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COMENTARIO CRÍTICO INTERPRETACIÓN, Ejercicios de Literatura

Comentario del libro de U.Eco "Interpretación y sobreinterpretación" para la asignatura Introducción a los Estudios Literarios de Fernando Ángel Moreno

Tipo: Ejercicios

2019/2020

Subido el 09/02/2020

sara-gutierrez-hernandez
sara-gutierrez-hernandez 🇪🇸

4.5

(41)

28 documentos

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¡Descarga COMENTARIO CRÍTICO INTERPRETACIÓN y más Ejercicios en PDF de Literatura solo en Docsity! Sara Gutiérrez Hernández Comentario crítico: Interpretación y sobreinterpretación, Umberto Eco En “Interpretación y sobreinterpretación” se recogen una serie de conferencias dadas por Umberto Eco, las “Conferencias Tanner” en 1990, en cuya instancia participan y discuten con él Richard Rorty, filósofo pragmatista americano; Jonathan Culler, crítico y teórico vinculado con las posturas desconstruccionistas y Christine Brooke-Rose, catedrática de Literatura en la Universidad de París; a las cuales Eco responde con una réplica, capítulo que cierra el libro que aquí vamos a comentar. Estas conferencias, cuyo interés reside en las réplicas y el debate dado, tratan el tema que da nombre a la obra: la interpretación textual. Dentro de las iniciales intervenciones nos habla de la “semiosis ilimitada” (signo-imagen- asociación). Los contenidos generados en nuestra mente son signos, un proceso semiótico cuya interpretación, potencialmente, es ilimitada. Al leer, realizamos un proceso de significación que le da sentido al mundo percibido en el texto. Pero el debate se centra en la pugna entre los derechos de los textos y los derechos de los intérpretes, séase, la dialéctica entre el «intentio autoris», el «intentio lectoris» y lo que Eco defiende en mayor medida, el «intentio operis», es decir, la intención que tiene el texto. Las propiedades del propio texto ponen límites a la gama de interpretación. Nuestra labor interpretativa comienza en la coherencia textual interna del texto, la cual debe controlar los impulsos del lector. Así, postula Eco, pueden surgir ilimitadas interpretaciones, pero no todas son correctas ni adecuadas. ¿Y quién marca si lo son? Somos libres porque estamos leyendo algo desde nuestra propia perspectiva, pero estamos mirando algo. Es decir, el propio texto podrá desaprobar dichas conjeturas interpretativas que no se adecuan al conjunto del texto. “Un texto puede prever un lector con derecho a intentar infinitas conjeturas” (p.77, U. Eco). Es aquí donde se introduce el término de “lector modelo”, el lector ideal para el que en cierto sentido fue creado el texto, y este lector modelo a su vez, se imagina un autor modelo que no es el autor empírico y que coincide con la intención que tiene el texto. Aquí Eco nos habla del conocido -círculo hermenéutico-, forma de relacionarnos con el texto que realizamos en nuestra situación de lectores. Leemos un texto con una serie de expectativas, a partir de las cuales entramos en interacción con el efecto de lectura; dentro de este horizonte de expectativas realizamos nuestras interpretaciones apoyados en nuestros pre-juicios (los a priori), residiendo en este acto de lectura, como dice Umberto Eco, "un intercambio entre la competencia del lector (su conocimiento del mundo) y la clase de competencia que determinado texto postula con el fin de ser leído de forma conveniente”. Más no se trata de revelar el contenido del texto sino el de hacerlo objeto de su consideración o reflexión. ¿Qué me dice el texto? Un texto -dice Eco- es un dispositivo concebido con el fin de producir un lector modelo. El lector interpreta el texto, pero el texto mismo se esfuerza en llevar al lector hacia el sentido que preconiza. La cooperación textual es un fenómeno que se realiza entre dos estrategias discursivas, no entre dos sujetos individuales; autor modelo y lector modelo se entenderán como tipos de estrategia textual. Umberto Eco realiza un recorrido por la historia de diferentes culturas, lo que nos ayuda a entender la base de las nuevas corrientes de interpretación contemporáneas: lo que se busca es alejarse del sentido literal y ahondar en el significado oculto. “Interpretación y Sobreinterpretación” trata sobre aquellos procesos mentales que entran en juego cuando buscamos significados ocultos en los textos. Los textos con valor estético, por ejemplo una novela, un poema o un texto religioso, para Eco necesitan ser interpretados y sobreinterpretados. En «La sobreinterpretación de los textos», su segunda conferencia, enfatiza en que la imposibilidad de afirmar una interpretación única legítima no impide saber cuáles son las incorrectas. El “intentio operis” restringe y limita el “intentio lectoris” sin necesidad de apelar al “intentio autoris”, poco relevante. En su tercera conferencia, «Entre el autor y el texto», sostiene que la intención pretextual del autor, sus motivos, es irrelevante y equivoca para encontrar el sentido del texto. ¿Qué nos quiere decir el texto independientemente de las intenciones del autor? Así, nos ilustra como sujeto de su propio análisis, ejemplos del autor empírico de El nombre de la rosa. “Alguien podría decir que un texto, una vez separado del emisor (así como de la intención del emisor) y de las circunstancias concretas de su emisión (y por consiguiente de su pretendido referente), flota (por decirlo así) en el vacío de una gama potencialmente infinita de interpretaciones posibles” (p.53, Eco) Un texto puede ser interpretado, lo que implica el deseo de determinar un significado desde el texto mismo. Por el contrario, un texto puede ser "usado", es decir, en este caso la voluntad no es la de determinar un significado ajeno, sino la de imponerle un sentido que no está, por decirlo así, previsto. En la entrada de las réplicas, Richard Rorty presenta su desacuerdo con la diferenciación de Eco y trata de minimizar el efecto de la distinción entre "uso" e "interpretación" de los textos. “En nuestra opinión, todo lo que uno hace con cualquier cosa es usarla. Interpretar algo, conocerlo, penetrar en su esencia, etcétera, son sólo diversos modos de describir algún proceso de ponerlo en funcionamiento” (p.109, R. Rorty) Rorty rechaza la idea de que un texto tenga “propiedades intrínsecas”, argumentando que los textos están sujetos a los propósitos que imponen los lectores. En mi opinión, en conjunción a la de Eco, “no es cierto que todo sirve”. No podemos deshacernos del contexto, ni de nuestras propias connotaciones, al leer, ¿pero es lo mismo interpretar algo por ello que usarlo para nuestros propósitos? Rorty valora justamente así los textos que nos ayudan a cambiar nuestros propósitos, y así, cambiar la propia vida. ¿Esperamos de la literatura un resultado mejorador de nuestro modo de ser? Rorty logra casi convencerme al establecer la analogía del destornillador, ¿es acaso ilegítimo usar un destornillador para abrir cajas si este ha sido ideado para sacar tornillos? No lo creo. El autor está de acuerdo con que Eco ironice sobre la costumbre interpretativa de buscar el “código entre los códigos”, o las “estructuras ocultas” del lenguaje; sin embargo, critica que Eco insista en hacer la distinción entre intención (intentio) y uso (operis); es decir, como si intentara “proteger” un texto, en su “coherencia interna” de los impulsos y sobre-interpretaciones del lector.
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