Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

Brasil siglos xv-xviii, Apuntes de Historia de la Edad Media

Asignatura: Historia Universal de la Edad Moderna II, Profesor: Pilar Pezzi, Carrera: Historia, Universidad: UMA

Tipo: Apuntes

2014/2015

Subido el 22/12/2015

frantastico-1
frantastico-1 🇪🇸

3.6

(19)

6 documentos

Vista previa parcial del texto

¡Descarga Brasil siglos xv-xviii y más Apuntes en PDF de Historia de la Edad Media solo en Docsity! Historia de Brasil aspectos general En líneas de occidente. La dependencia de Portugal hace que el territorio de Brasil tenga rasgos de occidente en tiempos de la edad moderna. Durante el siglo XV el reino de Portugal destacó por su tentativa, cada vez más osadas, de la búsqueda de una ruta a las Indias y de la exploración marítima. Debido a que los dos principales reinos responsables de los viajes de exploración y descubrimiento de los territorios desconocidos para Europa fueron Castilla y Portugal, católicos ambos, quedó en manos del papa Alejandro VI, Rodrigo Borgia, el cual era afín a la causa castellana, realizar el “reparto” del mundo, a través de la bula “inter coetarea” de 1493. Meses más tarde se promulgó otra bula, con el mismo nombre, debido al descontento que generó en el reino de Portugal. Pero esta otra bula no satisfizo a ninguna de las dos partes debido a su inviabilidad por el desconocimiento geográfico del papado. Por lo que ambas partes se reunieron en 1494 llegando al tratado de Tordesillas, lo cual no impidió que surgieran disputas por la propiedad de los territorios en los siglos venideros. Mencionar que Brasil no tenía culturas tan desarrolladas como las de México América Central o Perú la exploración de Brasil no fue un capítulo más de la historia del comercio, el factor religioso tuvo un gran alcance en esta exploración página 22. En los primeros momentos de la colonización puede apreciarse una clara diferencia entre la colonización castellana y la portuguesa. Pero el hacer demasiado hincapié en esta comparación no sería productiva para la investigación, ya que las diferencias son notables por lo que sólo hablaremos de la colonización portuguesa. Debido a la escasez de efectivos humanos por parte de la corona portuguesa, 1.326.000 habitantes registrados en el censo de 1527, la conquista se planteó por medio de una administración bien realizada y así lograr la detención de beneficio. Portugal no reveló interés inmediato por América en el año 1500, la expedición dirigida por Pedro Álvares Cabral se dirigía a la india, pero las alteraciones en la ruta a causa de la falta de viento o las tempestades le llevarán a la tierra en Porto Seguro, hoy Cabralia. El secretismo característico en las expediciones portuguesas hacen muy difícil saber, a día de hoy, si el desvío fue intencionado o casual. La justificación del desvío reside en la legitimación de posesión, a través del tratado de Tordesillas, de unas tierras ya conocida. Ante la noticia, el gobierno portugués se mantuvo indiferente, sólo se realizaron algunas expediciones en labor de guardacostas y para conseguir el palo de Brasil, único producto de valor conocido hasta entonces. Fueron las expediciones de 1501 y 1503, en ambas se encontraba el italiano Américo Vespucio. Otra expedición como la de Juan Díaz de Solís en 1515 descubrió el Río de la Plata, esta por iniciativa castellana. El más importante de todos fue realizado por Martín Alfonso de Souza entre 1530 y 1532, debido a su amplitud y su planteamiento del aprovechamiento de la tierra, dejando señales de la toma de posesión del territorio, además de la fundación de la primera villa, San Vicente. También realizó una breve penetración al interior, a la altura de la actual Sao Paulo. Ordenó también otras expediciones terrestres más audaces. Así demostró que Portugal no se olvidó de Brasil, a pesar de que centraba toda su atención en oriente. La atención del reino de Portugal se centró en Brasil debido a la presencia, de navegantes castellanos, ingleses y sobre todo franceses y la posibilidad de perder el territorio. La idea de colonización portuguesa se centró en las propuestas de Cristóbal Jaques y Martín Alfonso de Souza (página 29). Pretendía basarse en una administración descentralizada en el litoral. No existía oposición por parte de los nativos, debido a su desorganización. Aún así el territorio administrar era muy extenso. Los portugueses no encontraron sociedades nativas de las cuales aprovechan sus riquezas (a no ser que la antropofagia se considere riquezas, es una broma no me seáis burros con esto), por lo que la administración se basó en inversiones privadas, debido a la falta de recursos de explotar ya mencionada, en vez de inversiones públicas de la corona (página 29). Éste era el sistema de las capitanías generales hereditarias que puso en práctica JoaoIII o Juan III de Portugal en 1534. El territorio se dividió en lotes de 50 leguas de costa y delimitados en el interior por la línea de Tordesillas (página 30). Esto hizo que las capitanías del Sur fueran más pequeñas al estar la costa más cerca de la línea de Tordesillas. Cada lote sería entregado a un capitán mayor, encargado de todos los negocios y que ostentaba grandes poderes, la corona aseguraba la presencia del poder real asegurándose parte de lo recaudado por medio de estos negocios. Éstas capitanías eran propiedad de la persona a las que le habían sido entregadas las cuales podían transmitirlas a su descendentes o dividirlas en partes y otorgarlas a otros, a cambio de una parte del producto, el capitán mayor era delegado del rey y el beneficiario de la división de la capitanía era delegado del capitán mayor. Así se creó un sistema de relaciones de “dependencia” no comparable con el feudal pero con algunas similitudes bastante evidentes. A esto se sumó la aplicación de una legislación de tolerancia, permitiendo la llegada de condenado, como hombres libres de pena (página 30) de este modo se pretendía poblar este inmenso territorio. Los derechos y deberes de este nuevo Estado quedaban recogidos en las “cartas de donación” y en los “foros” regulando así el orden jurídico, complementado por las “ordenaciones del reino”. Al principio del dominio Brasil atraía hacia sí a todos los enemigos de la monarquía de los Austrias común de los ataques de filibusteros. La primera víctima fue Bahía, sede del gobierno, en el año 1586. Aunque la saqué de mayor envergadura será el realizado contra Pernambuco 1595, por el cual los ingleses toman Recife. Finalmente el tratado de paz entre España y Gran Bretaña en el 1604 restablecieron buenas relaciones entre ambas coronas, y cesaron los ataques ingleses al América hispanoamericano. En las dos décadas siguientes de paz se fundarán tres nuevas capitanías reales: Parahiba, Sergipe y Río Grande del Norte. Desde España se desarrolló un plan para colonizar Parahiba. Por otro lado continuaron las guerras entre nativos, en la que los colonos brasileños seguían interviniendo, a favor de los que estaban bajo gobierno de las capitanías. En 1597, por orden directa de Madrid, el gobernador de Pernambuco partió junto a 300 colones, para fundar en 1599 la ciudad de Natal. Lo más positivo para Brasil de la unión de las dos coronas fue el levantamiento de la prohibición entre Brasil y las colonias españolas, abolida por la corte de Madrid, la zona que más próspero a raíz de este hecho fueron el puerto de santos y el de Río de Janeiro y junto con el descubrimiento de las minas de oro y diamantes pasaron a ser los principales puertos de la colonia. El dominio español en su conjunto ofrece un balance favorable para Brasil hasta la aparición de los holandeses en 1624 invadiendo Bahía, el hostigamiento holandés perduraría una vez cesado el dominio español en 1640. Se le conseguiría expulsar por medio del esfuerzo militar de los colonos del América portuguesa y no por un tratado de paz impulsado desde Lisboa. PORTUGAL Y BRASIL BAJO LOS BRAGANZA ------LA RESTAURACIÓN Portugal, la que es tal vez la nación más antigua de Europa, no podía seguir soportando el dominio extranjero. Felipe II no había respetado su promesa de conservar las prácticas tradicionales y de reservar los puestos de altos cargos solo para portugueses, y sus dos sucesores, Felipe III y Felipe IV, mucho menos. Los portugueses terminaron de sentirse reducidos a una provincia española cuando el conde-duque de Olivares entró en acción. Además, las numerosas guerras de los españoles con diversas potencias europeas comprometían a los portugueses, quienes sentían que estaban implicados en una lucha que no era la suya. A pesar de todo esto, la nobleza y el clero portugués aceptaban a la Corona española, siendo el pueblo quien se mostraba totalmente contrario. Así se demostró en varios movimientos revolucionarios que fueron reprimidos cruelmente. Las diferencias en los intereses de portugueses y españoles era clamorosa y la separación tuvo lugar el 1 de diciembre