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Apuntes resumen sobre Platon, Apuntes de Historia de la Filosofía

Apuntes resumen de Platón (repaso EBAU)

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 20/05/2024

andrea-daniela-vega-porras
andrea-daniela-vega-porras 🇪🇸

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¡Descarga Apuntes resumen sobre Platon y más Apuntes en PDF de Historia de la Filosofía solo en Docsity! Ontología y conocimiento  Platón propone considerar el mundo desde dos perspectivas distintas, diferenciando para ello entre kosmos noetós o mundo inteligible y kosmos aisthetós o mundo sensible.  El mundo inteligible consta de esencias eidéticas o Ideas. Las Ideas son esencias, esto es, aquello que hace que una cosa sea lo que es, la determinación en sí de cada cosa. La Idea de Belleza, por ejemplo, es aquello por lo cual las cosas son bellas y la idea de mesa es aquello que nos permite reconocer a las mesas, por más variedad que exista entre ellas, como mesas.  Las Ideas existen autónomamente. Son esencias eternas que permanecen idénticas a sí mismas e incluso persisten cuando no hubiera nada ni nadie actualizándolas o representándolas en el mundo sensible, conservando así la posibilidad de que algo extinto temporalmente, vuelva a aparecer. Son entidades que poseen existencia real e independiente aunque se expresan a través de las cosas del mundo sensible. También podemos decir que atraviesan los cuerpos del mundo sensible dándoles concreción, determinación y destino. Sólo pueden ser conocidas por la inteligencia o por intuición intelectual (noesis).  Podemos comprender mejor el postulado platónico del mundo intelectual si tenemos en cuenta el peso que tenía, en su época y en su pensamiento, la geometría. La forma circular de un objeto sensible nunca corresponde exactamente a la definición que del círculo dan los geómetras. Sólo hay aproximaciones en el mundo sensible. Si no existieran más que objetos sensibles, la geometría, la matemática, no tendrían objeto. Según Platón, la seguridad del saber depende de la realidad del objeto sobre el que versa. Por tanto, han de existir objetos que correspondan exactamente a las definiciones de los geómetras. Pero, aunque se inspire en la geometría, la teoría de las Ideas no se limita dicho campo sino que lo abarca todo, incluido el campo de la política. Nuestro conocimiento de las Ideas es lo que nos permite hablar conceptualmente de los individuos sensibles y, así, identificarlos y captar lo que tienen en común y lo que los diferencia, así como lo que cada uno tiene de universal, eterno y necesario. Pero los objetos materiales y sensibles sólo participan de las Ideas imperfecta y fugazmente. Por ello el conocimiento que de ellos tenemos es siempre imperfecto y fugaz. El verdadero conocimiento es perfecto y permanente, de formas inteligibles.  El mundo sensible es mudable, es el lugar del nacimiento y la corrupción, del devenir, de la contingencia y del cambio y está sujeto al tiempo cronológico.  La relación entre los objetos del mundo de las Ideas y los del mundo sensible son de participación (methesis) o imitación (mímesis). Se entiende bajo el esquema de modelo-copia. Las cosas del mundo sensible aspiran o pretenden, por decir de algún modo, la perfección de la idea, que actuaría como causa y modelo de lo que serían tan solo reflejos, sombras o copias.  La relación principal entre las ideas es de ensortijamiento (symploké): Ni todas las Ideas están en conexión con todas ni todas están desconectadas respecto de todas. Se relacionan entre sí como las palabras: unas refieren y se definen por otras, por su relación con las otras, formando una estructura funcional y compleja. El conocimiento de la symploké de las ideas es la dialéctica, que define cada cosa por lo que es y por lo que no es. El conocimiento de las Ideas consiste en contemplar la interdependencia de las determinaciones, siendo la determinación última, la causa primera y límite de cualquier pensamiento, existencia y demostración, la Idea del Bien. Con la dialéctica ascendente nos elevamos de idea en idea hasta la Idea de Bien. Vamos de lo múltiple a lo uno. Con la dialéctica descendente, vamos de la Idea de Bien hasta las diferentes Ideas y de estas hasta los objetos sensibles.   La Idea de Bien es el arjé de Platón (cercano al logos de Heráclito o al ápeiron de Anaximandro). Desde el punto de vista del conocimiento, es indemostrable porque es el primer principio, desde el que toma sentido todo lo demás. Si comparamos el camino del conocimiento con el ascenso por una montaña, la Idea de Bien no sería una idea más sino la perspectiva u horizonte que se alcanza cuando llegados a la cima y podemos echar la mirada hacia abajo y ver todas las cosas descubiertas, una por una, en su relación e interacción con las demás, de forma ecosistémica.  En el Libro VII de la República traza unos grados del saber, que se ordenarían así, desde el más imperfecto hasta el más perfect: La Doxa comprende la Eikasia, el conocimiento por imágenes, y el más imperfecto; y la Pistis, que es el conocimiento propio de los físicos, de animales y otras entidades de la naturaleza y el primer estadio, efímero e insatisfactorio, que nos empuja hacia la episteme en tanto que deseamos conceptuar y clasificar estas entidades naturales.  La Episteme se divide en Dianoia, conocimiento discursivo o por hipótesis, propio de lo geómetras, que todavía usan diagramas sensibles; y  Noesis o intuición inetelectual que capta se orienta habia la Idea de Bien, arkhé anhypotheté, punto de partida no hipotético.   En el diálogo Menón aparece la teoría de la reminiscencia que afirma que aprender es recordar. Esta teoría también aparece en el Fedón y en el Fedro. En estos dos últimos diálogos se añaden dos precisiones importantes: El alma conoció las Ideas en una existencia anterior separada del cuerpo y ese conocimiento fue posible porque el alma es ideal, pertenece al mundo de las Ideas; y dado que las cosas imitan a las ideas, el conocimiento sensible sirve como ocasión para el recuerdo (anámnesis).  La consecuencia pedagógica parte de que no se puede introducir en la mente un conocimiento que antes no estaba allí pues ¿cómo se puede buscar lo que no se conoce? ¿cómo reconocer que se ha encontrado lo que se buscaba, si no se conoce de antemano lo que se buscaba? En este momento surge el episodio del esclavo que, bajo el impulso de las preguntas de Sócrates, llega a descubrir un teorema de geometría que no se conocía. Aprendió por sí mismo esa ciencia y, por tanto, hubo de aprenderla en un tiempo diferente, cuando aún no era hombre, en ese tiempo que Platón llama el tiempo eterno. El amor es también una vía de acceso a lo inteligible, un medio de ascender a las Ideas. Se trata de una dialéctica pasional. En el amor, tal y como se relata, a través del personaje de Diótima, en el Banquete se produce una ascensión desde las cosas sensibles hasta la Idea de la Belleza, desde la atracción sexual y amorosa que provocan en nosotros los hermosos cuerpos, atracción que, convenientemente sublimada, puede impulsarnos hacia, pasando por el amor hacia las bellas almas, a la contemplación de las Ideas mismas, máxima aspiración del filósofo.. El amor platónico es ascensión hacia la Belleza. El Lisis es un diálogo que versa sobre la philía, amistad, que es una búsqueda del bien, por una intuición divina. La causa de la amistad es el deseo y el deseo es deseo de lo que nos falta, pero si una cosa nos falta es porque nos es familiar, debe pertenecernos, ya que si no, no sentiríamos esa falta como carencia a rellenar.   Psicología platónica (antropología filosófica) Para Platón el alma (psyké) es eterna. La doctrina platónica sobre el alma se halla dispersa en diversos diálogos. En Fedón habla sobre la inmortalidad del alma, en el contexto de las últimas horas de Sócrates. Sócrates no teme la muerte pues ha pasado su vida cuidando adecuadamente de su cuerpo para poder desentenderse durante lapsos de tiempo más largos de él, y dedicarse a los asuntos esenciales del alma esencial. Así, la filosofía es una meditación para enfrentar la muerte.  Sócrates la muestra mediante cuatro argumentos: para la inmortalidad del alma: El primero es heraclitiano: si la muerte viene de la vida, y la vida viene de la muerte, como el sueño de la vigilia y la vigilia del sueño, al morir sigue siempre el revivir ya que si no, todo acabaría por estar muerto.  El segundo argumento procede de la teoría de la reminiscencia: Tenemos nociones previas (como la de igual a) que no obtenemos de la experiencia y que recordamos, entonces, de antes de haber nacido, cuando nuestra alma conoció lo igual en sí. El tercer argumento dice que solo lo que está compuesto puede descomponerse, como el cuerpo, mientras que el alma permanece pura porque es simple e irá pasando de un cuerpo a otro para deshacerse de la complicación con los deseos físicos. Platón reintroduce aquí la consideración de la metempsícosis pitagórica.  El cuarto argumento, parte del problema de la participación de lo sensible en lo inteligible: la incompatibilidad entre la muerte y lo que participa de la vida, es decir, el alma, que participa esencialmente de la forma de la vida, implica que esta es inmortal: no puede participar de la muerte. Platón hace una tripartición del alma y sus virtudes: Alma racional o razón: se encarga del conocimiento y apunta a la IDEA DE BIEN. Su virtud es la sabiduría (Sofía); Alma concupiscible o aptetito: se encarga de satisfacer las necesidades del cuerpo al que está ligada. Si es virtuosa será moderada (Sofrosine); Alma irascible o ánimo: se encarga de que el apetito se modere para obedecer, en la mayor medida posible, el cometido del saber, de la razón, del que es como su brazo armado. Su virtud es la fortaleza (Andrea) y la de lo concupiscible es la templanza, la moderación (Sofrosine). Pero la virtud más importante de todas es la justicia que nace cuando dada una de las partes del alma cumple bien su tarea.  Filosofía política La sabiduría o prudencia es la capacitación política. Es una virtud intelectual cuyo objeto es el bien general de la ciudad para que alcance el bien que le es propio. Así, los gobernantes deberían de ser aquellos ciudadanos en los que prevalece la razón.  La valentía o fortaleza es el conocimiento de lo que debe o no ser temido. Sólo es opinión correcta sobre las cosas a temer. Tal opinión tiene que ser firme, pistis. Por ellos, deberían ser militares o guardianes auxiliares aquellos en quienes predomina el ánimo o alma irascible. 
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