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CONSECUENCIAS SOCIALES, Apuntes de Historia Contemporánea

consecuencias del industrialismo y socialismo utópico

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 19/01/2019

jesusgc99
jesusgc99 🇪🇸

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¡Descarga CONSECUENCIAS SOCIALES y más Apuntes en PDF de Historia Contemporánea solo en Docsity! LAS CONSECUENCIAS SOCIALES • El socialismo “utópico”. • Estrategias de los trabajadores. • • El mundo del trabajo El desarrollo del capitalismo con las transformaciones que acarreó (industrialización, migración a las ciudades…) llevó a que los trabajadores vivieran en condiciones de explotación y miseria que en algunos momentos se agravaron o aliviaron. El rápido crecimiento del maquinismo, el “factory sistem” y una legislación severa imponían a los trabajadores durísimas condiciones de existencia. Aunque la fábrica se fue imponiendo como modelo organizativo predominante, en la textil y la siderometalurgia permanecían sistemas preindustriales que permiten hablar de “pluralismo industrial” y esto dio lugar a los diversos mercados laborales y formas de organización y explotación del trabajo. El sistema incluyó la formación de mercados laborales. En la primera etapa existió una gran variedad de mercados laborales (Thompson). Las innovaciones dieron lugar a la aparición de nuevos trabajos (obreros de las fábricas) pero también al reforzamiento de antiguas actividades laborales. Con la textil se mecanizó el hilado antes que los tejidos, por lo que estaban presentes las actividades preindustriales en parte del proceso. Los trabajadores de las fábricas, que venían de la industria rural, el artesanado urbano y del éxodo rural, eran una fuente de problemas para los industriales en su recluta y adiestramiento (el ejército de reserva no es de los comienzos). Según Pollard el empresario necesitaba regularidad e intensidad constantes, no esfuerzos irregulares; necesitaba normalización y no diseños individuales; cuidado del equipo y no orgullo por los propios instrumentos. Exigía, pues, un cambio de mentalidad, burguesa. Los trabajadores tenían que asumir la rutina del trabajo mecanizado y la regularidad de los horarios. El factor más difícil fue la de asimilar una nueva cultura, nuevas costumbres y nuevas relaciones sociales. El obrero concibe la vida, la calidad de vida, de forma diametralmente opuesta a la del empresario capitalista. Las condiciones de trabajo eran muy severas, sobre todo en el caso de los aprendices pobres, las mujeres y los niños, más dóciles y baratos que los adultos. Las mujeres en Gran Bretaña representaban el 30% de la población obrera en 1811. Igual porcentaje en Francia en la segunda mitad del XIX. En la textil del nordeste de EEUU en 1820 era entre un 23% y un 50% según las industrias. En la textil de Sabadell en 1858, el 13% de la mano de obra eran menores de 16 años. El proceso industrializador no hizo más que mantener y reforzar la tendencia a la sobremortalidad, al menos hasta mediados del XIX. En Manchester hacia 1840, la esperanza de vida en las zonas obreras era de 24 años. En otras ciudades inglesas era de 40 años Los empresarios en general ofrecieron pocos incentivos y llevaron a cabo un intenso adoctrinamiento. Utilizaron un arma potente como era el ataque a la moral de la clase obrera y se operaba en las iglesias, capillas y escuelas dominicales, sufragadas por los empresarios industriales llevadas por los anglicanos, calvinistas o católicos, que trataban de inculcar obediencia y disciplina. Así vicios como la embriaguez o las blasfemias eran perseguidas y castigadas. E.P.Thompson, autor de “La formación de la clase obrera en Inglaterra”, sostiene que hacia 1830 los tejedores manuales eran más numerosos que los empleados en fábricas de hilados y tejidos, los criados, los jornaleros del campo o los artesanos. Por eso, se formó un sistema jerárquico y esa diferenciación dentro del primer colectivo dio lugar a un dualismo en el mercado laboral industrial: el artesano cualificado, que era más cualificado y tenía conocimientos, porque había heredado los secretos del gremio; y el no cualificado, junto a las mujeres y los niños. Esta situación fue denunciada por un amplio movimiento crítico del sistema capitalista-liberal, ya fuera mediante la crítica argumentada teóricamente, ya con propuestas concretas. Los teóricos de la nueva filosofía social: el socialismo una nueva sociedad sobre unas estructuras económicas y sociales alternativas mientras que el proletariado se empezaron a organizar en movimientos de carácter sindical o políticos, aunque entonces con bastantes problemas y falta de una organización compleja. Las estrategias obreras El proletariado surge como consecuencia social de la revolución industrial. Las condiciones de trabajo eran extremas: jornadas de 12 horas o más, fábricas y minas insalubres, trabajo de mujeres y niños, sin seguridad, descansos regulados, salarios bajos y despidos arbitrarios y alcoholismo. Muestra de desmoralización fueron, además del alcohol, el infanticidio, la prostitución y el suicidio. El cólera barrió Europa en 1831 y en otras décadas junto al tifus. Hacinados en tugurios, con alimentación insuficiente y de mala calidad y sin protección del Estado. Hobsbawm caracteriza esa primera etapa por su falta de organización en que el delito individual va siendo sustituido por la destrucción de máquinas: el “ludismo” que de forma más o menos coordinada llega a ser un movimiento coordinado y una estrategia de los trabajadores de una primera etapa del movimiento obrero que él denomina “Rebeldes primitivos”. Los primeros ataques a máquinas se produjeron ya en los últimos decenios del siglo XVIII, aunque adquirieron auge, sobre todo en Gran Bretaña, a partir de 1811-1812, en un contexto de paro y guerra contra la Francia napoleónica. Por esos años, la disolución violenta, por parte del ejército, de una manifestación de obreros textiles de Nottingham tuvo como respuesta el incendio nocturno de más de medio centenar de telares y la rápida extensión de estas acciones a Lancashire, Yorkshire, Derbyshire y Leicestershire. Este movimiento mecanoclasta, que tomó el nombre de su hipotético líder, Ned Ludd, quien aparecía como firmante de las cartas intimidatorias a los propietarios de las máquinas, permitió, no obstante, comprobar la dureza con que actuó el Gobierno La legislación Combination Acts (de 1800) habían prohibido asociaciones de trabajadores. En 1824 se derogó la prohibición y otras disposiciones (Combination Acts de 1825) permitieron la existencia de las primeras uniones obreras o “Trade Unions”. De esta forma durante todo el XIX los obreros se organizaron en el orden laboral con los sindicatos, para reclamar mejoras económicas y sociales y, más adelante, en el político, mediante la creación de los futuros partidos socialistas. HOBSBAWM, E. y RUDE, G.: Revolución industrial y revuelta agraria. El capitán Swing. Siglo XXI, Madrid, 1978. MARTÍNEZ CARRERAS, JOSÉ U.: Introducción a la Historia Contemporánea. Istmo, Madrid, 1989. MORTON, A.L.: Las utopías socialistas. Martínez Roca, Barcelona, 1970 MORTON, A.L.: Vida e ideas de Robert Owen. Ed. Nueva. Madrid, 1968. THOMPSON, E.P.: La formación de la clase obrera en Inglaterra, Capitán Swing, Madrid, 2012
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