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Comentario sobre texto "Luces de Bohemia" de Valle-Inclán, Apuntes de Ingeniería de Telecomunicaciones

Asignatura: macroeconomia, Profesor: , Carrera: Ingeniería en Tecnologías de Telecomunicación, Universidad: UAH

Tipo: Apuntes

2013/2014
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Subido el 13/04/2014

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¡Descarga Comentario sobre texto "Luces de Bohemia" de Valle-Inclán y más Apuntes en PDF de Ingeniería de Telecomunicaciones solo en Docsity! COMENTARIO CRÍTICO RESUELTO (2) SOBRE TEXTO DE “LUCES DE BOHEMIA”, DE VALLE-INCLÁN (comienzo de la escena XII desde “Rinconada en costanilla” hasta “MAX.- Llama.”) TEXTO: “Rinconada en costanilla y una iglesia barroca por fondo. Sobre las campanas negras, la luna clara. DON LATINO y MAX ESTRELLA filosofan sentados en el quicio de una puerta. A lo largo de su coloquio, se torna lívido el cielo. En el alero de la iglesia pían algunos pájaros. Remotos albores de amanecida. Ya se han ido los serenos, pero aún están las puertas cerradas. Despiertan las porteras. MAX: ¿Debe estar amaneciendo? DON LATINO: Así es. MAX: ¡Y que frío! DON LATINO: Vamos a dar unos pasos. MAX: Ayúdame, que no puedo levantarme. ¡Estoy aterido! DON LATINO: ¡Mira que haber empeñado la capa! MAX: Préstame tu carrik, Latino. DON LATINO: ¡Max, eres fantástico! MAX: Ayúdame a ponerme en pie. DON LATINO: ¡Arriba, carcunda! MAX: ¡No me tengo! DON LATINO: ¡Qué tuno eres! MAX: ¡Idiota! DON LATINO: ¡La verdad es que tienes una fisonomía algo rara! MAX: ¡Don Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizaré en una novela! DON LATINO: Una tragedia, Max. MAX: La tragedia nuestra no es tragedia. DON LATINO: ¡Pues algo será! MAX: El Esperpento. DON LATINO: No tuerzas la boca, Max. MAX: ¡Me estoy helando! DON LATINO: Levántate. Vamos a caminar. MAX: No puedo. DON LATINO: Deja esa farsa. Vamos a caminar. MAX: Échame el aliento. ¿Adónde te has ído, Latino? DON LATINO: Estoy a tu lado. MAX: Como te has convertido en buey, no podía reconocerte. Échame el aliento, ilustre buey del pesebre belenita. ¡Muge, Latino! Tú eres el cabestro, y si muges vendrá el Buey Apis. Lo torearemos. DON LATINO: Me estás asustando. Debías dejar esa broma. MAX: Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato. DON LATINO: ¡Estás completamente curda! MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. DON LATINO: ¡Miau! ¡Te estás contagiando! MAX: España es una deformación grotesca de la civilización europea. DON LATINO: ¡Pudiera! Yo me inhibo. MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas. DON LATINO: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato. MAX: Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas. DON LATINO: ¿Y dónde está el espejo? MAX: En el fondo del vaso. DON LATINO: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo! MAX: Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España. DON LATINO: Nos mudaremos al callejón del Gato. MAX: Vamos a ver qué palacio está desalquilado. Arrímame a la pared. ¡Sacúdeme! DON LATINO: No tuerzas la boca. MAX: Es nervioso. ¡Ni me entero! DON LATINO: ¡Te traes una guasa! MAX: Préstame tu carrik. DON LATINO: ¡Mira cómo me he quedado de un aire! MAX: No me siento las manos y me duelen las uñas. ¡Estoy muy malo! DON LATINO: Quieres conmoverme, para luego tomarme la coleta. MAX: Idiota, llévame a la puerta de mi casa y déjame morir en paz. DON LATINO: La verdad sea dicha, no madrugan en nuestro barrio. MAX: Llama.” 1. Esquema de organización de ideas.- Nos encontramos ante un fragmento de la obra “Luces de bohemia”, de Ramón Mª del Valle-Inclán, en concreto ante el comienzo de la escena XII. Este texto consta formalmente (o en cuanto a su estructura externa) de una acotación inicial, en la que se combinan los modos de discurso descriptivo y narrativo, y de un diálogo entre el protagonista de la obra, el poeta Max Estrella, y su acompañante, don Latino de Hispalis, con 27 intervenciones de Max y 26 de don Latino. El texto se divide en cuanto a su contenido en los siguientes apartados: 1ª parte.- Presentación del marco espacio-temporal donde se sitúa la acción y de los personajes (acotación inicial): amanecer de Max Estrella y don Latino junto a una iglesia. 2ª parte.- Primeros indicios de la situación preagónica de Max (desde “¿Debe estar amaneciendo?” hasta “¡La verdad es que tienes una fisonomía algo rara!”). - Debilidad de Max. - Petición del carrik (abrigo) a don Latino por parte de Max y denegación de éste. - Reproche de don Latino por haber empeñado Max la capa para comprar el décimo. - Tentativas de ponerse en movimiento. - Alarma de don Latino por el aspecto de Max. 3ª parte.- Comienzo de la digresión1 de Max sobre el esperpento (desde “¡Don Latino de Hispalis, grotesco personaje…” hasta “El Esperpento”). - Caracterización de la tragedia de España como esperpento. 4ª parte.- Nuevos indicios de la situación preagónica de Max (desde “No tuerzas la boca, Max” hasta “Me estás asustando. Debías dejar esa broma”). - Reiteración de la alarma de don Latino por el aspecto de Max. - Caracterización imaginativa de don Latino como buey por parte de Max. 5ª parte.- Digresión de Max sobre el esperpento (desde “Los ultraístas son unos farsantes” hasta “¡Sacúdeme!”). 1 Digresión ( del latín digressĭo, -ōnis, apartarse) es el efecto de romper el hilo del discurso con un cambio de tema intencionado. [Información tomada de Wikipedia] esperpento como uno más de sus fantoches), lo transmuta imaginativamente en un buey3 (animalización del personaje típicamente esperpéntica) y acaba llamándole “idiota” al final del fragmento (también se lo ha dicho antes en uno de sus arranques). Porque don Latino, insensible a todo4, no comprende nada y ve sólo bromas en las muecas agónicas de Max (“¡qué tuno eres!”, “deja esa farsa”, “debías dejar esa broma”, “¡te traes una guasa!”, “quieres conmoverme para luego tomarme la coleta5”). Y en las escenas posteriores don Latino, genio y figura, hurtará la cartera de la chaqueta del amigo muerto para quedarse con el décimo premiado con la misma desfachatez con que había sustraído al pobre Max parte del dinero de la venta de los libros de su biblioteca familiar en la librería de Zaratustra. En cambio, Max Estrella completa aquí su regeneración moral, crece en estatura ética, alcanza la dignidad suficiente para, poco antes de morir él, servir de portavoz al autor y explicar el esperpento. Por una parte, las alusiones a los movimientos y a la mímica (“No tuerzas la boca, Max”), junto con las propias confidencias que nos hace el propio Max sobre ese asunto (“¡Estoy aterido!”), nos van desvelando la creciente gravedad de Max. Don Latino se alarma, pero lo atribuye todo a la borrachera, en relación con la cual hay algunas alusiones en el texto (“curda” significa ´borracho´ y cuando le pregunta don Latino “¿Dónde está el espejo” le responde Max “en el fondo del vaso”, es decir, del vaso del borracho). Tras este fragmento, Max sufrirá verdaderas alucinaciones y se desplomará. Pero ya al comienzo de este texto, las frases de Max son verdaderamente incoherentes (aunque lo de Buey Apis6 es una alusión a cierto personaje de la época, la mezcla de mitología egipcia con el buey del portal de Belén no deja de ser realmente estrambótica). Por otra parte, en el diálogo se combina el tono grave y hasta altisonante del "hiperbólico" Max con el tono familiar de don Latino, caracterizado por sus notas vulgares y castizas (“carcunda”, "curda", "¡Miau!", "me quito el cráneo7", “tomarme la coleta”). El dinamismo del diálogo no sufre menoscabo alguno, ya que, como se ve, las réplicas breves -como cuñas- de don Latino fragmentan las declaraciones "teóricas" o "doctrinales" de Max acerca del esperpento, evitando que éstas compusieran un parlamento monótono, seguido y largo, que resultaría del todo inverosímil. En todo ello se percibe la maestría del dramaturgo, que domina su oficio en esta hora crucial de su personaje. El agravamiento de Max se va sintiendo a lo largo de todo este fragmento para desembocar en esa confesión desgarradora que observamos al final: “No me siento las manos y me duelen las uñas. ¡Estoy muy malo!”. En un último gesto que busca preservar su dignidad herida y ultrajada, Max le dice a don Latino: “Idiota, llévame a la puerta de mi casa y déjame morir en paz”. Estamos ya en los prolegómenos del desenlace final. 3 El buey es un animal castrado. Al mismo tiempo, el vaho animal del aliento del buey es un signo del frío ambiente del invierno. Por eso le dice que le eche el aliento, para recibir algo de calor. Calor animal, ya que no humano. Calor como el que recibiría en la imaginación popular el niño Jesús en el portal de Belén de los animales del establo o pesebre del nacimiento. 4 Su falta de compromiso característica bien pudiera verse simbolizada en la frase “Yo me inhibo” que Valle pone en boca de don Latino en este texto. 5 “Tomar la coleta” significa aquí “tomar el pelo”, es decir, burlarse de alguien o gastarle bromas. 6 “El Buey Apis” era el periódico del que despidieron a Max. El nombre se aplicaría a una personalidad de aquella época, en la obra de Valle-Inclán se supone era el director de dicho periódico, aunque en otros textos literarios lo relacionan con un ministro de la Gobernación. De cualquier modo se trataba de una broma u ocurrencia de tertulia literaria. 7 Parece ser que la expresión “quitarse el cráneo” con el significado de “quitarse el sombrero en señal de admiración por algo” se puso de moda en la época de la bohemia. Debió de ser una brillante ocurrencia de alguno de estos poetas bohemios iluminados. En lo relativo a la teoría del esperpento, comienza Max con una referencia a los ultraistas8. En la línea de la superación del Modernismo, Valle no podía sintonizar con aquella tendencia: él seguía su propio camino para superar el Modernismo y había lanzado su propia "vanguardia": el esperpento. Comienza, pese a todo, por asignarle un precedente glorioso: "El esperpentismo lo ha inventado Goya9". Valle-Inclán utiliza aquí un argumento de autoridad al asignarle a Goya la talla de precursor, un modo de respaldar su hallazgo. Sigue la inevitable referencia al callejón del Gato, clara para el lector de la época, pues en esa callejuela del centro de Madrid había un comercio de todos conocido en cuya fachada, como atracción, había varios espejos deformantes. Pero el sentido cabal de dicha frase se revelará en seguida, tras la interrupción de don Latino: "Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento". Pongamos en relación esta frase con la referencia anterior a la tragedia: la tragedia clásica, como la épica, ponía en escena héroes, como es natural. Pues bien, los espejos cóncavos nos darían una imagen degradada o distorsionada de esos héroes, los convertirían en fantoches más acordes con la decadente realidad española que Valle quiere proyectar o “reflejar”. De ahí la terrible frase siguiente: "El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada". Notemos que se proclama de modo casi solemne ese "sentido trágico" (luego hablará de "la vida miserable de España"); pero, a la vez, se establece su distancia con respecto a la grandeza de la tragedia clásica ("La tragedia nuestra no es tragedia", se dijo antes). Se diría que aquí hasta lo doloroso se troca en deforme o grotesco. De ahí que -tras una nueva "interrupción" de Latino- Max nos confiese: "España es una deformación grotesca de la civilización europea". Se encierra en esta frase toda una visión crítica y dolorida de España que también cuenta con excelsos precedentes: Quevedo, Cadalso, Larra, los "noventayochistas"... Pero acaso nadie había expresado con más radicalidad, de modo más claro y tajante, que el Valle-Inclán de 1920 ese sentimiento de la "deforme" singularidad de la España de la época, si la comparamos con Europa, singularidad que ya percibían los viajeros europeos del romanticismo cuando llegaban a España. Por lo demás, el sustantivo “deformación” y el adjetivo que la acompaña, “grotesca” definen perfectamente también al esperpento. Queda de este modo justificada la adecuación de esta perspectiva estética adoptada mediante la técnica del esperpento para dar cuenta de realidades que, según Valle, son deformes de por sí: "Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas". La degradación llega a lo absurdo; de lo bello se pasa a lo esperpéntico. Pero esas imágenes deformadas pueden ser "divertidas", como reconoce a continuación don Latino (“Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato”) y admite el mismo Max (“Y a mí”). En esta concepción del esperpento se mezcla la risa con el dolor y Valle va a llevarnos a una reflexión sobre la validez estética de una deformación sistemática e intencionada: “La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas". Aunque el esperpento pudiera parecernos una técnica caprichosa y arbitraria, hay, pues, un método en la deformación valleinclanesca. Esto es: un arte. Un arte anticlásico, ni que decir tiene, como aquí se hace con toda eficacia y contundencia. De este modo Valle plasmaba su distanciamiento con el Modernismo en lo que este tenía -por su faceta parnasiana- de culto a la belleza y veneración por las formas clásicas. Esa estética de la deformación se sostenía en cimientos más profundos que el mero cansancio de la estética anterior pues para Valle era la forma más adecuada para reflejar la "deforme" realidad española. Y ahora Max lo reafirma: "Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España". En esta frase se revela el contenido de 8 El Ultraísmo -que acababa de darse a conocer, en 1919- era una manifestación vanguardista estridente y efímera. 9 Recordemos la visión intencionadamente distorsionada de cuadros de Goya como La familia de Carlos IV, Los.fúsilamientos del 3 de mayo y las series de grabados de los Caprichos. rebeldía que hay en el esperpento, la venganza contra esa sordidez que destila la vida miserable de la España de aquella época, ese medio que resultaba degradante, que despojaba de su dignidad al español de aquel tiempo trocándolo en un monigote de feria, una criatura manipulada por la burguesía y los políticos en esa visión crítica de Valle-Inclán. Como conclusión cabe poner de relieve la importancia de este fragmento de la obra pues es un ejemplo primordial de uno de los cambios que más han enriquecido el panorama de los estilos literarios de nuestro siglo. El enfoque esperpéntico supondrá, para el teatro moderno, una auténtica revolución que se adelantó en muchos años a lo que ofrecía y seguirá aún ofreciendo la escena española. Supuso además un portentoso enriquecimiento del lenguaje: Valle tuvo que dinamizar la lengua española hasta extremos insospechados, agotar todas sus posibilidades, para que pudiera expresar cabalmente aquella nueva manera de enfocar la realidad, con sus deformidades y sus violentos contrastes. La lengua de los esperpentos, mordaz, irónica, desgarrada, hiriente, ácida, nerviosa, vivísima, es uno de los grandes estilos de toda nuestra literatura. Y la denuncia de Valle- Inclán contra la falsedad simbolizada en el personaje de don Latino y contra la degradación moral de la España de su época sigue vigente en la actualidad.
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