¡Descarga La Economía Gig: Retos y Oportunidades de la Economía Digital y más Monografías, Ensayos en PDF de Contabilidad solo en Docsity! 24 25COMEXPERÚ - NEGOCIOS INTERNACIONALES ABRIL/MAYO ECONOMÍA DIGITAL H José Trejo Hebrero, BEAT Regional Head of Policy Economía gig: retos y oportunidades oy en día, el acceso a internet ha revolucionado nuestra vida cotidiana. Diariamente, tenemos al alcance de nuestras manos un televisor de bolsillo, un bazar digital, formas más rápidas y seguras para movernos, e incluso acceso inmediato a una variedad de alimentos preparados en las cada vez más trendy cocinas fantasma (dark kitchen). YouTube, Facebook, Instagram, Mercado Libre, Rappi y Beat hacen esto posible. Hoy no solo forman parte de nuestro léxico y preferencias diarias, sino que también se han convertido en fuentes de bienestar para miles de personas. Incluso, durante los peores momentos de la pandemia, ayudaron a negocios y familias a mantenerse a flote. Las plataformas digitales sirven para que las personas comunes, como tú y como yo, echen mano de la tecnología para superar limitantes del siglo pasado. La llegada de dispositivos móviles y de redes de interconexión cada vez más rápidas y eficientes ha cambiado la forma en la que nos comunicamos, así como las maneras de entretenernos, comprar o movernos. Pero, sobre todo, ha modificado la forma en la que nos ganamos la vida, y este es quizá uno de los cambios más importantes que han traído consigo. Hace no muchos años, la actividad económica en el mundo se sustentaba en productores e intermediarios masivos. Grandes agroproductores llevan frutas y verduras al supermercado, en el cual, a su vez, las ponen a disposición de los consumidores finales. El funcionamiento de este modelo se sustenta en puestos de trabajos fijos, con un número de horas establecido y una remuneración acorde. Sin embargo, los aplicativos han retado este esquema. Basadas en una lógica económica distinta, las plataformas digitales facilitan el intercambio entre personas, es decir, entre productores y consumidores. Eliminan intermediarios y flexibilizan las relaciones económicas entre agentes. El videoblogger ofrece directamente su contenido al usuario; la cocina fantasma ofrece directamente su comida al comensal; el anfitrión, su casa al huésped; el dueño del coche lleva directamente al pasajero, y así sucesivamente. Bajo esta nueva lógica económica, productores y consumidores, es decir, todos nosotros, gozamos de mayor autonomía y libertad para decidir cuánto tiempo y recursos invertir para generar ingresos o cubrir una necesidad. Los aplicativos intermedian de manera directa servicios y productos que tenemos a la mano, generan costos asequibles y abren nuevos mercados cada vez más especializados. Sin embargo, todo cambio trae aparejados retos. La expansión de la economía gig no ha estado exenta de cuestionamientos. Es un hecho que las aplicaciones han alterado las relaciones económicas y sociales tradicionales. También es cierto que han abierto oportunidades para que miles de personas complementen o incluso sustituyan su fuentes de ingreso. Actualmente, la flexibilidad y la autonomía son verdaderos motores de bienestar para miles de personas en el Perú y el mundo. A pesar de los lugares comunes presentes en las conversaciones nacionales, regionales y globales, las plataformas digitales no están decididas a ignorar las necesidades ni la integridad de sus usuarios. Por el contrario, es un hecho que parten de estas para generar modelos y propuestas de valor basadas en la tecnología que benefician a todos. Por ello, resulta necesario escuchar a todas las voces en la discusión sobre la dirección que está tomando la economía gig en todos los ámbitos en los que la innovación pone a prueba nuestra vida diaria. Ya sea en lo que respecta a las nuevas formas de ocupación y generación de ingreso, las formas cambiantes como nos entretenemos o las maneras en las que navegamos nuestras ciudades, la regulación se enfrenta a lógicas distintas en las que subyace un dinamismo que exige a todos contribuir para atajarlo de la manera más productiva y beneficiosa. En este sentido, los debates regulatorios de la economía gig deben partir de las nuevas realidades que pretenden normar. Impulsar o aprobar regulaciones que no se originen desde las dinámicas y necesidades que hoy tienen los usuarios de plataformas digitales no solo pone en riesgo modelos de negocio, también compromete el bienestar de miles de personas, mina la innovación y, sobre todo, dificulta el tránsito ineludible hacia la era digital. Seamos claros: regular los aplicativos como si fueran empresas tradicionales sería como pretender jugar al ajedrez con reglas del dominó. En cambio, si las regulaciones son producto de un diálogo plural entre autoridades, aplicaciones y usuarios, con toda seguridad hallaremos las reglas adecuadas para el nuevo juego que estamos construyendo. Vale la pena intentarlo. Las plataformas digitales facilitan el intercambio entre personas, eliminan intermediarios y flexibilizan las relaciones económicas ECONOMÍA DIGITAL
