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Capítulo 1. NIVELES Y UNIDADES LINGÜÍSTICAS1. Niveles y u, Apuntes de Idioma Español

Asignatura: Sintaxis de la Lengua Española I, Profesor: , Carrera: Lengua y Literatura Españolas, Universidad: UNED

Tipo: Apuntes

2016/2017

Subido el 23/11/2017

sara-gala
sara-gala 🇪🇸

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¡Descarga Capítulo 1. NIVELES Y UNIDADES LINGÜÍSTICAS1. Niveles y u y más Apuntes en PDF de Idioma Español solo en Docsity! Capítulo 1. NIVELES Y UNIDADES LINGÜÍSTICAS 1. Niveles y unidades lingüísticos Ante la enorme complejidad real de los hechos lingüísticos, las investigaciones que se realizan sobre aquellos son siempre un simulacro, un modelo que supone una simplificación; una reducción a escala de una complejidad de otra forma difícilmente abordable. Los modelos o simulacros de descripción o explicación de lo lingüístico descansan sobre ciertos conceptos o herramientas metalingüísticas como los de nivel y unidad, que se cuentan, sin duda, entre los más esenciales. Por lo que al concepto de nivel se refiere, se trata de una categoría metalingüística que se maneja en la lingüística actual con dos sentidos diferentes, según se considere su formulación en modelos fuertemente formalizados, o no. En el segundo caso, nivel es sinónimo de etapa específica en la descripción lingüística (Benvéniste, 1996, 119-131), y unidad la clase o clases de elementos o secuencias de elementos con determinadas características específicas que es posible encontrar en cada nivel. (1) La lluvia inundaba las calles Por lo que al tratamiento de los conceptos de nivel y unidad en los modelos que identificábamos como «fuertemente formalizados» se refiere, pueden considerarse como planteamientos plenamente representativos a este respecto, por ejemplo, los de la gramática generativa chomskyana (Chomsky, 1975, 206), según los cuales; «cada nivel L es un sistema basado en un conjunto de elementos primarios (elementos mínimos —i.e., un alfabeto—) », y las unidades no hacen sino coincidir con tales elementos primarios. Desde dichos planeamientos se formulan reglas como las de (2), dentro de un nivel categorial o sintagmático, que articula unidades como O. Las reglas en cuestión se enmarcan en un nivel específico: a) Se trata de una etapa del análisis en la que las reglas consideradas carecen de «memoria»; es decir, no tienen acceso a la información previa o posterior a la que se indica en la regla de que se trate. b) Se trata de una etapa del análisis con reglas en las que se reescribe cada vez un único elemento, a diferencia de lo que puede suceder en otros niveles como el transformacional, donde, además de ser accesible información de diferentes estadios de derivación, podemos encontrar como elementos de entrada de una regla (a la izquierda de la flecha) cadenas de elementos. La unidad Oración, en tal marco explicativo, recibe una definición puramente formal que conjuga un análisis en sus constituyentes inmediatos fundamentales: SN y SV, y la declaración configuracional de los papeles funcionales que tales constituyentes desempeñan: los de «Sujeto» y «Predicado », respectivamente, como nudos derivacionales dominados directamente por el de «Oración», como se advierte en (3): El concepto de nivel lingüístico puede ser definido con la que sería su conceptuación más neutra, genéricamente «estructural», la de cada etapa del análisis en que es posible o necesario operar con problemas de naturaleza semejante. De manera similar, una unidad no sería sino el elemento mínimo representativo de dicho nivel, donde concurren las características específicas del nivel de que se trate. 2. La jerarquía de niveles y unidades lingüísticos De acuerdo con los planteamientos anteriores, es posible establecer una jerarquización de los distintos niveles y unidades lingüísticos que tendría la forma representada en (4): Prescindiendo del nivel fonemático, especializado en el ámbito de las unidades y fenómenos del plano de la expresión, el resto de niveles señalados son dominios lingüísticos donde operan signos; es decir, unidades dotadas de significados de mayor o menor complejidad, en correspondencia con la condición compleja o no de los signos de que se trata. El nivel de mayor simplicidad a este respecto es el que hemos denominado morfemático. Sus unidades, los morfemas1, pueden ser caracterizadas como las menores unidades dotadas de significado; Así, un enunciado como (5) sería susceptible de análisis en los constituyentes morfemáticos señalados en (6), portadores de los significados de (6i), y que se repiten en otros enunciados como (7): (5) Las casas (6) morfema artículo + morfema de género femenino + morfema de número plural + morfema léxico [casa] + morfema de número plural. (6i) Las vacas, las casas, las sacas… El que denominamos nivel de la palabra se trata de la menor unidad de actualización de los morfemas, que no pueden acceder a la operatividad comunicativa si no es a través de los mecanismos de dinamización a que los somete la palabra. En el nivel sintagmático operan las unidades que podemos denominar sintagmas, cuya característica definitoria es la de constituir espacios mínimos unitarios en los que se incardinan las relaciones o funciones sintácticas oracionales. Tales unidades vienen, pues, a ser un nivel intermedio entre el de la palabra y el de la oración absolutamente necesario desde un punto de vista descriptivo o explicativo. En la escala de niveles y unidades lingüísticas les corresponde al nivel oracional y a la unidad oración el papel de nivel y unidad de mayor complejidad abordados por los modelos lingüísticos de Operarían mecanismos de recursividad, según lo indicado, en enunciados como (21) y (22). En el primero de ellos el constituto sintagmático superior incluye en su estructura, en lugar de unidades todas ellas del nivel de la palabra, un sintagma; en el segundo, el constituto superior «oración» incluye en su estructura una oración: En niveles inferiores, como el de la palabra, las palabras compuestas constituyen un caso particular de la operatividad de los mecanismos de recursividad en dicho nivel. En su virtud, un enunciado perteneciente a ese nivel puede ser analizado de forma que en su estructura interna encontraremos, no sólo morfemas constitutivos, sino otras palabras. 4. Unidades simples, compuestas y complejas Según hemos mostrado, el funcionamiento de los sistemas lingüísticos tiene lugar gracias a unidades que, además de acomodarse al procedimiento más elemental, el reflejado en (16), donde cada nivel se conforma con unidades de complejidad mínima, pues no contienen dentro de sí ninguna otra de su mismo nivel, pueden verse afectadas por la recursividad, dando origen a unidades que presentan dentro de su estructura otras del mismo tipo. Los mecanismos de recursividad no se reducen, no obstante, a la fórmula anterior. La expansión de una determinada unidad puede realizarse también mediante un procedimiento distinto como es el de la coordinación de otras unidades del mismo tipo estructural. Así pues, atendiendo a su complejidad interna, las unidades lingüísticas pueden obedecer a escalas o grados de simplicidad diferente: las más elementales —(24)—, que no contienen en su interior unidades del mismo tipo o nivel. Frente a ellas, unidades no simples, dentro de las que, a su vez, cabe distinguir, como señalamos, entre las que incluyen en su interior otras del mismo tipo sujetas entre sí a una relación de coordinación funcional, o a una o más secuencias del mismo tipo sujetas a una relación de dependencia funcional más estrecha que la simple coordinación —(25) frente a (26)—. Podemos diferenciar los tres tipos de unidades señaladas denominándolas, respectivamente, unidades simples, complejas y compuestas. RESUMEN La lingüística realiza sus descripciones o explicaciones de los hechos lingüísticos sirviéndose de ciertos recursos que le permiten trabajar con más comodidad sobre la enorme complejidad de los hechos lingüísticos reales. Entre estos recursos tienen una importancia decisiva los conceptos de nivel y unidad. Se entiende básicamente por nivel cada una de las etapas del análisis lingüístico en que se opera con problemas y mecanismos de naturaleza semejante, y por unidad cada uno de los elementos mínimos que es posible identificar en cada nivel específico. A partir de los conceptos de nivel y unidad es posible concebir el funcionamiento de las lenguas como una jerarquía de niveles y unidades (del fonema al texto) que establecen entre sí relaciones de articulación, gracias a lo cual las lenguas pueden constituirse como sistemas altamente económicos capaces de una explotación de enorme riqueza y versatilidad. A esta riqueza y versatilidad contribuye, además de los mecanismos generales de articulación, la recursividad, al permitirse que una unidad esté constituida, no sólo por otra del nivel jerárquicamente inferior, sino también por una unidad del mismo nivel. Junto a los mecanismos de articulación y a la recursividad, los sistemas lingüísticos enriquecen de manera altamente económica su funcionamiento gracias a otros mecanismos regulares, por los que las unidades pueden construirse, además de en su forma primaria de unidades simples, como compuestas, o complejas. — Hacer ejercicios —
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