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apuntes random no hacer caso solo es para tener puntos y descargar un archivo bla bla bla, Apuntes de Matemáticas

hola que tal no hacer caso solo es para tener puntos y descargar un archivo bla bla bla

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 17/05/2022

noah-gil-gonzalez
noah-gil-gonzalez 🇪🇸

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¡Descarga apuntes random no hacer caso solo es para tener puntos y descargar un archivo bla bla bla y más Apuntes en PDF de Matemáticas solo en Docsity! Gobemanza: entre el mercado y la política, las redes Para quienes adoptan este punto de vista, la gobemabilidad —entendida como grado de aceptación social de las políticas públicas— no sería un mérito propio del sistema político, ni dependería exclusivamente de la actividad institucional. Desde esta nueva perspectiva, la capacidad de dar satisfacción a las demandas sociales se atribuye ahora, no sólo ni especialmente al sistema político, sino a la acción combinada de un conjunto más amplio de actores. Entre ellos figuran ciertamente las instituciones políticas, pero sin disfmtar del protagonismo que le habían concedido los tratamientos tradicionales.Para expresar esta diferencia de aproximación, se puso en circulación por entidades financieras intemacionales —el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional—, algunos académicos y un gmpo de dirigentes políticos el término inglés govemance, que traducimos aquí por gobemanza. ¿Cómo tra d u c ir governanc^ La traducción de govemance ha planteado problemas. En las lenguas la- tinas se ha equiparado alternativamente a gobiemo, gobemabilidad, ca- pacidad de gobiemo, dirección, gestión, coordinación, etc. Así, uno de los textos más difundidos que usa el término es el informe titulado Our Global Neighbourhood, publicado en 1995. Este informe es el resultado de los trabajos de una comisión internacional de políticos y académicos, creada en 1991 por iniciativa del político socialdemócrata alemán Willy Brandt. La denominación oficial de la comisión era Comission on Global Gover- nance, que fue traducida al castellano como «Comisión Intemacional de Gestión de los Asuntos Públicos Mundiales». Esta diversidad de traduc- ciones denota ya una incomodidad conceptual, porque se atribuye al con- cepto un contenido valorativo de carácter positivo. En ediciones anterio- res, acudimos al término clásico «gobemación». Sin embargo, el neolo- gismo «gobemanza» ha sido recientemente admitido por la Academia de la Lengua Española, a la que nos sometemos en el texto de esta obra. GOBERNABILIDAD Y GOBERNANZA 4 2 9 ¿Qué se entiende, pues, por gobemanza? A diferencia de la coordinación por el mercado —basada en una presunta armonía espontánea de los intercambios económicos que tienen resultados beneficiosos para todos— o de la coordinación por la política —que se funda en la imposición jerárquica desde el poder—, la gobemanza equivale a la coordinación social que nace de la interacción constante entre agentes de todo tipo. Una política económica, por ejemplo, no vendría definida por el ministerio de economía de un gobiemo determinado, sino que sería el resultado de intercambios, negociaciones y ajustes entre confederaciones patronales, instituciones financieras, sindicatos, las agencias intemacionales (Banco Mundial, el Fondo Monetario Intemacional), las organizaciones supraes- tatales (la Unión Europea, la Organización Mundial del Comercio, etc.), las asociaciones de consumidores, los gobiemos locales, etc. Así pues, mientras la noción de gobernabilidad estaba vinculada a la aptitud de dirigir que es propia del sistema político, el concepto de gobemanza se asocia a la capacidad de autocoordinación propia de redes constituidas por una variada constelación de organizaciones y entidades privadas y públicas, estatales y transestatales.• Según este análisis, la gobemanza —o capacidad de autocoordinación de la propia sociedad— no depende de instituciones o reglas formales, sino que brota de un ajuste continuo entre sujetos colectivos e individuales de todo tipo. No presupone la existencia de un centro director —desde el que se ejerce poder o liderazgo político—, sino que se configura como una trama de intercambio de recursos. No se basa, por tanto, en una relación de dominación jerárquica, sino que resulta de una acomodación o negociación constante entre las conveniencias e intereses de todos los que forman parte de la red. En resumen, puede decirse que gobemanza equivale a coordinar sin coordinador o —como se ha escrito— a «gobemar sin gobiemo» (Rhodes). 4 3 0 LA POLÍTICA COMO RESULTADO La tesis de la gobemanza: diagnóstico e ideología La irmpción del concepto de gobemanza no puede desligarse del cambio de época representado simbólicamente por la fecha de 1989. En dicho año se dermmba el muro de Berlín y se desmantela el telón de acero que separaba materialmente dos visiones político-económicas de lo que debe ser la sociedad: la que encamaban las poliarquías liberal-democráticas y la que representaban los regímenes autoritarios del socialismo estatalista. Este doble acontecimiento —considerado como el punto final del siglo xx (Hobs- bawn)— debilitó la idea de gobiemo como centro director de la política y, con ella, de la cohesión social.Por una parte, revelaba la incapacidad del modelo centralizado, jerárquico y dirigista del sistema soviético que pretendía organizar la sociedad y la economía desde la política. Por otra parte, ponía fin a la «guerra fría» entre el bloque occidental y el bloque oriental, una gran confrontación de carácter ideológico y estratégico en la que jugaban un papel central las instituciones políticas —especiíilmente líis militares— de uno y otro lado. Acabado el conflicto, se debilitaba el protagonismo de los respectivos sistemas políticos. Tanto en sus aspectos intemos —fracaso de la intervención soviética en la economía— como extemos —menor importancia de las funciones militares y de propaganda política—, el papel propio de las instituciones gubemamentales parecía pasar a un segundo plano. De este modo, la caída de los regímenes comunistas no afectaba únicamente a las sociedades que los habían experimentado o padecido, sino también a los estados que los habían combatido.En este contexto surge la idea de la gobemanza como mecanismo al- temativo o sustitutorio del gobiemo. Pero el uso de esta idea tiene un doble carácter Hay quien utiliza esta noción para describir una situación y hay se detectan estas dinámicas de «gobemanza»; por el contrario, es en algunos de estos países donde más ha aumentado la profundidad de las fracturas sociales tradicionales y donde han aparecido otras nuevas. GOBERNABILIDAD Y GOBERNANZA 433 Las POLÍTICAS PÚBLICAS DE LA GOBERNANZA COMO «COPRODUCCIONES» Lo que el concepto de gobernanza ayuda a poner de manifiesto es el he- cho de que algunas políticas públicas se han convertido en «coproduccio- nes»; en su definición y aplicación participan igualmente las instituciones públicas, otros agentes sociales y los propios destinatarios o beneficiarios de las mismas. Algunos ejemplos de esta interdependencia se hallan en ciertas reformas del estado del bienestar, en las que la definición y aplica- ción de políticas con-esponde a redes que incorporan organizaciones pú- blicas, mercantiles y voluntarias. Ya hemos mencionado el caso de la pres- tación de algunos servicios de asistencia a la tercera edad. Pero también se detectan otros casos. En algunos países, la política educativa tiende a orientarse menos desde el gobierno y más desde un entramado institucio- nal complejo. En este sistema plural de actores tienen un papel las admi- nistraciones estatal y local, las escuelas públicas, las confederaciones de escuelas confesionales y mercantiles, las organizaciones de padres de fa- milia, algunas agencias autónomas, los expertos en materia educativa, de- terminados sectores empresariales, etc. Se acepta que ninguno de los ac- tores tiene por sí solo la capacidad y los recursos para resolver los proble- mas planteados en el ámbito educativo. De la interacción entre todos ellos se desprende finalmente la fijación de objetivos educativos, la ordenación de los planes de estudio, la distribución de recursos económicos y huma- nos, etc. Lo mismo puede decirse sobre las políticas de regeneración de guetos urbanos emprendidas en algunas ciudades. Con objeto de poner fin a la degradación —económica y social— de sus antiguos centros, los gobiernos municipales y sus agencias, las administraciones estatales y europeas, las asociaciones de comerciantes y de vecinos, las organizacio- nes de voluntarios y de beneficencia, las instituciones financieras y los pro- motores inmobiliarios se conciertan para desarrollar planes que engloban diferentes acciones; en el campo urt^anístico —renovación y saneamiento del parque de viviendas— , en el campo educativo y de la animación cultu- ral, en la puesta en marcha de nuevas actividades económicas, en la asis- tencia a grupos de población más vulnerables (mujeres, ancianos, drogo- dependientes, niños, inmigrantes, etc.), en la distribución de incentivos fi- nancieros, etc. Del resultado de estas «coproducciones» se espera un resultado más efi- caz que el que podría derivarse de una actuación exclusiva de las institu- ciones públicas. En todo caso, las instituciones públicas deberán asegurar que la intervención de algunos actores privados con fines lucrativos no perjudique el objetivo público que se persigue y lo someta al interés parti- cular de aquellos actores. ¿Gobernar sin política? La idea de gobemanza —como hemos visto— deja en un segundo plano el papel del gobiemo y del sistema de instituciones públicas en su conjunto. ¿Hasta qué punto acaba prescindiendo de la misma noción de política? Se niega efectivamente al sistema político una posición preferente o central en estas redes autoorganizadas. Estas redes se guían, en teoría, por la acomodación recíproca entre sus miembros, no por la conformidad a órdenes recibidas de un actor principal. Se conciben como sociedades poli- céntricas —o incluso como sociedades «sin centro»—, que pueden ordenar su actividad sin necesidad de un agente especializado y autónomo, tal como pretendió el estado en contraposición a otras formas anteriores de organización política (IL6).