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Orientación Universidad
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Contabilidad y finanzas, Esquemas y mapas conceptuales de Contabilidad

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Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2015/2016

Subido el 15/09/2023

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¡Descarga Contabilidad y finanzas y más Esquemas y mapas conceptuales en PDF de Contabilidad solo en Docsity! Informalidad: definiciones, causas y propuestas María José Bernal Gaviria Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno, Universidad EAFIT Maestría Economía Aplicada Asesor: Jesús Alonso Botero García 14 de julio de 2022 Informalidad: definiciones, causas y propuestas. Resumen La informalidad es un fenómeno estructural que refleja gran parte de los retos macroeconómicos que tienen los países, especialmente en países en vía de desarrollo. Este trabajo expone una revisión de literatura que explora la discusión académica alrededor de variables que influyen en la informalidad, definiciones de esta, causas según las distintas corrientes de pensamiento y políticas públicas propuestas para abordar esta problemática en países en vía de desarrollo, partiendo del entendimiento de las instituciones, la estructura productiva y los diferentes enfoques desde los cuales se evalúa el mercado laboral. Introducción En los países en desarrollo la estructura empresarial mayoritaria son unidades productivas de una o dos personas, a menudo informales o reacias a pagar impuestos. Altos niveles de informalidad tienen dos consecuencias principales para el desarrollo de los países: por un lado, no permiten ampliar la base gravable y afecta el recaudo y, por otro lado, no generan una óptima asignación de recursos ya que las empresas informales tienen menores costos que las formales dentro de una misma industria (Rocha, Ulyssea, & Rachter, 2018). El sector informal, por lo tanto, es una característica propia de los países en vía de desarrollo y es objeto de estudio precisamente por las implicaciones económicas que tiene a nivel estructural. Entre 2006 y 2015 la población en edad de trabajar en América Latina en el sector formal aumentó de 22.3% a 27.6% y el empleo informal pasó en promedio, de 40.7% a 36.8%. Se evidencia a través de los años la relación inversa entre PIB per cápita e informalidad. Hasta 2019, los países con mayor informalidad eran Honduras, Guatemala y Bolivia; mientras que los corrientes de pensamiento, características, impacto y casos de países latinoamericanos, para posteriormente plantear propuestas de política pública que mitiguen el problema. En primer lugar, se enumeran variables relevantes para el mercado laboral en el contexto latinoamericano. En segundo lugar, se plantea la discusión desde distintos puntos de vista sobre la definición de informalidad. En tercer lugar, se describen las distintas corrientes que explican las causas de la informalidad especialmente en países en vía de desarrollo. En cuarto lugar, se expone un análisis de política pública propuesta en la literatura para mitigar los efectos y disminuir la incidencia de la informalidad en los mercados de trabajo. Finalmente, se extraen conclusiones bajo lo anteriormente planteado con un énfasis en el caso colombiano. Variables del mercado laboral En los países en desarrollo, las personas más pobres enfrentan una triple situación: bajos salarios, flujos de ingreso irregulares e impredecibles y ausencia de instrumentos financieros. Un patrón de empleo en estos países es que gran parte de la población es autoempleada, cuenta propia o trabajador familiar sin remuneración. El crecimiento económico típicamente ha llevado a mejorar las condiciones del mercado laboral. Cuando indicadores como pobreza, composición del empleo, tasa de desempleo, salarios reales y demás no mejoran significativamente, es porque el crecimiento económico no ha ocupado un lugar importante (Fields, 2011). La apertura económica en Colombia de 1991 modificó las elasticidades en el mercado de trabajo del país, una vez reducidas las cuotas y los aranceles. Mencionan (Kugler & Kugler, 2009) cómo la elasticidad del trabajo no calificado es mayor e instituciones como el salario mínimo perjudican a trabajadores menos capacitados al igual que reducen las probabilidades de contratación. Los autores evidencian que un aumento del 10% en costos laborales se traduce en reducción del empleo formal en 4%-5%. En cuanto a la tasa de desempleo, esta no se asocia únicamente con la demanda de empleo