Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

Charles Chaplin: El Gran Dictador - Análisis y Contexto Histórico, Apuntes de Historia

Cine mudoCine de Charles ChaplinHistoria del cineCine político

Documento sobre la película the great dictator de charles chaplin, su personaje inmortal 'charlot' y su significado social y político. El documento incluye información sobre la concepción y producción de la película durante los años treinta, cuando europa estaba amenazada por el nazi y el fascista, así como la recepción y valoración crítica de la obra.

Qué aprenderás

  • ¿Qué estética presenta la película The Great Dictator de Charles Chaplin?
  • ¿Qué intención más amplia tiene la película The Great Dictator de Charles Chaplin?
  • ¿Cómo fue la recepción pública de la película The Great Dictator de Charles Chaplin?

Tipo: Apuntes

2015/2016

Subido el 15/05/2016

alvaro94-4
alvaro94-4 🇪🇸

3.8

(57)

38 documentos

1 / 10

Toggle sidebar

Vista previa parcial del texto

¡Descarga Charles Chaplin: El Gran Dictador - Análisis y Contexto Histórico y más Apuntes en PDF de Historia solo en Docsity! CÓMO CRITICAR UNA OBRA CINEMATOGRÁFICA En realidad, cuando leemos un libro, contemplamos un cuadro o visionamos una película, lo que hacemos es interpretar y comprender su forma y su sentido. Por tanto, para entender una obra es necesario, o por lo menos muy útil, preguntarse quién la escribió, pinto o realizó, qué inspiración o cuál era su voluntad de expresión y qué pretendía al crearla. En este capítulo vamos a explicar cómo se critica un film, partiendo de la premisa que criticar no es “destruir”; se trata más bien de una indagación, búsqueda de la verdad, análisis de la realidad…; en la misma medida que Crítica es Gnoseología; o sea, Teoría del conocimiento. De ahí que, siguiendo a los términos clásicos –ethos, logos y pathos–, así como las premisas investigativas y sugerencias metodológicas de mis maestros Alexandre Cirici-Pellicer y Miquel Porter-Moix, hoy desaparecidos, hace más de veinte años que establecí un sistema de análisis de películas, el cual ya ha sido evaluado no sólo a través de numerosos trabajos de investigación (tesis doctorales, tesinas de licenciatura), sino que continúa siendo una guía profesional en mi función como crítico e historiador del cine. He aquí, en síntesis, los tres niveles analíticos que propongo para criticar una obra cinematográfica: 1. Elementos éticos En este primer apartado ideológico se encuentra el argumento, su origen temático o subtemático (leyenda, libro, guión original) y las voluntades de expresión de sus autores (contenido, ideas); o sea, el fondo y la significación del film (si el tema ha sido enriquecido, cambiado, nacionalizado o manipulado, etc.). En definitiva: lo que se quiere decir. Aun así, previamente a estos elementos éticos –pero íntimamente relacionados con tales– cabría tener en cuenta los siguientes puntos: a) Ficha técnico-artística de la película. b) Síntesis argumental (sinopsis compuesta y redactada por el propio espectador). c) Bio-filmografía del autor (especialmente del director del film, pero en ocasiones interesará destacar a otros co-autores: guionista importante, productor influyente, etc.), con una mínima valoración crítica de su obra y estilo creador. Muchas veces se añadirán las declaraciones del propio cineasta en torno a su voluntad de expresión. d) Contexto de la época (socio-político, económico-cultural y cinematográfico), donde se relatan los hechos claves del tiempo en que ha sido realizada la película (con sus posibles relaciones e influencias), así como su inserción en un género, si procede. Y tras tales pasos, puede uno iniciar mejor la crítica especializada, con respecto al significado: – Temáticas del film (relación y estudio de los diversos temas): idea principal e ideas secundarias. – Fuentes (novelas, anécdotas personales, documentos históricos, etc.): comparación con el tratamiento dado en la película. – Comparación con los filmes preexistentes sobre dicho tema (generalmente una película nunca es primera en casi nada, sino que el realizador ha seguido varios modelos precedentes). – Tipología (tipos de personajes y tipos de relaciones). – Dramaturgia: es la manera en que la tensión está construida y desarrollada y prepara al público para ser transportado por las emociones que nacen de la historia o del tratamiento temático del relato. 2. Elementos estéticos Se trata ahora de la forma empleada, en cuanto al significante, para transmitir la ética, el fondo. Antes de acometer este apartado clave –ya que el cine es el arte de la imagen dinámica–, hay que constatar que toda narración fílmica posee una estructura concreta – cuyo exponente visual son las secuencias–, que le da un interés y sentido intelectual, y desarrolla el hilo de la acción de una película, la cual normalmente se caracteriza en cuatro tiempos: arranque, desarrollo, clímax y desenlace; en ocasiones, puede tener un anticlímax y otro desenlace. Elementos formales –de sintaxis cinematográfica, de puesta en escena– que poseen unos aspectos muy concretos, a saber: 1. Tecnológico En este primer apartado se verá el uso correcto o incorrecto de la mecánica del film (bien o mal enfocado, elementos de carácter mecánico-físicos) y de la parte instrumental: perfección y clase de aparatos y su uso (óptica, tono, color), además de los efectos especiales (hoy en día, habitualmente digitales). Asimismo, cabe destacar aquí la banda sonora: la música, los diálogos y ruidos, voz en off o silencios, llegando a hacer una valoración técnico- significativa del sonido (en el caso de que la película no sea muda). 2. Técnico-lingüístico En este apartado segundo se tiene que analizar a nivel expresivo cómo resuelve el lenguaje. Por tanto, se examinará el encuadre: planificación, ángulo e iluminación, haciendo hincapié en el montaje –la ordenación de los planos–, así como en la interpretación de los actores y actrices. Al tiempo se observará la parte creacional, con relación al universo fílmico: espacio, tiempo y movimiento, el ritmo, con la consiguiente combinatoria espacio-temporal (acciones paralelas, flash-backs, etc.; véase Glosario básico), los movimientos de cámara y dentro del encuadre, así como la visualización plástica (decorados, escenarios, etc.). Para, finalmente, pasar a los resultados globales y ver si estos consiguen o no lo que éticamente se quería decir. Estamos, pues, ante el cómo se dice. 3. Elementos dialécticos Por último, se deberán examinar las posibilidades de significación y las diversas connotaciones del film a la luz de su estado actual, una vez visto el resultado –de la pretensión al logro. trasmitir los sentimientos más íntimos. Por eso, al principio se opuso –como Eisenstein– al cine sonoro; son célebres sus declaraciones: “¿Las películas habladas...? ¡Las detesto! Vienen a desvirtuar el arte más antiguo del mundo: el arte de la pantomima. Destruyen la gran belleza del silencio”. Su obra fundía la comicidad con la ternura, la realidad con la fantasía, el lirismo con la tristeza, la emoción con el patetismo... Y estaba realizada con tanta precisión fílmico-estética, con gags antológicos y perfección técnica, que llegó a entusiasmar a los entendidos de la época y a los espectadores de ayer y hoy. De ahí que Charlie Chaplin fuera reconocido –y lo seguirá siendo– como uno de los grandes maestros del Séptimo Arte; por su ingenio, quizá el mayor de la Historia del Cine. No obstante, tras el cine cómico que siempre le singularizó, se puede apreciar un hondo contenido social y político, una faceta de la obra de Chaplin poco apreciada por el gran público y que es la clave para entender la postura personal de este creador. “Charlot” era -es- un hombre solitario, soñador e incomprendido, que se ve amenazado por la sociedad en que vive. Su pureza de alma contrastaría con el egoísmo de cierto mundo contemporáneo, por lo que es vulnerable a los brutales ataques de los hombres que le rodean y al amor de las mujeres que trata. Por eso, siempre salía perdiendo, teniendo que soportar las injusticias sociales del mundo exterior. Es obvio que el mundo de este personaje coincidía con el universo personal de Charles Chaplin. Por tanto, es a través de él como este cineasta lanza su denuncia contra la sociedad del momento, contra la concepción clasista de ésta, sus defectos y convencionalismos, o el orden establecido. Aun así, a pesar de la agudeza crítica de su cine, no siempre sabe acertar con sus hirientes dardos. Su sátira es amarga y a veces poco objetiva. El pensamiento de Chaplin pasó con los años del idealismo a la esperanza (La quimera del oro, 1925), del romanticismo a la nostalgia (Luces de la ciudad, 1930), de la burla cruel al testimonio sociopolítico (Tiempos modernos, 1935; El gran dictador, 1940), de la desesperanza al nihilismo (Monsieur Verdoux, 1947), de la resignación al desgarramiento interior (Candilejas, 1952), como renunciando a luchar, pues se siente ya envejecido; aunque con las suficientes fuerzas como para asestar el postrer y terrible golpe contra la sociedad capitalista norteamericana en su último gran film Un rey en Nueva York (1957). Esto le costaría la total enemistad con el Gobierno de los Estados Unidos. Finalmente, se despidió de la pantalla sólo como director con una comedia un tanto pasada de moda, La condesa de Hong Kong (1966), protagonizada por Marlon Brando y Sophia Loren. Su “Charlot” ya había muerto y no se había adaptado al film moderno. Con todo, Charles Chaplin fue un humanista y filósofo del siglo XX, a la vez que intentó ser un hombre sincero como creador. Un artista nato que, en sus ansias de autenticidad, dio lo mejor de su vida en pro del cinema y del público mundial. Basado en su famosa y discutida My Autobiography, Richard Attenborough llevaría a la pantalla su figura (Chaplin, 1992). Contexto de la época En 1938, cuando Charles Chaplin concibió The Great Dictator, los 0 0 1 Ftotali tarismos europeos –el nazi y fascista, por un lado; el soviético-estalinista, por el otro– amenazaban seriamente la paz de Europa. Al mismo tiempo, la Guerra Civil española estaba en pleno apogeo. Así, a principios de 1939, Chaplin escribió el guión – de 300 páginas–, e inició el rodaje al día siguiente de la declaración de la segunda 0 0 1 Fconflagración mundial. La intencionalidad era clara: criticar a los re gímenes totalitarios entonces vigentes. El historiador Pierre Leprohon lo contará así: Ya en 1937, algunos años después del triunfo de Hitler en Alemania, Chaplin anunció que preparaba una película sobre el tema. Al otro lado del Rhin comprendieron inmediatamente que aquella arma no dejaba de tener peligro. El adversario tenía la talla suficiente para hacer reír al mundo entero a costa de su futuro amo, lo cual no dejaría de perturbar su prestigio. Chaplin estaba proscrito en las pantallas alemanas, pero aquella vez quisieron impedirle que empezara a ejecutar su proyecto. 0 0 1 FLa realización del film llegó enseguida al conocimiento de la opinión pú blica mundial, pues Chaplin ya había desatado una gran polémica social con su anterior obra maestra, Tiempos modernos 0 01 F(1935), esa aguda denuncia de la De presión USA, de hondo cariz político. Ahora se trataba de una violenta sátira contra Hitler y Mussolini. Por tanto, sufre toda clase de presiones para no dar a luz la película, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Alemania amenazó incluso con impedir la exhibición de películas norteamericanas en el país. En cambio, Charles Chaplin llevó a cabo su propósito, afirmando por aquel entonces: “Voy a proyectarla ante el público aunque tenga que comprarme o mandarme construir un cine para ello, y aunque el único espectador de la sala sea yo”. Así, en marzo de 1940, pese a que la mayor parte del rodaje –168 días– había 0 0 1 Fsido terminado, le faltaba el final. Para ello, ideó un discurso cuya re dacción duró casi tres meses. Se sabe –escribe John Kobal– que “fue utilizado como texto para sus felicitaciones de Navidad por el director Archie Mayo, y presentado como panfleto por 0 0 1 Fel Par tido Comunista en Inglaterra, y posteriormente utilizado contra Chaplin durante la caza de brujas en Hollywood. Era tan apasionado, sentido sinceramente y bien 0 0 1 Felaborado como cualquiera de sus obras pantomí micas”. Antes del estreno, Charles Chaplin concedió una entrevista a The New York Times en la que manifestó: “Los pesimistas dicen que puedo fracasar, que los 0 0 1 Fdic tadores ya no son cómicos, que el mal es demasiado serio. Eso es erróneo. Si hay algo que yo sé, es que el Poder es sensible al ridículo. Cuanto más grande se hace un individuo, con más fuerza le golpeará la risa”. Su estreno, por tanto, resultó contundente. Tuvo lugar en Nueva York, el 15 de octubre de 1940, cuando el Eje Roma-Berlín estaba en la mejor posición para ganar la II Guerra Mundial. Su autor, que asistiría en las últimas localidades del