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David bushnell una nación a pesar de si misma, Apuntes de Religión

Colombia una nación a pesar de si misma de David bushnell

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 06/12/2019

natybarguil
natybarguil 🇨🇴

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¡Descarga David bushnell una nación a pesar de si misma y más Apuntes en PDF de Religión solo en Docsity! ​la apologética La apologética es la argumentación para dar una explicación, reporte e incluso defensa sobre la posición o sistema de un tema. De hecho, el término ​apologética proviene de la palabra griega clásica ​apologia​. Comunicar una ​apologia significaba entonces dar una explicación para responder y refutar acusaciones, al igual que en el famoso caso de la defensa de Sócrates. Esto puede sonar formal o intimidante, pero no debería serlo. Diariamente utilizamos la apologética en nuestras oficinas, aulas de clase y salas de estar. Cada vez que defendemos una decisión en un informe, o citamos ejemplos para contradecir una declaración, o defendemos nuestra posición acerca de un tema, estamos practicando la apologética. Por tanto, ¿qué es la apologética ​cristiana​? Para nuestros fines, definiremos la apologética cristiana de la siguiente manera: Disciplina que consiste en ofrecer y presentar defensa y evidencias de la veracidad y confiabilidad de la fe cristiana. La apologética difiere del evangelismo con énfasis—aunque ambos están ciertamente entrelazados. El evangelismo ​explica la verdad del evangelio: quién es Jesús, qué es el pecado, y cómo podemos ser salvos de la muerte eterna. La apologética ​defiende la veracidad y confiabilidad de esas afirmaciones, y brinda una crítica contra falsas aserciones. Observa que la apologética cristiana es defensiva—defiende la veracidad y confiabilidad de las Escrituras—y es ofensiva—ataca las falsas enseñanzas y cosmovisiones antibíblicas. Cuando hablamos de atacar, no nos referimos a una violencia física. Los contrincantes de los cristianos no son otras personas, sino la incredulidad. Lo que decir con atacar es un compromiso proactivo y crítico de destruir las mentiras que Satanás disfrazaría como verdad, para llamarlas por lo que son: error e incredulidad. Un apologista cristiano es aquel que defiende el evangelio, mientras que también critica la incredulidad. II. ¿Para quiénes es la apologética cristiana? Para los cristianos. 1. Pedro 3:15 nos da la siguiente declaración, «sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa (apología) con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros». Esta «esperanza» de la que Pedro habla, es la esperanza de la vida eterna con Dios, la esperanza de la Resurrección. Pablo dice en 1 Corintios 15 que, «y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados… [y] Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres». ¿Por qué los cristianos creen en un antiguo rabí judío ambulante de Nazaret que fue asesinado y que resucitó del sepulcro? La respuesta puede ser parte del evangelismo, pero es directamente parte de una apologética cristiana. Los cristianos deberían ser capaces de criticar las cosmovisiones antibíblicas. En 2 Corintios 10, Pablo escribe, «Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo».Observa que Pablo no añade requisitos. Él no dice que solamente los intelectuales tienen derribar todo argumento, o que sólo los capacitados por la Ivy League tienen que desafiar los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios. No, la instrucción de Pablo aquí es para la iglesia en Corinto, y su clara expectativa es que todos los cristianos en la iglesia deberían poder enfrentarse en sentido crítico a verdades no bíblicas. En una aplicación práctica, creyente, eres llamado a estar preparado para «militar», desafiando y criticando las enseñanzas antibíblicas que se opongan a la verdad sobre la persona y obra de Jesús. Esto no quiere decir que debes tener un doctorado o que debes asistir a un seminario. Significa que si eres cristiano, necesitas hacer avanzar la verdad del evangelio, cortando la maleza de mentiras y falsos supuestos que desordenan la visión del evangelio. 3. Los cristianos deberían usar sus mentes e intelecto para la gloria de Dios. ​Observa también que en 2 Corintios 10, Pablo dice que los cristianos deben llevar cautivo todo pensamiento a Cristo. En Mateo 22, Jesús dijo que el gran mandamiento es, «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente». Parte del discipulado normal de un cristiano al seguir a Jesús debería ser «amar a Dios con su mente», es decir, usar su intelecto y mente en su evangelismo, discipulado, y apologética. Puede que en nuestra impulsada congregación de tipo A sea algo usual para nosotros pensar cómo podemos aprovechar todo el poder de nuestras mentes por el bien del evangelio. Pero cabe destacar que ​históricamente​, al menos en décadas recientes, ésta es un área en la que los evangélicos han fallado. Hay muchísimas razones para esto, el punto es que ser un discípulo de Jesús no implica que debes dejar tu cerebro en la entrada. Como cristianos, no debemos temer en procurar la verdad. De hecho, uno de los apodos de la Reforma—el redescubrimiento de la confiabilidad y del mensaje de la Escritura—fue el clamor de que «toda verdad es la verdad de Dios». ¿Cómo es esto posible? La verdad es más que una colección de ideas. La verdad es una persona, y su nombre es Jesús. ​Ap. 19 dice que Jesús es fiel y verdadero. Jesús dice en Juan 14: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida». Seguir a Jesús no quiere decir que tienes que apagar tu cerebro, no. Significa entregar todo lo que eres—tu corazón, mente y alma—a él. Parte de nuestra mayordomía como seguidores suyos es usar las habilidades que Dios nos ha dado—nuestro intelecto, así de caído como es—para su gloria. No confiamos en estas facultades, al contrario, las sometemos a Dios y las usamos con el fin de glorificarlo. ¿Cómo glorificamos a Dios? Por último, el propósito de estudiar la apologética y las visiones del mundo no es ganar debates o parecer intelectuales, sino ganar corazones defendiendo la verdad del evangelio y desafiando ideas falsas. El objetivo de estudiar las cosmovisiones y la apologética es que tú y yo podamos involucrarnos mejor con nuestros amigos, vecinos, colegas, compañeros de clase y familiares para comunicarles sabiamente la verdad y confiabilidad del evangelio, y defenderlos de falsos maestros, de suposiciones incorrectas y de la incredulidad. Queremos ayudar a personas no cristianas a cuestionar la veracidad y la confiabilidad de algunas de sus creencias, y ayudarles a reconocer la racionalidad de las creencias cristianas. Pablo tomaba en serio la apologética porque entendía los riesgos. Espiritualmente, la apologética es una guerra, no un juego de mesa. El objetivo de la apologética es preservar la vida de otro al ayudarle a entender la verdad, no anotar puntos en una pizarra espiritual. Pablo dijo en Efesios 6 que, «no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes». Nuestro oponentes no son las personas inconversas. Nuestros oponentes son la incredulidad y las falsas creencias. Y, en un nivel más fundamental, como cristianos, nuestro oponente es aquel que se opone contra Dios mismo. Las falsas enseñanzas y las mentiras comenzaron el huerto con el mismísimo Padre de mentiras, Satanás. En 2 de Tesalonicenses 2, hablando de la naturaleza de Satanás, Pablo dice, «inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos». La disciplina de la apologética es una obra espiritual por el bien de los no creyentes y por el bien de la gloria de Dios en una verdadera e incesante guerra espiritual. IV. ¿Cuáles son los enfoques de la apologética? Históricamente, la apologética cristiana ha caído en uno de estos dos campos. El primero es popularmente conocido como la escuela evidencialista—donde el enfoque se encuentra en usar evidencia objetiva en la apologética. El segundo es la escuela presuposicionalista—donde el enfoque está en las suposiciones de los no creyentes sin el Espíritu Santo. Evidencialista El principal enfoque de la apologética evidencialista es la idea de que podemos y deberíamos usar las evidencias objetivas o demostraciones, que Dios nos ha dado en el orden creado, como parte de nuestras pruebas y de nuestra persuasión en la apologética. R.C. Sproul es un famoso evidencialista. Por ejemplo, la creación testifica a un Creador, y nosotros deberíamos emplear esa creencia como parte de nuestra evidencia de que Dios existe. Escuelas presuposicionalistas de la apologética Los presuposicionalistas enfatizarían que las evidencias no convencerán a los incrédulos de seguir a Dios, porque las personas son gobernadas por sus presuposiciones, las cuales—sin la obra regeneradora del Espíritu Santo—están naturalmente orientadas en contra de Dios. Por tanto, ellos alegarían que no podemos demostrar que Dios es real o defender el evangelio usando nuestras propias pruebas o evidencias. Van Til, del Seminario Westminster, es un reconocido presuposicionalista. Este seminario básico combina ambos enfoques. Este curso alegará que deberíamos usar evidencias y pruebas al defender la fe cristiana Y que, sin importar cuán buenas sean nuestras pruebas y opiniones, nadie puede creer en Dios sin su obra salvadora. Hemos estado contrastando varias cosmovisiones en las recientes semanas, pero ​no estamos contrastando los enfoques apologéticos durante este curso. Los dos enfoques son complementarios, no contradictorios. para concluir, la apologética demuestra que la fe cristiana no es solamente una cuestión de preferencias, sino que aborda los objeciones, elimina los errores conceptuales sobre la fe, brinda evidencias y argumenta a su favor, y demuestra las debilidades del ateismo y damos sistemas de creencias. El nuevo testamento establece un modelo para la apologética cristiana y ordena aplicarla. el término griego apología, del cual proviene la palabra apologética que nosotros usamos, se usa para describir una justificación como se aplica en una defensa legal o argumentacional. ​Doctrina básica El american collegue dictionary (diccionario americano)define doctrina como ‘ un principio particular enseñado o promocionado, un cuerpo o sistema de enseñanza relativo a un tema en particular dogma precepto, creencia’. entonces, doctrina, en su en su sentido más amplio, podría ser cualquier enseñanza o creencia enseñado por cualquier persona. la palabra doctrina aparece más de 50 veces en la biblia. mencionando se varias veces en el antigua testamento siendo utilizado con frecuencia en el nuevo testamento. la frase en latín sola scritura expresa una verdad fundamental. significa que la biblia es el realidad la única autoridad para la fe cristiana. esto es lo que la biblia dice por sí misma. El apóstol pablo cuando le estaba escribiendo al joven evangelista timoteo, le dijo;’ toda la escritura es inspirada para DIOS’ y útil para enseñar, para radarguir, para corregir, para instruir en justicia (2 timoteo 3:16) peculiarmente la palabra doctrina tiene varios significados ¿pero como saber cual es la doctrina verdadera ? en la biblia como se menciono anteriormente la palabra doctrina aparece mas de 50 veces en la biblia teniendo un protagonismo muy notable escrito por varios autores. para definir la doctrina básica cristiana, para un cristiano es importante saber sobre estas doctrinas y así saber cuales son los grupos no cristiano. Un producto pensado, también, para un consumidor extranjero lo bastante desinformado o intoxicado por las grandes agencias de la información para confiarse de que las colas por productos regulados todavía existen y que no hay productos en los anaqueles. Pero a su vez el documental, y eso sí hay que agradecérselo a Gustavo Arroyo, es una ventana en alta definición para visualizar el estado de la salud mental del antichavismo. Por ejemplo, frases como las del banquero Roberto Smith, quien afirma que desde que llegó Jorge Rodríguez al CNE, «un experto en manipulación de masas» según el también militante del partido de María Corina, más nunca hubo una «elección libre» en Venezuela. La sentencia de Smith fue acallada por las imágenes que vendrían minutos después: la celebrada victoria opositora en la reforma constitucional del año 2007, donde David Smolansky, Yon Goicoechea, Freddy Guevara, también entrevistados en el documental, salieron del cascarón «estudiantil». A ese movimiento «Manos blancas» de 2007, Gustavo Arroyo le da un énfasis particular. Reafirma desde el montaje que el clímax de esa «lucha» fue el triste papel de los estudiantes de las universidades privadas quitándose unas franelas rojas en la sede del hemiciclo de la Asamblea Nacional. Arroyo supo cómo economizar sentimentalmente ese momento, pues ante el apabullante discurso de Robert Serra y Héctor Rodríguez no había mayor victoria que narrar. Todos recordamos ese día desde el tartamudeo de Yon Goicoechea y la pésima oratoria de quienes lo acompañaban. Smith más adelante continuó con su disertación. Según él, la tragedia de Vargas de 1999 era un «augurio» de lo que le iba a pasar a Venezuela con Chávez, una analogía que, por más presentación de hallazgo filosófico que le haga Arroyo, en realidad conjuga lo peor de las quinielas caídas de Adriana Azzi con las peores canciones de Alejandro Sanz. Y es esa deriva de sentimentalismos y facilismos intelectuales la que marca la obra intelectual de Arroyo. Lilian Tintori afirma que su marido, Leopoldo López, «es la expresión del verdadero venezolano», negando que la mayoría de la población no resalta por tener rasgos afrancesados, y que lo peor de la situación actual es lo siguiente: «ya la gente no sonríe como antes». Sobre el golpe de Estado del 11 de abril, el documental reincide en la falacia de que los criminalizados «pistoleros» de Puente Llaguno asesinaron a los asistentes en la marcha y que los francotiradores dispuestos en la avenida Baralt fueron enviados por Chávez. Le da un barniz de versión profesional a esa «tesis», ampliamente desmontada por planimetrías y estudios científicos, el director del Foro Penal, Gonzalo Himiob, y José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch. Minutos después se observa a un Ismael García hablando sobre la «corrupción del gobierno». A un banquero como Oscar García Mendoza, cuestionando el saqueo del «rrrégimen». Ambas voces probadas, precisamente, en el saqueo y la corrupción. Comentarios sobre el mal que le hizo a Venezuela «las groserías de Chávez», sus ataques verbales e insultos jocosos a dirigencias de la oposición, culmina ese segmento marcado por clichés que sólo buscan reforzar la posición del sector más lesionado del antichavismo. El documental de Arroyo es, en términos psicológicos, un ejercicio de proyección de los temores, ficciones y traumas de los cuales adolece el antichavismo. Confirma el lugar de enunciación desde donde observan y procesan la realidad venezolana: como una novela mexicana, de esas que están plagadas de traiciones, bajas pasiones, melodías melancólicas y finales fantasiosos. Y allí la industria cultural chatarrera ​made in USA tiene mucho que ver, abrió la ventana para que el bodrio de Arroyo entrara sin resistencias. Pero también proyecta la imagen fantasiosa y a la vez fascista que tienen del chavismo: una banda de malandros pobres, narcotraficantes, negros y feos, que supuestamente forman parte de un plan macabro del castrismo para llevar a Venezuela hacia una especie de comunismo tropical. Y lo más paradójico es que después de tantos años de agresiones culturales y simbólicas, se muestran sorprendidos de que el chavismo no le dé su voto a la oposición. Es lógico: esa población criminalizada por mestiza y pobre no va a entregarle el Gobierno a quienes le ofrecen como única opción correr la misma suerte que Orlando Figuera. Fin de la tortura  Pero no es hasta los últimos minutos del documental que se develan los verdaderos intereses políticos de la pieza de Arroyo. Cierra Luis Almagro y su asesor Luis Moreno Ocampo, ambas posturas acompañadas por la de Tamara Sujú, afirmando la urgente necesidad de procesar al Gobierno venezolano por la comisión de delitos contra la humanidad. Es una obviedad que el documental es un medio para remolcar esta agenda a nivel internacional. El sobreuso de la imagen de María Corina Machado, por su parte, también describe la necesidad de la ultra por levantar a troche y moche la imagen de la prístina hija de la oligarquía caraqueña. Y es que el objetivo del documental, más allá de sumar otro pasivo psicológico a la población, no parece ser otro que publicitar la figura de María Corina como la única que entiende lo suficientemente a Venezuela para arrastrar todos los patrocinios internacionales. Pero entre el Mundial de Rusia 2018 y la atención de la población centrada en resolver su cotidianidad, la obra de Arroyo ha pasado sin pena ni gloria. Aunque no se descarta récord de audiencia en donde la diáspora clase media necesita una nueva novela para seguirle temiendo a su propio país.
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