sino también con la oferta laboral a través de la tasa global de participación (TGP) (Arango & Posada, 2000). En el período 2001-2018 Colombia presentó la tasa de desempleo promedio más alta (11.1%) entre las principales economías de América Latina: Brasil, Argentina, Colombia, Chile y México (Álvarez & Ramos, 2020), un tema que sin duda llama la atención y tiene repercusiones en el crecimiento económico. En la segunda mitad de la década de los noventa se evidenció en el mercado laboral colombiano una caída de la tasa de ocupación mayor al aumento de la tasa de desempleo explicada principalmente por un aumento significativo en la tasa global de participación al incorporarse a la fuerza laboral más jóvenes y mujeres (Arango & Posada, 2000). Sin duda, para el caso colombiano, el factor responsable de la persistencia del desempleo es la incapacidad del salario real y los costos laborales de ajustarse a las dinámicas del ciclo económico, ya que estos no son flexibles a la baja o al menos estáticos (Arango & Posada, 2000). Con respecto a la teoría de salarios, el enfoque neoclásico propone salarios flexibles y procíclicos en un mercado perfecto de trabajo, por esto plantean ante desaceleraciones económicas que, una caída de la demanda del trabajo es mitigada por una reducción de salarios. Para el mercado imperfecto neoclásico, los salarios son inflexibles a la baja, siendo así mayor el impacto de los períodos de crisis en el desempleo (Lasso-Valderrama & Rodríguez-Quintero, 2018) Los neoclásicos también postulan teorías como salarios implícitos, donde trabajadores y empleadores tienen incentivos para concertar un salario estable. Los trabajadores son aversos al riesgo y no desean que sus salarios fluctúen con el ciclo económico, por su parte, los menos aversos disminuyen costos de selección y se benefician de la baja rotación (Lasso-Valderrama & Rodríguez-Quintero, 2018). La teoría de trabajadores internos (empleados) y externos (desempleados), propone que el poder de negociación radica en los trabajadores internos, quienes ejercen presión para subir salarios sin crear mucho empleo; de esta forma, el desempleo permanece, los externos mantienen su calidad de desempleados y se tiende a fortalecer el poder de negociación de los internos; este modelo propone que un aumento en el salario mínimo desplaza hacia arriba la curva de fijación de salarios y aumenta el desempleo, particularmente para los menos educados, mujeres y jóvenes; a su vez, una mejora en los términos de intercambio, aumenta la demanda agregada, disminuye el desempleo y aumenta el salario real (Lasso-Valderrama & Rodríguez-Quintero, 2018). La teoría de salarios de eficiencia explica la curva de salarios y asume que la productividad de los trabajadores está ligada al salario que perciben. Según esto, los trabajadores localizados en áreas geográficas o ramas de actividad con mayor desempleo están dispuestos a trabajar por menor salario que los trabajadores ubicados en áreas con menor desempleo, donde los salarios son mayores. Supone así una relación negativa entre la tasa de desempleo y el salario. Un mejor desempeño de la economía genera mayor empleo y a su vez salario más altos (Lasso-Valderrama & Rodríguez-Quintero, 2018). Esta remuneración está asociada a otros costos para el empresario como lo son pago de vacaciones, prestaciones sociales, prima legal, auxilio de transporte, vestuario y calzado, cesantías, salud, pensiones y riesgos profesionales. El salario mínimo no ayuda a los más pobres porque sus miembros trabajan como independientes y los pocos que laboran como obreros son objeto de una alta tasa de evasión. Es así como se afecta el empleo no calificado, pues un aumento del salario mínimo disminuye dicho tipo de empleo y los empresarios prefieren contratar personas con algún estudio superior así esto incluya un rezago para la toma de decisión. Se ha acentuado la sustitución del empleo menos educado por aquel con estudios terciarios (López, 2012). Flórez & Gómez (2019) abordan el problema de productividad empresarial. Las autoras estudian el fenómeno de desajuste o desequilibrio de capacidades en el mercado laboral (labor mismatch) y su relación con la rotación en los puestos de trabajo para Colombia. El desajuste de habilidades laborales se define como la diferencia entre las capacidades demandadas por las empresas empleadoras y las ofertadas en el mercado por parte de los trabajadores. Este desajuste genera costos para ambas partes. Para esta teoría existen dos aproximaciones: en primer lugar, está el análisis de productividad y eficiencia de aquellos trabajadores que se encuentran en desajuste de capacidades y, en segundo lugar, está el estudio de las causas del desajuste. Para países desarrollados como Holanda, Inglaterra, España, Portugal y Estados Unidos, la evidencia muestra que los retornos salariales para trabajadores sobrecalificados van entre la mitad y dos terceras partes de los retornos para los trabajadores cuya educación es adecuada para el trabajo. Las autoras concluyen que sí existe una relación entre el desajuste de habilidades y la rotación de personal en países en vía de desarrollo como Colombia. Esto tiene un efecto negativo en la productividad de la empresa, en la acumulación de capital humano y representa costos no sólo para empleadores, sino también para los trabajadores (Flórez & Gómez, 2019). Rybczynski & Sen, (2018) estudian el impacto del salario mínimo para las provincias de Canadá en jóvenes y trabajadores no calificados para el período de 1981-2011, e investigan el efecto en migrantes para el período 1990-2011. Concluyen que un aumento del salario mínimo en 1% en las distintas provincias, disminuye el empleo juvenil entre 1%-4%, no se encuentren diferencias significativas en el desempleo entre hombres y mujeres; igualmente para los migrantes, el desempleo aumenta ante incrementos en el salario mínimo en mayor proporción para los migrantes entre 25-54 años. Para el caso de Rusia, Muravyev & Oshchepkov (2013) analizan el salario mínimo y su impacto en el empleo durante el período 2001-2010, analizando puntualmente 2007, año en que se dotó de autonomía a las regiones para determinar su salario mínimo. Concluyen que el aumento del salario mínimo genera empleo informalidad y también desempleo especialmente en las personas entre los 18-24 años, pero no un efecto significativo en el desempleo de 25-72 años, ya que se recurre más al sector informal. Adicionalmente, califican el salario mínimo como un instrumento que profundiza la pobreza y la desigualdad (Muravyev & Oshchepkov, 2013). Alaniz, Gindling, & Terrell (2011) estiman el impacto del salario mínimo en los salarios del mercado y el desempleo para el caso de Nicaragua. Para analizar cómo puede afectar el salario mínimo el mercado, se tiene en cuenta: el salario mínimo y su proporción con respecto a los salarios promedio del mercado del país, la proporción de la población que devenga el salario mínimo, la proporción de autoempleados, el sector de empresas pequeñas cuyos empleados evaden la legislación del salario mínimo. Las regulaciones del salario mínimo solo las cumplen en el sector formal, no tienen influencia significativa en el sector informal. Se encontró que, en Nicaragua, un país en el que el salario medio es muy cercano al salario mínimo, los efectos de aumentarlo en 10% generaban 5% de desempleo en el sector formal y generalmente estas personas migraban al sector informal como trabajadores familiares no remunerados o autoempleados y que, a su vez, aumentaba un 5% el salario promedio de los trabajadores cercanos al mínimo del sector formal (Alaniz, Gindling, & Terrell, 2011). Definiciones de informalidad En primer lugar, es importante aportar definiciones de informalidad según la literatura. Los orígenes de la medición del sector informal en Colombia se remontan al año de 1965 en que varios países de América Latina incursionaron en aplicar encuestas de hogares con el fin de tener mejores datos sobre la realidad del país. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) empezó a realizar estudios en torno a la informalidad acompañados, tanto de misiones a distintos países, siendo la primera en 1972 en Kenia, como en las Conferencias Internacionales Estadísticos del Trabajo (CIET) donde el objeto de discusión por excelencia ha sido la definición de informalidad y maneras óptimas de medirla. Lo anterior, buscando que se privilegie la calidad del empleo por encima del tamaño del establecimiento comercial como determinante de informalidad (Guataquí, García, & Rodríguez, 2010). Nuñez (2002) propone tres aspectos para definir la informalidad como: no estar cubierto por seguridad social, no estar bajo las leyes del salario mínimo; actividades económicas realizadas individuo recibe auxilio de transporte, si se pagan vacaciones, seguro de accidentes de trabajo, prima, establecimientos con menos de 10 empleados, establecimientos con menos de 5 empleados, si hay contrato formal, contrato escrito, entre otros. El DANE ha utilizado la medición por tamaño de negocio, con menos de 5 personas. Bernal (2009) se inclina más por afiliaciones a salud y pensiones como un indicador de empleo formal y legal, ya que esto representa un paquete de beneficios laborales. Sustenta que esta medida permite establecer comparaciones con otros países, sugiere un reporte de la actividad económica e induce mayor estabilidad laboral. Agrega, además, que la satisfacción laboral también puede ser un indicador de informalidad, la mayoría de los trabajadores informales declaran que quisieran trabajar más horas, los formales no. La mayoría de los informales buscan cambiar de trabajo, los formales no; consecuente con las altas tasas de rotación que enfrenta el mercado informal (Bernal, 2009). Según Ulyssea (2020), la informalidad es un resultado endógeno que responde al comportamiento óptimo tanto de firmas como de trabajadores dadas las características y habilidades de cada uno, y el contexto que enfrentan respectivamente. Dicho contexto involucra instituciones, regulaciones, impuestos, leyes, políticas gubernamentales como subsidios y programas públicos, y por supuesto, el ciclo económico. El fenómeno de la informalidad es el resultado de la toma de decisiones individuales de los agentes y requiere un análisis a nivel micro y macroeconómico. Las firmas informales se caracterizan generalmente por ser pequeñas, lideradas por individuos poco educados que contratan trabajadores poco educados, tienen bajos niveles de salarios y generan menores ingresos y utilidades que las demás empresas. A medida que las empresas crecen y se hacen más visibles en el mercado, es menos probable que se mantengan en la informalidad. En cuanto a los trabajadores, el ciclo de vida de la informalidad para ellos se comporta en forma de U con respecto a la edad (Ulyssea , 2020). Al estudiar el fenómeno de la informalidad para el caso de Brasil, (Ulyssea, 2020) discrimina tres aspectos importantes de la informalidad: en primer lugar, implica mayor evasión tributaria y, por lo tanto, menor recaudo del Estado. En segundo lugar, la informalidad distorsiona las decisiones temporales de las empresas en cuanto a su planta de personal. En tercer lugar, tiene efectos en la productividad de las empresas al competir en el mercado y en la asignación de recursos (Ulyssea, 2018). El autor distingue dos márgenes de informalidad: el margen extensivo y el intensivo. El margen extensivo es en el que las empresas pagan para tener el status de formalidad y el margen intensivo en el que las firmas contratan trabajadores por fuera de las regulaciones establecidas. Se define sector formal como el margen extensivo y el sector informal está compuesto por empresas que no son registradas. Hay trabajadores de baja capacidad (los que no terminaron bachillerato) y alta capacidad (aquellos que terminaron bachillerato) y la demanda de las firmas tiene diferente intensidad, pero usualmente los informales son de baja capacidad y bajo nivel educativo, por lo tanto, baja productividad. Para efectos del estudio, empresas informales son aquellas que no están registradas ante las autoridades fiscales y los trabajadores informales son aquellos que no tienen contrato formal de trabajo (Ulyssea, 2018). Causas de la informalidad En cuanto a las causas de la informalidad existen diferentes corrientes de pensamiento que plantean su origen. Los autores (Fernández & Villar, 2016) plantean que existen cuatro razones para ser informal. La primera es la baja productividad (subsistencia), ya que los individuos no tienen las habilidades que demanda el mercado laboral. La segunda (informalidad inducida) radica en las barreras que existen en el mercado e impiden que trabajadores productivos ingresen, estas pueden ser explícitas (los costos laborales), o implícitas (la discriminación racial o de género). La tercera razón es la decisión voluntaria que toman los agentes de estar en la informalidad, al hacer un análisis de costo-beneficio. Finalmente se plantea la informalidad mixta como cuarta categoría. La informalidad de subsistencia se explica por la división de dos mercados: el primero es el formal, donde el ingreso esperado es mayor y se atribuye a las ciudades; el segundo mercado es informal, se atribuye a zonas rurales y el ingreso esperado es menor. Los trabajadores migran a las ciudades porque su ingreso esperado es mayor. La informalidad inducida se debe a las barreras al trabajo formal que establece el gobierno, afectando así trabajadores que están capacitados y podrían pertenecer al mercado informal. Estas barreras se traducen en costos laborales como pago de vacaciones, subsidio de transporte, seguridad social, prima, cesantías y salario mínimo. Por su parte, la