Conferencia 19 y 20 sobre los esquemas del psicoanálisis, Resúmenes de Psicoanálisis

¡Descarga Conferencia 19 y 20 sobre los esquemas del psicoanálisis y más Resúmenes en PDF de Psicoanálisis solo en Docsity! RESUMEN “ESQUEMA DEL PSICOANÁLISIS” Capítulo 3: El desarrollo de la función sexual Se dice que mayormente la vida sexual del ser humano emerge en la etapa de la pubertad, puesto que empieza a nacer ese afán por de alguna forma tener contacto con los genitales del sexo opuesto y por consiguiente, en muchos casos se podría concretar con la función reproductiva. Sin embargo, algunos hechos como la homosexualidad, perversión o la temprana curiosidad de los niños por sus genitales van en dirección contraria a la primera concepción. El psicoanálisis decidió formar su propia concepción, la cual ha sido fuertemente criticada en sus tiempos, puesto que afirmaba la vida sexual en realidad iniciaba de forma casi inmediata tras el nacimiento con nítidas exteriorizaciones, hizo una diferenciación entre lo que es sexualidad y genitalidad, y que iniciar la vida sexual implicaba empezar a ganar placer. A partir de dichas conclusiones, Freud explicó lo que hoy conocemos como “etapas de desarrollo psicosexual”. En la primera fase encontramos la “oral o bucal”, en la que participa la boca como zona erógena y que el niño empieza a llevarse cosas a la boca no solo por buscar satisfacer su necesidad de alimentación sino también de placer haciendo de este impulso uno sexual el cual va empezando a hacerse más sádico por la aparición de los dientes. Ahí es donde mayormente se pasa a la segunda fase conocida como “sádico-anal”, en la cual se busca completar la satisfacción por medio de la función excretora y otras aspiraciones o pulsiones agresivas. Luego, en la tercera fase denominada “fálica”, los genitales femeninos son ignorados, mientras que a los de los hombres se les asigna un poder mayor. Es aquí donde, si bien se alcanza un apogeo en la sexualidad, aparece el sepultamiento: por parte del niño pasa por el complejo de Edipo y el miedo a la castración; mientras que la niña desarrollará su carácter a partir de la inferioridad clitorídea que siente. Finalmente, se llega a una etapa de organización plena conocida como “genital” donde se logra conservar la investidura libidinal temprana, otras entran en la función sexual y aparecen en el placer previo, y por último, algunas se reprimen o convierten en perversiones. Capítulo 4: Cualidades psíquicas Se describe que el concepto de conciencia dentro de la psicología corresponde a lo único psíquico por lo que no tendría sentido discernir entre otros procesos cognitivos, percepciones o sentimientos. No obstante, se señala la posibilidad que los procesos físicos y somáticos sean contaminantes a los psíquicos, formando series más complejas y posiblemente paralelas al consciente. Por otro lado, el psicoanálisis postula que los procesos somáticos pueden comenzar a hacer abstracciones conscientes; presentando una clara diferencia con la filosofía. Asimismo, se considera necesario distinguir entre las cualidades psíquicas, donde se encuentra el consciente, preconsciente e inconsciente. Siendo el consciente un estado fugaz y pasajero donde datos e información pueden ser recordados, además que se requiere de la percepción de estímulos para que estos sean más duraderos; y es aquí donde surge el término “susceptible de conciencia”, también conocido como preconsciente o devenir consciente, el cual media entre el consciente e inconsciente; asimismo suele ser temporalmente inaccesible, bloqueado por resistencias y después trasladado al inconsciente (lo que podría causar perturbaciones neuróticas). Luego se hace mención del yo y cómo interviene dentro de dichas cualidades psíquicas. En relación al consciente, se encuentra en la periferia; mientras que con el preconsciente en el interior tiene el manejo de los procesos cognitivos. También se señala al ello siendo lo reprimido principalmente, su interior es gobernado principalmente por el inconsciente. No obstante, el ello también tiene influencia sobre yo, dado que el yo es desarrollado por la interacción del mundo exterior sobre el ello y así sus contenidos pasan al preconsciente y luego al yo. Por último, podemos señalar que el proceso primario corresponde al inconsciente y ello, donde van a obedecer a leyes producidas en el interior del yo preconsciente. Mientras que un proceso secundario corresponde al paso del tiempo dentro del preconsciente en relación al yo. Capítulo 8: El aparato psíquico y el mundo exterior Se recalca que los fenómenos que elaboramos no solo pertenecen a la psicología sino también tienen un lado orgánico y biológico. El psicoanálisis ha trabajado mirando un todo, ha hallado un recurso técnico para llenar lagunas de nuestros fenómenos de conciencia. Mencionando que el núcleo de nuestro ser está constituido por el ello que no comercia directamente con el mundo exterior y que además sólo es asequible a nuestra conciencia por la mediación de otra instancia. Este ello no conoce prevención alguna por la seguridad de la pervivencia, que quizá puede desarrollar los elementos de sensación de la angustia pero no puede valorizarlos. Dentro del ello ejercen su acción eficiente las pulsiones orgánicas, ellas mismas compuestas de mezclas de dos fuerzas primordiales (Eros y destrucción) que lo único que estas pulsiones quieren alcanzar es la satisfacción, que se espera de precisas alteraciones en los órganos con auxilio de objetos del mundo exterior. Por tanto, el ello solo obedece al principio de placer. La otra instancia psíquica es el llamado yo, es una parte desarrollada del ello, bajo la influencia del mundo real-objetivo, conocido mediante la percepción de estímulos, a través de diversos órganos. El yo media entre el ello y el mundo exterior. Así como el ello se agota con exclusividad en la ganancia de placer, el yo está gobernado por el miramiento de la seguridad. Se guía de las sensaciones de angustia, estás serán como una señal que indica los peligros amenazadores para su integridad. Así pues, se hace mención que el es sabido que el yo de la primera infancia recibe daños por los esfuerzos que hace para defenderse de los propios peligros que esta etapa de vida supone. Capítulo 9: El mundo interior