¡Descarga EFECTOS SÍSMICO EN LOS EDIFICIOS DISEÑO SÍSMICO DE EDIFICIOS y más Apuntes en PDF de Ingeniería solo en Docsity! UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA FACULTAD DE INGENIERÍA ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL EFECTOS SÍSMICO EN LOS EDIFICIOS DISEÑO SÍSMICO DE EDIFICIOS Bazán - Meli DOCENTE: LEON MALO, IVAN Nuevo Chimbote, mayo del 2022 Prólogo
El texto comienza con una introducción que pretende dar una visión de con-
junto de la problemática de los efectos sísmicos en los edificios y de la manera
de diseñar éstos para resistirlos. Los dos capítulos siguientes contienen los funda-
mentos teóricos del análisis de las estructuras y de su respuesta dinámica, así
como el planteamiento de los métodos de análisis que utilizan los paquetes de
cómputo para diseño sísmico de edificios.
El cuarto capítulo se dedica a la presentación de las principales característi-
cas de los materiales, elementos y sistemas estructurales que influyen en el com-
portamiento de los sismos.
A partir del capítulo 5 comienza la parte que se dedica a presentar las ctapas
principales del diseño sísmico. En este capítulo se tralan los principios que con-
ducen a definir el sistema estructural idóneo para los edificios y para identificar
aquellos aspectos que pueden causar problemas de mal comportamiento. En los
tres capítulos siguientes se tratan sucesivamente los métodos de diseño sísmico
estático y dinámico, y los requisitos de dimensionamiento y detallado para que
las estructuras tengan el comportamiento sísmico adecuado. Finalmente, el capí-
tulo 9 se refiere al cuidado de los elementos no estructurales de los edificios,
como los acabados, instalaciones y equipo.
El texto ha sido preparado a partir de diversos escritos que los autores hemos
venido desarrollando a lo largo de muchos años, y que han servido de base para
cursos, conferencias y artículos técnicos, En este proceso hemos contado con la
participación de un gran número de colaboradores, sobre todo estudiantes. Nos ha
resultado imposible llevar una relación de todos ellos, por lo que preferimos dar-
les un agradecimiento general para no incurrir en inevitables omisiones,
No queremos, sin embargo, dejar de mencionar la destacada contribución de
Catherine Bazán, Gerardo Aguilar y Leonardo Flores cn la preparación de figuras
en formato digital.
ENRIQUE BAZÁN
ROBERTO MELI
1, INTRODUCCIÓN A LA
SISMOLOGÍA Y A LA
INGENIERÍA SÍSMICA, 15
1.1 Sismología y peligro sísmico, 15
1.1.1 Causas y efectos de los
sismos, 15
1.1.2 Movimientos sísmicos del
terreno, 17
1.1.3 Registros sísmicos.
Acelerogramas, 21
1.1,4 Peligro sísmico, 23
1.1.5 Efectos locales y
microzonificación, 25
1.2 Efectos sísmicos en los
edificios, 29
1.2.1 Características de la acción
sísmica, 29
1.2.2 Respuesta de los edificios a la
acción sísmica, 30
1.2.3 Daños estructurales más
comunes, 33
1.3 Criterios de diseño sísmico, 37
1.3.1 Objetivos del diseño sísmico, 37
1.3.2 Aspectos principales del diseño
sísmico, 40
1.3,3 Enfoques de diseño, 40
Contenido
1.4 Criterios de diseño sísmico del
Reglamento de Construcciones
para el Distrito Federal
(RCDF), 43
2, EDIFICIOS SUJETOS A
FUERZAS LATERALES, 47
2.1 Método de rigideces, 47
2.1, Conceptos básicos, 47
2.1.2 Elemento viga, 50
2.1.3 Elemento barra, 52
2.2 Marcos planos
2.2.1 Método directo de rigideces, 54
2.2.2 Método de Bowman, 60
2.2.3 Fórmulas de Wilbur, 62
2.2.4 Edificios de cortante, 65
2.3 Sistemas con muros, 67
2.3.1 Método de la columna ancha, 67
2.3.2 Método de MacLeod, 71
2.3.3 Marcos contraventeados, 73
2.3.4 Muros confinados por marcos, 73
2.3.5 Método del elemento finito, 76
2.4 Análisis tridimensional, 78
2.4.1 Edificios con pisos rígidos en
planta, 78
10
Contenido
2.4,2 Ejemplo, 82
2.4.3 Edificios con sistemas resistentes
ortogonales, 84
2.5 Observaciones y comentarios, 89
2.5.1 Métodos aproximados para
marcos, 90
2.5.2 Sistema con muros y
contravientos, 92
2.5.3 Efectos no lineales, 94
2.5.4 Análisis tridimensional con
computadora, 95
3. CONCEPTOS DE DINÁMICA
ESTRUCTURAL, 99
3.1 Grados de libertad dinámicos, 99
3,2 Sistemas lineales de un grado de
libertad, 100
3.2.1 Descripción y ecuación de
equilibrio dinámico, 100
3.2.2 Vibraciones libres, 101
3.2,3 Respuesta a movimientos del
terreno, 103
3.2.4 Análisis paso a paso, método £ de
Newmark, 103
3.2.5 Espectro de respuesta elástico, 107
3.3 Sistemas lineales de varios grados
de libertad sin torsión, 108
3.3.1 Ecuaciones de equilibrio
dinámico, 108
3.3.2 Vibraciones libres no
amortiguadas, 109
3.3.3 Frecuencias y modos de vibración,
110
3.3.4 Ejemplo, 111
3.4 Cálculo numérico de modos y
frecuencias de vibrar, 113
3.4.1 Método de Newmark, 113
3.4.2 Método de Holzer, 115
3.4.3 Método de iteración inversa, 117
3.5 Respuesta a temblores de
sistemas sin torsión, 121
3.5.1 Análisis modal, 121
3.5.2 Modos ortonormales, 123
3.5.3 Estructura tratada en la sección
3.3.4, 124
3.5.4 Edificio tratado en la sección
2.4.3, 125
3.6 Análisis dinámico tridimensional,
127
3.6.1 Ecuaciones de equilibrio
dinámico, 127
3.6.2 Análisis modal, 128
3.6.3 Edificio de un piso, 129
3.6.4 Edificio tratado en la sección
2.43, 130
3.6.5 Análisis paso a paso, 132
3.7 Sistemas suelo-estructura, 133
3.7.1 Ecuaciones de movimiento, 134
3.7.2 Estimación aproximada de
propiedades dinámicas, 137
3.7.3 Rigideces equivalentes del suelo,
139
3.8 Análisis no lineal, 140
3.8.1 Ecuaciones de movimiento, 141
3.8.2 Solución analítica, 141
3.8.3 Análisis paso a paso, 142
3.8.4 Espectro de respuesta inelástico,
143
3.9 Comentarios y observaciones, 144
4 PROPIEDADES DE
MATERIALES Y SISTEMAS
ESTRUCTURALES, 147
4.1 Alcance, 147
4.2 Características de los edificios
que definen la respuesta a
sismos, 147
4.2.1 Conceptos generales, 141
Contenido
13
8.2 Estructuras de concreto
reforzado, 272
8.2.1 Introducción, 272
8.2.2 Materiales, 272
8.2.3 Requisitos para vigas, 273
8.2.4 Requisitos para columnas, 279
8.2.5 Uniones viga-columna, 285
8.2.6 Requisitos para losas planas, 287
8.2.7 Requisitos para muros, 289
8.3 Requisitos para estructuras de
acero, 292
8.3.1 Conceptos generales, 292
8.3.2 Material, 292
8.3.3 Requisitos para vigas, 293
8.3.4 Requisitos para columnas, 295
8.3.5 Requisitos para uniones viga-
columna, 296
8.3.6 Elementos de contraviento, 296
8.4 Estructuras de mampostería, 297
8.4.1 Consideraciones generales, 297
8.4.2 Mampostería confinada, 297
8.4.3 Mampostería reforzada, 299
9. ELEMENTOS NO
ESTRUCTURALES, 303
9.1 Conceptos generales, 303
9.2 Métodos de diseño, 304
9.3 Detalles para aislar elementos
arquitectónicos, 306
9.4 Equipo e instalaciones, 312
BIBLIOGRAFÍA, 313
Capítulo
1
Introducción a la sismología
y a la ingeniería sísmica
1.1 SISMOLOGÍA Y PELIGRO SÍSMICO
1.1.1 Causas y efectos de los sismos
Conviene comenzar con una breve exposición sobre el origen y característi-
cas de los fenómenos sísmicos para aclarar la razón de ser de los procedimientos
de diseño que se van a tratar a lo largo de este trabajo. El lector que quiera pro-
fundizar en estos temas debe recurrir a alguno de los muchos excelentes textos
que sobre esta materia se encuentran publicados. Se recomiendan especialmente
los textos de Bolt (1987) y de Sauter (1990).
Los sismos, terremotos o temblores de tierra, son vibraciones de la corteza
terrestre, generadas por distintos fenómenos, como la actividad volcánica, la
caída de techos de cavernas subterráneas y hasta por explosiones. Sin embar-
go, los sismos más severos y los más importantes desde el punto de vista de la
ingeniería, son los de origen tectónico, que se deben a desplazamientos brus-
cos de las grandes placas en que está subdividida dicha corteza, Las presiones
que se generan en la corteza por los flujos de magma desde el interior de la
tierra llegan a vencer la fricción que mantiene en contacto los bordes de las
placas y producen caídas de esfuerzos y liberación de enormes cantidades de
energía almacenada en la roca. La energía se libera principalmente en forma
de ondas vibratorias que se propagan a grandes distancias a través de la roca de
la corteza.
Es esta vibración de la corteza terrestre la que pone en peligro las edifica-
ciones que sobre ella se desplantan, al ser éstas solicitadas por el movimiento de
su base. Por los movimientos vibratorios de las masas de los edificios, se gene-
ran fuerzas de inercia que inducen esfuerzos importantes en los elementos de la
estructura y que pueden conducirla a la falla,
Además de la vibración, hay otros efectos sísmicos que pueden afectar a las
estructuras, principalmente los relacionados con fallas del terreno, como son
los fenómenos de licuación, de deslizamiento de laderas y de aberturas de grie-
tas en el suelo. No se tratarán aquí estos fenómenos que corresponden a con-
diciones muy particulares de subsuelo que requieren estudios especializados.
Introducción a la sismología y a la ingeniería sísmica
16
Elevación
|
Trinchera
Placa Océanica
Zona de fractura
Placa
Continental
Epicentro
CEET
Pz]
Subducción 4
4
Magma
Figura 3.1 Movimiento de placas y generación de sismos. Mecanismo de subducción.
o yoyo
o PRENSA
Placa de
Norteamérica $
aa del É
pagas
pa el Sa
Placa de América
Placa de
Filipinas
Placa del.
Pacífico
OE
Is del Antártico
" Volcanes 2-2 A Zonas de subducción 3717 Zonas de emersión de magma
is Epicentros * Movimientos de placas “——— Zonas de colisión
Figura 1.2 Mapa que muestra la relación entre las principales placas tectónicas y la localización de los epicentros de
terremotos y de los volcanes (de Bolt, 1987).
Sismología y peligro sísmico
disipada por un sismo denominada momento sísmico M,, el cual es el producto
de la rigidez a cortarite de la corteza terrestre por el área de ruptura y por el des-
lizamiento de la falla que genera el temblor. Así definido, M, tiene, de hecho,
unidades de energía. Para relacionar el momento sísmico con las escalas con-
vencionales de magnitud, Hanks y Kanamori (1979) han definido una nueva
escala con la fórmula:
donde el logaritmo se toma en base 10 y M, está dada en dinas-cm.
M (también denotada con M,,) se llama magnitud de momento sísmico y está
ganando aceptación como una escala universal, ya que es adecuada para medir
eventos muy grandes y sin basarse exclusivamente cn ningún tipo de ondas, Se
han publicado tablas y gráficas que permiten relacionar M con otros tipos de
magnitud (véase, por ejemplo, Nuttli y Hermann, 1982).
La última ecuación refleja que la magnitud es una función lineal del logarit-
mo de la energía liberada (medida por M4), de modo que un incremento de un
grado en M corresponde a un evento que libera 32 (=10'*) veces más energía,
Por ello, la determinación precisa de la magnitud, digamos con errores de un
décimo, es muy importante para determinar la destructividad de un temblor, par-
ticularmente en estudios de riesgo sísmico.
Sismos de magnitudes menores de 3 son sismos instrumentales que difícil-
mente perciben las personas. Sismos de magnitud menor que $ rara vez llegan a
producir daño, excepto cuando son muy superficiales y sólo muy cerca del epi-
centro. Sismos de magnitud entre $ y 7 afectan zonas relativamente pequeñas y
caen en la definición genérica de sismos de magnitud intermedia. A medida que
aumenta la magnitud crecen la zona afectada y la violencia del movimiento del
terreno. Los grandes sismos son de magnitud superior a 7.0 y no existe un límite
superior teórico de la escala de Richter. Los sismos de mayor magnitud que se
han estudiado llegan a cerca de 9 en dicha escala,
Del punto de vista de ingeniería no interesa tanto la magnitud del sismo
como sus efectos en los sitios donde existen o se van a construir las edifica-
ciones. Esto se refiere a la severidad de la sacudida sísmica que se experimenta
en un sitio dado. A esla característica de los sismos se le llama intensidad, y es
claro que un mismo sismo, aunque tiene una sola magnitud, tendrá diferentes
intensidades, según el sitio donde se registre. En general la intensidad decrece a
medida que nos alejamos de la zona epicentral, y para una misma distancia epi-
central, son más intensos los sismos de mayor magnitud.
Tampoco para la intensidad existe una escala universalmente aceptada. Las
escalas más precisas son las de tipo instrumental, que definen, por ejemplo, la
intensidad en función de la aceleración máxima del terreno en el sitio de interés,
Sin embargo, por la imposibilidad de contar con instrumentos colocados preci-
samente en los diferentes sitios donde interesa conocer la intensidad, se prefiere
recurrir a escalas de tipo más cualitativo que se basan en la severidad de los
daños producidos, en la violencia con que es sentido por las personas y en cam-
bios producidos en la superficie del terreno. La escala de intensidades más usada
es la de Mercalli Modificada, una de cuyas versiones más recientes se reproduce
en el cuadro 1.1. Se asignan intensidades entre 1 y XIL Intensidades de IV o
menores no corresponden a daño estructural y una imtensidad de X corresponde
a una destrucción generalizada, La mayor debilidad de la escala de Mercalli es
19
20
Introducción a la sismología y a la ingeniería sísmica
Cuadro 1.1 Escala de intensidad Mercalli Modificada (MM).
Grado Descripción
Grado Descripción
1314
YI
MU
vUul
No es sentido por las personas, registrado por
los instrumentos sismográficos.
Sentido sólo por pocas personas en reposo,
especialmene en los pisos superiores, objetos
suspendidos pueden oscilar.
Sentido en el interior de las edificaciones, es-
pecialmente en pisos superiores, pero muchos
pueden no reconocerlo como tembior, vibra-
ción semejante a la producida por el paso de un
vehículo liviano, objetos suspendidos oscilan
Objetos suspendidos oscilan visiblemente,
vibración semejante a la producida por el paso
de un vehículo pesado, vehículos estacionados
se bambolean, cristalería y vidrios suenan,
puertas y paredes de madera crujen.
Sentido aun en el exterior de los edificios,
permite estimar la dirección de las ondas, per-
sonas dormidas se despiertan, el contenido
líquido de recipientes y tanques es perturbado
y se puede derramar, objetos inestables son
desplazados, las puertas giran y se abren O
cictran, relojes de péndulo se paran.
Sentido por todas las personas, muchos
sufren pánico y corren hacia el exterior, se
tiene dificultad en caminar establemente,
vidrios y vajilla se quiebran, libros y objetos
son lanzados de los anaqueles y estantes, los
muebles son desplazados o volcados, el
revoque y enlucido de mortero de baja cali-
dad y mampostería tipo D se fisuran, cam-
panas pequeñas tañen.
Se tiene dificultad cn mantenerse parado,
percibido por los conductores de vehículos en
marcha, muebles se rompen, daños y colapso
de mampostería tipo D, algunas grietas en
mampostería tipo C, las chimeneas se frac-
turan a nivel de hecho, caída del revoque de
mortero, tejas, cornisas y parapetos sin ancla-
je. algunas grietas en mampostería de calidad
media, campanas grandes tañen, ondas en
embalses y depósitos de agua
La conducción de vehículos se dificulta, da-
ños de consideración y colapso parcial de mam-
postería tipo C, algún daño en mampostería
tipo B; algún daño en mampostería tipo A;
caída del revoque de mortero y de algunas pa-
redes de mampostería, caída de chimeneas de
fábricas. monumentos y tanques elevados, al-
gunas ramas de árboles se quiebran, cambio en
el flujo o temperatura de pozos de agua, grie-
tas en terreno húmedo y en taludes inclinados.
IX Pánico general, construcciones de mamposte-
ría tipo D totalmente destruidas, daño severo y
aun colapso de mampostería tipo C, daño de
consideración en mampostería tipo B, daño a
fundaciones, daños y colapso de estructuras
aporticadas, daños en ensambles y depósitos
de agua, ruptura de tubería cerrada, grietas sig-
nificativas visibles en el terreno.
X La mayoría de las construcciones de mam-
postería y a base de pórticos destruidas, al-
gunas construcciones de madera de buena
calidad dañadas, puentes destruidos, daño se-
vero a represas, diques y terraplenes, grandes
deslizamientos de tierra, cl agua se rebalsa en
los bordes de ríos, lagos y embalses, rieles de
ferrocarril deformados ligeramente.
XI Los rieles de ferrocarril deformados severa-
mente, ruptura de tuberías enterradas que
quedan fuera de servicio,
XII Destrucción total, grandes masas de roca des-
plazadas, las líneas de visión óptica distor-
sionadas, objetos lanzados al aire.
Definición de los tipos de mampostería
Tipo A: buena calidad de ejecución, mortero y disc-
ño, reforzada y confinada empleando vari-
llas de acero, diseñada para resistir cargas
laterales de sismo,
Tipo B: buena calidad de ejecución, reforzada, pero
no diseñada específicamente para resistir
cargas laterales de sismo.
Tipo C: calidad de ejecución media, sin refuerzo y
no diseñada para resistir cargas laterales.
Tipo D: materiales de baja resistencia, tal como
adobe, baja calidad de ejecución débil para
resistir cargas laterales.
El rango de intensidades MM 1a VI no es relevante en
términos de riesgo sísmico. El 90% del daño ocasio-
nado por los terremotos corresponde a eventos con
intensidad grado VIL a IX, expresado en la escala
Mercalli Modificada.
Sismología y peligro sísmico
21
ACELERACIÓN (gals)
E
Tiempo(s)
20
10
0 E
-10
20
que toma en cuenta sólo marginalmente la calidad sismorresistente de los edifi-
cios que se encuentran en la zona afectada.
1.1.3 Registros sísmicos —Acelerogramas
Entre los aparatos para medir los sismos se encuentran los sismógrafos, que se
usan principalmente para determinar los epicentros y mecanismos focales. Para
fines de ingeniería los más importantes son los acclerógrafos que proporcionan la
variación de aceleraciones con el tiempo en el lugar donde están colocados. El
número y la calidad de estos aparatos ha aumentado extraordinariamente en los
años recientes y ha permitido grandes avances en el conocimiento de las carac-
terísticas de la excitación sísmica inducida en las construcciones. Los mismos
aparatos colocados en tos edificios permiten determinar la respuesta de éstos a la
acción sísmica.
Los acelerógrafos contienen sensores dispuestos de manera de registrar la
aceleración del terreno en tres direcciones ortogonales (dos horizontales y una
vertical). La figura 1.5 muestra un registro típico. Los parámetros más impor-
tantes para definir la intensidad del movimiento y sus efectos en las estructuras
son la aceleración máxima, expresada generalmente como fracción de la gra-
vedad, la duración de la fase intensa del movimiento, y el contenido de frecuen-
cias. Este último se refiere a la rapidez del cambio de dirección del movimiento
y es importante en cuanto a definir el tipo de estructura que será más afectado.
Este último punto se refleja en la forma del llamado espectro de respuesta y se
examinará más a fondo en el capítulo 3. Por ahora hasta decir que mientras más
cercanos sean los periodos dominantes del movimiento del suelo y el periodo
fundamental de vibración de la estructura, más críticos serán los efectos del
sismo.
La figura 1.6 muestra en forma comparativa los acelerogramas de tres mo-
vimientos sísmicos muy diferentes entre sí. El primer caso corresponde a un
Figura 1.5 Acelerogramas de
los tres componentes de un sis-
mo (registrados a 20 km del epi-
centro del sismo de San Fer-
nando, 1971).
Figura 1.8 Relación de ate-
nuación de la intensidad del
movimiento del terreno en fun-
ción de la distancia epicentral
y de la magnitud del evento.
En el eje vertical izquierdo se
presenta la atenuación de la
aceleración máxima del terre-
no, en el eje derecho la ate-
nuación de la intensidad ex-
presada en la escala Mercalli
Modificada; la intensidad MM
en función de la aceleración
máxima se tomó de las rela-
ciones dadas por F. Sauter
(adaptado de G.W. Housner
and P.C. Jennings, 1982).
Introducción a la sismología y a la ingeniería sísmica
1000 1
Erre TT O
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E =
F =X L
P vi
L + Z
3 3
3 vu Z
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E 2
E a
E
T 4
als ida s
10 100 400
DISTANCIA AL. FOCO (km)
evento. Sin embargo, estas relaciones son sumamente erráticas y las ecuaciones
propuestas, llamadas leyes de atenuación difieren significativamente entre sí y
tienen coeficientes de variación elevados.
La figura 1.8 muestra la representación gráfica de una de estas leyes de ate-
nuación. En este caso la intensidad se representa en la escala de Mercalli. Mejor
aproximación se tiene cuando se expresa la intensidad en términos de la acelera-
ción máxima del terreno o de algún parámetro instrumental.
La manera en que se atenúan los efectos sísmicos con la distancia desde la
zona epicentral se aprecia directamernte de las intensidades que se determinan en
distintos sitios. Para los sismos importantes se construyen mapas de isosistas, o
sea líneas de igual intensidad sísmica. Por ejemplo, en la figura 1.9 se muestran
las isosistas del sismo de México del 19 de septiembre de 1985, Se observa que
para una magnitud tan elevada, M, = 8.1, se tuvieron intensidades significativas
hasta varios cientos de kilómetros de distancia. Es evidente además, que las iso-
sistas tienen una trayectoria irregular que difiere mucho de la forma circular que
predicen las leyes de atenuación teóricas. La diferencia es debida a irregulari-
dades geológicas y topográficas, principalmente.
El peligro sísmico en un sitio específico depende de su cercanía a fuentes de
eventos de magnitud suficiente para producir intensidades significativas en el
sitio. La figura 1.10 muestra las máximas intensidades que se han presentado en
la república mexicana por los sismos más importantes ocurridos desde 1850. Se
aprecia que las intensidades máximas ocurren en la costa del Pacífico, pero que
existen otras zonas donde se ha llegado a intensidades importantes.
Una forma más racional de expresar el peligro sísmico es en términos proba-
bilistas, en función de la intensidad que tiene una probabilidad prestablecida (y
Sismología y peligro sísmico
Intensidades en la escala de Mercalli Modificada
pequeña) de ser excedida en un lapso comparable a la vida útil esperada de las edi-
ficaciones. En estos conceptos están basadas las regionalizaciones sísmicas que
rigen en distintos países. La figura 1.11 muestra la regionalización sísmica de
México; en ella se ha dividido el país cn cuatro regiones de peligro sísmico
creciente, de la A hasta la D. Se aprecia concordancia entre esta regionalización
y la distribución de intensidades máximas de la figura 1.10.
1.1.5 Efectos locales y microzonificación
Las leyes de atenuación y los mapas de regionalización reflejan la propagación
de las ondas sísmicas en la roca de la corteza. El movimiento en la superficie del
25
Figura 1.9 Isosistas del sismo
del 19 de septiembre de 1985
(obtenido de la base de datos
Diagnóstico de Peligro Sísmi-
co, CENAPRED).
Figura 1.10 Isosistas máximas
registradas en la República Me-
xicana de 1845 a 1985 (ob-
tenido de la base de datos
Diagnóstico de Peligro Sísmico,
CENAPRED).
26
Figura 1.11 Regionalización
sísmica de México. El peligro
sísmico aumenta de ta zona A
hacia la D.
Introducción a la sismología y a la ingeniería sísmica
ESTADOS UNOS.
SOLEADO
terreno en un sitio dado puede diferir radicalmente del que se tiene en la roca
base, por alteraciones de las ondas debidas a efectos geológicos, topográficos y
de rigidez del subsuelo. La importancia de estas alteraciones, llamadas en térmi-
nos generales efectos locales, se reconoce cada vez más en años recientes y ha
conducido a la necesidad de estudios de microzonificación de las áreas de asen-
tamientos humanos para detectar aquellas zonas que presentan problemas espe-
ciales.
Fenómenos locales extremos se tienen en zonas de suelos inestables donde la
vibración sísmica puede provocar fallas de suelo, deslizamiento de laderas o
problemas de licuación. Estas zonas deben identificarse con estudios geotécnicos
específicos.
La presencia de estratos de suelo blando por los que transitan las ondas sís-
micas para llegar a la superficie, altera en forma significativa las características
de las ondas. Se filtran las ondas de periodo corto y se amplifican las ondas de
periodo largo. En general, la intensidad sísmica aumenta en los sitios de terreno
blando y los daños cn los sismos importantes han sido sistemáticamente más
graves en estos sitios que en los de terreno firme.
Un área donde los efectos de sitio son extraordinariamente importantes
es cl valle de México. Por estar lejos de la costa del Pacífico donde se gene-
ran los sismos de gran magnitud, esta área se ubica en una región de peligro
sísmico moderado (zona B según la regionalización de la figura 1.11). Sin
embargo, condiciones geológicas particulares de esta área producen una
amplificación generalizada de las ondas sísmicas en toda la región, indepen-
dientemente del tipo de terreno. No obstante, el efecto de suelo local más impor-
tante es que las ondas que llegan al valle por la roca base sufren modificaciones
y amplificaciones extraordinarias al transmitirse hacia la superficie a través de
los estratos de arcilla sumamente compresible que existen en las zonas corres-
pondientes a los lechos de los antiguos lagos que hubo en el valle de México.
La importancia del problema se aprecia en la representación de la figura 1.12,
donde se reproducen a una misma escala los acelerogramas registrados en distin-
Efectos sísmicos en los edificios
El movimiento sísmico del suelo se transmite a los edificios que se apoyan
sobre éste. La base del edilicio tiende a seguir el movimiento del suelo, mien-
tras que, por inercia, la masa del edificio sc opone a ser desplazada dinámica-
mente y a seguir el movimiento de su base (figura 1.14). Se generan entonces
las fuerzas de inercia que ponen en peligro la seguridad de la estructura. Se trata
de un problema dinámico cuyo planteamiento teórico se expone cn el capítulo
3 y que, por la irregularidad del movimiento del suelo y por la complejidad de
los sistemas constituidos por las edificaciones, requiere de grandes simplificacio-
nes para ser objeto de análisis como parte del diseño estructural de las construe-
ciones. Aquí sólo se esbozarán en forma cualitativa los aspectos más relevantes
del problema.
El movimiento del suelo consta de vibraciones horizontales y verticales.
Como ya hemos mencionado, las primeras resultan en general más críticas y son
las únicas consideradas en este planteamiento preliminar.
La flexibilidad de la estructura ante el efecto de las fuerzas de inercia hace
que ésta vibre de forma distinta a la del suelo mismo. Las fuerzas que se inducen
en la estructura no son función solamente de la intensidad del movimiento del
suelo, sino dependen en forma preponderante de las propiedades de la estructura
misma. Por una parte, las fuerzas son proporcionales a la masa del edificio y, por
otra, son función de algunas propiedades dinámicas que definen su forma de
vibrar.
Una apreciación aproximada de la respuesta sísmica de una estructura se
tiene al estudiar un modelo simple que es un sistema de un grado de libertad,
constituido por una masa concentrada y un elemento resistente con cierta rigidez
lateral y cierto amortiguamiento (figura 1.15). Como veremos en el capítulo 3
este sistema se caracteriza por su periodo natural de vibración que es propor-
cional a la raíz cuadrada de la relación entre la masa y la rigidez.
Los movimientos del suelo son amplificados en forma importante por la
vibración de la estructura, de manera que las aceleraciones que se presentan en
la misma jlegan a ser varias veces superiores a las del terreno. El grado de
amplificación depende del amortiguamiento propio de la edificación y de la
relación entre el periodo de la estructura y el periodo dominante del suelo. De
esta manera, cuando los movimientos del suclo son bruscos con predominio
de ondas de periodo corto, resultan más afectadas las construcciones rígidas y
pesadas. Cuando el movimiento del terreno es lento, con periodos dominantes
largos, es en las estructuras altas y flexibles donde se amplifican las vibra-
ciones y se generan aceleraciones más elevadas y por ende fuerzas de inercia
mayores. ,
Las fuerzas de inercia que se generan por la vibración en los lugares donde
se encuentran las masas del edificio se transmiten a través de la estructura por
trayectorias que dependen de la configuración estructural. Estas fuerzas generan
esfuerzos y deformaciones que pueden poner en peligro la estabilidad de la cons-
trucción. La figura 1.16 muestra esquemáticamente el flujo de fuerzas en una
estructura típica. Se observa que pueden resultar críticas las fuerzas en las unio-
nes entre los elementos estructurales, las fuerzas cortantes en las columnas y la
transmisión de dichas fuerzas a la cimentación.
29
Introducción a la sismología y a la ingeniería sismica
Como se ha mencionado en la sección anterior, la intensidad de la vibración
inducida en un edificio depende tanto de las características del movimiento del
terreno como de las propiedades dinámicas de la estructura, Para sismos mode-
rados la estructura se mantiene, normalmente, dentro de su intervalo de compor-
tamiento elástico lineal y su respuesta puede calcularse con buena aproximación
en los métodos de análisis dinámico de sistemas lineales; estos métodos se pre-
sentan con cierto detalle en el capítulo 3.
Las características esenciales de la respuesta se llegan a estimar con acep-
table precisión al modelar la estructura mediante un sistema de un grado de li-
bertad con periodo igual al fundamental de la estructura. La figura 1.17 ilustra
algunos aspectos del problema. Si se someten varios sistemas de un grado de li-
bertad con diferentes periodos a cierta ley de movimientos del terreno, cada uno
responde de manera diferente; la amplitud de su respuesta depende esencialmente
de la relación entre el periodo del sistema y el periodo dominante del movimien-
to del suelo (T¿/T,). Se aprecia en el ejemplo que mientras más cercana a la
unidad sea esta relación, mayor es la amplitud de la respuesta,
Una estructura real es un sistema más complejo que el de un grado de liber-
tad y su respuesta es más difícil de estimar. La figura 1.18 muestra las acele-
raciones medidas en distintos puntos de un edificio de la ciudad de México
sometido a un sismo de intensidad moderada, así como en el terreno adyacente y
en el subsuelo. El conjunto de mediciones permite apreciar cómo el movimiento
es casi imperceptible en los depósitos firmes profundos y crece en intensidad den-
tro de los estratos de arcilla (20 m de profundidad), y más aún en la superfi-
cic. El registro obtenido en el sótano del edificio resulta prácticamente igual al
medido en el terreno libre, lo que indica que, en este caso, la presencia del edifi-
cio no altera significativamente el movimiento del terreno. Los registros obte-
nidos en el edificio van creciendo en intensidad con la altura, hasta que en la
azotca la aceleración máxima es 2.5 veces mayor que la máxima registrada en el
sótano. De los comentarios sobre la respuesta de sistemas de un grado de libertad
se desprende que esta amplificación entre la azotea y el sótano depende princi-
palmente de la relación entre el periodo fundamental del edificio y el periodo
dominante del suelo. —.
A medida que la intensidad de la excitación aplicada al edificio aumenta, se
generan cambios en las propiedades dinámicas del mismo, las que alteran su
respuesta. En términos generales, el comportamiento deja de ser lineal, la rigidez
tiende a bajar y el amortiguamiento tiende a aumentar.
La magnitud de estas modificaciones es muy distinta para diferentes tipos de
sistemas y de materiales. El acero, por ejemplo, mantiene su comportamiento li-
neal hasta niveles muy altos de esfuerzos, correspondientes a la fluencia. El con-
creto tiene una reducción significativa en su rigidez cuando los esfuerzos de
compresión exceden a 50 por ciento de la resistencia, pero sobre todo, la rigidez
de estructuras de este material se ve disminuida por el agrietamiento de las sec-
ciones que están sujetas a momentos flexionantes elevados.
Una fuente importante de cambio en las propiedades dinámicas de las cons-
trucciones es el efecto de elementos no estructurales, o sea de los recubrimientos
y paredes divisorias que para niveles bajos de solicitación pueden contribuir sig-
nificativamente a la rigidez, pero que después se agrietan o se separan de la es-
tructura principal.
Efectos sísmicos en los edificios
31
Periodo dominante del
movimiento del suelo
Ts=0.85
Periodo del
sistema en seg. Ts
Duo Acelerograma registrado en el terreno
Figura 1,17 Amplificación del
movimiento del terreno en sis-
temas con distinto periodo fun-
damental de vibración.
El comportamiento de los principales materiales y sistemas estructural
les se
trata en detalle en el capítulo 4. Importa sobre todo la modificación en la res-
puesta que se tiene después de la fluencia, cuando la rigidez de la estructu
ra se
reduce drásticamente y por otra parte entran en juego fuentes de amortiguamien-
to mucho mayores que las que se tienen en la etapa de comportamiento lineal. Es
costumbre relacionar esto comportamiento de la respuesta debido a la disipación
de energía por comportamiento no lineal de la estructura, a una propiedad llamada
Figura 1.18 Registros de ace-
leraciones en un edificio de la
ciudad de México para un sismo
moderado (28 de octubre de
ductilidad, la que se refiere a su capacidad de mantener su resistencia para defor- 1993).
maciones muy superiores a aquella para la que se inició la fluencia.
an
Ed
AZOTEA LT
N11
Ni0
N9 1
9
N8 mí Ly
N7
N6
N5
Na so
o
N3 mo
ini
pS N2
CALLE JALAPA NI
- PLANTA BAJA
TITTIIIRETITIRO SÓTANO = = ZR7T
. | Po —— 8 orinen
SENSOR DE
1 a POZO 20 mm
TO
y
SENSOR DE
POZO 45 m
A
6
9
Efectos sísmicos en los edificios
portamiento que se denomina elastoplástico. Las historias de desplazamientos de
la figura 1.20 resultan parecidas en lo general y, en particular, el desplazamiento
máximo de los tres sistemas es muy similar.
Trataremos más formalmente el tema de la respuesta inelástica en el capítu-
lo 3, pero del ejemplo mostrado puede inferirse que es posible dar a una estruc-
tura una seguridad adecuada contra el colapso, con una resistencia elevada
aunque no se cuente con mucha ductilidad, o con una resistencia mucho menor
siempre que se proporcione amplia capacidad de deformación inelástica (ductiti-
dad). De esta segunda manera se aprovecha el amortiguamiento inelástico para
disipar una parte sustancial de la energía introducida por el sismo. Los pros y con-
tras de las dos opciones se comentarán más adelante.
1.2.3 Daños estructurales más comunes
El factor que más ha influido en el establecimiento de la práctica actual del dise-
ño sismorresistente de edificios, ha sido la experiencia que se ha derivado del
comportamiento observado de los diferentes tipos de estructuras que han sufrido
sismos severos. La identificación de las características que han dado lugar a fa-
llas (o por el contrario a buen comportamiento) y el análisis de los tipos de daños
y de sus causas han contribuido en forma decisiva al entendimiento del compor-
tamiento sísmico de las estructuras.
Existe abundante literatura sobre este tema y los principales sismos han sido
objeto de estudios detallados para explicar el desempeño observado de las estruc-
turas. Las lecciones tienden a repetirse en cstos eventos y dejan establecidos
algunos patrones consistentes.
No se pretende aquí hacer una reseña exhaustiva de los tipos de falla, sino
destacar un pequeño número de aspectos fundamentales, a través de algunos
ejemplos ilustrativos relacionados con los tipos más comunes de estructuras para
edificios modernos.
La causa más frecuente de colapso de los edificios es la insuficiente resisten-
cia a carga lateral de los elementos verticales de soporte de la estructura (colum-
nas o muros). Como se ilustró en forma esquemática en la figura 1.16, el flujo de
33
Figura 1.20 Respuesta elástica
inelástica de sistemas de un gra-
do de libertad.
Sistema de un grado
de libestad
Periodo = 1.0 seg
Amontiguamiento de 5%
Relaciones carga-deformación
Acelerograma del sismo
Amáx= 3.66 cm
Modelo 1
Bma=321 cm
Modelo 2
Amáx=4.22 cm
Modelo 3
Historia de desplazamientos
de los tres modelos
34
Introducción a la sismología y a la ingeniería sísmica
Figura 1.21 Colapso de un edi-
ficio por falla de columnas.
Figura 1.22 Falla de columna con escaso refuerzo
transversal,
las fuerzas de inercia desde las partes superiores hacia la
cimentación, genera fuerzas cortantes crecientes hacia los
pisos inferiores de la estructura las cuales deben ser resisti-
das por los elementos verticales. Un requisito básico para
una adecuada resistencia a sismo es la existencia de un área
transversal de muros o columnas suficiente para resistir
dichas cortantes. La figura 1.21 muestra uno de los múlti-
ples casos de colapso de un edificio por falla por cortante
de sus columnas.
Para un correcto comportamiento sísmico, la resisten-
cia no es el único factor importante. La capacidad de defor-
mación, o la ductilidad, es una propiedad que puede salvar
un edificio del colapso. El detallado de las secciones para
evitar una falla frágil y proporcionar capacidad de defor-
mación es un aspecto básico del diseño. La figura 1.22
muestra la falla de una columna de concreto con una
cuantía y distribución de refuerzo totalmente inadecua-
dos, particularmente en lo referente al refuerzo transver-
sal (estribos). La mayoría de las fallas observadas en
estructuras de concreto están ligadas a un pobre detallado
del refuerzo.
Las conexiones entre los elementos estructurales que
tienen la función de resistir las fuerzas sísmicas son
zonas críticas para la estabilidad de la construcción. Se
presentan en ellas con frecuencia concentraciones ele-
vadas y condiciones complejas de esfuerzos, que han
dado lugar a numerosos casos de falla. Particularmente
críticas son las conexiones entre muros y losas en estruc-
turas a base de paneles, y entre vigas y columnas en
estructuras de marcos. La figura 1.23 muestra un ejem-
Efectos sísmicos en los edificios
35
plo de falla de una conexión viga-columna de concreto.
Las fallas en las conexiones son generalmente de tipo
frágil, por lo que deben protegerse estas zonas con par-
ticular cuidado.
Un ejemplo dramático de falla de conexión se tiene en
edificios de losas planas (apoyados directamente sobre
columnas, sin vigas). Por los esfuerzos cortantes elevados
en la losa alrededor de la columna puede ocurrir una falla
de punzonamiento que deja sin apoyo los sistemas de piso
y da lugar a un colapso total de los pisos que dejan paradas
sólo las columnas, como en la figura 1.24.
La liga de la estructura con su cimentación y la de ésta
en el suelo son aspectos fundamentales para la estabilidad
del edificio. Los casos de volteo de un edificio por efectos
sísmicos son escasos, pero pueden ocurrir en estructuras
esbeltas. La figura 1.25 muestra un edificio que se volteó
arrancando los pilotes del suelo en que estaban hincados.
La configuración inadecuada del sistema estructural
produce una respuesta desfavorable de la estructura o un
flujo de fuerzas que genera concentraciones de esfuerzos
y posibles fallas locales. El caso de la figura 1.26 muestra
vigas fuertemente excéntricas con respecto al eje de co-
lumnas y que transmiten fuerzas cortantes y momentos, tor-
sionantes elevados en la viga transversal sobre la que se
apoyan. El problema que dio lugar a la falla de este edi-
ficio se explica en mayor detalle en la sección 5.4. Por
otra parte, la asimetría en la distribución en planta de los
elementos resistentes causa una vibración torsional de la
estructura y genera fuerzas elevadas en algunos elemen-
tos de la periferia. Numerosos son los casos de fallas, al
Figura 1.23 Falla por escasez
de anclaje del refuerzo de la
columna en su conexión con el
sistema de piso.
Figura 1.24 Falla de un edificio a base de losas planas
por punzonamiento de losa.
38
Introducción a la sismología y a la ingeniería sísmica
Figura 1.29 Falla por cortante
en columna corta.
Figura 1.30 Daños en elementos de fachada por mo-
vimientos laterales excesivos del edificio.
razones son diversas. Lo peculiar del problema sísmico no
estriba sólo en la complejidad de la respuesta estructural a
los efectos dinámicos de los sismos, sino sobre todo, se de-
riva de lo poco predecible que es el fenómeno y de las
intensidades extraordinarias que pueden alcanzar sus efec-
tos, asociado a que la probabilidad de que se presenten
dichas intensidades en la vida esperada de la estructura es
muy pequeña.
Por lo anterior, mientras que en el diseño para otras
acciones se pretende que el comportamiento de la estruc-
tura permanezca dentro de su intervalo lineal y sin daño,
aun para los máximos valores que pueden alcanzar las
fuerzas actuantes, en el diseño sísmico se reconoce que no
es económicamente viable diseñar las edificaciones en
general, para que se mantengan dentro de su compor-
tamiento lineal ante el sismo de diseño.
El problema se plantea en forma rigurosa como uno de
optimación, en que debe equilibrarse la inversión que es
razonable hacer en la seguridad de la estructura con la
probabilidad del daño que puede ocurrir.
La mayoría de los reglamentos modernos de diseño
sísmico establecen como objetivos, por una parte, evitar el
colapso, pero aceptar daño, ante un sismo excepcional-
mente severo que se pueda presentar en la vida de la
estructura; y, por otra, evitar daños de cualquier tipo ante
sismos moderados que tengan una probabilidad significa-
tiva de presentarse en ese lapso.
Estos objetivos pueden plantearse de manera más for-
mal en términos de los estados límite siguientes:
Criterios de diseño sísmico
a) Estado límite de servicio, para el cual no se exceden deformaciones
que ocasionen pánico a los ocupantes, interferencia con el funcio-
namiento de equipos e instalaciones, ni daños en elementos no estruc-
turales,
Estado límite de integridad estructural, para el cual se puede presentar
daño no estructural y dañio estructural menor, como agrietamiento en es-
tructuras de concreto, pero no se alcanza la capacidad de carga de los ele-
mentos estructurales.
c) Estado límite de supervivencia, para el cual puede haber daño estructural
significativo, y hasta en ocasiones más allá de lo económicamente repara-
ble, pero se mantiene la estabilidad general de la estructura y se evita el
colapso.
b
En términos generales, pueden establecerse como objetivos del diseño sís-
mico.
¿) Evitar que se exceda el estado límite de servicio para sismos de intensi-
dad moderada que pueden presentarse varias veces en la vida de la
estructura;
ii) que el estado límite de integridad estructural no se exceda para sismos
severos que tienen una posibilidad significativa de presentarse en la
vida de la estructura;
iii) el estado límite de supervivencia no debe excederse ni para sismos
extraordinarios que tengan una muy pequeña probabilidad de ocu-
rrencia.
Estas probabilidades pueden manejarse en términos de periodos de retorno;
la tabla 1.1 muestra un esquema de este planteamiento e incluye periodos de re-
torno considerados aceptables para cada uno de los tres casos.
Los reglamentos en general, no establecen métodos explícitos para alcanzar
estos objetivos, que estrictamente requerirían de análisis para tres niveles de
sismos; tratan de cumplirlos de manera indirecta mediante un conjunto de re-
quisitos que supuestamente lleven a ello.
Tabla 1.1 Estados límite para diseño sísmico.
Estado Intensidad Periodo de
tímite sísmica retorno, años
Servicio Moderada 20-30
integridad
estructural Severa 50-100
Supervivencia Extraordinaria 500-1000
39
40
Introducción a la sismología y a la ingeniería sísmica
1.3.2 Aspectos principales del diseño sísmico
Los objetivos antes expuestos no se logran simplemente diseñando la estructura
para que sea capaz de resistir un conjunto de fuerzas laterales, aunque esto es par-
te esencial del proceso. Debe darse a la estructura la habilidad de disipar de la
manera más eficiente la energía introducida por el movimiento del terreno. En
caso de sismos severos, es aceptable que buena parte de esta disipación de energía
se realice con deformaciones inelásticas que implican daño, siempre que no se
alcancen condiciones cercanas al colapso.
El cumplimiento de los objetivos, en términos muy simplistas, implica que la
estructura posea una rigidez adecuada para limitar sus desplazamientos laterales
y para proporcionarle características dinámicas que eviten amplificaciones exce-
sivas de la vibración; que posea resistencia a carga lateral suficiente para absorber
las fuerzas de inercia inducidas por la vibración; y que tenga alta capacidad de
disipación de energía mediante deformaciones inelásticas, lo que se logra pro-
porcionándole ductilidad.
A grandes rasgos el diseño sísmico de una estructura implica las siguientes
etapas:
a) La selección de un sistema estructural adecuado. El sistema estructural
debe ser capaz de absorber y disipar la energía introducida por el sismo
sin que se generen efectos particularmente desfavorables, como concen-
traciones o amplificaciones dinámicas. De la idoneidad del sistema adop-
tado depende en gran parte el éxito del diseño. El capítulo 5 se dedica a
ilustrar los criterios de estructuración.
b) El análisis sísmico. Los reglamentos definen las acciones sísmicas para
las cuales debe calcularse la respuesta de la estructura y proporcionan
métodos de análisis de distinto grado de refinamiento. La atención debe
prestarse más a la determinación del modelo analítico más representativo
de la estructura real, que al refinamiento del análisis para el cual se cuen-
ta actualmente con programas de computadora poderosos y fáciles de
usar, que simplifican notablemente el problema.
c) El dimensionamiento de las secciones. Los métodos de dimensionamien-
to de las secciones y elementos estructurales no difieren sustancialmente
de tos que se especifican para otros tipos de acciones, excepto para los
métodos de diseño por capacidad que se mencionarán más adelante.
d) Detallado de la estructura. Para que las estructuras tengan un comporta-
miento dúctil es necesario detallar sus elementos y conexiones para propor-
cionarles gran capacidad de deformación antes del colapso. Los requisitos
al respecto son particularmente severos en estructuras de concreto, en las
que conducen a modificaciones sustanciales en las cuantías y distribuciones
de refuerzo, con respecto a la práctica convencional en zonas sísmicas.
El capítulo 8 ilustra los requisitos de detallado para las estructuras de con-
creto, acero y mampostería.
1.3.3 Enfoques de diseño
Para cumplir estrictamente con los objetivos del diseño sísmico expuestos en las
secciones anteriores, deberían realizarse tres diferentes análisis: uno para un sis-
Criterios de diseño sísmico del RCDF
fusibles impidiendo que se introduzcan en las estructuras fuerzas que puedan pro-
ducir otros modos de falla más desfavorables.
1.4 CRITERIOS DE DISEÑO SÍSMICO DEL
REGLAMENTO DE CONSTRUCCIONES
PARA EL DISTRITO FEDERAL (RCDF)
Se presentarán aquí, en sus aspectos esenciales, los criterios de diseño sísmico del
RCDF en su versión de 1993. Este Reglamento no tiene modificaciones rele-
vantes en lo relativo a diseño sísmico, con respecto a la versión que fue promul-
gada en 1987.
Como en sus versiones anteriores, el cuerpo principal del Reglamento incluye
solamente requisitos de carácter general. Métodos y prescripciones particulares
están contenidos en las Normas Técnicas para Diseño Sísmico (NTDS). Además,
requisitos específicos para el diseño sísmico de los principales materiales estruc-
turales se encuentran en las Normas Técnicas para Diseño y Construcción de
Estructuras de Concreto, Metálicas, de Mampostería y de Madera, respectiva-
mente.
Los métodos específicos de diseño se describirán con cierto detalle en los
capítulos 6 y 7. En orden de refinamiento estos métodos son el simplificado, el
estático y los dinámicos.
Como fadice de la acción sísmica de diseño se emplea el coeficiente sísmico,
e, que representa el coeficiente de cortante basal, el cual define la fuerza cortante
horizontal V,, que actúa en la base del edificio, como una fracción del peso total
del mismo, W.
El coeficiente sísmico también sirve de base para la construcción de los
espectros de diseño. Este coeficiente varía en función del tipo de suelo y de la
importancia de la construcción.
