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Top GITLIN
LA TERSA
UTOPÍA DE DISNEY
AAA A
Profesor de periodismo y sociología en la New York University, autor de
The Twilight of Common Dreams, la novela Sacrifice (ganadora del
premio Harold U. Ribalow 2000) y de la obra por publicarse Infinite
Glimmer: Life in a Torrent of Media, Gitlin ensaya una explicación
del éxito del mundo Disney y de la cultura popular norteamericana.
TEL MUNDO ES UNA. ALDEA GLOBAL, ALGUNOS VIVEN EN RESIDENCIAS
en las colinas y otros en chozas. Unos mandan imágenes y sonidos por
toda la ciudad con sólo oprimir sus botones, a fin de que otros los re-
ciban nada más tocar sus botones.
Algunasimágenes dejan huella, otras
pasan sin pena ni gloria, Pero la metáfora de Marshall McLuhan revela una
indispensable verdada medias. Sihay unaaldea, habla en inglés:
viste de jeans, bebe Coca-Cola, come hajo los arcos dorados,
camina sobre las suelas de Nike, toca guitarras eléctricas, reco-
"noce a Mickey Mousc, a Barl Simpson, a E.T., a Pamela Ander-
son y a Steven Spielberg.
Hollywood es la capital cultural global, capital en ambos
sentidos. Los Estados Unidos presiden una especie de Banco
Mundial de los estilos y los símbolos, un Fondo Cultural Inter-
nacional de imágenes, sonidos y celebridades. Puede ser que
empresas multinacionales e nidenses, canadienses, curo
peas o japonesas distlbuyan los productos, pero su propiedad
E 8 másdispersaquelos estilos, lostemas e imágenesque ponen
en cireulación, elementos que no sufren transformaciones
apreciables al cambiar de propietario. La segunda exportación
más grande de los Estados Unidos es el entretenimiento, inme-
diatamente después de la industria espacial. Apenas nadíc
escapa de su fuerza tamultuosa.
lar. de los, Estados Unidos.
cercano 2 una,
razona cultural (sdocada distibaycado gu
partidosdeliberad.riqueza comodidad nos:
12 : Letras LIBRES
doquier, losaficionadosaladiversión,loscazadores de eficia
americafilicos y americafóbicos atraviesan los portales de Dis-
ney y losarcos de McDonald's enfundados en unos pantalones
Levi's, con saco de Gap y tenis Nike. Quizá crean o descantien,
disfmten o desprecien lo que viven ahí, pero regresan por más
de estos símbolos, y es su experiencia, por diversa informal que
sea, lo que define la participación de los Estados Unidos sa,
unificación muncial, heredera y 21.0
cance.a la.de los romanos,
ancs,a la de los tomas
aunque sin ejército mu dio:
do
la
Sha entidad capaz de orquestas mejor esta comunidad
que la corporación portadora del nombre de su empresario
fundador: Walt Disney. Desde películas hasta historictas, pro-
ramas de celevisión, parques temáticos y todos los accesorios,
Disney arma la tersura. Después de pasar años de indolencia,
Michael Eisner, non plas ultra del marketing de la Paramount/ABC,
resucitó la compañía formada par Walt, la colocó de nuevo en
el negocio arrollador del cine, produjo obras musicales, hizo
ABRIL 2001
proliferar nuevos y más chillantes parques temáticos. La empre-
. sa que lleva el nombre de su fundador obriene 22 mil millones
: de dólares anuales por ventas. Su valor en el mercado a princi
, pios de 2001 era de cerca de 52 mil millones de dólares, Top Story
- batió el récord de taquilla en Shanghai, atrayendo un público
de un millón de personas de una población total de trece
_ millones, Según el director ejecutivo de la empresa, el propio
: Ejsner, el gasto per capita en productos de Disney en los EE.UU.
> es de 65 dólares. En Japón, donde los artefactos de Disney se
, vendenen centros turísticos, es de 45 dólares. En Francia, donde
los intelectua:es declararon a Eurodisney un “Chernobil de la
¿ coltura” al inaugurarse en 1992, la cifra también es de 45 dólares,
Dígase lo que se diga de Disney, esta empresa haa cenido éxito,
lo tiene y muy probablemente lo seguirá teniendo. Su éxito
estriba en su omaipresencia,
¿Cómo entender a la niñita japonesa que le pregunta a un
torista estadounidense: “¿De veras existe Disneylandia en los
Estados Unidos?” Ella cree que Disneylandia es su propio
E espacio de bienestar, una utopía universal, privada. Es de fiar.
: Sus personajes son señales de la suerte de estar vivos. No le por-
E tencce más a los Estados Unidos que la Iglesia Católica a Roma
vet istamismo a la Meca.
El imperialismo de los Estados Unidos es la respuesta fácil y
ñosa a la pregunta de cómo Disney se hizo omnipresente,
igual que el resto de la cultura popular de los Estados Unidos:
ero así como no se imponen a una población reacia las imá-
Égones de los medios de comunicación que chorrean por todos
os Estados Unidos, tampoco el poder empresarial, político o
úlitar impone con brutalidad esc torrente en el extranjero. Lo
p creciente han difundido orxas culturas mundiales, pero
predominio de los estilos y contenidos de los Estados Unidos
esdeese tipo. No rige desde lo alto. Verloasí esentender mal
poder. Es suave y reciproco: se siente bien. —
Purtcieloquesellana “demanda” comienza por.curiosidad
lo con la ocupación americana (como sucedió con el beisbol en
kio, La Habana y Santo Domingo, o las versiones filipinas de
¡1 baladas estadounidenses en Manila). En otras ocasiones esa
igido a atra parte, pero sa recon-
lleno de películas norteamericanas, ya que los Estados
s fan sido los primeros en producir una culfara de la
e produce la resonancia y algunas exportaciones
ni una acogida vertiginosa. Pero, en general, la cultura
ABRIL 1001
popula: estadounidense es popular porque —y en la medida en
que- el empuje de sus exportaciones encaja con lo que pide el
público. La forma casa con sí contenida, Los estilos. de diver-
sión bruñidos, veloces, evanescentes delos Estados Unidos -así
como su compromiso de promover la diversión—encajan con el
desarraigo, el desplazamiento y el deseo de hoy.
Disney levantó un imperio de ocurrencias. Llegó pronto, creó
una marca y una orgapización. Fue despiadado, quería aman-
sar a lus sindicatos y dirigir de paso un terror anticomunista.
Con todo, tenía genio. No fue el primero en hacer dibujos
animados, ni el mejor, pero sí el primero que les puso música,
cl primero en darles voz y efectos sonoros —pelp!, squeal!, smacle/—
y luego fue el primero que utilizó el tecnicolor, Como ha scña-
lado el crítico Richard Schickel, era bromista y un eficiente
editor. Fue el primero en utilizar largometrajes animados. La
eficiencia fue fundamental para su éxito. Como Henry Ford, se
hizo productivo dividiendo el :rabajo entre varios grupos de
animadores. Como la General Motors, mejoró su producto con
cambios periódicos de modelos
Disney. entendia la premo: cersal y la importancia
de.sogistrar los productos; había comenzado con un dulce de
malvavisco cubierto de chocolate que anunciaba asu propio per-
sonaje Oswald el Conejo dela Suerte, en 1927. En el decenio de
1950 lue el primer jefe de Hollywoed que superó el prejuicio
contra la pantalla chica y produjo un programa semana! de te-
levisión. Sabía lo que es la “sinergia” antes. de convertizse ésta
en lugar común de las. empresas. Su serie Disaelandia le hizo
propaganda a su nuevo parque temático situado en Anaheim,
California. Después prliferaon otros. Más adelante su empre=
sa formó su propio canal de celevisión pagada, y compró la aC.
Walt_captó. muy pronto el principio de saturación que más
adelzute formuló Michael Eisner; “Hay que llegar al público;
hay, que eludir los porteros que impiden la entrada de tus
pros ía.sus propios parques y canales de televisión,
todos los conductos necesarias. Los llenó con el estilo Disney y
'mantavo fyeza ada competencia.
Comacasitoda la cultura popular estadounidense, pero más
todavía, Disney era y signe siendo implacablemente optimista.
En la pantalla o en el parque temático, la empresa proporciona
un sentimiento acogedor, la sensación en demanda, agradable,
no acrebatadora sino casera, familiar. Es profundamente hueca
y trivialmente limpia. Impone pocas cargas. El parque cs una
pequeña utopía circunscrita. No tienc mugre, notiene conflicto.
No presenta un desafía. Este es el sello de distinción de su
capacidad comercial. Hoy por hoy, los visitantes llegan incluso
aconsolidarvinculos familiares viajandojuntos a Disney World,
y hacen de Orlando, Florida, uno de los primeros destinos
turísticos de los Estados Unidos. No es un logro menor,
Las empresas de Disney, desde el decenio de 1970, son
populares. En le película de Noel Coward y David Lean Brief
Encounier (1946), el personaje Trevor Howard se asombra ante
el mérito del Paro Donald como distracción durante la guerra.
Disney, sus personajes y su estilo, no se percibían como nacio”
Larras LIBRES : 13