informalidad voluntaria se debe a trabajadores que consideran el sector informal como un mercado sin regulaciones para el emprendimiento. Finalmente, se considera la informalidad mixta como una cuarta categoría. Esta se compone de trabajadores que, si bien tienen baja probabilidad de encontrar trabajos formales por su baja productividad, si consiguieran uno no lo aceptarían. Una de las razones para no migrar al sector formal es la pérdida de beneficios sociales, además de la distancia geográfica a las zonas que ofrecen este trabajo, o incluso la falta de facilidades de cuidado de los hijos que impiden a las mujeres acceder a un trabajo (Fernández & Villar, 2016). informalidad y no se ven motivadas a ser formales durante su vida. Finalmente, en quinto lugar, a medida que los países crecen y se desarrollan, la economía informal queda relegada y tiende a desaparecer, dando lugar así a la economía formal como modelo dominante (La Porta & Shleifer, 2014). Los autores proponen que la evidencia tiene mayor consistencia con modelos duales de informalidad. En estos modelos, el desarrollo viene de la economía estrictamente formal, es decir, de empresas dirigidas por emprendedores con cierto nivel de educación y productividad. La expansión del sector formal con el tiempo conduce a la eliminación del sector informal, aun cuando el empleo informal permanezca por largos períodos. Lo anterior no se da porque el sector informal decida formalizarse, sino porque es barrido del mercado al verse imposibilitado para competir contra los niveles de productividad del sector formal. Las variables incluidas en el modelo son %PIB informal, % evasión de impuestos, % de autoempleo, medidas de consumo agregado de energía y número de empresas registrados por cada 1000 habitantes (La Porta & Shleifer, 2014). En cuanto a factores que influyen en pertenecer al mercado informal, Bernal (2009) afirma que se evidencia mayor probabilidad de ser informal para los jóvenes, trabajadores en zonas rurales, trabajadores poco educados y capacitados, minorías étnicas, tercera generación (nietos) viviendo en casa de sus abuelos, pertenecer a los quintiles de menores ingresos, trabajar en pequeños establecimientos, trabajadores por cuenta propia, empleos temporales, entre otros. Mondragón-Vélez, Peña, & Wills (2010), al estudiar la transición entre sectores formal e informal, las rigideces del mercado laboral son determinantes para que se dé la migración del trabajo informal al formal y un aumento de 10 puntos porcentuales de los costos laborales no salariales tiene un impacto de 8.7 puntos porcentuales en la transición del mercado formal al informal. Según Ludmer (2019), en cuanto a informalidad en unidades productivas, estas fueron descritas bajo presencia de condiciones como “el solapamiento entre el capital y el trabajo, la inserción en mercados de competencia perfecta y el incumplimiento de las regulaciones laborales”. Además, algunas características del sector informal urbano (SIU) nombradas son: baja productividad, no siguen la lógica de maximizar beneficios sino de maximizar ingresos para la subsistencia, compuesto generalmente por población migrante rural siendo, además, un sector contracíclico, ya que el crecimiento económico permite mejorar las condiciones para generar más empleo formal. En segundo lugar, el enfoque estructuralista neomarxista, plantea un análisis a profundidad del sistema económico capitalista y el estudio de las relaciones entre pequeños y grandes productores para explicar los bajos salarios y, según los autores, la subordinación bajo la cual se someten los informales, entendiéndolos como un componente importante de la economía capitalista moderna. Postula esta corriente que la tercerización como proceso propio de dicho sistema capitalista, es una de las causas de la inflación, además también de las cadenas productivas globales de valor entre países. Adicionalmente, esta corriente rechaza que el crecimiento económico reduzca el sector informal, ya que necesariamente debe existir para que funcione el sistema capitalista (Ludmer G. , 2019). En tercer lugar, está el enfoque legalista o de escape cuyo mayor exponente es De Soto. Aquí la definición de informal está en ejercer actividades con finalidades lícitas, pero que incumple la ley en alguna proporción. Afirma De Soto, además, que “no son informales los individuos, sino sus hechos y actividades” (Ludmer G. , 2019). Para De Soto, el origen de la informalidad está en el marco regulatorio excesivo con el que se debe cumplir para ser formal, muy sustentado, además, por la existencia de un Estado “mercantilista, burocrático y reglamentarista”. (p11). Surge también la visión del escape, donde el individuo decide voluntariamente evadir regulaciones porque no hay beneficios que incentiven cumplirlas (Ludmer G. , 2019). En cuarto lugar, está el enfoque holístico o de trabajos multisegmentados, donde se discrimina un sector informal inferior que no tiene barreras de entrada significativas y otro superior de decisión voluntaria. Este enfoque intenta concretar las tres corrientes anteriormente mencionadas (Ludmer G. , 2019). Ulyssea (2018) retoma a La Porta y Shleifer con sus tres visiones que hay sobre la informalidad y postula que no compiten entre sí, siendo esto el reflejo de empresas heterogéneas que toman decisiones en el mercado de acuerdo con los marcos regulatorios que las rigen. En primer lugar, se afirma que el sector informal es una reserva potencialmente productiva de nuevos empresarios que no pueden asumir los costos de entrar a la formalidad. En segundo lugar, las firmas “parásito” que son lo suficientemente productivas, pero permanecen en la informalidad con el fin de no asumir los costos tributarios y tener mayores rendimientos. En tercer lugar, la informalidad se compone de empresas con baja productividad que sobreviven y no tienen capacidad para entrar a la formalidad. A medida que aumenta el tamaño de la empresa, es menos probable que esta sea informal y una de las razones es que se vuelven cada vez más visibles antes los entes de control para ser auditadas (Ulyssea, 2018). el trabajo, y en el sector formal, ingresan a las empresas y se hace match de productividad, si es inferior al estándar se enfrentan a la posibilidad de ser despedidos, si es superior continúan en la empresa. Es en el sector formal donde se da la destrucción de puestos de trabajo (Jha & Hasan, 2021). Cuando las personas son neutrales al riesgo, los recursos son eficientemente asignados entre el sector formal e informal. Cuando son aversos al riesgo, hay una pérdida de eficiencia mayor porque los trabajadores no quieren enfrentar el riesgo de perder su trabajo en el sector formal. Lo anterior sirve de análisis frente a las políticas de seguros de desempleo y pagos de indemnización (Jha & Hasan, 2021). Una de las causas directas de la informalidad para (Arango, Flórez, & Guerrero, 2020) radica en la rigidez de los salarios. Al enfrentarse a un choque negativo, la economía debe ajustarse y el régimen institucional actual, al no permitir disminuir salarios, evita que pueda absorberse el choque en el mercado laboral, generando así informalidad y desempleo. Ante aumentos del salario mínimo, los empleadores tienden a remplazar a los trabajadores menos preparados por aquellos más calificados. Blanton & Peksen (2019) plantean el posible efecto negativo de las regulaciones laborales en las economías sombra está condicionado a la fuerza de las instituciones del país, el estado de derecho, el imperio de la ley, la ineficiencia burocrática y la corrupción. Estudian el impacto de un amplio rango de leyes laborales en la economía sombra de 100 países entre los períodos de 1984 y 2012; y encuentran que un mayor número de regulaciones laborales se asocia con menores niveles de economía formal, especialmente en los países con instituciones débiles. Análisis de política pública: El mercado laboral colombiano se caracteriza por altos costos laborales no salariales y bajos salarios reales consistentes con el nivel de productividad. Un mercado laboral con rigidices para el sector formal hacen que este no se ajuste rápidamente al ciclo económico, derivando en que las políticas originalmente concebidas para proteger a los empleados se vuelvan perjudiciales para los mismos. Adicional a los costos laborales no salariales se encuentra la rigidez de precios en el mercado de trabajo determinada por el salario mínimo cuyos incrementos anuales superan la productividad y el crecimiento económico. Lo anterior genera efectos directos en la destrucción de empleo formal teniendo como consecuencia una migración especialmente de los trabajadores menos capacitados al sector informal o al desempleo. A pesar de que muchas regulaciones laborales se gestan con buenas intenciones, los resultados en su mayoría terminan perjudicando en eficiencia y equidad el mercado (Betcherman, 2014). Algunos de los retos a largo plazo en materia de empleo los menciona López (2012). Se denotan cuatro criterios que condicionan las fluctuaciones del mercado laboral a largo plazo, tales como que ha habido participación decreciente de los trabajadores sin estudios terciarios en los ingresos laborales y en el mercado; la rotación laboral ha aumentado entre personas menos educadas, favoreciendo discriminación a los más pobres para vinculaciones laborales. Se describe el ciclo de vida laboral, donde se empieza joven con trabajo asalariado, luego se cambia por las altas tasas de rotación y desempleo y finalmente, se termina el ciclo trabajando como informal en el mercado, sin cotizar salud ni pensiones a tasas menores de desempleo. Finalmente, la proporción de trabajadores informales que no cotizó a pensiones, suponen un reto para el sistema del país. Según De Andrade, Bruhn, & McKenzie (2013), muchos investigadores se han concentrado en hacer menos costosa la formalización, pero pocos han considerado hacer más costosa la informalidad. Es decir, ampliar el brazo de fuerza del Estado para hacer cumplir las regulaciones. Los autores desarrollaron experimentos en distintas poblaciones de Brasil. A un grupo le dieron información y pedagogía sobre el proceso de formalización, con el segundo grupo se hizo lo mismo que el primero, pero adicionalmente, se le ofreció formalizarse a cero costos. Para el tercer grupo, recibió visitas aleatorias para hacer inspección regulatoria, y para el cuarto grupo, se realizó inspección al vecino para ver si se generaban efectos derrame o spillover. Los investigadores encontraron que, el impacto de recibir una inspección incrementa la posibilidad de formalización en 21-27% y se concluye que las firmas no se van a formalizar a menos de que se vean obligadas a hacerlo, la mayoría considera que no se beneficia de hacerlo y prefieren quedarse al margen, es decir, permanecer en el sector informal a pesar de haber recibido la información pertinente para dejarlo. Finalmente, se encontró que la información brindada solo fue útil para los contadores y no generó ningún impacto significativo en las empresas (De Andrade, Bruhn, & McKenzie, 2013). Según Ulyssea (2020) si los hacedores de política pública quieren trabajar por la formalización pueden tomar tres alternativas: en primer lugar, reducir los costos de la formalidad tanto en materia impositiva como regulatoria; en segundo lugar, aumentar los beneficios de ser formal tales como el acceso a capital, créditos específicos y demás oportunidades; y, en tercer lugar, incrementar el costo de ser informal a través de leyes y regulaciones que castiguen fuertemente el sector. Según el autor, los resultados sugieren que disminuir los costos de registro tienen un bajo efecto en la formalidad, disminuir la carga tributaria tiene un mayor efecto, pero no genera un impacto suficiente. Por otro lado, aumentar a vigilancia y el castigo de ser informal sí tiene mayores efectos en la formalización. significativo en el comportamiento de la informalidad. El cambio radica en mayor proporción, en la estructura tributaria en el tiempo. Los autores concluyen para el mismo caso de Brasil, que sí es posible atacar el fenómeno de la informalidad reduciendo trámites, costos de registro, costos laborales y carga tributaria. El mayor resultado del programa en incentivar la formalidad se dio principalmente en empresas de tecnología, intensivas en capital y con perspectivas de durar en el tiempo. Lo anterior indica que la formalidad cobra valor con el tiempo de madurez de la empresa y a la par, del empresario (Fajnzylber, Maloney, & Montes-Rojas, 2011). En cuanto a la importancia de acceso al sistema financiero, De Mel, McKenzie, & Woodruff (2007) hacen un estudio sobre los retornos al capital en las microempresas en Sri Lanka para comprender el potencial y las limitaciones que estas tienen para crecer sus ingresos especialmente en países en vía de desarrollo. Este estudio es una evaluación de impacto en la que el tratamiento se dirige a un grupo de empresarios a los que se les ofrece capital como “un premio” para invertir en sus empresas. Se parte de la teoría de que, por un lado, si los retornos son muy bajos ante bajos niveles de stock de capital, esto indica que el acceso a capital es un obstáculo significativo, pone en posición de desventaja y cae así en una trampa de pobreza. Por otro lado, si los retornos son altos ante bajo stock de capital, esto sugiere que el empresario puede reinvertir en su negocio y crecerlo. Se evidencia que la ausencia de crédito y aseguramiento son dos variables importantes a la hora de evaluar la sostenibilidad y el crecimiento de las microempresas. Los retornos al capital como resultado del estudio fueron del 68% por año, estuvieron estrechamente ligados a la capacidad de ahorro e inversión del empresario. Concluyen que el microcrédito como herramienta para invertir en capital es de suma importancia para promover el crecimiento de las microempresas en países en vía de desarrollo, firmas que por lo general son informales. (De Mel, McKenzie, & Woodruff, 2007). Acevedo, Castellani, Lotti, & Székely (2021) estudian la dinámica del mercado laboral en los últimos años para 16 países de América Latina, previos a la pandemia por el COVID-19, relacionan informalidad con el nivel de salarios y estiman la probabilidad de ser informal en función del ingreso y demás características observables del individuo. Concluyen que, en promedio, un año de educación está asociado con 1.6% de reducción de la tasa de informalidad, el efecto de reducir impuestos tanto a empleadores como trabajadores disminuye la informalidad en 2.3% y finalmente, las exenciones de impuestos al ingreso y las contribuciones a la seguridad social, representa en promedio 1.42% del PIB. Un aumento en la tasa de seguridad social incrementa 10% el sector informal en la economía. Corrales (2021) plantea que el Estado debe establecer la tasa óptima de seguridad social, entendiendo su impacto en el bienestar total de la sociedad. Según Charlot, Malherbet, & Terra (2010), el sector informal se modela en la literatura como competencia perfecta, mientras en el sector formal las firmas pueden tener poder de mercado. Los autores plantean un modelo con datos de Brasil en el que, ambos sectores formal e informal, tienen competencia imperfecta y fricciones en el “matching” de puestos en el mercado de trabajo. Ambos sectores presentan las mismas externalidades, pero uno de ellos (informal) no presenta costos de entrada, pago de impuestos, tampoco poder de negociación de trabajadores ni productividad significativa. Encuentran que la elasticidad-precio de la demanda en el sector formal es alrededor de 6 comparado con 11 en el sector formal, los rendimientos son mayores para este último sector. Dos aspectos disminuyen el tamaño del sector informal y el desempleo en la economía de acuerdo con los autores y estos son: una disminución tanto de las barreras de entrada para la formalización como del poder de negociación salarial de los trabajadores en el sector formal. Se recomienda promover políticas consecuentes con lo anterior (Charlot, Malherbet, & Terra, 2010). A partir de 1995, se hizo una modificación en las inspecciones laborales en Brasil, orientándolas a que la persona encargada se enfocara en los puntos específicos a revisar en cada establecimiento, tuviera guía de mediación de conflictos, evitara más la evasión bajo un sistema de incentivos y recompensas para él por identificar casos y finalmente, que tuviera herramientas para resolver irregularidades. Lo anterior permitió aumentar la eficiencia de la formalización gracias a las inspecciones del 1.8% entre 1996-2000 al 2.6% entre 2001-2006 (Abras, Almeida, Carneiro, & Corseuil, 2018). Abras, Almeida, Carneiro, & Corseuil (2018) evalúan la aplicación de leyes labores y su impacto en el fujo de trabajo comprendido como el cambio entre la destrucción y la creación de empleo para el caso de Brasil entre 1996-2006 y concluyen que, ante el aumento de las inspecciones y aplicación de la ley, hay un aumento en el empleo formal, una disminución en el informal, a la par de un aumento del desempleo y los salarios del sector informal se ajustan al alza. Dix-Carneiro, Goldberg, Meghir, & Ulyssea, (2021) analizan los beneficios de la liberalización del comercio de un país en la informalidad. Concluyen que la disminución de la informalidad que se da por la represión del sector a través de sanciones y demás mecanismos, pero a costa del bienestar de la sociedad, es equivalente a la disminución que precisamente genera el libre mercado a través del aumento de productividad en la economía del país. Fields (2011) menciona “Lo que tienen los países en vía de desarrollo es un problema de empleo -que es pobreza de los que tienen empleo- más que un problema de desempleo”. El gran reto en materia de reducir la informalidad radica en lograrlo sin aumentar el desempleo ni disminuir el bienestar social especialmente para los países en vía de desarrollo, donde la informalidad en su mayoría es un sector refugio ante las crisis porque el desempleo no es una opción para las personas y por eso prefieren recurrir a empleos informales. Referencias Abras, A., Almeida, R., Carneiro, P., & Corseuil, C. H. (2018). Enforcement of labor regulations and job flows: evidence from Brazilian cities. 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