cine, declaró al terminar la proyección: Mi dictador tiene cierto parecido con Hitler. Es una coincidencia que use bigote como el mío, pero yo lo usé primero... He tratado de hacer un resumen de los 0 0 1 Fdictadores. No hay actor que no haya so ñado con interpretar a Napoleón. Yo interpreto a la vez a Napoleón y a Hitler, al loco zar Pablo, a todos en uno... La 0 0 1 Flocura es la locura y la brutalidad es la bruta lidad; el pueblo las reconoce como 0 0 1 Ftales y no va a dar gritos por eso. Yo sólo lu cho contra la persecución de los pequeños y de los débiles. En mi película he querido representar a ese hombrecillo que ha sido pisoteado durante muchos años y que puede ser un 0 0 1 Findividuo o una minoría compuesta de numerosos hom brecillos. Parte del tiempo soy el hombre pequeño, y parte el dictador. Obviamente, El gran dictador desencadenó una enorme polémica en todo el mundo en que se pudo estrenar. La prensa de Hearst la tachó de comunista; Chaplin tuvo que defenderse con un artículo en The New York Times. Y en algunos Estados de la Unión fue prohibida, así como en casi toda Europa y la Argentina (en España, no sería 0 0 1 Fautorizada hasta la muerte de Franco, que se sin tió aludido). En la mayoría de países es cortada por la presión de la diplomacia alemana e italiana; especialmente, las secuencias del campo de concentración y del baño de barro, o la escena del baile por considerarla injuriosa para la vida privada del Duce. Sin embargo, cuando Estados Unidos entra en guerra un año más tarde, la película cobra vida y se transforma en un éxito mundial. Chaplin había triunfado de nuevo: artística e ideológicamente. 0 0 1 FLa película, que además combatía las tesis aislacionistas, poseyó un carác ter 0 0 1 F“profético”: cuando la Unión Soviética pactaba con Hitler y los Ejércitos ale manes dominaban Europa y sólo permanecía en pie Inglaterra, atrincherada en su isla y sometida a tremendos bombardeos, Charlie Chaplin cantaba y luchaba a través del arte cinematográfico por la libertad. Valoración crítica El gran dictador 0 01 Fes una auténtica obra de arte. Con una estética muy de purada, muy próxima al cine mudo, sus reconstrucciones históricas –como ese frente de la Gran Guerra en la primera secuencia del film– son extraordinarias. Y luego, en la Alemania nazi, la ambientación y los decorados son perfectos. La poesía está ensamblada con la 0 0 1 Fsátira, el buen gusto con la denuncia cruel, el romanti cismo con el fanatismo político y el lirismo con la caricatura. Recuérdese, si no, cuando Hynkel baila con un globo terráqueo –como el famoso que tenía Hitler– y, finalmente, le explota en la cara; o la escena de la peluquería, cuando el barbero recuerda su oficio y afeita a un cliente acompasado con la Danza húngara 0 01 F de Brahms. Cha plin demostró que era un gran artista; el artista, por excelencia. Charles Chaplin interpreta aquí dos papeles: el “Charlot” de siempre, que es el judío perseguido, el eterno vagabundo y filósofo, ahora barbero amnésico desde la guerra del 14; y el de Hynkel (nombre que da al Führer), de quien hace una inmejorable interpretación, la cual ha cobrado valor con el tiempo (el rostro de Chaplin-Hitler ya es historia), junto a esa imitación de los discursos, gestos y ataques. Está francamente magistral. Asimismo, encarnado por el actor Jack Oakie, crea un espléndido Benito 0 0 1 FMussolini, con esa impresionante llegada a Berlín, entrevista de los dos dicta dores e ingeniosa firma del Tratado, dentro de la mejor tradición del género burlesco de Hollywood. Chaplin nunca dejó de hacer cine cómico, de divertir al público a la vez que le obligaba a pensar. Con todo, El gran dictador dividió a la crítica de la época. Así lo cuenta el especialista Homero Alsina Thevenet: 0 0 1 FUna gran mayoría alabó las se cuencias más importantes, como la del globo 0 0 1 Fterráqueo, que tenía gracia y sen tido, o como la entrevista entre Hynkel y 0 0 1 F 0 0 1 FNapoloni, donde este visi tante es colo cado por su anfitrión en una silla más 0 0 1 Fbaja que la propia, para humillarle de ante mano. También fue muy 0 0 1 Fmencio nada la secuencia en que el barbero judío afeita a un cliente al compás de la Danza húngara de Brahms; ese episodio es ajeno a todo sentido político,
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved