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Orientación Universidad
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Apuntes Moderna II 2023-2024, Apuntes de Historia Moderna

De la profesora Saavedra del curso 2023-2024.

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 29/04/2024

ignacio-perez-alarcon-fernandez
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¡Descarga Apuntes Moderna II 2023-2024 y más Apuntes en PDF de Historia Moderna solo en Docsity! Historia Moderna II: Población: Desarrollo de una nueva urbanización  crecimiento demográfico. Ciudades que crecen de manera exponencial: puertos y capitales. Las capitales de facto de la Monarquía española antes de Madrid era Valladolid y Toledo. Otro caso es el de Versalles, que se convierte en el centro de la corte francesa con Luis XIV. Otro caso es Viena, sometida a una remodelación urbanística inspirada en Versalles. El panorama cambia a partir de 1750, donde vemos un gran aumento de población en ciudades británicas, junto a Barcelona, Varsovia, Graz y Magdeburgo. Esta nueva urbanización es derivada de los cambios económicos. El auge de Barcelona tiene que ver con el comercio con las Indias. Una de las consecuencias principales de esta nueva urbanización, es que surgen estas nuevas ciudades “secundarias” industriales. La capacidad de crecimiento de las capitales es más reducida. El comercio contribuye a ese crecimiento también. Londres a la altura de 1770 tenía cerca de 550.000 habitantes, y llegando a época contemporánea, estaba en los 900.000, siendo la ciudad más grande de Europa. Bristol y Newcastle estarían vinculadas a la actividad naval. El fenómeno urbano en Escocia es interesante, pues hay ciudades con población relevante, como Glasgow. A partir de 1670, vemos a Manchester, Leeds y Birmingham, relacionadas a la actividad industrial. Entre 1700 y 1750 la población de las ciudades británicas se dobla, lo que hace que se aprecie mejor el nuevo modelo urbanizador que se expandirá en el siglo XIX. Entre 1750 y 1800 se da un sorpaso de las ciudades industriales al resto. Vemos a partir de 1800 el auge de ciudades en el interior centradas en la minería, generalmente siendo minas pertenecientes a ciertas familias; las enormes redes de canales las conectan con los grandes puertos del comercio internacional. Se ha dicho tradicionalmente que los movimientos migratorios se producen por crisis grandes. Al margen de esas tendencias migratorias, la propia estructura familiar y los sistemas hereditarios también pueden favorecen las tendencias migratorias. En los movimientos de población, hay capas que no aparecen registradas nunca en los datos. Se utilizan los registros parroquiales para medir la población, y también los registros hospitalarios, que presentan problemas porque aparecen determinados segmentos de la población más representados que otros. Se utilizan, por ejemplo, los protocolos notariales, que suponen un problema por ser una fuente sesgada, al ir al notario solo las clases altas. En la segunda mitad del siglo XVII y en el siglo XVIII no hay grandes cambios en el rural. El crecimiento de las ciudades es exógeno y se alimenta mucho del rural, debido al éxodo rural. El servicio doméstico cambia en el siglo XVIII, feminizándose y quedando reducido en número, jerarquía e importancia económico. Nos encontramos con particularidades en el periodo de 1650 y 1800. En la segunda mitad del siglo XVII se intensifica la migración de ingleses y escoceses a Irlanda, sobre todo por la política de colonización de la isla, iniciada a finales del siglo XVI y que se acentúa en el siglo XVII y la segunda mitad del XVIII. Se produce dentro de Europa, concretamente en Francia, otro movimiento de población forzado por el gobierno, la expulsión de los hugonotes, saliendo la mayoría de ellos del país hacia las Provincias Unidas, Suiza, Alemania y América. Es un movimiento importante por el número (salieron 160.000 personas entre 1685 a 1689) e intenso que genera tensiones a nivel internacional y que crea oposición en los países protestantes. Dentro de estos movimientos relacionados con cuestiones religiosas, vemos salidas de población hacia América, relacionado con las crisis de las iglesias protestantes, como los anabaptistas menonitas, los conocidos “amish”, quienes salen en la segunda mitad del siglo XVII. En el siglo XVIII hay que hacer referencia a las políticas repobladoras de la segunda mitad del siglo XVII llevada a cabo por Austria con poblaciones germánicas y de Croacia, Eslovenia o Serbia. Son movimientos fomentados por los gobiernos, apoyados por ayudas económicas a los repobladores y que en Hungría hace aparecer la figura del “agricultor soldado”, en zonas fronterizas con los turcos. En el siglo XVIII crece Rusia con la conquista de Siberia y del Mar Negro, con un gran impulso llevado a cabo sobre todo por Catalina II la Grande para rusificar la Europa del Mar Negro y la antigua Polonia. Caso destacado el de Prusia, que lleva a cabo un proceso de repoblación para expandirse a costa de Austria y de Polonia, provocando un fenómeno de “germanización” de los territorios ocupados. Destaca el concepto de “urbanización cultural”, es decir, la aculturación de zonas rurales al mismo tiempo que crecen las ciudades. Agricultura: En la segunda mitad del siglo XVII vemos una crisis demográfica, económica, pero fundamentalmente agraria. En esta época, la agricultura vive una etapa de recuperación lenta. Existen cinco indicadores fundamentales en la estancación del sistema agrario:  La reducción o estancamiento de la producción cerealera, apoyada en los diezmos, que reflejan una caída de la población de los productos que diezman, con la posterior introducción en la segunda mitad del siglo XVII del maíz o las leguminosas, en donde el maíz se va a diezmar, pero, por ejemplo, la patata no. Este estancamiento de la producción cerealera se puede compensar con otros productos que no han sido diezmados. La producción cerealera en la segunda mitad del siglo XVII se habría reducido en Europa en un cuarto. La situación es más complicada en Europa Oriental.  El descenso de la productividad agraria. En la Europa Oriental descienden los rendimientos por superficie agraria descienden en torno al 17%, en Escandinavia, en torno al 18% y en Francia en torno al 14%. Hay una tendencia a la conversión de tierras agrarias cerealeras en pastizales.  El descenso de los precios agrarios. Provoca dificultades para las poblaciones agrarias. incremento de la plata llegada de América, sobre todo la proveniente de México, debido también a que aumenta la capacidad española sobre las remesas de América; la plata servirá para promover el comercio con Asia; en el Caribe destacan las plantaciones de azúcar de las Antillas británicas, que desplazan a las de tabaco, que se traslada a las Trece Colonias; en el caso británico, las plantaciones se convierten en receptoras o demandantes de productos manufacturados. El desarrollo de economías americanas y sus propios circuitos, necesitándose de mano de obra, relacionada con el tráfico negrero. El desarrollo del comercio negrero: hasta la Guerra de los Siete Años serán los franceses los que se beneficien de las economías de plantación, hasta la Paz de París de 1763, cuando Gran Bretaña obtiene el Canadá francés y se asegura su frontera con las Trece Colonias; parte de sus grandes beneficios es gracias al tráfico negrero, tratando los ingleses de incentivar ese comercio con la introducción de mano de obra esclava procedente del Golfo de Guinea; a partir de 1740, Inglaterra suplanta a Portugal con su puerto de Lisboa en el tráfico de negros, con su puerto en Liverpool; el 63% de los esclavos negros que llegaron a América desde el siglo XV hasta comienzos del siglo XIX, se hizo en el siglo XVIII; a finales del siglo XVIII, la primacía del comercio negrero recae en manos francesas con el puerto de Burdeos; entre el 300 y el 400% eran los beneficios que se llegaban a obtener de este tipo de comercio. Destacamos ahora el caso del comercio con Asia, sobre todo la India y China. En el siglo XVII, vemos una pérdida en la importancia de intermediación del imperio turco. En el siglo XVIII, el comercio se desarrolla merced de la colonización como en la India y con acuerdos con gobiernos locales como en China. En el siglo XVIII, en China, bajo la dinastía Manchú, se ve una expansión en todos los sentidos, haciendo que la penetración europea sea mucho más difícil. En el siglo XVIII Francia y Gran Bretaña serán quienes más controlen las rutas con Oriente, siendo importante la Guerra de los Sietes Años, cuando los británicos dominen el comercio con la India y China. En la India vemos el desarrollo de factorías en la costa que promueven el tráfico comercial, desarrollando compañías comerciales como el caso holandés con la VOC; los británicos en el Golfo de Bengala iniciarán un proceso de penetración hacia el interior del continente. No se produce un colonialismo al estilo decimonónico, solo aumentan los flujos comerciales. Los productos principales a explotar serán el té, el café, pero, sobre todo, el algodón. En la India, los europeos logran entrar fácilmente a sus costas, pero China solo permitía comerciar en el puerto de Cantón, pero bajo vigilancia de los propios comerciantes chinos. Los europeos compensan esto con la plata americana, que es el producto que a los chinos les interesa. El comercio con Oriente absorbe un tercio de la producción de plata americana. Se producirá un incremento notable del opio en la India, para lograr comerciar con él con los productos de lujo de China. La otra cuestión a tener en cuenta es que el comercio terrestre y el intereuropeo seguirán siendo el tráfico mayoritario en el siglo XVIII, con un desarrollo paralelo a las vías de comunicación. Debemos destacar la expansión de los caminos pavimentados y el esfuerzo para garantizar su mantenimiento; también veremos cambios en la red caminera, destacando las compañías camineras privadas por acciones, que explotan la red viaria y abre canales, cobrando peajes para el tránsito. Hemos de tener en cuenta también que muchas obras quedaron inconclusas, o muchos canales se construyeron de manera heterogénea, de modo que no era fácil el paso de un lado al otro. Todo esto es posible por el mayor volumen de moneda de una economía más monetarizada, con el desarrollo del sistema bancario, pues el banco de carácter central que tiene un efecto dinamizador sobre la economía de su país es el Banco de Inglaterra de 1695, con toda su deuda y depósitos garantizados por el Parlamento. A partir de 1720, los franceses habrán intentado esto, pero fracasaron por lo que dejarán de emitir billetes. Londres será la gran plaza financiera de Europa, en detrimento de Ámsterdam. Sociedad: La documentación notarial fue utilizada por los Annales porque servía para ver precios de viviendas, quienes compraban o vendían, etc. En los últimos años, la investigación se orienta de manera más transversal. Se ponen de manifiesto en los últimos años las relaciones entre los individuos, el conocido como capital relacional. No es fácil buscar relaciones entre familias. La sociedad europea del siglo XVIII es una sociedad que cambia, pero se mantiene la división entre privilegiados y no privilegiados. Se pone atención en la conocida como “historia desde abajo”, que se centra en los pobres y marginados. También hay tendencia a atender el papel de la mujer. (Todo esto no entra en el examen). Se mantiene el sistema de división estamental, con el criterio de la riqueza clasifica a individuos y familias. La tendencia en el XVIII hará que se pase del mérito familiar al mérito propio, aunque el peso de la familia sigue siendo fundamental en muchos ámbitos. En 1695, Luis XIV clasifica a la sociedad francesa basada en criterios fiscales, es decir, divide a la sociedad en función de lo que contribuyen. Los propios contemporáneos eran conscientes de que los criterios jurídicos no se adecuaban a la sociedad. Los grupos privilegiados tratan de reforzar su privilegio como mecanismo de respuesta a la evidencia de que la realidad y la mentalidad social van por otros caminos. El peso de la nobleza en Europa: Rusia (capitación de 1760: 500.000/600.000 nobles, entre un 2-3% de la población); Hungría (recuento de 1784: 416.000 nobles, el 4,6% del total); Polonia (en el siglo XVIII: 700.000/800.000 nobles, entre el 10-15% del total); España (en 1768: 722.000 nobles, el 7/8% del total); y Francia (300.000/350.000 nobles, un 1% del total). Cuando los estados se burocratizan se necesitan individuos que dominen la normativa del sistema legal y que sean útiles a la hora de promulgar y poner en práctica las leyes. El problema de que Polonia sea una monarquía electiva, conlleva a su debilidad que acabará con su desaparición, tras sus sucesivas particiones. En el caso de Italia, depende de los territorios, como Milán o Sicilia. En el caso de Inglaterra, se mantiene la realidad previa, y es difícil dar cifras, dependiendo de lo que entendamos por nobles. La nobleza en Europa es muy diversa y en el siglo XVIII experimentan cambios importantes, muchos de los cuales tienen que ver con regulaciones legales, impulsados sobre todo en Austria-Hungría (algunas tierras son de la Corona para premiar a súbditos fieles, algo más evidente en el caso húngaro, aunque esta nobleza no vive en Hungría, pero acaba muy fortalecida que dará paso a una más “nacionalista”); y en Rusia (en tiempos de Pedro el Grande, en 1722, se impulsa una reforma de la nobleza, pues existía una división interna, con un grupo reducido conocido como los príncipes, siendo los noves más antiguos; por debajo estaría la nobleza media, siendo dependientes de las grandes casas, conocidos como boyardos; y una gran cantidad de jerarquías nobiliarias inferiores. Pedro busca cambiar esta jerarquía por otra dedicada al Estado, creando en 1722 la Tabla de Grados, en donde se organiza el servicio al Estado, bien militar, bien civil, necesitando de llegar al grado 8 para obtener la condición nobiliaria). Este zar tendrá que hacer frente a una oposición interna por sus intentos de occidentalización y por sus reformas de la nobleza. La nobleza europea tendrá que hacer frente a muchos cambios, destacando el caso de Prusia, en donde solo mediante el servicio militar se puede acceder a cargos nobiliarios. La configuración del poder político influye en la organización de la sociedad. La nobleza va a reaccionar ante esta presión de los grupos bajos y de la monarquía, tratando de mantener sus privilegios que no son exclusivamente jurídicos, y que son rentables para la nobleza. Los nobles lucharán por algunos privilegios que a día de hoy sonarían un poco absurdos. El dinero que se gasta el ayuntamiento de La Coruña para preservar los derechos de sus corregidores es bastante considerable, aún sabiendo que la ciudad estaba en crisis. Otro privilegio por el que se luchará será el trato que reciban al ser juzgados. En el caso francés, la nobleza no experimenta grandes cambios respecto a épocas anteriores, sin embargo, algunos nobles sí que pueden experimentar grandes cambios. Va a haber casas nobiliarias que desaparecerán, pero también habrá otras nuevas, con una nueva política de ennoblecimiento por méritos. Existen ejemplos de nobleza por vía venal, siendo llamada así por comprarse el título, como la compra de oficios de administración o cargos municipales. La venalidad en Francia estaba muy extendida, vendiéndose todo, pero en España se entendía de que había ámbitos que estaban al margen de la venalidad. Hay casos de familias que se endeudan para comprar un título. También habrá familias nobles que comenzarán a invertir en actividades financieras, o industriales, siendo los primeros los considerados como más cercanos a la nobleza. Demuestra que estamos en un mundo en transición. Pero la nobleza pierde peso en Francia en número e influencia política. La nobleza francesa tiene como clasificación la riqueza a partir de cuotas de capitación, dividiéndola en: una minoría superior (ingresos anuales superiores a 50.000 libras. Son 100 familias que viven en la corte y 60 familias en el resto de Francia); la nobleza provincial (con ingresos entre 10.000 y 50.000 libras, siendo 3500 familias); la nobleza media (con ingresos entre 4000 y 10.000 libras, siendo 7000 familias); la nobleza inferior (con ingresos entre 1000 y 4000 libras, siendo 11.000 familias); y la nobleza pobre (con ingresos menores a 1000 libras, y siendo 5000 familias). Tenemos también otra clasificación en tres estratos: la nobleza grande, los que de verdad tienen influencia política; la nobleza parlamentaria, entendidos los parlamentos como tribunales de justicia, siendo cargos de jueces que compraron, y siendo una nobleza venal, haciendo también que el parlamento de París adquiera capacidad para actuar como un auténtico poder político; y la nobleza media e inferior, jerarquizadas y que dependen de la tierra. Tenemos dos realidades: los nobles que se adaptan a las nuevas realidades y los que se quieren que la monarquía intervenga para defender sus intereses. Muchas familias desarrollan estrategias propias para evitar la extinción del linaje. La tendencia a la endogamia se mantendrá. En el caso británico, es particular porque la condición nobiliaria es propia de aquellos que se sientan en la Cámara de los Lores, formada por lores espirituales (eclesiásticos, muchas veces vinculados a familias nobles), y lores temporales (nobles y pares ingleses). En el transcurso del siglo XVIII, el número de lores aumentó, debido a Marsella teniendo 539 consulados mercantiles, por poner un ejemplo. Se recurre a cruzar las fuentes de las jerarquías sociales con los registros notariales sobre testamentos o matrimonios, con las consecuencias que esto tiene para la propia consideración del grupo. Son mercaderes que se caracterizan por la multifunción, siendo poco especializados, y además de traficar, desarrollan actividades paralelas, como ser armadores de barcos, o dedicarse a la trata de negros. Vemos familias que participan del comercio o de los seguros marítimos, introduciéndose a través de estos en las actividades bancarias, llegando al mundo financiero. Son compañías que funcionan orientando a los hijos a un aprendizaje muy específico, como idiomas, contabilidad, leyes, etc., destinándolos como factores durante un tiempo en una zona en donde la compañía se asienta; se trata de familias que tienen comportamientos endogámicos, entroncando en ocasiones con la nobleza, aunque su modo de vida es tan acomodado que no es tan atractivo meterse en las relaciones nobiliarias. Se establece un límite en las 100.000 libras anuales para considerarse como grandes comerciantes. Hubo un caso particular de llegar a las 4.000.000 de libras. Las propias familias recurren a estrategias de inversión para enriquecerse todavía más. El grueso de los comerciantes franceses estaría representado por comerciantes de tipo medio, situados entre las 10.000 y las 100.000 libras anuales de ingresos, habiendo realidades diferentes en ese grupo. Es una burguesía que se asienta en el mundo urbano costero, participando del domestic system, traficando con productos de distinta naturaleza, y encontrándonos con un sector heterogéneo en ingresos, pero homogéneo en los métodos. Se enlazarán con miembros de la pequeña nobleza para llegar así a los gobiernos urbanos, permitiendo que se asuma que su posición es una honorable. Los comerciantes que ingresan menos de 10.000 libras anuales son algo más complicados de definir, siendo un sector que en muchas ocasiones malvive, que se caracteriza por su ocupación mercantil, pero que eso no le garantiza de formar parte de la burguesía; son burgueses desde el punto de vista funcional, pero no del económico. Caso aparte de la burguesía francesa, es el de los financieros, siendo un sector ampliamente conectado con el gobierno y con la monarquía, funcionando muchas veces como prestamistas, ganándose el odio de la población y de los panfletos de la época, viviendo procesos de fiscalización durante los sucesivos gobiernos del siglo XVIII. Este sector no precisa de un proceso de ennoblecimiento, pero puede ennoblecerse mucho más fácilmente. El hecho de estar cerca del poder político favorece que la alta nobleza aspire a entroncarse con estas familias, sobre todo por cuestiones económicas de estas grandes casas. Es un sector que básicamente trafica con dinero, dedicándose a negocios que requieren de capital, como el abastecimiento de ejércitos, haciendo que la monarquía los necesite y los ennoblezca. Esta burguesía va a ser la que más influencia tenga. En Francia, vemos intentos de creación de bancos y compañías comerciales que fracasan estrepitosamente. Nos encontramos con individuos con capacidad para ejercer presión sobre el gobierno, haciendo que la Regencia fuera frágil. En el último tercio del siglo XVIII nos encontramos con actividades a pequeña escala, pero muy significativas, como la metalurgia (la mayor parte de los dueños de las forjas entre 1771 y 1778 son representantes de los grupos privilegiados, nobleza y clero). La propia inercia de las actividades industriales explica que siga estando en manos de esta gente. Hay individuos que proceden de actividades gremiales como maestros, pero que dan el salto a las actividades financieras. En el caso catalán, las actividades industriales del sector de la lana estaban en manos de antiguos maestros de talleres de la lana. A nivel interno, son organizaciones tradicionales. No todos los sistemas políticos del siglo XVIII son monarquías, pues existen las conocidas como repúblicas burguesas, dirigidas por grupos cerrados, fuertemente cohesionados y con tendencias “aristocratizantes”. Se trata de grupos que tienden a autorregularse de forma constante, como en Venecia o Suiza, donde solo los hijos del ciudadano (cargo de los líderes en Suiza), podían formar parte de su grupo. Muchos eran procedentes de las burguesías comerciales e industriales. Por debajo de estos grupos, estaban los estrictamente burgueses. Los grupos mercantiles experimentan un gran desarrollo en el siglo XVIII, siendo un grupo que tiende a concentrarse en Londres y en las grandes capitales mercantiles (a comienzos del siglo XVIII, había entre 10.000 y 15.000 mercaderes en Londres, de los cuales 1.000 se podían equiparar a la nobleza). En el caso de las ciudades más pequeñas nos encontramos con grupos de familias más reducidos que controlan la actividad de la ciudad, destacando el caso de Leeds, ciudad dominada en el siglo XVIII por trece familias, y en donde se van a sumar nuevas familias de procedencia extranjera con un cierto nivel de fortuna. La capacidad que tenga la familia para garantizar el aprendizaje de los individuos es lo que determina el éxito y el ascenso de estas familias hacia niveles similares a los de la burguesía. En el caso de la burguesía de negocios, lo que les diferencia de la nobleza es la manera de hacer riqueza, participando en compañías mercantiles. La revolución del siglo XVII va a afectar a estos sectores. Tras la restauración, a los hombres de negocios se les abren grandes oportunidades en el mundo de las finanzas. En el caso inglés, a partir de 1668, con la Revolución Gloriosa se establece un sistema de finanzas que beneficia a estos financieros, revolucionando las finanzas estatales, que se percibe en la city de Londres. Otra diferencia con respecto a Francia, es la aparición de un nuevo tipo social, el industrial, un tipo social que a mediados del XVIII ya está bien consolidado, destacando la rapidez de ascensión social, los orígenes de esta clase, la movilidad geográfica (se instalan en una comunidad concreta en función de los negocios), o que vayan cambiando de actividades a lo largo de su vida. Se desarrollan al margen de la sociedad porque no les interesa el sistema de ascenso. En la burguesía de profesiones tendríamos hombres de leyes, de medicina e intelectuales, aunque también podemos añadir a los artistas. Los hombres de leyes también se denominan letrados en la documentación española, con abogados, administradores de todos los ámbitos, etc., siendo bastante heterogéneos. Los caracteriza su formación, habiendo estudiado en las universidades, por el gran desarrollo de la administración pública. No todas las sociedades tienen un nivel de desarrollo burocrático homogéneo. En Francia y buena parte del continente requiere de burócratas, pero en Inglaterra no hay tanto peso de los burócratas. Desde finales del XVII y a lo largo del XVIII nos encontramos con profesionales que crecen en número, con grandes posibilidades de crecimiento social y ahora las familias nobles van a tener interés en que una rama de la familia tenga conocimientos universitarios. Dentro de los grupos de terratenientes también hay interés en llegar a la administración. La consideración social de las profesiones se ve ejemplificada en el caso de la Medicina, que en su mayoría tenían unos estudios que se realizaban en las universidades, pero otras como los cirujanos o barberos tenían unos estudios más gremiales. En la revolución científica de la segunda mitad del XVII las profesiones de Medicina van a llevar a un cambio en su visión por parte de la sociedad, como con los cirujanos (ahora situados en la cúspide de la jerarquía de las profesiones médicas) o los boticarios (más vinculados ahora a la Medicina). En el grupo de los intelectuales vemos un crecimiento en número e importancia al hilo de la Ilustración; solo una minoría de intelectuales no tenía muchos ingresos, pero llevaban modos de vida ennoblecedores y que tenían gran honorabilidad; son individuos que tienen influencia a raíz de su producción intelectual. Los grupos populares: Serían los artesanos, los obreros, el campesinado y los pobres. En el caso de los artesanos, la estructura gremial se mantuvo hasta finales del Antiguo Régimen, una estructura que hará que las autoridades políticas busquen eliminarlo, a lo que los miembros del gremio opondrán resistencia; la aparición de las primeras protoindustrias introdujo novedades pero se constituían en un inicio como talleres agrupados, con el grueso de la mayoría de talleres con un maestro ayudado por los miembros de su familia, con los famosos microtalleres (un maestro, su mujer que le ayuda y, varias veces, los niños, con la posibilidad de que el maestro tenga aprendices, que viven en la casa del maestro). Destacaría el caso de la ciudad de Turín que tendría unos 33.000 habitantes a comienzos del siglo XVIII; dentro de esta había 366 sastres, el grupo más numeroso; siendo oficios que se transmiten de padres a hijos; en las actividades artesanales era más difícil acceder a las herramientas necesarias para la producción, de ahí el hecho de que se traslade el negocio de padres a hijos, y con buena parte de sus escrituras con mucho detalle en cuanto a los útiles del oficio. Al margen del mundo de los artesanos, tendríamos el grupo de los obreros, que básicamente es un grupo urbano, que aparece en muchas ocasiones en entornos rurales en esas ciudades fundadas al calor de una industria; sus industrias están organizadas en un modo artesanal y, a medida que se van introduciendo máquinas, cambian las relaciones de trabajo; una cuestión que aparece más clara es la importancia que adquiere el trabajo de mujeres y de niños, con enormes abusos en el número de horas trabajadas, con distinciones en función del sexo, como a la hora de establecer trabajos o salarios; esta idea de la desigualdad está muy arraigada en las sociedades de este siglo; en algunos lugares los niños realizaban las actividades más penosas. El tema de la pobreza es necesario destacarlo. La pobreza se puede dividir con criterios económicos, pero también tenemos la división en pobres estructurales (condenados a la pobreza, como los inválidos) y los pobres coyunturales (tienen bajos salarios y empleos temporales, cayendo inevitablemente en la pobreza). Es una sociedad en donde no hay un sistema de protección social, dependiendo el individuo de la red de protección que constituyen su familia y su gremio. Habitualmente el número de pobres está registrado por los ayuntamientos o las autoridades eclesiásticas en las zonas rurales. A aquellos que demuestran que están político, como la revolución inglesa del siglo XVII o la francesa del siglo XVIII. Entre rebeliones y revoluciones siempre hay un componente político. En Francia tenemos motines muy puntuales por carestías, generalmente por falta de pan, derivando en la guerra de las harinas (1775) y produciéndose otro motín en 1788, como precedente de la revolución francesa; además, también vemos motines por las levas, ante el reclutamiento en masa, y generalmente protagonizadas por las mujeres de los soldados reclutados. En Inglaterra aparecen los mismos problemas, pero hay una particularidad, relacionada con la tolerancia hacia los católicos, que puede ser motivo de tensión. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------- Europa en la segunda mitad del siglo XVII: La Europa de la segunda mitad del siglo XVII tiene una gran diversidad de situaciones, habiendo múltiples sistemas políticos en donde se entremezclan varios tipos de monarquías, territorios absolutamente fragmentados, imperios, etc. En los territorios de Alemania, por ejemplo, veríamos principados, señoríos episcopales, etc. Destacamos a Christopher Storbs, quien dijo que la Monarquía española resistió muy bien durante la segunda mitad del siglo, mucho mejor de lo esperado, pero en esta época es Francia la potencia hegemónica en Europa. El hecho marca el cambio sería la Paz de Westfalia de 1648, que ocurre igual que con la Paz de Utrecht, siendo un conjunto de tratados en donde se firman partes entre contendientes diversos. Tenemos el Tratado de Münster, que le afecta a España, por ejemplo. La multilateralidad sería una de las grandes novedades que se introducen en Westfalia. Se va a permitir participar en las conversaciones a una parte de los poderes del Sacro Imperio o de estados pequeños, como fue el caso del Ducado de Saboya. La paz como tal se logra el 24 de octubre de 1648, pero tras años de labores diplomáticas entre los estados; en el Tratado de Münster de enero de 1648, es ahí cuando se produce la firma del tratado, pero las negociaciones eran anteriores. Es una paz de gran alcance por el gran número de potencias implicadas y por el número de representantes políticos presentes en las conferencias de paz. Nos encontramos tratados bilaterales para poner fin a enfrentamientos armados concretos, pero tenemos también un arreglo diplomático de las tensiones internas dentro del imperio. Westfalia va a facilitar el derecho internacional, habiendo un sistema de garantías colectivo, con un juego diplomático mucho más complejo. A partir de Westfalia, el Papa pierde la influencia que tenía antes, pues ya no participa en las negociaciones, siendo el punto de partida de la pérdida de importancia de la religión en la gestión de los asuntos públicos. La religión de todas formas siguió teniendo influencia política como tal, siendo el ejemplo más claro el caso inglés, donde la religión será un tema conflictivo desde el punto de vista político y social. A partir de la Paz de Westfalia se abre paso el principio de búsqueda del equilibrio político en el continente, pues por primera vez se lleva a cabo la premisa de que para que haya paz en Europa, debe haber un equilibrio, algo que no se logra hasta la Paz de Utrecht. Ahí ya se logrará un equilibrio, promovido por Gran Bretaña para beneficiarla. Los principales cambios territoriales en Westfalia tienen que ver con la independencia de las Provincias Unidas, o la independencia de las Confederación Helvética (actual Suiza). El ducado de Brandemburgo no tiene todavía la importancia que tenía en el siglo XVIII, pero cuya política a partir de Westfalia será crecer para lograr unificarse con Prusia y dominar el Báltico; aunque en el siglo XVIII también crecerá a costa de Austria, dominando la Silesia. En el caso del ducado de Baviera se intentará algo similar, pero no tendrán tanta suerte como Brandemburgo-Prusia. Además, Francia logrará algunos dominios arrebatados de España en los Países Bajos y, en un futuro, el Franco Condado, o el Rosellón catalán. La Paz de Westfalia no pone fin a la guerra en Europa. Va a tener grandes efectos a nivel del imperio germánico, teniendo que ver con el debilitamiento de la autoridad imperial (desde el punto de vista político, del ejército, de las instituciones y de la fiscalidad) y el reforzamiento de poder de los príncipes alemanes. Destacamos de nuevo la potenciación del estado de Brandemburgo, que se convierte en reino. Desde Westfalia queda figurado por costumbre ya que en las autoridades imperiales además del emperador deberían estar presentes en actos internacionales. Westfalia no pone fin a la paz en Europa, con guerras como la que libran Francia y España entre 1648 y 1659, con la Paz de los Pirineos para ponerle fin (España cede el Rosellón, además de otras posesiones en la frontera con Flandes); además se va a concertar el matrimonio entre María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, y Luis XIV. También está la guerra del norte, entre Suecia y Polonia al principio y contra Dinamarca después, por la que Suecia se convertirá en un imperio en el Báltico. La revuelta de los cosacos de 1648 en la zona de Ucrania hará que esta pase a estar bajo soberanía rusa. El reinado de Luis XIV (1643 – 1715): ¿Qué es el estado moderno? Es aquel que, en principio, aspiraría a la uniformidad, siendo un estado nacional y absolutista. En realidad, se tendría que denominar como “estado”, pues los estados como tales no aparecen hasta el siglo XIX, habiendo en época moderna todavía diversidad de regímenes jurídicos. Al ser una sociedad corporativa, no todos los poderes los tienes el monarca, sino que se reparten entre los señores, las asambleas, las ciudades, etc. Ahora el término más apropiado serían las nuevas monarquías que surgen en la época moderna. Los reyes estaban en el Antiguo Régimen como aquellos que ejercen la justicia, que consiste en mantener contentos a los señores y que no puede ejercer todo su poder. Un ejemplo sería Felipe V de España, que es reconocido por todas las cortes de la Monarquía Hispánica, hasta la rebelión en la Corona de Aragón, haciendo que suprima sus fueros, cosa que no ocurrió en las Provincias Vascas o en Navarra, donde no se rebelaron contra su poder. Luis XIV en la práctica nunca pudo llevar a cabo sus reformas absolutistas, porque no contaba con un sistema administrativo y militar de permitírselo. Las monarquías debían buscar el apoyo y el consenso de las élites locales; aunque no es lo mismo el caso de la monarquía polaca, que el caso de la francesa, que va a buscar someter a estas élites. Se puede debatir si Francia era una monarquía compuesta u homogénea, porque también existían pequeños territorios con algo de identidad dentro de ella. La condición nacional era casi imposible, porque muchos estados se configuraban como uniones entre reinos. El rey Luis XIV era hijo de Luis XIII de Francia y de Ana de Austria (hija de Felipe III de España). En 1643 inicia su reinado con la regencia de su madre y la del Cardenal Mazarino, coincidiendo con la década de los años 40, caracterizada por los movimientos rebeldes debido a la crisis económica que derivan en movimientos políticos, y afectándole en 1648 la rebelión de La Fronda. La Paz de los Pirineos le suponen a Francia el obtener territorio de España en las fronteras, buscando Francia el conseguir la hegemonía en Europa, y que garantizará que en 1660 se lleve a cabo el matrimonio entre María Teresa de Austria (hija de Felipe IV de España) con él. En 1661 muere Mazarino y comienza ya su gobierno personal. En la medida en la que el rey se mete más en los asuntos de gobierno y tome decisiones por sí mismo, va a provocar que las críticas hacia la gestión comiencen a ir en su contra, pues ahora carece de un chivo al que echarle la culpa de los fracasos. Con el tiempo, Luis XIV irá alejando a su madre, o a los nobles de la corte del poder, apoyándose solo en hombres expertos relacionados en los campos de la gestión de la nación y del ejército, destacando aquí la figura de Courbet. A través de los intendentes se lleva a toda Francia sus planes de gobierno. Aparece el término monarquía “absoluta”, pues siguen bastante sometidos a limitaciones. Esta política se conseguirá mediante tres pilares fundamentales: - El ensalzamiento de la figura del rey, destacando la obra de Peter Burke, La fabricación de Luis XIV, entendida fabricación como la propaganda política en torno a la imagen del rey, destacando uno de los grabados paródicos que contiene; durante el Despotismo Ilustrado se seguirá el modelo de Luis XIV de crear una imagen gloriosa del rey, y también se va a buscar sacar a la nobleza de París y alejarla hasta Versalles, en lo que se denominó “domesticación de la nobleza” con el objetivo de tenerla controlada; la corte de Viena también se haría a imitación de la corte de Versalles para así controlar mejor a los nobles húngaros. - Las reformas administrativas, reforzando la administración real, restando poder a las autoridades y buscando la unidad confesional; su reforma administrativa se hará a todos los niveles, tanto a nivel de la administración central, mediante las especializaciones del Consejo Real y la creación de las Secretarías de Estado (órganos individuales, dándole forma administrativa a la gente cercana al monarca que acaparaban funciones por encima de otros, como los validos o los primeros ministros; ahora se les otorga un cargo específico, el de secretario de estado, antecedente de los ministros, creando el de asuntos exteriores, el de marina, el de guerra y el de Casa Real; también se crea el cargo de inspector general de finanzas), algo contrario a lo que ocurría en España, que era un régimen polisonodial (el gobierno estaba repartido entre muchos, con varios consejos que solo se dedican a dar consejos y dar consulta, aunque también pueden ser órganos judiciales), mientras que en Francia o en Inglaterra se trabajaba con un solo consejo, el Consejo Real que, con el tiempo, se va a ir especializando de forma progresiva, como el consejo de hacienda o el consejo de estado. Y a nivel de la administración territorial, algo que tiene que ver con los intendentes, apareciendo con Richelieu, y siendo figuras importantes por ser comisarios políticos, que son oficiales reales dotados de una carta de comisión, siendo cargos revocables, temporales y que tienen una finalidad específica, teniendo una estancia 1516 se llega a un acuerdo entre Francisco I y el Papa León X, que consiste en permitir que los reyes franceses nombren un número reducido de obispos a cambio de que el Papa les conceda la investidura espiritual y se establecía también que, en caso de sede vacante, las rentas de la diócesis pasaban a ser dirigidas por la monarquía. En el año 1673, la capacidad de regalía se extiende a todos los obispados de Francia, algo que le genera problemas con el Papado, y en 1681 el rey nombra al sustituto de un obispo fallecido y esto le provoca un problema con el Papa, derivando en 1682 en la aprobación de los Artículos Galicanos, en donde se establece que los reyes franceses no estaban sujetos a ninguna autoridad eclesiástica en asuntos terrenales. Este enfrentamiento finaliza en 1693 cuando el Papa acaba reconociendo a los obispos nombrados por el rey. El jansenismo era una doctrina impulsada por Cornelius Jansen que buscaba una moral más estricta y una disciplina más rigurosa, vinculándose al calvinismo, pero siendo una vertiente católica. Buena parte de los parlamentarios franceses eran jansenistas, lo que otorga un componente político importante a toda la lucha contra esta vertiente. Los confesores jesuitas del rey eran contrarios a esta doctrina, y en 1661, el rey obliga a que todos los clérigos de Francia firmen rechazando el jansenismo, y en 1668 se llega a una tregua conocida como la Paz de la Iglesia. La última medida de Luis XIV será la erradicación de los hugonotes mediante el Edicto de Fontainebleau de 1685, revocando el Edicto de Nantes de 1598. Destacaría la represión y el exilio de unos 250.000 individuos hugonotes del Languedoc. Todo esto tendrá consecuencias políticas en las relaciones internacionales, sobre todo a las relaciones con Inglaterra. A partir de la expulsión de los hugonotes se corta el acercamiento entre los monarcas Estuardo y Luis XIV, envenenando las relaciones internacionales a nivel europeo. La política exterior de Luis XIV es claramente contraria al pacifismo, buscando establecer la hegemonía francesa, mediante una política exterior tremendamente agresiva, coincidiendo el reinado de Luis XIV con la decadencia española. El crecimiento francés se va apoyar más en el ejército que en la marina, pues en estos tiempos Inglaterra era la potencia hegemónica en términos navales, pero no en término terrestres, algo en lo que Francia era la hegemónica. Esta expansión francesa se desarrolla en torno a cuatro grandes conflictos. La Guerra de Devolución (1667-1668), debido a que los monarcas españoles no pagaron la dote de la hija de Felipe IV, produciéndose la guerra tras su muerte, algo que le permite a Luis XIV acceder a las posesiones de los Países Bajos españoles, aprovechando la debilidad del ejército de Flandes (eran 1/3 gallegos, 1/3 mestizos entre españoles y flamencos y 1/3 castellanos), finalizando el conflicto con el Tratado de Aquisgrán, ocupando Francia buena parte del sur de los Países Bajos (doce plazas) y la totalidad del Franco-Condado, aumentando las fortificaciones francesas en las nuevas zonas gracias a Vauban; el segundo es la Guerra de Holanda (1672-1278), iniciada por una invasión de las Provincias Unidas, bordeándolos, y debido a la diferencia numérica los holandeses decidirán inundar el país, elevando las esclusas, destacando el auge de la figura política de Guillermo de Orange como Estatúder de las Provincias, el cual buscará convertir la república en una monarquía, aunque acabará convertido en el rey Guillermo I de Inglaterra, acabando la guerra con la Paz de Nimega, en donde Holanda recupera la totalidad de su territorio y los Países Bajos españoles perderán territorio; el tercero es la Política de las Reuniones (1680-1684), buscando Francia llegar hasta el río Rin, resultando en una nueva alianza de las potencias europeas en contra de Francia y que acaba con la Tregua de Ratisbona, reconociéndole a Francia la soberanía de todos los territorios incorporados en tiempos de guerra, siendo en 1684 cuando la monarquía francesa se encuentra en el zénit de su poder en Europa; en 1688 se produce la Gloriosa Revolución en la cual Guillermo I se convierte en rey de Inglaterra, provocando la Guerra de los Nueve Años (1688-1697), ahora que el mayor rival de Luis XIV era también rey de otra potencia, frenando la política de expansión de Francia, sellándola con el Tratado de Ryswick, devolviendo las fronteras europeas a lo acordado en Nimega (se devuelven Cataluña, Franco-Condado y los Países Bajos, porque Carlos II de España estaba debatiéndose en a quién entregarle el trono español tras su muerte). A finales del siglo XVII, la política de reforzamiento del poder del rey toca techo, encontrándonos con la “fase B” del reinado de Luis XIV, resquebrajándose todo lo construido por el rey para establecer la monarquía absoluta, y que nos permite ver los antecedentes de lo que será la debacle final de la monarquía francesa, desembocando en la ya conocida Revolución Francesa. Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVII: restauración y revolución Los efectos de la Revolución: La revolución supuso un cambio fundamental en el sistema político inglés. Se habría llegado a recurrir al tiranicidio, argumentado en base a que el rey lo es por derecho divino, pero su capacidad para gobernar depende de un pacto entre este y sus súbditos. Para los nobles, la tiranía depende de varios factores, pero un ejemplo puede ser el privarlos de sus poderes. El ajusticiamiento del rey no es el único de los factores que le otorga importancia a la revolución. Otros serían: la Ley Trienal, que consistiría en la reunión del parlamento por autoconvocatoria, sin capacidad del rey para disolverlo; la declaración como ilegales a todos los impuestos no aprobados por el parlamento; la abolición del episcopado y la venta de tierras, siendo también llamada esta revolución como revolución puritana; la abolición de la monarquía y la abolición de la Cámara de los Lores, quedando el parlamento conformado únicamente por la Cámara de los Comunes; y la ocupación militar de Escocia e Irlanda, pues el país era una monarquía compuesta por reinos con sus propias leyes y gobiernos, aunque ahora se impondrá el ejército “nuevo modelo” de Cromwell, conquistando