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Aristoteles resumen sobre lo que explica el libro de justicia de Sandel, Esquemas y mapas conceptuales de Derecho

Aristoteles resumen sobre lo que explica el libro de justicia de Sandel en la asignatura PIDH

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2022/2023

Subido el 03/12/2023

yaiza-rubio-mosquero
yaiza-rubio-mosquero 🇪🇸

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¡Descarga Aristoteles resumen sobre lo que explica el libro de justicia de Sandel y más Esquemas y mapas conceptuales en PDF de Derecho solo en Docsity! ARISTÓTELES CAPÍTULO 8. QUÉ SE MERECE CADA CUAL. ARISTÓTELES EJEMPLO: Callie Smartt era una popular animadora de primer año en el Instituto Andrews, en el oeste de Texas. Que padeciese parálisis cerebral y se moviera en silla de ruedas no sofocaba el entusiasmo que su briosa presencia en las bandas inspiraba entre los jugadores y seguidores del equipo de fútbol americano durante los juegos escolares. Sin embargo, al final de la temporada, a Callie la echaron del equipo de animadoras. La dirección del instituto dijo que si quería formar parte del equipo el año que viene, tendría que competir como las demás. El padre de la jefa de animadores encabezó la oposición a que se incluyese a Callie en el equipo, decía que le preocupaba su seguridad, La madre de Callie sospechaba que la oposición se debía al resentimiento creado por las aclamaciones que recibía Callie. La historia suscita 2 preguntas: 1. ¿Había que exigirle que realizase los ejercicios gimnásticos para que fuese animadora o tal requisito no era justo, habida cuenta de su discapacidad? Una forma de responder se basaría en el principio de no discriminación: con tal que desempeñe bien su papel, a Callie no se la debería de haber excluido del equipo de animadoras solo porque carecía, y no por culpa suya, de la capacidad física que permite realizar ejercicios gimnásticos. No sirve de mucho ya que elude el problema en que se centra la controversia: ¿en qué consiste desempeñar bien el papel de animadora? Quienes querían excluir a Callie sostenían que una buena animadora debe poder hacer acrobacias y abrir las piernas 180º. Al fin y al cabo, así es como han exaltado siempre las animadoras a la multitud. Quienes apoyan a Callie sostenían que esa actitud confunde el verdadero propósito de las animadoras con una forma concreta de lograrlo. El verdadero propósito de que hay animadoras es inspirar espíritu escolar y motivar a los aficionados, cosa que Callie hacía muy bien. 2. Se refiere al resentimiento: ¿qué tipo de resentimiento debió motivar al padre de la jefa de animadoras? Lo que intuimos es que su resentimiento probablemente reflejaba la sensación de que a Callie se le estaban concediendo honores que no se merecía, y de un modo que hacía burla del orgullo que sentía por la competencia como animadora de su hija. Si se podía ser una gran animadora sentada en una silla de ruedas, el honor que se infiere a quien es capaz de abrir las piernas 180º y efectuar acrobacias se desprecian en cierta medida. Obsérvese le nexo entre la 1a cuestión, relativa a la equidad, y la 2a, relativa a los honores y el resentimiento. Para determinar una manera equitativa de repartir los puestos de animadora tendremos que determinar el propósito de que haya animadoras y la naturaleza de sus acciones. Pero la determinación de la esencia de ser animadora puede dar lugar a la controversia porque no enredará en discusiones sobre las cualidades que son dignas de que se las honre. Como muestra de esta situación, las animadoras, por ejemplo, no solo tienen un propósito instrumental (animar a un equipo deportivo) sino también un propósito honorífico (celebrar ciertas excelencias y virtudes). No solo promueve el espíritu escolar, sino que declaró cuáles son las cualidades que espera que quienes allí estudian admiren y emulen. Esto explica el ador de la disputa. Esos padres querían que la existencia de las animadoras sirviese para honrar las virtudes tradicionales de estas, que eran las que sus hijas poseían. JUSTICIA, PROPÓSITO Y HONOR La teoría de la justicia de Aristóteles representa 2 ideas ya vistas en el núcleo del debate sobre Callie: 1. La justicia teológica: para definir los derechos hemos de determinar el propósito de la práctica en cuestión. 