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Análisis de Conclusión de Estudios en Perú: Progreso y Cierre de Brechas, Resúmenes de Ciencias del Mar

Un estudio sobre el progreso y el cierre de brechas en la conclusión de estudios primarios y secundarios en el Perú, analizando la proporción de personas que han culminado o culminarán estos niveles de estudios según edades, sexo, lengua materna, área de residencia y nivel socioeconómico. El documento incluye gráficos que muestran porcentajes y índices de paridad y brecha porcentual en la conclusión de la educación primaria y secundaria para diferentes grupos demográficos y regiones.

Tipo: Resúmenes

2019/2020

Subido el 16/12/2021

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¡Descarga Análisis de Conclusión de Estudios en Perú: Progreso y Cierre de Brechas y más Resúmenes en PDF de Ciencias del Mar solo en Docsity! (AT RS OS TAN A o MT progreso, cierre de brechas y poblaciones rezagadas Documento de Discusión CclUuP DD1615 Diciembre, 2016 César Guadalupe Profesor e investigador del CIUP ca.guadalupemOup.edu.pe Luis Eduardo Castillo Paola Castro Alejandra Villanueva César Urquizo UNIVERSIDAD DEL PACIFICO CENTRO DE INVESTIGACIÓN Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no expresan necesariamente aquellas del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico o de Universidad misma. En el caso peruano, los dos primeros grados de la educación primaria fueron declarados obligatorios a finales del siglo XIX* teniendo el Estado la obligación de prestar el servicio de modo gratuito. A inicios del siglo XX se trasladó la responsabilidad educativa de los municipios al gobierno central y se declaró la obligatoriedad de todo el nivel primario.” En el caso de la educación secundarias la obligatoriedad también fue declarada de modo temprano en los años 20,? aunque es recién a finales de los años 40 que se decreta que esta debe ser gratuita en los colegios estatales para los egresados de primarias estatales. Sin embargo, en 1964 se promulga la Ley de la gratuidad (14693) que abarca la educación primaria (donde se incluye la entrega de textos y útiles), la secundaria, Escuelas Normales, Institutos y Universidades estatales. Esas voluntades, internacional y nacional, expresadas en declaraciones políticas y en el cuerpo legal que sanciona, en nuestro caso, la obligatoriedad de la educación primaria y secundaria (así como más recientemente la educación inicial o pre-escolar), plantea la necesidad de verificar hasta qué punto dicha obligatoriedad es efectivamente garantizada en la práctica. Es importante notar que en el Perú la obligatoriedad de la educación es principalmente entendida como la obligación estatal de garantizar el servicio educativo, y está definida en función de los niveles educativos y no de la edad de las personas: las edades son utilizadas fundamentalmente para normar el acceso a la educación de niños y como referencia en la secuenciación de los objetivos de aprendizaje, pero la obligatoriedad de la educación primaria y secundaria o, mejor dicho, el derecho a éstas no es uno que solo competa a los niños. A pesar de que la conclusión de estudios es un aspecto de la realidad educativa presente como meta o aspiración en prácticamente todo el mundo, la medición del progreso hacia dicho objetivo parece haber sido un tema extrañamente esquivo. En efecto, revisiones metodológicas sobre el tema muestran un panorama complejo en el que coexisten medidas relativas de volumen!! con medidas orientadas a identificar de modo retrospectivo (para las poblaciones que, debido a su edad, deben haber tenido la oportunidad de culminar un nivel educativo dado) como prospectivo (para los grupos $ Durante el mandato del primer presidente civil del Perú, Manuel Pardo y Lavalle de 1872-1876. 7 Durante el mandato de José Pardo y Barreda de 1904-1908 mediante la Ley 162 de diciembre de 1905. Esta ley postulaba que debía haber al menos una escuela en cada centro poblado con al menos 200 habitantes. La educación primaria contemplaba 5 años de estudio que se iniciaban a los 8 años de edad. Esta situación empieza a cambiar en los años 40 cuando se establece la educación infantil y se crea el grado de “transición” que estará vigente hasta la reforma educativa de 1972 donde este grado se funde con la primaria en un único nivel de 6 años de duración. 