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Orientación Universidad
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Dámaso Alonso Recursos Literarios, Monografías, Ensayos de Lengua y Literatura

Análisis de versos de Dámaso Alonso.

Tipo: Monografías, Ensayos

2022/2023

Subido el 19/12/2023

nazazaku
nazazaku 🇪🇸

2 documentos

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¡Descarga Dámaso Alonso Recursos Literarios y más Monografías, Ensayos en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! renunciar. El escultor en trance de utlizar hierro por mármol, acredita un legítimo derecho, “Todo aquel que en vez de bronce, se valga del cemento, pongamos por caso, no tiene por qué echar en cara la falta de nobleza de su obra, a la poca nobleza «el cemento en sí. Lo expre- sivo, que es lo que convierte en naturaleza a la materia utilizada por el artista, uo se logra en mayor o menor grado por la nobleza de la misma. Sino cuando --y ésta es la averiguación de los mejores escul- tores modernos—la nobleza de la materia utilizada no condiciona hipócrita, enmascaradamente, los resulrados plásticos. Y cuando estos resultados, como consecuencia de sus tensiones, de su vigor, de su categoría, de su importancia modélica pudiera escribirse, imponen sus leyes 4 quienes tante las necesitamos en esta e en aquella materia. «Marca» un tiempo, por consiguiente, la escultura que logra hacerse oír por sus coctáneos, a fuerza de vibración, de vincularles a estratos superiores, por las recónditas proposiciones que figurativa o abstracta- mente la animan. «Marca» un tiempo el acontecimiento plástico que en el intrincado y difícil juego de las “presencias» se convierte en una presencia absoluta, como resultado de esa carga que en el pararrayos de la escultura se refugia, convertida en savia perenne de sí mundo expresivo y formal. En realidad, cl papel de lo escultórico es crear en un tiempo y para siempre esas raíces de lo absoluto —representádo por el espacio —a las que llamamos esculturas. Que así como eternizan para los humanos, sentidos y valores fuera de lo contingente, justifican con un orden suficientemente de acuerdo con la función a que se les des- tina, csa inmensa dimensión de la que la escultura, como todas las raíces, suele ser cifra y desciframiento; presencia, suma y canto nor- maátivo,—ENRIQUE ÁZCOAGA. ALGUNOS RECURSOS RITMICOS DE, «HIJOS DE LA IRA» Se ha señalado repetidas veces la importancia global de Hijos de la ira (194%) en el desarrollo posterior de la lírica cspañola de posguerra y concretamente —entre otros, por Carlos Bousoño y José María Castellet— lo que este libro significó como rompimiento de unos moldes estróficos y rítmicos fijos (llamémoslos «clásicos») que la revista Garcilaso, como ninguna otra por esos años, representaba y defendía, Nuestra intención es precisar algunos de los recursos rítmicos más usa- dos en ese libro, contentándonos con que estas notas —que de ninguna 3u manera quieren ser completas y definiivas— ayuden a cualquier estu- dioso de este importante aspecto de la nbra poética de Dámaso Alonso. Nos parcce fundamental que, de antemano, concretemos,. sirviéndo- nos de la Métrica española, de Tomás Navarro Tomás, los conceptos: «verso semilibre» y «verso kbre», Para Tomás Navarro Tomás, cl verse semilibre «en el fondo se trata del simple grupo rítmico-semántico ele- vado a la calidad de verso por la insistencia cn determinadas medidas, por la rima voluntaria y frecuente y por la relativa regularidad de sus apoyos rítmicos», mientras que el segundo concepto se delimita porque «actúa de manera más suelta que éste -—el metro ordinario--cn la colo- cación de sus apoyos rítmicos, abarca más amplio margen en la oscila- ción de sus períodos, describe con menos regularidad el perfil de sus movimientos, pero ho parece mostrar ningún indicio de poscer natura- leza diferente ni de proceder de fuente distinta» y, al mismo ticmpo, porque «en la libertad de su ondulación, la línea de apoyos psico-semán- ticos en que el ritmo se funda llega cn ocasiones a desvanecerse en giros vagos, hasta que la reaparición de aquella unidad vuelve a hacer sentir el oscurecido compás». De acuerdo con estas precisiones, creemos necesario señalar que en ningún caso puede considerarse ni uno solo de los pocmas incluidos por Dámaso Alonso en Hijos de la ira como escritos en versos semilibres, ya que, aunque el mantenimiento de una determinada medida —en su caso, el heptasilabo y el endecasilubo—se produce en casi todos los poemas del libro, en ningún caso hemos podido rescñar cualquier tipo de rima, ya asonantc, ya “consonante, repetida a lo largo de un poema con insistencia, que, como hemos vista, es una nota necesaria para —según Navarro Tomás— considerar um poema como escrito en verso semilibre, Esto es, por tanto, lo primero a resaltar. Los veinti- cinco poemas que constituyen la segunda edición (1) de Hijos de la ira están escritos en su totalidad en verso libre. Pasemos a estudiar ya los recursos rítmicos más notables, Mantenimiento fundamental del heptasilabo y el endecastlabo-— Este es el más notable, claro y repetido de Hijos de la ira, Casi todos los poemas del libro tienen estos dos metros ordinarios como apoyo rítmico continuado. Uno de ellos, el titulado «Raíces del odio» (2), está escrito en su totalidad en estos dos metros en continua mezcla, aunque en tal caso, con intención claramente significariva, Dámaso Alonso juegue con cl rompimiento de uno de ellos en este caso un endecasilabo—, en dos metros distintos, haciendo que el lector, obligado desde un prin- cipio a mantener en su lectura, de alguna manera, un ritmo impuesto (1) Espasa-Calpe. «Colección Austral». 1946. La primera edición cs de 1944 Revista de Occidente, (2) Para este trabajo hemos usado solamente la segunda edición, la de 1946. 32 que me están royendo el mundo y mi alma, que me están royendo mi alma toda hecha de pequeños insectos metálicos... Pero éste es un caso en el que, por su claridad, no creernos nece: sario hacer ningún comentario, Más nos interesa reseñar cómo en algu- nos poemas, en cl que el mantenimiento del heptasílabo y el endecasí- labo constituyen la apoyatura rítmica del poema, cuando ésta desapa- rece, el poeta se sirve claramente de la anáfora como su sustituto, En el caso que copiamos a continuación, perteneciente al poema «El alma era lo mismo que una ranita verde», la repetición no es totalizada en uno de los casos («tú»), pero creemos que puede servirnos igual- mente de ejemplo, añadiéndolo a la repetición de «como» y de «me», ¡Ay, Dios, cómo me has arrastrado, cómo me has desarraigado, cómo me levas en tu invencible frenesí _cómo me arrebatáste hacia ta amor! Yo dudaba. No, ña dudo: dame tu incógnita aventura, tu inundación, ta océano, tu final, la tromba indefinida de tu mente dame tu nombre en Ú, En este caso a la repetición de las palabras se añade la aliteración de consonantes nasales de los últimos versos, y para nosotros, eviden- temente, el juego, en el antepenúltimo verso de reunir en una sola palabra corta, «mente», con el antecedente inmediato de «tu», las dos palabras que usa como apoyo rítmico. Otro ejemplo claro de este recurso lo encontramos en el poema ti- tulado «Dolor»: y de pronto le viera, £recer, Crecer, Crecer, hacerse adulto, crecer y convertirse en un gigante, crecer, pujar, y ser ya cual los montes, pujar, pujar, y ser como la vía láctea, pero de Juego, £recer, aún, aún, ay, Crecer siempre. 375 donde, como se ve, se entremezclan las repeticiones de las palabras «crecer» y «pujar». En este caso la anáfora se acentúa por la rima asonante interna (repetida) en los dos versos más largos «crecer, pujar y ser ya cual los montes» y «pujar, pujar y ser como la vía láctea», con las'dos palabras «ser» y «cual» que respectivamente riman con «crecer» y «pujar» (3). El uso de la aliteración como el único soporte rítmico.—Ya hemos señalado el uso de la aliteración como una apoyatura rítmica de la que Dámaso Alonso se sirve a lo largo de Hijos de la tra, pero como acentuación de otro sistema usado con mayor insistencia y valor. Pero queremos señalar ahora el:uso de la aliteración como único soporte rítmico del poema, Este recurso se repite varias veces, Queremos seña- lar el caso, para nosotros, más claro y significativo, Se trata de una de las estrofas de «En el día de los difuntos». Es una de las últimas. El poema ha ido discurriendo en versos que se apoyan en el juego hcptasilabo-endecasílabo. La estrofa anterior a la que nos interesa ter- mina en tres heptasilabos perfectos (dos de ellos estructurados cn un alejandrino) e inmediatamente desaparece para dar entrada a una es- trofa entera, en la que la única apoyatura que se usa cstá formada por la aliteración; en este caso una doble aliteración de nasales, solamente n y m y de eses: Oh, nunca os pensaré, hermanos, padre, amigos, con vuestra carne fumena, en nuestra diaría servidumbre, en hábito o en afición semejantes a las de vuestros tristes días de crisálidas. No, no, Yo os pienso luces bellas, luceros, fijas constelaciones de un cielo inmenso donde cada mintto, innumerables lucernas se iluminan (4). Otro ejemplo de la misma naturaleza —pero éste solamente de nasa- les— la encontramos en el poema titulado «A la Virgen María», cn la segunda estrofa del poema: cuando Ta siento subir como una turbia marea de musto, ni sé lo que es el pozo del sueño cuando mis menos y mis pies con delicia se anegan y, hundiéndose, aun palpan el agua cada vez más hu- manamente profunda. (3) Un poema se funda principalmente en este recurso rítmico: «Mujer con alcuza», - (4) Es de notar cómo cuando la aliteración de nasales desaparece para dar entrada a los tres versos en donde se produce la otra, en el verso central de éstos de nueva aliteración, se reproduce la interrumpida de nasales ul principio del versa con. los dos adverbios negativos: No, no. 376 Mantenimiento interno de una vocal tónica o de varias.—Es este un recurso repetido varias veces en Hijos de la ira. En los dos casos en que vamos a reseñarlos se produce como un reforzamiento de la * apoyatura de endecasílabos y heptasilabos ya mencionada. En el pri- mer ejemplo el reforzamiento se consigue por el mantenimiento interno de las vocales + y t, precisamente en aquellas palabras en cuyas sílabas recae un acento rítmico futidamental. Es este el ejemplo que se encuentra en el poema titulado «La in- justicia»: 5í, del abismo llegas hosco sol de negruras, llegas siempre, onda turbia, sin fin, sin fin, manante, contraria del amor, cuando él nacida en el día primero, Tú empañas con tu mano de húmeda noche los cristales tibios donde al azul se asoma la niñez transparente, cuando apenas era tierna la dicha, ye estrenaba la loz y pones en la nítida mirada la primer lama verde de los turbios pantanos. Tú amontonas el odio en la charca inverniza del corazón del viejo, y azuzas el espanto de su triste jauría abandonada que ladra furibunda en el hondón del bosque. El oro ejemplo que recogemos de «Elegía a un moscardón azul» consigue el reforzamiento por la repetición interna de las vocales a y o. Es de notar cómo Dámaso Alonso termina la estrofa con la reunión final de las dos vocales, en dos palabras monosilábicas últimas: árbol, arbusto, flor, colina, cielo con nubes a sin nubes, y, Ya rojos, ya grises, los rejados del hombre. Nada más. Es una granazón, una abundancia, es un tierno pujar de jugos hondos, que levanta el amor y Dios ordena en nódulos y en haces, un dulce hervir no más. 3 siempre es la misnio.
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