¡Descarga Azorín y características del 98 y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967) Junto a Baroja, Unamuno, y, con matices, Antonio Machado y Valle-Inclán, forma parte de la generación del 98, grupo literario vinculado a la literatura Fin de Siglo -marcada por la pérdida de sentido de la existencia que lleva al hastío y al desconcierto vital-, y a la toma de conciencia de la decadencia de España tras el el Desastre del 98. El tema fundamental de su obra es la reflexión sobre el paso del tiempo y la muerte, con el que se relacionan otros: el tiempo como repetición, influido por Nietzsche; la literatura castellana como fuente de inspiración; la reivindicación de los pequeños detalles, relacionado con el primitivismo del 98; y la ausencia de acción, ya que los relatos, son interrumpidos por descripciones y digresiones acerca de cuestiones diversas de carácter reflexivo. Destacan sus cuatro primeras novelas, caracterizadas por el uso de material autobiográfico: Diario de un enfermo, cuyo protagonista es un joven de carácter sensible y descuidado, que, tras un desengaño amoroso, decide suicidarse; y la trilogía formada por La voluntad, Antonio Azorín y Confesiones de un pequeño filósofo, y protagonizada por Antonio Azorín, que busca una salida a su angustia e inacción. También escribió Castilla, colección de artículos en los que se funde el ensayo y el cuento. Antonio Machado Machado nace en Sevilla en 1875 en una familia republicana. Siendo adolescente, se traslada a Madrid y allí, más tarde, entra en contacto con los círculos literarios de Fin de Siglo. En 1907 obtiene una cátedra en Soria y en 1909 se casa con Leonor, que muere tres años después. Tras el estallido de la Guerra Civil, emprende su exilio a Francia donde muere poco después. La biografía y la obra de Machado reflejan los anhelos y los fracasos de su tiempo. En Machado encontramos la angustia existencial del poeta finisecular y la preocupación y toma de conciencia de la decadencia de España propia de la Generación del 98, que le conducirá a la crítica de la realidad social española. Machado publicó tres poemarios: Soledades, galerías y otros poemas (1903-1907), Campos de Castilla (1912), Nuevas canciones (1924). En Soledades, galerías y otros poemas Machado parte de un planteamiento poético cercano al Modernismo. Mediante símbolos tomados del paisaje, se ocupa de temas como la soledad, el hastío, la angustia por el paso del tiempo, la juventud o el amor perdido,otros. Predomina la silva-romance, con encabalgamientos que aportan autenticidad a sus verso. En prosa Machado expresó sus inquietudes filosóficas. Su punto de partida es la consideración de una identidad individual inaprensible y multiforme que se traduce en el desdoblamiento en diversos apócrifos, reducidos finalmente a dos: Abel Martín y su discípulo Juan de Mairena, que conducen al escepticismo y a la necesidade de salir de sí mismo. Características de la narrativa del grupo del 98 En la narrativa del cambio de siglo existen diferentes tendencias novelísticas: la realista y naturalista de Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós, erótica con Blasco Ibañez, y conservadora de Concha Espina y Ricardo León en la q se exaltan los valores tradicionales. Junto a estas tendencias, encontramos la novela de Fin de Siglo, que rompe con los anteriores modelos y refleja la crisis social, política e ideológica de la burguesía. Este tipo de novela incluye autores tanto del modernismo como del 98, y queda definida con la publicación en 1902 de Amor y pedagogía de Unamuno La voluntad de Azorín, entre otras. En las obras de Unamuno, Azorín y Baroja quedan fijadas las características de la nueva novela del 89: introspección de los protagonistas, personajes masculinos apáticos y desorientados que experimentan una crisis vital y que se constituyen en símbolos de la crisis de la sociedad burguesa y de la decadencia de España. Otros elementos simbólicos sugieren la imposibilidad de derrotar a la España tradicional. Por otra parte, son novelas breves, fragmentadas y desestructuradas, en las que predomina la reflexión frente a la narración de acontecimientos. En ellas se utilizan frases cortas y el lenguaje es antirretórico.
