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Personajes de Medea de Eurípides: Análisis de la Nodriza, Resúmenes de Lingüística

En este documento se presenta un análisis detallado de la Nodriza, personaje secundario de la tragedia grecorromana Medea de Eurípides. Se examina su papel en el desarrollo de la trama, sus relaciones con Medea y Jasón, y su significado simbólico. Además, se ofrece una traducción al castellano de las líneas que corresponden a la Nodriza.

Tipo: Resúmenes

2019/2020

Subido el 01/03/2022

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¡Descarga Personajes de Medea de Eurípides: Análisis de la Nodriza y más Resúmenes en PDF de Lingüística solo en Docsity! EURÍPIDES MEDEA PERSONAJES POR ORDEN DE APARICIÓN NODRIZA de los hijos de Medea. PEDAGOGO de los mismos. MEDEA, esposa de Jasón. CREONTE, rey de Corinto. JASÓN, esposo de Medea. EGEO, rey de Atenas. MENSAJERO. CORO DE MUJERES CORINTIAS. PERSONAJES MUDOS: HIJOS DE MEDEA. SOLDADOS DE CREONTE. SIRVIENTE DE MEDEA. SERVIDORES DE JASÓN. PROBABLE REPARTO ENTRE ACTORES PROTAGONISTA: MEDEA. DEUTERAGONISTA: NODRIZA, JASÓN. TRITAGONISTA: PEDAGOGO, CREONTE, EGEO, MENSAJERO. La escena representa la fachada de la casa de Medea en Corinto; de ella sale la anciana nodriza de los hijos de Medea que recita el prólogo. NODRIZA ¡Ojalá la nave Argo jamás volado hubiera allende las Simplégades hacia la tierra colca! Caer los pinos nunca debieron en los valles del Pelión para armar con el remo los brazos de los nobles varones que para Pelias fueron 5 tras el áureo vellón. Y así mi ama, Medea, hacia las tierras yolcias no habría navegado con su corazón loco de amor hacia Jasón ni, tras de persuadir a las hijas de Pelias por que al padre mataran, se habría [establecido 10 con su esposo y sus hijos en Corinto, bien vista por sus conciudadanos que asilo le otorgaran y coincidiendo en todo con Jasón; lo cual es la mayor garantía que en unas nupcias cabe, que marido y mujer no discrepen en nada.15 Pero ahora desunión es todo y sufrimiento de aquellos a los que amo, pues Jasón a sus hijos y a mi dueña abandona por una boda real con la hija de Creonte, tirano de esta tierra; y la infeliz Medea, de tal modo ultrajada, 20 gritando el juramento recuerda y el contacto de manos, prenda máxima, y a los dioses invoca para que el trato vean que de Jasón recibe. Y yace sin comer, al dolor entregando su cuerpo y consumiéndose con lágrimas [constantes 25 desde que conoció la afrenta de su esposo, sin levantar los ojos ni separar del suelo su mirada ni oír la voz de sus amigos más de lo que lo hicieran rocas u olas marinas. Tan sólo alguna vez vuelve su tierno cuello 30 para gemir a solas por su padre querido, su país y su casa, que traicionó al marchar con el hombre que ahora tal ofensa le infiere. Y en su infortunio aprende la mísera qué bueno es el no partir nunca de la paterna tierra. 35 Y aborrece a sus hijos y en verlos no se goza; temo incluso que algún raro proyecto trame. Pues duro es su carácter y soportar no puede que nadie la maltrate. La conozco y la temo:39 es terrible y quienquiera que en su enemistad [incurra 44 no resultará fácil que la victoria obtenga. 45 Entran por un lateral los dos niños hijos de Medea seguidos de su pedagogo. Mas aquí están sus niños que se acercan dejando de correr y que nada saben de los reveses de su madre: no suelen sufrir las almas jóvenes. PEDAGOGO Anciana posesión de la casa de mi ama, ¿por qué tan sola estás al lado de la puerta 50 a tí misma entonándote la queja de tu mal? ¿Cómo a quedar sin ti Medea se resigna? NODRIZA ¡Oh, viejo que a los niños de Jasón acompañas! Para los buenos siervos son desdichado lance las cuitas de los dueños, que su ánimo ¡Malditos muráis, pues nacisteis de mí, una madre funesta, y perezca también vuestro padre y la casa con él! NODRIZA ¡Ay, ay, ay! ¡Ay, ay, ay, desdichada de mí! 115 ¿Qué culpa hay en los hijos, qué tienen que ver con las faltas del padre? ¿Les odias? ¿Por qué? Temo, niños, y siento que vais a penar; es terrible el antojo del rey, que el servir no conoce, más sólo el constante imperar; 120 y duros resultan sus cambios de humor. Avezarse a vivir siempre igual es mejor; por lo menos a mí tóqueme envejecer sin grandeza y estando en seguro lugar. Ya las cosas medianas con sólo decir 125 su nombre resultan deseables, mas son preferibles en su uso al exceso, que no se muestra oportuno jamás al mortal: más desastres si atacan las iras de un dios a una casa, tal es lo que da. 130 Entra el coro, formado por quince mujeres de Corinto. CORO Me llegó la palabra, los gritos oí de la Cólquide triste, que no recobró aún la calma. Habla, anciana, habla, pues. Yo, estando a mi puerta, su voz escuché, que [venía 135 desde aquí, y no me causa placer el dolor de [esta casa que tan querida para mí resulta. NODRIZA Ya no existe el palacio, que todo cayó. Por el lecho real poseído él está y mí dueña en la alcoba marchítase y no deja que su ánimo entibie ningún consuelo que amigos le den. MEDEA Todavía desde el interior de la casa. ¡Ay, ay! ¡Mi cabeza atraviesa un celeste fulgor! ¿Para qué quiero ya en adelante existir? 145 ¡Ay de mí! ¡Que me lleguen mi muerte y mi fin y termine mi odioso vivir! CORO ¿Escuchasteis, oh, Zeus, oh, la tierra y la luz, en qué amargos lamentos prorrumpe el cantar de la esposa infeliz? 150 ¿A qué viene, insensata, el ansiar ese horrífico lecho mortal? ¿Quieres antes de tiempo morir? Eso no lo implores. Si tu esposo 155 nuevas bodas pretende, común cosa ello es. No te irrites así, que Zeus te vengará. No te consumas en demasía por tu marido. MEDEA Desde el interior. ¡Artemis santa, gran Temis? ¿No veis 160 cómo mi esposo se porta después de que un gran juramento a los dos nos ligó? ¡Ojalá que a su novia con él pueda ver destrozada, y lo mismo el palacio también por la ofensa que juntos me hicieron los dos! 165 ¡Padre mío, ciudad de que en tiempos partí cuando en forma afrentosa a mi hermano maté! NODRIZA ¿Escucháis cómo a Temis invoca y a Zeus venerados los dos cual guardianes de aquel juramento en que el hombre da fe? 170 No está cerca el momento en que vaya a amainar mi dueña en su enorme furor. CORO ¿Cómo podría acudir hasta aquí y dejar que la veamos y acaso escuchar cuanto osemos decir 175 por si así conseguirnos calmar de su mente el porfiado rencor? Que al menos mi buena intención no falte al amigo. Anda, pues, y 180 prueba a hacerla de casa salir. Di que están los que la aman aquí. Corre antes de que dañe a los de dentro, pues grandes vuelos su aflicción cobra. NODRIZA Voy a hacerlo; aunque temo que no pueda yo su razón convencer, 185 por servirte el trabajo me habré de tomar. Pues parece leona parida al mirar a sus siervas con torvo ademán cada vez que alguna se acerca con ganas de hablar. Razón tiene quien diga que bien torpe fue 190 e ignorante la prístina raza mortal, que encontró para cada festivo avatar, regocijo o convite, la alegre canción que la vida supiera endulzar con su son y, en cambio, el remedio no pudo inventar,195 las liras, los himnos, la voz musical, del humano infortunio, que muertes causar suele y trances que son destrucción del hogar. Eso sí que con cantos debiera sanar el hombre; en el pingüe, gozoso festín 200 ¿qué falta hace que se alce la voz del cantor? Aporta el deleite la propia ocasión que al banquete le da plenitud. CORO Escucho sus gemidos y lamentos, sus agudos clamores lastimeros, 205 contra el esposo que su lecho infama; invoca, sintiéndose ofendida, a Temis guardiana de los votos que la hizo, hasta la Hélade opuesta, 210 surcar de noche la onda salada, la llave del gran mar. Medea sale a escena y se dirige al coro. MEDEA ¡Oh, mujeres corintias! Salgo de casa por que reproches no me hagáis; pues, mientras sé que [muchos 215 hombres, tanto en privado como en el trato externo, orgullosos realmente se vuelven, a otros hace pasar por indolentes su tranquilo vivir. Que no son siempre justos los ojos de la gente y hay quien, no conociendo bien la entraña del [prójimo, 220 le contempla con odio sin que haya habido ofensa. Y, si debe el de fuera cumplir con la ciudad, no alabo al ciudadano que amargo y altanero con los demás se muestra por su falla de tacto. Pero a mí este suceso que inesperado vino 225 me ha destrozado el ánimo; perdida estoy, no tengo ya a la vida afición; quiero morir, amigas. Porque mi esposo, el que era todo para mí, como Suaves, por lo que escucho, son tus palabras, pero temo que en tu interior medites algún daño y por eso menor debe ser mi confianza. Porque más fácil es de hombre o mujer coléricos guardarse que de aquel que calla y es taimado. 320 Márchate, pues, cuanto antes, no vengas con discursos; ello está decidido sin que tengas manera de vivir con nosotros, porque eres mi enemiga. MEDEA Abrazándose a sus rodillas. ¡No, no, por tus rodillas, por la que se ha casado! CREONTE Son vanas tus palabras; no me convencerás. 325 MEDEA ¿Me vas, pues, a expulsar sin atender mis súplicas? CREONTE Es que a mi hogar no puedo preferir tu persona. MEDEA ¡Oh, patria mía, qué recuerdo de ti tengo! CREONTE También yo la amo mucho, pero más a mis hijos. MEDEA ¡Qué gran mal el amor es para los mortales!330 CREONTE Según, supongo yo, como vengan las cosas. MEDEA ¡No se te oculte, Zeus, quien así me maltrata! CREONTE Vete, insensata, ya y evítame disgustos. MEDEA Disgustos son los míos; no me faltan por cierto. CREONTE Haciendo un gesto a su escolta. Al punto van a echarte los brazos de mi tropa. 335 MEDEA ¡Eso no, en modo alguno! Yo te ruego, Creonte... CREONTE Paréceme, mujer, que te pones pesada. MEDEA Me marcharé; no es eso lo que ahora te suplico. CREONTE ¿Por qué entonces insistes sin salir del país? MEDEA Déjame que me quede tan sólo el día de hoy 340 para pensar en cómo va a poder ser mi exilio y a mis hijos recursos buscarles, pues su padre allegar no se digna ningún medio para ellos. Compadéceles tú, que también tienes prole; es natural, por tanto, que propicio les mires. 345 Por mí no me preocupo si he de estar desterrada, mas sí lloro por ellos, que en tal trance se ven. CREONTE Nada hay en mi carácter que tiránico sea; el mostrar compasión fue siempre mi desdicha. Y así ahora, aunque veo, mujer, que me equivoco, 350 concedo lo que pides; mas te advierto que, si os ve la luz del dios que ha de llegar mañana a ti y a tus hijos dentro del país, morirás; ésta quiero que sea mi sentencia verídica. Y, si hay aplazamiento, tómate un día solo 355 y tiempo no tendrás de hacer lo que recelo. Sale de escena con la escolta. CORIFEO ¡Desgraciada mujer! ¡Ay de ti, la infeliz, qué grande es tu dolor! ¿A qué tierra te irás? ¿Quién te habrá de hospedar? ¿Qué casa o región va a salvarte del mal?360 ¡A qué oleaje de penas, a qué inmenso mar, Medea, algún dios te arrojó! MEDEA Todo me ha fracasado: ¿quién lo podrá negar? Mas no quedará así, no vayáis a creerlo. 365 Aun les aguardan pruebas a los recién casados y no pequeñas cuitas al padre de la novia. ¿Cómo pude adularle sino por conseguir algo con mis enredos? Jamás le habría hablado ni mis manos habrían tocado a un hombre tal. 370 Pero a tan gran extremo de necedad llegó que, aunque hubiera podido deshacer mis proyectos de la ciudad arrojándome, me ha dejado que el día de hoy pase aquí, en el cual a mis tres enemigos voy a matar, el padre, la muchacha y mi esposo. 375 Conozco muchas vías que la muerte les den, mas no sé, mis amigas, con cuál he de actuar: ¿incendiaré la casa nupcial u ocultamente en la alcoba entraré donde está hecha la cama a rasgar sus entrañas con agudo puñal? 380 Pero una sola cosa me detiene, el que puedan sorprender mis manejos cuando penetre allí y me maten causando júbilo a quienes me odian. Mejor es el camino más recto, en el que soy más experta, y su muerte con pócimas causar. 385 Bien; ya han muerto; ¿qué nación me va a acoger ahora? ¿Quién será el extranjero que mi persona salve ofreciéndome asilo y habitación segura? No lo hay. Esperaré, pues, durante algún tiempo y, si alguien se aparece como firme baluarte, 390 pondré en práctica el hecho con silencio y astucia; más, si me acosa algún caso desesperado, la espada tomaré y, aunque haya de morir, les mataré, a la fuerza recurriendo y la audacia. Porque, por la señora lo juro a quien venero 395 de modo especial, Hécate, que me ayuda y habita en el rincón más íntimo de mi casa, ninguno de ellos podrá reír pensando que padezco. Yo haré que amargas sean y funestas las nupcias, su alianza y mi destierro ele esta tierra. ¡Ea, pues! 400 No te abstengas, Medea, de ningún plan o trama en que puedas emplear todo lo que tú sabes. Lánzate a lo terrible; de bravos es la lid Ya ves lo que te pasa; no sirvas de chacota, pues hija eres de noble padre y de Helio desciendes, 405 ante ese sisifeo connubio de Jasón. Tienes conocimientos; y la naturaleza nos ha hecho a las mujeres ineptas para el bien, pero artesanas hábiles de las maldades todas. CORO Hacia arriba ya fluyen las aguas de los sacros ríos; 410 la justicia y todo yace por tierra. Engañosa es el alma del hombre y no vale la fe en que se invoca a los dioses. Mas mi vida de nuevo tendrá en las historias inmensa [gloria; 415 honrado será el sexo femenino. Ya no habrá mala fama que pese sobre mujer [ninguna. 420 Cesarán las canciones de antiguos poetas que ahora siempre insisten en mi pérfida mente. con que al hombre perverso pudiera distinguirse? CORIFEO Es tremenda y difícil de aplacar la iracundia 520 que a querella de amigos contra amigos induce. JASÓN Me toca, al parecer, no ser mal orador, sino, como el experto piloto de un bajel, capear con las solas fajas de mi velamen esa impúdica cháchara con que, mujer, me acosas.525 Yo, frente a tal manera de realzar tus favores, creo que entre los dioses y los hombres es Cipris la única a quien debió mi flota su salud. Tu espíritu es sutil, pero odioso resúltate el tener que contar cómo Eros te obligó 530 con invencibles dardos a salvar mi persona. Mas no aquilataré demasiado este punto: de aquel modo o del otro me salvaste y en paz. Pero en tal salvación fue más lo que tomaste que lo que recibí, como demostraré. 535 Habitas ante todo tierra helena y no bárbara, conoces la justicia y el vivir según ley y no bajo el imperio tan sólo de la fuerza. No hay heleno ninguno que ignore que eres sabia y así tienes prestigio; si siguieras viviendo 540 en el fin de la tierra, nadie de ti hablaría. Y a mí ni oro en mi casa me des ni el cantar himnos más hermosos que Orfeo si ello no va a traerme el gozar de una fama que distinga mis dotes. Eso es lo que tenía que decir de mi viaje, 545 y ello porque tú fuiste la que inició el litigio. Y en cuanto a la real boda que tú me echas en cara, en eso mostraré que ante todo soy hábil y también moderado y además gran amigo de ti y de nuestros hijos; Ante los gestos indignados de Medea. mas manténte tranquila. 550 Una vez que aquí estoy, venido de la tierra yolcia y tras mí trayendo problemas insolubles, ¿qué golpe de fortuna pude encontrar mejor que unirme, un desterrado, con la hija del monarca? Y no, si ello te escuece, porque odiara tu lecho 555 o me hiriera el deseo de tener nueva esposa o de rivalizar con padres de más hijos —bastan ya los que tengo, no me apetecen otros—, sino, cosa importante, para que bien viviéramos sin carecer de nada, sabiendo que a los pobres 560 les huyen los amigos, todos de ellos se apartan; para que en forma digna de esta casa se criasen mis hijos, a los cuales yo les daría hermanos que, habitando con ellos en un linaje unido, nos hicieran felices. ¿A qué más descendientes? 565 A mí sólo me importa que los nacidos hoy gocen de otros futuros. ¿Es malo esto? Tú misma lo aceptaras si no te irritase el pensar en la cama. Que a un grado tal llegáis las mujeres como para creer que todo lo tenéis 570 si ello va bien; y, en cambio, cuando no, en enemigas os tornáis de lo que es más conveniente y justo. Deberían los hombres buscar otra manera de engendrar a la prole sin sexo femenino, y así no sufriría mal alguno el varón. 575 CORIFEO Bien adornado está, Jasón, eso que dices, pero a mí me parece que, aunque otra cosa creas, no obras bien al estar traicionando a tu esposa. MEDEA Hablando consigo misma. Ciertamente son muchas las cosas en que yo de los demás discrepo; que el malvado elocuente 580 creo que se hace reo del más duro castigo cuando osa delinquir creyendo que su lengua disfrazará lo injusto; pero no, no es tan diestro. A Jasón. Así tampoco tú vengas con bellas formas y argumentos; hay uno que te va a derribar: 585 si no fueras un vil, debiste ir con mi asenso a esa boda, no a espaldas de toda tu familia. JASÓN ¡Pues sí que habrías sido muy útil en mi plan si yo te hubiera hablado de él, tú, que aun hoy no accedes a aplacar la gran ira que en tu corazón arde! 590 MEDEA No era tal el obstáculo, mas mis bárbaras nupcias que a una vejez oscura te iban encaminando. JASÓN Pues bien, sabe que no es una mujer la causa de mi entrada en el lecho principesco que ocupo, sino, como te dije, mi afán de protegerte 595 y de dar a mis hijos hermanos de la estirpe tiránica que fueran baluarte de mi casa. MEDEA ¡No me alcance esa vida dichosa, pero acerba, ni una felicidad que mi ánimo atormente! JASÓN ¿Tú sabes con qué voto resultarás sensata? 600 ¡No le parezca amargo lo que es bueno ni creas que eres desventurada cuando la suerte es tuya! MEDEA Insúltame, pues tienes lugar a que te acojas; yo, en cambio, solitaria dejaré este país. JASÓN Tú misma lo escogiste; no eches la culpa a nadie. 605 MEDEA ¿Cómo? ¿Mujer tomando y haciéndote traición? JASÓN Impías maldiciones lanzando contra el rey. MEDEA Y también, ciertamente, contra tu propia casa. JASÓN Bien, no discutiré más contigo; si quieres, con miras al exilio de tus hijos y tuyo, 610 recibir el dinero con que pueda ayudarte, dilo, pues presto estoy a dar con mano pródiga y a enviar signos a huéspedes que bien te tratarán. Y, si esto no lo aceptas, estás loca, mujer; mayor será el provecho si cejas en tu cólera. 615 MEDEA Ni pienso con tus huéspedes tener el menor trato ni de ti recibir nada; no me lo ofrezcas; no aprovechan los dones del hombre que es perverso. JASÓN Pues yo pongo a los dioses por testigos de que dispuesto estoy a hacerte bien a ti y a los hijos; 620 pero no te complace lo bueno y tenazmente rechazas al amigo; pues más te dolerá. MEDEA Vete, que mucho tiempo fuera de casa llevas Existe un tal Piteo, rey de: tierras trecenias... MEDEA Varón de gran piedad, dicen que hijo de Pélope. EGEO A ése comunicar quiero el divino oráculo. 685 MEDEA Sí, porque es hombre sabio y experto en lides tales. EGEO Y por mí el más querido de mis aliados todos. MEDEA Con tono de tristeza. Pues bien, que suerte tengas y alcances lo que quieres. EGEO Pero ¿por qué marchitos están tu rostro y tez? MEDEA El peor de los hombres es, Egeo, mi esposo. 690 EGEO ¿Qué dices? Claramente tus disgustos explícame. MEDEA Jasón me está ofendiendo sin culpa por mi parte. EGEO ¿De qué manera? Infórmame con mayor claridad. MEDEA Nos ha puesto bajo otra dueña de nuestra casa. EGEO ¡No me digas que un acto tan vergonzoso osó! 695 MEDEA Sí, y a los que antes éramos sus amigos desprecia. EGEO ¿Se enamoró o tal vez odio cobró a tu lecho? MEDEA Y con un gran amor; fiel no ha sido a los suyos. EGEO Pues que se vaya si es tan malo como dices. MEDEA La alianza con el rey, de eso quedó prendado. 700 EGEO Pero ¿quién se la dio? Termina con el cuento. MEDEA Creonte, el que es tirano de esta tierra corintia. EGEO Entonces explicable, mujer, es que te duela. MEDEA Muerta estoy, y además de esta ciudad me expulsan. EGEO ¿Quién? Ese es otro mal nuevo del que me informas. 705 MEDEA De Corinto y sus tierras Creonte me ha arrojado. EGEO ¿Y Jasón lo permite? Tampoco eso lo apruebo. MEDEA Aunque dice que no, su idea es permitirlo. Arrojándose a los pies de Egeo. Te ruego, pues, por esa barbilla y abrazando tus rodillas te imploro suplicante: piedad 710 ten de mí, compadécete de esta desventurada y no dejes que vaya solitaria al destierro, mas en tu ciudad y casa como habitante acéptame. Ojalá tu deseo de hijos cumplido sea por los dioses y mueras tras dichosa vejez. 715 Ni sabes con qué hallazgo de tropezar acabas. A tu esterilidad pondré fin consiguiendo que engendres descendencia: tales filtros conozco. EGEO Son muchos los motivos por los que presto estoy, mujer, a complacerte y ante todo los dioses 720 y la futura prole que prometiendo estás, de la cual por mi parte no hay previsión alguna. He aquí, pues, lo que haré: si vienes a mi tierra trataré de auxiliarte como es mi obligación. Pero una sola cosa, mujer, te he de advertir: 725 a sacarte de aquí no accederé. Si vienes a casa por tus medios, allí tendrás asilo sin temor a que a nadie yo te entregue jamás. Mas tienes que salir tú sola: yo no quiero que mis huéspedes puedan acusarme de nada. 730 MEDEA Así será; mas todo compuesto quedaría si alguna garantía de eso tuviera yo. EGEO ¿No me crees? ¿A qué dificultades temes? MEDEA Te creo, pero me odian la familia de Pelias y Creonte. Ligado por aquello que jures 735 no les permitirás de tu tierra sacarme; mas si sólo en palabras, sin juramento alguno divino, se basara nuestra amistad, tal vez ante sus embajadas cedieses: yo soy débil y ellos tienen riqueza y una casa real. 740 EGEO Es grande la prudencia que inspira tus palabras Pues bien, si tal opinas, yo no me niego a hacerlo. Para mí es un partido más seguro el tener pretexto que mostrar pueda a tus enemigos y tú quedas más firme: cita, pues, a los dioses. 745 MEDEA Por Tierra y por su suelo y Helio, mi abuelo, jura, añadiendo el linaje de los dioses entero... EGEO ¿Que haré o no haré qué cosa? Tú me 1o indicarás. MEDEA Que ni tú de tu tierra me vas a expulsar nunca ni, si algún enemigo mío quiere llevárseme, 750 se lo permitirás de modo voluntario. EGEO Por Tierra y la brillante luz del Sol y los dioses todos te juro que cumpliré lo que te oigo. MEDEA Bien: ¿qué sufrir aceptas si el juramento incumples? EGEO Lo que ocurre a los hombres que resultan impíos. 755 MEDEA ondas del Cefiso en pos de las auras templadas, dulces, con que su soplo la tierra regala; e igualmente que, siempre el cabello llevando adornado [con una 840 olorosa guirnalda de rosas ordena a los Amores que al lado de la Sabiduría a crear excelencias le ayuden. 845 ¿Cómo esa sede de sacros ríos que al amigo bien acoge siempre, a una parricida impura entre todas va a admitir? 850 Piensa qué crimen va a ser el golpe dado a tus hijos. ¡Por tus rodillas con toda el alma te imploramos que no les mates! 855 ¿De dónde el valor para esa espantosa audacia sacarán tu mente, brazo y alma criminales? ¿Y cómo les mirarás 860 sin llanto al ir a matarles? Cuando a tus pies te supliquen, no podrás manchar tus manos de sangre sin que el ánimo te desfallezca. 865 Jasón entra por un lateral seguido de la nodriza. JASÓN Vengo porque me llamas, que, aunque enojada estés conmigo, no conviene que deje de enterarme de qué sea eso nuevo que ahora, mujer, me pides. MEDEA Yo te ruego, Jasón, que muestres indulgencia hacia lo que te dije; normal es que soportes 870 mis humores, pues muchas pruebas de amor nos dimos. Yo a dialogar conmigo me he puesto y reprochábame de este modo: Error: Reference source not foundy me aíro contra aquellos que con acierto piensan y con los soberanos del país me enemisto875 y mi esposo, que mira por lo que me concierne tomando a una princesa por esposa y hermanos dando a mis hijos? ¿No renunciaré a mi cólera? ¿Qué sentimiento es ése cuando afectos me son los dioses? ¿No tengo hijos e ignoro que exiliados 880 estamos del país careciendo de amigos?» Con estas reflexiones comprendí que era grande mi estupidez y absurdas mis iras. Ahora apruebo tu conducta y paréceme prudente tu actitud al tomar tal alianza, mientras que yo soy necia, 885 porque de esos proyectos debí participar y fomentar su logro, ponerme junto al lecho y gozar presidiendo la boda de tu novia. Mas las mujeres somos, no diré yo que malas, pero sí como somos; rivalizar con ellas 890 no debes en maldad ni a una pueril conducta otra tal oponer. Yo cedo y reconozco que me equivoqué entonces y ahora es mejor mi idea. Hablando hacia la casa, en cuyo interior están los niños. Inmediatamente salen los niños. ¡Hijos, hijos, venid, salid, dejad la casa! Conmigo saludad a vuestro padre, habladle,895 a vuestra madre uníos en el dejar a un lado la discordia que hasta hoy con un amigo tuve, pues hay ya entre los dos paz sin rencor alguno. Tomad su mano diestra; En un aparte. pero ¡ay, cómo percibo algo de las desdichas que ocultas nos esperan! 