El grupo poético del 27, Apuntes de Lengua y Literatura

¡Descarga El grupo poético del 27 y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II 2º BACHILLERATO TEMA 5. EL GRUPO POÉTICO DEL 27 (SALINAS, GUILLÉN, DIEGO, ALEIXANDRE, ALONSO, LORCA, ALBERTI, CERNUDA Y MIGUEL HERNÁNDEZ) 2.1 Denominación. Nómina. De entre las numerosas denominaciones que ha recibido este grupo fue Dámaso Alonso quien fijó la denominación Generación del 27 como nombre más idóneo por ser la del centenario de la muerte de Góngora, porque en ese año empiezan a publicarse las revistas más significativas del grupo (Revista de Occidente) y porque se publican también en este año algunas de las mejores obras de estos poetas. En cuanto a la nómina de autores tampoco ha habido unanimidad. No hay duda para la crítica que han de estar los “ocho grandes”: Salinas, Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre. También se suelen añadir los nombres de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre y como epígono del grupo, Miguel Hernández 2.2 Influencias: tradición y vanguardia. Junto a su cosmopolitismo y apertura hacia las aportaciones que llegaban de Europa o América, los poetas del 27 valoraron el pasado lejano e inmediato y rescataron autores y estilos diversos, realizando una síntesis de vanguardia y tradición. Del pasado literario español, rescataron formas de la poesía tradicional (canciones, villancicos, romances…) que utilizaron junto al verso libre en la tendencia conocida como neopopularismo (reinterpretar lo popular, en fundirlo con lo más renovador y vanguardista de la lírica moderna, como en el Romancero Gitano de Lorca) Prestaron especial atención a Góngora, pero también a Garcilaso, Lope o San Juan. El simbolismo de Bécquer está también muy presente en el Grupo. En definitiva, el Grupo del 27 comparte una inclinación inequívoca a equilibrar los rasgos de las nuevas tendencias de vanguardia (deshumanización, intelectualismo, cosmopolitismo, abandono de la métrica, minoritarismo, importancia de la metáfora y de la imagen,etc.) con los valores de la tradición lírica. 2.3 Los maestros En los jóvenes poetas de la generación del 27, ejercieron un magisterio fundamental dos figuras claves en la cultura de la época: -Juan Ramón Jiménez. Fue un verdadero guía en la iniciación literaria de muchos de ellos a través de la revista Índice y de sus observaciones críticas. Su poesía pura constituyó el referente poético más claro en el panorama español, sobre todo a partir de Diario de un poeta recién casado. -Ortega y Gasset. La influencia de Ortega fue ideológica y teórica. En La deshumanización del arte, estableció las características del nuevo arte a partir de la observación de la literatura de la época. 2.4 Temas y formas de la generación del 27 Los grandes asuntos del ser humano (el amor, el destino, la muerte) pueblan las obras de los poetas del 27. Aun así, se observa que los motivos temáticos estuvieron relacionados con la apreciación que estos creadores tuvieron de los avances técnicos del desarrollo urbano, de la eclosión artística. La ciudad: como expresión del progreso y del espíritu jovial y vitalista de la época constituye un tema recurrente de esta literatura. Así son continuas las referencias a la vida confortable y hasta frívola de los tiempo modernos (grandes almacenes, rascacielos, salas de bailes) a los espectáculos de masas (el cine, los deportes), a los inventos relacionados con la electricidad (el teléfono, la radio). Este motivo de la ciudad como escaparate de la vida moderna está presente en bastantes obras del LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II 2º BACHILLERATO 27: baste recordar Seguro azar y Fábula y signo de Pedro Salinas; Cal y canto, de Alberti; Poemillas de la ciudad, de Dámaso Alonso El amor: admite todas las manifestaciones posibles, con un sentido de libertad. Pedro Salinas es el gran poeta del amor con libros como La voz a ti debida y Razón de amor. La naturaleza. En la poesía del 27 predomina la visión de una naturaleza próxima a la realidad cotidiana del artista. En otras ocasiones, se convierte en parte del yo poético. En el primer caso, tenemos poemas como Soria, de Gerardo Diego o el mar en Marinero en tierra, de Alberti. En el segundo caso, el paraje natural es la expresión de la añoranza de la infancia, considerada como el paraíso perdido (Luis Cernuda); otras veces, como en Lorca, se nos muestra una naturaleza cargada de simbolismo mítico Los primeros libros de poesía neopopular de Lorca y de Alberti abordan este tema. El compromiso. Este tema tiene diversas facetas: compromiso con su tiempo, con la creación artística, con los amigos y compromiso social y político. Este último es escaso antes de 1936, aunque a finales de los años 20 se muestran actitudes críticas con la realidad social, como Cernuda en La realidad y el deseo o Lorca, que en Poeta en Nueva York protesta contra la injusticia y la deshumanización de la sociedad. Los poetas del 27 consiguieron la renovación del lenguaje poético. Cultivaron tanto la imagen como la imagen visionaria (relaciona los objetos por la emociones que despiertan). Combinaron formas métricas tradicionales con el verso libre y la consecución del ritmo por el lugar de la palabra en el poema. 2.5 Etapas de la generación del 27. Aunque es difícil reducir a una misma evolución conjunta la obra de tantos autores, suelen distinguirse tres momentos básicos en el devenir de este grupo poético. ►Primera etapa. Hasta 1929: purismo y vanguardia. Después de los tanteos iniciales, en que es notoria la presencia de tonos beccquerianos, junto a algunos influjos de corte modernista, la poesía del 27 entra en una etapa de gran unidad estilística que podríamos denominar de poesía pura o deshumanizada. Esta orientación se debe al influjo de las vanguardias (Ultraísmo y Creacionismo, especialmente), a la vez que el poeta Juan Ramón Jiménez los orienta hacia una poesía pura. Fueron Guillén y Salinas los que siguieron el influjo de la poesía pura de manera más directa. Guillén en Cántico exalta la belleza de una naturaliza jubilosa, pero desprovista de calor humano. Salinas canta a la velocidad, las máquinas y las artes modernas como el cine, motivos heredados del ultraísmo. Pero junto a este arte frío, hermético, en esta primera etapa también debemos señalar la corriente de lírica popular o neopopularismo (un libro representante es Marinero en tierra de Rafael Alberti) cultivando las formas estróficas tradicionales. Romancero gitano de Lorca también se inscribe en el neopopularismo, aunque ya utiliza imágenes surrealistas. Toda esta primera etapa culmina y desemboca en un auténtico fervor por el poeta barroco Luis de Góngora, como máximo exponente de un lenguaje poético formalmente perfecto. ►Segunda etapa. De 1929 a la guerra civil: humanización poética. Los poetas, ya en plena madurez y un tanto cansados de las aventuras formalistas, comienzan un proceso de rehumanización de su lírica. Es en este momento cuando se produce la irrupción del Surrealismo, con una concepción del mismo muy heterodoxa, pues incorpora lo humano y lo social. El Surrealismo trae al 27 la libertad imaginativa, las imágenes oníricas, el verso amplio y libre, y la temática de rebeldía y denuncia social. Los libros poéticos marcados por el surrealismo contienen claras llamadas a la transgresión y a la sublevación. Así, Luis Cernuda en Los placeres prohibidos reivindica la homosexualidad. Lorca en Poeta en Nueva York, realiza una crítica feroz al capitalismo. Y Alberti destaca en el surrealismo con Sobre los ángeles.