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Cultura Andina: Desarrollo y Aportes de Chavín, Mochica, Wari y Tiahuanaco, Monografías, Ensayos de Cultura y Globalización

Culturas PrecolumbinasReligión AndinaArqueología andinaAntropología Social

Este documento ofrece una introducción a la cultura andina, con enfoque en las culturas Chavín, Mochica, Wari y Tiahuanaco. Se abordan aspectos como su desarrollo geográfico, socio-políticos, religiosos y aportes culturales. La cultura andina se desarrolló en los Andes Centrales, incluyendo territorios de Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Ecuador.

Qué aprenderás

  • ¿Cómo se caracterizó la cultura Mochica?
  • ¿Qué caracterizó a la sociedad teocrática de la cultura Chavín?
  • ¿Qué influencias amazónicas se aprecian en la religión chavín?
  • ¿En qué territorios se desarrolló la cultura andina?
  • ¿Qué aportes culturales se realizaron durante el Segundo Horizonte Pan Andino?

Tipo: Monografías, Ensayos

2018/2019

Subido el 03/04/2022

carlosmarinft
carlosmarinft 🇵🇪

3 documentos

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¡Descarga Cultura Andina: Desarrollo y Aportes de Chavín, Mochica, Wari y Tiahuanaco y más Monografías, Ensayos en PDF de Cultura y Globalización solo en Docsity! UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CALLAO FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES Y MATEMATICAS ESCUELA PROFESIONAL DE FISICA Cultura Andina y Perú Contemporáneo Integrantes:  Marín Limaymanta, Carlos Enrique 1719110016  Gonzales Sandoval, Carlos Enrique 1719120403  Flores Quiliche, Fernando 1719120279  Gonzales Rojas, Juan Daniel 1719120359 Profesor:  Robert Zapata Villar Curso:  Cultura de paz y seguridad nacional Semestre: 2019 – B Introducción La cultura andina se ha desarrollado dentro del territorio de los Andes Centrales, principalmente. Los Ande s Centrales ocupan la parte occidental y central de Sudamérica, incluyendo los territorios del Perú, Bolivia, norte de Chile, noroeste de Argentina y sur del Ecuador. Esta región se caracteriza por la diversidad de su topografía, su relieve y climas, en distancias cortas, motivando una suma de ambientes con nichos y micronichos ecológicos. Esta diversidad externa, por paradoja, constituye una de las bases fundamentales de la unidad del territorio andino, donde la altura y la llanura, los valles y las punas, las costas y la sierra, constituyen segmentos complementarios y de mutuo contraste. Al igual que en el aspecto geográfico, el desarrollo de la cultura andina ofrece una gama de matices y de contrastes en su proceso, un espectro de culturas y subculturas diferenciables, pero que, en sus caracteres generales, todas forman parte de la gran unidad tradicional de la cultura andina, una cultura propia, originaria y peculiar, cuyos eventos históricos más importantes son comparables con sus similares del mundo. Desarrollo de la cultura andina El hombre llega a los Andes hacia los años 12.000 a. C. en condición de cazador y recolector. Descubre las bondades de la naturaleza andina, los recursos básicos de subsistencia y se asienta en lugares especiales, como los valles de la costa y los interandinos. Desde esta etapa se inicia una serie de hechos que convergen en la gestación de una cultura propia, originaria e indígena de los Andes. Alrededor de los 4.000 a. C, con la experiencia ganada sobre el territorio cordillerano y los valles de la costa, se realiza uno de los eventos más importantes de nuestra historia: la domesticación de plantas y animales, proceso que continúa hasta los albores de la era cristiana. Se logró domesticar cerca de 100 especies de plantas y cuatro de animales, originando una verdadera revolución en el manejo económico. Uno de los logros conseguidos en esta época constituye hoy el alimento básico de muchos pueblos del mundo: la papa. No meno s importante es la quinua. Inmediatamente después, 3.000 años a. C, el hombre sale de las cuevas y abrigos rocosos, fundando los primeros núcleos aldeanos, con casas pequeñas, semisubterráneas y similares a las chozas modernas. En los 2.500 a. C, ya aparecen templos, obviamente originando la formación de una clase social, los servidores del culto, que posiblemente fueron los primeros en asumir el control y la administración política. Cronología de las culturas Prehispánicas 1. Lítico Se desarrollaron entre 12000 a.c. y 4000 a.c. Los primitivos pobladores tuvieron una cultura incipiente. Vivían en cuevas, abrigos rocosos, ensenadas o campamentos cubiertos con pieles de animales o ramadas. Se trasladaban continuamente de un sitio a otro formando pequeños grupos u hordas de 15 a 20 personas. Esa forma de vida se llama nomadismo. Su principal preocupación era la búsqueda de alimentos. Cazaban y recolectaban diversos animales y vegetales los cuales los comían crudos. Aunque conocían el fuego solo lo utilizaban para protegerse del frio y para ahuyentar a las fieras. Cubrían sus cuerpos con la piel de los animales que cazaban. 3.1.2. Actividades económicas Era en su gran parte gracias a la agricultura intensiva (maíz, papa, tubérculos, etc.) y sus técnicas agrícolas en las cuales destaca el uso de canales y el inicio de la construcción de los primeros andenes y el uso de la chaquitaclla (arado de pie). Por otro lado, la ganadería también fue parte, en la cual se abastecía de las llamas y alpacas y la crianza de cuyes. 3.1.3. Manifestaciones culturales Las expresiones artísticas fueron propias y representan el primer estilo artístico generalizado en los andes. Los chavines trabajaron con algunos metales como el oro, la plata y el cobre, así como la piedra, la madera, el hueso y las piedras preciosas. El arte chavín es básicamente naturalista, y los temas principales son los seres humanos, aves, serpientes, felinos, plantas y conchas. 3.1.4. Religión El pueblo chavín fue al parecer politeístas y adoro a dioses terroríficos, según Julio C. Tello, la religión chavín habría tenido influencia amazónica, ya que sus esculturas muestran seres sobrenaturales con rasgos felínicos, serpientes y diversas aves como el cóndor. Siendo su dios supremo Wiracocha. La decadencia de la cultura chavín se dio gracias a la desintegración regional por el estancamiento del desarrollo, siendo superada por otras culturas. 4. Desarrollos Regionales Luego de la decadencia de la cultura Chavín se da el surgimiento de pequeñas culturas, como: 4.1. Mochica Ubicada en la costa norte del Perú entre los años 100-700 d.c. Sus grandes aportes están la orfebrería y las huacas como la del sol, la luna y el brujo. 4.2. Vicus Desarrollo de metalurgia y orfebrería, se usan sistemas de riego avanzados y se desarrolla como una nación militarista y altamente machista, se empezaron a hacer joyas y huacos con bastante influencia de Mochica. 4.3. Nazca Desarrollo de la cerámica pictórica, práctica y desarrollo de la medicina. Se construyen canales de irrigación en el valle de Nazca, asimismo se construyen las famosas Líneas de Nazca. 4.4. Recuay Desarrollo de edificaciones militares por la naturaleza guerrera de la nación y por los conflictos limítrofes con los Moches. Desarrollaron la arquitectura civil asimismo las esculturas líticas heredaron el estilo de Chavín. Su economía se basaba en la ganadería de alpacas y llamas. 4.5. Cajamarca II Las necrópolis cajamarquinas se realizaban en ventanillas, en su etapa clásica contaba con los estilos más variados de los Andes por las influencias de Chavín, Recuay, e incluso comunidades de Ecuador 4.6. Warpa Grandes innovaciones en construcciones hidráulicas, adaptaciones biológicas y construcción de andenes. Se consigue un incremento de explotación agrícola, a partir de esta cultura se formó el Imperio Wari. 4.7. Pucará El pueblo de Pucará, en el Departamento de Puno, con una extensión aproximada de 6 kilómetros cuadrados constituyó el primer asentamiento propiamente urbano del altiplano lacustre. Se desarrolló en el actual departamento de puno a orillas del lago Titicaca. Destacan