Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

La historia de Sequipo, un héroe olvidado de Jayanca, Apuntes de Redacción de Autobiografías

Este documento narra la historia de sequipo, un héroe jayancano que lideró una estrategia sin utilizar armas para resistir al maltrato y cobranza excesiva de tributos por parte de los españoles en el siglo xvi. La estrategia consistió en reducir el número de viviendas y ocultar los productos resultado de muchos meses de esfuerzo y otros bienes, convenciendo a los naturales de huir y destruir sus casas sin dejar huella y ocultar sus productos entre los bahareques para que los españoles no las encontraran.

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 01/04/2024

manuela-alvarado-3
manuela-alvarado-3 🇵🇪

3 documentos

1 / 13

Toggle sidebar

Documentos relacionados


Vista previa parcial del texto

¡Descarga La historia de Sequipo, un héroe olvidado de Jayanca y más Apuntes en PDF de Redacción de Autobiografías solo en Docsity! EL SUEÑO DE LIZARDO (Cuento) Fue así como mis ojos se apagaron. Por amor a ti Felicia, cómo iba a permitir yo, Lizardo Piscoya, ex alumno del Seoane y de la profesora Xenia, que siempre nos aconsejaba respetar a las mujeres, que ese abusivo del Serafín te agarre del pelo y te arrastré por el suelo y te de patadones allí en pleno parque de Jayanca, frente a toda la gente, tan sólo porque le reclamaste que está bien que tome pero que no se gaste toda la plata porque estaban debiendo el agua y justo que Fabricio ya lo iba a cortar. Estaba bien que era tu marido, tan solo porque cuando estabas en cuarto de secundaria, con engaños te llevó al río y abusó de ti, y tus padres tuvieron que arreglar el compromiso, pero yo había sido tu primer amor, tu primer enamorado y te quería de verdad, aunque ahora solamente me contentaba con mirarte. Recuerdo cuando te conocí. Fue una tarde en que yo me dirigía al mercado por la calle Grau te vi pasar en bicicleta, me quedé sentado en el parque mirándote y admirándote la belleza de tus quince años. Te miré y me sonreíste. Cuando te dije: “Mira, la llanta de atrás está baja: y tú con una voz melodiosa: Felicia”, me dijiste para luego irte riendo. Cuando después te vi en el colegio y averigüé sobre ti, supe que habías sido trasladada del Sara Bullón de Lambayeque, porque mucho pasaje gastabas y los cobradores eran generosos contigo, hasta que me gané tu confianza y por fin respondiste mi carta, la que guardo celosamente y siempre leía a solas en mi cuarto. “Te acepto Lizardo porque eres bueno, pero te pido que me respetes, que me cuides y que estudies mucho para que me ayudes en mis tareas”. Todo lo hice por amor Felicia, hasta que te metieron chismes, esa mala de la Cecilia que era envidiosa y no paró hasta separarnos. Y fue allí que te conquistó el Serafín. Por eso cuando vi que te pegaba sentí que mi corazón latía muy rápidamente y no me aguanté. Suéltala abusiva, porqué te metes con una mujer. Porque no te metes conmigo carajo y nos agarramos a golpes, patadas, puñetes y no sé de donde el Serafín sacó una chaira y ¡zuas! Me hincó en el brazo, yo logré apretarle la mano y ¡fun! De un cabezazo lo hice rodar por el suelo. Cobarde salió corriendo. Allí fue que me amarraste el brazo que sangraba, te tomé la mano y tan cerca de mí estabas que iba a besarte, cuando siento un hincón en la espalda y empezó a caer lentamente, mientras tú gritabas. Aún con la chaira en la espalda, cayendo yo sin fuerzas, deliro y pronunció tu nombre ¡Felicia!, ¡Felicia!... Agggggg. Así fue como mis ojos se apagaron y para el sueño eterno. Autor: Lizardo Mauricio Piscoya Rodríguez. 2do Puesto del Concurso de Narrativa Escolar. Piura en 1999. EL CHOLO DEL PARQUE (Leyenda) Te lo juro Carmen Julia fue por mi ambición. Cuánto me pesa haberlo botado a mi hermano Javier. Mi madre antes de morir me dijo: Como tú eres el mayor, serás como un padre para tu hermano, ya que él, los abandonó desde que estaban chiquitos. Cuánto me arrepiento, porque ese día que yo celebraba el pelamiento de mi Anselmo y lo mandé botar con mis criados, él se fue por ese caminito de bejucos y amor seco en las afueras de Jayanca y le pasó lo que ahora todo el pueblo comenta. Por qué Julia, Por qué, dice mi compadre Lizardo que en el puente tabla, el mercado y hasta en las misas del curita Murillo hablaban