¿Debe entenderse, pues, que el ajuste o la acomodación entre los actores sociales hacen innecesaria la existencia de un poder vinculante? ¿Hasta qué punto puede prescindirse de una autoridad política dotada de capacidad para emitir normas obligatorias y para aplicar sanciones a quienes las infringen? En realidad, buena parte de los análisis basados en el concepto de gobemanza siguen reservando un lugar para las instituciones políticas —o para el gobiemo, entendido en su acepción anglosajona—. Pero ya no es un lugar central. No es el puesto de mando, desde donde se controlaría —o se intentaría controlar— la acción de los demás sujetos colectivos. • La función del sistema político estatal es, en este planteamiento, menos dirigista y más catahzadora: en lugar de actuar en situación de monopolio o de exclusiva, se esfuerza por favorecer y estimular la intervención de otros actores sociales. Le corresponde la identificación de las oportunidades de acción y de los actores relevantes, el incentivo a la constmcción de alianzas entre los mismos y la creación de condiciones favorables en el entomo legal. Se asigna al sistema político una función habilitadora, que facilita la acción de otros sin imponerse sobre ellos. Con ello se le reconoce una posición de primas inter pares entre una pluralidad de actores interdependientes (Jessop).• Al mismo tiempo se atribuye a la autoridad política la facultad de actuar como árbitro en las disputas que puedan surgir en el seno de la red. Y se le asigna también la capacidad de reforzar la posición de los elementos más débiles de esta misma red en beneficio de la cohesión general. Por esta doble razón, su función no es secundaria, aunque se contemple como un último recurso. La gobemanza, pues, como sistema de autocoordinación se desarrollaría «a la sombra de la política», lista para reaparecer en primer plano cuando se dan situaciones críticas en las que fallan los mecanismos autónomos de gobemanza (Scharpf). Estas situaciones críticas son justamente las que se producen cuando hay desacuerdo sobre los objetivos últimos de una intervención colectiva. O, en otras palabras, cuando hay conflicto sobre la distribución de valores 434 LA POLÍTICA COMO RESULTADO y de recursos entre los actores. En estas ocasiones, la política —como medio de imponer arbitrajes obligatorios— recupera su posición central y se hace imprescindible para mantener el grado suficiente de cohesión social, que ni las transacciones del mercado ni la autoorganización de redes sociales son capaces de asegurar. GOBERNABILIDAD Y GOBERNANZA 4 3 5 Gobemanza y política democrática Esta revisión del papel de las instituciones políticas y de la política misma tiene también importantes consecuencias para la democracia. Si muchas decisiones de proyección social dejan de ser imputables a un sujeto o a una institución y se presentan como el resultado casi espontáneo de la acción combinada de múltiples actores, ¿a quién pediremos cuentas por los efectos de dicha acción? ¿Quién asumirá la responsabilidad por los resultados —positivos o negativos— de la misma?Es fácil darse cuenta de que una relativa evaporación de la política —o su retirada a un segundo plano— diluye también las posibilidades de intervención democrática: la petición de una clara rendición de cuentas —la necesaria accountability de los actores políticos— no encontrará un destinatario preciso. La red autocoordinada puede hacer inoperantes los mecanismos formales de responsabilidad democrática, propios del gobiemo representativo. Los miembros —públicos y privados— de dicha red tendrán facilidades para traspasarse las responsabilidades de unos a otros en una meda sin fin y sin que nadie pague finalmente por las consecuencias negativas de los resultados. Por ejemplo, ¿a quién cabe pedir cuentas por los efectos de una crisis bancada intemacional o por el despido masivo de los asalariados de un determinado sector industrial si son «los mercados» los que imponen a los estados ciertas políticas macroeconómicas y sociales? Igualmente, ¿qué control político pueden ejercer los miembros de un parlamento estatal si aquellas políticas son, por ejemplo, resultado de acuerdos entre la Unión Europea y la Organización Mundial del Comercio?¿Existe alguna posibilidad de reaccionar ante una situación en la que una presunta volatilización de la política diluye también las posibilidades de control democrático? • Para unos, la dificultad de identificar a un agente responsable entre la multitud de miembros de la red autoorganizada se compensa con las mayores posibilidades de intervención popular que esta red ofrece. Cada ciudadano puede ahora acceder a dicha red —y, por tanto, influir en sus resultados— en función de muchos títulos y condiciones: como elector o afiliado a un partido, sindicato o entidad patronal, como simpatizante de una organización no gubemamental, como miembro de una asociación de usuarios o consumidores, como integrante de una entidad vecinal, etc. Según esta visión y desde cada uno de estos puntos de acceso a la red, el ciudadano individual tendría más oportunidades para intervenir y controlar el proceso y los resultados de la gobemanza, ejerciendo de múlti-
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