Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

descargar de docsity sin puntos, Resúmenes de Física

descargar de docsity sin puntos

Tipo: Resúmenes

2021/2022

Subido el 04/09/2022

anderson-julian-medina-valderrama
anderson-julian-medina-valderrama 🇨🇴

5

(2)

4 documentos

1 / 4

Toggle sidebar

Vista previa parcial del texto

¡Descarga descargar de docsity sin puntos y más Resúmenes en PDF de Física solo en Docsity! COMPETENCIA Y COOPERACIÓN Por David Boaz En este ensayo, David Boaz, académico y vicepresidente ejecutivo de un instituto de políticas públicas, expone la relación entre la competencia y la cooperación, que suelen presentarse como alternativas opuestas: una sociedad se organiza de acuerdo con uno de esos principios o bien con el otro. Por el contrario, según explica Boaz, en los sistemas económicos capitalistas se compite a Fin de cooperar con los demás. David Boaz es vicepresidente ejecutivo del Cato Institute y asesor de Students For Liberty. Es autor de Libertarianism: A Primer y editor de otros quince libros, entre ellos The Libertarian Reader: Classic and Contemporary Writings from Lao Tzu to Milton Friedman. Ha escrito para periódicos como el New York Times, el Wall Street Journal y el Washington Post, es comentarista frecuente de radio y televisión, y escribe blogs de manera periódica para Cato@Liberty, The Guardian, The Australian y la Enciclopedia Británica. Los defensores del proceso de mercado suelen destacar las ventajas de la competencia. El proceso competitivo permite la constante puesta a prueba, experimentación y adaptación en respuesta a situaciones cambiantes. Mantiene a las empresas siempre alerta para atender a los consumidores. Tanto desde el punto de vista analítico como empírico, se observa que los sistemas competitivos producen mejores resultados que los sistemas centralizados o monopolísticos. Por eso es que en libros, artículos de prensa y apariciones en televisión, los partidarios del libre mercado subrayan la importancia del mercado competitivo y se oponen a las restricciones a la competencia. Pero son muchos los que, cuando escuchan elogios a la competencia, oyen palabras como hostil, feroz o despiadada. Se preguntan si no sería mejor la cooperación en lugar de la postura antagonista para con el mundo. El inversor multimillonario George Soros, por ejemplo, escribe en el Atlantic Monthly: “Mucha competencia y muy poca cooperación pueden causar una inequidad e inestabilidad intolerables”. Agrega que su “principal argumento (...) es que la cooperación forma parte del sistema tanto como la competencia, y la frase ‘la supervivencia del más apto’ tergiversa este hecho”. Cabe mencionar que la frase “la supervivencia del más apto” es rara vez usada por los partidarios de la libertad y del libre mercado. Se acuñó para describir el proceso de la evolución biológica y para referirse a la supervivencia de los rasgos mejor adaptados al entorno; bien podría aplicarse a la competencia empresarial en el mercado, pero ciertamente no con la intención de implicar la supervivencia solo de los individuos más aptos en un sistema capitalista. No son los amigos sino los enemigos del proceso de mercado los que emplean la frase “la supervivencia del más apto” para describir la competencia económica. Es necesario aclarar que aquellos que afirman que los seres humanos “están hechos para cooperar, no para competir”, no comprenden de manera cabal que el mercado es cooperación. De hecho, como se expone a continuación: el mercado es el conjunto de personas que compiten para cooperar. Individualismo y comunidad De igual manera, los opositores al liberalismo clásico se han apresurado a acusar a los liberales de favorecer un individualismo “atomístico”, en el que cada persona es una isla en sí misma, que solo busca su propio beneficio sin considerar las necesidades o deseos ajenos. E. J. Dionne, Jr., del Washington Post, ha escrito que los libertarios modernos creen que “los individuos vienen al mundo como adultos plenamente formados que deben hacerse responsables de sus acciones desde el momento en que nacen”. El columnista Charles Krauthammer señaló en una reseña del libro What It Means to Be a Libertarian, de Charles Murray, que hasta la llegada de Murray la visión libertaria era “una raza de individualistas ariscos, cada uno de los cuales vivía en una cabaña en la cima de una montaña rodeada de alambre de púas y con un cartel de ‘Prohibido pasar’”. No me explico cómo omitió agregar “cada uno armado hasta los dientes” en esa descripción. Desde luego, nadie cree realmente en la clase de “individualismo atomístico” que a los profesores y columnistas les gusta ridiculizar. Es un hecho que vivimos juntos y trabajamos en grupos. No está claro cómo se puede ser un individuo atomístico en nuestra compleja sociedad moderna: ¿significaría comer solamente lo que uno cultiva o cría, usar vestimenta hecha por uno mismo, vivir en una casa construida por uno mismo, limitarse a medicamentos naturales extraídos de las plantas? Algunos críticos del capitalismo o defensores de la “vuelta a la naturaleza” –como el Unabomber, o Al Gore si realmente creyera lo que escribió en La Tierra en equilibrio– podrían apoyar semejante proyecto. Pero pocos libertarios desearían mudarse a una isla desierta y renunciar a los beneficios de lo que Adam Smith llamó la Gran Sociedad, la sociedad compleja y productiva que la interacción social hace posible. Podría pensarse, por lo tanto, que cualquier periodista sensato se detendría, observaría las palabras que ha escrito y pensaría: “Debo de haber tergiversado esta postura. Debería ir a leer de nuevo a los autores libertarios”. En nuestro tiempo esta falacia –sobre el aislamiento y la atomicidad de las personas– ha resultado ser muy perjudicial para los partidarios del proceso de mercado. Cabría aclarar que estamos de acuerdo con George Soros en que “la cooperación forma parte del sistema tanto como la competencia”. De hecho, consideramos la cooperación tan esencial para la prosperidad humana que no deseamos únicamente hablar de ella: deseamos crear instituciones sociales que la posibiliten. De eso se tratan los derechos de propiedad, la intervención limitada del gobierno y el Estado de Derecho. En una sociedad libre, los individuos gozan de derechos naturales e imprescriptibles y deben cumplir sus obligaciones generales de respetar los derechos de los demás individuos. Nuestras otras obligaciones son las que elegimos asumir por contrato. No es casual que una sociedad fundada en los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad también genere paz social y bienestar material. Como lo demuestran John Locke, David Hume y otros filósofos del liberalismo clásico, necesitamos un sistema de derechos que produzca cooperación social, sin lo cual las personas no pueden hacer mucho. Hume sostuvo en su Tratado de la naturaleza humana que las circunstancias con que nos enfrentamos los humanos son 1) el interés propio, 2) nuestra generosidad necesariamente limitada para con los demás, y 3) la escasez de recursos disponibles para satisfacer nuestras necesidades. Dadas esas circunstancias, es necesario que cooperemos con otros y que tengamos normas de justicia –en especial relativas a la propiedad y al intercambio– que definan cómo hacerlo. Esas reglas establecen quién tiene derecho a decidir cómo utilizar una porción de propiedad. Si no hubiera derechos de propiedad bien definidos, nos encontraríamos en constante conflicto respecto de ese tema. Es nuestro acuerdo sobre los derechos de propiedad lo que nos permite llevar a cabo las complejas tareas sociales de cooperación y coordinación mediante las cuales logramos nuestros objetivos. Sería maravilloso que el amor pudiera cumplir ese cometido, sin todo el énfasis en el propio interés y los derechos individuales, y muchos oponentes al
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved