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El extranjero-Albert Camus, Apuntes de Literatura

Asignatura: Literatura Francesa, Profesor: Adela Cortijo, Carrera: Estudis Anglesos, Universidad: UV

Tipo: Apuntes

2013/2014
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Subido el 03/06/2014

blaibgb
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¡Descarga El extranjero-Albert Camus y más Apuntes en PDF de Literatura solo en Docsity! COMENTARIO Y ANÁLISIS DE TEXTO NARRATIVO “El extranjero” Albert Camus GISBE RT BERB EGAL L, Blai Literat ura (2ª llengua ): frances a Gr.AC (35788 ) Prof.: Adela Cortijo Talaver a Curs: 2012-2 013 2n Quadri mestre Data d'entre ga 07/06/ 2013 "El extranjero" de Albert Camus Capítulo IV Trabajé mucho toda la semana. Raimundo vino y me dijo que había enviado la carta. Fui dos veces al cine con Manuel, que nunca comprende lo que sucede en la pantalla. Siempre hay que darle explicaciones. Ayer era sábado, y María vino, como habíamos convenido. La deseé mucho porque tenía un lindo vestido a rayas rojas y blancas, y sandalias de cuero. Se adivinaban sus senos firmes, y el tostado del sol le daba un rostro de flor. Tomamos un autobús y fuimos a algunos kilómetros de Argel a una playa encerrada entre rocas y rodeada de cañaverales del lado de la ribera. El sol de las cuatro no calentaba demasiado, pero el agua estaba tibia, con pequeñas olas alargadas y perezosas. María me enseñó un juego. Al nadar había que beber en la cresta de las olas, conservar en la boca toda la espuma, y ponerse en seguida de espaldas para proyectarla hacia el cielo. Se formaba entonces un encaje espumoso que se desvanecía en el aire o caía como lluvia tibia sobre la cara. Pero al cabo sentí la boca quemada por la amargura de la sal. María se me acercó entonces y se estrechó contra mí en el agua. Puso su boca contra la mía. Su lengua refrescaba mis labios y rodamos entre las olas durante un momento. Cuando nos vestimos nuevamente en la playa, María me miraba con ojos brillantes. La besé. A partir de ese momento no hablamos más. La estreché contra mí y nos apresuramos a buscar un autobús, regresar, ir a casa y arrojarnos sobre la cama. Había dejado la ventana abierta y era agradable sentir derramarse la noche de verano sobre nuestros cuerpos morenos. Esa mañana María se quedó y le dije que almorzaríamos juntos. Bajé a comprar carne. Al subir oía una voz de mujer en la habitación de Raimundo. Poco después, el viejo Salamano regañó al perro, oímos ruido de suelas y uñas en los peldaños de madera de la escalera y luego: «¡Cochino! ¡Carroña!» Salieron a la calle. Conté a María la historia del viejo y se rió. Tenía puesto uno de mis pijamas cuyas mangas había recogido. Cuando rió, tuve nuevamente deseos de ella. Un momento después me preguntó si la amaba. Le contesté que no tenía importancia, pero que me parecía que no. Pareció triste. Mas al preparar el almuerzo, y sin motivo alguno, se echó otra vez a reír de tal manera que la besé. En ese momento el ruido de una disputa estalló en la habitación de Raimundo. pago de algunos derechos. Me preguntó si los derechos serían elevados. Yo no lo sabía. Entonces montó en cólera: «¡Dar dinero por esa carroña! ¡Ah, que reviente!» Y se puso a insultarlo. Raimundo rió y entró en la casa. Le seguí y nos separamos en el rellano del piso. Un momento después oí los pasos del viejo que golpeó en mi puerta. Cuando abrí quedó un momento en el umbral y me dijo: «¡Discúlpeme, discúlpeme! ...» Le invité a entrar, pero no quiso. Miraba la punta de los zapatos y le temblaban las manos costrosas. Sin mirarme de frente, me preguntó: «¿No me lo han de agarrar, diga, señor Meursault? ¡Tienen que devolvérmelo! Si no, ¿qué va a ser de mí?» Le dije que la perrera guardaba los perros tres días a disposición de los propietarios y que después hacía con ellos lo que le parecía. Me miró en silencio. Luego dijo: «Buenas noches.» Cerró la puerta. Le oí ir y venir. La cama crujió. Y por el extraño y leve ruido que atravesó el tabique comprendí que lloraba. No sé por qué pensé en mamá. Pero tenía que levantarme temprano al día siguiente. No tenía hambre y me acosté sin cenar. Primeramente será analizada a grandes rasgos la obra en su conjunto centrándonos sobretodo en la forma en la que está organizada y el contexto en que se escribió. Después se pasará a un análisis más completo del fragmento escogido, en este caso, el capítulo IV. Forma: Esta obra esta dividida en en dos grandes partes. La primera consta de seis capítulos y la segunda de cinco. La primera parte corresponde a los hechos anteriores al crimen que lleva al protagonista a ser condenado y la segunda al proceso que vive desde que es arrestado hasta los momentos previos a su ejecución. Se trata de una obra basada en la descripción y narración de eventos y acciones continuada y sin descanso ya que encontramos pocos y breves diálogos a lo largo de ella. Este aspecto hace que la obra cobre un ritmo muy elevado lo que produce a su vez una fuerte sensación de rapidez y que parezca que los eventos suceden sin descanso, uno detrás de otro. Personajes: En el capítulo IV de “El extranjero” aparecen cinco personajes, divisibles en dos grupos: los principales y los secundarios. El grupo de los principales está integrado solamente por el personaje de Meursault, protagonista y narrador de la obra. En el siguiente grupo se encuentran, por orden de aparición, Raimundo Sintès, Manuel, María Cardona y el viejo Salamano. El personaje principal es el Señor Meursault. Se trata del narrador y protagonista de la obra. No hay caracterización (física) ya que