900 ¿Vais a vivir quizá, mis hijos, muchos años en que tender podáis los brazos? ¡Ay de mí, qué propensa a las lágrimas estoy, qué miedo tengo! Hablando en alto mientras rompe a llorar. Mientras me reconcilio por fin con vuestro padre de llanto enternecidos los ojos se me llenan. 905 CORIFEO También a mí abundantes las lágrimas me brotan; que no lleguen a más los males que hoy sufrimos. JASÓN Apruebo eso, mujer, sin reprocharte lo otro; es natural que el sexo femenino se excite si nupcias subrepticias intentan los maridos.910 Pero a un mejor criterio tu corazón volvióse; al fin te has dado cuenta de cuál es el mejor partido; es ello propio de una mujer sensata. Volviéndose hacia los niños , Y con vosotros, hijos, imprevisor no fue vuestro padre al granjearos con ayuda divina 915 la total salvación; pues con vuestros hermanos seréis, creo, los próceres de la corintia tierra. Creced, pues; lo demás lo hará el que os engendró con aquel de los dioses que propicio se os muestre; que os vea yo robustos en la flor de la edad 920 y alcanzando victorias contra mis enemigos. A Medea. ¿Y tú, por qué de lágrimas se llenan tus pupilas y tu blanca mejilla vuelves sin acoger alegre las palabras que te estoy dirigiendo? MEDEA No es nada; en estos hijos pensaba solamente. 925 JASÓN Pues bien, tranquila queda; yo me ocuparé de ellos. MEDEA Así lo haré; no quiero dudar de lo que dices; mas la mujer es débil y al llanto siempre tiende. JASÓN Entonces ¿por qué tanto lloras por estos hijos? MEDEA Les parí; y cuando tú deseabas que vivieran, 930 me pregunté con pena si tal sucedería. Pero, volviendo a aquello para hablar de lo cual viniste algo está dicho y el resto lo diré. Ya que quieren los reyes que yo deje esta tierra —cosa que yo comprendo muy bien que me conviene, 935 vivir sin estorbarle ni a ti ni a los tiranos del país, pues me creen hostil a su familia—, me marcho desterrada, pero, en cuanto a los niños, a Creonte solicita que no hayan de salir para que de tú mano reciban el sustento. 940 JASÓN No sé si me hará caso, pero voy a probar. sin saberlo y creyendo que eran buenas noticias? 1010 MEDEA Y mensaje es lo que es; a ti nada reprocho. PEDAGOGO ¿Por qué entonces la vista bajas vertiendo lágrimas? MEDEA Forzoso, anciano, me es; pues eso lo tramaron los dioses y yo misma con malos sentimientos. PEDAGOGO Cálmate, que a esta tierra tus hijos te traerán. 1015 MEDEA Más bien será esta mísera quien a otros tierra dé. PEDAGOGO Muchas madres se han visto de su prole apartadas; sobrellevar los lances debe el mortal con ánimo. MEDEA Así lo haré; pero entra ya en casa y a los niños prepárales aquello que necesiten hoy. 1020 El pedagogo entra en la casa. ¡Hijos, hijos, vosotros tenéis ciudad y casa en que viviréis siempre, lejos de vuestra madre, dejando a esta infeliz padecer infortunios! Yo, en cambio, desterrada saldré para otra tierra sin gozar de vosotros ni ver vuestras venturas 1025 ni procuraros bodas en que el lecho nupcial yo pudiera adornar o llevar las antorchas. ¡Ay, pobre desgraciada, qué presunción la mía! En vano yo os crié por lo visto, mis hijos, en vano soporté dolor desgarrador 1030 en los crueles trances de vuestros nacimientos. Mas muchas esperanzas abrigaba esta mísera de que mi ancianidad cuidarais y a mi muerte piadosa sepultura me dierais, envidiable suerte para un mortal; pero ahora ya esfumóse 1035 tan dulce pensamiento; de vosotros privada llevaré una existencia de pesar y amargura. Y ya el rostro materno no verán vuestros ojos, porque será distinta la vida que tengáis. ¡Ay, ay! ¿Por qué volvéis la mirada hacia mí 1040 dedicándome esa última sonrisa, niños míos? ¡Ay! ¿Qué voy a hacer yo? Me desfallece el alma, mujeres, cuando veo sus semblantes alegres. ¡No puedo! ¡Adiós, proyectos! ¿Por qué doblar mis [penas 1044 sólo por un afán de hacer sufrir al padre 1046 con las desdichas de ellos? ¡No puedo, de verdad! ¡Adiós los planes míos! Mas ¿qué es lo que me pasa? ¿Me resignaré a ser objeto de ludibrio permitiendo que impunes mis enemigos queden? 1050 Hay que osar lo que intento. ¡Vaya con mi blandura! ¡Que tan mansas ideas admita mi alma! En casa entrad, niños. Apartándose de los niños. Si lícito no es a alguien asistir a este mi sacrificio, suya la decisión sea; pero mi mano no desfallecerá. 1055 ¡Oh, oh! ¡No, alma mía, no lo hagas! ¡Infeliz, no cometas tal crimen! ¡Déjales, a tus hijos perdona! Viviendo allí conmigo me darán alegrías. ¡No, por los vengadores soterraños del Hades, yo no voy a entregar mis hijos a que sean 1060 ultrajados en manos de nuestros enemigos! 1061 Ello está decidido; no es posible evitarlo. 1064 Y además la princesa ya habrá muerto ataviada 1065 con su peplo y diadema, bien segura estoy de ello. En fin, pues a tomar voy un triste camino y a éstos a encaminarles por otro peor aún, me despediré de ellos. Volviéndose a acercar a los niños. Dadme, hijos, vuestra mano derecha, que la pueda vuestra madre estrechar. 1070 ¡Queridísima mano, queridísima boca, figura y noble faz de mis hijos! Felices seáis los dos, pero allá, porque de lo de aquí vuestro padre os privó. ¡Dulce abrazo, piel suave, oh, dulcísimo aliento de estos niños! Marchaos, 1075 idos ya, que capaz no soy de dirigir la mirada a mis hijos, pues el dolor me vence. Los aleja y hace una señal para que los conduzcan dentro de la casa. Yo comprendo qué crimen tan grande voy a osar, pero en mis decisiones impera la pasión, que es la mayor culpable de los males humanos. 1080 CORIFEO Yo me suelo meter en pláticas hechas de modo sutil, discusiones más graves que aquellas en que a la grey femenina le incumbe el entrar. Pues también una Musa nos puede acudir que nos dicte y con juicio nos deje pensar; mas no a todas; quizá no podrás encontrar a muchas del género entero que no tengan lejos la Musa de sí. Y así digo que el hombre que nunca engendró 1090 hijos ni sabe lo que es padre ser, aventaja en fortuna a aquel otro que sí pudo prole alcanzar. Los que viven sin ellos no saben si son algo o grato o penoso los hijos; al no 1095 haber conseguido tenerlos, se ven libres de mucho pesar En cambio, al que tiene en su hogar dulce mies de hijos le veo que está sin cesar abrumado por tal o por cual sinsabor. 1100 Cómo ante todo podrán criarles bien, qué recursos un día les han de dejar; y si tales trabajos se toman en pro del que bien o el que mal va a portarse, ésa es ardua cuestión. Y hay todavía un peligro final 1105 para todos los padres que voy a indicar: supongamos que medios bastantes halló, que ha llegado el linaje a la flor de la edad, que buenos resultan; si tal un demón dispone, hacia el Hades la Muerte se va 1110 llevando los cuerpos al mundo de allí. ¿Para qué la familia si este último mal, esta pena la más dolorosa al varón que quiso hijos tener le infligen los dioses también?1115 MEDEA Hace ya tiempo, amigas, que espero los sucesos acechando las cosas que allí vayan pasando. Y ahora viendo estoy que hacia nosotras viene uno de los sirvientes de Jasón. Su anhelante respiración indica que su mensaje es malo. 1120 MENSAJERO Que ha entrado en escena muy alterado. ¡Huye, Medea, autora de este crimen tremendo y monstruoso, escápate, no rechaces ningún vehículo marino ni terrestre en tu fuga! MEDEA Pero ¿qué cosa ocurre que mi huida reclame? del veneno, goteaban cual resina de pino. ¡Horrorosa visión! Y nadie su cadáver tocaba, que su suerte de lección nos servía. Pero su pobre padre, del caso no enterado, de pronto entró en la casa y arrojóse sobre ella 1205 y empezó a sollozar y, abrazando su cuerpo, la besaba diciendo: ¿qué dios te ha hecho morir de tan atroz manera? ¿Quién a este moribundo viejo deja sin ti? ¡Ay, ojalá me quepa morir, niña, contigo!» 1210 Y, una vez que dio fin a su queja y lamento, quiso su anciano cuerpo levantar, mas quedábase, como yedra a las ramas del laurel, aferrado por el peplo sutil, y era horrible su lucha. El padre alzar quería sus rodillas, pero ella 1215 le agarraba a su vez; y, al esforzarse más, se arrancaban sus carnes seniles de los huesos hasta que el desgraciado se entregó y rindió el alma sintiéndose incapaz de vencer su infortunio. Y ahora yacen juntos la hija y el viejo padre, 1220 un desastre que nadie dejará de llorar. En cuanto a ti, no tengo nada ya que decirte: conocerás tú misma la sanción que te toca. No es la primera vez que mera sombra juzgo lo mortal; yo diría sin temor que los hombres 1225 tenidos por profundos pensadores y sabios son los que en necedad mayor incurrir suelen. Y no hay de los humanos nadie que feliz sea: uno puede tener más suerte que los otros si le afluyen los éxitos, pero eso no es la dicha. 1230 Se retira por un lateral. CORIFEO Parece que en el día de hoy a Jasón los dioses mucho mal merecido le han querido causar. ¡Pobre, qué compasión sentimos por tu suerte, tú, la hija de Creonte, que a las puertas del Hades te llevó como víctima tu boda con Jasón! 1235 MEDEA Amigas, decidido tengo el matar al punto a mis hijos y luego marcharme de esta tierra sin demoras que puedan ponerles en las manos asesinas de aquellos que me odian. Es forzoso que sin remedio mueran; y, puesto que es preciso, 1240 yo seré quien les mate, la que vida les di. ¡Ea, corazón, ármate! ¿Por qué vacilo ahora ante este hecho terrible, mas también necesario? ¡Vamos, mano infeliz mía, toma la espada, tómala, a la barrera ve tras la cual está 1245 la vida dolorosa! No te ablandes ni pienses que les amabas mucho, que les pariste; al menos en este breve día de ellos olvídate; luego podrás llorar; que, aunque les sacrifiques, les querías; en fin, soy una desdichada. 1250 Entra en la casa. CORO ¡Oh tierra y resplandeciente luz del sol mirad a esta mujer funesta antes que su mano ponga en sus hijos, mano sangrienta, mano suicida! Pues son simiente de áureo linaje 1255 y es un horror que sangre divina derramen los hombres. ¡Luz de Zeus nacida, tal delito impide, de esta casa expulsa a la triste Furia a la que los genios vengadores mueven!1260 ¡Adiós maternos cuidados! En vano una prole querida has engendrado tras forzar el paso inhospitalario de las oscuras rocas Simplégades! ¡Desventurada! ¿Por qué esa cólera terrible y ese afán de matanza después del amor? Grave es esa manera de la propia sangre; pues al parricida le causa penas que azuzan a los dioses contra su morada. 1270 UN NIÑO DENTRO ¡Ay de mí! CORO ¿Oyes la voz oyes al niño? 1273 ¡Oh miserable mujer desgraciada! 1274 UN NIÑO DENTRO ¡Ay de mí! ¿Qué haré yo? ¿Cómo escapo a mi [madre? 1271 OTRO NIÑO DENTRO No sé; hermano querido; pues perdidos estamos. 1272 CORO ¿Entro en la casa? Creo que debemos 1275 darles ayuda. UN NIÑO DENTRO ¡Sí, favor, por los dioses! ¡Que lo necesitamos! OTRO NIÑO DENTRO ¡Estamos en la red y el filo de la espada! CORO Eres de piedra, pobre de ti, o hierro, que estás matando 1280 con tu propia mano la cosecha de tus entrañas. Sólo sé de una mujer de otrora que asesinó a sus hijos queridos: Ino la enloquecida por los dioses, que fue por la esposa de Zeus enviada a la ventura. 1285 Cayó la pobre al mar y a su prole dio muerte inicua. Saltó ella misma desde la marina ribera para morir así junto con sus dos hijos. ¿Qué hay más terrible que esto? ¡Femeninas, penosas nupcias 1290 a los hombres cuántas desventuras causasteis ya! Aparece por un lateral Jasón; se dirige al coro. JASÓN Mujeres que aquí estáis de pie junto al palacio, ¿se encuentra en él aún Medea, responsable de horrendas fechorías, o la huida emprendió? 1295 Porque habrá de ocultarse bajo tierra o de alzar mediante alas su cuerpo por el éter profundo si esquivar el castigo quiere de los tiranos. Después de asesinar a los reyes de aquí, ¿cree que podrá inmune salir aún de esta casa? 1300 Pero no me preocupa tanto como mis hijos: a ella castigaránla las víctimas del crimen, pero he venido aquí para salvarles a ellos, no vayan a causarles algún mal los parientes por vengar el impío delito de su madre. 1305 CORIFEO ¡Desdichado de ti! No conoces el grado, Jasón, de tú desgracia, pues así no hablarías. JASÓN ¿Qué pasa? ¿Acaso quiere también a mí matarme? CORIFEO A tus hijos la mano de su madre dio muerte. JASÓN ¿Que dices, ay de mí? ¡Me destrozas, mujer! 1310 JASÓN Sí viven; y a vengarse van de ti cruelmente. MEDEA Los dioses saben bien quién el mal inició. JASÓN E igualmente conocen tu mente despreciable. MEDEA ¡Sigue odiando! Aborrezco tus amargas palabras. JASÓN Y yo las tuyas; fácil será ya el despedirnos. 1375 MEDEA ¿Cómo? ¿Qué he de hacer yo? También lo mismo quiero. JASÓN Déjame que a estos muertos entierre y que les llore. MEDEA No, seré yo quien con mis manos les sepulte, al recinto llevándoles de la diosa Hera Acrea, porque los enemigos no vayan a ultrajarles 1380 removiendo sus tumbas; y una fiesta con rito solemne instauraremos para siempre en la tierra de Sísifo que expíe crimen tan despiadado. Yo me iré a la ciudad de Erecteo, a vivir en ella con Egeo, vástago de Pandión, 1385 y tú, como es debido, morirás malamente 1386 habiendo visto el fin acerbo de tus bodas. 1388 JASÓN De tus hijos la Erinis que muerte te dé y Justicia también. 1390 MEDEA ¿Qué dios o qué genio tu voz va a escuchar, la voz de un perjuro y un huésped felón? JASÓN ¡Ay, ay! ¡Parricida, maldita mujer! MEDEA Ve a casa, a tu esposa enterrar debes ya. JASÓN Ya me voy, mas mis hijos me faltan los dos. 1395 MEDEA No llores aún: ya vendrá la vejez. JASÓN ¡Hijos, cómo os amé! MEDEA No, su madre, no tú. JASÓN ¿Quien les iba a matar? MEDEA Por vengarme de tí. JASÓN ¡Desdichado, quisiera a mis hijos besar 1400 en las bocas amadas, ay, triste de mí! MEDEA Ahora sí que les hablas y mimas; ayer les dejabas sin ti. JASÓN ¡Por los dioses, la piel de los niños tan suave tocar déjame! MEDEA No se puede; es inútil y vano insistir. Desaparece de la escena. JASÓN ¿Oyes, Zeus, cómo soy rechazado y de qué1405 modo me trata la leona feroz que a sus hijos de forma terrible mató? Pero, en fin, en mis manos tan sólo ahora está el llorar estos males y al cielo invocar y hacer a los dioses testigos de que, 1410 tras haber a mis hijos matado, ahora tú que les toque me impides y tierra les dé. ¡Engendrarles jamás yo debí para ver cómo han muerto a tus manos así! Se retira. El coro abandona la escena desfilando. CORIFEO Muchas cosas el Zeus del Olimpo gobierna; 1415 lo que cumplan los dioses prever no se puede. Lo esperado no dejan que llegue a su fin, consiguen que se llaga real lo imposible. Así en esta historia ocurrió..
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