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Educación Social y Mediación, Monografías, Ensayos de Ciencias de la Educación

Teoría sobre mediación e intervención socioeducativa

Tipo: Monografías, Ensayos

2018/2019

Subido el 06/06/2019

ancaro2017
ancaro2017 🇪🇸

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¡Descarga Educación Social y Mediación y más Monografías, Ensayos en PDF de Ciencias de la Educación solo en Docsity! 1 54 EDUCACIÓN SOCIAL Y MEDIACIÓN: Comenzaré refiriéndome a la intervención socioeducativa del educador social. Se interviene para satisfacer y/o aminorar las necesidades sociales de individuos, familias y colectivos, promoviendo en definitiva el Bienestar de la comunidad. Esta intervención se basa en los principios de Universalidad, libertad, normalización y descentralización. Los criterios que rigen esta actuación profesional son: La interdisciplinariedad, globalidad, integralidad de la persona, interés superior del menor, coordinación profesional y actuación en el medio natural de los menores y sus familias. El educador social es aquel profesional que desempeña una tarea educativa en la convivencia cotidiana con métodos pedagógicos y no en el ámbito académico. Su formación debe ser tanto humana, como pedagógica, técnica y sociocomunitaria. Su intervención la realiza en el ámbito socio-comunitario, desde proyectos concretos y desde la intervención sociofamiliar, incidiendo en aspectos cognitivos, afectivos y sociales del niño y desde la familia. Las funciones del educador social también dependen directamente del ámbito de su intervención pero siempre van orientadas a la supresión o reducción de factores de inadaptación social, así como analizar las causas que inciden sobre ellos. De entre la infinidad de objetivos que tiene la labor del educador social (prevenir, sensibilizar, detectar y atender) podemos destacar los siguientes: potenciar recursos personales, potenciar el desarrollo y uso de recursos comunitarios, facilitar relaciones entre miembros del mismo grupo social, posibilitar el crecimiento personal y comunitario del grupo social próximo, insertar al ciudadano en su sociedad inmediata, facilitar la adquisición de pautas de convivencia social, afrontar problemas de desequilibrio social, sentido crítico frente a situaciones sociales, y en definitiva ser agente de cambio social. Las posibles áreas de intervención son: educación para la salud, organización y economía doméstica, escolar, convivencia y relaciones familiares, formativo laboral, relaciones con el entorno social, ocio y tiempo libre,... . Habiendo mencionado mínimamente la actuación del educador social paso a comentar el conflicto y la mediación como alternativa de resolución al, mismo haciéndolo de manera que contínuamente se establezca la comparación entre la acción educadora y la acción mediadora, matizando de forma especial los valores y la ética profesional puesto que es el objeto de este congreso. En general la actitud ante las situaciones de conflicto siempre ha sido entorno a las siguientes opciones: la negación del mismo, la huida, trasladar la responsabilidad a un tercero, someterse a la solución impuesta por el otro,, tratar de someter al otro y por último 2 la negociación. Es evidente que negociamos cuando no podemos imponer nuestra solución al otro. Tanto en educación social como en mediación es esencial la flexibilidad en el desarrollo de su actuación. La dificultad en ser flexibles nos lleva a tener ideas preconcebidas y a manejarnos con paradigmas que logran limitarnos a un solo campo, ya que existen otras alternativas que pueden enriquecer la práctica de ambas profesiones. Cuando estamos trabajando, nuestra persona siempre estará implicada en lo que se está haciendo. Tanto el mediador como el educador deberán ser conscientes de qué es lo que les interfiere y qué es lo que facilita de lo personal para que su tarea se vea enriquecida y favorecida. Será distinto en función de cada profesión y de las características de cada persona lo que supone encontrar el espacio óptimo para cada profesión y en ellas para cada profesional. Ante una situación de tensión, el educador dependiendo de las circunstancias y de sus valores tendrá que pasar por alto la angustia y/o resolverla con técnicas, lo que en ocasiones resulta especialmente costoso. El mediador ante las situaciones de tensión transitará la angustia, utilizando su potencial operativamente, para lo que tiene que tener conocimientos de esa angustia, su manejo con distancia al mismo tiempo que con conocimiento, logrando no implicarse al mismo tiempo que comprender el conflicto, pudiendo ser objetivo a la hora de aplicar las técnicas. Las capacidades, aun las que interfieren son posibilidades para la práctica de la tarea. El conocimiento y la técnica permiten encontrar la distancia en la que el trabajo es operativo. En este aspecto son muy importantes los valores de los profesionales de ambas profesiones puesto que les permite trabajar con personas en conflicto, aunque sus objetivos de intervención son muy diferentes. Es esencial reconocer lo que podemos y no podemos hacer, reforzando lo que sí podemos a través de la creatividad. El objetivo del educador es el de luchar con la dificultad buscando el que se reduzca lo máximo posible, al mismo tiempo que aumentar las potencialidades. El mediador, no es que niegue la existencia de la dificultad sino que la reconoce, la acepta y la tiene en cuenta pero no trabaja con ella sino que lo hace tratando de que los mediados adquieran el entrenamiento para trabajar con todo lo que tienen. El trabajo con el cuerpo permite descubrir sus capacidades perceptivas, sus actitudes, sus aptitudes, así como a reconocerse y descubrirse. Esto está íntimamente relacionado con el paradigma ganador-ganador y persigue que los propios clientes lo descubran. Pero entonces qué es la mediación: Es ese proceso en el cual el tercero que interviene ocupa un lugar en el que tiene poder pero renuncia a usarlo, en el que mantiene un nivel ético sin poder entrar en los contenidos o sin poder juzgar los acuerdos a los que lleguen sus clientes. El mediador se dedica a llevar el control del proceso, que es lo que los clientes necesitan, dejando para ellos la elección de los contenidos, alternativas y soluciones a los mismos, manteniéndose aunque no neutral si imparcial en todo momento. 5 Entonces cuándo entendemos que se puede aplicar la mediación como tal? Parece ser comúnmente aceptado que la mediación requiere de la existencia de un conflicto, de personas que son parte del mismo y de un tercero que no toma decisiones pero que facilita los acuerdos entre las personas participantes en el conflicto. La mediación puede aplicarse a diferentes áreas, de manera que todas tienen como base la negociación y ciertas técnicas propias aunque también características específicas en función de las partes involucradas y de la naturaleza del conflicto. En realidad la mediación surge en Estados Unidos (Historia de la mediación por Bonafé Schmitt) atendiendo a conflictos sociales entre grupos étnicos distintos y como forma de prevención para que los mismos no desembocasen en episodios delictivos. La experiencia tuvo un resultado exitoso y comenzó a aplicarse a otras áreas. La mediación es aceptada en un principio como un sistema alternativo al judicial y por tanto los conflictos que se mediaban eran los de relevancia jurídica, pero va surgiendo un nuevo concepto social de cómo resolver los conflictos, basándose en la descentralización, la flexibilidad, un menor formalismo y una mayor cercanía entre la persona que tiene el conflicto y su resolución. La mediación es un método de resolución de conflictos con virtudes y defectos, aplicable a unos conflictos y no a otros. La mediación se integra a los sistemas existentes como una opción más que no excluya a ninguna otra. Existe una gran diferencia entre el lugar que ocupa el educador social y el mediador. El mediador debe estar en el mismo plano que los mediados (Teoría Planar de Daniel Bustelo), pues son ellos los que tienen que responsabilizarse de sus decisiones y de las mejores soluciones para sus conflictos. Es preciso aclarar que una cosa es estar en el mismo plano y otra es ser igual. Cada mediado y cada mediador son seres distintos ubicados en lugares distintos pero en el mismo plano. Los mediados intentarán subirlo de plano, haciendo alianzas, buscando aprobaciones queriendo que apoye posturas de alguno de ellos, etc., y su postura deberá ser siempre conservar ese plano. El mediador debe mantener su equidistancia funcional. Procura la comunicación entre las partes en conflicto estando dentro del sistema determinado por las tres partes. En todo momento el mediador deberá ser neutral al mismo tiempo que deberá mediador Parte1 Parte 2 6 detectar los propios prejuicios y preconceptos profesionales, pudiendo apartarlos para que no se proyecten en la tarea. La mediación trabaja sobre los conflictos, en perspectiva de futuro y procurando satisfacer no solo los derechos, sino también los deseos, armonizándoles con las posibilidades. En este sentido la educación social también procura la comunicación entre las partes pudiendo ser estas el usuario y la sociedad, los menores y los padres,...; pero lo hace desde un lugar de poder puesto que comprende al mismo tiempo que aconseja, enseña, exige responsabilidades ante incumplimientos, concede o deniega, siempre desde el lugar del que sabe y tiene la formación para ello (los que sabemos somos nosotros no los usuarios). También hay otro límite, puesto que necesariamente promovemos hacia un cambio en la dirección que consideramos más funcional, más integradora socialmente, donde tenemos responsabilidades sobre las acciones de los otros. El educador parte de la idea de justicia social y el deber de protección del interés del más débil, atendiendo los conflictos que generan las necesidades no cubiertas, según marcan las leyes y las normas de justicia social, la educación... Educador Usuario 7 Frente a esto la mediación no se lleva a cabo entre adversarios, es recíproca, es confidencial, ayuda a aclarar las zonas de conflicto, concede poder a las partes y en el caso de la mediación familiar es muy útil con relación al cuidado de los hijos. El educador social teniendo en cuenta el mundo que rodea al usuario pone el equilibrio su mundo externo con la conducta a través de los recursos necesarios y los aprendizajes adecuados, de manera que la persona pueda insertarse en el mundo que el rodea: trabajo, centro educativo, entorno social,...de forma productiva para él/ella. Esto es así siempre que sea posible y el éxito se verá reducido en función de que existan otras problemáticas asociadas, en cuyo caso se derivará el caso al servicio pertinente para que atienda las necesidades de esta persona en su interior (patologías, adicciones,...) de manera que contenga su mundo interno y se logre una integración entre su entorno y su conducta de forma que el conflicto se encauce productivamente para el usuario y la sociedad. En muchos aspectos la intervención del educador social y la del mediador son parecidas, sobre todo con respecto al mundo interno del usuario (cliente para el mediador), pero el lugar desde el que intervenimos es muy distinto y el fin que buscamos también lo es. El mediador no tiene pautas de intervención dadas por intereses superiores impuestos por la estructura legal o administrativa del lugar de trabajo. Los mediadores no están dentro de un sistema que indique lo que es el mejor interés del menor o de la familia, o de la protección del más débil. El trabajo del mediador se basa en dejar a los clientes generar sus propias alternativas sin limitaciones externas que son necesarias desde un servicio público en el que hay todo un sistema de pautas de lo que debe ser. Los clientes están solo limitados por su propia escala de valores. El límite de lo que el mediador está dispuesto a aceptar o no está sólo dentro del marco deontológico personal. Si entiende que la solución a la que están llegando las partes es realmente perjudicial para uno de ellos o ambos o para las personas vinculadas a ellos, y si ha realizado las comprobaciones que le certifiquen que ese deseo de los clientes les es claro a ellos y razonable, sólo nos queda retirarnos de la mediación. Salvo que haya una evidencia de una situación que suponga grave riesgo para alguna de las partes y deba denunciarlo. No obstante hay diferentes formas de ver la mediación desde la escuela de Harvard hasta los actuales modelos interdisciplinares. En ellos se priman aspectos diferentes, en uno el objetivo primordial es llegar al acuerdo entre las partes, otros dan mayor importancia a que la gente viva un proceso personal de cambio (Escuela transformadora de Folger) en el que comienzan a preponderar los aspectos psicológicos sobre el acuerdo suponiendo un enfoque más terapeútico; o el modelo sistémico narrativo (Sara Cobb) para el que lo sustancial es recuperar para los clientes su capacidad de comunicarse. Tanto para el educador social como para el mediador es necesario trabajar las aptitudes como profesional y unas ciertas técnicas. En ambos casos los son la empatía, la flexibilidad y la creatividad. Hay que añadir en el caso de la mediación la Confianza en el proceso que señala Melinda Smith y la imparcialidad.
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