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La Poesía Épica: Mitología Griega y el Arte Epico-Narrativo, Apuntes de Griego

Una introducción a la poesía épica griega, su características y ejemplos clásicos como la ilíada y la odisea. Se abordan los héroes mitológicos, sus aventuras y cómo se transforman en modelos de virtudes. Se incluyen referencias a los cantos más importantes de ambas obras y a los personajes y dioses involucrados.

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 02/01/2024

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¡Descarga La Poesía Épica: Mitología Griega y el Arte Epico-Narrativo y más Apuntes en PDF de Griego solo en Docsity! UNIDAD 1: LA POESÍA ÉPICA τυφλός ἀνήρ, οἰκεῖ δὲ Χίῳ ἔνι παιπαλοέσση τοῦ πᾶσαι μετόπισθεν ἀριστεύουσιν ἀοιδαί Hay un ciego que habita en la escarpada Quíos, cuyos cantos todos serán por siempre los más excelsos Himno homérico a Apolo 1. INTRODUCCIÓN: CARACTERÍSTICAS DE LA ÉPICA Por poesía épica se entiende un tipo de poesía narrativa que canta las hazañas de unos héroes pertenecientes a un pasado más o menos legendario y cuyo comportamiento glorioso acaba convirtiéndose en modelo de virtudes (valor, fidelidad, nobleza). Es poesía cantada por aedos (ἀοιδός) o cantores profesionales, con acompañamiento musical; esto era una ayuda para la memoria, como lo era también la dicción formularia, un saber técnico que comprendía expresiones válidas para muchas situaciones, la aplicación mecánica de epítetos a nombres (Atenea, la de los ojos de lechuza; Aquiles, el de los pies ligeros,...), que se transmitían de generación en generación (por eso se dice también que es una poesía formularia). Todo ello facilitaba la retención memorística por parte del cantor. Es poesía objetiva, pues el poeta actúa como simple narrador de unos hechos ajenos a él. La forma de esta poesía1 es el hexámetro dactílico. Consiste en la repetición, seis veces, del pie rítmico llamado dáctilo, que puede suplirse en algunos pies por un espondeo. Genéricamente, el esquema del hexámetro es el siguiente:  El elemento fundamental de la versificación griega es, como acabamos de ver, la cantidad de la sílaba o alternancia de sílabas largas y breves en el metro de acuerdo a determinados esquemas; es, por tanto, diferente a nuestra versificación, ya que su ritmo no es acentual y la rima no se utiliza. La poesía épica tuvo una primera etapa oral, en la que el cantor se limitaba a repetir, con pequeñas variaciones, una serie de cantos de héroes y personajes míticos que había aprendido de otros aedos. A esta etapa sucede otra en la que, utilizando la escritura, crea sus propios poemas. Ésta es la etapa de la poesía culta y a ésta pertenece el gran autor épico griego, Homero. Esta poesía utiliza ciertos recursos estilísticos, como comparaciones, catálogos (largas enumeraciones de guerreros, pueblos que participan, etc.), invocaciones a las Musas, digresiones, narraciones o relatos que se alejan de la acción principal. 2. HOMERO Es el símbolo de la épica y el poeta por excelencia. La leyenda nos habla de su vida y nos lo presenta en Quíos u otra ciudad de Asia Menor, deambulando ciego o jefe genial de una escuela de rapsodas, entre los siglos IX y VIII a.C. A él se le atribuían en la Antigüedad, además de la Ilíada y la Odisea, los Himnos homéricos, dedicados a diversas divinidades como Hermes, Deméter o Apolo. También se le atribuían otros poemas como la Batracomiomaquia, el Margites (también de carácter cómico), la Tebaida, los Epígonos o los Cantos ciprios: estas atribuciones se fundamentan sólo en que Homero es el símbolo de la poesía épica para los griegos. No se sabe con exactitud la época en la que vivió ni su patria, y se ha llegado a poner en duda incluso su existencia, sobre todo a partir de las conjeturas de los críticos franceses del siglo XVII y del alemán Wolf a finales del XVIII. Sostenían que no había existido un Homero autor de la Ilíada y de la Odisea, que los dos poemas no podían ser de un mismo autor y época y que ni siquiera podía hablarse de un autor personal y único, sino de un conglomerado de pequeños cantos épicos originariamente independientes, obras quizá del espíritu popular, que, en 1 La poesía grecolatina tiene como elemento fundamental del ritmo la cantidad, y no la rima, el número de sílabas o el acento, como suele ocurrir en las lenguas romances. El verso se compone de una sucesión de sílabas largas y breves agrupadas en unas combinaciones determinadas que reciben el nombre de pie. Los signos gráficos de la cantidad son , para la larga, y , para la breve. Entre los pies más importantes de la poesía grecolatina figuran: • El troqueo:   • El yambo:   • El dáctilo:   • El espondeo:   sucesivas refundiciones de compiladores anónimos, habían dado lugar a poemas más extensos. Luego, la mentalidad popular habría atribuido su paternidad a Homero. La polémica sobre este tema, bautizada con el nombre de "cuestión homérica", ha dividido a los filólogos y a los críticos literarios hasta bien entrado el siglo XX en unitaristas, defensores de la unidad de autor, y analistas, quienes siguiendo las teorías de Wolf tratan de explicar la génesis de ambos poemas prescindiendo de un autor personal. Hoy puede decirse que las posturas se han acercado; nadie sostiene que Homero sea el autor, en el sentido moderno, de los poemas, es decir, que Homero se inventase la Ilíada, y mucho menos la Odisea, cuya cronología es, sin duda, posterior. Es evidente e innegable la existencia de una larga tradición épica oral en Grecia que se remonta hasta plena época micénica; en esta tradición épica el "autor" o "autores" de la Ilíada se han basado ampliamente, tanto en la temática como en el aspecto formal de dicción y métrica. Pero tampoco ningún analista niega ya la existencia de una persona que, partiendo de estos materiales preexistentes, los organiza dentro de un plan general, y es responsable, al menos, de la estructura de uno y otro poema. Efectivamente, el análisis de los poemas homéricos, especialmente de la Ilíada, refuerza la impresión de unidad y la dinámica de sus casi 15.000 versos y exige una mano maestra que organice el conjunto. Resumiendo, sin que nada esté demostrado, es muy probable la existencia de un poeta de carne y hueso llamado Homero en la región de Quíos o Esmirna, en Asia Menor, y que debió desarrollar su actividad literaria durante el siglo VIII a.C. Puede ser el autor de la Ilíada, pero no de la Odisea. 2.1 Los poemas homéricos: la Ilíada y la Odisea Los poemas se hallan insertos en un gran hecho de armas: la conquista micénica de la ciudadela de Troya, que, según los testimonios arqueológicos, pudo tener lugar hacia 1250 a.C. o poco después. Tales sucesos debieron impresionar al pueblo griego lo suficiente como para que sus cantores se decidieran a componer poemas que lo recordaran. Y sin duda los poemas homéricos (al menos la Ilíada) arrancan de esta épica micénica, puesto que en ellos hay incorporados datos (elementos y lugares desaparecidos) que un griego de la época de Homero no podía conocer. Si todas estas noticias han sobrevivido desde el siglo xiii hasta el siglo viii, es gracias a la tradición oral y sus procedimientos. El fondo más o menos histórico de los poemas épicos griegos no hacía de ellos una mera historia del pasado. Por el contrario, el enaltecer las hazañas del pasado convertía a los héroes que las llevaban a cabo en un ideal digno de imitación; lo mismo que al mostrar las tristes consecuencias de sus errores incitaba a reflexionar sobre las pautas del comportamiento humano. La lengua de los poemas homéricos es una lengua artificial, meramente literaria, que no se corresponde con ningún dialecto griego de ninguna época o región determinada. Al estar escritos en una lengua que no era un dialecto local, adquirían un carácter suprarregional, contribuyendo sin duda a la formación de una conciencia panhelénica. 2. 1. 1 La Ilíada Introducción No explica la guerra de Troya sino un episodio de ella, ocurrido hacia el final de la contienda, llamado la cólera de Aquiles. Este héroe, verdadero protagonista del poema desde su primer verso hasta el último, se encoleriza contra Agamenón porque éste le ofende arrebatándole la esclava Briseida que le había correspondido en el reparto de un botín. Aquiles se retira de la guerra, lo que ocasiona a los aqueos un terrible descalabro militar que les pone al borde de la ruina. Aquiles consiente en que su más querido amigo, Patroclo, salga a combatir para salvar a los aqueos del desastre, pero Patroclo, aunque lo logra, muere en el empeño a manos de Héctor, el campeón troyano. Esto causa la desesperación de Aquiles que, reconciliándose con Agamenón, sale a combatir y mata a Héctor. Con los funerales de Patroclo en el campamento aqueo y de Héctor en la ciudad de Troya se cierra la epopeya, cuyo argumento es rectilíneo y sin ningún corte. Estructura Consta de 24 cantos y de algo más de 15.000 versos, todos ellos en hexámetros dactílicos. Al leer la Ilíada nos damos cuenta que está formada por episodios que gozan de una cierta independencia. Citaremos los siguientes: la cólera de Aquiles, el designio de Zeus, la Patroclía, la venganza de Aquiles, los juegos en honor de Patroclo, la muerte de Héctor, el catálogo de las naves, el catálogo de los aliados troyanos, la CANTO XII - Odiseo habla de su navegación junto a las Sirenas y entre Escila y Caribdis, y de su llegada a Trinacria, donde a pesar de las advertencias de Tiresias, sus compañeros matan el ganado del dios Helios. Este sacrilegio provoca la destrucción del barco y de la tripulación mediante un rayo de Zeus. Odiseo, solo, es arrastrado entre los restos del naufragio hasta Ogigia, donde Calipso le recibe como a un rey pero se niega a dejarlo marchar. CANTO XIII - Esto le lleva a la situación con la que comienza el canto I. Después de finalizar su historia (cuya extensión se hizo proverbial más tarde entre los griegos) Odiseo es llevado en un barco feacio a Ítaca (en su retorno a Esqueria la nave es convertida en una roca por Poseidón). La diosa Atenea transforma a Odiseo en un viejo mendigo. CANTOS XIV-XVI - A través del fiel porquero Eumeo Odiseo recibe información sobre el comportamiento insolente y despilfarrador de los pretendientes de Penélope. Le revela su verdadera identidad a Telémaco, cuando éste vuelve sano y salvo de Esparta, tras escapar de la emboscada. Juntos planean la muerte de los pretendientes. CANTOS XVII-XVIII - Odiseo regresa, ahora, a su casa donde le reconoce el viejo perro Argos, pero en su aspecto de mendigo es golpeado e insultado por el cabrero Melancio y los pretendientes Antínoo y Eurímaco, y lucha con el mendigo Iro. CANTO XIX - Odiseo es reconocido por su anciana aya Euriclea, a la que ordena que mantenga el secreto. Penélope revela su decisión de casarse con el hombre que al día siguiente logre tensar el arco de Odiseo y dispare la flecha a través de doce cabezas de hachas. CANTO XX - El adivino Teoclimeno tiene una visión de la perdición de los pretendientes. CANTOS XXI-XXIII - Odiseo es el único capaz de curvar y tensar el arco, y dispara una flecha a través de las hachas. Luego alcanza también a Antínoo y, ayudado por Telémaco, Eumeo y otros fieles sirvientes, mata al resto de los pretendientes. Y hace ahorcar a las mujeres desleales que habían sido sus esclavas. Penélope se convence al fin, al ver el conocimiento que el héroe tiene de la peculiar construcción del lecho nupcial, de que es su marido. CANTO XXIX - Odiseo se muestra a su padre Laertes. Los parientes de los pretendientes intentan vengarse, pero son rechazados y la diosa Atenea detiene la cruenta lucha. 2.1.3 Comparación entre la Ilíada y la Odisea La Ilíada y la Odisea son obras diferentes y ello por muchas razones: • La Ilíada es un poema pesimista, abocado a una tragedia; nos habla de la triste condición de los hombres, juguetes de los dioses. La Odisea es el poema que exalta el deseo de sobrevivir, donde los hombres son responsables de sus vidas. • La Ilíada es un poema sólo de héroes: generosos y egoístas, valientes pero no liberados del miedo, bellos, buenos, viriles, excelentes y, en buena medida, sobrenaturales. La Odisea es un poema de la gente, que exalta la hospitalidad, la vida familiar, que se detiene, por ejemplo, a estudiar la psicología femenina (el sentimentalismo y coquetería de Calipso, la candidez de Nausícaa, la fidelidad de Penélope, el carácter afectuoso y gruñón de Euriclea); aparecen en la Odisea personajes sencillos: el porquero Eumeo, la nodriza Euriclea, el mendigo y hasta el perro de Odiseo, Argo. Ello la convierte en un poema nuevo, pues se está adaptando la forma épica a un contenido familiar y cotidiano. • La Ilíada es un poema sencillo y económico en sus escenarios: la ciudad de Troya, el campamento griego, el campo de batalla. La Odisea se mueve en mares, islas fantásticas, campos, chozas y palacios. • La acción en la Ilíada es más concentrada y tensa (la cuestión, hasta la muerte de Héctor, se resuelve en cinco días). En la Odisea es más difusa y dispersa. • En la Ilíada la acción es continua y lineal. La estructura de la Odisea es variada: hay acciones paralelas, digresiones, retrospecciones, etc. • Las diferencias, consecuentemente, se plasman en la forma: en la Ilíada abundan los símiles que dan variedad y plasticidad a la acción. En la Odisea hay bastantes menos y de un corte bien diferente. • La Ilíada es poéticamente más vigorosa. La Odisea es una obra que se complace en la técnica (la narrativa, en este caso). • La Ilíada parece partir de leyendas micénicas, aunque algunas no pertenecieran en origen al ciclo troyano. La Odisea parece hundir sus raíces en el mundo oriental (babilónico, por ejemplo, como en el caso del Poema de Gilgamesh) y en el mundo del cuento popular cuyos motivos están presentes en muchas culturas y literaturas. Tantas son las diferencias que a primera vista se perciben que ello ha dado lugar a dos cuestiones: la autoría de ambas obras y la fecha de composición. Es muy antigua la teoría que quita a Homero la autoría de la Odisea. Hasta hoy llega la disputa; algunos críticos siguen pensando que las diferencias cosmológicas e ideológicas son tan profundas que el redactor final de la Odisea no sería el mismo que la Ilíada, aunque es posible que el autor de la Ilíada tuviera algo que ver en las redacciones más primitivas del poema de Odiseo. Para otros críticos, el autor podría ser el mismo: en un caso habría trabajado con material de la tradición micénica; en otro, habría tomado material de la época de las grandes colonizaciones, haciendo un relato de corte oriental. Podría ser obra -dicen- de un Homero viejo, ya al final de su carrera, lo que explicaría la mayor pericia técnica. Lo que nadie duda es que la Odisea es un poema más moderno que podría situarse en la primera mitad del siglo VII. No sólo se fundamenta la idea en los componentes temáticos y de tono que hemos apuntado arriba, sino en algo más objetivo como es la lengua y el estilo. Aunque escrita en eso que se ha llamado "dialecto homérico", la Odisea presenta formas lingüísticas (por ejemplo mayor presencia de los aumentos y de la subordinación) y estilísticas (presencia de fórmulas exclusivas, desaparición de algunas presentes en la Ilíada, composición no lineal, etc.). 3 HESÍODO Frente a la figura semilegendaria de Homero, la existencia de Hesíodo no ha planteado dudas a los investigadores. Parece que vivió en torno al último tercio del siglo vm o comienzos del VII a.C., siendo por tanto posterior a Homero. Creció y vivió en Ascra, en Beocia, y casi todos los detalles que conocemos de su vida provienen de él mismo. En cuanto a su obra, es autor, entre otras, de la Teogonía y de Los trabajos y los días. La Teogonía trata de ordenar mediante catálogos y genealogías el mundo de los dioses griegos, desde Caos hasta Zeus. Se han encontrado similitudes entre esta obra de Hesíodo y poemas o mitos de origen hitita o babilónicos. En su ordenación del mundo divino no sigue un criterio genealógico (y cronológico) estricto, sino que tiene en cuenta la dignidad de cada dios. Todos los dioses aquí representados no son sino la personificación de las fuerzas naturales, de modo que lo que se persigue es dar una explicación divina al orden del universo. Uno de los núcleos que estructuran el poema es el llamado mito de las sucesiones (Urano, Cronos y Zeus), que no es una simple lista de los reyes del trono olímpico, sino que indica el proceso seguido por el mundo hasta alcanzar su perfección actual, encarnada en el mismo Zeus. Los trabajos y los días parte de una supuesta situación real: la petición de ayuda que Perses, hermano de Hesíodo, le dirige a éste. Esto le permite recordar el pleito que mantuvo con su hermano por la herencia paterna y criticar la injusticia de los reyes gobernantes de las ciudades, a la vez que le da a su hermano una serie de consejos sobre los trabajos agrícolas necesarios para sacar mayor provecho de la tierra. Por ello se considera que son dos los temas de la obra: el trabajo y la justicia. El trabajo es considerado como el único medio seguro y lícito para el progreso humano; al mismo tiempo, la crítica contra la injusticia de los reyes, aunque es una prueba del pesimismo del autor, se basa también en la esperanza de que la justicia triunfe. Se han hallado influencias orientales y egipcias en la obra: así, el mito de Pandora o el de las edades del hombre o la conocida fábula del halcón y el ruiseñor.2 Aunque Hesíodo compuso su obra en hexámetros dactílicos y utilizó la lengua y las técnicas de la poesía homérica, son muy notables las diferencias entre ambos: • El mundo de Hesíodo ya no es el de la aristocracia guerrera de Homero, sino el de los pequeños campesinos beocios, acuciados por problemas económicos. • Homero y Hesíodo contribuyeron a poner orden en el complejo mundo de los dioses griegos, pero mientras el primero selecciona los dioses más relacionados con los círculos aristocráticos, Hesíodo los presenta de modo sistemático, mediante árboles genealógicos. • Los personajes de Homero son guerreros, mientras que los de Hesíodo son básicamente campesinos que cuando luchan lo hacen por necesidad. • En la obra de Hesíodo se encuentra un contenido espiritual y moral mayor que en Homero, pues la finalidad de su poesía no es ya entretener, sino instruir. Por eso la fantasía pasa a un segundo plano en él. No olvidemos además que Hesíodo fue el padre de la poesía didáctica, cuya finalidad es precisamente la de instruir. 2 "Así habló un halcón a un ruiseñor de variopinto cuello mientras le llevaba muy alto, entre las nubes, atrapado con sus garras. Éste gemía lastimosamente, ensartado entre las corvas uñas y aquél en tono de superioridad le dirigió estas palabras. «¡Infeliz! ¿Por qué chillas? Ahora te tiene en su poder uno mucho más poderoso. Irás a donde yo te lleve por muy cantor que seas y me servirás de comida si quiero o te dejaré libre. ¡Loco es el que quiere ponerse a la altura de los más fuertes! Se ve privado de la victoria y además de sufrir vejaciones, es maltratado.» Así dijo el halcón de rápido vuelo, ave de amplias alas." (Hesíodo, Los trabajos y los días, 203-212). • Homero, como todo poeta épico, no aparece para nada en su obra, mientras que Hesíodo es un poeta personal y destaca especialmente en la suya. En suma, Hesíodo está situado entre dos épocas: la que representa el fin del mundo de la aristocracia guerrera y de la literatura épica y el comienzo de una nueva etapa, socialmente cambiante, más abierta, y en la que la literatura se va a preocupar de tomar al individuo como centro de su interés. 4 INFLUENCIA DE LA POESÍA ÉPICA Desde la Antigüedad el género épico tuvo una gran repercusión, tanta que Homero fue considerado el punto de referencia de todo conocimiento. Por ello desde muy pronto aparece una épica de carácter didáctico, como Los trabajos y los días de Hesíodo, donde se dan instrucciones de cómo ha de organizarse la vida del campesino, y una épica religiosa, como la Teogonía, también de Hesíodo, o los llamados Himnos homéricos. Asimismo, cuando aparece la filosofía, algunos autores, sobre todo los procedentes del Sur de Italia, como Parménides y Empédocles, escriben su pensamiento como si se tratara de poemas épicos. Y cuando a principios del siglo V a.C. se desarrolla la tragedia, muchos de sus argumentos se toman de los antiguos poemas épicos, olvidando los temas dionisíacos que le dieron origen. En Época Helenística, hay un intento de resucitar el género épico con las Argonáuticas de Apolonio de Rodas, representante de una épica culta, que trata del viaje de Jasón en la nave Argo en búsqueda del vellocino de oro. Por otro lado, esta rica creación épica griega es la fuente fundamental de inspiración de la épica latina y en concreto de una obra tan genial como la Eneida de Virgilio. El Renacimiento recuperó el gusto por la Antigüedad clásica y con ello aparece de nuevo un tipo de épica culta a lo largo del siglo XVI que sigue la estela de los antiguos poemas griegos y latinos, aunque con preferencia por éstos últimos. De este tipo son La Araucana de Alonso de Ercilla, Os Lusiadas de Camoens, o la Gerusalemme liberata de Torcuato Tasso. Durante el Romanticismo, la simpatía de los románticos por la literatura popular y nacional recuperó el gusto por la poesía homérica en detrimento de la épica latina, aunque la afición a los poemas antiguos no les llevó a componer nuevos poemas en su estilo, como había ocurrido durante el Renacimiento; para esta fecha el mundo ya había cambiado demasiado. Ahora la recuperación de Homero y la poesía griega tenían un carácter principalmente erudito, que se manifiesta más en la lectura y traducción de los poemas y el estudio sobre el origen y composición de esta poesía. A partir del siglo XX la novela, verdadero sustituto de la épica, es el género literario fundamental tanto por el número como por la calidad de sus obras. Casualmente una novela -para algunos la mejor de todo el siglo XX-, el Ulises de James Joyce, fue compuesta bajo la influencia de la Odisea de Homero, según aseguró el propio Joyce.
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