   Los casos de (3) representan formaciones que no en todos los modelos teóricos se consideran derivados por sufijación, pues no todos los autores identifican en ellas un afijo derivativo. - Recategorización o sufijos vocálicos (3a). En (3a), el sustantivo marcha y el verbo del que deriva (marchar) son formalmente idénticos, salvo por el afijo flexivo de infinitivo que caracteriza los verbos: marchar vs marcha. Por ello, para algunos autores la formación del sustantivo deverbal sería un caso de recategorización o conversión, esto es, de formación de una nueva palabra sin marca formal.   No obstante, el hecho de que la terminación vocálica que aparece en ciertas formaciones no tenga por qué coincidir con la vocal temática del verbo (abandonar > abandono; costar > coste; reñir > riña), es la razón de que en análisis recientes se considere dicha terminación (-o, -e, -a) como un elemento afijal con capacidad para formar nuevas palabras, por tanto, como un afijo derivativo. Este segmento vocálico recibe el nombre de sufijo vocálico [NGLE 5.6, 5.7].   - Recategorización o sufijación (3b) En los casos de (3b) la situación es similar.   El tercer tipo de análisis es si hay sufijo y el sufijo es ø. Este análisis es peor que los dos anteriores. Contra el análisis con sufijo cero: -          Pena, en 1991, considera que no debe recurrirse a un morfo cero para los dos miembros de clases derivativas opuestas: verbo derivado de un sustantivo y sustantivo derivado de un verbo. -          Borer (2005) dice que el inglés carece de un nominalizador cero. Si lo tuviera, esperaríamos que fuese posible derivar nombres a partir de verbos que tienen un verbalizador explícita (-ify, -ize), pero no ocurre: estos solo aparecen con nominalizador explícito (clarification, digitalization). Lo mismo se podría proponer para el español.   - Formaciones regresivas (4). Los ejemplos de (4) [desliz (<deslizar), desdén (<desdeñar)] representan casos poco frecuentes en los que la voz supuestamente derivada es morfológicamente más simple que la base léxica. Otros casos del mismo tipo son lo de: perdón, disfraz.   Para los casos en los que el criterio semántico mantiene la dirección derivativa V > N, se ofrecen dos posibles soluciones: (por ejemplo, el verbo sostener). a.       Un proceso de sustracción de material fonológico o regresión. b.       Un proceso de sufijación de un sufijo nominal sin contenido fonológico (sufijo de morfo cero), que suprime la VT y no añade ningún sufijo vocálico.   La NGLE adopta que sí hay sufijo explícito (-o, -e, -a ; -ar). No propone la NGLE, por tanto, la recategorización o que no hay sufijo. El problema de lo que propone la NGLE es que -ar sería a veces sufijo y a veces no. Propiedades de los sufijos Los sufijos suelen tener una categoría gramatical propia y, en el caso de los nombres, también un género predeterminado. - Los derivados en “-ble” y en “-oso” son adjetivos: amable, odioso. - Las formaciones en “-miento” son nombres masculinos, los nombres en “-ción” son femeninos: el aislamiento, la contestación - Los derivados en “-izar” y en “-ificar” son verbos: simplificar, suavizar. Esto significa que el sufijo es el núcleo de la palabra derivada, es decir sus propiedades sintácticas y distribucionales van a estar determinadas por el elemento recategorizador que es el sufijo. Normalmente los sufijos también modifican la categoría gramatical de la base u otros rasgos semánticos: - Formación de verbos: A + izar> V, como verbalizar de verbal o eternizar, de eterno. - Rasgo de animacidad: N(animado)+ ero> N(+animado), como barbero de barba. - Rasgo de colectividad: N (colectivo) + eda> N(+colectivo), como arboleda de árbol. Además, los sufijos seleccionan la categoria gramatical de la base y otros rasgos subcategoriales: - El sufijo “-al” (y su alomorfo “-ar”) selecciona sustantivos para formar adjetivos: cerebral (de cerebro), lunar (de luna). - El sufijo “-ble” toma verbos transitivos con sujeto agente: construible vs *trabajable, *vendible. - Los afijos “-idad” e “izar” se adjuntan a adjetivos calificativos, no a relacionales: agilidad y tranquilidad vs *comarcalidad. Ciertos sufijos pueden seleccionar distintos alomorfos de la base para codificar significados diferentes: - El sufijo “-ura” se adjunta a la base patrimonial “rot-“ para designar una entidad material y a la base culta “rupt-“ para in significado inmaterial o eventivo: o La rotura de ligamentos vs * La roptura de ligamentos o Su ruptura sentimental vs *Su rotura sentimental - prefijo preposicional + prefijo preposicional: coasociarse Si son prefijos idénticos, pueden ocurrir dos fenómenos: - reduplicación: con prefijos gradativos, se intensifica lo denotado por la base (requeterequetelisto) - recursividad: con prefijos que indican anticipación (prepreventa), repetición (rereelección) u oposición o actitud favorable (antiantisimil, propoamnistía) A diferencia de los otros afijos, ciertos prefijos pueden aparecer coordinados. “pre-“ y poselectoral, “pro-“ y antiarmas, intra- extracomunatorios. La coordinación de prefijos está limitada por las características de los mismos. A partir de los datos se han establecido las siguientes generalizaciones: - Los prefijos deben permanecer en el mismo campo léxico y suelen expresar relaciones de oposición. - Las bases pueden ser adjetivos denominales o sustantivos. El análisis más extendido de las secuencias anteriores es el que supone que se trata de la coordinación Tema 6. La composición La composición es un proceso morfológico de creación léxica en el que se combinan “palabras” (aguamarina), elementos compositivos juntos (fotografía) o ambos tipos de constituyentes (musicología). Los compuestos contienen, al menos, dos raíces, aunque la complejidad morfológica de cada constituyente es variable: - pez volador, aguamarina (a partir de una derivada) - cantamañanas, rompeolas (a partir de una simple) - dentoalveolar, pelirrojo, rojiblanco (a partir de un elemento menor a la palabra) También es diversa la naturaleza libre o ligada de los constituyentes del compuesto, es decir, su (in)capacidad para realizarse como palabras independientes a la sintaxis: - pez volador, aguamarina, cantamañanas, rompeolas (unidades sintácticas) - dento alveolar, pelirrojo, rojiblanco (unidades no sintácticas) Los compuestos suelen pertenecer a las categorías léxicas nombre, adjetivo y verbo. También son de estas categorías los constituyentes de los compuestos más productivos: - NN (aguanieve) - NA (aguamarina) - AN (bajorrelieve) - AA (verdiblanco) - VN (rompeolas) Alguno de los compuestos anteriores presentas sus constituyentes integrados en una sola palabra ortográfica (sin espacios ni guiones intermedios) y prosódica (con un solo acento). Estos compuestos se denominas léxicos, propios o univerbales, y se distinguen de los sintagmáticos que mantienen cierta independencia acentual y gráfica: ciudad fantasma, perro policía, sintáctico- semántico. No obstante, todos os compuestos comparten ciertas propiedades que los caracterizan como unidades léxicas: - No es posible cambiar el orden de los constituyentes: *nieveagua. - Sus constituyentes no pueden recibir separadamente modificadores ni complementos: *muy bajorrelieve - No es posible insertar elementos entre sus constituyentes: *pez grande espada. En el interior de los compuestos se dan relaciones semejantes a las que tienen lugar en la sintaxis: - Es posible identificar un núcleo, que posee las siguientes características: o Desde el punto de vista semántico, es el hiperónimo del compuesto: pez espada es un “tipo de pez” y zarzamora es un “tipo de mora”, de modo que pez y mora son los núcleos de los compuestos. o Desde el punto de vista forma el núcleo determina la categoría gramatical o clase de palabra del compuesto, y también su género en el caso de los sustantivos: drogadicción es un sustantivo femenino como su núcleo adicción. - Entre los constituyentes del compuesto se establecen relaciones: o De coordinación (núcleo al final): en los compuestos coordinantes o coordinativos ambos constituyentes SIEMPRE pertenecen a la misma categoría gramatical: N+N>N (director-presentador), A+A>A (blanquiazul), V+V>N (picapica). o De subordinación (núcleo al principio): que pueden ser, a su vez, de atribución (la que se da entre núcleo y el modificador, como aguamarina) o de complementación (entre un núcleo y su complemento como parabrisas). En algunos compuestos no es posible identificar un constituyente que posea las propiedades que suelen atribuir al núcleo: - Ciempiés no es un tipo de pie. - El sustantivo altavoz no es femenino como voz. - Se habla en estos casos de compuestos exocéntricos (de núcleo externo) frente a los endocéntricos que contienen núcleo. - Se clasifican a veces como compuestos exocéntricos los sustantivos que proceden de la fijación de ciertas oraciones como bienmesabe, correveidile o metomentodo. Sin embargo, estos sustantivos suelen considerarse sintagmas lexicalizados: o Poseen constituyentes ajenos a los compuestos, como pronombres, conjunciones, preposiciones o conjunciones, o Son construcciones opacas. o No hay propiedades estructurales comunes, aunque pueden establecer ciertas generalizaciones. construcción se asemeja semánticamente a una coordinación. Así, un poeta-pintor es un poeta que tiene todas las propiedades del pintor y el compuesto obtiene su significado de la suma de los dos nombres; de ahí su caracterización como ‘coordinado’. Una prueba formal que permite diferenciar estas dos clases de compuestos nominales tiene que ver con la concordancia. En el tipo coordinado, cuando la entidad denotada es animada, los dos nombres deben manifestar el mismo género y el mismo número: poetisas- pintoras; este requisito no se observa, en cambio, en los compuestos apositivos: perra pastor no *perra pastora o perros pastor no *perros pastores. Otro subtipo de compuestos nominales yuxtapuestos es el de los nombres de color donde el segundo nombre tiene también función apositiva: amarillo limón, rojo cereza, verde botella. Tales construcciones comparten propiedades inequívocas con los compuestos y se diferencian de otras construcciones usadas también para denominar colores, como verde amarillento, azul fuerte o blanco grisáceo, en que estas, en cambio, manifiestan las propiedades características de los sintagmas. Veamos la diferencia entre ambas construcciones. En verde botella tenemos un nombre, botella, que modifica al nombre de color, verde, especificando el tono denotado por este. El modificador puede denotar una sustancia material (gris ceniza, gris plomo, amarillo cadmio), una flor o fruta (rojo amapola, verde manzana, amarillo limón), una piedra preciosa (verde esmeralda, rojo rubí) o cualquier otra entidad, siempre y cuando esta se identifique por poseer un color característico, aunque sea en sentido figurado (rojo pasión, verde esperanza). De ahí que tengamos blanco hueso o azul cielo, pero no *marrón puerta o *verde regadera: las puertas o las regaderas no se identifican con el color marrón o verde, respectivamente, como lo hacen, en cambio, el hueso con el color blanco y el cielo, con el azul. La relación que se establece entre el nombre de color y su modificador en estos casos es una relación de composición, como se puede comprobar por la imposibilidad de coordinar dos modificadores de esta clase referidos al mismo nombre de color (*verde botella y manzana), y por la imposibilidad de interponer otros elementos entre los dos constituyentes (*verde claramente botella). Por el contrario, el sintagma verde amarillento ilustra una estructura muy distinta. En ella, un adjetivo, derivado frecuentemente de un nombre de color a través de los sufijos -oso (verdoso), -uzco (blancuzco) o -izo (rojizo), se predica del nombre-núcleo, matizando el tono de color denotado por este. Otros adjetivos que aparecen frecuentemente en sintagmas como estos son aquellos que denotan la intensidad o el brillo del color: oscuro, claro, pálido, mate, brillante o intenso. La relación que tales modificadores mantienen con su núcleo es también diferente de la de los primeros nombres de color. En el caso de estos segundos, estamos ante un sintagma, no ante un compuesto, por lo cual es posible coordinar los modificadores (verde amarillento y azulado; marrón oscuro mate), o interponer elementos entre ambos constituyentes (verde {totalmente / muy} brillante). Los modificadores de los dos tipos de denominaciones de colores pueden aparecer juntos, formando estructuras en ocasiones muy complejas, pero el orden es siempre aquel en que los elementos que forman parte del compuesto preceden a los del sintagma, como es de esperar debido a la diferente naturaleza gramatical de ambos modificadores. En los ejemplos que siguen hemos puesto entre corchetes el compuesto y, fuera de él, los modificadores que puede recibir cuando se inserta en un sintagma: [verde manzana] amarillento pálido, [azul cielo] verdoso oscuro, [amarillo limón] blancuzco mate. En cambio, no son aceptables construcciones como *rojo azulado claro cereza o *verde amarillento pálido manzana porque en ellas hemos separado los elementos del compuesto: rojo[...]cereza, verde[...]manzana. Por lo que se refiere a los ‘compuestos yuxtapuestos’ de dos adjetivos, siguen en su mayoría la modalidad coordinada y combinan adjetivos semánticamente congruentes, pertenecientes a un mismo dominio conceptual. Muestran estas construcciones un fuerte grado de cohesión que se refleja en la utilización usual del guion en la escritura (político-económico, jurídico-laboral, turco-chipriota, léxico-semántico), la aparición de formas acortadas o alomorfos especiales de algunos adjetivos cuando van en posición inicial (socio-económico, franco-español, anglo-indio) y la manifestación de los morfemas de género y número al final de la construcción, afectando a todo el conjunto (medidas político-económicas, relaciones franco-españolas). De entre los adjetivos, los calificativos son los que más fácilmente se han soldado, de tal modo que han llegado a convertirse en compuestos léxicos u ortográficos: sordomudo, claroscuro, agridulce, blanquiazul. Algunas combinaciones de adjetivos clasificadores también se unen en la escritura: sociopolítico, fisicoquímico. En tercer lugar, tenemos los ‘compuestos de nombre y adjetivo’ en los que se da una relación entre modificado (el nombre-núcleo) y modificador (el adjetivo), ya aparezca el nombre delante (hilo musical, llave inglesa) o detrás (buena fe, alta mar). Muchas de estas combinaciones han pasado a formar compuestos ortográficos: aguafuerte, palosanto, montepío; en especial, las que exhiben el orden A + N: bajamar, buenaventura, altorrelieve, malhumor, gentilhombre. Otras combinaciones de nombre y adjetivo, aunque se escriban separadas, pueden recibir afijos derivativos lo cual demuestra que tienen el mismo estatuto que un compuesto ortográfico: mal genio > malgeni-udo. Característico de este tipo de compuesto sintagmático es su alto grado de lexicalización que impide que su significado sea deducible del de sus componentes. Pensemos, p. ej., en oro negro, agua pesada, cámara alta o carta blanca.
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