por el dominio pleno del hombre sobre el medio ambiente, ya que no solo fueron controlados todos los recursos naturales disponibles, sino que además se crearon otros nuevos. Los camellones de cultivo que permitían la agricultura en terrenos inundables a orillas del lago Titicaca, aseguraban una agricultura de altura intensiva 5. Horizonte Medio Este en periodo que se dio entre 900-1150 d.c. Destacando las civilizaciones andinas, principalmente la de Wari 5.1. Cultura Wari El periodo de tiempo en que se desarrolla la cultura Wari o Huari no es demasiado preciso, ubicándola frecuentemente entre los años 550 al 1000 d.C. Este periodo de tiempo es conocido como el Segundo Horizonte Pan Andino. La cultura Wari se caracterizó por su amplio desarrollo militar, además de haber recibido influencia de otras culturas como lo fueron la Nazca de la cual se puede destacar la Cerámica Huarpa, manifestación cultural que influyó de manera significativa agregando nuevas tonalidades de colores y diversas formas a los trabajos que ya se venían realizando de forma previa. De igual manera otra cultura que influyó en el desarrollo de la cultura Huari fue la Tiahuanaco la cual tuvo un impacto sobre la vida religiosa e interpretación cultural de la misma, ya que de esta manera fueron como se concibieron los llamados monolitos que, si bien mantienen una esencia nuclear en la cultura Tiahuanaco, también fueron realizados en Huari, aunque con las debidas modificaciones como lo son el quitarles elementos de poder, por ejemplo, cetros o armas. Si bien es cierto hasta el momento en el presente trabajo se ha venido denominando a esta etapa como cultura Huari, lo cierto es que la denominación debería ser según nos señala Schreiber, K. (2012): Quisiera concluir señalando que no creo que debamos rehuir al uso de la palabra «imperio» para describir a Wari, mientras usemos el término calificándolo y no esperemos que Wari se parezca a la antigua Roma. Como dije anteriormente, este fue un experimento temprano de formación de un imperio. Hubo lugares lejos de su área nuclear donde Wari construyó grandes centros, desde Cajamarca en el norte del Perú hasta Moquegua en el extremo sur y hasta Cuzco en el sureste. En zonas cercanas y lejanas, los Wari establecieron control político, reorganizaron sistemas económicos e incluso interfirieron en las prácticas religiosas locales. Esto es exactamente lo que hacen los imperios. Los Wari no fueron tan dominantes o invasivos como los Incas, y quizás fueron más selectivos en la elección de sus enfrentamientos, pero sin duda hicieron sentir ampliamente su presencia. Creo que todos estamos de acuerdo en que el Horizonte. (Pág.18) Tal como se nos señala en el extracto, lo dicho por Schreiber tiene mucha relación con lo ocurrido y es una postura más analítica de los hechos que ocurrieron y como estos se fueron desenvolviendo. Puesto que si bien es cierto es adecuado considerar a Wari como un Imperio, se debe también tomar en cuenta que existen dos realidades paralelas entre la cultura europea y la americana. Entendiendo esto como el hecho de que en nuestro continente la visión y aquello que podemos considerar como Imperio debe adecuarse a las condiciones propias de nuestra cultura, es así que en el caso de Wari si bien les es renuente ciertos aspectos propios de un Imperio, contienen los elementos fundamentales como los son el control político y económico que ejercían sobre sus territorios. A diferencia del caso europeo, en cuya realidad consideramos como imperio a toda civilización que ejercía un poder tanto político, militar y económico represivo sobre las tierras que controlaban y adherían a sus dominios para así lograr mantener un cierto grado de coacción y control. 5.1.1. Aportes de la cultura Wari Los principales aportes de la cultura Wari han sido tal como lo señala Kukurelo, M. (2012): Por esta razón, la cultura Huari tuvo un desarrollo notable en el manejo de sus pisos ecológicos y la producción de piezas textiles y cerámicas. Cabe decir que en el Segundo Horizonte se vivieron tiempos difíciles en lo que al clima respecta y por ende resalta lo mucho que se expandió y desarrolló la cultura Huari. (Pág. 5) La cerámica fue un elemento fundamental para poder determinar a Wari y su extensión geográfica puesto que debido a las características en común que poseían las diversas piezas cerámicas que se fueron encontrando se pudo determinar que todas ellas pertenecían a un mismo lugar de origen. Mientras que el control de los pisos ecológicos se ve manifestado de manera expresa en su agricultura debido a que como se sabe el territorio en el que se desenvolvió era muy poco fértil por la escasez de agua sin embargo ellos realizaron las labores de canalizarla y la creación de andenes. 5.2. Cultura Tiahuanaco El desarrollo de la cultura Tiahuanaco se da a través de dos periodos de tiempo que son el Intermedio Temprano y el Horizonte Medio (1500 a.C. – 900 d.C.). Es de gran importancia este segundo ya que asocia el fin de Tiahuanaco junto con el final de este periodo donde se concretaron las culturas para dar paso a otro en el cual se fueron segregando en diversas manifestaciones. Se caracterizó por ser de gran extensión, llegando a ocupar cuatro países entre los cuales podemos encontrar a Chile, Argentina, Bolivia y Perú. Es en la frontera de estos dos últimos donde tendrían su capital ubicada en las aproximaciones al Lago Titicaca. 6.6. Huanca Fue un pueblo guerrero, localizado en el valle del Mantaro, cuya economía estuvo basada en la agricultura, fueron férreos rivales para los incas, quienes los derrotaron durante el gobierno de Túpac Inca Yupanqui y tras la derrota fraccionaron el reino Huanca en tres curacazgos, quedando (bajo el mando) de los incas. 7. Horizonte Tardío En este periodo está definido por la formación del imperio del Tawantinsuyo a cargo de un pueblo que pasará en menos de 200 años de ser una simple formación tribal a constituir un dilatado imperio, que dominó sobre un territorio que ocupó más de 5.000 km de norte a sur. A partir del siglo XIV el estado centralizado inca asimiló desde el Cuzco grandes territorios en sus cuatro direcciones, desde los Pasto por el norte a los Picunche por el sur, y la Amazonía por el este, estando su límite de expansión al oeste definido por el Océano Pacífico. La expansión del imperio inca no se frena por otras fuerzas políticas, sino que tiene una base fundamentalmente económica; en efecto, por el norte se sitúa el límite de poblados y aldeas dispersas de agricultores simples; la Amazonía es una región inmensa con un bajo promedio de población, y ésta se dedica al cultivo de tala y roza que implica cierto nomadismo, mientras que por el sur la agricultura incipiente alternaba con grupos de recolectores. En definitiva, los límites del imperio inca se asentaron en función de la inexistencia de grupos con una agricultura bien desarrollada y, en consecuencia, con una estructura económica y un sistema productivo ambicionados desde el Cuzco. Un rasgo importante en esta rápida ascensión, que llevó a los grupos tribales del 1.300 d.C. a una sociedad imperial entre el 1.400 y 1.537, es que el proceso resultó tan vertiginoso que en la sociedad compleja van a permanecer muchos elementos que identifican su paso por la etapa tribal y por una corta época de jefatura; de manera que en la sociedad imperial se van a poder identificar. 7.1. Imperio Inca 7.1.1. Orígenes El inicio de la civilización incaica se remontaría aproximadamente al año 1100 de nuestra era, aunque este supuesto inicio, está basado, como suele ser habitual, en una leyenda. La tradición cuenta que un héroe civilizador llamado Manco Cápac, hijo del sol, fundó la ciudad del Cuzco en un valle entre la confluencia de dos ríos. Éste había sido enviado por el sol junto a su hermana y esposa Mamá Ocllo, con el objeto de que reuniesen a los naturales en núcleos poblacionales y los convirtieran en seres civilizados, debido a que el astro rey se había compadecido del estado de barbarie y abandono en el que estaban viviendo los hombres. 7.1.2. Organización del poder. El Inca y la nobleza. Según la tradición, el poder pasó ininterrumpidamente de padres a hijos a partir de Manco Capac, al hijo primogénito de la Coya, única esposa legítima del monarca cuya condición la distinguía entre las numerosas concubinas de palacio. De cualquier forma, también es relativa esta tradición ya que se cree que si en su momento, éste no era el más apto, se escogía al más hábil entre la prole de los principales. Con el objeto de mantener la pureza de la sangre real, al no mezclar la sangre del Sol con la sangre humana, según lo dictaban sus creencias, esta esposa o Coya, era escogida de entre las hermanas del Inca. Precisamente el monarca era quien se hallaba a la cabeza del Estado, en forma de rey supremo y, si bien originalmente gobernó una pequeña tribu, luego se convirtió en la autoridad máxima de un enorme imperio, que ejercía en forma despótica su poder teocrático, disponiendo a su antojo sobre la vida y obra de sus súbditos. Su poder provenía directamente del sol, el Tata Inti, ya que se decía descendiente directo de Manco Capac, hijo del sol y progenitor de todos los futuros monarcas. Los jóvenes escogidos para suceder al Inca, eran encargados a un grupo de sabios o amautas desde muy temprana edad, a los fines de ser instruidos en las artes del poder, la educación militar y el ceremonial religioso, el cual llegó a un alto grado de complejidad. Los jóvenes de entre los cuales saldría el sucesor, tenían que superar a los dieciséis años una prueba atlética que incluía ejercicios, lucha, pugilato, carreras, ayuno riguroso y diferentes tipos de combate. Esto duraba unos treinta días, y no todos llegaban al final con vida, debido a las exigencias desmedidas que implicaban este proceso. Terminada la prueba todos eran recibidos por el Inca y felicitados por éste, a manera de estímulo. Luego seguía un largo y complicado procedimiento ritual que concluía con la elección del sucesor, en la plaza principal de la ciudad, en medio de un animado festival público de danzas y cantos. A partir de este momento, el elegido era puesto al lado del Inca, y se le otorgaban ciertas funciones de importancia dentro de la administración, convirtiéndolo en una especie de vice gobernante, con el propósito de evitar peleas en la sucesión, aunque esto no siempre pudo evitarse, llegando incluso a darse el caso de haber cambiado al sucesor a último momento. El soberano, cuya denominación era Sapa Inca, utilizaba varias insignias de poder, entre las cuales se distinguía la mascapaicha que usaba sobre su cabeza, y que solía estar coronada por dos plumas de un exótico pájaro. También su vestuario debía diferenciarlo de los demás mortales, ya que él estaba situado por encima de todos, llevaba una túnica sin mangas que le llegaba hasta las rodillas, confeccionada con telas de lana de vicuña, de la más alta calidad, cubierta por una capa. Calzaba unas sandalias de lana, normalmente blancas. El Inca llevaba una vida holgada y plena de comodidades, sin embargo, debía cumplir con múltiples obligaciones derivadas de su majestad. Su principal labor eran los viajes permanentes, a manera de agotadoras peregrinaciones por todas las rutas del imperio para, entre otras cosas, inspeccionar la construcción de palacios, obras públicas de importancia estratégica y militar, y en épocas de guerra, llegaba a acompañar a sus ejércitos. La comitiva era enorme, y se desplazaban con lentitud por las rutas imperiales, descansando en los tambos, posadas bien aprovisionadas construidas sobre los caminos, que se calculan en varios miles en el momento de apogeo. El Inca era llevado en una litera que tenía detalles en oro y piedras preciosas, pero solía mostrarse sencillo al arribar a los pueblos, tomando contacto con los naturales para conocer sus problemas, incluso llegaba en oportunidades a tomar parte en alguna disputa en los tribunales locales. Los palacios reales eran totalmente construidos en piedra, en edificios sumamente extensos de una sola planta con un patio central, cubiertos con techos de paja o de madera. Jamás un nuevo Inca ocupaba el palacio de su antecesor, sino que se construía un nuevo palacio, donde pasaba a residir con toda su corte de concubinas, guardias y servidores. El palacio del Inca que fallecía era cerrado con todos sus tesoros dentro. El nuevo monarca nada recibía en herencia, sino que él debía procurarse todo lo que constituiría la imagen de su dignidad real. Ni siquiera heredaba el personal de servicio, ya que normalmente eran inmolados junto a sus concubinas sobre el sepulcro del fallecido Inca, llegando a tratarse, en ocasiones, de varios cientos de personas. La nobleza estaba dividida en dos clases dominantes. En primer lugar, estaban situados inmediatamente después del Inca, todos los descendientes del soberano, quienes conformaban la denominada panaca real. Al parecer, el monarca llegaba a tener cientos de hijos con sus numerosas concubinas, situación que a veces complicaba la satisfacción de las necesidades de alojamiento y manutención de esta clase acomodada. Estas personas, llamadas “orejones” por los españoles, por causa de la deformación de las orejas que se provocaban a propósito con el uso de unos enormes adornos circulares encarnados en sus lóbulos, consumían en demasía y llevaban una vida de lujos que, en ocasiones, poco tenían que envidiarle a la que llevaba el monarca. Sólo miembros de esta clase podían ejercer las principales dignidades religiosas, además llegaban a obtener destacados cargos administrativos y militares, y tenían privilegios de los que no podían gozar quienes se encontraran fuera de la nobleza, como la poligamia. La otra clase dominante estaba constituida por los Curacas. Estos eran los caciques de las naciones conquistadas que los Incas con sus guerras iban adosando a su creciente imperio. Los monarcas incas sabían cómo lograr pleitesía y admiración de sus conquistados, y una de sus estrategias era justamente no remover a estos caciques de su cargo, llevarse a sus hijos para que fueran educados en el Cuzco prácticamente como virtuales rehenes, e incluso no prohibir la religión local, siempre que se adorara en primer término la figura del Inca, se respetaran las leyes y la religión oficial. En ocasiones este tipo de medidas no era suficiente y se llegaban a realizar traslados de una tierra a otra para facilitar la integración. La autoridad de estos personajes era solamente local. Si bien los “orejones” eran seres absolutamente superiores y contaban con privilegios exclusivos inherentes a su dignidad, los Curacas disponían también de ciertos privilegios que los diferenciaban fuertemente del pueblo, aunque en este caso, aparentemente, recibían estos privilegios en forma de obsequios y halagos de parte del soberano, como para dejar en claro que no les eran inherentes. Así se lograba mantener a los Curacas en su lugar dentro de la escala social incaica, y a su vez se establecía toda una cadena de distribución de privilegios, bienes, y lealtades que aseguraban el perfecto funcionamiento de las instituciones. Estas prebendas podían incluir el uso de literas, vestidos de telas finas, viviendas en zonas nobles, concubinas y servidores. Existía además otro grupo de privilegio que era el de las denominadas aclla, o mujeres elegidas. Estas mujeres eran elegidas entre las más bellas del imperio cuando eran niñas, y eran educadas conjuntamente las que provenían de la nobleza como las escogidas entre el pueblo. Luego de recibir una educación de elite durante cuatro años, tenían diversos destinos que iban desde convertirse en esposas o concubinas de miembros de la nobleza, hasta ser Vírgenes del Sol o mamaconas, condición que las llevaba a recluirse para siempre en los Acllahuasi, manteniendo su castidad y una rígida disciplina cuya falta de observación era pasible de la pena capital. 7.1.3. Organización política y social
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