8 Es decir, los niveles 2 y 3 de la ya mencionada CINE 2011 (UNESCO/UIS, 2013). ? Durante el mandato de Augusto B. Leguía de 1911-1930, con una duración de cinco años como sigue hasta la actualidad dado que el intento de 1972 orientado a separarla en dos niveles (uno integrado a la básica que duraría 9 años) y otro con orientación profesional (de tres años ofrecida en Escuelas Superiores de Educación Profesional -ESEP) no cristalizaría, como tampoco ocurrió con una propuesta similar intentada en los años 90 — Bachillerato (Perú: Ministerio de Educación, 1999). 10 Véase Guadalupe é: Louzano (2003) y Guadalupe ée Taccari (2004). 1 Volúmenes de graduados de un nivel y año dados expresados en términos relativos usando una población de referencia. Este tipo de razones sirven para estimar, por ejemplo, volúmenes de nuevos ingresos al mercado laboral (al final de la escolaridad obligatoria) o de demanda potencial de servicios educativos de educación terciaria, como es el caso de la razón bruta de graduación de la secundaria y niveles superiores usada por la OECD -al que equívocamente llaman “tasa” en castellano —rate; indicadores A2 y A3 en su publicación anual de indicadores educativos (OECD, 2013) y documentado en OECD (2004). Desafortunadamente, esta misma razón ha sido acogida para supuestamente medir el progreso de los países con relación a la conclusión de la educación primaria (Bruns, Mingat, $ Rakotomalala, 2003) llevando a cosas tan curiosas como que la base de datos en línea del Banco Mundial muestra que la conclusión de primaria para 1999 supera el 100 por ciento en uno de cada cuatro casos con dato (33 de 134) (http://data.worldbank org/indicator/SE.PRM.CMPT.ZS). El Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS) produjo por varios años cuatro razones de volumen (incluyendo la anterior pero con un nombre propiamente dado) que, en este caso, no son tomadas coro proporciones (UNESCO/UIS, 201). 3/49 en edad de iniciar o cursar sus estudios) la proporción de personas de una población dada que ha culminado o culminará un determinado nivel de estudios. 2 Un problema clave vinculado a la medición de los niveles de conclusión de estudios es el énfasis que se tiende a colocar en la operación actual del sistema educativo con relación a la población en edad oficialmente prescrita como típica para cursar determinados estudios. Esto puede llevar a que se pierda de vista que los niveles de educación que se consideran obligatorios, deben ser asegurados para toda la población (especialmente en situaciones donde dicha obligatoriedad ha estado prescrita por varias décadas) y, por lo mismo, es preciso también prestar debida atención a la población adulta que, por cualesquiera hayan sido los motivos, no accedió o no logró concluir sus estudios en las edades oficialmente prescritas. Las oportunidades educativas para jóvenes y adultos han tendido a ser descuidadas en el análisis y en las políticas educativas. En este trabajo se presenta una revisión retrospectiva de la conclusión de estudios, observando a la población por edades simples a partir de los nacidos en 1930. La serie utilizada culmina en la generación nacida en 1998 para el caso de la educación primaria, y en 1993 para el caso de la educación secundaria. La explicación de esta situación es la siguiente: En primer lugar, verificar la conclusión de los estudios de un determinado nivel sólo es posible para aquéllos que tienen una edad igual o superior a la edad mínima de graduación que, en el caso peruano es de 12 años para la educación primaria y 17 para la educación secundaria. Así, si la información más reciente consultada corresponde a 2015, la cohorte poblacional que ha podido terminar la educación primaria es aquella nacida al menos 12 años antes (2003 o antes) para la educación primaria, y al menos 17 años antes (1998 o previamente) en el caso de la educación secundaria. Sin embargo, las personas culminan el nivel en la edad prescrita o después. Si solo se tomase la edad prescrita se estaría midiendo la conclusión oportuna o “a tiempo,” medida sumamente importante ya que es objetivo político que las personas terminen a tiempo, pero que, sin embargo, no es igual a la conclusión total (Guadalupe, 2015 sec 2.4.5). Del mismo modo, si se midiese la conclusión para un grupo de edades que incluya la edad oficial de egreso, se tendería a subestimar la conclusión total por exactamente la misma razón. Así se hace necesario observar cuidadosamente los patrones de conclusión por edades simples para las personas de 12 y más años (en el caso de la primaria) y de 17 y más años (en el caso de la secundaria) y verificar en qué momento los incrementos marginales en la proporción de personas que concluyen tienden a cero. Así se ha procedido y determinado que dichos umbrales corresponden, en el Perú actual, a los 17 años (en el caso de la primaria) y a los 22 años (en el caso de la secundaria)". Es decir, si bien muchas personas hoy día terminan la educación primaria con 1 años de edad, segmentos importantes lo hacen con uno o más años de atraso; sin embargo, una vez que el atraso llega a cinco años, la probabilidad de terminar tiende a cero. Lo mismo ocurre en la educación secundaria. Ahora bien, resulta claro que estimar la probabilidad de conclusión para las generaciones más jóvenes que aquéllas aquí incluidas sería posible proceder extrapolando la tendencia histórica o computando alguna medida prospectiva. Lo primero es fácil de hacer y siempre estará sujeto a la observación relativa a que el presente puede ser muy diferente del pasado debido a cambios en las políticas educativas (aunque, salvo excepciones, no se ven rupturas muy profundas en las tendencias pasadas, correspondientes a momentos en los que se podía esgrimir un argumento similar, por lo que no resulta claro si existe una razón para asumir que “esta vez sí será diferente”). Lo segundo, por su 2 Véase las medidas de conclusión y conclusión actual en UNESCO/Santiago (UNESCO/Santiago, 2008) y la tasa de conclusión de la cohorte en UNESCO (UNESCO, 2012). B El detalle de esta información es presentado en el Anexo 2a (para el caso de la primaria) y Anexo 2b (para el caso de la secundaria) en la hoja electrónica adjunta (anexos conclusión de estudios primarios y secundarios en el Perúxlsx). 4/49 parte, presenta otros desafíos dados ciertos problemas existentes con la información sobre matrícula actual por edades simples y grados que no cabe abordar en este texto. 1 La aproximación desarrollada en este texto permite identificar tendencias históricas que denotan un claro progreso hacia la universalización de estos niveles educativos con la consiguiente reducción de las brechas de equidad que es posible verificar. Sin embargo, los niveles de progreso general y en el cierre de las brechas no se han observado a un ritmo único: diferentes generaciones muestran diferentes ritmos de progreso (o de estancamiento) con relación al progreso general y el cierre de brechas. Sin embargo, el atraso escolar es una fenómeno que afecta de modo importante las probabilidades de conclusión de los estudios (UNESCO/Santiago, 2008, p. 123). Por esta razón, se incluye en el análisis una mirada a los niveles de conclusión oportuna, es decir, a la edad esperada de graduación. Debido a las posibilidades de la fuente de datos usada y los métodos usados para poder hacer estimaciones por edades simples, este análisis no puede tener el alcance temporal que el relativo a los niveles totales de conclusión que ocupan la mayor parte de este documento. El texto está organizado en dos secciones principales, cada una está destinada a un nivel educativo (primario y secundario). Dentro de cada una de esas dos secciones principales, se presenta información acerca de > Niveles agregados de conclusión. > Niveles de conclusión por sexo. > Niveles de conclusión por lengua materna. > Niveles de conclusión por área de residencia (urbano/ rural; Lima Metropolitana/resto urbano). > Niveles de conclusión por nivel socio-económico. > Niveles de conclusión por regiones. > Una descripción de las características de la población que no cuenta con educación primaria o secundaria completa según ubicación; lengua materna; sexo; edades y nivel socio-económico. > Niveles de conclusión oportuna. Para el análisis de las brechas de equidad entre distintos grupos se ha usado dos medidas distintas. Por un lado, se ha presentado la diferencia simple entre las tasas de conclusión de los dos grupos que se comparan; a esta diferencia se le ha denominado “brecha en puntos porcentuales” y, por otra parte, se ha computado un coeficiente de riesgo relativo o índice de paridad que es el cociente entre el valor observado para el grupo en desventaja y el observado para el grupo en ventaja. Es importante considerar ambos valores de modo conjunto, ya que el primero no da cuenta de las diferencias entre distintos ritmos de progreso relativos. Finalmente, se presenta un conjunto de comentarios finales y los anexos donde se incluye una descripción detallada de los aspectos metodológicos subyacentes a este trabajo y los procedimientos = Existe evidencia (para 1999 y 2006) de que la información de matrícula por edad y grado de los primeros 12 años de este siglo presentan problemas originados en la masiva incorporación de niños de cinco años en la educación primaria. En efecto, la información reportada en los Censos Escolares para 1999 dista de lo observado en el Censo de Talla de ese mismo año (Guadalupe et al., 2002 p. 50) y en 2006 de lo observable en el Censo de Población del año siguiente donde aproximadamente 260 mil personas de seis años ya habían aprobado el primer grado el año anterior (es decir, lo cursaron teniendo cinco años). Nótese que la población de 5 años estimada para 2006 asciende a 590 mil personas (Perú: Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2009). 15 Nótese también dos contribuciones previas de la Universidad del Pacífico a este tema (Castro € Yamada, 2011; Yamada é: Castro, 2012), las mismas que estiman niveles de acceso y conclusión a los niveles educativos y exploran brechas de equidad asociadas a éstos. El presente texto usa una aproximación metodológica diferente con relación al manejo de un pool de encuestas, así como a la estimación de la conclusión (en particular aquella usada en el segundo de estos trabajos) y la conclusión oportuna tomando también un rango de edades más amplio y detenido. 5/49 pequeño porcentaje que falta para asegurar la universalidad a los menores de edad se distribuye aleatoriamente entre distintos grupos poblacionales; lo cual torna imperativo conducir un análisis de las brechas de equidad existentes. Asimismo, resultaría equívoco enfocarse exclusivamente en los menores de edad y descuidar la situación verificada para una importante fracción de la población adulta; por ello, las siguientes secciones han de enfocarse en estos dos puntos. La brecha mujer/hombre en la conclusión de la educación primaria Gráfico 2: Porcentaje de personas que ha concluido la educación primaria por sexo según año de nacimiento (1930-1998). o o Año de nacimiento Hombre Mujer Notas: Las líneas punteadas demarcan el intervalo de confianza de las estimaciones (a = 0,05). Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 3a enla hoja electrónica adjunta. 8/49 Gráfico 3: Índice de paridad y brecha porcentual en la conclusión de la educación primaria por sexo según año de nacimiento (1930-1998). 06 Y E ES » E Y 3 il 0. os mm 3 E E E E "3 e u7 ss A á E e 5 de 40 DA 0 0 19% 1994 1995 Año de nacimiento Índice de paridad AAÁÁ Brecha Notas: Índice de paridad deseable es 1 (en el eje principal, recta azul). Brecha porcentual deseable es O (en el eje secundario, recta roja). Las líneas punteadas muestran los valores efectivamente observados mientras que las líneas continuas grafican la tendencia. En ambos casos se ha presentado los valores mínimos y máximos estimados con un 95 por ciento de confianza estadística. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo da en la hoja electrónica adjunta. El Gráfico 3 muestra que la disparidad en la conclusión de la educación primaria entre hombres y mujeres ascendió ligeramente para las generaciones nacidas hasta fines de la década de los 50. Es recién para los nacidos desde 1960 que esta brecha comienza a cerrarse lentamente, alcanzándose la paridad para las generaciones nacidas en la década de 1990 (es en estos años que la brecha se hace muy próxima a cero y el índice de paridad próximo a uno). Para los nacidos en los últimos tres años de análisis, el índice de paridad es mayor que uno y la brecha en puntos porcentuales menor que cero, lo cual significa que la proporción de mujeres que culminan la educación primaria es mayor que la de los hombres; por lo tanto, su situación de desventaja se revirtió, aunque muy levemente. Por otro lado, al observar los valores para los individuos nacidos en cada año (Anexo 2a), se encuentra que la probabilidad de terminar la educación primaria para los hombres se estabiliza un año después que para las mujeres (18 y 17 años, respectivamente), lo cual indica que los hombres son más propensos a atrasarse que las mujeres. 9/49 La brecha por lengua materna en la conclusión de la educación primaria Gráfico 4 Porcentaje de personas que ha concluido la educación primaria por lengua materna según año de nacimiento (1930-1998). 100%, 55% AN 55% 0% Sl io Pi Ls 0% é : ; Año de nacimiento No amerindia a. Armerindia Notas: Las líneas punteadas demarcan el intervalo de confianza de las estimaciones (a = 0,05). Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 3a en la hoja electrónica adjunta. 10/49 Gráfico 7: Índice de paridad y brecha de personas que al menos ha concluido la educación primaria por área de residencia (rural/urbano) según año de nacimiento (1930-1998). 1 ea 100 3 Ad E o S 3 10 o E A » o 2 3 y 3 o "3 3 a Tv zo 4 2 "3 o 2 3 8 2 w 2 E so » 00 id 5 a DD so 1930 1932, 1936 1058 1980 1998 1931 Año de nacimiento Índice de paridad ———— Brecha Notas: Índice de paridad deseable es 1 (en el eje principal, recta azul). Brecha porcentual deseable es O (en el eje secundario, recta roja). Las líneas punteadas muestran los valores efectivamente observados mientras que las líneas continuas grafican la tendencia. En ambos casos se ha presentado los valores mínimos y máximos estimados con un 95 por ciento de confianza estadística. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo da en la hoja electrónica adjunta. El Gráfico 6 y el Gráfico 7 dan cuenta de la tendencia relativa a la conclusión de la educación primaria en áreas urbanas y rurales. En este caso, la brecha comenzó a cerrarse recién para los individuos nacidos alrededor de 1968. Para los nacidos antes de esa fecha, el progreso hacia la universalización muestra tendencias que son prácticamente paralelas entre los dos grupos, lo que deriva en una conservación de la magnitud (en puntos porcentuales) de la brecha observada. En la medida que los niveles de conclusión en zonas urbanas se aproximan a la universalidad, el progreso en esta área empieza lógicamente a mostrar una pendiente más suave de modo que la brecha empieza a cerrarse, en especial, a partir de las generaciones nacidas a fines de la década de los 70. Es importante tener en cuenta que, a diferencia de las desagregaciones poblacionales anteriormente presentadas, en este caso los individuos son capaces de trasladarse de un grupo a otro; es decir, es preciso tomar en cuenta que individuos que viven en áreas rurales pueden y, de hecho, han migrado hacia áreas urbanas en busca de mejores condiciones de vida, así como los individuos nacidos en áreas urbanas podrían migrar hacia zonas rurales (aunque este tipo de migración es prácticamente nula en el Perú contemporáneo). Esto introduce un factor muy importante a considerar para la interpretación de la información presentada: no se ha clasificado a los individuos en función de dónde nacieron o se educaron, sino en función de dónde vivían cuando se efectuó la encuesta. Considerando que suelen ser las personas más educadas en las áreas rurales quienes dejan sus hogares para ir a las ciudades, es 13/49 posible que la brecha esté sobre estimada; sin embargo, permite dar cuenta del menor nivel educativo de la población que habita actualmente en Zonas rurales. Finalmente, tal como sucede en el caso de lengua materna, la brecha sigue siendo estadísticamente significativa (puede verse en el gráfico que los intervalos de confianza no se superponen en ningún momento), y, la probabilidad de terminar la educación primaria se estabiliza en la misma edad -17 años— para ambos grupos (Anexo 2a). La brecha resto urbano/Lima Metropolitana en la conclusión de la educación primaria Gráfico 8: Porcentaje de personas que al menos ha concluido la educación primaria por área de residencia (Lima/resto urbano) según año de nacimiento (1930-1998). dd Lo DUE ERES FER PI 1020220032222 282358 Año de nacimiento Lima a Resto Urbano Notas: Las líneas punteadas y el área roja demarcan el intervalo de confianza de las estimaciones (a = 0,05). Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 3a enla hoja electrónica adjunta. 14/49 Gráfico 9: Índice de paridad y brecha de personas que al menos ha concluido la educación primaria por área de residencia (resto urbano/Lima Metropolitana) según año de nacimiento (1930-1998). MT reee M0 3 . 3 £ A > E Lu e $ 3 09 9 3 E 3 Eos o E E E] “3 le] 8 07 a A 8 2 06 su 5 2 05 40 v1 0 2 01 0) 0 Año de nacimiento Índice de paridad Notas: Índice de paridad deseable es 1 (en el eje principal, recta azul). Brecha porcentual deseable es O (en el eje secundario, recta roja). Las líneas punteadas muestran los valores efectivamente observados mientras que las líneas continuas grafican la Brecha tendencia. En ambos casos se ha presentado los valores mínimos y máximos estimados con un 95 por ciento de confianza estadística. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo da en la hoja electrónica adjunta. El Gráfico 8 y el Gráfico 9 muestran la diferencia en la probabilidad de terminar primaria entre Lima y el resto urbano del país. El comportamiento de esta brecha resulta más “ruidoso” para los nacidos antes de 1950. Luego, la tendencia es más clara y la brecha entre ambos grupos comienza a cerrarse para la población nacida alrededor de 1945, primero lentamente, para luego cerrarse a un ritmo más acelerado para los nacidos desde 1955, cuando la probabilidad de terminar primaria en Lima ya rondaba el 90 por ciento. Una vez que en Lima alcanzó este nivel, la probabilidad de terminar primaria se mantuvo relativamente estancada (subió nueve puntos porcentuales en poco más de 40 años), permitiendo que el resto urbano la alcanzara. Al igual que en el caso de los individuos que viven en áreas urbanas o rurales, es posible la migración de estos, y, por tanto, pasen de una categoría a otra, o incluso salgan de ambas categorías (si migran a una zona rural). Sin embargo, se espera que este efecto sea menor que en el caso de Urbano-Rural, pues los movimientos migratorios desde las ciudades hacia Lima han sido menos masivos que el movimiento del campo a la ciudad; mientras que el movimiento de la ciudad al campo es poco frecuente (Perú: Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2007). Así como los dos casos vistos anteriormente, la brecha entre ambos grupos sigue siendo estadísticamente significativa; pero, tal como se registra en el Anexo 2a, la probabilidad de concluir el 15/49 Gráfico 11: 100% 95 90% 35% Porcentaje ES 75% 70% ES Porcentaje de personas que ha concluido la educación primaria por regiones según año de nacimiento (1978-1998). Huánuco 4 Ayacucho Cusco Cajamarca Áncash Madre de Dias Nacidos en 1998 Pasco Puno Piura Notas: No se ha induido los intervalos de confianza de Nótese que los círculos grises representan La serie ha sido ordenada de acuerdo a la variación observada entre los años extremos (de mayor a menor variación). los Junín Lima Toa Callao Ucayali Tumbes Arequipa La Libertad Lambayeque Región Nacidos en 1978 cada estimador para facilitar la lectura del gráfico. 19 años intermedios entre las fechas extremas Nótese que en los casos de Ucayali, Loreto y Tumbes es posible que la medición correspondiente al año final esté subestimando los niveles de conclusión ya que si uno observa la serie completa, hay una tendencia a una mayor mejora (representada por el importante número de observaciones que aparecen por encima del valor final de la serie) Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas Datos: Anexo 5a enla hoja electrónica adjunta ¿Quiénes son aquéllos que no han terminado la educación primaria? A partir de la sección anterior, queda claro que la probabilidad de terminar la educación primaria ha evolucionado favorablemente en los últimos años; sin embargo, aún queda preguntarse qué es lo que caracteriza a aquéllos que no pudieron concluir la escuela primaria. En la presente sección se analizará a este grupo de la población para tener una idea de cómo está conformado actualmente (a 2014), e identificar cuáles son las áreas del país que más desafíos presentan en este terreno. Cabe empezar mencionando que el porcentaje de personas con 18 años o más que no ha terminado la educación primaria es aproximadamente 21,8 (e.e.=0,0003) por ciento del total nacional de esas edades, lo cual representa entre 4,6 y 4,8 millones de personas. 18/49 Gráfico 12: Distribución según dominio de las personas mayores de 17 años, total y aquéllos que no culminaron la educación primaria. Valores estimados a 2014. 20% 30 20%, . 20 15% 15 10% 10 A . A a... A... -A......... META... Ll 05 0% 00 CostaNeme — CostaCentro — CostaSr Siena SemaCeno SiemaSor Seva Tima Metropolitana Dominio Participación en el total nacional sin Participación en el total nacional (18 años y primaria completa (18 años y más) más) Notas: Los porcentajes fueron calculados tomando como base a la población de 18 y más años de edad. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de la Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2013-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. No se incluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. Los puntos indican la razón entre la participación en el total sin primaria completa y en el total y se lee en el eje secundario, la línea roja indica una participación similar en ambas distribuciones. En el Gráfico 12 puede verse la distribución de las personas que no terminaron la educación primaria según dominio geográfico. En un escenario en el que la población sin educación primaria se distribuye de modo aleatorio entre dominio geográficos, la participación de cada uno de éstos en el total sin educación primaria debería ser idéntica a la participaci n en el total poblacional de las edades respectivas (18 y más años). Así, las dos barras serían del mismo tamaño, y los puntos (que comparan ambos valores) se alinearían sobre la línea roja. Sin embargo, es claro que esta situación no se observa. Así, la Costa (Norte, Centro y Sur), así como Lima Metropolitana, tienen una participación menor en el total de personas sin primaria completa que lo que les “correspondería” en un escenario aleatorio. Esto es particularmente notorio en Lima Metropolitana donde su contribución relativa a la población de 18 y más años sin educación primaria es inferior a 0,4 veces los que le “correspondería.” