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Comentario de La Odisea., Resúmenes de Historia de la Filosofia

Comentario del fragmento de La Odisea trabajado en clases practica.

Tipo: Resúmenes

2020/2021

Subido el 08/02/2022

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¡Descarga Comentario de La Odisea. y más Resúmenes en PDF de Historia de la Filosofia solo en Docsity! Elena López Orts Grupo A1 COMENTARIO LA ODISEA Nos encontramos ante un fragmento muy conocido de La Odisea. Ésta, junto a La Ílíada constituyen las dos obras magnas del aedo griego Homero. Ambas epopeyas datan aproximadamente del siglo XIII a. C, y estaban destinadas, como todos los poemas épicos, a ser recitadas. Es por ello que siguen una métrica llamada “hexámetro dactílico”, que marca el ritmo y el énfasis que han de seguir los versos en la narración oral. La obra que nos concierne está formada por aproximadamente 11.600 versos agrupados en 24 cantos, y es considerada una historia de aventuras marinas, ya que recoge los sucesos que marcaron el regreso de Ulises desde Troya hasta Ítaca. Podríamos dividir la narración en varias partes. La primera comienza con el inicio de la obra y finaliza en el canto IV, y que es conocida como La Telemaquia. Esta se centra en la esposa e hijo del héroe, describiendo cómo Penélope se ve rodeada de pretendientes que buscan casarse con ella para dominar el reino y los intentos sin descanso de Telémaco de descubrir dónde se encuentra su padre. La siguiente comienza con el canto V y se extiende hasta el XII. En éstos se recogen las últimas aventuras de Ulises: la retención que sufre por parte de la ninfa Calipso en la Isla de Ogigia, su llegada al País de los Feacios y la obtención del barco que finalmente le llevará de vuelta a su tierra, siendo éste un regalo que le ofrece el rey Alcínoo. La tercera y última de las partes comienza en el canto XIII y concluye con el último. En éstos se relata la llegada de Ulises a Ítaca, el reencuentro con su hijo y su plan para eliminar a los pretendientes de su esposa. Finalmente lo consigue haciéndose pasar por un mendigo y ganando el concurso de tiro con arco que haría del vencedor el nuevo marido de Penélope. Un rasgo particular de la estructura narrativa de La Odisea es su falta de linealidad. Los acontecimientos no suceden cronológicamente según avanza la obra, sino que existen saltos temporales que hacen de la estructura de esta obra algo único que más adelante otros autores imitarían. Homero utiliza la analepsis a partir del canto IX y hasta el XII, al relatar Ulises a los feacios sus hazañas desde que partió de Troya hasta llegar a la Isla de Ogigia. Al utilizar este recurso narrativo, conocemos los hechos antes que sus antecedentes, por lo que aparentemente la narración se retarda. Las características principales de nuestro héroe Odiseo son su brillantez y astucia, apelando el autor a menudo estas virtudes a través de expresiones como: “¡Oh Laertíada, retoño de Zeus, Ulises mañero!” Ésta expresión se repite en numerables ocasiones a lo largo de la obra, en especial en su encuentro con los personajes que habitan el Hades, en el canto XI. Además, el amor que siente por su familia y la nostalgia con la que los recuerda, subraya su humanidad y sensibilidad. No es, como Aquiles en La Ilíada, un héroe militar, sino que su heroicidad nace de la preocupación por proteger a su familia. A continuación analizaremos el canto XI, titulado El descenso a los infiernos. Ulises y su tripulación llegan al país de los feacios y siguiendo las instrucciones de Circe, llegan al Hades y realizan el ritual necesario para invocar a las almas que lo habitan. 1 Elena López Orts Grupo A1 Tras derramar leche, miel, vino y agua y haber esparcido harina en un foso, cortó el cuello de un carnero y se lo ofreció a los muertos, que no tardaron en acudir a alimentarse de su sangre. El primero que se acercó a él fue Elpenor, su compañero que recientemente había muerto. Éste le expresó sus deseos de sepultura y Ulises le prometió que así sería. Seguidamente se le acercó su madre, Anticlea, de cuya muerte él no estaba al tanto, la pena lo inundó y sin embargo le negó el acceso a la sangre del res hasta que hubiese cumplido con lo que había ido buscando. Quería encontrarse con el adivino Tiresias, y fue de hecho él quien apareció a continuación. Bebió de la sangre, y predijo la pérdida de la tripulación de Ulises si éste se acercaba a los rebaños de Sol. Además, que llegaría sin su gente a casa y mataría a los pretendientes de su esposa Penélope. Que habría de llevar un remo al lugar donde los hombres no conocen el mar, y cuando un caminante le preguntara sobre el bieldo que llevase al hombro, tendría que realizar un sacrificio múltiple a Poseidón, que le aseguraría una vida de abundancia hasta su muerte con causa en la vejez. Seguidamente se reencuentra por fin con su madre, quien le informa sobre los miembros de su familia. Cuando van a despedirse él trata de abrazarla pero le es imposible por no ser completa la existencia de las almas. A continuación se suceden varios encuentros con mujeres ilustres del pasado como Cloris, Antíopa o Epicastra, de las que se habla refiriéndose a los hombres con los que se casaron y su prole. Se interrumpe en este momento la narración de Odiseo con las promesas de obsequios que le hacían Alcínoo y Arete, pero rápidamente se retoma con la llegada de Agamenón, quien maldice a Clitemnestra por haberlo matado y le aconseja a Ulises que sea cauto con las mujeres, defendiendo que no son dignas de confianza. Entonces, Aquiles se aproxima para preguntarle sobre su hijo y tras Ulises explicarle las hazañas que ahora realiza Neoptólemo, intenta hablar con Áyax para dejar atrás su enemistad. Éste sin embargo, se aleja evitando la conversación. Nuestro héroe observa algunos personajes más que reconoce fácilmente, como Orión, Minos o Heracles, y es entonces cuando, por el temor que le sobreviene al verse rodeado de todas aquellas almas, decide marcharse del Hades y regresar a Eea, cumpliendo su palabra con Elpénor y enterrándolo como él deseaba. En primer lugar, y para entender la esencia de este texto, habría de detenerse a reflexionar acerca de la concepción que tenían los griegos de la época respecto a la muerte y del destino que le esperaba a la psiqué (ψυχή) en el inframundo. Nos encontramos en una época en la que se hacía una clara distinción entre el cuerpo y el alma, pero no desde el dualismo que le caracteriza a Platón, donde el alma es eterna y prisionera en un cuerpo perecedero, sino que se basaba en la creencia de que el alma era en cierto modo el principio de vida, lo que nos mantiene vivos, ese “aliento” que abandona al cuerpo en el momento en el que uno muere. Partiendo de esta base, el panorama que Ulises encuentra al descender al Hades es de un sinfín de almas que no son más que imágenes desdibujadas, sombras carentes de energía que se encuentran sumidas en un estado perpetuo de sopor, y que para poder relacionarse con 2
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