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Apuntes sobre las ideologías de pensamientos, Apuntes de Filosofía

Apunte sobre las principales generalidades y características de las ideologías de pensamientos para la filosofía.

Tipo: Apuntes

2015/2016

Subido el 26/01/2016

chicamorena
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¡Descarga Apuntes sobre las ideologías de pensamientos y más Apuntes en PDF de Filosofía solo en Docsity! El pensamiento basado en ideologías sin pensamientos El pensamiento La vida cotidiana, la más ordinaria, la lleva a cabo el hombre, en gran parte gracias a sus pensamientos; la formidable red de relaciones que los hombres van tejiendo a partir de los primeros núcleos, está constituida por los pensamientos que los hombres han elaborado y continuamos elaborando. En efecto, el hombre, gracias a sus pensamientos, ha sido capaz de elaborar la ciencia o mejor si se quiere, el conjunto de ciencias y los derivados de las misma, que en su conjunto conocemos con el nombre de técnica. Los pensamientos constituyen, por así decirlo los fundamentos mediante los cuales el hombre constituye su vida intelectual. Todo e cúmulo de conocimientos que va pasando a través de las generaciones, se puede realizar debido a los pensamientos que todos los hombres los más notables de entre los que han vivido han concebido. DEFINICION DEL PENSAMIENTO Son diversas las definiciones que existente acerca del pensamiento; esto se comprende perfectamente, ya que depende del aspecto primordial que en el se considere, de la misma manera que un determinado objeto puede ser visto de diferentes maneras por una serie de personas, dependiendo del ángulo de la distancia desde el cual dicho objeto es observado. El pensamiento, pues, puede ser considerado observado intelectualmente desde diferentes perspectiva; la definición que del ser de puede ser distinta con relación a otra definición que se situé desde un punto de vista diferente. La lógica, cuando menos la parte formal de la lógica, dedica su atención a los pensamientos mismos, de esto o de aquello. Vacía de contenido a los pensamientos y los estudia en su generalidad, dedicando particular atención a las formas de los mismos. Cuando forma cúmulo la proposición: “La luz es energía”, estoy expresando un enunciado cuya significación concreta y cabal comprensión corresponde a una determinada rama del saber humano la física. Ahora bien, lo que interesa esta rama del saber humano es que la luz sea un tipo de energía; pero cuando en lógica formulo la aseveración anterior. Ciertamente que la lógica, al igual que las demás ciencia, es un conjunto de pensamientos; pero la lógica toma en cuenta los pensamientos mismos los pensamientos en si, haciendo abstracción de lo que estos pensamientos señalen, mientras que las otras ciencias atienden particularmente a los objetos referidos o designados por los pensamientos, haciendo, por parte, abstracción de los pensamientos mediante los cuales mencionamos lo que mencionamos. Podría decirse que la lógica generar es totalmente formal se refiere a los pensamientos en general; por el contrario, las lógicas particulares, especiales lo que actualmente se denomina la metodología tratan a los pensamientos en su calidad de formas, pero no en su generalidad mas completa, sino en cuanto que son formas especiales, forma de un determinado ámbito del saber humano. Así tenemos formas de los objetos de las ciencias de la naturaleza, formas de las ciencias matemáticas, etc. El pensamiento puede ser considerado desde dos puntos de vista: Como la actividad, como la acción por la cual el hombre puede entender lo que tiene enfrente de si: las personas, las cosas, las relaciones que entre estas se dan. El hombre puede, igualmente, dotar de significado a lo que le rodea, puede también captar sentidos en lo que se le presenta. Todo lo anteriormente mencionado indica que el hombre, al pensar, no solamente es pasivo, no solamente recibe las impresiones sensibles de lo que le rodea. Como resultado de esta actividad intelectual del hombre. En este sentido podríamos decir que los productos de su acción constituye los pensamientos; de tal suerte que el hombre, cuando formula un juicio, cuando elabora un razonamiento, lo lleva a cobo mediante pensamientos. Pensamiento podría ser considerado como la actividad intelectual que realiza el hombre a través de la cual entiende, comprende, capta alguna necesidad en lo que le rodea. Pensamientos serian los resultados de su pensar: conceptos, juicios, raciocinios. Diferentes concepciones de la lógica Para una concepción materialista dialéctica, tanto de las ciencias como de la realidad lo que se piensa con respecto a la lógica y a los pensamientos no coincide enteramente con lo que acabamos de decir. Esta concepción sostiene que todo pensamiento es movimiento, de tal manera que el pensamiento que se detiene genera productos: obras, textos, ideologías, verdades; pero al hacer esto ha dejado de pensar, es decir, el pensamiento ha dejado de existir. Todo pensamiento se movería dentro de determinados cuadros, con relación a ciertos polos o puntos de referencia (el análisis y la síntesis). Esta concepción reconoce que las concepciones no materialistas, las concepciones no dialécticas de la lógica, examinan estos polos o puntos de referencia, pero en general son examinados aisladamente, es decir, que no se analizan con profundidad las cosas ya que la opocision de estos dos punto de referencia o polos constituyen precisamente, en un análisis minucioso su enlace. Así las parejas de términos polares, los términos opuestos, descipnan “momentos” fases del pensamiento y se encuentran en disolublemente ligados entre si. Existe también la concepción distinta de la que inicialmente señalábamos que sostiene que el pensamiento vendría a ser simplemente una especie de nombre, de etiqueta, con relación a los objetos mencionados por los mismos. Esta forma de interpretar a la lógica, esta forma de considerar a los pensamientos, sostiene que a pesar de que la lógica es una de las disciplinas intelectuales más antiguas, todavía subsisten multitud de opiniones diversas acerca de si los conceptos y principios que ella maneja pertenecen o no a la misma lógica. Una de las consecuencias de esta concepción tanto de los pensamientos de la lógica general, es que las elaboraciones lógicas o científicas que manejamos son en realidad convenciones que hemos elaborados acerca de cómo manejar cientos símbolos, proposiciones leyes y verdades; otra consecuencia se debe al habito psicológico que hemos contraído por la fuerza de la costumbre. Teniendo cada cual diferentes factores de pensamientos, obvio que cada uno de los sujetos tenga pensamientos diferentes. Pero, y esto podemos constatarlo con facilidad, los pensamientos expresados a través del lenguaje tienen exactamente en todos los que expresan sus pensamientos, el mismo tipo de estructura, el mismo tipo de molde mental. La lógica tiene como objeto de estudio el pensamiento científico, el tratamiento sistemático de los diferentes tipos de estructura mental, que en todos los sujetos humanos porque estas experiencias que hemos abalados podríamos haberlas realizado en países distintos del nuestro son las mismas. El conocimiento que puede llevar a cabo el hombre mediante los sentidos es diferente del conocimiento que lleva cabo mediante la inteligencia o razón, en virtud de que mediante los sentidos el conocimiento realizado es un conocimiento particular, individual y concreto. En cambio el conocimiento que puede llevar a cabo la inteligencia es un conocimiento de otra especie. Factores del pensamiento Se puede hablar de los factores del pensamiento en múltiples sentidos; en efecto, el termino factor significa o se refiere a algo que hace, a algo que produce, ect. Ahora bien, si nosotros queremos referirnos a aquello que hace, constituye, produce los pensamientos, es claro que podemos señalar múltiples productores del pensamiento. Queremos referirnos en primer lugar, a todo aquello que nos rodea y que de alguna manera causa los pensamientos. Si viéramos otro lugar distinto especialmente del anterior podríamos decir que los sujetos inteligencia solo capta una esencia, una naturaleza, en el juicio se afirma o se niega su existencia. Afirmamos o negamos tal o cual propiedad. Desde luego, el juicioso puede realizarse sino después de que se hayan verificado, al menos, 2 aptos de aprehensión simple: el acto para captar el sujeto y el acto para captar el predicado. Llamamos “pensar” al conjunto de estos actos que el hombre esta en condiciones de llevar a cabo: “pensar, pues, es aprehender juzgar y razonar”. El contenido de un pensamiento es la materia, es aquella sobre lo que versa el pensamiento. FORMAS DEL PENSAMIENTO Por forma del pensamiento se puede entender varias cosas. En efecto, el pensamiento humano es tan rico que puede ser considerado desde distintos puntos humano, es tan rico que puede se considerado desde distintos puntos de vista y en función de ello hablar de las diferentes formas que tiene el pensamiento humano. Relacionado con lo que señalamos en el primer inciso del presente texto, notamos que cada grupo de persona tiene peculiar manera de pensar; y esto es tan patente que casi podemos decir, escuchando a una persona cuando habla cuando expresa sus pensamientos a que grupo profesional pertenece. El estudio que lleva a cabo la ligüística, por ejemplo, consiste entre otras cosas, en analizar estos diferentes tipos de pensamientos; diferentes formas de pensamiento; diferentes formas de pensamiento que es fácil localizar a través de las culturas, a través del tiempo, a través de las civilizaciones, a través de las diferentes profesiones que practica el hombre. La forma de pensamiento es la estructura que tiene el pensamiento sin importar el contenido o materia del mismo: juicios y raciocinios sería una forma de pensamiento. EL SILOGISMO Es una oración, en la que, de algunos presupuestos, se saca necesariamente otro distinto de ellos, y se saca precisamente por ser ellos. Es un argumentación en cuyo antecedente se identifican dos términos a un tercero y en cuya conclusión resultan esos dos términos identificados entre si. Todo silogismo simple tiene tres enunciaciones; la primera que recibe el nombre de premisa mayor, la segunda que recibe el nombre de premisa menor y la tercera, que tiene el nombre de conclusión. Además, todos silogismo tiene tres términos o concepto: el termino medio, que es el que sirve de lazo de unión a los otros dos, el términos mayor, que es el que se identifica en la premisa mayor con el término medio; y el termino menor, que se identifica con el termino medio en la premisa menor. REGLAS DE LOS TERMINOS Primera: En un silogismo simple ha de haber solo tres términos, ya sea que estos se encuentren implícitamente. Segunda: La extensión de los términos de la conclusión no debe exceder la extensión de los términos en las premisas. Tercero: El término medio no debe estar en la conclusión Cuarta: El término medio debe entenderse universalmente por lo menos en una de las premisas. OBJETO DE LA LOGICA Se llama objeto de una ciencia lo que estudia una determinada ciencia. El objeto formal de una ciencia es la formalidad (aspecto) bajo la cual estudia el objeto material de una ciencia determinada. OBJETOS Y DEFINICION DE LA LOGICA El objeto material de la lógica lo constituyen las operaciones de la mente cuando esta raciocina. El objeto formal de la lógica es el orden, la rectitud que la mente debe guardar en su proceso para acceder a al verdad. El fin de la lógica es el raciocinio, el razonamiento; si a tiende e a los conceptos, a los juicios y lo hace con cuidado y meticulosidad lo hace en la mediada en que estos son los elementos del raciocinio. La lógica formal es la ciencia que determina las formas correctas del raciocinio humano. Es la parte de la filosofía que estudia los pensamientos y las condiciones para que estos sean correctos y verdaderos. Tradicionalmente se ha dividido la lógica en lógica formal y lógica material. La formal estudia la forma de nuestros pensamientos; la material estudia la materia de los mismos. Las dos partes de la lógica nos entregan las reglaméntales a las que debemos sujetarnos intelectualmente a lo largo de nuestra actividad racional. Las reglas de la lógica formal tienen como objetivo el que nuestros pensamientos sean correctos. Las reglas de la lógica material, por lo contrario, hacen que nuestros pensamientos sean verdaderos. División general de la lógica Tradicionalmente se ha dividido la lógica en lógica formal y lógica material. La primera la formal estudiaría la forma de nuestro pensamientos; la segunda la material estudiaría la materia de lo mismo. La regla de la lógica forman tiene como objetivo el que nuestros pensamientos sean correctos. Las reglas de la lógica material, por lo contrario, hacen que nuestros pensamientos sean verdaderos. DIFERENCIAS ENTRE IMÁGENES E IDEAS La imagen siempre es producida por la imaginación que es una facultad sensible y orgánica. La idea, por el contrario, es producida por la inteligencia, que es una facultad espiritual e inorgánica. La imagen es la producción de una sensación anterior. La idea intrínsecamente independiente de la sensación. La imagen siempre es particular y concreta. Siempre es la imagen de este objeto, De este animal, de este florero. La idea, por el contrario, es abstracta y universal. La imagen nos permite conocer los accidentes de los seres, de los objetos. Se denomina compresión al conjunto de notas inteligibles que integran una idea. Podríamos decir que es la significación de la idea. EXTENSION La extensión se refiere a la aplicación de la idea. Se refiere al mayor o menor numero de seres a los que se les puede aplicar una idea. Se refiere al conjunto de seres en quienes se encarna la idea. DIVISION DE LAS IDEAS Las ideas pueden dividirse en compresión, extensión y según su grado de perfección. SEGÚN SU COMPREHENSION, LAS IDEAS PUEDEN SER: Positiva, se refiere a una entidad (la idea de luz, la idea de vida) Negativas, si se refieren a una privación (la idea ceguera, la idea de oscuridad, La ida de la muerte). Simples, si es que contienen un solo elemento o característica (la idea de ser). Compuesta, si están formadas por varios elementos (la idea es de hombre). Complejas, si significan varias esencias a su vez (la idea de hombre sabio). Incomplejas, si silo significan una sola esencia (la idea de bestia). Concretas, si la idea en cuestión significa, al mismo tiempo que la esencia; al sujeto que la encarna, al sujeto que la posee cuando menos de una manera implícita (la idea de blanco significa algo, un sujeto, que tiene blancura). Abstractas, si significan una esencia prescindiendo del sujeto que la posee (la idea de blancura es una idea abstracta, ya que la idea no menciona ningún sujeto que posea la blancura). SEGÚN SU EXTENCION LAS IDEAS SE CLASIFICAN EN; Trascendentales. Son las ideas de máxima extensión, pues se aplican a todas las cosas que existen sin ninguna excepción. Universales, se aplican a todos los seres de una misma especie Particulares, si solo se aplican a algunos seres de la misma especie. SEGÚN SU GRADO DE PERFECCION, LA IDEAS SE CLASIFICAN EN: Claras, representan a un objeto de tal manera que se le pueda distinguir de los Demás. OSCURAS, si representan a un objeto pero de manera imperfecta, de tal suerte que no lo podemos distinguir de los demás. DISTINTA, si representan las notas o características esenciales de un objeto o entidad CONFUSA, que representan las notas accidentales de un objeto o ente. Podemos resumir diciendo respecto de la compresión, y extensión de un concepto, que en su doble dimensión compresión, y extensión, es un todo lógico que tiene en si un orden jerárquico de superior a inferior. LA DEFINICION La definición es la respuesta a la pregunta ?que es esto? A esta pregunta se le podrían dar varias respuesta, todas ellas igualmente valida. CLASES DE DEFINICION La definición es de varias clases. Existe la nominal que, a su vez puede subdividirse en etimológica o definición aclaratoria; se da igualmente la definición real que, a su vez, puede ser esencial, descriptiva y genérica. REGLAS DE LA DEFINICION Existe una serie de reglas propia de la definición, de las cuales mencionaremos algunas de ellas. Son reglas que conviene tener en cuenta cuando se evalúen los distintos tipos de definiciones que se manejan. Debe ser breve. En efecto, la definición debe ayudar a la memoria a tener un concepto rápido y útil del objeto; de lo contrario, en vez de aclarar, oscurecería lo que se pretende conocer. Debe ser más clara que lo definido. La razón es obvia; de no ser así, no se lograría el fin de la definición que es aclarar los conceptos, las ideas. 3º.- La idea conservadora.8 4º.- La utopía socialista-comunista. Característica principal de la periodización es que estas etapas pueden estar presentes, coexistiendo, en un momento histórico determinado. De este sucinto esquema de la obra de K.Mannheim podemos extraer, en el campo que nos ocupa de las utopías urbanas, las siguientes consideraciones: * Sólo se pueden considerar utopías urbanas, en sentido estricto, las que pretenden destruir, cambiar o transformar lo urbano, la ciudad, tal y como existe en un momento histórico-social dado; para lo cual, o bien hacen un diagnóstico de los problemas existentes, o bien la diagnosis se centra en aquellos elementos de la ciudad que tienden a negarla.9 El pensamiento utópico urbano lleva dentro de sí la génesis de un nuevo orden urbano; sólo la transformación radical de lo existente y su sustitución complace a la utopía. Esta transformación profunda va enmarcada, necesariamente, dentro de una transformación mayor, total, que afecta a la correlación de fuerzas de los grupos sociales en litigio y, aún más, a la propia concepción del mundo. Las notas, pues, que caracterizan a la utopía son: - Negación del orden/desorden urbano presente.10 - Sustitución de este orden/desorden por un nuevo orden. - La destrucción y construcción de lo urbano es un medio más, o una consecuencia más, de una alteración en las relaciones de dominio de los grupos sociales y de la concepción del mundo. Hay que reseñar, por otra parte, que en la teoría de Mannheim sobre las utopías, éstas se presentan de una forma dialéctica; es decir, la interacción y lucha de unas etapas con otras hace evolucionar el propio pensamiento utópico. * La distinción entre ideología y utopía nos va a permitir diferenciar el pensamiento utópico urbano de las distintas ideologías urbanas que han existido: “Las ideas que, con posterioridad, resultaron haber sido meras representaciones falsas de un orden social pasado o potencial, fueron ideológicas; mientras que aquellas que fueron oportunamente realizadas en el orden social subsecuente, fueron utopías relativas.”11 8 “La mentalidad conservadora, en sí, no posee ninguna utopía.” Idem., p. 303. “...al principio del siglo XIX, el modo de pensar liberal-intelectualista obligó a los conservadores a la interpretación de sí mismos por procedimientos intelectualistas.(...) Con este punto de partida proporcionaron una interpretación intelectual de una actitud ante el mundo, que estaba ya implícita en la conducta real, pero no había llegado a ser explícita todavía.(...) Fue la gran revolución de Hegel edificar, contra la idea liberal, otra opuesta conservadora, no en el sentido de purificar artificialmente cierta actitud y cierto modo de conducta, sino, más bien, en el de elevar una forma de experiencia ya existente hasta un nivel intelectual y en el de subrayar las características distintivas que la contraponían a la actitud liberal ante el mundo. (...) En este caso, la utopía está incrustada, desde el mismo principio, a la realidad existente. A esto, evidentemente, corresponde el hecho de que realidad, el aquí y el ahora, ya no se experimente como una realidad maligna, sino como la encarnación de los más altos valores y conceptos.” Idem., p.305. 9 Ver nota 4 a pie de página. 10 “En este sentido, la correlación entre la utopía y el orden social existente resulta ser de carácter dialéctico. Con ello se quiere decir que cada época permite la aparición (en grupos sociales diversamente localizados) de aquellas ideas y valores en los que están contenidos, en forma condensada, las tendencias no realizadas y no consumadas, que representan las necesidades de esa época. Esos elementos intelectuales se convierten luego en el material explosivo para hacer estallar el orden existente. El orden existente hace nacer utopías que, después, rompen las ataduras de ese orden , dejándole libre para desarrollarse en la dirección del próximo orden de la existencia.” Mannheim, K., p. 268. 11 Idem., p. 274. Siguiendo a Mannheim, pues, podemos afirmar que sólo hemos de considerar utopías urbanas aquellas que han tenido una manifestación real posterior, que han incidido en el planteamiento de la ciudad, o de lo urbano, y en su concepción. Las ideologías urbanas, por el contrario, son sólo una representación de la ciudad desde el punto de vista de lo urbano, condicionado por el interés del grupo social que las produce, que tiende a mantener la posición y el poder, en la estructura social, de ese grupo. Las ideologías urbanas recubren con un manto conceptual, e incluso epistemólogico, los intereses de los grupos sociales dominantes; pero, en ningún caso, transforman la ciudad en un sentido revolucionario, sino, todo lo más, para permitir el funcionamiento de los mecanismos de dominación del espacio por el grupo. Las distintas “lecturas” de la ciudad - sean renacentistas, barrocas, racionalistas, organicistas, etc.- así como las incitaciones a determinadas intervenciones en lo urbano que provocan, son ideológicas desde el punto de vista de que no cuestionan el modelo para ser sustituido por otro o, si lo cuestionan, lo hacen para introducir correcciones “funcionales” en el mismo, las necesarias para permitir el mismo sistema de relaciones de poder en el espacio o afiancen la ocupación y “posesión” del mismo a los grupos sociales dominantes. * La adscripción de las utopías urbanas a alguna de las etapas de la mentalidad utópica, siguiendo a Mannheim12, nos lleva a encuadrar a las que conocemos por utopías urbanas clásicas en la etapa correspondiente a la idea humanitaria liberal. Los urbanistas utópicos clásicos van a centrar su atención en la “idea”13 como forma de transformación del espacio social, de la ciudad, y reguladora de dicha transformación; no será necesaria la acción colectiva consciente, sino que la propia “idea”, por sí misma, por su bondad y conveniencia absoluta, va a ser el catalizador que propicie la desaparición de la ciudad “vieja”, con todos sus inconvenientes y degradaciones, sustituida por un nuevo orden. Es la representación espacial de una nueva clase dominante, la burguesía cultivada ascendente, que subyace en todos los modelos urbanos del siglo XIX. El triunfo de la “idea”, unido a un cierto anticlericalismo y deísmo14, está íntimamente ligado al concepto de “progreso”, unidireccional y positivo, cuando no irremediable y ajeno a las fuerzas sociales, que conducirá a un destino prefijado.15 Por otra parte, es importante reseñar que la utopía socialista-marxista16 no ha producido utopías 12 “Saint-Simon, Fourier y Owen estaban todavía soñando sus utopías en el estilo intelectualista más antiguo, aunque ya habían experimentado la impronta de las ideas socialistas. Su situación marginal en la sociedad se expresaba en descubrimientos que ampliaban las perspectivas económicas y sociales; pero en su método conservaban la concepción indeterminista que fue característica de la Ilustración. ‘El socialismo es para todos ellos la expresión de la verdad, razón y justicia absolutas, y sólo necesita ser descubierto para conquistar el mundo por medio de su propio poder’ (Engels). En este caso también una idea tiene que ser vencida y, de acuerdo con el sentido de la determinación histórica, desplazada por otra forma de utopía que compita con ella. La mentalidad socialista representa, en un sentido mucho más fundamental que la idea liberal, una redefinición de la utopía en términos de realidad.” Idem., p. 319. 