las naciones que recientemente habían sido incorporadas. La revolución significa una transformación sustancial de la forma en la que se organiza la monarquía inglesa. Hay que tener en cuenta el proceso que va de 1658 a 1660, la última fase del Protectorado británico. El Protectorado se había centrado en una política militar muy costosa, debido a los grandes ingresos obtenidos tras la guerra. Cuando el gobierno del lord Protector se empieza a quedar sin dinero, el parlamento irá separándose más de él. Inglaterra tuvo suerte debido a su condición insular, centrándose en mantener la marina y en las iniciativas privadas en la política naval, como lo corsarios; sin embargo, sus ejércitos siempre habían sido reducidos y poco costosos. El ejercito nuevo modelo de Cromwell es más numeroso y conoce la necesidad de modernización y organización, debiendo el parlamento aportar fondos, asemejándose la etapa final del protectorado de Cromwell más a una dictadura militar. A la muerte de Oliver Cromwell en 1658, su hijo, Richard Cromwell empezará su gobierno con serios problemas. Richard se ve incapaz para controlar al ejercito y para pagarle, teniendo conflictos con el parlamento por el hecho de que la cámara quería controlar al ejército, obligando a Richard a disolver el parlamento. En el año 1659, Richard Cromwell dimite y a partir de ese momento se produce una situación de desgobierno, asistiéndose a un cansancio notable por todos los eventos ocurridos anteriormente, destacando el “pánico social” que se produjo en 1660. Se buscará volver a la estabilidad con la restauración de la monarquía. Se va a producir la penetración en tierras inglesas por parte de tropas posicionadas en Escocia al mando del general Monck, preparando el camino para la restauración, convocándose nuevas elecciones, dando lugar a una nueva mayoría realista. El 4 de abril de 1660 se produjo la Declaración de Breda, hecha en el exilio Carlos II, heredero dinástico de los Estuardo, en donde se compromete a aceptar el hacerse con el poder en condiciones que no supusieran una represalia total para aquellos que intervinieron en la revolución. Para Carlos II era fundamental el hecho que si volvía a Inglaterra no llevaría a cabo una purga contra muchas autoridades revolucionarias. Además, trataba de resolver los problemas derivados de la confiscación y venta de tierras de los realistas. En un primer, el parlamento realista reconoce a Carlos como rey y es proclamado el día 8 de mayo, desembarcando el 23 de mayo en Inglaterra. El rey juzgará a unas cincuenta personas que tuvieron que ver en el asesinato de su padre, aunque solo se ejecutó a trece. Una parte de las tierras confiscadas, como las tierras de la Iglesia, la Corona y algunas familias realistas, volvieron a sus antiguos dueños, pero buena parte de las que fueron vendidas a terceros no pudieron recuperarse. Al ejército que había intervenido en Irlanda se le compensó otorgándole tierras en la isla a los soldados, suponiendo otro problema más en la conflictividad entre ingleses e irlandeses. En donde sí logró una recuperación notable sería la restauración de la Iglesia anglicana. Carlos II era anglicano, aunque se convertirá al catolicismo en su lecho de muerte. Ahora los obispos retornarían a la Cámara de los Lores también. Se reorganizará la Iglesia anglicana, y se buscará la uniformidad religiosa, mediante el Código Clarendon. En 1661 se proclaman elecciones, con el llamado Parlamento Cavalier, el cual duró 17 años, fiel al rey. El reinado de Carlos II (1660 – 1685): La anterior situación de estabilidad temblará con algunas cuestiones que van a generar tensiones, como las características de la fiscalidad en Inglaterra, que otorgan menos ingresos a la corona en comparación a otras monarquías europeas, teniendo una estructura hacendística débil, buscando el rey el apoyo fiscal del parlamento, siendo conveniente resaltar en 1668, en el contexto de las guerras anglo-holandesas, el que una flota holandesa llegó a entrar por el Támesis y casi llegando a Londres. Carlos II lograría involucrar a la población en la política exterior mediante los Tratados de Dover de 1670, desarrollando un cambio en una serie de alianzas entre ellas la alianza anglo-holandesa, logrando Luis XIV que Carlos II llegue a colaborar con él cuando invada las Provincias Unidas, a cambio de recibir 250.000 libras anuales de pensión por parte de la corona francesa. Además, en el permanente y de la armada. Cuando estalla la Guerra de los Nueve Años, Guillermo justifica al parlamento el mantener al ejército y la marina. También se produce un cambio importante en el sistema de financiación, siendo un proceso denominado “la revolución financiera”, que se basará en las ayudas aportadas por el Banco de Inglaterra, creado en 1694, al ejército y la marina; asegurado a su vez el capital bancario por el parlamento, de lo que se podría hablar de la creación de un “estado fiscal militar”, lo que asegura el dominio inglés de los mares. Gran Bretaña: regulación de la sucesión protestante: en 1694 muere la reina María y reina Guillermo hasta su muerte en 1702. Comenzará entonces el reinado de la reina Ana Estuardo junto a su marido Jorge de Dinamarca (1702-1714). El problema es que, si la reina y su esposo fallecían sin descendencia, el trono pasaría a su hermano Jacobo Francisco, que era católico, algo que no se podía permitir. Se llevará a cabo también una regulación del proceso sucesorio, mediante el Acta de Establecimiento en 1701. Por lo que se va a buscar una rama colateral, llegando hasta Sofía Estuardo, nieta de Jacobo I, que era protestante, y que estaba casada con el príncipe Ernesto de Hannover. El principal problema de la desaparición de la dinastía Estuardo es el reconocimiento por parte de Escocia de los nuevos monarcas. Otro conflicto sería el hecho de que Escocia no reconozca a los nuevos reyes pues en Escocia había un parlamento al que no se le pidió aprobación para que llegara el rey, solucionándose mediante la unión de ambos parlamentos, dando lugar al Reino Unido de la Gran Bretaña en el año 1707. Reinado de la reina Ana (1702-1714): es una etapa marcada por la intervención en la Guerra de Sucesión española, apoyando a la Casa de Austria, resultado de todas las tenciones producidas en el siglo XVII en torno a la sucesión de Carlos II. Es un conflicto que realmente hunde sus raíces en las ultimas decisiones del rey Guillermo, pero que se mantiene durante el reinado de Ana. El parlamento estaba dominado por los conservadores, algo que tiene importantes consecuencias en la regulación de la sucesión, pues había un sector que estaba dispuesto a aceptar a Jacobo Francisco como rey. En el año 1707, se produce un cambio fundamental, con la aparición del Reino Unido de la Gran Bretaña, acordado por los parlamentos de Inglaterra y Escocia, lo que va a generar fuerte tensiones a nivel popular entre los escoceses, pues la unión solo disolvía el parlamento de Escocia y lo integraba en el del Reino Unido. Si los parlamentarios escoceses aceptaron esta unión fue solo porque los ingleses tuvieron capacidad para imponer sus intereses, ya que buena parte de los parlamentarios escoceses había invertido en la creación de una compañía comercial, la Compañía del Darién, la cual fracasó y arruinó a la mayoría de los parlamentarios, aprovechando Inglaterra esto ofreciendo subsidios para hacer frente a esto, además de amenazar con cortar el paso de productos escoceses hacia Inglaterra. Se incorporarán 