2. La justicia honorífica: Razonar sobre el propósito de una práctica es, al menos en parte, razonar sobre qué virtudes deber honrar y compensar. La clave para entender la ética y la política de Aristóteles está en ver la fuerza de estas dos consideraciones y la relación que hay entre ellas. Aristóteles cree que los debates sobre la justicia son, inevitablemente, debates acerca del honor, la virtud y la naturaleza de la vida buena. Debe de haber un nexo entre la justicia y la vida buena, que no servirá para ver qué hay en juego en empeño por disociarlas. Para Aristóteles, la justicia significar dar a las personas lo que se merecen. La justicia comprende dos factores; las cosas, y las personas a las que se asignan cosas. Por general decimos que debemos asignar las mismas cosas a los que son iguales. El problema surge al pensar en el sentido de ese “iguales”. La justicia discrimina según el mérito, según la excelencia que resulte pertinente. Y en el caso de tocar la flauta, el mérito pertinente es la capacidad de tocar bien. Sería injusto discriminar por cualquier otra razón, como la riqueza, la nobleza de cuna, la belleza física o la suerte. La idea de Aristóteles es que, si repartimos las flautas, deberemos buscar a los mejores flautistas. Piensa que las mejores flautas deberán entregarse a los mejores flautistas porque para eso se hacen las flautas: para que se toquen bien con ellas. Pero es importante que se entienda que la razón de Aristóteles va más allá de esta consideración utilitaria y que es un ejemplo de razonamiento teológico. Según él, para determinar la distribución justa de un bien hemos de indagar cuál es el propósito del bien que se va a distribuir. ¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DE UNA UNIVERSIDAD? Empezamos por buscar criterios justos para la distribución: ¿quién tiene derecho a ser admitido? Al abordar esta cuestión, nos vimos abocados a preguntarnos cuál era el propósito de la universidad. El propósito no es evidente sino discutible. Establecer cuál es el propósito de una universidad parece esencial para determinar el criterio de admisión. Queda así clara el aspecto teológico de ajusticia en la admisión a una universidad. Muy ligadas debate sobre el propósito de la universidad está la cuestión relativa al honor: ¿qué virtudes o excelencias es apropiado que honren y recompensen las universidades? Es probable que quienes creen que las universidades existen solo para celebrar y recompensar la excelencia académica rechacen la AAF, mientras que quienes creen que las universidades existen además para fomentar ciertos ideales cívicos es muy posible que la acepten. ¿Qué podemos hacer si se discrepa sobre el propósito de la actividad en cuestión? Aristóteles creía que es posible razonar sobre el propósito de las instituciones sociales. Su esencia natural no queda fijada de una vez por todas, pero tampoco es una mera cuestión de opiniones. LA DEFENSA DE LA ESCLAVITUD POR ARISTÓTELES La ciudadanía que Aristóteles celebraba no incluía ni a las mujeres ni a los esclavos, según él, su naturaleza no les hacía aptos para ser ciudadanos. En el caso de la esclavitud la aceptó y ofreció una justificación filosófica para ella. Según él la justicia consiste en la concordancia; asignar los derechos equivale a buscar el propósito de las instituciones y a dar a las personas lo que se les debe; los cargos y honores que se merecen y los papeles sociales que sean acordes a su naturaleza. El principio de la concordancia puede deslizarse con facilidad a la esclavitud si los que ocupan el poder deciden que cierto grupo concuerda, por una razón u otra con un papel subordinado. Este razonamiento es contrario a la teoría política liberal, que sostiene que no hay que asignar papeles sociales según la concordancia, sino conforme a lo que se escoja. Debemos permitir que las personas escojan por sí mismas. Por lo tanto, según este punto de vista la esclavitud es mala porque obliga a los individuos a desempeñar papeles que no han escogido. Para que la esclavitud sea justa arguye Aristóteles, se deben cumplir 2 condiciones: 1. Que sea necesaria  Es necesaria porque la polis requiere una división del trabajo; algunas personas deberán encargarse de las necesidades de la vida para que otros tengan las manos libres para participar en la política. 2. Que sea natural  Tiene que ocurrir también que ciertas personas concuerden por naturaleza con el papel de esclavos, y llega a la conclusión de que hay personas que han nacido para esclavas. Sin embargo, también coincide en que los críticos que se le oponen tienen parte de razón. Muchos esclavos que se hallaba en esa condición eran por una razón puramente contingente (capturados de guerra). Su situación de esclavos no tenía nada que ver con que concordaran con ese papel, no era su esclavitud natural sino resultado de la mala suerte. Según las propias pautas de A era injusta. CAPÍTULO 10 ¿QUÉ NOS DEBEMOS LOS UNOS A LOS OTROS? LOS DILEMAS DE LA LEALTAD DISCULPAS Y REPARACIONES. Buena parte de la tensa política del perdón guarda relación con los horrores cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Alemania ha pagado más de miles de millones de dólares en reparaciones por el Holocausto y han expresado sus disculpas y aceptado la responsabilidad por el pasado nazi en varios grados. Japón ha sido más reacio y desde los años 90 que está sujeto a una creciente presión internacional para que exprese formalmente sus disculpas a las llamadas “mujeres de consuelo”. ¿Deben disculparse las naciones por sus injusticias históricas? Hay que tratar cuestiones relativas a la responsabilidad colectiva y las exigencias comunitarias. Las principales justificaciones delo ofrecimiento público y disculpas son: o Honrar el recuerdo de quinas sufrieron injusticias a manos de la comunidad política o Reconocer los efectos persistentes en las víctimas y sus descendientes. o Expiar el mal que hicieron los que infringían las injusticias o no las impidieron. Las reparaciones y otras formas de restitución económica se pueden justificar de modo parecido, como expresiones tangibles enmienda y del perdón pedido. Sin embargo, en algunos casos, que se intente pedir perdón públicamente o reparar el mal infligido puede hacer más daño que otra cosa: inflama viejas animadversiones, consolida las enemistades históricas, enraíza el victimismo o generar resentimientos. Para el juicio político, supone un problema determinar la probabilidad de que una petición de perdón o de que una restitución vaya a resultar benéficas para la comunidad política. La respuesta variará de unos casos a otros. ¿DEBEMOS EXPIAR LOS PECADOS DE NUESTROS PREDECESORES? Hay un argumento al que suelen recurrir los que se ponen a que se pian públicamente disculpas, un argumento de principio que no depende de las contingencias de la situación: que los individuos de la generación presente no tienen por qué pedir perdón por lo que hicieron generaciones anteriores. En la petición del perdón, es el pensamiento lo que cuenta, en concreto el reconocimiento de la responsabilidad. Solo alguien que haya participado en la injusticia pide perdón por ella. Los oponentes perciben correctamente lo que está en juego moralmente, y niegan que la generación actual pueda ser moralmente responsable de los pecados de sus antepasados. INDIVIDUALISMO MORAL No es fácil desechar la objeción; se basa en la idea de que somos responsables solo de lo que nosotros mismos hagamos, no de las acciones de otros o de hechos que escapen de nuestro control. Pero el asunto se formula así de manera negativa. La principal objeción a las peticiones oficiales de disculpas tiene peso porque bebe de una idea moral atractiva y potente. La podríamos llamar la idea del “individualismo moral”. Doctrina que no da por sentado el egoísmo de los individuos, sino una formulación de lo que significa libre. Y ser libre es estar sujeto solo a las obligaciones que voluntariamente hago mías. La idea de que mis responsabilidades se limitan a las que yo mismo me impongo es liberadora. Ni la costumbre, ni la tradición, ni la condición social influyen, la fuente de las únicas obligaciones morales que nos ligan es la libre elección de cada