se trata del narrador. Lo único que se sabe es que su apellido es Meursault. Psicológicamente se trata de un personaje aparentemente muy simple ya que no llega a sentir empatía por nada e incluso su pareja llega a preguntarle en un momento si la amaba y su respuesta es que no tiene importancia, que le parece que no. No experimenta sentimientos en ningún momento, ni siquiera cuando va a velar a su madre, a la cual se supone que quería. Se deja arrastrar en todo momento por la corriente, no toma nunca la iniciativa de nada, todas sus vivencias son debidas a las decisiones de los demás personajes por los que se deja llevar. De hecho su muerte viene provocada por el miedo a tomar decisiones y dejar que las tomen los demás por él. Además Meursault es la personificación de la mediocridad y, como dije anteriormente, de la falta de valores, unos valores maltratados por la guerra y los sucesos de aquellos años hasta el punto que acaban por desaparecer dejando a su paso vidas vacías sin ninguna aspiración como es la del señor Meursault. Finalmente se podría decir, coloquialmente hablando, que se trata de una persona que existe porque tiene que haber de todo en el mundo. Como ya he explicado al comienzo de este apartado también encontramos una serie de personajes secundarios. El primero de ellos es Raimundo Sintès, el personaje más importante después del protagonista. Es vecino de Meursault. Tiene mala reputación en el barrio, se dice que vive de las mujeres pero él afirma que es “guardalmacén”. Se hace amigo del protagonista cuando coinciden en el pasillo y Raimundo lo invita a pasar a su apartamento a comer. Físicamente es descrito como un hombre pequeño con hombros anchos y nariz de boxeador. Siempre muy correctamente vestido. Es la antítesis de Meursault. Es totalmente opuesto a él, puede que sea por eso que se compenetran tan bien y se hacen tan amigos. Cuando hablamos de tiempo extra-textual nos estamos refiriendo al contexto histórico en el que el autor escribió dicha obra. “El extranjero”, fue escrita por Albert Camus (Mondovi (Dréan), 7 de noviembre de 1913 — Le Petit Villeblevin, Francia, 4 de enero de 1960), novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo francés nacido en Argelia, en 1942. El hecho de haber sido escrita en esta época influye mucho en la obra en sí, en su significado y en sus posibles interpretaciones ya que se nos cuenta el día a día rutinario de un individuo mediocre en una sociedad occidental de post-guerra que acababa de vivir la IIª Guerra Mundial. Una sociedad arrasada por dentro, como lo estaba Europa por aquel entonces, en cuanto a valores, que provoca apatía y falta de sentimientos en sus habitantes. Estos aspectos son claramente atribuíbles al protagonista de nuestra obra, el señor Meursault. Un ciudadano más, no se trata de un héroe ni mucho menos sino todo lo contrario, es un antihéroe o, en casos aislados un héroe mediocre que no destaca en nada, que vive una vida mediocre, en un lugar mediocre rodeado de gente mediocre. (ver apartado de personajes). Se trata de una novela que podemos incluir dentro del género de “comprometida” ya que se hace una crítica a la sociedad que se había creado. También cabe decir que fue escrita en una época en que la censura estaba a la orden del día y era muy férrea. Es por eso que Camus utiliza su novela para criticar la sociedad de una manera sutil y así evitar ser censurado. La duración de la historia se puede definir como tiempo textual. La acción del fragmento escogido es de un par de días ya que el narrador habla desde un domingo por la noche. Esto se sabe debido a que en cierto momento al principio del capítulo leemos: “Ayer era sábado”. Y a que se nos cuentan los hechos acaecidos el domingo hasta la noche. El tiempo de la lectura en este caso es breve ya que se trata de una lectura rápida debido al elevado ritmo que adquiere por diferentes factores ya explicados anteriormente (descripción y narración constante, cambios de lugar, pocos diálogos...). En cuanto al tiempo en que se lee es una novela que no ha perdido actualidad, es fácil verse reflejado de alguna manera en ella sobretodo en la sociedad que describe. Discurso: Si hablamos del discurso debemos tratar también todos los diferentes aspectos que lo conforman como son: las voces narrativas, los modos, el tiempo y el enunciado. Encontramos un solo narrador que nos cuenta los hechos en primera persona y a su vez forma parte de la historia ya que se trata del protagonista (Meursault). No es un narrador total debido a que toma parte en la acción así que su conocimiento de las cosas y los hechos es solo parcial, solo conoce aquello con lo que ha estado relacionado, ha convivido o ha coincidido. Cabe destacar también un hecho curioso en cuanto a la narración. Se trata de que el narrador nos va contando la historia un día o dos después de que hayan pasado los hechos descritos (“Ayer era sábado”). Sabemos que finalmente Meursault va a ser ajusticiado pero se hace difícil pensar que una persona que ha sido condenada a muerte nos pueda contar los hechos posteriores a ella. Se podría dar el caso de que el narrador, llegado un punto, empezara a hablarnos en presente ya que podrían ser sus últimas palabras, por poner un ejemplo, pero no es el caso. El protagonista habla en pasado hasta el último momento, en que se da una situación de ambigüedad y no se llega a adivinar si está narrando desde los días previos a su ejecución o desde los días posteriores. Así que, finalmente, no se sabe con certeza si muere o no y nos está contando su historia.
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