13 “La utopía de la mentalidad liberal-humanitaria es la “idea”, (...) como un objetivo formal proyectado hacia el futuro infinito y cuya función consiste en actuar como un simple dispositivo, regulador de los asuntos mundanos.” Idem., p. 292. 14 “Por lo que se refiere a su función social, la filosofía moderna surge para derribar la concepción del mundo clerical y teológica. Al principio fue adoptada por los partidos que, en la época, se encontraban en una fase de ascenso: la monarquía absoluta y la burguesía. hasta más tarde no se convirtió en el arma exclusiva de la burguesía, cuando esta llegó a ser la representante, a la vez, de la cultura y de la política.” Idem., p. 293. 15 “Ahora, con la idea liberal-humanitaria, el elemento utópico recibe una localización definitiva en el proceso histórico: el futuro culminante de la evolución histórica.(...) De aquí en adelante, incluso la concepción utópica concibe al mundo moviéndose en dirección a la realización de sus pretensiones, a una utopía.” Idem., p. 297. 16 “En el socialismo, el elemento utópico, a causa de la multilateralidad de la situación y a la tardía época de su aparición, presenta una cara de Jano. Representa no un nuevo compromiso, sino también una creación nueva, basada sobre la síntesis interna de las diversas formas de utopía que habían aparecido con urbanas, ya que, por definición, el problema de las grandes ciudades sólo podrá ser eliminado en la última fase del proceso de destrucción del modo de producción capitalista y la instauración del nuevo orden económico y social17. El nuevo orden urbano, no explicitado, será la consecuencia directa del cambio en las relaciones de producción, no dedicándose los autores marxistas a la construcción utópica de la ciudad, sino que su pensamiento urbano, curiosamente, se centrará en la crítica de las utopías urbanas clásicas.18 Para terminar el análisis de Mannheim sobre las utopías, hay que hacer una breve referencia a la utopía en la situación contemporánea. Al respecto Mannheim es pesimista19, en cuanto que constata la desaparición de la utopía, como fruto o consecuencia del triunfo total de la burguesía que ha alcanzado el poder total, en todos los sectores del pensamiento: “El esquema conceptual de la filosofía social, que permanece detrás de la obra de los últimos siglos, al parecer, ha hecho que desaparezca la fe en las utopías consideradas como los objetivos de los esfuerzos humanos. Esta actitud escéptica, en muchos aspectos fructífera, corresponde, en primer lugar, a la posición social de una burguesía que ya ha alcanzado el poder, cuyo futuro ha llegado a ser, gradualmente, su presente. Las otras capas de la sociedad manifiestan la misma tendencia conforme se aproximan también a la realización de sus pretensiones.20 Podemos acabar la reflexión sobre el pensamiento utópico en Mannheim con esta consideración suya: “Dondequiera que la utopía desaparece, la historia cesa de ser un proceso en dirección a un último fin.(...) El concepto de tiempo histórico, que nos permite comprender las épocas cualitativamente diferentes, desaparece y la historia se convierte, cada vez más, en algo parecido a un espacio indiferenciado.”21 anterioridad y que han luchado unas contra otras en la sociedad.” Idem., p. 314. 17 “Solamente la solución del problema social, es decir, la abolición del modo de producción capitalista, hará posible, al mismo tiempo, la solución del problema de la vivienda. Pretender resolver el problema de la vivienda y al mismo tiempo querer conservar las grandes aglomeraciones urbanas actuales es un contrasentido. Solamente con la abolición del modo de producción capitalista se eliminarán las grandes aglomeraciones urbanas actuales y, cuando este proceso esté en marcha, se hará algo muy distinto que dar a cada obrero una casita en propiedad.” Engels, F., “El problema de la vivienda”, citado en Benevolo, L., “Historia de la arquitectura moderna”; Gustavo Gili; Barcelona; 1999; 8ª edic.; p. 169. 18 La utopía socialista marxista “se observa que es atacada desde tres direcciones. por un lado, el socialismo tiene que radicalizar más la utopía liberal, la idea, y por otro, tiene que hacer impotente, o en un caso determinado superar por completo, a la oposición interna del anarquismo en su forma más extremada. Su antagonista conservador es considerado sólo en un segundo lugar precisamente porque en la vida política se procede, por lo general, más agresivamente con el contradictor que está más cercano que con el distante.” Mannheim, K., op. cit., p. 313. 19 “A este respecto llega a ser visible un determinante estructural peculiar que, por lo menos, vale la pena indicar. Cuanto más amplia es la clase que consigue cierto dominio de las condiciones concretas de la existencia y cuanto mayores sean las posibilidades de alcanzar la victoria por medio de una evolución pacífica, más probable es que esta clase siga el camino del conservadurismo.” Idem., p. 323. “Advertimos así que, condicionada por el proceso social, se desarrolla una desfiguración de la utopía en muchos casos y en diversas formas. Este proceso posee ya una calidad dinámica propia, se acelera aún más en su ímpetu y su intensidad por el hecho de que las diferentes formas de mentalidad utópica coexistentes se están destruyendo unas a otras en conflicto recíproco. Semejante conflicto recíproco de las diversas formas de la utopía no conduce necesariamente al aniquilamiento del utopismo en sí, pues únicamente en la misma lucha y por ella aumenta la intensidad utópica. La forma moderna del conflicto recíproco, sin embargo, tiene de peculiar que la destrucción del adversario de cada uno no tiene lugar a un nivel utópico, un hecho que es perceptible con la mayor claridad en la forma en que los socialistas procuran desenmascarar las ideologías de sus antagonistas.” Idem., p. 325. 20 Idem., p. 329. 21 Idem., p. 329. Helen Rosenau realiza un estudio histórico sobre la ciudad ideal31 que partiendo de la antigüedad clásica, bien a través de un estudio de la iconografía, bien a través de los restos arqueológicos, nos lleva hasta la Edad Media y el Renacimiento32, época que va significar el inicio consciente de la planificación urbana a nivel ideal33. Es en el Renacimiento donde se incardinan las que hemos llamado utopías primigenias; constatando Rosenau la fascinación que los utópicos clásicos sienten por la planificación urbana34, fascinación que se va a perder en la etapa barroca35, recuperándose con los reformadores clásicos (Boullée y Ledoux), hasta llegar, pasando por el neoclasicismo, Quatremère de Quincy y Bentham, a los socialistas utópicos, considerados por la autora como planificadores plenos de ciudades ideales36. Siendo esta la zona de intersección, que señalábamos, entre ciudades ideales y utopías urbanas; la zona en la que se comparten los sueños por un espacio urbano mejor. Para terminar este apartado podríamos usar la siguiente cita de Helen Rosenau: “La experiencia nos dice que para alcanzar lo posible hay que aspirar a lo imposible. Dicho en otras palabras, una sociedad y sus miembros viven en gran parte de la esperanza. (...) El cambio más importante en la visión de la ciudad ideal es la introducción de una dimensión histórica y de un elemento dinámico. La ciudad ideal formal se consideraba como algo atemporal y finito. Ahora, la conservación y ampliación de las ciudades ha adquirido enorme importancia; este ideal desea compaginar lo antiguo con lo nuevo, favoreciendo así la variedad. Los modelos han cambiado, pero sigue en pie la búsqueda del ideal, lo que introduce los conceptos de historicidad e individualidad en los proyectos globales.”37 Las utopías urbanas “Las imágenes que nos han quedado como restos de propuestas utópicas, de ficciones especulativas sobre la ciudad, o de hipótesis de transformación de la realidad existente. Estos casos (...) son los que contienen la mayor carga de sugerencias, y ello es natural porque en general las utopías, y mucho más las arquitectónicas, nacen siempre no como sueños idealistas estériles, sino como proyectos posibles y 31 Este recorrido histórico puede ser resumido, en tres grandes etapas: “Hemos repasado la evolución de las imágenes de las ciudades ideales en tres fases: la religiosa, la geométricamente formal y la social.” Idem., p. 184. 32 “En resumen, durante la época griega el diseño ideal se mantuvo aislado de su fondo cosmológico; de la misma manera, las connotaciones mágicas, aunque todavía presentes, pasaron a un segundo plano durante el período romano; el judaísmo contribuyó a la proyección hacia el más allá y, por tanto, subrayó los aspectos simbólicos de la esperanza mesiánica, realizada en la Jerusalén celestial. La herencia griega, romana y judía influyó en la Edad Media en la representación de las ciudades ideales, bien desde un punto de vista formal o bien en sentido simbólico.” Idem., p. 34. “Volviendo la vista hacia el terreno recorrido, se observan dos tendencias principales que, aun siendo en apariencia contradictorias, se complementan y realzan. Una es la lenta transformación del legado de la antigüedad favoreciendo la abstracción y la supresión del detalle, para subrayar lo esencial. La otra es el desarrollo del interés por lo humano en la descripción de la ciudad medieval, una nueva insistencia en el realismo y en las diversas actividades de los habitantes. Es esta última tendencia la que adquirirá mayor significación histórica y nos introduce en el período conocido generalmente con el nombre de Renacimiento.” Idem., p. 50. 33 “La primera ciudad ideal totalmente planificada del Renacimiento fue descrita e ilustrada por Filarete en los años 1.457- 1.464. En su “Tratado de arquitectura”, (...), se presenta la ciudad imaginaria de Sforzinda y sus alrededores y se estudia el problema de la obtención de los materiales de construcción.(...) Al mismo tiempo, la concepción de la ciudad ideal como una tarea humana constituía una novedad, que proclamaba el orgullo cívico y la dignidad humana, más que una preocupación religiosa. Aunque se incluyen algunas iglesias, éstas pasan a segundo plano al lado del palacio, de las escuelas, sobrias e independientes, para niños y niñas, de las cárceles y de la casa del vicio y de la virtud, destinada a fomentar la perfección moral de los ciudadanos.” Idem., p. 57. 34 Idem., p. 62. 35 “Durante el barroco, el deseo de expansión arquitectónica e ilusionista estuvo paradójicamente unido a la insistencia en la planificación parcial, más que en la elaboración de un todo. “Pars pro toto” podría ser su lema; la diversidad de las partes consideradas como unidades de posible expansión.” Idem., p. 89. 36 Idem., Capítulo 8. 37 Idem., p. 176. efectivos de transformación de la realidad, y porque además es sabido que todos necesitamos de utopías. Estos proyectos utópicos son de un inmenso valor para las arquitecturas posteriores, en primer lugar porque constituyen un gran estímulo para sus arquitectos, y en segundo lugar porque, estoy pensando en Aranguren, las utopías, de alguna forma o en un tiempo posterior, paradójicamente se realizan siempre.”38 2.1.- Lo urbano como modelo/plasmación/instrumento del pensamiento utópico. En este apartado vamos a estudiar los modelos urbanos implícitos en tres utopías pimigenias - “Utopía”, “La ciudad del Sol” y “La Nueva Atlántida”- , aunque previamente haremos referencia sucinta a la Atlántida platónica, por la influencia que va a tener en las utopías clásicas. 2.1.1.- Platón. Quizás la más famosa creación de una ciudad ideal se la Atlántida, realizada por Platón y expuesta, de una forma más o menos fantástica, en “Critias” y “Timeo”, dos de sus diálogos más conocidos. En ellos el filósofo griego quiere representar su doctrina política, explicitada principalmente en “La República”39 y “Las Leyes”40, y es ésta doctrina política la que quiere ser “verdadera” y no la leyenda de la Atlántida, a la que sólo considera un lugar lógico para su argumentación41. En “La República” construye Platón idealmente una sociedad perfecta de hombres perfectos, aunque en el fondo es un tratado de medicina política con aplicación a los regímenes existentes en su tiempo, principalmente las tiranías, como último estadio evolutivo de los sistemas políticos conocidos en su época (timarquía, oligarquía, democracia y tiranía)42 y a los cuales va a enfrentar el ideal del gobierno de los filósofos. La génesis de la ciudad, como condición necesaria de la vida humana y satisfacción de sus necesidades43, va a centrar el modelo político platónico, que después va a representar en la lucha de Atenas contra Atlántida, representación del bien y del mal, pero realizada con una base física perfectamente planeada; esta base física puede constituir una ciudad ideal: no sería muy extensa, ni muy poblada, para que todos los habitantes se conocieran y para defenderse más fácilmente; no practicaría ni el comercio ni la navegación, actividades que pueden traer su destrucción por el deseo incontrolado de riquezas de los que 38 Humanes Bustamante, Alberto; “La arquitectura prometida de una capital sin fortuna”; en: idem et ali..; “Madrid no construido: imágenes arquitectónicas de la ciudad prometida”; C.O.A.M.; Madrid; 1.986; 2ª edic.; 39 “Esta determinación de ser científico implicaba para Platón, cuando escribió la República, que su teoría tenía que dibujar un estado ideal y no limitarse a describir un estado existente. Aunque ello pueda parecer paradójico, es literalmente cierto que la República describe una utopía, no porque sea una “novela”, sino porque Platón intentó desde el primer momento hacer un estudio científico de la “idea del bien”.” Sabine, George; “Historia de la Teoría Política”; Fondo de Cultura Económica”; Madrid; 1.974; 1ª edic.; p. 45. 40 “Las Leyes, obra de vejez, tiene, aunque sólo en apariencia, intenciones más realistas. Platón no intenta - al menos así lo afirma- describir el Estado ideal, sino describir tan sólo el mejor que se pueda construir en la práctica.(...) Plantón obtiene en conclusión que el gobierno más estable sería una aristocracia agraria de base bastante amplia. Concibe en consecuencia la idea de una ciudad de 5.040 habitantes (1 x 2 x 3 x 4 x 5 x 6 7 = 5.040)racialmente seleccionados en la que todos serían propietarios y ejercerían los mismos derechos políticos (Lo que bastaría para distinguir Las Leyes de La República).” Touchard, Jean; “Historia de las ideas políticas”; Vol. I; Círculo; Barcelona; 1.990; 1ª edic.; p. 65. 41 “La Atlántida es una fabulación poética, una burlería ingeniosa, cuyo origen no está ni en la tradición griega ni en la egipcia, sino en la poderosa fantasía de Platón. Atlántida es el mar, el comercio, la corrupción. Atenas es la tierra, la agricultura, la fuerza. Atenea vence a Poseidón.” Estébanez, Emilio G. “La leyenda de la Atlántida”, en la Introducción a: Bacon, Francis; “Nueva Atlántida”; Mondadori; Madrid; 1.988; 1ª edic; p. 101. 42 “A cada uno de estos regímenes corresponde, pues, un tipo de hombre; de forma que construir la Ciudad ideal y realizar tipos de hombres acabados es un mismo y único asunto; para obtener un hombre justo es preciso construir una Ciudad justa.” Touchard, Jean; op. cit. p. 62. 43 “- Pues bien- comencé yo- la ciudad nace, en mi opinión, por darse la circunstancia de que ninguno de nosotros se basta a sí mismo, sino que necesita de muchas cosas. ¿O crees otra la razón por la cual se fundan las ciudades? - Ninguna otra- contestó. - Así, pues, cada uno va tomando consigo a tal hombre para satisfacer esta necesidad y a tal otro para aquella; de este modo, al necesitar todos de muchas cosas, vamos reuniendo en una sola vivienda a multitud de personas en calidad de asociados y auxiliares y a esta cohabitación le damos el nombre de ciudad.” Platón; “La República”; Alianza Editorial; Madrid; 1.990; 1ª edic; p. 124. gobiernan, para lo cual sería muy conveniente que no estuviera muy cerca del mar; su base económica sería agrícola; estaría cerrada sobre sí misma, para impedir que la contaminaran culturas extrañas; su norma principal, tanto para los gobernantes como para los gobernados, sería la moderación44. Atlántida era una isla más grande que Asia45; con una tierra extremadamente fértil, donde no se carecía de ningún producto, así como de todos los animales útiles. Atlántida también se llamaba la capital de la isla, y a su norte se extendía un llanura rectangular de 191.381 kilómetros cuadrados, en la que los reyes habían construido una red de canales que se cruzaban perpendicularmente, veintinueve de norte a sur y diecinueve de este a oeste. La llanura estaba flanqueada, por sus cuatro costados, por un canal que recogía todas sus aguas; el agua de esta zanja se repartía por la red de canales y por otros construidos oblicuamente que se utilizaban para transportar maderas y productos del campo. La capital estaba situada en lo alto de una colina, en el centro de la isla, rodeada de tres canales de agua concéntricos, separados por dos de tierra, estos canales circulares reciben el agua por medio de un canal rectilíneo que los cruza y une el círculo exterior con el mar. En el centro de la ciudadela se encontraba el templo de Poseidón, el palacio real, las dependencias de la guardia y los edificios públicos. Los canales que rodean esta pequeña isla central, de ochocientos ochenta y ocho metros de diámetro, están recubiertos por paredes hechas con auricalco (metal mitológico) el primero, con estaño el segundo y el más cercano al mar con bronce. Los minerales se han extraído de debajo de la isla central y de los anillos de tierra, formándose así grutas que sirven de puertos cubiertos. Las construcciones están hechas con piedras blancas, rojas y negras, lo que produce un gran efecto estético. Además, levantaron torres y puentes simétricos e hicieron entre los canales unos pasajes cubiertos con techo, de manera que la navegación interior venía a ser subterránea. Este modelo, que en sí es bueno, fracasa, según Platón, porque su organización política no es la perfecta: el gobierno de los filósofos y la negación a éstos, y sólo a éstos, de la propiedad privada, que admite en los militares, trabajadores, comerciantes y campesinos; ésta es la base política de Platón. De las descripciones que hace Platón de la ciudad de Atlántida y su comarca, podemos extraer unos patrones urbanísticos que aparecen claros: - Un modelo económico que va a definir la forma de ocupación del espacio: agricultura, comercio y navegación. - La retícula ortogonal de la llanura, atravesada por líneas oblicuas, como forma de división lógica de un extenso territorio para facilitar el acceso a todo el espacio; corrigiendo los defectos intrínsecos al sistema con los canales transversales. - Canal de circunvalación de toda la llanura que comunica, además, con la capital. - Centralidad: tanto de la capital con respecto a la isla, como la ciudadela con respecto al resto de la ciudad. - Los círculos concéntricos como forma de organización espacial de la ciudad, en contrate con la retícula en que se organiza el espacio agrario circundante. División espacial y simbólica. - El eje central, canal que divide la ciudad concéntrica en dos, como solución a los problemas de conexión de los círculos. - Sistema de transporte integrado en la propia estructura urbana y, además, subterraneidad del mismo. - Señalamiento de la importancia de la estética en la ciudad y en sus construcciones. 44 Idem., p. 229. 45 Para las siguientes descripciones seguimos a Emilio G. Estébanez; op. cit. páginas 87 a 111. “Las tierras de labor de Utopía, ya en tiempos de la conquista, fueron repartidas con tanta justicia, que los límites de cada poblado son de unos veinte mil pasos de circunferencia, y aunque los pueblos más lejanos estén algo más favorecidos, los habitantes, satisfechos de los lindes asignados, nunca han promovido disputas para engrandecerlos. Por otra parte, esta loable moderación es asimismo consecuencia de que, según las leyes de Utopía, nadie es propietario, sino que todo el mundo es sencillamente usufructuario. Cada hacienda tiene su alquería (con todos los aperos necesarios para los trabajos agrícolas), y las familias que las habitan cuentan al menos con cuarenta personas, entre hombres y mujeres, y además dos criados. Son gobernadas por el varón más anciano y la matrona de la casa, y por cada trescientas casas o familias existe un philarcos o inspector. De cada grupo familiar de cuarenta personas, veinte de ellas, después de haberse practicado en los trabajos agrícolas durante dos años, vuelven a la ciudad, desde donde marchan al campo un número igual de aprendices de labriego. La ejecución de estas prudentes medidas da por resultado que la provisión de grano sea siempre abundante, lo cual podría no suceder si los labriegos fueran inexpertos en los trabajos del campo. El legislador ha establecido esta emigración anual de los habitantes de los pueblos al campo, y de los que están en el campo a la ciudad, para evitar el disgusto de los ciudadanos, que podrían cansarse de trabajar demasiado tiempo seguido en tareas penosas o en otras hacia las cuales sintieran una natural repugnancia.”54 Cuatro ideas, con contenido urbanístico, surgen en este pasaje: - Cálculo de la unidad de suelo productivo para cada poblado, perfectamente delimitada. - Propiedad pública del suelo, siendo los utopianos simple usufructuarios de ésta. - La unidad de convivencia, así como de producción, tiene un tamaño estandarizado. - División/ diferenciación del campo-ciudad, rural- urbano, y superación de la misma mediante un sistema de migraciones periódicas, sucesivas y temporales. - Base económica centrada en la agricultura, aunque la ciudad se caracteriza por ser el foco principal de atracción, con una identificación de ciudad igual a ocio, centro de relación. El capítulo II está dedicado a la descripción de los pueblos de Utopía y de la capital Amaurota: “Quien haya visto una de las poblaciones de la isla, puede decir que las ha visto todas, ya que no ofrecen más diferencia que la producida por la naturaleza del terreno. (...) Amaurota se extiende en forma de anfiteatro cuadrado, agradablemente situada a una altura media, al pie de una colina, y su ancho es de unos dos mil pasos hasta el río Anydros, que baña sus muros casi de un extremo a otro. (...) Delante de Amaurota, el cauce del río es de quinientos pasos de ancho, y sus aguas desembocan en el océano sesenta millas más abajo de la capital. (...) En la ciudad, un muelle de piedra limita el río, y para atravesarlo hasta las casas del suburbio hay un hermoso puente de piedra, bajo el cual pueden pasar embarcaciones.- Por medio de ciertos trabajos hidraúlicos, dentro de Amaurota se encuentra recogida la corriente de otro riachuelo, de manera que, en caso de guerra, el enemigo no puede cortar ni envenenar el agua; y por bajo tierra se han construido, de obra, tuberías suficientes para abastecer de agua las partes más bajas de la ciudad. En donde no puede llegar el agua hay cisternas. Todas las calles tienen unos treinta pasos de ancho, y las casas son sencillas en el exterior y limpias por dentro, y están edificadas una al lado de otra, en la misma línea y de igual forma, con jardines, los cuales, desde lejos, parecen formar uno solo muy extenso y delicioso. Todas las casas tienen dos entradas, la de la calle y la del jardín. (...) En ningún lugar he visto unos vergeles como los de Utopía, ni unos huertos más fértiles y risueños. Los habitantes tienen gran empeño en que sean hermosos, no sólo por la satisfacción de disfrutarlos, sino para superar al vecino. (...) Conviene decir que si bien el trazado actual de la ciudad de Amaurota es el mismo que Utopos ideó, como sea que la obra de un hombre nunca es perfecta, los sucesores de los primeros habitantes han ido aumentando las comodidades y bellezas de sus habitaciones. (...) Todas las casas, altas de tres pisos, son de piedra y ladrillos, con paredes, tabiques y techos recubiertos de un mortero muy económico que las 54 Idem.; p. 81. preserva de la humedad y de los incendios, ya que resiste como si fuese metálico.”55 Podemos extraer de este capítulo los siguientes conceptos: - Uniformidad, tanto de las distintas ciudades como de las propias construcciones dentro de ellas. La uniformidad es consustancial con la idea de “modelo” y con la de “razón”, que ha experimentado lo mejor para el hombre, al que se considera único y universal, sin variantes. - La ciudad es cuadrada, contrastando así con la legendaria Atlántida circular. Construida en anfiteatro, idea muy querida en el Renacimiento, con las ventajas que tiene para la posición espacial y la centralidad, el suave declinar del territorio convergiendo en un centro. - Se dan las medidas del cuadrado, dos mil pasos, que la convierte en fácilmente recorrible con las propias fuerzas y, por lo tanto, fácilmente comprensible y entendible. - Toda ciudad debe ser fluvial, de ahí la importancia que Moro concede al río que la circunda y la protege, al mismo tiempo que la comunica con el mar, con el exterior. - La ciudad está amurallada, lo que junto con la posición del río, del muelle y del puente, va a contribuir a su defensa. Curiosamente esta ciudad ideal tiene que ser defendida, aunque en toda la obra se nos dice que no tiene enemigos, excepto aquellos pueblos que han infringido las leyes naturales. Esta relevancia dada a la defensa de la ciudad es fruto de la época renacentista56. - La ciudad tiene suburbios que se conectan a la misma a través de un puente sobre el río; aquí se establecerán aquellas actividades que son se consideran idóneas para ser ejercidas en el interior urbano. - Las calles son homogéneas, con una anchura especificada, y las edificaciones son adosadas y están alineadas, guardando las debidas dimensiones; el crecimiento y evolución han sido controlados mediante la transformación de las primitivas cabañas. - Integración del jardín en la casa, formando un todo único y, por acumulación, formando un jardín urbano más amplio y extenso57. Las casas de tres alturas, de piedra y ladrillo, con vidrios en los huecos o tela encerada, techo de mortero que sirva de aislante térmico. El uso del vidrio y de la tela encerada es reflejo de la necesidad de claridad dentro del hogar, éste uso va a permitir más aperturas de huecos en los muros a partir del Renacimiento; por eso Moro lo considera algo necesario, aunque no habitual en su época. - Como última idea, aunque quizás la más importante, hay que reseñar que la ciudad es una ciudad planificada, cuyo trazo lo dió el mítico fundador Utopos; dicho trazo ha sido respetado por las siguientes generaciones. En el capítulo III nos habla de la división administrativa de las ciudades, que coincide con una división física: “como sea que las ciudades están divididas en cuatro barrios, los habitantes de cada una de ellos proponen un ciudadano, el cual presentan al Senado, y de estas cuatro personas elegidas, los sifograntes escogen una para que ocupe la presidencia.”58 Esta división físico-administrativa tiene relevancia central en el sistema de elección, democrático y con voto secreto, de los magistrados que van a gobernar la ciudad, con un periodicidad anual. Introduciendo Moro, así, el sistema democrático, en la elección de los rectores de la ciudad, lo que es una revolución en un mundo urbano que está saliendo de la Edad Media, en el que las 55 Idem., p. 85 y ss. 56 “No obstante, es significativo que el grabado en madera que acompaña a la primera edición de 1.516 se mantenga dentro de la tradición medieval en lo que a arquitectura se refiere: los edificios son góticos y sólo el perfil irregular de la isla, que debería ser una media luna, presenta una vaga relación con el texto. Esto demuestra lo mucho que se había adelantado Moro no sólo con relación a su época sino también a su ilustrador y editor.” Rosenau, Helen; op. cit.; p. 67. 57 “Vemos aquí una integración entre el campo y la ciudad que diferencia a Moro de sus predecesores, con excepción de Filarete, y se manifiesta claramente en su interés por la agricultura: “Es algo tan conocido entre ellos que no hay nadie, ni hombre ni mujer, que sea ignorante en ese terreno.” Idem.; p. 67. 58 Moro, Tomás; op. cit. p. 89. ciudades o son de patrimonio regio o están controladas por la nobleza o los gremios. Los capítulos IV y V van a exponer una serie de instituciones que van a ser recogidas, posteriormente, por casi todos los pensadores utópicos, así como la regulación estricta de los actos más comunes de la vida cotidiana: “En Utopía, todo el mundo ejerce una profesión, u oficio, en el cual son adiestrados tanto los hombres como las mujeres: la agricultura; la teoría en las escuelas y prácticamente en el campo.”59 “Después de cenar el asueto sólo dura una hora, que en verano se pasa en el jardín, y en invierno en unos grandes comedores o en la sala común de la familia. En estos refectorios se dan conciertos o se pasa el rato hablando de cosas instructivas.”60 Estas ideas y comportamientos adecuados en la comunidad, casi literalmente recogidos, nos las vamos a encontrar en los utopistas urbanos del XIX, principalmente en Fourier. “Las poblaciones están divididas en cuatro partes iguales, y en el centro de cada una de ellas se encuentra el mercado, que siempre está bien provisto. Los almacenes que lo forman son espaciosos y limpios. (...) Cerca de los almacenes de que os he hablado, se encuentran las paradas en donde son apilados ciertos comestibles, así como pan, verduras, frutas y legumbres. Las carnicerías, pescaderías y paradas de aves de corral están fuera de la ciudad, cerca del río, lugar escogido por lo fácil que es tenerlas siempre limpias.”61 Otras ideas: el mercado en la centralidad urbana y equidistante de los cuatro barrios; contrastando con esta centralidad se produce la expulsión al exterior de lo que podríamos considerar actividades molestas, mostrando la preocupación por la limpieza del hábitat inmediato. “En cada calle hay grandes hosterías, y en ellas viven los sifograntes; y a un lado y a otro de su domicilio están las casas de las treinta familias que rigen, y que a las horas de comer acuden a los grandes comedores, en donde los encargados de hacerlo tienen preparada la comida.”62 Además de la primera división en cuatro barrios, la ciudad se sigue dividiendo, físicamente, en células más pequeñas, distritos de treinta familias que forman una calle, con una hostería o comedor común para cada una de ellos. La división del territorio va acompañada de la asignación de una institución para cada una de estas divisiones que, por un lado, le da sentido propio y, por otro, sirve como un perfecto medio de control social; control social que es muy acusado y que puede llevar a la uniformidad y a la falta de libertad.63 Podemos terminar este apartado dedicado a “Utopía” con una cita de Lewis Mumford, en la que la compara con la ciudad de Venecia, como fruto, también, del pensamiento y la creación medieval: “Si Venecia fue el producto más elevado de la práctica medieval, Utopía fue quizás, en lo tocante a la constitución y organización de las comunidades urbanas, el ejemplo más cabal del pensamiento medieval tardío. Pero ¿quién estaría dispuesto a cambiar Venecia por la pesada reglamentación y la uniformidad de Amaurota?. Y, sin embargo, ¿quién cambiaría el decoro cívico de Amaurota por la tiranía furtiva, las sospechas y los odios enconados, las difamaciones, los ataques a mano armada y los asesinatos que hay tras el comercio próspero y el arte festivo de Venecia?. La falla que había pasado de civilización en civilización, a través del recipiente urbano, aún era visible en ambas ciudades. Cuando admiramos la forma exterior sobreviviente, no debemos olvidar la subsistencia del trauma interior, que es el trauma de la civilización misma, de la asociación de señoría y esclavitud, de poder y sacrificio humano.”64 59 Idem.; p. 93. 60 Idem.; p. 95. 61 Idem.; p. 101. 62 Idem.; p. 102. 63 “Tal era la nota nueva: la nota de la uniformidad, la reglamentación y el control colectivo: gris cuáquero o gris carcelario. ¿Es esto Utopía, el “buen lugar?” Mumford, Lewis; op. cit. 457. 64 Idem.; en el capítulo XI, 2, “Venecia versus Utopía”; p. 458. - Baños termales. - Huertos y jardines, “donde no se respeta tanto la belleza como la variedad de los suelos”. - Parques y cercados para el estudio de los animales, tanto de los domésticos como de los salvajes. - Lugares especiales para la cría de gusanos y moscas, que pueden tener una gran influencia en los cultivos. - Cervecerías, panaderías y cocinas, que fabrican maravillosos alimentos y bebidas. - Dispensarios de medicinas. - Tiendas con todo tipo de materiales. - Hornos para la producción de distintos tipos de calor: húmedo, seco, etc. - Casas- perspectivas, para la producción de luces y radiaciones, así como de todos los colores y objetos de visión. - Casas- sonido, para producción de ruidos, músicas y silencios. - Casas- perfume, en las que se hallarán los distintos olores. - Casas- máquina, para la producción y reparación de todo tipo de máquinas. - Casas- engaño de los sentidos; para confundir a éstos haciéndolos ver, oír, sentir lo que no es, o al contrario. En esta Región Media en la que Bacon desborda el universo empírico conocido, desenvuelve su creencia en lo ilimitado del conocimiento científico y en la capacidad de éste para transformar el mundo70. De ahí el último “crescendo” fantasioso por él realizado en la representación de esta región. La utopía de Bacon no se centra tanto en un sistema político perfecto, cuya base va a ser una ciudad perfecta, como en un sistema científico mejor, cuya base va a ser la educación y el conocimiento científico reflejado en la Casa de Salomón; aunque la consecución del saber necesite del sacrificio de otros valores que predicaba el humanismo cristiano del XVII, como es el de la libertad del individuo, sacrificada a la imposición del poder, cuyo único fin es el conocimiento71. 2.1.4.- Tomás Campanella. “La Ciudad del Sol”. El dominico Tomás Campanella escribe, hacia 1.602, en su prisión napolitana, “La Ciudad del Sol”, aunque no será publicada hasta 1.623, en Francfort. Esta obra, con un platonismo entre mágico y confuso, tiene el mismo origen que la “Utopía” de Moro. Al igual que éste, Campanella es un representante del humanismo cristiano, pero más exacerbado en sus planteamientos religiosos, que llegan a ocultar, por momentos, el pensamiento “naturalista” de fondo. Todo su fundamento teórico está basado en la naturaleza, entendida ésta como “ley natural” anterior a los hombres; pero la visión natural se complementa con lo 70 “La consideración de esta sociedad utópica como una “sociedad ideal, humana y científica”, implica teóricamente la transformación de las condiciones materiales de la vida a través de la ciencia. La Casa de Salomón se inscribe como la realización más completa y clara del ideal de búsqueda científicamente organizado que, según Farrington, tenía Bacon”. Monclús, Antonio; op. cit. p.40. 71 “En todo caso, hay una perfecta compenetración entre estas dos dimensiones del discurso de Bacon, porque la pretendida función liberalizadora de las ciencias, así como la preferencia por lo autoritario, se encuentra al servicio de un esquema establecido de poder. Por ejemplo, el control de la Casa de Salomón es prácticamente absoluto en toda la isla gracias a la utilización de la ciencia, y llega incluso más allá de la isla, a diversos puntos donde hay espías al servicio de aquella casa.- Quizá por primera vez en el pensamiento moderno el ejercicio autoritario y absoluto del poder utiliza la ciencia y la tecnología con este impudor. En este sentido Bacon, queriendo ser un gran utopista, va a representar una posición “preantiutópica” más que otra cosa.” Idem.; p. 41. religioso, imprimiéndole un giro al naturalismo que lo va a convertir en algo hueco al que llena de contenido la visión religiosa72. De esta visión teocrática del mundo va a llegar a una afirmación del poder, como algo absoluto, aunque encubierto en afirmaciones de la necesaria libertad del pueblo. “La Ciudad del Sol” está atravesada, además de por la militancia religiosa de su autor, por la idea de lo natural. Es en lo natural donde se va a encontrar remedio en la ciudad para los males del cuerpo; la cercanía de los astros con la naturaleza nos va a significar la importancia que se concede a la observación de los astros y la influencia de estos en la vida diaria; por último, las consideraciones socialistas de algunos pasajes, la negación de propiedad privada y el deseo de la propiedad comunitaria, se basa en que así se encuentra en la naturaleza.73 “La Ciudad del Sol”, dentro de la utopías clásicas, es la de más difícil conceptualización. G. Estébanez, en la introducción74, nos cita como posibles antecedentes a Isaías 19, 18, Ciudad del Sol, Ectebana, capital del imperio meda, rodeada de siete murallas. pero es de la opinión de Bobbio, que afirma que no existen antecedentes, que todo el pensamiento campanelliano es de índole solar. No hay duda de que conocía la obra de Moro y, al igual que éste, escribió su utopía en forma de diálogo75; pero no existe otro parecido entre ambas, excepto el ya señalado del naturalismo cristiano. La descripción de la Ciudad del Sol nos la ofrece Tomás Campanella al principio de la obra, en la contestación por parte de Genovés a la quinta pregunta de Hospitalario, de ésta escogemos los párrafos más significativos de la descripción: - Situación de la ciudad: “En una amplia campiña, sobre un collado, aunque sus cercas alcanzan más que el monte.”76 - Tamaño de la ciudad: “Dos millas de diámetro y más de siete millas de círculo.”77 - Forma de la ciudad: “Ciudad distribuida en siete círculos grandísimos, nombrados según los siete planetas, y se entra de uno a otro por cuatro calzadas y por cuatro puertas, que miran a los cuatro ángulos del mundo; pero lo está de tal manera que si fuera expugnado el primer círculo, se necesitaría más trabajo para el segundo y después más; de suerte que se necesita expugnarla siete veces para vencerla. Más soy de parecer que no se puede ni el primero, tan grueso es y terraplenado, y tiene baluartes, torreones, artillería y fosos por fuera.”78 De estos párrafos podemos deducir las siguientes ideas: - La ciudad se encuentra en un alto denominando la campiña, aunque también se extiende por el llano. 72 “La función religiosa va a ser para Campanella todavía más decisiva que para el autor de Utopía. Campanella va a llevar su radicalismo teísta hasta la fundamentación de la organización social como una propia y auténtica teocracia. La actitud teísta y cultualista impregna la vida, la procreación, la inmortalidad, la organización social.” Idem.; p. 37. 73 “De hecho Campanella realiza la unión entre lo natural y lo religioso con la misma facilidad que Moro, y muchos de los argumentos que presenta para mostrar o justificar una respuesta “natural” están basados en ciertos “padres” de la iglesia católica. Ideologiza claramente cuando habla de lo “natural” transmutando determinados esquemas de ese mundo; por ello, a causa de su maniqueísmo, considera natural la procreación pero no el placer.” Idem.; p. 37. 74 Estébanez, Emilio G., en Introducción a: Campanella, Tomás, “La Ciudad del Sol”; Mondadori; Madrid; 1.988; 1ª edic.; p. 98. 75 “La doctrina es la materia del diálogo; la imaginación, del viaje, pues bastante pábulo había para la fantasía en los relatos de quienes volvían maravillados de visitar tierras lejanas. Sin llegar a la tajante división que hace Moro, tal es la pauta habitual en Campanella, Bacon, Foigny, Cyrano de Bergerac, etc., utopistas que se sirven de una sencilla, casi pueril narración de viajes para facilitar la presentación de la comunidad ideal, prudentemente situada más allá de los límites abordables de la oikoumene: en islas perdidas en el inmenso mar del Sur, o en tierras australes, o en un país en el corazón de Africa, y en el caso de Cyrano, nada menos que en el Sol y la Luna.” López-Morillas, Juan; op. cit.; p. 10. 76 Campanella, Tomás; op. cit.; p. 118. 77 Idem.; p. 118. 78 Idem.; p. 118. La supremacía de la altura va a ser reforzada en los círculos más interiores de la misma, donde radican los órganos de poder, siguiendo con ello una tendencia, ya medieval, que fiaba la defensa de la ciudad a la altura como posición dominante del espacio. - Nos ofrece el tamaño exacto de la ciudad, que coincide con una de tamaño grande, para su época, pero todavía dentro de los cánones humanísticos, una ciudad al servicio del hombre, que éste puede recorrer libremente. - La ciudad circular, posible influencia de la doctrina vitruviana79, aunque puede tener antecedentes más remotos80, distribuida en siete círculos concéntricos, atravesados por cuatro calzadas con sus respectivas puertas, es el modelo máximo de la ciudad fortificada, que en el Renacimiento va a tener una importancia primordial, aunque para Helen Rosenau el origen sea mucho más identificable81. Así la inexpugnabilidad se busca con la redundancia de los frentes defensivos, hasta siete, en los que se demuestran los adelantos arquitectónicos en las técnicas de las fortificaciones. Sigue con la descripción de la ciudad: “Entrando se ve un llano de cincuenta pasos entre la muralla primera y la otra, acto seguido están los palacios, todos unidos en círculo por el muro. Encima como claustros con columnas y por debajo no hay entrada, como no sea por la parte cóncava de los palacios. Se va ascendiendo por gradas oblicuas, que apenas se nota. (...) En la cima del monte hay un gran llano y un gran templo en el medio de hechura estupenda. (...) El templo es perfectamente redondo y no tiene murallas que lo circunden, sino que está situado sobre columnas gruesas y muy hermosas.”82 La descripción de la ciudad central es minuciosa, donde se demuestra que Campanella es conocedor de la arquitectura de su tiempo, al igual que de los tratados arquitectónicos que se empiezan a publicar. Siguiendo las ideas urbanísticas del Renacimiento, Vitruvio y Alberti principalmente, da la máxima centralidad y convierte en punto focal de la perspectiva ascendente al Templo, lo que va a coincidir con su imagen teocrática de la ciudad y símbolo central de todo el sistema urbano, del que parten los cuatro ejes radiales hacia los cuatro ángulos del mundo. Va a ser alrededor de este Templo, y subordinadas a él en el espacio físico y simbólico, donde localice el resto de las actividades humanas: por fuera están los claustros; las celdas ocultas en la cúpula; las estancias bajeras son talleres, cocinas, graneros, roperías, despensas, refectorios, lavaderos, etc. Sobre este espacio físico va a construir su utopía, basada principalmente en la propiedad comunal; empezando por la de la mujeres y de los niños; ya que los considera la base de la propiedad privada y, por 79 “...Vitruvio establece las consideraciones fundamentales que deben ser tenidas en cuenta en el diseño de poblaciones y describe los rasgos distintivos de una ciudad diseñada según un plano circular. Sus ideas no estaban, sin embargo, ilustradas por un plano real. Hasta donde se sabe esta forma no fue nunca utilizada en la práctica por los romanos en ninguno de los innumerables campamentos y poblaciones militares que fundaron por todo el imperio. El propio Vitruvio estaba por tanto recomendando un plano teórico, el plano de la ciudad ideal.” Morris, A. E. J.; “Historia de la forma urbana. Desde sus orígenes hasta la Revolución Industrial”; Gustavo Gili; Barcelona; 1.998; 6ª edic.; p. 188. 80 “La psicología moderna, al estudiar los mitos y las religiones desde el punto de vista de los arquetipos innatos, descubre en el círculo o “mandala” y su aplicación a la arquitectura urbana una doble significación. La primera es de intimidad, de autosuficiencia segura al amparo del amor materno (círculo= seno maternal). (...) Pero, aparte esta insularidad tranquila, están los símbolos del “universo contra”, que edifican la muralla o baluarte para protegerse y vencer a los posibles perturbadores provenientes del exterior. Continuamente se pasa de la pasividad a la actividad defensiva. Ambos elementos se destacan con nitidez en las instituciones de la Ciudad del Sol, pero también en todo el género utópico.” Estébanez, Emilio G., en op. cit.; p. 100. 81 Haciendo referencia al cuadro de Pieter Brueghel dice: “La Ciudad del Sol, de Camapanella, estuvo influida en su concepción básica por esta imagen de la Torre de Babel, pues se eleva en lo alto de siete grandes círculos concéntricos, que corresponden a los siete planetas. Las murallas están ricamente decoradas con un resumen de los logros humanos. En el centro aparece un templo circular con un altar decorado un globo, reflejando así de forma ecléctica el gusto del Renacimiento, junto con la tradición platónica y algunas reminiscencias de la Utopía de Moro.”, op. cit.; p. 88. 82 Campanella, Tomás; op. cit.; p. 118. englobado en lo que llama el preurbanismo progresista90. El modelo progresista, en la fase que Choay denomina del preurbanismo, presenta las siguientes características: - Concepción del individuo humano como “tipo”, con independencia de todas las contingencias o diferencias de lugar o de tiempo. - El racionalismo de la ciencia y de la técnica deben permitir solucionar todos los problemas: idea de progreso. - El análisis racional va a permitir la determinación de un “orden-tipo”, susceptible de aplicarse a cualquier grupo humano. - Las particularidades de ese orden-tipo serán: - El espacio es abierto, cuajado de huecos y de verdor: valoración de la higiene. - El espacio urbano se divide de acuerdo con un análisis de las funciones humanas: lugares distintos para las distintas funciones: trabajo, cultura, esparcimiento, etc. - Esta lógica funcional debe traducirse en una disposición simple. - Austeridad en la estética: coincidencia de lógica y belleza; geometría natural. - Precisión absoluta en los detalles, lo que da como consecuencia la rigidez del modelo. - Edificios definidos, como prototipos, de una vez por todas. - Vivienda standard. - Asentamientos atomizados. - El concepto clásico de ciudad se diluye, en tanto aparece el de ciudad-campo. - Los modelos progresistas se presentan como sistemas coactivos y represivos: autoritarismo político. Estas características reseñadas por Choay son cumplidas por todos los autores que vamos a estudiar en este apartado. A este modelo progresista opone un modelo culturalista91, cuyos representantes van a ser en el preurbanismo Camillo Sitte, Ebenezer Howard y Raymond Unwin, caracterizado por la critica nostálgica del presente; un intento de huir al pasado, ejemplificado en las ciudades del Renacimiento y cuyo punto de en su oposición al status quo social, y sobre su papel desintegrador. (..) No hemos podido adoptar aquí su clasificación de las formas de la mentalidad utópica: nuestro modelo progresista engloba a la vez su “idea humanitaria liberal” y una parte de su “idea socialista comunista”. Además nuestro modelo culturalista no es enteramente asimilable a la “idea conservadora”. Choay, Françoise; “El urbanismo. Utopías y realidades”; Lumen; Barcelona; 1.976; 2ª edic.; p. 20. 