de eso, que Javier había pagado sus deudas y había comprendo víveres para todo el mes donde el chino Juan Lay y que cuando le preguntaron de donde había sacado plata. Javier contó que justo cuando pasaba por esa huaca que los jayancanos llamamos Chililí, triste y agotado sintió sueño y se recostó un ratito, en su sueño escuchaba conversar a la roca con el viento. Así como te digo Julia, que conversaban. Hablaban de ayudarlo porque tenía un buen corazón, una mujer sencilla y dos hijos chiquitos, decían que el viento le traería mazamorra de maíz blanco y la roca mote de maíz amarillo. Cuando Javier Despertó asombrado vio al lado de su alforja dos ollitas de barro, una con mote y otra con mazamorra, dicen que comió con desesperación pero no todo, guardó, en su alforja el resto para llevarles a sus hijos y cuando ya estaba regresando a su casa, sintió que la alforja se hacía cada vez más pesada y plashh. No lo podía creer. La mazamorra de maíz blanco se había convertido en joyas de plata y el mote de maíz amarillo, en joyas de oro, brillantísimas. ¡Imagínate Julia! Y dicen también que pasado el asombro enterró gran parte del tesoro allí al lado del camino y se dirigió al pueblo con el resto de joyas. Fue mi ambición estoy seguro, porque cuando supe todo por mi compadre, salí corriendo, así como estaba nomás con mi sombrero y mi ropa de campo y cuando ya pasaba por el centro del parque para dirigirme al río, se me presentó un hermoso racimo de uvas sobre una alta roca, la trepé y cuando ya la tenía en mi mano sentí que un viento me envolvía y me dejó así para siempre, petrificado, convertido en una estatua fría con el racimo de uvas en alto, en el centro de la plaza. ¡Te lo juro, Carmen Julia por eso me arrepiento. A veces cuando todos duermen bajo a la plaza, camino silencioso cruzo el río del pueblo y me dirijo a Chililí, A Buscarlo a mi hermano pero no lo encuentro, por donde vivirá Julia, justo ahorita estoy regresando ya , cansado, porque pronto cantaran las chilalas y tu como todos los días pasaras con tu piajeno rumbo al mercado a vender las guabas, mameyes, mangos y uvas y yo, inmóvil nuevamente, solo podré observarte como te pierdes a lo lejos, a lo lejos Carmen Julia! Autora: María Natividad de la Cruz Damián Primera mención Honorífica Concurso de Narrativa Escolar. Piura en 1999. CUANDO LA LLUVIA CAE (Cuento) A Carlos Marín, con la esperanza de algún día sentir su mano de padre. Leo. Aquella noche, cuando hundido en el barro hasta las rodillas, sentí esa mano sobre mi hombro, nunca pensé que fuese él. ¡Era increíble! Pero allí estaba y aún no salgo de mi asombro… Todo empezó cuando las gotas de la lluvia empezaron a sonar con más fuerza sobre las calaminas de nuestra humilde casa, y mi madre, al sentir que el agua ya nos invadía, sin temor a truenos, rayos y relámpagos cogió el balde anaranjado y empezó a botarla. La lluvia se hacía cada vez más intensa. El viento agitaba el techo y, en las paredes de adobe empezaron a aparecer las primeras chorreras. Mis dos hermanos dormían y yo, al ver a mi pobre madre luchando contra el agua, sola en la oscuridad, no me importó la fiebre ni los escalofríos que había sentido desde la tarde y empecé a ayudarle. La casa ya parecía un río y eran vanos nuestros esfuerzos pues toda el agua de allá arriba. De Pueblo Nuevo, venía y se metía junto con palos y papeles. En eso que estábamos botando el agua, escucho llantos en el cuarto. ! Mis hijos! No te preocupes mamá, yo iré a verlos. Acuéstense hermanitos, es la lluvia, no tengan miedo. Ni bien acababa de decir esto cuando ¡Plaaasssshhhh! Retumbó en la casa. ¡Mamaaá! Grite. Por suerte la pared sólo le hirió en el brazo, desesperado le amarré con un trapo y la hice sentar en la cocina que era la parte más alta de la casa. Hijo ¡Cuánta falta hace nos hace tu padre…! Tranquilízate mamá, esta lluvia tiene que pasar y de pronto ¡¡¡bruuumm!!! Reventó un trueno que hizo estremecer las paredes y a nosotros. Algo se desplomó en el cuarto ¡Mis hijos! Reaccionó mi madre que salió corriendo, intenté detenerla pero no me hizo caso, y con la desesperación hizo a un lado cañas, palos, trapos, y adobes desechos y buscó como loca en el barro a los frutos de sus entrañas ¡Cuidado mamá!, pero la viga ya se había desprendido y aplastó a mi pobre madre. Traté de rescatarla pero ya era demasiado tarde, solo alcanzó a decirme “hijooo…, tus hermanooos…”! Mamaaaá, mamaá! ¡Nooo, por favor auxilio, ayúdenme!... y ya no me importó el agua ni el barro, la cargué y puse sobre una mesa y busqué entre esa masa de tierras, cañas, palos y con mis manos ensangrentadas encontré el cuerpo de Davisito y también de Sebastián, estaban abrazaditos. Los junté con el cadáver de mi madre y lloré de rabia, de dolor, quería morirme junto con mi familia y de pronto estaba decidido. Aferrado al rostro de mi madre y con el agua roja de la sangre iba a morirme… Es en este instante que ocurrió aquello que nunca olvidaré… Angustiado como estaba, siento una mano calurosa sobre mi hombro, al voltear, ¡No podía creerlo! Se me enfrió la sangre al descubrir que quien me tocaba era mi padre, el cual nos había abandonado cuando yo tenía ocho años y ahora increíblemente había vuelto, pero demasiado tarde. No sé por qué me acuerdo de estas cosas, cuando la lluvia cae… (Leoncio Marín Sosa). 2° Mención Honorífica Concurso Escolar Regional de Narrativa “Rigoberto Meza Chunga”. Piura – 2000. LA MOMIA DEL CACIQUE (Leyenda) Un siglo antes que los españoles llegarán a nuestras costas, ya el inca Huayna Cápac daba fin y remate a la conquista y subyugación de los yungas y mochicas, labor que habían comenzado sus antepasados. Con cuarenta mil hombres de su ejército, que comandaba personalmente, y con su hermano Cussi Hualpa derrotó a los Penachís, furiosa tribu guerrera cuya principal ciudad era el actual caserío Penachí, y que fue la única que se resistió a perder su independencia. Cuando se hizo el primer intento de avance hacia la cordillera, antes de derrotar a los Penachís, el general Cussi Hualpa debido a la creciente de los ríos, no pudo continuar y regresando se estableció con su cuartel general en Jayanca, donde se casó con la hija del cacique de este pueblo, llamado Falloshuli, descendiente directo de Llapchillulli, fundador y primer gobernante del mencionado pueblo. Como quiera que Falloshuli, se encontraba complicado en la resistencia que habían ofrecido los Penachís, una vez que se terminó la subyugación total, se dispuso el traslado del cacique de Jayanca al Cusco, donde estuvo prisionero algunos años, hasta que por influencia de su propia hija, la esposa de Cussi Hualpa, obtuvo su libertad y la correspondiente autorización para volver a su pueblo. Partió del Cuzco, el cacique con una numerosa comitiva, constituida entre otros por: Puiconsoli, Fontam, Chumbi, Manallulli, Pillacup y Monlotup, que eran sus servidores distinguidos y principales jefes, y quienes también habían sufrido prisión, en la capital del imperio, desde que cayeron prisioneros del inca, junto con su jefe. La vejez, la derrota, la prisión, la tristeza y humillación habían minado la salud del viejo cacique Falloshuli, quien murió en el santuario de Pacatnamú, cuando regresaba a su pueblo. Sus servidores hicieron un acto solemne y momificaron el cadáver de su jefe, ingresando a sus tierras para ser sepultado en las faldas del cerro que se halla hacia el este de la casa actual de la hacienda La Viña, donde estuvo ubicado el primitivo pueblo de Jayanca. Antes de emprender la aventura hecha para resistir a las fuerzas incaicas, el cacique había consultado con los “Ichuris”, o adivinos profesionales, quienes después de haber efectuado las solemnidades de estilo, como fueron el sacrificio de un carnero de color pardo, para estudiar las vísceras, dijeron, simbolizando los futuros acontecimientos: “Tú cacique, saldrás con tus pies y volverás con los de otros”. Falloshuli, interpretando estas palabras como que iría a la guerra y regresaría victorioso en alguna litera real, se entregó abiertamente a la rebelión, con la derrota consiguiente. Y el vaticinio se cumplió, porque Falloshuli, cacique rebelde de Jayanca, ingresó a su pueblo, ya cadáver, conducido por sus servidores. Y allí está su cuerpo momificado esperando que de nuevo sus antiguos servidores y súbditos le devuelvan sus poderes y sus perdidas tierras. Relato de: Moisés Ezcurra, En “Mitos, Leyendas Y Tradiciones Lambayecanas”, De Augusto León Barandiarán. SEQUIPO, UN HEROE JAYANCANO OLVIDADO EN LA HISTORIA En el año 1780 Túpac Amaru II organizó y ejecutó en el pueblo de Tinta (Cusco) una revuelta en armas contra los españoles, cansado de los abusos que éstos cometían contra los indios de la zona entre ellos la cobranza de tributos en exceso. 240 años antes de la revolución de Túpac Amaru, un jayancano organizó y ejecutó una astuta estrategia sin utilizar armas para poner resistencia al maltrato y cobranza excesiva de tributos por parte de los españoles, este jayancano se llamó Sequipo, un indio natural de Jayanca cuyo accionar consistió en reducir el número de viviendas y ocultar los productos resultado de muchos meses de esfuerzo y otros bienes. Los visitadores españoles periódicamente llegaban a cada localidad indígena para cobrar tributo cuyo aporte se fijaba de acuerdo a la cantidad de viviendas y vivientes que había en el lugar y además quitaban en forma abusiva los excedentes de producción que los indios guardaban con mucho recelo. Es por eso que Sequipo lidera la práctica de la estrategia convenciendo a los naturales de tomar la difícil alternativa de huir y destruir sus casas sin dejar huella y ocultar sus productos entre los bahareques (paredes de tabiques de palos y carrizos cubiertos con barro ) para que los españoles no las encontraran ; los jefes nativos que no huían tenían la difícil tarea de explicar a los visitadores españoles por qué habían tan pocas casas de pie, algunas quemadas y muy poca cantidad de naturales residiendo en la localidad. El visitador (autoridad con orden de la corona española para fijar la base del tributo de los indios), quien entendía la intencionalidad de esas actitudes emprendió una feroz represalia y mandó ejecutar a Sequipo en plena plaza jayancana de aquella época. Tal como consta en las crónicas consultadas “Mandase a ahorcar el mando y principal que se averiguó haber mandado deshacer ciertos ranchos y los bahareques de ellos se hubiesen escondido entre los maizales encubiertos con yerbas otras cosas mal hechas. Tenía cargo desde el pueblo que decía Sequipo” (26 de julio). Cuando la Luna se dió cuenta del hechizo que su- fría la torta de maíz y leyó en la mente de su consorte sus pensamientos más recónditos, castigó al mochica co- mo a un ladrón, por haberle robado su amor y lo co- locó en el Cielo, en la constelación de las Tres Marias. De las tres estrellas que forman esta constelación la del medio representa al hechicero mochica, a quien la Lu- na, para poder «castigar, hizo prender por las otras dos estrellas, las de los extremos, las cuales no lo dejan es- capar. Pero previendo que pudiera evadirse, colocó cua- tro guardianes más, que son las otras cuatro estrellas, las que se encuentran al sur de dicha constelación y que en realidad son cuatro buitres con la misión de devo- rar al desgraciado hechicero, en caso de que pudiera evadirse de sus guardianes. Estas siete estrellas fueron colocadas en el firma- mento por la Luna, que escribió así, permanentemente, este suceso en el Cielo para que se tuviera un constante recuerdo del hecho, algo así como un Código Penal eterno, que perpetuara él robo y simbolizara el castigo. o Y desde entonces nunca más la Luna se convirtió en mujer; y desde entonces nunca más la Luna se vol- vió a enamorar; y desde entonces la Luna se tornó en perseguidora de ladrones y en castigadora de malhe- chores. (Según relato del señor Marco A. Cabero). LA CAMPANA DE ORO Hace muchísimos años al sur de Jayanca existía una huaca llamada “Las Muñecas” donde en la actualidad se encuentran enterrados muchos huacos y objetos pre incaicos. Nos contaron nuestros padres que allí llegaron 2 huaqueros, esos huaqueros se pusieron a huaquear en plena fiesta de semana santa, al rato después de tanto cavar y cavar encontraron una campana que, cuando amaneció, se dieron cuenta de que era de oro, ambos amigos se pusieron a pelear y en ese preciso instante, un fuerte viendo llego a la huaca, que levantó la campana por los aires de aquella huaca, llegando como destino (según las personas) en una huaca al occidente de Cajamarca. Todos los años, muchas personas iban a “huaquear” en las zonas del complejo arqueológico “Jotoro” u “Ojo de Toro” (nombrado por algunos habitantes de Jayanca), entre ellos un grupo de Huaqueros se fue a una determinada zona a buscar objetos importantes para vender, comenzando a excavar en varios lugares, entre todos esos lugares donde buscaban huacos, un huaquero golpeó algo sólido, con un sonido metálico muy fuerte, los huaqueros emocionados y curiosos a la vez, excavaron con mucho cuidado en esa zona originaria de sonido metálico, después de media hora de excavación, lograron desenterrar algo que no era un huaco, sino era una campaña de oro sólido, los huaqueros emocionados discutían sobre qué hacer con esta campana, uno de ellos decía que debían donarla a la iglesia de Jayanca, otro decía para fundir la campana y repartir el oro, entre estas y muchas discusiones más hablaban los huaqueros, entre estas discusiones observaron que la campana se movía, los huaqueros al observar esto, se asustaron, cuando la campana repentinamente salió volando con dirección al sur oeste, a una huaca llamada Huaca Rivera en Pacora. En la actualidad, los pobladores más longevos dicen que esa huaca está maldita. Pero que aún algunas personas van a huaquear en esa zona con la esperanza de encontrar la campana de oro y otros tesoros Autor Anónimo El FANTASMA DE JAYANCA El martes 14 de diciembre del 2004 se publicó una noticia que conmocionó a la población y movilizo la prensa Nacional y extranjera: Fenómenos paranormales se habían desatado en Jayanca - Trujillo. El caso nos lleva esta vez hasta Jayanca, un pueblito situado a hora y media al este de Chiclayo, lugar en donde los pobladores son declarados creyentes de los fenómenos paranormales, la casa en cuestión lugar de los sucesos, queda en la calle Elías Aguirre 148 - Jayanca - Lambayeque. Hasta nuestra redacción llego la noticia de que dicho fenómeno registrado en último 12 de Diciembre no ha sido el único en la zona, pues algunos vecinos afirman que un policía y su hija, tuvieron que mudarse porque sintieron que “alguien” movía objetos. No precisan el detalle del lugar ni la fecha de ocurrido el anterior suceso. Carlos Montes, quien trabaja como pequeño comerciante llegó con su esposa María Elena García Lizama y su familia procedente de Jaén el 1ro de Diciembre, una vez allí deciden alquilar un pequeño inmueble de dos pisos de la calle Elías Aguirre 148. Aparentemente todo iba bien durante una semana, hasta que el Domingo 12, día en que estaban además de ellos dos, sus cuatro hijos, dos de sus sobrinos y su padre postrado en cama, empezaron a ocurrir cosas anormales en el segundo piso de la casa. Lo primero que aseguran fue que vieron moverse por sí solos algunos objetos de uso personal, una botella de alcohol y un paquete de algodón como si alguien los trasladara. Enseguida llamaron al Sr. Toribio Acosta, el vecino más antiguo de la zona, quien decidió permanecer en la vivienda para comprobar lo relatado. Bastó solo veinte minutos para que el Sr. Acosta reafirme que hechos inusuales ocurrían en la vivienda. Sorprendido comprobó que el sobrino de la familia Montes García, Víctor García Sánchez, adolescente de 14 años, se había convertido en el blanco preferido de la extraña fuerza que no se cansaba de lanzarle objetos. Incluso cerca de la medianoche el menor despertó porque sintió que alguien lo tomaba del brazo. A partir de allí una misteriosa fuerza se desencadenaría, como lo cuenta María García: "Y en la noche ya se agravó la cosa, hubo apagón, comenzó a tirarnos los limones, nos tiraba con lo que encontraba, entonces de la cocina, ya nos hemos venido para el cuarto, pensando que ya no nos iba a seguir, a mi papá también lo atacó tirándole limones y una serie de cosas, de un estante que tenemos nos tiró una muñeca, de allí comenzaron a volar medias, unos shorts y una serie de objetos. Parecía algo diabólico. Nosotros no veíamos nada, solamente los objetos, ninguna persona, ninguna sombra... ...sólo piedras, zapatos, limones y otros objetos que iban de un lado a otro, estrellándose contra mis hijos, mi sobrino y mi padre que esta postrado en una cama". Los aterrorizados inquilinos se vieron obligados a llamar a la policía. Precisamente el técnico de segunda PNP Mario Hoyos y dos efectivos más fueron al día siguiente, es decir, el lunes 13 de diciembre. La fuerza desconocida seguía arrojando hacia la sala y cocina limones, piedras pequeñas y hasta una llave metálica de quince centímetros. Si bien el fenómeno comenzó a registrarse durante la noche, ahora lo hacía a cualquier hora del día y a vista y paciencia de quien se encontrará presente. Jayanca, 01 de octubre 2019. Hermes Román Carrillo Mori.
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved