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Los Austrias del siglo XVII: La crisis de la monarquía española y las reformas de Olivares, Apuntes de Historia

Historia de la Guerra de los Treinta AñosHistoria de la monarquía españolaHistoria de Europa

La situación política y económica de españa durante el siglo xvii, cuando la monarquía entró en una grave crisis. Los reyes españoles nombraron a nobles como validos para ayudarles en el gobierno, como el duque de lerma durante el reinado de felipe iii y el conde duque de olivares durante el reinado de felipe iv. La crisis se agravó en 1640, durante el reinado de felipe iv, y olivares propuso un plan para unir todos los reinos de la península bajo las mismas leyes e instituciones de castilla. Olivares también intentó reformas sociales y económicas, como el fomento de la población y la corrupción, pero sus esfuerzos fracasaron. Además, españa participó en la guerra de los treinta años, lo que generó presión y tensión. El documento también describe la política exterior de españa durante este período y la crisis demográfica que españa estaba sufriendo.

Qué aprenderás

  • ¿Cómo intentó Olivares reformar la sociedad y la economía de España?
  • ¿Qué sucedió durante el reinado de Felipe III y Felipe IV de España?

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 16/12/2019

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¡Descarga Los Austrias del siglo XVII: La crisis de la monarquía española y las reformas de Olivares y más Apuntes en PDF de Historia solo en Docsity! 9. La España del siglo XVII 9.1. Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos. Los reyes españoles del siglo XVII son llamados Austrias menores. La mala situación que se va formando a finales del siglo XVI detonó en el siglo XVII, y España entró en una grave crisis. Con los Austrias menores se crea una nueva forma de gobernar que se extiende por toda Europa: los reyes nombran a nobles para ayudarles en sus tareas de gobierno. Muchas veces este poder otorgado a la nobleza es inmenso. Estos nobles se conocen como validos. Los validos ejercen tareas de gobierno, en muchos casos más que el propio rey. Los validos velan por sus propios intereses y favorecen la corrupción del gobierno. El Duque de Lerma (retratado por Rubens) fue el valido de Felipe III, y el Conde Duque de Olivares (retratado por Velázquez) fue el valido de Felipe IV. Felipe III (1598-1621) El reinado de Felipe III se caracteriza por la crisis. Felipe III descargaba casi todas sus tareas sobre el Duque de Lerma, y este no se tomaba nada en serio los asuntos de gobierno. Uno de los conflictos producidos durante este reinado es el intento del traslado de la capital a Valladolid (es un capricho de Lerma, porque en Valladolid era donde tenía sus tierras y podía ganar más poder e influencia). La operación fue fallida, Madrid necesitó gastarse una gran cantidad de dinero en sobornos para que no llevara a cabo el traslado. Felipe III se desentiende de la administración del estado (excesos e ineficacia de la corte). Se decreta la expulsión de los moriscos en 1609, con mucha polémica. Por ejemplo, en valencia se opusieron porque los moriscos suponían el 25% de la población, y la principal mano de obra. Con esta decisión, el rey sólo busca contentar a algunos determinados sectores del pueblo. Algunos moriscos se marchan a Egipto donde les tratan bien, pero a los demás les rechazan en sus respectivos destinos. La expulsión de los moriscos coincide con el inicio de la tregua de los 12 años con Holanda. Carlos II (1665-1700) El reinado de Carlos II significó un gran conflicto para la monarquía. Carlos II tenía serios problemas físicos y mentales, era incapaz de gobernar y tuvo muchos validos. Uno de los grandes problemas fue el conflicto sucesorio: Carlos II no podía tener hijos, por lo que no tenía herederos a la corona. A medida que se acercaba su muerte, toda Europa tenía el ojo puesto en España, pues todas las familias reales europeas deseaban el trono. Carlos II decide otorgar el trono a Felipe de Anjou, de la casa de los Borbones de Francia. Con esta decisión no estuvieron de acuerdo los Habsburgo, de Austria, y estalló la Guerra de Sucesión. 9.2. La crisis de 1640. La crisis de 1640 fue uno de los momentos más bajos de la monarquía española, y marca un punto de inflexión en la historia de España. Se produce durante el reinado de Felipe IV (1621-1665) y su valido el Conde Duque de Olivares. Olivares es una figura fundamental del siglo XVI en España. Tenía un carácter fuerte, autoritario. Era muy trabajador y su objetivo principal era la reforma del gobierno de España. Intentó aplicar remedios a los problemas que él consideraba negativos para España. En 1624, Olivares redacta El memorial, que es un informe que diagnostica la situación de España. La propuesta que Olivares propone es unir a todos los reinos de la península bajo las mismas leyes e instituciones de Castilla, mediante tres caminos:  imponer en Aragón las mismas leyes que en Castilla haciendo que se olviden de los privilegios que tenían mediante el buen trato  negociar con Aragón, con la seguridad de tener un buen ejército en caso de que no acepten  crear un movimiento y levantamiento popular y para solventarlo aplicar las leyes de Castilla Este informe demuestra a Olivares como un político frío y calculador, que está dispuesto a hacer lo que sea con tal de lograr sus objetivos. Felipe II no dio ningún paso por la unificación de España, y este problema pasó a sus sucesores. Olivares propone una política asimilista (asemejar varias cosa como un todo). Algunos historiadores piensan que Olivares eligió un mal momento para la unificación, debido al declive español. Objetivos del Conde Duque de Olivares Olivares está convencido de que hay que hacer reformas para evitar el colapso de la hegemonía española: él creía que la hegemonía española era inevitable. La subida al poder de Olivares supuso el fin del periodo pacifista: había que hacer reformas para mantener el esfuerzo bélico. La corte de Lerma fue una corte extremadamente corrupta. Olivares persigue la corrupción, se aplica un saneamiento moral. Olivares crea una serie de organismos con un carácter ejecutor: las denominadas Juntas, que perseguían acabar con la burocratización de la administración, pero lo único que se consigue es que se duplique. Otro de los proyectos de Olivares fue el fomento de la población. Se da cuenta de que existían muchos despoblados en los territorios españoles. Decide aplicar la hidalguía ‘de bragueta’, que consistía en que a los padres con más de cinco o seis hijos se les concedía el título de hidalgos. También toma medidas para mejorar la industria nacional. Olivares cree que la razón de este declive era la importación de productos extranjeros. Por eso decide fomentar el proteccionismo comercial: se imponen altos aranceles en las aduanas, lo que hace que los extranjeros decidan abortar el comercio con España. Se aplica una política mercantilista: un país es más rico cuantos más metales preciosos posea (o bien mediante la explotación de las propias minas o bien mediante el gobierno). Pero el principal objetivo de Olivares es la unión de los reinos de la península. Olivares propicia que personas de Aragón realicen cargos en Castilla y viceversa. Aplica cierta presión sobre los reinos e interviene con una estrategia militar planificada. También crea la Unión de Armas. La Unión de Armas es el proyecto principal de las reformas de Olivares; busca mantener la hegemonía a partir del esfuerzo común de todos los reinos. Pretende salvar a la exhausta Castilla y acabar con los particularismos forales. Cada reino aportaría un número establecido de soldados. Existía mucha polémica sobre la Unión de Armas en los reinos forales, puesto que esta decisión afectaba a sus privilegios. A pesar de todo, el 25 de junio de 1626, un real decreto proclama la inauguración de la Unión de Armas. Ese año es el año en que España entraba en la Guerra de los Treinta Años, lo que genera presión y tensión. Desarrollo de la crisis de 1640 1640 es un año crítico para la monarquía española. España participa en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Esta guerra enfrente a los estados protestantes (estados emergentes) contra los estados católicos (estados decadentes). España entró en la guerra un poco más tarde de 1618, concretamente en 1626. Está en el bando de Austria debido a su unión dinástica. Los primeros años favorecen al bando católico, hasta que entra Francia en la guerra en el lado del bando protestante (aunque Francia es católica, lucha contra la hegemonía de los Habsburgo). En 1638, Olivares envía tropas al Rosellón (Cataluña francesa) con la intención de abrir un frente para liberar la presión de las tropas en Flandes. Estas tropas españolas provocan incidentes y el descontento de la población. En verano de 1639, los franceses se apoderan de la fortaleza de Salses, lo que aprovecha Olivares para aplicar la Unión de Armas; aumenta la tensión. El 6 de enero de 1640, los franceses entregan la fortaleza, pero Olivares y el duque de Santa Coloma son desacreditados. El 7 de junio (día del Corpus) de 1640 se alcanza la máxima tensión debido a la presión de las tropas sobre los campesinos, y se comete el asesinato del virrey catalán el duque de Santa Coloma. Poco después, Pau Claris, presidente de la diputación catalana, proclama la República Catalana. Olivares reacciona y reúne a un ejército para irrumpir en Cataluña pero fracasa en la toma de Lérida de 1642 (Olivares no pudo ocuparse de la toma porque su mirada estaba centrada en la Guerra de los Treinta Años). En 1652 un ejército entra en Cataluña y logra vencer a los rebeldes. La rebelión se extiende a Portugal: el descontento había crecido debido a la centralización y la incapacidad del gobierno de Olivares de contener a los holandeses en Brasil (territorio portugués). El 1 de diciembre de 1640, el duque de Braganza se proclama rey de Portugal bajo el nombre de Juan IV. Hubo intentos secesionistas en Andalucía, Aragón, Navarra, Nápoles y Sicilia (todos son provocados). El 17 de enero de 1643, Felipe IV concede a Olivares licencia para retirarse. Olivares fallece en 1645 en Toro.
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