El suelo de la ciudad se divide en las tres zonas principales identificadas
como I, II y IT o de Lomas, de Transición y de Lago (ver figura 1.13). Una parte
de las zonas II y III se denomina zona TV, y para ésta existen algunas limitaciones
en la aplicación de métodos de diseño que incluyen los efectos de interacción
suelo-estructura.
Considerando que es mayor la seguridad que se requiere para construcciones
en que las consecuencias de la faila son particularmente graves o para aquellas
que es vita! que permanezcan funcionando después de un evento sísmico impor-
tante, se especifica que el coeficiente sísmico se multiplique por 1.5 para diseñar
las estructuras de construcciones como estadios, hospitales y auditorios, subesta-
ciones eléctricas y telefónicas (es decir, las clasificadas dentro del grupo A).
Los coeficientes sísmicos sirven para construir los espectros de aceleraciones
de diseño que se emplean para análisis dinámicos. De hecho representan cotas
superiores de dichos espectros que corresponden a su parte plana. Para el análisis
estático puede emplearse el coeficiente sísmico c, o un coeficiente reducido
según el valor del periodo fundamental con reglas que se mencionarán más ade-
lante. Los espectros así construidos son “elásticos”, y sirven para determinar las
fuerzas laterales para las que hay que diseñar una estructura que no tenga una
Introducción a la sismología y a la ingeniería sísmica
+ 0.305, + 7, S
ae =—- =>
Figura 1.32 Combinación del
efecto sísmico en dos direc-
ciones.
Figura 1.33 Vibración de un
edificio incluyendo etectos de
torsión.
capacidad significativa de deformarse fuera de su intervalo elástico lineal. Se
admiten reducciones en las ordenadas espectrales. Están definidas por un factor
Q que toma valores entre 1.0 y 4.0, según el tipo de estructuración y los detalles
de dimensionamiento que se hayan adoptado en la estructura.
Los valores especificados para el coeficiente sísmico y para el factor Q se
describen en el capítulo 6, junto con los requisitos que deben satisfacerse para
adoptar cada valor de O. Estos requisitos son muy generales y deben ir apareja-
dos a la observancia de otros más específicos de sistemas constructivos y mate-
riales particulares.
Debe revisarse la estructura para la acción de dos componentes horizontales
ortogonales del movimiento del terreno. Se considerará actuando simultánea-
mente el valor de diseño de un componente más 30 por ciento del valor de diseño
del componente ortogonal (figura 1.32). Ha sido costumbre considerar que la
acción sísmica se ejerce en forma independiente en cada dirección, o sea, revisar
el efecto de la acción sísmica de diseño en una de las direcciones principales de
la estructura, considerando que las fuerzas sísmicas son nulas en cualquier otra
dirección. La estructura puede presentar además, movimientos de rotación en
cada masa (figura 1.33) y un modelo más completo debe incluir ese grado de li-
bertad mediante resortes de torsión en cada piso. La importancia de las rotaciones
y la magnitud de las solicitaciones que por este efecto se inducen en la estructura,
dependen de la distribución en planta de las masas y de las rigideces laterales.
Desde un punto de vista de equilibrio, la fuerza actuante por sismo en cada piso
está situada en el centro de masa, mientras que la fuerza resistente lo está en el
centro de torsión, o sea, donde se ubica la resultante de las fuerzas laterales que
Muro
Centro de
torsión ]
e
Y Marco
Centro de
2)
- T
a) Planta.
b) Configuración deformada.
Criterios de diseño sísmico del RCDF
resiste cada uno de los elementos. Si entre esos dos puntos existe una excentrici-
dad, la acción en cada entrepiso estará constituida por una fuerza cortante más un
momento torsionante cuyo efecto debe tomarse en cuenta en el diseño.
Cuando no se leve a cabo un análisis dinámico que incluya los efectos de
torsión a través de la consideración de un grado de libertad de rotación en cada
nivel, el efecto de la torsión se suele considerar de manera estática super-
poniendo sus resultados a los de un análisis estático o dinámico, de los efectos
de traslación calculados de manera independiente.
Debido al efecto dinámico de la vibración, el momento torsionante que actúa
en cada entrepiso puede verse en general, amplificado y, por tanto, la excentrici-
dad efectiva puede ser mayor que la calculada estáticamente. Por otra parte, el
cálculo del centro de torsión sólo puede efectuarse con pobre aproximación,
porque la rigidez de cada elemento particular puede ser alterada por agrietamien-
tos locales o por la contribución de elementos no estructurales. Por las dos
razones expuestas, el RCDF especifica que el momento torsionante de diseño se
determine con una excentricidad total que se calculará como la más desfavo-
rable de:
e=1.5e,+0,1 b
6.12
e=e,—0.1b
donde e, es la calculada a partir de los valores teóricos de los centros de masa y
de cortante; el factor 1.5 cubre la amplificación dinámica de la torsión; bh es el
lado del edificio en dirección normal a la del análisis; se considera un error posi-
ble en la determinación de la excentricidad igual a 10 por ciento del ancho del
edificio.
La forma en que se debe considerar el efecto de la torsión en el análisis sís-
mico se describirá en el capítulo 6,
Como se ha indicado anteriormente, el segundo
objetivo básico del diseño sísmico, consistente en evi-
tar daños ante temblores moderados, se trata de cum-
plir limitando los desplazamientos laterales de la
estructura.
El índice más importante para la determinación
de la magnitud de los posibles daños es la distorsión E enepiso
de entrepiso +, o sea, el desplazamiento relativo entre ] Y il .
dos pisos sucesivos A, dividido entre la altura de
entrepiso H (figura 1.34)
Y=A/H
Hay que recordar que la'reducción en el coeficiente sísmico por comportamiento Figura 1.34 Distorsiones de
inelástico es válida para determinar las fuerzas para las que hay que diseñar la entrepiso admisibles según el
estructura, pero que las deformaciones que se presentarán en la estructura serán RCDF,
aproximadamente Q veces las que se han determinado con un análisis elástico
bajo esas fuerzas reducidas. Por tanto, antes de compararlas con deformaciones
admisibles, las deformaciones calculadas A,, deberán multiplicarse por Q.
A=QA,
Método de rigideces
El producto de una fuerza generalizada por su correspondiente despla-
zamiento generalizado tiene unidades de trabajo. En este ejemplo, los grados de
libertad 14, a «¿ son giros (cuyas unidades son radianes) y los demás son desplaza-
mientos lineales; por tanto, las fuerzas generalizadas p, a pg son momentos, mien-
tras que las demás son fuerzas lineales.
Por definición, el coeficiente de rigidez K;,, que ocupa el lugar ¿, ¡ de una
matriz de rigideces K,, referida a los grados de libertad u, es la fuerza o momen-
to que se necesita aplicar a la estructura en la dirección del grado de libertad ¿ para
que se produzca un desplazamiento unitario en la dirección del grado de libertad
J. El conjunto ordenado de los valores de K;; constituye la matriz de rigideces que
es cuadrada, de tamaño igual al número de grados de libertad. De acuerdo con el
teorema de reciprocidad de Betti-Maxwell, K,, = K;, y, por tanto, las matrices de
rigideces son simétricas. En vista de que en estructuras lineales se aplica el prin-
cipio de superposición, podemos escribir:
K,u=p (Q.1)
En el caso de resorte de la figura 2.1 la matriz de rigideces es de tamaño 1x 1
y la expresión anterior se convierte en la ecuación escalar ku =p, de donde el
desplazamiento originado por la fuerza p se calcula inmediatamente como « = pik.
La energía de deformación, U, almacenada en el resorte es el área bajo la curva
carga desplazamiento mostrada en la figura 2.1b y es igual a U=p 4/2=k 0/2,
Para el marco de la figura 2.2, la matriz K, es de 12 x 12 y para calcular los
desplazamientos, u, debidos a un yector de cargas p se tiene que resolver el sis-
tema de ecuaciones lineales simultáneas definido por la ecuación 2.1.
En general, para un sistema de n grados de libertad en el que se conocen las
correspondientes fuerzas generalizadas, tenemos que calcular una matriz de rigi-
deces de n X n que proporciona los coeficientes de un sistema de ecuaciones con
n incógnitas (los 1 desplazamientos generalizados). Por tanto, es conveniente se-
leccionar para una estructura el menor número posible de grados de libertad,
aunque tal número debe ser suficiente para representar adecuadamente todas las
formas importantes de deformación ante el sistema de cargas en estudio. La
energía almacenada en la estructura es:
U= pTu/2 = w7p/2 = ul K,w2
Nótese que U es una cantidad escalar y que las unidades de los elementos de
la matriz de rigideces deben ser tales que todos los productos Kun, tengan
unidades de trabajo.
Frecuentemente, interesa referir una matriz de rigideces ya calculada para
ciertos grados de libertad u a otros nuevos grados de libertad v. Llamaremos K,,
ala matriz transformada a los nuevos grados de libertad y sea a la matriz de trans-
formación que permite expresar los antiguos grados de libertad en función de los
nuevos, es decir:
u=av (2.2)
“Veremos en ejemplos subsecuentes que a se determina fácilmente mediante
consideraciones geométricas. Como la energía almacenada en la estructura para
una cierta configuración deformada es una cantidad escalar, independiente de
49
Edificios sujetos a fuerzas laterales
50
como se exprese dicha configuración, es decir independiente de la selección de gra-
dos de libertad, escribimos:
U=uTK, w2=w K, v/2
Combinando esta expresión con 2.2 se deduce que:
vaTK, av=vK,y
Como esta igualdad debe satisfacerse para cualquier conjunto de valores que
asuman los elementos del vector y concluimos que:
K,='K,a (2.3)
Para deducir cómo se expresan las fuerzas, P,, correspondientes a los grados
de libertad v, en términos de las P,,, referidas a u, partimos de que el trabajo efec-
tuado por las fuerzas es igual a la suma de los productos de cada una de ellas por
su correspondiente desplazamiento, independientemente de los grados de libertad
escogidos. Entonces, teniendo presente la igualdad 2.2 escribimos:
vP,=uwP,=va7P,
como la igualdad precedente debe cumplirse para cualquier vector v, se infiere
que:
P,=a7P, 24)
2.1.2 Elemento viga
L En la forma más elemental, los grados de libertad de un ele-
po mento viga son las rotaciones en sus dos extremos, 6, y 8,
1 según se aprecia en la figura 2.3a. Por definición, los térmi-
nos de la matriz de rigideces (en este caso, de 2 X 2) son los
momentos en los extremos debidos a giros unitarios en un
extremo y nulos en el otro, como se muestra en la figura 2.3b,
los cuales se calculan empleando conceptos de resistencia
de materiales que tomen en cuenta la variación del momen-
) Ko to de inercia a lo largo de la viga. Así resulta:
4) Grados de libertad.
Ko Kn
Ko=| Ko Ko
Para vigas prismáticas con momento de inercia constante
1,, módulo de elasticidad E y longitud £, se encuentra que:
h) Coeficientes de rigidez.
K,= EL, IL (.5)
24
Figura 2.3 Elemento viga.
Método de rigideces
51
Ko Y Ea
0.05 0.15 025
ij
Con referencia a la figura 2.3, los coeficientes de rigidez son Kj = ki; (EL SL), siendo 1, el momento de inercia al centro de la viga.
0.35
En el caso de vigas de sección variable tenemos:
Kn kr
Ko= ELL | bo to
donde esta vez 1, es un valor de referencia. Los valores de k¡ para vigas simétri-
cas con cartelas rectas, para las cuales £,, = ka), se muestran en figura 2.4 refe-
ridos al momento de inercia en la zona central de sección constante de la viga. En
métodos tradicionales de análisis de marcos, las relaciones t,3=k9/k,1 y
ta1 = k19/k2) se denominan factores de transporte de los nudos 1 22 y 2a 1, res-
pectivamente. Cuando el momento de inercia o el módulo de elasticidad varían
arbitrariamente, los coeficientes de rigidez se pueden calcular usando métodos
tradicionales de análisis de vigas, como el de área de momentos o el de la viga con-
jugada. La sección 13.15 del texto de Norris y Wilbur (1960) describe el proce-
dimiento a aplicar, que se puede adaptar a una hoja de cálculo electrónica.
Para vigas, el vector de cargas está constituido por los momentos flexionantes
M, y M,, en los extremos de la viga y la expresión 2.1 se escribe:
kn Ka 0 M,
Ka Ka 8, =1]M, 26
Figura 2.4 Coeficientes de
rígidez para vigas con cartelas
rectas,
54
Figura 2.8 Simplificación del
marco de la figura 2.2.
Figura 2.9 Viga articulada en
un extremo.
Edificios sujetos a fuerzas laterales
2.2 MARCOS PLANOS
2.2.1 Método directo de rigideces
El método directo de rigideces es un procedimiento para obtener la matriz de
Tigideces de una estructura a partir de las de sus componentes fundamentales. Si
se trata de un marco, a partir de las matrices de rigideces de las vigas, columnas
y diagonales que conforman el marco. Para ilustrar los pasos del método, con-
sideremos el marco de la figura 2.2. Si se desprecian las deformaciones axiales
de las vigas y columnas, los grados de libertad son solamente los seis primeros de
los 12 mostrados en la figura aludida; además, aprovechando la simetría del
marco y la antisimetría de las cargas, se puede reducir el problema a uno de cua-
tro grados de libertad como se ilustra en la figura 2.8, la cual indica también los
valores de los momentos de inercia de los diferentes elementos.
e ha e o
E A »
¿
05P h mal
A ”
h=21 4
ay
En primer lugar, se obtiene la matriz de rigideces de las piezas aisladas (vigas
y columnas) que forman la estructura. Las vigas tienen los grados de libertad
mostrados en la figura 2.9. Se pueden considerar explícitamente los giros en
ambos extremos como grados de libertad; sin embargo, tomando en cuenta que el
momento flexionante en el extremo articulado es nulo, conviene referir la matriz
de rigideces solamente al giro del nudo en el que la viga se une a las columnas.
Para este fin, de la expresión 2.6 escribimos:
K 1 9 +K10,=M,
K; 0, + K2 0,0
Marcos planos
Despejando 6, de la segunda ecuación y remplazando en la primera obte-
nemos:
M, = (Ku — K?2/K9)0,
De acuerdo con la definición de coeficiente de rigidez, 9, = 1 y, como éste
es el único grado de libertad, la matriz de rigideces es:
Ky= (Ki -K?1/K22) Q.10)
La última operación se denomina condensación estática de grados de liber-
tad. Si la viga es prismática, empleando los coeficientes de la expresión 2.5 lle-
gamos a:
Ko = (3E1,/L) (Q.11)
Las columnas tienen los cuatro grados de libertad mostrados en la figura 2.5
y, como se ignoran las deformaciones axiales, sus matrices de rigideces están
dadas por K,, en la expresión 2.7. Para cada pieza empleamos los momentos de
inercia (1 = £, para las vigas, f, = [, o f, para las columnas) y longitudes (Lo h)
correspondientes.
De acuerdo con los grados de libertad definidos en la figura 2.8, la matriz de
rigideces global, K, de la estructura completa es de 4 X 4, K se obtiene suman-
do los términos de las matrices de rigideces de los elementos en los lugares que
indique la correspondencia entre la numeración de los grados de libertad globa-
les de la estructura y las numeraciones locales de los elementos. En este ejem-
plo, los números locales para la columna de segundo piso (figura 2.5) coinciden
con los globales de la estructura completa (figura 2.8) y todos los coeficientes de
K, se suman directamente a K. Por otro lado, para la columna del primer piso, los
grados de libertad locales 1 y 3 de la figura 2.5 corresponden a los grados de lib-
ertad globales 2 y 4; por tanto, los coeficientes K,,, Kj3 y Kaz de K, deben
sumarse, respectivamente, en los lugares 22, 24 y 44 de K. Es innecesario utilizar
los coeficientes restantes de K, porque corresponden a grados de libertad glo-
bales (desplazamiento y giro del apoyo empotrado) que asumen valores nulos. El
giro local de la viga del segundo piso corresponde al grado de libertad global 3 y,
por consiguiente, el valor que arroje la expresión 2.11 se suma en el lugar 33
de K; similarmente, la rigidez de la viga del primer piso se suma en el lugar
44 de K. El resultado es:
12H 121, /H3 -61, HR 61, /H2
124 +LYH -61,/H2 SU AYIR
K=E AL/H +3LÍL AH
simétrica ADAL +3LYL
Supongamos, por sencillez, que £ = 1.5H; como 1, =1, £, = 21, nos queda:
55
Edificios sujetos a fuerzas laterales
12/42 -12/H2 -6/H —6/H
-12/8?2 36/82 6/H -6/H
K = E/H -6/H 6/H 38 2 Q.12)
-6/H -S/H 2 16
Las cargas son momentos y fuerzas aplicadas en los nudos, numerados en
concordancia con el orden de los grados de libertad. Así, el vector de cargas F,
resulta:
Fi P
JE L Jos.
F=1Mm(=] o
Ms 0
Los desplazamientos y giros, arreglados en el mismo orden, constituyen el
vector de desplazamientos r:
r $
r.
E
Ta 64
Para conocer r tenemos que resolver K r = E, que en forma desarrollada, se
escribe:
vie -120r 84 4] | a, P
0 E A O
EMS lem "gm 8 2118] 0 13
1H 8H 2 161 |6 0
La solución puede obtenerse por diversos métodos, pero conviene hacerlo
definiendo las siguientes submatrices y vectores:
12/42 12/82 -6/H 61H
Ks5= EH | _i97m 3608 | 5 Kso= EUB | "¿yg _ 1
olé) > «(3
Con lo que la expresión 2.13 se convierte en:
Ks Kyo ó P
E E] 5d e
Marcos planos
Y, = 24 Xx 0.16176 P- 12 X 0.19853 P =
1.5P
Y, =-24 X 0.16176 P + 12 X 0,19853 P=-—1.5P
M, = - 12 x 0.16176 PH + 8 X 0.19853 PH = -0.35PH
M, =-12 X 0.16176 PH + 4 X 0,19853 PH =-—1.15PH
Se puede verificar fácilmente que estos elementos mecánicos están en equi-
librio. V, y M, son las reacciones en la base, y la fuerza cortante vale 1.5 P, lo
cual puede deducirse inspeccionando la estructura.
La figura 2.10 presenta un marco de cuatro pisos y cuatro crujías analizado
con el método de rigideces con los resultados que muestra la figura 2.11. Se los ejemplos.
59
Figura 2.10 Marco usado en
3 Sí 5
o o A
¿
o|s o|21 o|7
$, sI El 51 A Y
o o o A
ola o|31 0|4 o|21
zm E 51 El El] _ 1
o o 9 o
9 |3.3757 O |4sr O | 5.6251 9133751 0 |2251
2 El 51 5 si A
o o 9 o
O|or O | 751 o|9 0|6r Olas!
mbr mr mb ab mbr Y
!
40=£ 40=L 40=L ¡ 40=L
pur e — poo]
Fuerzas en toneladas y longitudes en metros
1=7500 cn
O Rigidez (inercialongitud) en términos de J/L
E = 2 000 000 kg/cm?
40=L
40=L
45=1,125L
60=15£
60
Edificios sujetos a fuerzas laterales
Momentos flexionantes, en ton-m
Desplazamientos laterales, en cm
ys ,
Y 160%] “1.56 157%]
1.66 3.16 1.57
1.54 273 3
349 qe, 335 Py 4.85 p
e 3444] 4314] 4924,
3.49 5.74 6:43 3.58
2.76 507 5.40 351
[ty 8.32 [ty 741 [ty 7.59 [tx 5.30
«el 7364] 8.034] 6.554,] 5.094]
5.56 9.91 1022 8,34 5.09
4.17 3.76 344 7.62 3.88
[2 14.39 [Py 12.06 fe 12,37 |*y 10.76 p
«el 12754] 13.02%] 10.754] 12.374]
10.22 16.04 16.95 13.89 2.49
14.50 [19.75 [22.54 | 16.33 [11.29
ambar em mr Prior rear
2.966
2.590
2.086
1.256
0.000
Figura 2.11 Momentos flexio-
nantes en el marco de la figura
2.10 según el método de rigi-
deces.
2.2.2 Método de Bowman
jgnoraron las deformaciones axiales de los miembros, para que los resultados
fuesen comparables a los de los métodos aproximados, que se presentarán pos-
teriormente.
Como resultado del estudio de un gran número de marcos en los que son despre-
ciables los efectos de deformación axiales, resueltos por métodos exactos,
Bowman propuso un método aproximado de acuerdo con las siguientes hipótesis
(Sutherland y Bowman, 1958):
Marcos planos
61
1. Los puntos de inflexión en las vigas
exteriores se encuentran a 0.55 de su
elaro, a partir de su extremo exterior
como se ¡ilustra en la figura 2.12. En
vigas interiores, el punto de inflexión
se encuentra en el centro del claro,
excepto en la crujía central cuando el Puntos de inflexión
número de crujías es impar, o en las 0.551 0.551
dos centrales si es par. En estas cru-
jías la posición de puntos de inflexión _—— Ae — »
en las vigas está forzada por condi- SS 0.65
ciones de simetría y equilibrio.
2. Los puntos de inflexión en las colum-
nas del primer entrepiso se encuentran e e * >
a 0.60 de su altura, a partir de ta base. 0.60 k
En marcos de dos o más, tres o más, o o . e d—
cuatro o más entrepisos, respectiva-
mente, los puntos de inflexión en las
columnas de los entrepisos último, pe-
núltimo y antepenúltimo, respectiva-
mente, se encuentran a 0.65, 0.60 y . . .
0.55 de la altura correspondiente, a 0.50 k
partir del extremo superior. En edi- | Puntos de y * + q
ficios de cinco o más entrepisos, los inflegión
puntos de inflexión en columnas para ==» > e
las cuales no se ha especificado ta Sl 050%
.
0,55%
posición se encuentran en el centro de
su altura. Esto se resume en la figu-
entrepiso se distribuye cn la forma
siguiente:
En el primer entrepiso, una fuerza
cortante igual a V,=V (N-0.5)(N+ 1D)
se reparte directamente entre las
columnas del entrepiso proporcional-
mente a sus rigideces. La fuerza cor-
tante restante V, = V — V, se divide
entre las crujías proporcionalmente a
la rigidez de la viga que las limita en la parte superior. Luego, la mitad
de la cortante de cada crujía se asigna a sus dos columnas colindantes.
En pisos superiores, una fuerza cortante V, = V (N - 2)/(N+1) se dis-
tribuye directamente entre las columnas. La cortante Y, = V—V, se reparte
entre las crujías como se hizo para planta baja.
ra 2.12, | . | .
3. La fuerza cortante total, V, de cada 4 ,
] 0604
Figura 2.12 Localización de
puntos de inflexión según el
método de Bowman.
En los párrafos anteriores N es el número de crujías en el entrepiso considera-
do. Una variante del método consiste en respetar los puntos 2 y 3, pero determinar
los momentos en las vigas equilibrando en cada nudo la suma de momentos en los
extremos de las columnas con momentos proporcionales a la rigidez angular natu-
ral de cada viga.
64
Edificios sujetos a fuerzas laterales
R, = 24 END hp); D,=h/EK¿1 + (hy + h)EK,).
+ Para el segundo entrepiso, columnas empotradas en la cimentación
R¿= 48 E (DA);
D,=4HM4Ek,, + (a + RYNOK,: + ER 112) + (7 + AYNOK,y)
y para columnas articuladas en la cimentación
R, = 48 END); D, = 4h SEK 7 + Qhy + AYNEKA + Co + AYNEK o).
+ Para entrepisos intermedios:
R,= 48 END, hi) D, = 4 hy 12K y + (y + A NEK y E (hy + A K y).
En las fórmulas precedentes hemos definido:
E módulo de elasticidad.
Ra rigidez del entrepiso en cuestión.
Ko rigidez (//L) de las vigas del nivel sobre el entrepiso .
Kon rigidez (1/L) de las columnas del entrepiso a.
m, n, o. índices que identifican tres niveles consecutivos de abajo hacia arriba.
An altura del entrepiso n.
Para el entrepiso superior, si se acepta que la cortante del penúltimo piso es
el doble que la del último, se encuentra que es aplicable la fórmula para entre-
pisos intermedios, poniendo 2h,, en vez de h,, y haciendo h, = 0. Loera (1964)
presenta una deducción de las fórmulas y su ampliación para el caso de vigas de
sección variable.
Para el marco de la figura 2.10 tenemos E = 2000000 kg/cra?, 1 = 7500 cm,
h, = 600 cm, hh, = 450 cm, hy= 400 cm, h, = 400 cm y L = 400 cm para todas las
crujías, entonces:
EX. = (6.00 + 7.50 + 9.00 + 6.00 + 4.50)(7500/600) = 412,50 cm?
SK, = (3.375 + 4.5 + 5,625 + 3.375 + 2,25X.7500/450)= 318.75 cmP
SK. = (2.00 + 3.00 + 4,00 + 2.00)(7500/400) = 206.25 cm?
EX. = (1.00 + 2.00 + 1.001(7500/400) = 75.00 cm?
Ek, = (5 +5 +5+5)(7500/400) = 375.00 cm3
EX, =(5+5+5+5)(7500/400) = 375.00 cm?
EX = (5 + 5 + 5)(7500/400) = 281.25 cm?
Ka = (5 + 5107500/400) = 187.50 cm3
Usando las fórmulas para columnas empotradas en la cimentación, se llega a:
D,= 8.383 l/cm?, R,=48 X 2000000/(600 X D,) = 19086 kg/cm
D,= 10.4780/cm?; R¿=48 X 2000000/(450 X D,) = 20359 kg/cm
D, =12.8687/cm"; Ry =48 X 20000001400 X Dj) = 18650 kg/em
Dj =27.7333/cm"; R,=48 X 20000001400 X D,) = 8654 kg/cm
Marcos planos
Las rigideces de entrepiso calculadas por este método se usan con frecuencia
para distribuir la fuerzas cortantes en los entrepisos, donde interesan las rigideces
relativas de un marco con respecto a otro. En el capítulo 6 se explicarán los pro-
cedimientos de diseño que incluyen tales distribuciones de cortantes. Conocida la
fuerza cortante Y, se pueden emplear los valores de R para calcular desplazamien-
tos de entrepiso 3, como cocientes V/R, aunque la precisión del método para este
fin no ha sido bien estudiada. No obstante, se puede proceder así para una verifi-
cación del orden de magnitud de resultados de métodos más precisos. Para el
marco de la figura 2.10 se obtienen los siguientes desplazamientos de entrepiso, $:
V,= 3000 kg 8,= 3000/8654 =0.347 em
V,= 9000 kg 8,= 9000/18650=0.483 cm
Y, = 16000 kg; 8, = 16000/20359 = 0.786 cm
V, = 25000 kg; $, = 25000/19086 = 1,310 cm
Acumulando los desplazamientos relativos obtenemos los siguientes despla-
zamientos totales (de abajo hacia arriba): 2.925, 2,578, 2.096 y 1.310 em, los
cuales se comparan bastante bien con los resultados del método de rigideces mos-
trados en la figura 2.11.
2.2.4 Edificios de cortante
Las columnas de un marco sujeto a cargas laterales tienen puntos de inflexión
siempre y cuando la vigas sean lo suficientemente rígidas para imponerles la
doble curvatura. Bajo estas circunstancias, se pueden calcular rigideces de en-
trepiso con las fórmulas de la sección previa, lo cual permite modelar el marco
mediante una sucesión de resortes laterales, cada uno representando a un entre-
piso, como lo ilustra la figura 2,15. Esta clase de marcos se denomina de cortante,
“3
Fs. to - AS 1
Ra
AA
uz
Fr, 19 Po da 1
Ra
AMA mE
e
Ey pr 1
8
A
mo mo mb me se mn
a) Marco de cortante. b) Modelos simples de marco.
jon
= ¡-ésima rigidez de entrepiso
1, = desplazamiento lateral del mivel/ hw
<) Grados de libertad del ¿-ésimo ensrepiso.
65
Figura 2.15 Modelo de un mar-
Co de cortante.
Edificios sujetos a tuerzas laterales
66
porque los desplazamientos de cada uno de sus entrepisos dependen de las fuer-
zas cortantes (y no de los momentos) obrando sobre los mismos. Un edificio o
estructura de cortante es aquella constituida por marcos de cortante. Á continua-
ción se derivan algunas propiedades de este tipo de marcos.
Para los grados de libertad locales w, definidos en la figura 2.15c, la matriz
de rigideces local del ¿-ésimo resorte se escribe:
- 1-1
K=8| 1]
/
Cotejando los grados de libertad w de cada piso con los del marco completo,
u, que se indican en la figura 2.15b, aplicamos el método directo de rigideces y
encontramos que la matriz de rigideces del marco es:
(R,+R —R, 0
K,= R, (R¿HR) Ra
0 Ry Ry
Los correspondientes vectores de desplazamientos y de fuerzas son:
41 Fi
u=¿% ; P,=4F3
Uy FE,
Definamos ahora como nuevos grados de libertad los desplazamientos rela-
tivos de entrepiso y, que en términos de los desplazamientos totales se expresan:
v 4
Yi= 31%
Y Mz — lo
La matriz a que relaciona el vector de grados de libertad u con y, se deduce
como sigue:
4>0u
4=4+0=0+w
4 =4+09=0+0+0
4 100 u
ep = [110 u
43 111 Y
Según la expresión 2.3, la matriz de rigideces referida a los desplazamientos
relativos es K,,= a7 K, a; efectuando los productos se llega a:
Sistemas con muros
69
ls
2
a
A
Es
A
Ejes Muro Columnas
centroidales v
Muro i hs
. :
Y A
f ha
:
:
Í By
!
i 2]
: ha
: 2]
:
1 fa
! 2. l,
mo mm — La
W Wa
[Mm] [we | =
Vigas
a) Esquema de la estructora.
IE
L
5”
b) Marco con columnas anchas.
nomina columna ancha a un miembro así analizado para distinguirlo de las
Columnas normales en que sólo son importantes las deformaciones por flexión.
Para analizar sistemas de muros y muro-marco se considera cada muro como
una columina áncha con sus propiedades concentradas en su eje centroidal y se
supone que las zonas de las vigas que se encuentran dentro de los muros son
infinitamente rígidas a flexión. Esto se ilustra en la figura 2.17, y tiene la venta-
ja de que los sistemas con muros se idealizan como estructuras esqueletáles, lo
mismo que los marcos.
Las deformaciones por cortante en las columnas y las zonas rígidas en las
vigas modifican las respectivas matrices de rigideces. Con referencia a los grá-
dos de libertad y notación mostrados en la figura 2.18, la matriz para las colum-
nas anchtas se escribe:
a La , a 4 a
: E + | ML | BL 7,
y+ A+ pol
BE |6
6%
4) Colutnna ancha. b ) Viga con zonas infinitamente rígidas
á flexión en sus extremos.
Figura 2.17 Sistema marco-
muro idealizado con columnas
anchas.
Figura 2.18 Grados de libertad
para columnas y vigas en el mé-
todo de la columna ancha.
70
Edificios sujetos a fuerzas laterales
12El(a hi)
-12ElI(a h3) 12ElM(a hi)
-SEl/(a h2) GEllla h2) (4+0)Ela h)
-SElí(a h2) GEllía h2) (2-EIAH (4+oJEla hi)
x
siendo a=1+ a, y a= 12 EI(GN).
siméuica
EA/h Q21)
EAlh —EAlh
Para las vigas con zonas rígidas er sus extremos:
4+128(1+ g)
simétrica
2+6g+b)+ Deb 4+12b(1+b)
EMAD)]| -601+2g MAD 61+2b/AD 1UALP
6(1+22 MAL) -601+2bMAL) IA LP 12/41 LP
donde g = yA y b= BlA.
En casos extremos, si el área de cortante es grande o las longitudes de zonas
rígidas son bastante pequeñas, las matrices anteriores coinciden con las de una
viga y columna normales. Así, si dichas matrices se incluyen en un programa para
resolver marcos, éste servirá también para analizar sistemas muro-marco.
MacLeod (1971) ha constatado la buena precisión del método comparan-
Pe = Peto cs]
=> L-
to 2 mal
e
--- Ejes
ca Zonas infinitamente rígidas a flexión
do sus resultados con los de mo-
delos elásticos a escala de
muros con una hilera central
de huecos. En efecto, el méto-
do es útil en casos de muros
con huecos, sobre todo si se
incluyen los efectos de extre-
mos rígidos en las columnas y
los de cortante en las vigas.
Algunos ejemplos de idea-
lización posibles se muestran
en la figura 2.19. En ciertos
casos es conveniente que las
zonas rígidas en los extremos
tengan forma de codo y no
sean solamente rectas; para
estas situaciones pueden con-
sultarse las publicaciones de
MacLeod (1973, 1990),
Figura 2,19 Muros con huecos
que pueden analizarse con el
método de la columna ancha.
Sistemas con muros
Existen programas para analizar edificios que incluyen explícitamente defor-
maciones por cortante y zonas rígidas (Wilson y Dovey, 1972, Wilson et al.,
1975). Cuando se usan programas que no incluyan esta última opción, las zonas
rígidas pueden representarse con vigas que tienen momentos de inercia grandes
en comparación con las demás vigas y columnas del conjunto.
2.3.2 Método de MacLeod
MacLeod (1971, 1990) ha desarrollado un procedimiento que permite estimar la
fuerza cortante y el desplazamiento lateral máximos de sistemas formados por
marcos y muros, así como el momento de volteo en la base de los muros, a par-
tir de suponer que todos ellos están conectados sólo en sus extremos superiores
como se ilustra en la figura 2.20. Para cargas laterales con distribución triangu-
lar, la fórmula que proporciona la fuerza que actúa entre los marcos y los muros,
P,es:
PIW=0.55 E K,M(S K¿+ Y K) (2.22)
donde K;es la rigidez lateral de cada marco entendida como la fuerza concentra-
da en el extremo superior que produce un desplazamiento lateral unitario en su
línea de acción; K,, es la rigidez de cada muro definida en el mismo sentido y
W es la carga lateral total aplicada. Para calcular las K, se pueden emplear. las
fórmulas de Wilbur, ya que conocidas rigideces de entrepisos, R,, se tiene
UK,= E (UR)
El desplazamiento lateral máximo se estima como P/K,, y la fuerza cortante
máxima en el marco está dada por 1.3P. El momento de volteo en la base del
muro es aproximadamente igual al momento total menos PH, siendo H la altura
total del muro.
Como ejemplo, consideremos nuevamente el edificio cuyos datos se dan
en la figura 2.20, Las rigideces de entrepiso en toním resultan R, = 11414,
R,= 7676, R¿= Ry =R5= 7376, por tanto:
1K,= (1/11414 + 1/7676 + 3/7376)
El resultado es K; = 1601 toním; como están incluidas todas las vigas y
columnas en el cálculo de las R,, entonces 3K, = Kg
En este caso 2, K,, = 3 21,/H? donde E es el módulo de elasticidad de los
muros, Í,, su momento de inercia y A su altura total. Así
Km 7 (4 x15X 106 x 2 x 0,8/ 153 = 2133 Um.
Ahora podemos emplear la fórmula 2,22, y obtenemos P/W = 0.55 X 1601 /
(1601 + 2133) = 0.236. Como W = 150 ton, P = 0.236 X 150 = 35.4 ton. La es-
timación del desplazamiento máximo es P/K, =35.4/1601 = 0.0221 m. La
fuerza cortante total en los marcos es 1.3P = 1.3 X 35.4 = 46.0 ton y el momen-
to de volteo en los muros se estima como 50 X 15+40X 12+30X9+20X6
+ 10X 3 - 35.4 x 15 = 1119 ton-m. A cada muro le corresponde una cortante
basal de (150 — 46)/2 = 52 ton y un momento de 1119/2 = 559.5 ton-m.
T
74
Edificios sujetos a fuerzas laterales
muro y marco, se ha propuesto (Ba-
zán, 1980) que la diagonal equivalen-
te tenga el mismo espesor 1, y módulo
declasicidad£. de elasticidad E,,, que el muro, y que
su ancho sea:
A
ll
w= (0,35 + 0.0224)h (2.23)
donde h es la altura entre ejes del
tablero y A es un parámetro adimen-
sional basado en las rigideces relati-
h vas entre muro y marco, definido en
4 la figura 2.23. Para determinar la
A E be o >=. oo- +la matriz de rigideces de la diagonal se
aplica la expresión 2.8, con A = wr
y L = longitud de la diagonal.
ha considerado que el marco es
t
1
I
! Al deducir la fórmula 2.23 se
1
1
"1=A.PN
continuo (no articulado) en sus
esquinas y que G,, = 0,4 E,,. Dicha
fórmula es aplicable para valores
1 de A entre 0.9 y 11 y para rela-
b
EE UU ciones de aspecto £ (ver figura
A q oa 2.23) entre 0.75 y 2.5. Tales inter-
A A
Am
“ valos cubren la mayoría de los ca-
sos prácticos.
Otro procedimiento para calcu-
tar rigidez lateral y clementos
AEADMG pk) mecánicos de un sistema marco-
muro es considerar que el conjunto
€ = relación de aspecto = bh
Figura 2.23 Definiciones para
determinar la rigidez de un
muro confinado,
constituye una columna ancha con
lo que es aplicable la expresión
2,21 para valuar la matriz de rigideces. El momento de inercia Í se consi-
dera que proviene de la rigidez axial de las columnas y se calcula como se
indica en la figura 2.23; E, es el módulo de elasticidad del marco y G,, el
módulo del cortante del muro. Se adopta para el área de cortante, £, el si-
guiente valor reducido que toma en cuenta la separación entre muro y
marco:
Q = (0.37 -0.12 ¿+ 0.023 A) (4, +24.) (2.24)
A,, es el área de la sección transversal del muro, A, es el área de la sección de
cada columna del marco, sin transformar a pesar de ser de material más rígido.
Estas definiciones se ilustran también en la figura 2.23.
Como resultado del análisis considerando columnas anchas, se obtienen en
cada tablero un momento flexionante M4 y una fuerza cortante V. Las cargas axia-
les, T de tensión y C de compresión, en las columnas se calculan como:
T= MID), C=2Mlb
Sistemas con muros
75
siendo z = 1.15 — 0.22 y b la distan-
cia entre ejes de las columnas. La
fuerza cortante máxima en las co-
lumnas es 0.6V. Estas aproxima-
ciones también están limitadas a los
intervalos de valores de Í y A que
se indicaron para el uso de diago-
nales equivalentes.
Como ejemplo, consideremos la
estructura mostrada en la figura
2.24. Para determinar las diagona-
les equivalentes a los muros de
mampostería tenemos: área de las
columnas, A, igual a 30 X 30 = 900
cm?; área del muro, A,,, igual a 15 X 9
Columnas de 0.30 x 0.30 m y vigas de 0.25 X 0.50 m de concreto con E, =141,000 kg/cm?
Muros de tabique de barro recocido de 0.15 m de espesor con G,, = 2400 kg/cm?
Diagonal equivalente
(400 — 40) = 5400 cm?; módulo de
elasticidad de las columnas, E, =
141,000 kg/cm? y módulo de cor- S
30
tante de la mampostería, G,, = 2400
kg/cm2. Con estos valores se calcula
pu
30
el parámetro A como:
A =(EAJMC mA)
= (141000 X 900)/(2400 x 5400)
6, Ñ
98 o 40
Aplicando la expresión 2.23 con
Fuerzas en toneladas y longitudes en metros
30
yo
6.0
h.= 3m resulta:
w = (0,35 + 0.022 A) A = (0.35 + 0.022 X 9.8) 3 = 1.70m.
Las diagonales equivalentes se muestran en la figura 2.24 y tienen 170 X 15
= 2250 cm? de área, 5m de longitud y módulo de elasticidad E,, = G,/0.4 =
2400/0.4 = 6000 kg/cm?. Hemos analizado esta estructura con y sin diagonales
empleando el método de rigideces; algunos de los resultados se muestran en la
figura 2.25. Obsérvese que al incluir las diagonales (es decir cuando los muros
están presentes) disminuyen las cortantes y momentos en todos los miembros del
marco; en cambio, las fuerzas axiales en las vigas y columnas de la crujía que
contiene a los muros se vuelven mucho mayores.
Opcionalmente, podríamos idealizar los tableros marco-muro como colum-
nas con momento de inercia 1 = A, b2= 900 X 4002 = 144 000 000 cm!. La
relación de aspecto es 4/3 = 1.33, entonces, empleando la fórmula 2.24, el área
de cortante reducida es igual a:
Q = (0.37 - 0,12 X 1.33 + 0.023 X 9.8 ) (5400 + 2 X 900) = 3138 cm?
Figura 2.24 Marco con muros
de mampostería.
76
Figura 2.25 Resultados del
análisis del marco de la figura
2.24,
Edificios sujetos a fuerzas laterales
9 294
6.69
Ps
1.50
“| 39 + 50 504 “396
NA 690 NA 1.98 Y 7.98 A 6390
5.51 2.04 2.04 5.51
4) Sin diagonales
1.43
y
y, 290
8.50
13.18
“169 —b20 -l 20 DS
UE ala 325 Us 325 dy 239
2.52 13.48 18.58 2.43
hb) Con diagonales
Fuerzas en ton y momentos en ton-m
2.3.5 Método del elemento finito
En la actualidad, el método del elemento finito constituye la más poderosa he-
rramienta para el análisis de estructuras complejas, como ciertos muros de
composición y/o geometría complicada. Para fines prácticos, las soluciones
obtenidas mediante la aplicación adecuada del método a problemas elásticos
lineales pueden considerarse como exactas, Básicamente, este método consiste
en dividir la estructura en subregiones, denominadas elementos finitos, dentro
de las cuales se prescribe la forma en que varían los desplazamientos en fun-
ción de los valores correspondientes a ciertos puntos denominados nudos
(figura 2.26). Como en el caso de vigas y barras, los posibles desplazamientos
y giros nodales constituyen grados de libertad. Con base en las leyes constitu-
tivas del material (esto es, en las relaciones que existen entre esfuerzos y
deformaciones; por ejemplo, la ley de Hooke) y en la función adoptada para
prescribir los desplazamientos, se determina la matriz de rigideces de cada ele-
Análisis tridimensional
xl” xl. xl: xs
DADA
79
Figura 2.27 Grados de libertad
del sistema plano de la figura
2.17.
tales y el giro alrededor de un eje
vertical en tales puntos. Entonces, el
análisis tridimensional se hace como
sigue:
Centro de Y
: o masas del piso ¿ :
a) Se calcula la matriz de rigide- + a
ces lateral de cada sistema s Je == -
- $
plano j. Para esto se asignan al Sí :
sistema como grados de liber-
tad un desplazamiento vertical %
y un giro en el plano del sis-
tema por cada nudo, y un
desplazamiento horizontal por
cada nivel, como se ilustra
en la figura 2.27. Si se tienen
N nudos y L niveles, la ma-
dy = 4, cos dj + v,sen Q,+ 10,
Proyección del
sistema plano j
en el piso?
triz de rigideces correspondiente a estos grados de libertad es de orden
2N + L. Con el procedimiento de condensación explicado en la sec-
ción 2.2.1 (véase la expresión 2.19) se expresa esta matriz en térmi-
nos de solamente los grados de libertad laterales y se obtiene la matriz
de rigideces lateral del sistema que es de orden £ y aquí se denomi-
na K,. :
b) Se deducen las matrices para expresar los desplazamientos laterales de
cada sistema resistente en términos de tos grados de libertad del edificio
completo.
Para esto considérese la figura 2.28 en donde u;, v, y 0, son los
desplazamientos y el giro del centro de masas del piso ¿. El desplaza-
miento lateral d,,, del sistema plano ¡ en este piso, considerando que el 6,
ji
€s pequeño, se expresa:
Figura 2.28 Relación entre los
desplazamientos en planta del
piso rígido ¡y el desplazamiento
lateral del sistema plano ¡en
dicho piso.
80
Edificios sujetos a fuerzas laterales
4;
Y
0 (2.25)
e, es el ángulo entre las direcciones positivas de 4, y de di; » 1 es la dis.
tancia de la proyección del sistema plano j al centro de masas del piso
y tiene signo positivo cuando el giro de d, alrededor de dicho punto es
del mismo sentido que 8, . Concisamente, 2.25 se escribe:
di¿=<cos pp, sen dy |
dy = by Tu (2.26)
siendo
cos $, u
bi sen » om :
Cuando consideramos los £ niveles del sistema resistente tenemos:
D,=B,U (2.27)
donde hemos definido:
e]
ds 7
d, 1
$2 lo
D=| : ; U=
dee
? Y
6
(L elementos) (BL clementos)
y, 0.0 0
0 b, 0 0
o 0 (2.29)
(£ X 3L elementos)
c) Según la sección 2.1.1, notando que B, desempeña el papel de la matriz de
transformación a, ya que relaciona los antiguos grados de libertad (des-
plazamientos laterales del sistema plano j) con los nuevos (desplazamien»
tos y giros de los centros de masas de los pisos), K, se transforma a estos
nuevos grados de libertad mediante la operación:
K* =B7K,B, (2.30)
K/* es una matriz de orden 3£.
Análisis tridimensional
81
d) Se obtiene la matriz de rigideces K del edificio sumando directamente las
K¿* puesto que todas están referidas a los mismos grados de libertad. Para
un edificio de n pisos K es cuadrada de orden 3n. Nótese que algunas K,*
pueden ser más pequeñas que K ya que el sistema plano j puede tener
menos pisos que el edificio completo. Para sumar, se considera que todos
los términos faltantes son ceros.
€) Dado un vector de fuerzas laterales que obran en los centros de masas
de los pisos F, se calculan los desplazamientos U, resolviendo el siste-
ma de ecuaciones KU = F. Obsérvese que F está formado por dos fuerzas
propiamente dichas y un momento torsionante en el centro de masas de
cada piso, en congruencia con los grados de libertad elegidos para el edi-
ficio en conjunto.
f) Conocido el vector U se seleccionan los desplazamientos relevantes para
el sistema plano j y con la expresión 2.27 se calculan sus desplazamientos
laterales D, Como vimos en la sección 2.2,1, a partir de ellos se determi-
nan todos los desplazamientos verticales y giros, y luego los elementos
mecánicos de cada pieza de dicho sistema.
En el siguiente ejemplo ilustramos los pasos enunciados y damos algunos de-
talles adicionales,
dae dy
f
741 =5 5en da
Se trata de un solo piso ¿= 1
Acotaciones en m
i Sistema plano | Rigidez lateral $; Ti
(tontin) fgrados) (ra,
AB 300 0 —3.00
AC 300 90 —3.00
CD 200 0 3.00 Nota: Para la defini-
BD 200 60 4.33 ción de y y r ver Figura 2.29 Estructura tridi-
la figura 2.27. mensional de un piso.
Au
$4
Figura 2.30 Edificio con sis-
temas resistentes ortogonales.
Edificios sujetos a fuerzas laterales
F, = 300 X (0.009544) = 2.8632 ton
F,= 300 X (-0.002016) = 0.6048 ton
F, = 200 X (0.008939) = 1.7878 ton
F,= 200 X (0.003492) = 0.6984 ton
Podemos verificar que estos valores equilibran a las cargas aplicadas; en
efecto, las sumas de fuerzas horizontales, verticales y de momentos con
respecto al centro de masas arrojan, respectivamente:
F, + Fy+ F¿ cos (60) = 5.0002 == 5.0 ton, bien
F, + F, sen (60) = 0.000032 == 0.0 ton, bien
S F, - 5 F,- 3 F, + 4.33 F¿ = 15.0007 = 15.0 ton-m, bien
2.4.3 Edificios con sistemas resistentes ortogonales
Cuando los sistemas resistentes que conforman un edificio son paralelos en plan-
ta a una de las direcciones de dos ejes perpendiculares de coordenadas, basta una
sola cantidad (X o Y) para definir su posición, haciendo más sencillas algunas
operaciones matriciales del procedimiento propuesto en la sección 2.4.1. Como
ilustración consideremos el edificio de cinco niveles de la figura 2.30, que está
formado por ocho marcos de cortante con las rigideces de entrepiso asignadas en
«a Entrepiso
>
3
E W, (ton)
5 90
3
4 120
30 Y
3 150 Distancias en m
Rigideces en tomcm
3
2 150 3% K=24
a > la
180 3 Ss 1 N 40
1 x o k=8
2x
4 35
abr h A — > ESn
Evaluación x Entrepiso 5 x
Y
a K=16 K=24
35
% K=8 K=12
e n
3 o e 8 o o 2
5 í z %|40 5 z z Ú
ax[ e « K=12 le
35
1% K=12 K=20
Y 2Y 3Y ay Xx
65 70 65 65 19 65
Entrepiso 4 Entrepiso 1 a 3
Análisis tridimensional
Tabla 2.1 Posición de centros de masas y
de sistemas resistentes en el edificio de la
figura 2.30.
a) Centros de masas
Nivel Xx Yi
(mm) (m1)
1 8.50 6.30
2 9.20 5.50
3 9.20 5.50
4 9.20 5.50
5 6.75 3.25
b) Sisiemas resistentes
Sistema Y Sistema Xx;
resistente, j tm) resistente, j | (m)
1x 0.0 1Y 0.0
2x 3,5 2Y 6.5
3x 75 3aY 13.5
ax 1.0 4Y 20.0
Tabla 2.2 Datos geométricos para transformar desplazamientos de los sistemas
resistentes del edificio de la figura 2.30 a grados de libertad de los centros de masas.
Ángulo Distancia rg
Sistema $ (e)
resistente | i=1laS Piso 1 Pisos 2a4 Piso 5
j (grados) YY YY; ys -Y
oX-x oX-x oX-X
1x 0.0 6.30 - 0.00 = 6.30 5.50 — 0.00 = 5.50 3.25 - 0.00 = 3.25
2x 0.0 6.30 — 3.50 = 2.80 5.50 - 3.50 = 2.00 3.25 - 3.50 =-0.25
3X 0.0 6.30-7.50=- 1.20 3.50 -7.50=- 2.00 325-750 =-3.25
4X 0.0 6.30 - 11.00 =--4,70 | 5.50-11.00=-550 | 3.25-11.00=-7.75
1Y 90.0 000-675 =-6.75
2Y 90.0 6.50 - 8.50 =- 2.00 6.50 - 9.20 =- 2.70 0.00 - 6.75 =-0.25
3Y 90.0 13.50 - 8.50 = 5.00 13.50 - 9.20 =4.30 13.50 6.75 =6.75
4Y 90.0 20.00 - 8.50 =11.50 | 20.00-9.20= 10.80 20.00 - 6.75 = 13,25
= coordenadas de los centros de masas (tabla 2.1).
EN
Xp
coordenadas de los sistemas resistentes (tabla 2.1).
86
Edificios sujetos a fuerzas laterales
la citada figura, la cual muestra además los ejes cartesianos elegidos. Las coor-
denadas de los centros de masa de los pisos y las de los sistemas resistentes se
dan en la tabla 2.1. Adoptaremos la convención de que los desplazamientos la-
terales de los sistemas resistentes son positivos de izquierda a derecha y de abajo
hacia arriba, es decir, siguiendo los sentidos positivos de los ejes coordenados.
Los pasos del análisis tridimensional son:
a) Se calcula la matriz de rigideces lateral de cada sistema plano j. En este
ejemplo, por ser el cdificio de cortante, seguimos la sección 2.2.4. Para
los sistemas de cinco pisos (j = 1X, 2X, 3X, 1Y, 2Y, 37) resulta:
(Ri +R) =R) 0 0 0
—R, (R, + Ry) 2; 0 o
K,= 0 —R, (Ry+RY 2, o
0 o Ra (R+R5) Rs
o 0 Rs Rs
Las matrices de los sistemas de cuatro pisos (j= 4X, 4Y) son de 4X 4 y
se obtienen eliminando la fila y columna quintas de la matriz anterior
y el sumando R; del elemento 4, 4. Sin embargo, para sumar las K, en
rigor todas ellas deben ser del mismo tamaño, por lo cual las matrices de
los sistemas 4X y 4Y se expanden a 5 X 5, añadiendo una fila y una
columna formadas por ceros.
Usando las rigideces de entrepiso de la figura 2.30 para los sistemas
1X, 1Y y 4Y obtenemos:
40 —20 0 0
20 40 20 0
20 32 -12 0
0-12 24 -12
0 0 -12 12
Ki =
ooo
256 -128 0 0.0
-128 256 -128 0.0
K,= O -128 236 -108 0
0 0 -108 180 72
0 0 0 2
192 -96 0 0
-96 192 -96 0
K,y= 0 -96 182 -86
0 0 -86 86
0 0 0 0
oo0000
Las matrices de los sistemas restantes se obtienen de manera similar.
Observaciones y comentarios
Los ceros revelan que los desplazamientos en un eje están desacopla-
dos de los del eje perpendicular.
d) La matriz de rigideces lateral, K, del edificio se obtiene sumando las Kf.
En este ejemplo el resultado es la siguiente matriz de 15 X 15:
SK. 0 S K, Y
K=|_0 3K, E K, X
EYK, XK, (kEYK,Y+2XK,X)
€) En general, siguiendo el orden elegido de grados de libertad, el vector de
fuerzas F estará formado por cinco fuerzas en la dirección X, cinco en la
dirección Y y cinco momentos torsionantes alrededor de los centros de
masas. El cálculo de los desplazamientos U demanda la solución del sis-
tema de 15 ecuaciones con 15 incógnitas K U =F. Tanto esta solución,
como las operaciones matriciales para obtener K, son practicables sólo
con el auxilio de computadoras, aun en este edificio con un bajo número
de pisos y con sistemas resistentes ortogonales.
f) Conocido el vector U, los productos B;yU o B,pU permiten calcular los
desplazamientos laterales D, de cada sistema resistente. Obsérvese que la
abundancia de ceros simplifica apreciablemente las operaciones.
Multiplicando los D, por las matrices K; se determinan las fuerzas apli-
cadas en los niveles de cada sistema resistente. A partir de tales fuerzas
se pueden calcular los elementos mecánicos en las piezas que conformen
el sistema resistente.
Cuando se trata de edificios de cortante es conveniente formular el
problema escogiendo como grados de libertad los desplazamientos y
giros relativos en los entrepisos en puntos llamados centros de torsión,
para los cuales, por definición, se anulan las sumas E R;, Y, y 2 X; Ri.
Usando estas condiciones en el desarrollo de tos productos matricia-
les ZR), Y y 2 K;, X, el problema se simplifica a tal punto que las ecua-
ciones de equilibrio se desacoplan y se resuelven secuencialmente, en
grupos de tres por cada entrepiso, empezando por el entrepiso superior.
En el capítulo 4 se exponen los detalles de esta manera de proceder.
2.5 OBSERVACIONES Y COMENTARIOS
Conviene remarcar que el nombre método “exacto” se refiere a precisión numéri-
ca dentro del marco de ciertas hipótesis. En el análisis de edificios, dicho térmi-
no alude a resultados precisos de modelos en los que las cargas y las propiedades
mecánicas y geométricas son conocidas y se supone comportamiento elástico li-
neal. En realidad, las especificaciones de los reglamentos modernos de diseño sís-
mico consideran que ante temblores severos los edificios muy probablemente
incursionarán en comportamiento inelástico. Además existe gran incertidumbre
en la predicción de acciones sísmicas, y, en menor grado, en el cálculo de pro-
piedades como pesos, áreas, momentos de inercia, módulos de elasticidad, etc. Por
tales motivos, aun empleando los más refinados programas para computadora, se
tienen solamente modelos aproximados de los edificios y sus solicitaciones, y es
concebible que, bajo ciertas circunstancias, un método “aproximado” represente
89
90
a) Marco
P
[|
bj Muro
Figura 2.32 Deformaciones
típicas de marcos y muros,
Edificios sujetos a fuerzas laterales
a una estructura con precisión similar a la de un método “exacto”. De allí que,
cuando se satisfacen sus condiciones de aplicabilidad, los métodos aproximados
son una valiosa herramienta para constatar la precisión de métodos exactos.
Otra ventaja de los métodos aproximados es que se basan en condiciones
fundamentales de equilibrio y en comprender cómo se comporta una estructura
ante cierto sistema de cargas. Por tanto, su uso facilita la visualización de la in-
teracción entre las piezas que conforman la estructura, de trayectorias de carga
y de configuraciones deformadas. El examen de estos conceptos es parte impor-
tante del diseño estructural y debe efectuarse desde el inicio de todo proyecto.
2.5.1 Métodos aproximados para marcos
La precisión del método de Bowman se puede evaluar comparando los resultados
de la figura 2.13, que son los que arroja este método para el marco de figura 2,10,
con los del método de rigideces, que pueden considerarse como exactos y se dan
en la figura 2.11. Se aprecia que en ciertos puntos ocurren diferencias apreciables.
Existen otros métodos aproximados más precisos, pero más laboriosos como el
del factor y el de Grinter-Tsao (Rosenblueth y Esteva, 1962). Por otro lado, un
procedimiento bastante difundido es el de portal, basado en hipótesis aún más
simples sobre la posición de los puntos de inflexión en vigas y colurmas, y sobre
la distribución de cortantes en estas últimas. No hemos tratado este método por-
que el de Bowman, al precio de poco esfuerzo adicional, da resultados sensi-
blemente mejores. Otro método simplificado es el del voladizo que sirve para
análisis preliminar de marcos esbeltos, aunque en otras circunstancias da lugar a
resultados menos precisos que los métodos aquí presentados. En nuestra opinión,
el método de Bowman cumple el cometido de permitir una verificación suficien-
temente sencilla de resultados de métodos matriciales, de proporcionar fuerzas y
momentos para etapas preliminares de diseño y de mostrar cómo las fuerzas sís-
micas se transfieren entre diferentes piezas,
Por definición, la: rigidez de un entrepiso, R, es el cociente de la fuerza cor-
tante obrando sobre el entrepiso entre su desplazamiento relativo. En rigor, R es
independiente del sistema de cargas laterales sólo cuando las vigas son infinita-
mente rígidas a flexión y las deformaciones axiales en las columnas son despre-
ciables, Bajo tales circunstancias, R= 12 3, 1,/h*, donde [, denota momentos de
inercia de las columnas, h es la altura de entrepiso y la suma abarca todas las
columnas del entrepiso. Las fórmulas de Wilbur suministran valores aceptables de
R para marcos cuyas piezas tienen dimensiones relativas tales que las cargas la-
terales inducen puntos de inflexión en las columnas, como se ilustra en la figu-
ra 2.32a. Blume (1968) luego de analizar varios marcos, ha propuesto que para
determinar si las vigas tienen rigidez suficiente para imponer doble curvatura a
las columnas se calcule el parámetro p, que él llama índice de rotación de nudo,
dado por
p= E WINS, WD..
1 es el momento de inercia de una pieza y £ su longitud, los subíndices v y e
indican viga y columna, respectivamente; las sumas se refieren a todas las piezas
de un piso o entrepiso, deberán considerarse primero las vigas del piso superior
y separadamente las del piso inferior. Se tienen así dos valores de p para cada en-
trepiso y, según Blume, si ambos son mayores que 0.1 las columnas del entrepiso
Observaciones y comentarios
en cuestión tendrán puntos de inflexión. Cuando un marco tiene una variación pau-
latina de las rigideces de vigas y columnas, basta calcular p para el entrepiso más
cercano a la mitad de la altura del marco. Aunque este índice ha sido deducido para
marcos regulares, da una idea sobre la posible aparición de puntos de inflexión en
las columnas de marcos irregulares, valuándolo en diferentes entrepisos.
Cuando las columnas son robustas en comparación con las vigas, p es usual-
mente menor que 0.1, sobre todo en los entrepisos inferiores; tal es frecuente-
mente el caso de edificios a base de losas planas. El caso extremo, para el cual p
vale cero, es el de un muro aislado que se deforma sin ningún punto de inflexión,
como se aprecia en la figura 2.32b, A fin de aclarar la influencia de las cargas la-
terales en la rigidez de entrepiso hemos colocado una fuerza lateral F en un piso
intermedio del marco y del muro de la figura 2.32, de modo que las cortantes en
entrepisos por encima de F' son nulas. Los desplazamientos relativos de dichos en-
trepisos son también aproximadamente cero y por tanto las R no están determi-
vadas; para calcularlas necesitamos aplicar cargas en los pisos superiores a fin de
eliminar divisiones cero sobre cero. Ocurre que para marcos que satisfacen la
condición propuesta por Blume, los resultados son muy parecidos para fuerzas
laterales que actúan en el mismo sentido. Por el contrario, en el muro los des-
plazamientos por encima de F son apreciables a causa de la rotación en el nivel
donde actúa dicha fuerza, y, en consecuencia, las rigideces.de entrepiso son nulas
para este sistema particular de cargas. Cuando aplicamos fuerzas sobre todo el
muro las R serán mayores que cero, pero, manteniendo la misma fuerza cortante,
los resultados dependen de la distribución de cargas, puesto que los despla-
zamientos en cada nivel tienen una influencia importante de los giros en pisos
inferiores, los que a su vez dependen de los momentos flexionantes.
Como ilustración del criterio de Blume, para el segundo entrepiso del marco
de la figura 2.10; como las vigas de los pisos primero y segundo son iguales,
usando unas u otras obtenemos:
(S54+54+545/4 _
P= EIB4s4 56154 33184 2239145 = 1:18
Para el tercer entrepiso, considerando las vigas del segundo piso, resulta
(4545 45S)4
= = 1.82
PO 2+3+4+ 24
y si se emplean las vigas del tercer piso, se llega a
p= (S+5+5)4 =136
7 (2+34+4+2)/4
En todos los casos p > 0.1, por lo que se formarán puntos de inflexión en las
columnas de estos entrepisos y son aplicables los métodos que suponen la apari-
ción de tales puntos.
En décadas pasadas, tuvieron difusión entre los ingenieros estructurales mé-
todos manuales más precisos aunque también apreciablemente más laboriosos,
como el de Cross y el de Kani, cuyos resultados son exactos sólo cuando son
despreciables los efectos de cargas axiales en las columnas. Estos métodos ten-
drían que modificarse substancialmente para incorporar deformaciones por cor-
tante y nudos con dimensiones finitas (zonas rígidas) y han caído en desuso
debido a la amplia disponibilidad de computadoras para aplicar procedimientos
que no están sujetos a las limitaciones citadas.
91
94
Edificios sujetos a fuerzas laterales
2.5.3 Efectos no lineales
Se distinguen dos tipos de comportamiento no lineal en estructuras.
El primero, denominado no linealidad geométrica, se presenta cuan-
do la hipótesis de que las deformaciones son pequeñas es inadecuada
y Cuando menos algunas de las condiciones de equilibrio deben
plantearse sobre la configuración desplazada de la estructura. La no
linealidad se manifiesta en que los desplazamientos dependen de los
elementos mecánicos en los miembros estructurales, los que a su vez
son función de dichos desplazamientos. En el caso de fuerzas late-
rales, particularmente cuando no existen muros ni sistemas rigidi-
zantes equivalentes, se pueden originar desplazamientos horizontales
apreciables Á, entre los extremos de las columna y las cargas verti-
cales sobre las mismas P, producen momentos iguales a PA, que a su
vez generan desplazamientos laterales adicionales. De allí que este
fenómeno se conoce como efecto P-A, o efectos de segundo orden.
Figura 2.34 Efectos de esbel-
tez en un sistema de un grado
de libertad.
Ninguno de los procedimientos de análisis expuestos en este capítulo
considera estos efectos, aunque una manera simple de incorporarlos (Rosen-
blucth, 1965) es añadir en cada nivel una fuerza lateral ficticia de modo que en
cada entrepiso el producto de la fuerza cortante sea igual a W A donde W es
el peso del edificio encima de dicho entrepiso. Como ilustración considere-
mos el sistema de un grado de libertad de la figura 2.34 para el cual el momen-
to en la base, incluyendo el aporte de la carga axial, es:
M= Vh + WA
En términos de la rigidez lateral k, este momento es igual a kAh; por tanto,
despejando Vh nos queda:
Vh = kAh— WA = kh [1 — WIKkk)] A
o también:
V=[k-WH]lA = k11-6] A
donde el parámetro 9 = W/(kh) se llama coeficiente de estabilidad (Bernal,
1985). Se aprecia que el efecto neto de la carga axial es reducir la rigidez late-
ral en un monto W/h, o en una fracción igual a 6, El término W/h se conoce
como rigidez geométrica, y refleja la naturaleza no lineal del problema porque
depende de la carga axial. Nótese que es posible que la rigidez se anule com-
pletamente cuando la'carga axial alcanza el valor crítico kh, produciendo
inestabilidad del sistema.
Dentro del contexto del método de elementos finitos, se han desarrollado pro-
cedimientos muy generales para calcular la denominada matriz de rigidez geomé-
trica, K, de una estructura de varios grados de libertad con cualquier tipo de
elementos, K, depende de la magnitud y distribución de cargas axiales y las ecua-
ciones de equilibrio ante un vector de cargas P se escriben [K — K¿] u =P. K,
sirve también para determinar las cargas críticas que causan estabilidad en la es-
tructura. Los detalles escapan el alcance de este texto y se pueden consultar en
varias publicaciones sobre análisis estructura) y el método de elementos finitos
(véanse, por ejemplo Przemieniccki, 1968 y Chajes, 1993).
Observaciones y comentarios
La segunda manifestación importante de comportamiento inelástico es denomi-
nada ro linealidad del material que tiene lugar cuando las curvas carga-deformación
de los materiales que constituyen los miembros estructurales son sensiblemente no
lineales, reflejando además estados de falla como agrietamientos y fluencias que
causan cambios bruscos en dichas curvas. Como veremos en el capítulo 4, esta for-
ma de no linealidad es característica de prácticamente todos los materiales estruc-
turales que se usan en edificios. Los reglamentos de construcción así lo reconocen
y muchas de sus prescripciones promueven ciertos tipos deseables de compor-
tamiento inelástico ante eventos sísmicos severos y aún moderados.
Desde el punto de vista de análisis, la no linealidad del material invalida el prin
cipio de superposición, lo cual obliga a conocer las fuerzas y momentos debidos a
las cargas permanentes que obran previamente sobre la estructura (cargas muertas
y vivas) antes de determinar los efectos de cargas laterales. En vista de que ante car-
gas permanentes deben prevenirse fenómenos no lineales de importancia, es decir,
que las resistencias de los elementos estructurales deben ser apreciablemente
mayores que las demandas provenientes de dichas cargas, en el paso inicial del
análisis ante acción sísmica se considera que el edificio se encuentra aún dentro de
su intervalo de comportamiento elástico. Se aplican luego paulatinamente las
fuerzas laterales que representan al sismo hasta que en alguna sección crítica de
algún elemento se alcanza la resistencia y ocurre una falla local, típicamente
fluencia o agrietamiento. Esto modifica las características de rigidez de tal elemen-
to y, por ende, de la estructura para cargas adicionales, aunque no necesariamente
implica colapso. Con las rigideces modificadas se continúan aplicando las cargas
laterales hasta que ocurre otra falla local con los consiguientes cambios de rigidez.
Se procede de esta manera hasta que la estructura colapsa, obteniéndose así su
resistencia a cargas laterales estáticas. Este tipo de análisis se emplea muy rara-
mente en el diseño sísmico de edificios y aun así con simplificaciones, no sólo por
ser laborioso sino porque las cargas sísmicas son dinámicas y no estáticas.
2.5.4 Análisis tridimensional con computadora
Existen varios programas para computadora que efectúan automáticamente el análi-
sis elástico tridimensional de edificios bajo la suposición de que los pisos son
diafragmas rígidos en su plano, siguiendo internamente los pasos descritos en la sec-
ción 2.4; entre ellos, ha sido pionero el desarrollado por Wilson y Dovey (1972). El
buen uso de estos programas requiere, además del entendimiento claro de sus hipóte-
sis básicas y de sus limitaciones, una cuidadosa preparación de datos. Típicamente,
la información que se debe proporcionar incluye los dos grupos siguientes:
1. Datos generales del edificio:
número y alturas de pisos,
elegir sistema de coordenadas en planta,
número y posición de sistemas resistentes,
valor y posición de fuerzas laterales (normalmente los centros de
masas).
2. Datos para cada sistema resistente:
+ número de pisos, aunque sus alturas son comunes a todos los sistemas
y forman parte de los datos generales;
95
96
Edificios sujetos a fuerzas laterales
* propiedades de vigas: módulo de elasticidad, momentos de inercia y
coeficientes de rigidez (no se necesitan áreas en congruencia con la
hipótesis de diafragmas rígidos), peraltes (para nudos de dimensión
finita);
+ propiedades de columnas: módulo de elasticidad, áreas, momentos de
inercia, áreas y módulo de cortante (particularmente importantes en co-
lumnas que representan muros) y peraltes;
+ propiedades de diagonales: áreas y módulo de elasticidad,
Por lo común, estos programas analizan también el edificio ante cargas
verticales, introducidas como fuerzas distribuidas o concentradas en las vi-
gas. Cuando los sistemas resistentes, las cargas verticales o ambos no son
simétricos, ocurren desplazamientos laterales, que, aunque son pequeños en
comparación con los originados por las fuerzas laterales, tienen que ser com-
patibles dentro de todo el edificio, debido que la hipótesis de diafragmas rígi-
dos obliga a que los desplazamientos de cualquier sistema resistente queden
definidos por tres grados de libertad por nivel, como se explicó en la sección
2.4. En otras palabras, un sistema resistente no puede desplazarse lateralmen-
te de manera independiente de los demás, como es usual suponer en análisis
ante cargas verticales. El resultado es que la suma de fuerzas cortantes en los
miembros de un entrepiso (columnas, diagonales y muros) de un sistema resis-
tente no es nula, Esta condición de equilibrio en ausencia de cargas laterales
sólo se satisface al sumar las fuerzas cortantes en los entrepisos de todos los
sistemas resistentes en cada nivel del edificio.
Estos programas presentan sus resultados, consistentes en general en des-
plazamientos laterales y fuerzas y momentos en cada pieza, de manera ordenada
y autoexplicatoria. Los momentos en vigas y columnas están dados normalmente
en las secciones que intersectan las caras de los elementos perpendiculares, de
modo que para verificar el equilibrio de momentos de un nudo se deben tomar en
cuenta los peraltes de vigas, columnas o muros.
Otro asunto que merece atención es que al idealizar el edificio como un con-
junto de sistemas resistentes planos, se impone solamente compatibilidad global
de desplazamientos laterales. Los desplazamientos verticales y las rotaciones de
cada sistema resistente son independientes de los otros, y de allí que para las
columnas que pertenecen a dos sistemas diferentes (o sea que están en la in-
tersección en planta de dos sistemas planos) se calculan dos desplazamientos
verticales y, en consecuencia, dos fuerzas axiales independientes. Ocurre una
incompatibilidad similar en rotaciones por flexión de columnas que forman parte
de dos sistemas que intersectan en planta en ángulos que no son rectos. Estas
incompatibilidades sólo pueden eliminarse totalmente si el edificio completo se
modela como un marco tridimensional, empleando programas que incorporan tal
formulación (Wilson et al, 1975). Sin embargo, generalmente se logra mayor
claridad en el análisis considerando varios sistemas resistentes separados. Para
columnas que pertenezcan a dos sistemas, se sugiere sumar las fuerzas axiales
que resulten en cada uno de ellos,
Como hemos comentado anteriormente, los pisos deben ser capaces de tras-
mitir las fuerzas generadas por la acción sísmica a los elementos resistentes. La
verificación de esta capacidad es particularmente importante cuando se supone
que los pisos son diafragmas rígidos. Normalmente, los programas de análisis
tridimensional no producen como resultado las fuerzas en cuestión, las cuales se
100
Figura 3.2 Sistema simple con
amortiguamiento viscoso,
Conceptos de dinámica estructural
restantes giros y desplazamientos se anulen, sino que, aunque asuman valores dis-
tintos de cero, no generan fuerzas de inercia de consideración.
Como se ha explicado en la sección 2.4.1, en edificios cs generalmente acep-
table suponer que los pisos son diafragmas rígidos en su plano, lo que permite
expresar el movimiento lateral de cualquier punto del piso en términos de tres
grados de libertad: dos desplazamientos horizontales y un giro alrededor de un eje
vertical. Si un marco o muro está ligado a un piso rígido, su desplazamiento late-
ral en este nivel depende solamente de los valores que adquieran estos tres gra-
dos de libertad, como se muestra en la figura 2.27. Por otro lado, en vista de que
la mayor parte de las masas están directamente soportadas por los pisos, es tam-
bién aceptable suponer que todas las masas están concentradas en los mismos, de
manera que las fuerzas de inercia generadas por desplazamientos laterales se
pueden expresar como productos de la masa en cada piso por sus aceleraciones
lineales (en dos ejes horizontales perpendiculares) y del momento de inercia de
dicha masa por la aceleración angular alrededor del eje vertical que pasa por el
centro de masas. Esto permite efectuar el análisis dinámico de un edificio con
modelos que tienen tres grados de libertad por piso.
Cuando por simetría los pisos no rotan alrededor de ejes verticales, el edifi-
cio o sus componentes se pueden modelar como un sistema de un grado de liber-
tad (desplazamiento lateral) por piso. Nótese que la hipótesis de que los pisos son
diafragmas rígidos implica que las vigas no tienen deformaciones axiales: tal
sería el caso del marco de la figura 3.1. Recuérdese que la matriz de rigideces de
este marco, que es de 12 X 12, se puede transformar a una matriz de rigideces la-
teral de 2 X 2, expresada en función de los grados de libertad 1 y 2, mediante el
proceso de condensación estática (véase la expresión 2,19), De esta manera, las
matrices de rigideces y de masas corresponden a los mismos grados de libertad.
3.2 SISTEMAS LINEALES DE UN GRADO DE LIBERTAD
3.2.1 Descripción y ecuación de equilibrio dinámico
Consideremos el sistema de un piso mostrado en la figura 3.2, constituido por
una masa concentrada que puede tener un desplazamiento horizontal u, ligado al
terreno mediante varios elementos verticales representados esquemáticamente
por dos columnas elásticas y por un amortiguador. Cuando el terreno experimen-
ta un desplazamiento horizontal s, en la ecuación de equilibrio dinámi-
co aparecen la fuerza de inercia, igual a la masa por su aceleración
absoluta x, la fuerza de rigidez y la de amortiguamiento. En el caso
más sencillo, las fuerzas de rigidez y de amortiguamiento son, respec-
tivamente, proporcionales al desplazamiento u y a la velocidad ú de la
masa con respecto a su base. Sean k y e las correspondientes constan-
tes de proporcionalidad que se supone que no cambian con el tiempo; k
es lo mismo que la matriz de rigidez lateral, en este caso de 1 por 1, que
se determina como se describe en la sección 2.2.1, y c se llama coefi-
ciente o relación de amortiguamiento. El conjunto de m, c y k constituye
un sistema lineal de un grado de libertad, con amortiguamiento viscoso
o lineal; usando el principio de D' Alambert, la ecuación diferencial de
equilibrio dinámico o de movimiento es
mit+cú+ku=0
Sistemas lineales de un grado de libertad
101
Tabla 3.1. Aplicación del Método £ de Newmark (8 = 1/4) al sistema de ta figura 3.2.
£ Xm Resultados numéricos
(Seg) Exacta u v a As* Au Av Aa
0.00 1.0000 1.0000 0.0000 1.0000 2.0000 0,0050 0.0993 0.0149
0.10 0.9950 0.9950 0.0993 0.9851 5.9603 0.0148 0.0973 0.0245
0.20 0.9802 0.9802 0.1965 0.9606 9.8221 —0.0244 0.0944 0.0338
0.30 0.9559 0.9559 0.2909 0.9268 —13.5481 0.0336 0.0905 0.0427
0.40 0.9223 0.9223 0.3815 —0.8841 -17,1027 0.0424 0.0859 0.0510
0.50 0.8799 0.8798 0.4673 0.8331 -20.4522 0.0507 0.0804 0.0588
0.60 0.8292 0.8291 0.5477 0.7743 -23.5655 0.0585 0.0741 0.0659
0.70 0.7707 0.7706 0.6218 0.7084 -26,4140 0.0655 0.0672 0.0723
0.80 0.7052 0.7050 0.6890 0.6361 -28.9720 0.0719 0.0597 0.0779
0,90 0.6334 0.6332 0.7488 0.5583 312171 0.0775 0.0517 0.0826
1.00 0.5560 0.5557 0.8005 0.4757 -33.1300 0.0822 0.0432 0.0865
1.10 0.4738 0.4735 0.8437 0.3891 —34.6951 0.0861 0.0344 0.0895
120 0.3878 0.3874 0.8781 0.2996 -35.9003 —0.0891 0.0254 0.0916
1.30 0.2988 0.2983 0.9035 0.2080 -36.7373 0.0912 0.0162 0.0928
1.40 0.2077 0.2072 0.9197 0.1152 -37.2012 0.0923 0.0069 0.0930
1.50 0,1154 0.1148 0.9265 0.0222 -37.2914 0.0925 0.0024 0.0923
1.60 0.0229 0.0223 0.9241 0.0701 -37.0105 0.0918 0.0115 0.0907
1.70 0.0688 0.0695 0.9126 0.1608 -36.3650 0.0902 0.0205 0.0882
1.80 0.1590 0.1598 0,8921 0.2499 -35.3650 0.0878 0.0291 0.0848
1.90 0.2468 0.2475 0.8630 0.3338 -34.0239 0.0844 0.0374 0.0807
2.00 0.3312 0.3319 0.8256 0.4145 -32.3584 0.0803 0.0452 0.0758
3.00 0.8449 0.8453 0.1270 0.8580 --3.3881 0.0084 0.0858 0.0002
4.00 0.5722 0.5714 0.6162 0.5097 25.7921 0.0640 0.0475 0.0688
5.00 0.1741 0.1758 0.7505 0.2508 29.6671 0.0736 0.0286 0.0708
6.00 0.6975 0.6984 0.2163 7200 7.2536 0.0180 0.0725 0.0107
n= 1.00, ¿= 0.05, c=0.10
“4 = 3.00, Lodi, = 1.001252, £wf 1 = 0.050062
uo = 1.00,
A1=0.1, k%=k +20/A1 + dm/Ar? = 403, según la ecuación 3.5, la solución exacta es
.
exp (0.05 £) 10.050062 sen (0.9987491) + cos (0.9987491)).
102
Conceptos de dinámica estructural
El punto sobre una cantidad significa derivación con respecto al tiempo. Con-
siderando que x= s + u, la ecuación anterior se escribe
mi+cú+ku=-=ms 61)
Dividiendo esta ecuación entre »m y definiendo w =Vkim, Cor — 2 VW km y
£= clc,, se llega a:
14+2[(w04+Wu=
(32)
« se denomina frecuencia circular natural del sistema; c,, se conoce como
amortiguamiento crítico y [es la fracción de amortiguamiento crítico, que usual-
mente se expresa como porcentaje. De las definiciones de « y c,, deducimos que
Cc = 2 m 0, lo cual muestra que el amortiguamiento crítico está relacionado con
la frecuencia fundamental de vibración,
3.2.2 Vibraciones libres
El sistema descrito en la sección precedente vibra libremente cuando la masa se
mueve, pero el terreno permanece inmóvil y no actúan fuerzas exteriores. En este
caso el segundo miembro de la ecuación 3.2 se anula y su solución es:
u(1) = A evtotcos 0, (t- y) (3.3)
donde
0, =w E (34)
4, es la frecuencia natural amortiguada del sistema y A y y son constantes que
dependen de las condiciones iniciales, es decir, del desplazamiento y la velo-
cidad cuando 1= 0.
La ecuación 3,3 da u (1) = A cos «xt — y) cuando no existe amortiguamiento
(£= 0), y se dice que la masa tiene un movimiento armónico. El tiempo T, que
dura un ciclo de oscilación completo, se llama periodo de vibración natural del
sistema y es igual a 277/0. Por otro lado, si el amortiguamiento es igual al crítico
(£= 1) encontramos que «, = 0 y, por tanto, u(?) = A e-fu:,, indicando que la
masa se mueve sin oscilar y vuelve a su posición de equilibrio estático, u = 0,
luego de un tiempo infinito,
En el análisis de edificios es de mayor interés el caso de amortiguamientos
Ienores que el crítico, para el cual, si el desplazamiento y la velocidad de la masa
en el instante £ = O valen, respectivamente u, y ú4,, obtenemos:
14(2) =A e-tor ((ú, + Ec 1) (sen 09,1) / 00, + u,cos ct] (3.5)
Esta ecuación describe un movimiento oscilante de la masa con frecuencia e, y
con amplitud exponencialmente decreciente como se ilustra en la figura 3.3. El pe-
riodo amortiguado, T, = 2m1w,, es el tiempo que tarda un ciclo completo de
oscilación, y es una propiedad de la estructura, independiente de como se la excite.
Normalmente, el amortiguamiento de estructuras de edificios no excede 10
por ciento del crítico, o sea que típicamente £es menor que 0.1. Aun para este lí-