90 “De un conjunto de filosofías políticas o sociales (Owen, Fourier, Considérant, Proudhom, Ruskin, Morris) o de verdaderas utopías (Cabet, Richardson, Morris) se desprenden, con mayor o menor lujo de detalles, dos tipos de proyecciones espaciales, de imágenes de la ciudad futura, que, de ahora en adelante llamaremos modelos.” Idem.; p. 21. Los modelos de Choay van a ser principalmente dos, el progresista y el culturalista. 91 “Al utopismo progresista se opone el utopismo nostálgico, y a la religión del funcionalismo, el culto a los valores ancestrales, cuyo funcionamiento queda evidenciado por su historia y por su arqueología.” Choay, F.; op. cit. p. 59 partida ya no es el individuo sino el grupo humano, al que hay que dar, por encima de todo, satisfacciones a sus necesidades espirituales, antes que a las materiales92. En la fase del urbanismo progresista y culturalista añade un nuevo modelo de urbanismo naturalista, representado por Frank Lloyd Wright, representación de las ideas antiurbanas americanas.93 Después de esta introducción pasamos a analizar la obra de los que consideramos utopistas urbanos clásicos: Owen, Fourier y Cabet,94 ya que no consideramos utopías urbanas, en el sentido tantas veces aludido de Mannheim, las de Buckinghan, Godin o Richardson95, pues las faltaría la componente de destrucción del orden urbano establecido para ser sustituido por otro nuevo orden, dentro de un marco de cambio total de las relaciones entre los distintos grupos sociales y, no menormente, de la concepción del mundo. “A veces la ciudad ideal se queda en una simple imagen literaria. En el siglo XIX aparecen una larga serie de utopías, desde C.N. Ledoux hasta W. Morris, pero en la primera mitad del siglo y, especialmente en los años cargados de esperanza que transcurren entre 1.820 y 1.850, algunos de estos imaginadores de ciudades tratan de pasar a la acción. Estos episodios se podrían integrar en la literatura utópica, pero estamos obligados a destacarlos, como iniciadores de una nueva línea de pensamiento y acción con la que comienza efectivamente - aunque sólo de forma simbólica y frecuentemente artificiosa- una acción consciente para la reforma del paisaje urbano y rural, y con ello, según la definición de Morris, de la arquitectura moderna.”96 2.2.1.- Robert Owen (1.771-1.858). 92 “Sin embargo, todos ellos imaginan la ciudad del porvenir en términos de modelo. En todos los casos, la ciudad, en lugar de ser pensada como proceso o como problema, es siempre planteada como una cosa, como un objeto reproducible. Es sustraída de la temporalidad concreta y se convierte, en sentido etimológico, en utopía, es decir, de ninguna parte.” Idem.; p. 32 93 “En la raíz misma de toda propuesta de ordenación, tras los raciocinios o conocimientos que pretenden apoyarla en la verdad, se ocultan una serie de tendencias o sistemas de valores. (...) Pueden reducirse a los sistema antagónicos citados: progresismo, culturalismo, naturalismo. Fe en el progreso y en la ciencia todopoderosa; aversión hacia la sociedad mecanizada y nostalgia de las antiguas comunidades culturales; aversión a un mundo “desnaturalizado” y nostalgia de una relación formadora con la naturaleza: estos han sido los fundamentos afectivos - y, a veces, inconscientes- del preurbanismo y del urbanismo.” Idem.; p. 95. 94 La consideración de estos pensadores como utópicos, en el sentido estricto mencionado, pugna con la crítica marxista del socialismo utópico, precisamente por entender éste que dicho pensamiento nunca puede ser transformador de la realidad, ni ningún avance en el desarrollo de la lucha de clases: “Precisamente por estas posiciones determinadas de una manera histórica, las propuestas operativas elaboradas por Owen y Fourier contienen, en efecto, la denuncia de las consecuencias negativas de la ciudad industrial (usura del suelo, división del trabajo, etc.), pero las soluciones espaciales alternativas que proponen se colocan fuera de la ciudad, en un sistema organizado que está por completo centrado sobre la autonomía (económica y arquitectónica) de organizaciones simples, elementales, capaces de asegurar una vida equilibrada y completar un número reducidísimo de habitantes (de 1.200 a 1.600 personas) en cuanto contiene en sí todos los grados de la producción, del sustento, de la educación, del ocio y de la cultura. Tanto el Falansterio como los Centros de Cooperación y Armonía, una vez alcanzado su “máximum” óptimo -previsto y por tanto planificado hasta en los detalles- admiten un ulterior desarrollo sólo en la repetición en extensión del organismo elemental.- Para negar las causas de efectos históricos juzgados negativos (...) se vuelve a formas de producción - y por tanto de relaciones sociales y por tanto de asentamientos- totalmente primitivas...” Aymonino, Carlo; “Orígenes y desarrollo de la ciudad moderna”; Gustavo Gili; Barcelona; 1.992; 1ª edic.; p. 21. 95 “Las ciudades ideales descritas después de 1.848 - Victoria, de J.S. Buckingham, publicada en 1.849, e Hygeia, de B.W. Ricahrdson, publicada en 1.876- derivan de aquellos precedentes, pero carecen ahora de connotaciones políticas, mientras que se da toda la importancia a sus características constructivas y técnicas; constituyen el eslabón de unión entre las utopías socialistas y el movimiento de las ciudades- jardín, que empieza a despuntar a fines de siglo, pero confirman en el fondo, el agotamiento de la línea de pensamiento de Owen, Fourier y Cabet, insostenible en la nueva situación económica y social.” Benevolo, Leonardo; “Historia de la arquitectura moderna”; op. cit.; p. 189. 96 Benevolo, Leonardo; op. cit.; p. 179. Es el primero de los pensadores urbanos utópicos, publica “Report to the Committee for the Relief of the Manufacturing Poor” en 1.817 y “Report to the Couty of Lanark” en 1.820, y va a ejercer gran influencia en todos ellos. Autodidacta e importante industrial, va a introducir grandes reformas en las instalaciones de sus hilaturas de Lanark (Escocia), haciendo una fábrica modelo, tanto en la producción, como en el trato y en las condiciones de trabajo y residencia de los obreros. Es uno de los precursores de la legislación laboral inglesa, del movimiento cooperativo y de las asociaciones sindicales. En 1.816 crea en New Lanark un centro por él denominado Institución para la Formación del Carácter, que va a ser un ensayo para su utopía general destinada a la educación y formación de los niños y los jóvenes de los trabajadores de su fábrica, aunque también prevé la educación de los adultos en horas nocturnas. Esta Institución que pone en funcionamiento ya la considera un modelo exportable a cualquier lugar y tiempo.97 Aprovechando su intervención en una comisión de investigación parlamentaria sobre la nueva Ley de Pobres, en 1.817, escribe su utopía, que es primer plan urbanístico completo, donde Owen redacta desde las premisas filosófico-políticas que lo sustentan, hasta el programa constructivo y el presupuesto económico-financiero. Esta utopía es la contestación al conflicto planteado: ¿Cuál es el remedio para la indigencia que ha traído consigo la desocupación? A lo que Owen responde que ante los problemas que han surgido con el maquinismo sólo hay dos salidas: o reducir el empleo de la energía mecánica o permitir que millones de seres mueran de hambre; no siendo ninguna satisfactoria hay que buscar una ocupación ventajosa para los pobres en un sistema que permita continuar el progreso mecánico de forma ilimitada. Lo que se consigue partiendo de dos premisas sustentadas en su programa económico: la adopción del trabajo humano como medida de los intercambios y la creación de un mercado interno dentro del propio aparato productivo, con el aumento de la retribución de los trabajadores para convertirlos en consumidores de los bienes producidos. Para ello son necesarios varios cambios organizativos y una nueva distribución de los hombres en el territorio. Así llegamos a la descripción de las nuevas unidades de poblamiento: “Todo programa destinado a mejorar la situación de los trabajadores debe comprender medios para impedir que su hijos adquieran malos hábitos y para imbuirlos de buenas costumbres; debe prever para ellos una enseñanza y un adiestramiento oportunos; ofrecer un trabajo adecuado a los adultos; dirigir su trabajo de manera que produzcan los máximos beneficios para ellos y para la sociedad: ponerlos en condiciones que les alejen de las tentaciones inútiles, y que unan estrechamente sus intereses y sus deberes. Estos beneficios no pueden ser ofrecidos a los individuos y a las familias por separado, ni a masas demasiado numerosas. En cambio, es posible ponerlos en práctica reuniendo en una sola organización un grupo compuesto por 500 a 1.500 personas, o un promedio de 1.200. (...) Cada aldea comprende un cuadrado de edificios con capacidad para alojar a 1.200 personas, circundado por un terreno de 1.000 a 1.500 acres. Dentro del cuadrado se encuentran ubicados los edificios públicos, que lo dividen en sectores. El edificio central contiene la cocina pública, los depósitos y todos los servicios necesarios para cocinar y recalentar en forma eficiente. A la derecha hay un edificio con la escuela de los niños más pequeños en la planta baja, una sala de lectura y un lugar de oraciones en el primer piso. El edificio de la derecha comprende, en la planta baja, la escuela para los niños mayores y una sala de reuniones; arriba, la biblioteca y los locales para los adultos. En el espacio desocupado dentro del cuadrado se hallan distribuidos los lugares para ejercicios físicos y recreación, los cuales se debe suponer que están arbolados. Tres de los lados del perímetro están destinados a las viviendas, sobre todo para las personas casadas, compuestas cada una de ellas de cuatro casas. El cuarto lado está reservado a los dormitorios para los niños que superan el número de dos por familia o que tengan más de tres años. en el centro de este lado están los alojamientos para los encargados del dormitorio, en un extremo la enfermería y en el otro un alojamiento para visitantes. En el centro de otros lados hay viviendas para el superintendente general, el sacerdote, el maestro, etc., y en el tercer lado los depósitos para las cosas necesarias para la aldea. Fuera 97 “Este conjunto de beneficios podría en teoría dispensarse universalmente, en hábitats pequeños; pero es preciso comenzar a actuar en algún lugar, y una combinación de acontecimientos particulares ha fijado este punto en nuestro establecimiento.” Owen, Robert, citado en Benevolo, Leonardo; “Orígenes del Urbanismo Moderno”, op. cit.; p. 63. legitimidad del deseo y de las pasiones.106 El discurso socioantropológico mencionada va a ser expuesto, principalmente, en su temprana y primera obra publicada, “Teoría de los cuatro movimientos”, de 1.808; que posteriormente amplía y va matizando, principalmente con la introducción de sus interpretaciones urbanísticas, en el “Tratado de la asociación doméstica-agrícola”, de 1.822; para culminar con “El nuevo mundo industrial y societario”, de 1.829, donde presenta, con todo detalle, su falansterio. En la segunda obra mencionada, Fourier describe el tipo de ciudad que surgirá en el sexto periodo, el de seguridad - después de haber pasado por el quinto, civilización, caracterizado por la propiedad individual incontrolada que lleva a una ciudad inhabitable - de la siguiente forma: “Es preciso delimitar tres zonas: la primera contiene la cité, o ciudad central, la segunda los suburbios y los grandes edificios, la tercera las avenues y la periferia. Cada una de las tres zonas adopta diferentes dimensiones para las construcciones, ninguna de las cuales puede ser realizada sin la aprobación de una comisión de ediles, que vigila la ejecución de los estatutos de garantías, cuya exposición sigue. Las tres zonas se encuentran separadas por cercados, arbustos y plantaciones que no deben obstaculizar la visión. Cada casa de la cité tiene que estar dotada de espacios libres, con patios o jardines, equivalentes por lo menos a la superficie construida; estos espacios serán dobles en la segunda zona, y triple en la tercera. Todas las casas estarán aisladas y formarán fachadas regulares en todos los lados, con ornamentos graduados según la zona de que se trate, y quedarán excluidos los muros de apoyo desnudos. La distancia mínima entre los edificios será de tres toesas. (...) Los cercados sólo podrán ser muros bajos, coronados de rejas o empalizadas que dejen libres a la visión por lo menos dos tercios de su desarrollo. La separación se calculará siempre en proyección horizontal, inclusive en los terrenos pendientes, y será por lo menos igual a la mitad de la altura de la fachada del frente, ya sea a los lados o a la parte trasera. (...) Sobre las calles, las construcciones, hasta la gotera del techo, no podrán superar en altura el ancho de la calle... Los caminos tendrán como fondo un paisaje campestre o un monumento de arquitectura pública o privada; el monótono damero estará excluido. Algunos caminos serán curvos y serpeantes para evitar la uniformidad.”107 Esta descripción contiene, en sí, todo un programa urbanístico completo108, del que podemos destacar la siguientes ideas: - La ciudad futura reflejada en un Plan, que describe, delimita y asigna todas las funciones de la misma y las relaciones entre ellas. - El juego de los espacios libres y zonas verdes, tanto públicos como privados. - Formación de un hábitat colectivo, diseñado conforme a un sistema concéntrico, tan apreciado por los pensadores utópicos, cuyo foco central es la ciudad comercial y administrativa, - el poder ya no lo representa el templo, como en Campanella, o la Casa de la Sabiduría, como en Bacon - como una característica del periodo de transición entre la civilización (propiedad individual descontrolada) y la armonía (desaparición de la propiedad privada). - Exclusión de la cuadrícula ortogonal, por monótona, y huida de los trazados rectilineos de los viales, aunque recuperando la idea barroca de los puntos focales. 106 “De hecho su preocupación por terminar con una actitud moralista va a recordar los versos malditos de Rimbaud o la obsesión de Nietzsche; su definición del secreto de la moral como una hipocresía que se adapta a las circunstancias y se quita la máscara en cuanto puede, va a recordar claramente al autor del Zaratustra. El antimoralismo de Fourier hace del autor de los falansterios algo más que un urbanista o un arquitecto. Va a hacer de los falansterios un proyecto de alternativa en donde los cambios geométricos van a implicar otro hombre gracias a la célebre atracción apasionada.” Idem.; p. 65. 107 Fourier, Charles, en “Tratado de la asociación doméstica y agrícola”, citado en Benevolo, Leonardo; “Origenes del Urbanismo Moderno”; op. cit.; p. 83. 108 “Esta descripción anticipa en forma sorprendente el contenido de los reglamentos constructivos del siglo XIX, y les atribuye un valor resolutivo que será desmentido por la experiencia posterior; sigue siendo, quizá, la más importante contribución de Fourier a la práctica urbanística futura.” Idem.; p. 84. - Las ordenanzas obligatorias, “estatutos de garantía”, de construcción y urbanización, siendo controlado su cumplimiento por los representantes elegidos por la comunidad.109 Esta ciudad ideal del sexto periodo, es un simple paso para llegar al séptimo y último periodo, el de la armonía, que se caracteriza, principalmente, por el abandono de la ciudad y la reunión de los hombres en falanges de 1.620 personas, viviendo en edificios colectivos llamados falansterios. Un análisis del falansterio foureriano110 nos llevaría a centrar sus innovaciones utópicas en las siguientes consideraciones: - Terreno o espacio físico necesario: una legua cuadrada (3.100 Ha aproximadamente) en un lugar con buenas corrientes de agua, adaptado a varios cultivos, sembrado de colinas, cercano a un bosque, y poco alejado de una ciudad. Esta Arcadia, curiosamente, no puede existir sin una ciudad cercana, aunque este estadio evolutivo haya pronosticado su desaparición. - El capital necesario para su fundación será suscribible mediante acciones, a las que se les dedica un retribución de cuatro doceavas partes de las ganancias anuales. Las premisas económicas de las que parte es que el experimento sea realizado por un soberano, que entregaría gratuitamente el terreno necesario, o por un filántropo adinerado o por una compañía poderosa que desee realizar, sin más trámites, la Gran Armonía. - El número de habitantes, 1.620, viene dado de la suma de 810 caracteres distintos - obtenidos por la combinatoria de las doce pasiones humanas - que componen la escala completa de los caracteres posibles; más 192 personas ente niños y ancianos; más 450 omitidos del cálculo por enfermedad, viajes, misiones, noviciados o insuficiencia de carácter; reforzados por 168 personas complementarias de refuerzo de las clases activas. La proporción entre hombre y mujeres sería de veintiuno a veinte. - A un hombre nuevo le corresponde un hábitat nuevo111. Aunque siendo la construcción y uso de este falansterio lo que propicia la aparición del hombre nuevo, no queda claro cual es la causa y cual el hecho causado.112 - El falansterio como comuna-tipo. Es un modelo a seguir en cualquier circunstancia espacial, en el que se fijan todas las reglas de la convivencia del grupo social. Además de un modelo experimental, al que considera susceptible de modificaciones en base a la experiencia. - La base económica del grupo componente del falansterio es la agricultura y la pequeña industria, parece ser que artesanal, aunque nunca lo llega a matizar en su obra.113 - Disociación de las funciones básicas humanas, así como de las actividades productivas, lo que lleva a una estricta zonificación espacial. 109 “Aún más complejo es el engranaje de la “ciudad del garantismo” prefigurada por Charles Fourier - con sus tres bandas concéntricas de edilicia direnciada-, donde, además de la propuesta de una inédita tipología productivo-residencial para una comunidad de 1.620 habitantes (el Falansterio), se plantea contextualmente la formulación de una normativa edilicia de sorprendente lucidez legislativa.” Gravagnuolo, Benedetto; “Historia del Urbanismo en Europa. 1.750-1.960”; Akal; Madrid; 1.998; 1ª edic.; p. 65. 110 Seguimos la descripción de Benevolo en “Los orígenes del Urbanismo Moderno”; op. cit. p. 85 y ss. 111 “Los alojamientos, las plantaciones y los establos de una sociedad que opera por series de grupos tienen que diferenciarse en forma prodigiosa de nuestras aldeas o suburbios, ocupados por familias que no tienen relación societaria alguna y actúan contradictoriamente...” Fourier, citado en Benevolo; op. cit.; p. 86. 112 “Fourier era consciente de la influencia vivificadora de la arquitectura sobre las actividades y relaciones humanas y daba gran importancia a la variedad y a la facilidad de accesos. Sus “séries passionnées” se dividían en subsecciones: los niños, los pobres, la clase media, los ricos y los expertos elegidos. El alojamiento y la participación de los miembros admitía diferencias de calidad, elemento que favorecía la variedad.” Rosenau, H.; op. cit.; p. 158. 113 “Las comunidades de Fourier debían basarse en la horticultura y en la agricultura, con cierto refuerzo por parte de la manufactura, pero el proyecto no es muy claro respecto a esta última.” Idem.; p. 158. - La densidad - el falansterio tiene en total seis alturas, planta baja, entresuelo, tres pisos y desván habitable - como medio para alcanzar una economía del espacio y de los costes de construcción y, principalmente, para “acelerar las relaciones sociales”. Fourier es consciente de la importancia de obtener un nivel crítico de densidad, o de una relación espacio/habitante amplia, para obtener un nivel importante de socialización. - El paralelogramo del falansterio está abierto por uno de sus lados, al contrario que el de Owen114, en un intento de no encerrarse en si mismo, que es lo que critica de Owen, y de tener comunicación visual y directa con el espacio natural que le rodea. - El diseño arquitectónico del falansterio recuerda, en la descripción y en los grabados de la edición de 1.814, la arquitectura barroca del XVIII115, siendo también destacado este hecho por H. Rosenau.116 - La fusión de la calle convencional con la vivienda va a dar como resultado la creación de la calle-galería que recorre todo el falansterio y es el eje vertebrador del mismo. Al igual que Owen, Fourier realizará varios intentos de fundar falansterios, tanto en Francia como en Rusia, Argelia, Nueva Caledonia, etc. pero es en América donde van a triunfar las ideas de Fourier, fundándose cuarenta y una comunidades entre 1.840 y 1.850, aunque todas fracasaron. 2.2.3.- Etienne Cabet (1.788-1.856) Perteneciente a una familia obrera, se licenció en Derecho y ejerció importantes cargos políticos - procurador general de Córcega y diputado de la Côte d’Or -, no siendo, pues, ni un proletario, ni un agitador revolucionario, sino un intelectual preocupado por el estado de las clases humildes, antiguo carbonario, fiel admirador de la Revolución Francesa, de la que publica una historia en 1.839. Al año siguiente ve la luz su novela “Viaje por Icaria”, que va a retomar la forma de las utopías clásicas, con una gran inspiración en Platón y Moro. Esta utopía, la primera considerada como genuinamente “comunista”117, no se puede entender sin estos antecedentes y su formación religiosa. La forma de llegar a este ideal va a ser la democracia, imponiendo el sufragio universal, y la educación, obligatoria y gratuita; no va a ser necesaria la violencia, sino la persuasión y el efecto demostrativo de unas cuantas fundaciones originarias, aunque luego su modelo tenga fuertes connotaciones autoritarias en su funcionamiento.118 Las ideas urbanísticas de Cabet se reflejan tanto más en sus experiencias territoriales, fundación de comunidades, que en su obra escrita. En el “Viaje por Icaria” describe un modelo de gran ciudad, formada por sesenta barrios distintos, que van a representar cada uno de ellos la belleza de las más célebres ciudades; cada barrio, así, encarna a cada una de las sesenta naciones y las casas, todas iguales en el interior del barrio, simbolizarán, con su decoración, ornamentación y diseño, a la nación que imitan. 114 “Conviene señalar que el “patio” de tres lados lo utilizó ya Owen en los edificios auxiliares de su proyecto de 1.817, pero Fourier no debió tener conocimiento de ello, o al menos no lo quiso reconocer...”; Idem.; p. 157. 115 “Fourier concibe el edificio bajo las formas áulicas de la arquitectura representativa francesa; deberá ser simétrico, con tres patios y numerosas entradas, siempre en el eje de los diversos cuerpos de fábrica; el patio central, llamado Place de Parade, si vigilará desde la Tour d’Ordre, donde habrá un reloj y un telégrafo óptico.” Benevolo, Leonardo; “Historia de la arquitectura moderna”; op. cit.; p. 183. 116 “El alzado del falansterio, con sus columnatas que permitían pasar a todas las partes del edificio sin tener que mojarse en caso de lluvia, recordaba la fachada del Louvre de Perrault, las arcadas de la Place de la Concorde y de la parte del Palais Royal construida en el siglo XVIII.” Rosenau, H.; op. cit.; p. 157. 117 “El comunismo de Cabet no deriva en modo alguno de un análisis a fondo de las realidades contemporáneas. Es una mezcla en la que se combinan Platón, Tomás Moro, las utopías comunistas del siglo XVIII, el owenismo y un cristianismo fraternal que se emparienta con el de Saint-Simon: el comunismo icariano es el “verdadero cristianismo”.” Touchard, J.; op. cit. p. 222. 118 “Incluso las principales utopías de la fase paleotécnica eran nacionalistas y militaristas: La Icaria de Cabet, contemporánea de las revoluciones liberales de 1.848, era una obra maestra de regimentación guerrera en cada detalle de la vida...” Mumford; L.; op. cit.; p. 213.
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