16 lores y 45 comunes escoceses al nuevo parlamento del Reino Unido. Se mantiene la iglesia presbiteriana en Escocia, manteniéndose sin cambios. Nos encontramos a partir de 1707 con una situación inédita, dándose lugar al inicio de la etapa hannoveriana. La etapa hannoveriana: la etapa inicia con Jorge I (1714-1727), hijo de Sofía Estuardo (fallecida en 1714) y Ernesto de Hannover, que tuvo problemas por no saber inglés y por desobedecer varias veces al parlamento, con frecuentes viajes al estado de Hannover. El rey será visto como un forastero, tremendamente impopular, lo que hará que los reyes busquen controlar más el parlamento. Los primeros años de reinado estarán encabezados por el Primer Ministro Stanhope, un whig, siendo una etapa caracterizada por la estabilidad y por el control del Parlamento, aunque su mandato se producirá el fracaso de la Compañía del Mar del Sur, destinada al comercio con el Pacífico Americano, impulsada por el gobierno, y cuyas acciones de la compañía eran mantenidas por la corona, causando una política de ventas que afectará a las finanzas estatales. El control del parlamento se hará mediante el control de las elecciones. Los monarcas Hannover recurren al nombramiento de nuevos lores para reforzar su control en el parlamento, pues en momentos concretos, la Cámara de los Lores puede tener en influencia a la hora de obstruir los procesos de aprobación de las leyes. El final del gobierno de Stanhope se produce por las tensiones derivadas de los intentos del rey de crear nuevos lores, algo que provocará que el primer ministro dimita. Comienza ahora el mandato del Primer Ministro Walpole (1721-1727), también whig, que será un gobierno que intente consolidar a los Hannover fomentando la economía nacional buscando que el país prospere y buscando la paz exterior y la no intervención. Es en este periodo en el que se asiste a un enorme incremento de la actividad naval, para contrarrestar la pujanza marítima francesa; junto a esto, se busca fomentar la industria y el comercio. En 1719 se produce un levantamiento jacobita, el cual recibe apoyos gallegos, pero que fracasa. A la muerte de Jorge I, lo sucederá su hijo, Jorge II. El reinado de Jorge II (1728-1760): será un reinado de continuación en el que se mantendrá a Walpole, junto a la política de control electoral. La prensa se convertirá en un poder de importancia política creciente, y que pone de manifiesto el cómo la vida política inglesa, pese a estar controlada, tiene válvulas de escape. Al no intervenir Inglaterra en los asuntos europeos, Francia comenzará a expandir su influencia, mediante los tratados familiares con España. Esto genera conflictos, iniciándose así la segunda fase en 1742, iniciados en 1744, como la Guerra del Asiento, llevada a cabo sobre todo en América. Tras la guerra, se produce la caída de Walpole y el inicio de una nueva Rebelión Jacobita en Escocia liderada por Carlos Eduardo Estuardo, “el joven pretendiente”. El reinado de Jorge III (1760-1811): fue un rey muy bien recibido, siendo el primero de los Hannover en haber nacido y haberse formado en Inglaterra. Esta será una etapa de reforzamiento de la autoridad real. Va a insistir mucho en la capacidad de nombrar gobiernos al margen del parlamento, con una sucesión de gobiernos tories y whigs. Va a tener que hacer frente a problemas de distinto signo, destacando el inicio de la crisis en las colonias norteamericanas. Es en 1770 cuando, tras el nombramiento del Primer Ministro North, un ultraconservador, en donde se alcanza el mayor nivel de control real. En 1763, el rey logra, tras la Paz de París, poner fin a la guerra con Francia. Además, el radicalismo comenzará a cobrar fuerza en el parlamento inglés. La situación empeora en 1788, cuando el rey cae enfermo y es incapaz de gobernar, siendo importante porque se cede teóricamente la regencia al Príncipe de Gales, pero Jorge III volverá a retomar el poder, solo que sin intervenir en los asuntos políticos, con una novedad importante, que sienta las bases del sistema parlamentario tal y como lo conocemos, y es que el gobierno ahora será designado por la mayoría del Parlamento, siendo ahora los ministros y el primer ministro responsables ante el parlamento. Todo esto generará una enorme estabilidad política. Otro acontecimiento importante será la unión con Irlanda en el año 1800, uniendo su parlamento al del Reino Unido. La evolución política de Francia: El grueso de la evolución política aparece vinculado al rey Luis XV, que reinó de 1715, con la muerte de Luis XIV, hasta 1774. El final del reinado de Luis XIV (1700-1715): hay una complicación por la situación internacional, por la Guerra de Sucesión de España provocando problemas hacendísticos. El punto de inflexión de la guerra será 1706, pues hasta ese momento los franceses lograban resistir, pero a partir de esta fecha, claramente, se vio que era inviable y a partir de ese momento Luis XIV comienza a empezar las negociaciones de paz. A la altura de 1710-1711, se produce “el gran invierno”, provocando una hambruna enorme. Se va a producir un rebrote del problema jansenista, que será abrazado muy pronto por los parlamentarios franceses, pasando de ser un problema religioso a tener tintes políticos. En 1687, Pascual Quesnel publica su obra Reflexiones morales, en donde recoge las tesis de Jansenio. Buena parte del alto clero francés abrazará el jansenismo, pero el Papa en 1713 lo condenará mediante la Bula Unigenitus. Algunos miembros del alto clero, como el Cardenal Noailles van a rechazar esta bula, lo que provoca que se le quite su cargo. El rey se propone convocar un concilio, pero no lo logra al morir antes de llevarlo a cabo, surgiendo la facción de “los apelantes”, que apelaban, valga la redundancia, a que se realizara dicho concilio. Las crisis de subsistencia, junto a este rebrote y a la “derrota” francesa contra los Austrias, provocará un gran malestar general. Vemos precondicionantes a la revolución en el reinado de Luis XIV, como el antagonismo social y el malestar económico. Luis XV (1715-1774) comenzó a gobernar con solo 5 años de edad, esto debido al fallecimiento continuo de varios herederos al trono, por la crisis ocurrida entre 1710- 1711, muchos de ellos por viruela. En 1711, murió el hijo de Luis XIV, y su nieto, Luis, duque de Borgoña, muere en 1712, siendo este hermano del rey Felipe de Anjou. El heredero de Luis XIV será entonces su bisnieto, Luis, duque de Anjou, sustituyendo a su bisabuelo Luis XIV el 1 de septiembre de 1715. Se va a plantear una sucesión controlada, debido a la desconfianza hacia su sobrino, Felipe, el duque de Orleans, que tenía expectativas y buscaba aspirar a gobernar y cambiar la política nacional impuesta por Luis XIV. Se va a establecer un Consejo de Regencia, en donde estaba Felipe de Orleans, pero sin ser regente único. Felipe buscará el apoyo del parlamento de París para lograr que el testamento del rey no se cumpla, para así poder ser él el regente único. Emmanuel Le Roy Ladurie, de la Escuela de Annales, distinguió entre: la regencia liberal y la regencia autoritaria. La regencia liberal (1715-1718): Una de las primeras medidas tomadas por el regente Felipe va a ser el devolver al parlamento la capacidad de reconvención. Esto lo hacía para acabar con las medidas llevadas a cabo por su tío, siendo apoyado por las élites poderosas del país. También trasladará la corte a París, junto a la sustitución de las
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