individuo. Esta manera de concebir la libertad deja poco espacio para la responsabilidad colectiva. A falta de una promesa conforme a asumir ciertos actos no cometidos por uno mismo, el individualista moral no encuentra sentido alguno en que se tenga la menor obligación de pagar por los pecados de los antecesores. El punto de vista individualista de la libertad aparece en las teorías de la justicia que más reconocibles son en la política contemporánea. Una versión temprana de la idea de que cada uno es en sí mismo un ser que elige se debe a John Locke. o Sostenía que el gobierno legítimo debe basarse en el consentimiento porque somos seres libres e independientes, que no están sujetos a la autoridad. o Posterior a él es Immanuel Kant, que iría contra los utilitaristas y empiristas. Sostenía que debemos concebirnos a nosotros mismos como algo más que un haz de preferencias y deseos. Ser libre es ser autónomo, lo que significa estar gobernado por una ley que me doy a mi mismo. o En el s.xix Rawls adapta la concepción kantiana de la autonomía a si teoría de la justicia. Sostiene que hace falta un acuerdo hipotético tras el velo dela ignorancia para que la sociedad consista en una ordenación voluntaria. La idea de Kant y Rawls conciben el agente moral de modo que se independiente de sus fines y apegos particulares. Cuando promulgamos la ley moral o escogemos los principios de la justicia, lo hacemos sin referencia alguna a los papeles e identidades que no sitúan en el mundo y hacen de nosotros quien en particular somos. Concebir una persona como un ser que en sí mismo es libre e independiente no solo hace que se vea de manera distinta la responsabilidad colectiva, tiene además una derivación de mayor alcance: concebir a los agentes morales de esa manera afecta el modo en que concebimos la justicia mas en general. ¿DEBE SER EL ESTADO NEUTRAL MORALMENTE? En nuestros días, la idea de que el objeto de la política es el cultivo de la virtud les resulta a muchos chocante, hasta peligrosa. Si pensamos en estados que intentan promocionar la virtud, no se nos ocurre la polis ateniense (Aristóteles), pensamos más bien en los fundamentalismos religiosos (Burkas obligatorios, juicio de las brujas de Salem). Para Kant i Rawls, las teorías de la justicia que se basan en una concepción determinada de la vida buena, sea religiosa o secular, no se compadecen con la libertad. Estas teorías no respetan a la persona como ser que en sí mismo es libre e independiente. Por lo tanto, el ser que elige libremente por lo que en sí mismo es y el Estado neutral van de la mano: precisamente porque cada uno de nosotros es un ser en sí mismo libre e independiente necesitamos un marco legal que se neutral en lo que se refiere a los fines, que renuncia a tomar partido en las controversias morales y religiosas, que deje a los ciudadanos en libertase escoger sus valores por sí solos. El atractivo de un marco neutral reside en que renuncia precisamente a establecer una forma preferida de vida o de concepción de qué se tenga por un bien. Kant y Rawls razonan conforme a que los principios que especifican nuestros deberes y derechos no deben basarse en ninguna concepción de la vida buena. JUSTICIA Y LIBERTAD El debate sobre la prioridad de lo que es debido sobre qué se tenga por un bien es en última instancia un debate sobre el significado de la libertad humana. Para Aristóteles, la justicia consiste en que haya una concordancia entre lo que se asigna a las personas y los fines o bienes apropiados a su naturaleza. Pero nos inclinamos a considerar que la justicia tiene que ver con la elección, no con la concordancia. La defensa de Rawls de la prioridad de lo que es debido sobre qué se tenga por un bien refleja la convicción de que una persona moral es un sujeto con fines que él mismo ha escogido. Nuestros agentes morales no están definidos por nuestros fines, sino por nuestra capacidad de escoger. Las teorías de la justicia que aspiran a la neutralidad sean igualitarias o libertarios pro libre mercado, tienen un gran atractivo. Ofrecen la esperanza de que la política y la justicia se libren de quedar
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