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Calderón de la Barca, Apuntes de Filología hispánica

Asignatura: Teatro español del siglo de Oro, Profesor: José María Díez Borque, Carrera: Filología Hispánica, Universidad: UCM

Tipo: Apuntes

Antes del 2010

Subido el 17/06/2008

chuchi22
chuchi22 🇪🇸

4.2

(55)

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¡Descarga Calderón de la Barca y más Apuntes en PDF de Filología hispánica solo en Docsity! PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA El principal es Lope; sin Lope no hubiera habido Calderón. De haber escrito en inglés sería superior a Shakespeare. Por la pluralidad de géneros y de registros. La vida es sueño es un drama universal. Sencillamente porque escribe en español. Los hispanistas alemanes lo entendieron muy bien y durante la segunda mitad del XIX fueron su altavoz en Europa. Luego cayó en desgracia, relativamente porque grandes directores, como Prokovsky, Meyerhof, o Passolini, lo han tratado. Pero no ha tenido el peso que debería tener en el canon universal, porque entre otras cosas Harold Bloom dice que Calderón es un “dramaturgo religioso” y así se lo carga de un plumazo. Este es el punto de partida: Calderón es un dramaturgo del canon universal. A Calderón le ha perjudicado mucho una lectura ideológica deformada, que parte de Menéndez Pelayo que dijo aquello de “católico a machamartillo”. Como el defensor a ultranza de todo lo postridentino. El teatro de Calderón lo definió Díez Borque como “un drama poliédrico”, Calderón es poliédrico, según él. Hay muchos más niveles en Calderón de la Barca; como un defensor a ultranza del código del honor (El médico de su honra), etc. La crítica hispánica inglesa ha hecho otra lectura de estas obras demostrando que Calderón no defiende el código del honor, sino todo lo contrario, demostrando adónde lleva dicho código. Vamos a hacer un recorrido por su obra. Pero antes veamos algunos aspectos centrales de su vida. Calderón nació en 1600, en Madrid; cuando se publicó la primera parte de El Quijote Calderón tenía cinco añitos y Gracián sólo tres. En primer lugar, realizó estudios profundos, con dedicación, en la Complutense, en Alcalá, en el famosísimo colegio de los jesuitas, pero sobre todo interesa destacar que mientras que Lope fue un picaflor, de libro en libro y de mujer en mujer, Calderón fue un buen estudiante, lo que le permitió adquirir unos conocimientos de Retórica, etc., que explican ese barroquismo de mecánica perfección. Le acusaron de un crimen que no había cometido… Hacia los 21 años, es decir, hacia 1621 –los años de su vida corren parejos a los del siglo–, tiene sus primeras experiencias literarias. Pero es en la década de los años 30, 1630 en adelante, la época y el momento en que se sitúan las mejores obras de Calderón, las más conocidas, esas que se citan siempre (El alcalde de Zalamea, El médico de su honra…); es el Calderón dedicado en exclusiva al teatro. Hasta que en 1651 toma la decisión de hacerse sacerdote, decisión que había aplazado desde la mayoría de edad (se lo había prometido a su abuela), y se habla de una profunda crisis espiritual; nosotros no estábamos allí para comprobarlo, pero no: se hace cura y ya está, parece que sigue un designio de los dramaturgos. Lope, después de haberse hecho cura sigue teniendo amantes, incluso hijos; al levantar la Sagrada Forma en la consagración vio el rostro de Marta de Nevares en la Hostia. La ordenación sacerdotal de Calderón parece sincera, porque a diferencia de Lope Calderón deja prácticamente de escribir teatro profano, teatro de amor, y se dedica casi en exclusiva a los Autos sacramentales y al teatro mitológico, es decir, a los dos dioses. Calderón frecuenta el palacio del Buen Retiro, que le había construido el Conde-duque en 1632, y es nombrado dramaturgo oficial de palacio, con un sueldo oficial, por Felipe IV, junto con Velázquez, pintor oficial de cámara, nombra un buen tándem de grandísimos creadores. Entre Calderón y Velázquez hubo una buena amistad. Hay una influencia mutua entre literatura y arte; además Calderón era un buen experto en arte y un gran coleccionista; sustanciosas y benéficas serían sus conversaciones. A partir de esa década Calderón va reconcentrándose en eso que se ha denominado el “museo del discreto”. Comparando los testamentos de Calderón y Lope, que por fortuna conservamos, se comprueba que murió rico, hizo buen negocio con el teatro; Lope, sin embargo, murió pobre de solemnidad, porque su vida era más cara. Llega así 1681, agosto, Calderón muere en Madrid y elabora, como gran dramaturgo que era, un diseño espectacular de su propio entierro: ordena que se digan por su alma 3.000 misas, etc., con la humildad como excusa, un diseño totalmente barroco. Sus restos se pierden como se han perdido los de Velázquez, Lope, y, en fin, casi todos los españoles ilustres del XVII. El Calderón dramaturgo. Calderón es un dramaturgo complejo; por un parte, domina a la perfección la mecánica teatral, pero es a la vez un dramaturgo que escribe obras como La vida es sueño que no se hacen en Europa en ese tiempo. Como dramaturgo de oficio Calderón domina a la perfección la Retórica, es un maestro de la Retórica, sería un buen discípulo de Baltasar Gracián; en su obra encontramos ejemplificadas todas las figuras retóricas, en el momento oportuno, con un gran rendimiento teatral. Calderón domina todas las técnicas estructurales y, a la vez, tenía una potente imaginación visual, una potente capacidad para crear espacios teatrales, con una relación con la pintura que nos muestran la gran belleza de sus puestas en escena. Todo esto convierte a Calderón en una quintaesencia del Barroco, el perfecto dramaturgo del Barroco; por eso gustó tanto en Alemania. Sabemos, además, que a Calderón, le gustaba actuar. Le gustaba también dirigir los ensayos de sus obras, se ocupaba también de la escenografía, especialmente de sus Autos sacramentales, y eso le trajo grandes problemas, quebraderos de cabeza, cuando no le hacían caso. La música ocupa un lugar importantísimo; no en la creación dramática de Calderón: es el creador de la Zarzuela (nada que ver con lo que entendemos actualmente). La Zarzuela de Calderón es ópera (se denominó Zarzuela porque las primeras representaciones fueron en el palacio de la Zarzuela, terreno donde había zarzas). Es teatro con música. En el Auto sacramental la música también ocupa un papel fundamental. La música fue definida como “imán de los afectos”. Calderón tenía una sólida cultura filosófica, histórica, Retórica y pictórica. EL PROBLEMA DE LOS GÉNEROS: LA IDEA DE PLURALIDAD, POLIEDRO, CONTRASTE Calderón puede escribir La vida es sueño, como una mojiganga: hay sólo un dramaturgo, capaz y muy capaz de crear dentro de los géneros que existen en el Barroco. La tragedia de Calderón. Se discute si tiene o no tiene tragedia. Hay un bloque de obras que podríamos clasificar de tragedias, aunque no aparecen los elementos constitutivos de la tragedia clásica (coros, etc.). Tenemos primeramente las tragedias del honor. Hay tres obras: • El médico de su honra • El pintor de su deshonra • A secreto agravio, secreta venganza (lo mismo que veíamos en El castigo sin venganza, en el sentido de “venganza sin que se sepa”) Mujeres ejecutadas por sus maridos porque el código del honor lo exige y el código legal de la época lo permite (y que habría que relacionar con la idea de la verosimilitud histórica y atemporal). Una sutil lectura inglesa dice que hay más una crítica que una defensa. Pero tenemos una tragedia sobre el poder, la obsesión de mando, como en La hija del aire; es la lucha pura y dura por el poder. Hay tragedia sobre los celos: en El mayor monstruo del mundo Herodes mata por celos de su mujer, pero sigue estando celoso y se suicida. Hay tragedia religiosa: El Príncipe Constante. Tragedia bíblica: Los hijos de Absalón. Y, últimamente, Díez Borque califica de drama del abuso del poder a El alcalde de Zalamea, que, en la línea de El mejor alcalde, el rey, Fuenteovejuna y Peribáñez de Lope, muestra la violencia que hace un superior sobre una inferior, en este caso la violación del capitán sobre la hija de Pedro Crespo, a la que viola y abandona, y lleva a que éste se tome la justicia por su mano, llevando al garrote al capitán. Lo fundamental en esta obra es el hecho de que el rey Felipe II, de camino hacia Portugal con sus ejércitos, para por Zalamea, le cuentan la terrible historia, su primera reacción es ejecutar a Pedro Crespo, porque ha violentado la justicia real, pero cuando Pedro Crespo le cuenta la historia no sólo le ratifica en su cargo, sino que le nombre alcalde perpetuo. Hay un Calderón filósofo, profundo, de La vida es sueño, una de las obras más complejas, contradictorias, que se han escrito en el teatro universal. Meditación filosófica sobre el libre albedrío, el abuso del poder, la muerte, es una obra que estaría en la línea de El Quijote (y ni Calderón había leído a Cervantes, ni Cervantes a Calderón; más tarde sí: incluso escribe una obra titulada Don Quijote de la Mancha, que se ha perdido). Calderón escribe Historia: tenemos un Calderón de defensa de la actuación de las tropas españolas, como en El sitio de Breda, igual que el cuadro de Las Lanzas de Velázquez, «aquestas las llaves son», lo que hizo España en el Nuevo Mundo, La Aurora en Copacabana, que es, punto por punto, una defensa de la conquista que se hizo del Perú y un ataque de lo que hicieron los indios en defensa de su tierra, pero, a su vez, escribió El tuzaní de la Alpujarra, donde adopta una postura a favor de los moriscos en contra del rey Felipe II. Y está el Calderón solemne de palacio, de un teatro ornamental, carísimo, el Calderón de los dioses paganos, de la mitología, que domina como nadie los mitos, que representa tanto en el Salón Dorado como en el de Reinos, como en el estanque del Buen Retiro, o en el coliseo. Dentro de este teatro especial interés tuvieron sus óperas (El jardín de Falerina, La fiera, el rayo y la piedra, Celos aun del aire matan, La púrpura de la rosa, etc.). Y éste enlazaría con el Calderón de los Autos sacramentales, del otro Dios, sólo que unos son falsos y el otro considerado el único verdadero, el católico, apostólico y romano. A partir de los años 40 y de los 50 los Autos sacramentales que se representan en Madrid son casi sólo de Calderón. Muerto Calderón en el 81 se les plantea un problema tremendo: lo que hacen es reponer Autos, lo que no se había hecho hasta el momento. Personajes alegóricos, simbólicos, con un profundo pensamiento teológico, con una gran riqueza escénica, que se representa primero en la calle y luego en los corrales. Después tenemos el Calderón del cachondeo, de la diversión, del pasatiempo, sin mayores complejidades, de La dama duende, No hay burlas con el amor, Antes que todo es mi dama, etc. Lo más EATRO ESPAÑOL DE LOS SIGLOS DE ORO
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