de 1640. Algunas decenas de hidalgos invadieron el palacio de Ribeira, residencia de la duquesa de Mantua y virreina, mataron a su secretario y proclamaron rey de Portugal a don João IV, octavo duque de Braganza, inaugurando así esta dinastía, la cual era la tercera después de las de Borgoña y Avís, o la cuarta si contamos la dinastía Habsburgo. Este rey consolidó las fronteras con España y obtuvo el reconocimiento de otras naciones. Los Braganza estuvieron en el trono portugués y brasileño hasta el cambio del régimen monárquico por el republicano, en Brasil en 1889 y en Portugal en 1910. La sublevación portuguesa estuvo facilitada por las luchas internas españolas, como la revuelta de Cataluña, incentivada en gran parte por Francia. Aun así la separación no fue fácil. Los Habsburgo habían gobernado autoritariamente y de 1580 a 1620 las Cortes sólo habían sido convocadas cuatro veces, y de 1620 a 1640 ninguna. Don João fue confirmado como rey por las Cortes de Lisboa en enero de 1641, pero España no estaba dispuesta a aceptar la separación tan fácilmente. Ambas naciones se sumergieron en numerosas batallas y conflictos, aunque finalmente España reconoció la separación en 1668, después de numerosas pérdidas humanas en ambos bandos. Pronto surgieron algunas conspiraciones contra el rey, pero ninguna tuvo éxito. Estos conflictos internos sumados a las hostilidades con el país vecino hacían que la tarea de gobernar Portugal fuese una tarea difícil. Don João murió en 1656 y le sucedió su hijo Afonso VI. Éste último era menor de trece años en el momento que subió al trono, por lo que fue su madre, la reina doña Luisa de Guzmán, quien gobernó como regente, hasta que en 1662 Afonso VI asumió el poder. La guerra con España prosiguió con algunas importantes victorias para Portugal, las cuales eran vistas como grandes pasos hacia la Restauración. Pero Afonso VI, además de enfermo desde la infancia, era incompetente, y de esto lo acusó su hermano don Pedro, quien llevó a cabo un golpe que depuso al rey en 1667. Don Pedro quedó en manos de la regencia hasta la muerte de Afonso VI, preso en Sintra, en 1683. Durante esta regencia fue acordada en 1668 la paz entre las dos Coronas, firmada entre Pedro II y Carlos II, rey de España. De esta forma Portugal pudo seguir su camino como nación soberana. ------------------ POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN BAJO LOS BRAGANZA Con la dinastía de Braganza el rey es el encargado de gobernar y dirigir la administración, la cual se efectúa a través de las autoridades nombradas por él. NOTA A PIE DE PÁGINA: Hay que anotar que la monarquía de los Braganza, como antes la de Borgoña o la de Avis, no se rigieron por principios liberales, aunque tenía unas Cortes o Cuerpos que eran convocados para que opinaran sobre problemas del estado, como era el caso de las demás monarquías de entonces. (PAG 73) La noticia del movimiento restaurador llegó a Bahía en febrero de 1641 y supuso algunos problemas en Brasil. Se produjeron algunas resistencias, destacando el caso de São Paulo, donde parte del pueblo no reconoció al nuevo rey y aclamó a Amador Bueno da Ribeira, quien no quiso aceptar el cargo de rey, llegando a verse obligado a huir y esconderse. Finalmente el juramento de don João IV como rey en São Paulo tuvo lugar el 3 de abril de 1641. Una vez realizada la Restauración, el gobierno portugués no se afirmó inmediatamente, pues, además de la fragilidad interna de la Corona, tuvo que obtener el reconocimiento de las demás naciones, incluida la resentida España. El primer rey que demostró solidez en la Corona portuguesa fue don Juan V, rey desde 1706. Portugal comenzaba a ser un país menos desconocido y su economía comenzó a crecer y a diversificarse. Este desarrollo se vio favorecido por el hallazgo de oro en cantidad suficiente para ser explotado con grandes beneficios en Brasil en la última década del siglo XVII. A causa de estos descubrimientos hubo un salto del litoral hacia el interior, donde se había localizado la riqueza. Pronto comenzaron a llegar gran cantidad de personas de diversas procedencias, tanto de Brasil como de Portugal. Debido a todos los factores antes comentados el eje económico brasileño se desplazó hacia el sur, realizándose en 1763 el cambio de capital, de Salvador a Rió de Janeiro. Este cambio de capital también estuvo motivado por las guerras en el sur con los españoles. En estos momentos el estado funcionaba bien, tan bien que NOTA A PIE DE PÁGINA: El siglo XVIII representa la afirmación del estado, el predominio de lo público sobre lo privado. Ese cambio en el ejercicio político fue fortalecido en el transcurso del siglo, alcanzando su plenitud en el gobierno de don José I (1750-1777), debido menos a la personalidad real que a su ministro, el todopoderoso marqués de Pombal, que dominaba la situación con su voluntad, inteligencia e incluso arbitrio, como expresión portuguesa de llamado despotismo ilustrado, cima de la política mercantilista. (PÁG 81) Administración Los Braganza se mantuvieron como dinastía en Brasil desde 1640 hasta el año 1822, ya que los Braganza que ocuparon el trono eran brasileños de nacimiento, a excepción de don Pedro I. Desde 1808, la corte de la dinastía Braganza se encontraba en Brasil, aunque, en realidad, los que ostentaban el verdadero poder en el ámbito individual eran los gobernadores generales, llegando algunos a ostentar el título de virrey, mientras que en el marco colectivo fueron los de vida de la colonia con investigaciones y estudios que no acabaron con buenos resultados Portugal terminó desmembrando con el tiempo su gran empresa americana. Contestación Desde que los portugueses llegaron a América presentaron una postura hostil frente a los indígenas nativos, lo que da a entender que su dominación no pudo ser pacífica. Los ocupantes naturales de aquellas tierras se vieron forzados a huir y luchar contra los colonizadores portugueses y fueron condenados la extinción casi total debido a motivos puramente imperialistas que movían a los países fuertes de la época. Estos indígenas, o bien se aliaban entre sus propias tribus para luchar contra los invasores, o bien se aliaban con franceses para luchar contra portugueses o viceversa, pero en la mayoría de los casos intentaban huir a zonas alejadas de los puntos de actividad de los colonos puesto que estaban intimidados por el mejor equipamiento militar de sus invasores. La violencia ya nombrada junto con las enfermedades traídas por los europeos provocaron una masacre entre esta población. Además de estos sucesos, se conocen guerras organizadas de los propios portugueses para eliminar la posible “amenaza” que les suponían los pueblos nativos, como la “guerra de los bárbaros”, cuando los portugueses convocaron a los paulistas para una lucha a muerte contra los indios, que duró 30 años, del 1683 al 1713. Estos sucesos oscurecen los hechos supuestamente heroicos llevados a cabo por los portugueses. También tenemos constancia de la imposición de costumbres de los portugueses, intentando moldear a los indígenas para que fuesen iguales que los portugueses, intentando en la mayoría de los casos convertirlos al cristianismo por medio de varias órdenes religiosas. La que más éxito tuvo fue la de los Jesuitas, que intentó defender a estos indígenas de la violencia y la esclavitud. A pesar de todos estos intentos de conversión, los portugueses solían recurrir a los métodos más fáciles, el exterminio. Por otra parte, encontramos la figura del negro traído de África. Estos les venían mejor a los portugueses, puesto que los indios se negaban a trabajar y estos africanos venían de un continente en permanentes luchas tribales y ya estaban más familiarizados con este tipo de situaciones, pero tampoco lo hacían de buena cara, puesto que no todos habían sido esclavos en su anterior vida en África, por lo que conocemos muchos casos de sublevaciones e incluso suicidios. También conocemos casos en los que grupos de esclavos negros se fugaban de las tierras de sus amos formando poblados de chozas, donde se reunían comunidades de africanos para llevar a cabo su estilo de vida propio y defenderse de sus explotadores. Más adelante se rebelaron (siglo XIX), ya que según estudios se calculan que habría más de tres millones y medio de negros africanos, por lo que con el paso del tiempo impusieron muchos de sus hábitos y mezclándose con blancos e indios, dando origen a la etnia brasileña (mulatos y mestizos). En cuanto en los habitantes portugueses, también encontramos disputas. Hubo disputas entre capitanías, entre villas, entre funcionarios, etc… e incluso algunas promovidas por la procedencia de los individuos dentro del mismo reino, creando un ambiente de inestabilidad. También sabemos la existencia de rechazos a las autoridades en conflictos armados, destacando entre todos la conjuración minera de 1788. Al no poder pagar el diezmo que había impuesto en las empresas mineras, la deuda llegó a acumularse y ascender mucho, lo que provocó la rotunda oposición de los mineros apoyados por poetas, juristas y científicos de la Ilustración. Los militares también se unieron a esta campaña que tenía como fin la separación de Portugal y establecer a Brasil como una república independiente. El gobierno organizó una comisión para la prueba judicial venida de Portugal que acabó con algunas penas de muertes y destierros a África. En este conflicto destaca la figura del Rompedientes, persona que quedó como símbolo de un Brasil libre. Este personaje fue ahorcado en Río de Janeiro y la noticia fue divulgada especialmente por el gobierno con el objetivo de infundir el temor en los pueblos. A partir de entonces comienza un ciclo de deslealtades y conjuraciones contra la metrópoli encabezada en la mayoría de los casos con intelectuales, negros y soldados, que acabaron con muchas condenas a muertes y encarcelamientos. Lo que está claro y se nota en todos los movimientos nombrados es el deseo de libertad que estuvo siempre presente entre las clases marginales de Brasil y que desembocaron en la independencia de 1822. PARTE SANTANA El siglo XVIII dará paso a la Ilustración, será racionalista. El racionalismo consiguió triunfos en la política, la economía, la filosofía y el derecho. Por su parte, el siglo XIX verá florecer el liberalismo y el nacionalismo. La decadencia en el sistema colonial de portugueses y españoles ayudará al surgimiento de varias naciones libres. Sus defensores se apoyaron en la Ilustración y en la independencia de las colonias inglesas en América. El colonialismo será casi anulado de América. El colonialismo estaba agotado, después de luchas armadas se consiguió un orden fundado en la libertad. En América Latina contó mucho el segundo plano en el que se encontraban los poderes ibéricos. Veremos dos orden, uno que representa la victoria del sistema burgués (Inglaterra, Países Bajos y Francia) y otro mucho más conservador, representado por la Iglesia, manifestada en la Inquisición (España y Portugal). El último representaba la defensa de lo tradicional, cerrado a la apertura de la nueva economía. Existen evidencias en Portugal de que se denunció este estancamiento, existiendo por lo general una gran confusión en el país. El marqués de Pombal será un ejemplo de esta situación. Aportó actitudes innovadoras en economía y en posturas intelectuales, al tiempo que sustentaba el más profundo absolutismo. Con su alejamiento se producirá una involución con un gobierno retrógrado que ignoró lo anterior. Aun así, se siguió realizando estudios para la recuperación de la economía, y para un mayor y eficaz aprovechamiento de su mejor colonia, Brasil. Brasil representaba la mayor riqueza de Portugal, siendo en el mercado exportador del país el principal aportador de productos. Si la política pedía libertad, la economía también, existiendo una maduración social y política que rompió las estructuras tradicionales europeas y se propagó por el mundo americano, también Brasil. En la creación de una mentalidad emancipadora tuvo gran peso la creencia de los brasileños en que eran un pueblo dominado por una metrópoli sin importancia alguna, carente de peso político, económico e intelectual en Europa. Incapaz de defender sus propios intereses y humillada por España y Francia y sobre todo ante Inglaterra, de la que prácticamente era sierva. Si era así en lo político, en lo intelectual también se denunció el segundo plano ocupado respecto al resto de países centro europeos. En lo económico, los productores brasileños no se sentían bien defendidos por la metrópoli, sufriendo la brutal competencia de otros países. Esto provocó que se llegara a la idea de que la situación podía prolongarse dependiendo de un poder tan débil. Se llegó a pensar que tendría mas ventajas el dominio holandés. Desde Pernambuco, la capitanía más exaltada contra la monarquía prefería al dominio francés. Se llegó a pensar en ofrecer la Amazonia a Francia. En este contexto se producirá uno de los primeros errores de Napoleón, su política en la península. Portugal al ser aliada de Inglaterra verá como los franceses intentarán continuamente invadirla, pero sin éxito. Don Joao ante la amenaza abandona el país y viaja hacia Brasil bajo la protección inglesa, llegando a Bahia el 22 de enero de 1808. Aunque seguirá su camino a Río de Janeiro, ciudad que se convertirá en la sede del imperio. Esto hará que la historia de Río de Janerio cambie bruscamente y en general la de Brasil, ya que Corte portuguesa hará presencia en la principal colonia del reino. HISTORIA POLÍTICA DE BRASIL. PARTE MANU. En 1815 un acto político hace que Brasil supere su condición de colonia gracias a la propuesta del príncipe Talleyrand en el Congreso de Viena. Un año más tarde, Joao VI es proclamado rey de Brasil tras el fallecimiento de doña María I, la cual llevaba mucho tiempo enferma. Previo a la proclamación del nuevo rey se produce la revolución de Pernambuco en 1817, cuyo objetivo era rebelarse contra el dominio que ejercía Portugal sobre Brasil. Supone uno de los hechos de rebelión más importantes. Tanto las capitanías como las Academias se unieron en un el espíritu del bien y del mal, encarnado en una especie de demonio llamado Anhangá al que guardaban un singular respeto. Mientras tanto, en Portugal, la Iglesia gozaba de su mejor momento con la lucha secular emprendida contra el moro y por la consolidación de la monarquía. El pueblo conservaba su fe y pese a no realizar una ferviente práctica de su religión, si podemos decir que nunca faltaron mensajeros para expandirla por las distintas tierras que se iban descubriendo. Un ejemplo de ello, fue la flota de Vasco de Gama, que partió hacia las Indias en 1497. En ella iban dos padres trinitarios y un sacerdote secular. Incluso cuando Europa sufría el reto del cisma en Inglaterra y las continuas secesiones de Lutero, Calvino o Zwinglio, Portugal se mantuvo fiel a la Iglesia católica, favoreciendo las “conquistas espirituales” en el Nuevo Mundo. La colonización religiosa no supuso una tarea fácil para aquellos que tenían como objetivo primordial expandir el Evangelio en estas nuevas tierras. Entre algunos de los obstáculos que podemos evidenciar esta la distancia con la metrópoli o los peligros que condicionaban el viaje. Si en el mar debían de tener cuidado con los piratas, en las profundas y angostas selvas temían la ferocidad del indio. También debemos de tener en cuenta que los primeros laicos que se embarcaron en esta aventura no solían ser gente que procesaban buenos hábitos ni una fe honda. Abundaban elementos indeseables como desterrados o fugitivos. Una vida familiar promiscua donde tanto solteros; que no encontraban mujeres en Portugal que desposar, como casados; que dejaron a sus mozas en su patria, se aprovecharon de las indias, dejando a un lado los principios y valores cristianos. La mezcla de razas produjo un conglomerado humano bastante heterogéneo donde no siempre pudo existir un ambiente cordial y solidario. Es necesario intentar visualizar el marco en el que se encuentra el Brasil de este tiempo, pues la mezcla no trajo consigo la culturización ni una equidad en el grado de civilización durante los primeros compases de esta situación. Todo lo nombrado anteriormente, nos da una idea de la dificultad añadida que supuso la evangelización en el territorio. Un proceso que fue más de forma que de fondo, puesto que la mayoría de las veces se hizo insostenible por la falta de instrumentos capaces de dicha asimilación. Solo mediante una catequesis llena de amor y perseverancia se consiguió contrarrestar obstáculos como la diversidad de lenguas, el aislamiento entre las poblaciones o los ideales que cada persona. A día de hoy, podemos ver como en esa marmita en la que confluyen elementos europeos, africanos e indígenas sobrevive el esfuerzo superfluo e histórico que realizaron, ent re otros, curas y misioneros. Descripción del indio brasileño Muchas veces caemos en el error de simplificar y centrarnos en si una cosa es blanco o negro, cuando en realidad, lo que realmente existe es una amplia gama de grises. Siempre hubo diversas posturas sobre el carácter y el comportamiento del indio primigenio, previo al descubrimiento del territorio brasileño. Son muchos los autores que sostienen la hipótesis de que, antes de la llegada del hombre blanco, el amerindio del Brasil era inocente y pacífico por naturaleza y que por consiguiente, fueron los europeos quienes con su afán de conquista y poder lo pervirtieron. Como podemos imaginar, también hay partidarios de lo contrario; la existencia de un indio cruel y peligroso que necesita ser expulsado a lo más profundo de la selva para salvaguardar la aventura colonialista. Nada más lejos de la realidad, el amerindio es tan humano y terrenal como cualquier otra raza o etnia. De los testimonios conservados, sabemos que existían enfrentamientos y venganzas entre distintas tribus, banquetes antropófagos, práctica de la poligamia y aunque amaban a sus hijos, los criaban sin otra educación que no fuera la de guerrear. Faltos de una autoridad firme y estable que les guiase, los caciques no eran más que jefes de poblados. Poco constantes en el trabajo, la mujer tenía un importante peso en lo que a la subsistencia se refiere1. Primeros contactos con la Iglesia Evidentemente faltó preparación y tacto, en un primer momento, para una aproximación idílica entre amerindios y colonos. Pueblos y razas tan distintos harían que se produjeran sobre todo situaciones desconfianza e inseguridad. Por ello, debemos de imaginarnos ya la ardua tarea que supuso la implantación del Cristianismo en esta tierra. Pese a enviar clérigos desde la primera expedición2, no existen evidencias totalmente probadas de la iniciación de los sacramentos a los indios hasta 1515 con la llegada a Porto Seguro de dos franciscanos que durante su estancia allí durante cinco años, predicaron la palabra de Dios con la intención de catequizar a los indios.3 A esta nueva tierra llegaron principalmente portugueses, pero también arribaron a sus costas españoles y franceses. Es sabido que los navíos que llegaban a Brasil, principalmente aquellos 1 Hablando siempre de datos generales, la mayoría de los autores ven posible una población estimada de 3.000.000 indios. Aunque lo que más llama la atención es su heterogeneidad social, con alrededor de 400 tribus y un total aproximado de 100 lenguas y dialectos. 2 Testimonios sin fundamento dicen que Fray Enrique de Coimbra, que viajó en la Armada de Cabral, fue el primer misionero de Brasil, pero en realidad, solo predicó para los blancos de dicha expedición. 3 Ya en 1532, con la total expansión colonizadora, existía tan solo en Iguarazu, alrededor de 400 indios con un mínimo de instrucción religiosa. que transportaban colonos para explotar el terreno, traían entre la tripulación a capellanes y clérigos. Un ejemplo de este caso sería el padre Francisco García4. Organización de la institución en Brasil Podemos decir sin lugar a dudas, que la institución eclesiástica de Brasil se produce de manera jerarquizada. Sigue una organización casi predeterminada. Un método, como el que siguió antaño Portugal, desde la aparición de los primeros cristianos. Todo comienza ya desde los inicios de la colonización, con la formación de las primeras parroquias a raíz de las más aún primigenias misiones, que tenían como objetivo una conversión rápida y eficaz sobre los indios. Esta constitución jerárquica se reafirmaría posteriormente con el primer obispado y la primera prelatura. Hemos de ser conscientes, gracias a los ejemplos de España y Portugal, que allá donde se fundaran parroquias y obispados desde cero, así como la formación de un clero con esencia amerindia, serían los lugares donde más arraigo conseguían las raíces de la Iglesia, perdurando mucho más en el tiempo que la simple consecución de misiones en algún lugar remoto. Obviamente el éxito de la misión y la consecuente conversión de indígenas radican también en la densidad de la población. Brasil es un territorio tan vasto y con una orografía tan compleja que debemos de considerar lógico que en aquellas zonas donde la selva se hace más angosta y la población, además de escasa en número, resulta hostil, el objetivo de llevar la palabra de Dios a todos las zonas llegaba a ser muchas veces una tarea sumamente complicada. Un ejemplo que queremos recoger aquí debido a la atención suscitada es la llamada “Misión Mbiaça”, producida por España, pero en territorio de Brasil, y es que a pesar del tratado de Tordesillas, naves españolas desembarcaban sin temor en costas de la colonia portuguesa. En uno de esos barcos viajaba fray Bernardo de Armenta, natural de Andalucía, junto con otro clérigo más, fray Alonso Lebrón, de origen canario. La misión de estos personajes, como de la mayoría de los religiosos que partían hacia el Nuevo Mundo, era el de expandir el Evangelio hasta el último confín terrestre. Ambos franciscanos fueron testigos de las pláticas del indio Etiguara, quien cuatro años antes anunciara ya la llegada de los misioneros con el objetivo de instruir en su religión a los indios carijós. 4 Llegó a Brasil a través de la escuadra de Sebastiao Caboto, un veneciano encargado por Carlos V para completar el viaje de Juan Díaz Solís a las Molucas.
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved