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Juan Delval Merino: Profesor Pionero en UAM y su Contribución a Psicología y Educación, Diapositivas de Psicología

Biografía de Juan Delval Merino, catedrático de Psicología Evolutiva y Educación en la Universidad Autónoma de Madrid entre 1983 y 2006. Su carrera académica, relaciones con otras universidades, y contribuciones a la investigación en ciencias sociales, especialmente en la adquisición de conceptos sociales por el niño.

Tipo: Diapositivas

2021/2022

Subido el 10/10/2022

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¡Descarga Juan Delval Merino: Profesor Pionero en UAM y su Contribución a Psicología y Educación y más Diapositivas en PDF de Psicología solo en Docsity! 1 E.M. nº 60 Extraordinario (2018) JUAN DELVAL, PIONERO DE LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA: COMPRENDER LA EDUCACIÓN A PARTIR DEL ESTUDIO DEL DESARROLLO HUMANO Cristina del Barrio Martínez José Luis Linaza Iglesias Catedráticos de Psicología Evolutiva y de la Educación, UAM INTRODUCCIÓN Juan Delval Merino ha sido catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid entre 1983 y 2006 pero fue profesor de la UAM desde su creación en 1968, y en muchas universidades con las que mantiene contacto y visita a menudo, lo asocian a esta universidad, de cuyo Instituto de Ciencias la Educación fue también director, y que convirtió en un auténtico centro de investigación interdisciplinar y formación en enseñanza de la ciencia. Existen ya algunas notas biográficas, varias entrevistas de considerable calidad y longitud, algún documento visual en YouTube y, sobre todo, un homenaje y un libro en el que psicólogos muy reconocidos de muy diferentes países elogian la trayectoria intelectual y humana de Juan. En algunos de ellos nos hemos basado para este breve reconocimiento. Si alguien relacionado con la Psicología del desarrollo ha de estar en una publicación que rinde homenaje a los 50 años de recorrido de la UAM, ningún profesor de psicología de nuestro país, cuando menos, dudaría de que ese lugar le corresponde a Juan Delval. En las líneas que siguen, vamos a intentar resumir las razones de esta convicción. Juan Delval Merino 1. LOS AÑOS DE FORMACIÓN. EL PENSAMIENTO -Y EL DEPORTE- ILUMINANDO LOS AÑOS OSCUROS DE LA POSTGUERRA. Juan nació el 7 de noviembre de 1941 en un pueblo de la sierra sevillana, aunque toda su infancia y adolescencia vivió en Madrid donde su madre y su padre ejercían como profesores del instituto de enseñanza media, poco antes de ser separados de la docencia como consecuencia de la guerra civil. Juan guarda un recuerdo vívido de las penurias y la oscuridad del Madrid de aquellos años, y del colegio y nombre de alguno de sus profesores. Después de estudiar bachillerato de ciencias en el Instituto Cervantes de Madrid, en 1958 empezó a estudiar Selectivo de Ciencias y el año siguiente entró en Química y se matriculó además en la Facultad de Filosofía y Letras y en Matemáticas. Finalmente dejó éstas y la Química y siguió con Filosofía porque lo que le interesaba 2 eran los problemas generales del conocimiento científico. No obstante como él mismo dice, fueron las lecturas y los debates con los compañeros más que los cursos de filosofía sus fuentes de aprendizaje. Entre las primeras, Reichenbach y los filósofos del Círculo de Viena. Entre los amigos, Lourdes Ortiz, novelista luego, Alberto Méndez -premio Nacional de Literatura 2005 por su obra Los Girasoles Ciegos-, y sus hermanos Juan Antonio y Javier, Carmen Santos Fontela, Víctor Sánchez de Zavala. A través de este, traductor de libros de lógica e historia de la ciencia y a través de él, se interesa por la fotografía y conoce a los escritores Carmen Martín Gaite, Rafael y Chicho Sánchez Ferlosio, Agustín García-Calvo, latinista y poeta. Sus reuniones eran un estímulo constante para intercambiar ideas sobre multitud de temas: literatura, filosofía de la ciencia, teoría del lenguaje, entre otros. En medio del adoctrinamiento metafísico de la filosofía franquista, “el único oasis en aquella facultad era Aranguren, que enseñaba Ética y Sociología, que nos hablaba de otras cosas y que además promovía en sus seminarios discusiones abiertas sobre muchos temas” (Delval, 2005). Juan Delval, con 16 años y con 36, siendo profesor en la Universidad Complutense Como extensión de su dedicación a la fotografía, gracias al laboratorio que Sánchez de Zavala le dejaba, en 1963 consiguió ingresar en la selectiva Escuela Oficial de Cinematografía, matriculándose en la especialidad de director de fotografía. Debido a que era una actividad muy exigente lo dejó, mientras que otros de sus compañeros Manolo Gutiérrez o José Luis García Sánchez llegaron a convertirse en directores de cine muy reconocidos. Juan valora todo lo que le ha aportado el atletismo, al que empezó a dedicarse en los años de instituto. En 1959 fue campeón de España juvenil de campo a través, luego junior, y varias veces campeón de España universitario. El deporte ayudó a Juan a cruzar las fronteras de la España autárquica. En 1961 viaja con el equipo de atletismo a competir en Angers (donde quedó segundo) y de regreso a España, pasa por París y en la Sorbona Antonio López Campillo le habla por primera vez de Piaget y le recomienda leer su Introducción a la Epistemología Genética (1950). Lo hace “sin entender gran cosa, pero lo que entendía me parecía interesante por la síntesis que proponía entre el estudio del desarrollo del individuo y la historia de la ciencia y sobre todo, por la posición interaccionista que defendía y que me parecía que permitía superar las posiciones idealistas y realistas respecto del problema del conocimiento”. Ese interés le lleva, un año después de terminar su licenciatura en filosofía, a realizar en 1965 su memoria de licenciatura sobre los aspectos sociológicos de la epistemología genética piagetiana, dirigida por José Luis López Aranguren. En 1965, una beca del gobierno suizo le da la gran oportunidad de una estancia de dos años en el Institut des Sciences de l’Éducation (antiguo Institut J.J.Rousseau) de la Universidad de Ginebra. Asiste a los cursos y seminarios de Piaget y participa en algunas de sus investigaciones con Bärbel Inhelder, con quien Juan mantendrá amistad hasta su fallecimiento y que en 1990 fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid, apadrinada por Juan Delval. En estos cursos, Juan coincide con un grupo nutrido de psicólogos, filósofos, lógicos, físicos y matemáticos que asisten a los seminarios del Centro, entre ellos Léo Apostel, quien le habla por primera vez de 5 años y llevaba cuatro contratado en la UAM, ya en el campus de Cantoblanco (García Madruga, Kohen, del Barrio, Enesco y Linaza, 2012). Un capítulo casi oculto de estos 50 años de la UAM es el de la expulsión de algunos de sus profesores y del cierre de los Departamentos de Física y de Filosofía. Debido a sus ideas políticas, la UAM no le renovó el contrato a Juan ni a otros compañeros -entre ellos, por citar sólo a los de Psicología, Ferrándiz, Linaza y Soto. Termina y defiende en 1973 su tesis doctoral, y pasa una breve estancia en la Universidad de Sussex, con Johnson-Laird. En 1974 vuelve como investigador al Departamento de Psicología de la Universidad de California en Berkeley: “Los meses que pasé en Berkeley fueron enormemente estimulantes desde el punto de vista intelectual y estuve en contacto además de Langer, con Paul Mussen, editor de las más importantes obras colectivas actuales sobre psicología del niño, con el psicolingüista Dan Slobin, y conocí al español Juan Pascual-Leone, profesor en Toronto, del que había oído hablar muchas veces en Ginebra donde había sido ayudante de Piaget antes de mi llegada. Pascual-Leone estaba como profesor invitado en Berkeley durante ese curso, y desde entonces iniciamos una estrecha amistad que seguimos manteniendo. Además de Psicología asistí a cursos sobre inteligencia artificial, sobre lógica, y sobre todo, tuve la suerte de participar en un seminario con Karl Hempel, uno de los últimos filósofos emparentados con el Círculo de Viena y que estaba como profesor invitado también. Había estudiado sus obras y utilizábamos su libro "La filosofía de la ciencia natural", que había traducido Alfredo Deaño, como texto con los alumnos de lógica y filosofía de la ciencia en la Universidad Autónoma. Así que es fácil comprender la emoción que me produjo asistir a un curso con él”. 3. CONSOLIDANDO EL ESTUDIO CIENTÍFICO DEL DESARROLLO PSICOLÓGICO Juan regresa a España en 1975 para trabajar en el ICE de la UNED, y en la Universidad Complutense como profesor de Psicología Evolutiva. Durante tres cursos, Delval a través de sus clases y especialmente del seminario sobre desarrollo cognitivo, aglutinó a un conjunto de jóvenes profesores (Rivière, Mario Carretero, Antonio Corral, Ileana Enesco, García Madruga) y estudiantes (entre ellos, Cristina del Barrio, Gerardo Echeita, Elena Martín y Amparo Moreno) en torno a sus investigaciones en marcha sobre el pensamiento lógico-formal y la discusión de lecturas de los estudiosos del desarrollo clásicos y contemporáneos y de los trabajos de muchos profesores invitados de otras universidades, p.ej. Pascual-Leone, Linaza, Bruner, Isidoro Delclaux. Seminario en La Cristalera en homenaje a B. Inhelder. Durante esos primeros años de actividad universitaria la tarea urgente que Juan se planteaba fue la de intentar introducir la psicología moderna en la enseñanza universitaria y promover el trabajo de investigación que prácticamente era inexistente. En particular, introducir la psicología piagetiana y el estudio del razonamiento. Para ello, publicó distintas compilaciones de lecturas, entre ellas en 1978 Lecturas de psicología del niño, que incluía tanto artículos clásicos como otros recientes distintos 6 aspectos del desarrollo, desde el apego y la adquisición del lenguaje, hasta el pensamiento lógico y el razonamiento moral incorporando fundamentalmente la psicología piagetiana, pero también distintos enfoques teóricos y metodológicos. En 1978 -tras ganar una oposición de profesor adjunto- regresa a la Universidad Autónoma donde permanecería más de 26 años en su Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación - desde 1983 como catedrático-hasta 2006, año en que se traslada a la UNED. En 1979 es nombrado director del Instituto de Ciencias de la Educación de la UAM. Durante los años que dirigió el ICE, Juan consiguió convertirlo en un centro de referencia de investigación en desarrollo conceptual y formación del profesorado, aglutinando a profesionales de distintos ámbitos de la ciencia y el conocimiento, entre ellos a Julia Varela, Iñigo Aguirre de Cárcer, Juana Nieda y Pepe Otero, y un grupo de psicólogos interesados por el desarrollo y su relación con el mundo educativo. Con la ayuda de Marisol Orta, hizo de su biblioteca un centro de documentación de vanguardia. Además, junto con García Madruga primero y Linaza y del Barrio luego, organiza una serie de encuentros científicos que permiten a los psicólogos que trabajan en esos años en desarrollo y educación exponer sus trabajos e intercambiar reflexiones que han dado lugar posteriormente a muchos trabajos conjuntos. Durante el primer gobierno socialista, en 1982, Juan fue asesor del ministro de educación J. M. Maravall, director del Servicio de Publicaciones del MEC, y primer director del CIDE cuya creación había propuesto. A pesar de la relevancia de estas tareas de gestión, a las que se añade la dirección del departamento en Psicología y un segundo período como director del ICE, se ha dedicado fundamentalmente a la investigación y a la enseñanza. De modo especial, se ha preocupado de la formación de doctores coordinando activamente el programa de doctorado intentando, junto con otros compañeros del departamento, en particular Linaza, incorporar al programa a destacados investigadores extranjeros, como Bruner, Pascual-Leone, Karmiloff–Smith, Langer, Turiel, Leslie. Durante todos estos años, Delval ha dirigido dieciocho proyectos de investigación financiados en convocatorias públicas y dieciocho tesis doctorales. El subproyecto sobre Ciencias Sociales, realizado a comienzos de los años setenta, se fue desplegando conformando un programa completo de investigación. Proyecto tras proyecto y tesis tras tesis, junto con sus colaboradores y discípulos, fue avanzando en la descripción y explicación del progreso en las concepciones infantiles sobre la sociedad, especialmente en sus vertientes económica y política -la idea de ganancia, la fabricación del dinero, los criterios para establecer los precios, la concepción de la paz y de la guerra, de los conflictos sociales, la comprensión de los derechos y recientemente, del desarrollo sostenible. Con L. de Macedo, I. Enesco, A.Navarro, C. del Olmo y M. Giménez en Ginebra, Centenario de J. Piaget y L. Vygotski, 1996. Delval ha escrito veintiocho libros, algunos de los cuales marcaron un antes y un después en el estudio de la psicología del niño, como los dos volúmenes de Lecturas de Psicología del niño (1978) o 7 El Desarrollo Humano (1994), que han formado a generaciones de estudiantes de psicología. Además, Delval es autor de más de ciento setenta artículos en publicaciones científicas y más de cien de divulgación, muchos en el Suplemento de Educación del diario EL PAÍS, labor que le mereció la concesión del premio del Colegio Oficial de Psicólogos al conjunto de su labor periodística en 1982, y el premio “Carlos Asensio” de la Asociación Cultural Hispano–Norteamericana por destacar la relevancia social de la ciencia. Ese interés por la divulgación le llevó a realizar con la colaboración de Enesco la serie de televisión La Aventura de Crecer compuesta por 11 capítulos sobre el desarrollo infantil, muy utilizada en la enseñanza de psicología. Si nos asomamos a su extensa bibliografía, vemos que Juan no ha dejado de preguntarse por el desarrollo del conocimiento en distintos ámbitos: la matemática, la física, la química, las ciencias sociales, las ciencias ambientales, así como por el papel de ese conocimiento en relación con la educación formal y la formación de los enseñantes. A esos intereses se añaden sus escritos sobre la función de la educación o la historia de la psicología. Con Juan Carlos Gómez, también discípulo en la UAM, ahora profesor en la universidad de St. Andrews comparte el proyecto de publicar una recopilación de los primeros artículos sobre el estudio del niño. Juan Delval es una persona extremadamente ordenada, un auténtico mérito en alguien con intereses tan vastos. Los datos de investigación han sido agrupados con orden impecable en cajas de cartón a lo largo de los años, y aunque la mayoría de ellos recibió en su momento la atención merecida, para él ocultan aún un mundo de explicaciones por descubrir y, en consecuencia, vuelven a ser explorados. Con el mismo celo, Juan custodia los vídeos que hizo sistemáticamente de los primeros meses de vida de su hija Irene y que, a lo largo de los años, han sido fuente de algunas de sus reflexiones sobre el desarrollo humano. Esta conjunción de orden y curiosidad le hace -nos hace, porque es un gran anfitrión- disfrutar de su afición a coleccionar todo tipo de objetos, libros, fotografías y datos de investigación. Entre los primeros destacan un conjunto de máquinas de escribir de los modelos más antiguos y los mecanismos más insólitos, y una muestra de juguetes de cualquier parte del mundo. Los libros cubren las paredes de su casa, pueblan el sótano y, pese a su profusión, él sabe siempre dónde hallarlos (o quién se los ha llevado) con la misma precisión con la que es capaz de hacer minuciosamente preciosas pajaritas con minúsculos trozos de papel, incluso en medio de un debate acerca del procesamiento distribuido en paralelo, las tesis de Fodor, Pylyshyn o el constructivismo. 4. JUAN DELVAL VISTO POR SUS DISCÍPULOS Y COLEGAS En nuestro libro de homenaje, señalábamos que es muy posible que Juan no sea consciente de todas las personas en las que ha dejado su impronta a lo largo de estos cuarenta años, ni de las muy diversas formas en que lo ha hecho. Entre sus defectos, no está la jactancia. Al contrario, suele observar su vida desde la perspectiva de lo que podría haber hecho, el mundo de lo posible, más que de lo que ha hecho. Por eso es de justicia y un auténtico placer para sus compañeros y amigos recordar sus logros y recoger aquí el agradecimiento de muchas de las personas que hemos crecido con él y reconocemos sus valiosas aportaciones al conocimiento psicológico del desarrollo humano y la educación. Entre ellos, los siguientes, todos extraídos de García Madruga et al. (2012): - Pascual-Leone (U. Toronto): “In addition to important contributions to Education and Developmental Psychology, Juan Delval is the main pioneer of Piagetian psychology in the Spanish culture and has made superb translations of fundamental and difficult-to-access texts by Piaget.” - J.A. Castorina (U. Bs Aires): “Juan Delval ha sido para muchos investigadores latinoamericanos un auténtico maestro, por su dedicación incansable a la investigación, y por la claridad así como por la firmeza con que ha defendido sus interpretaciones del
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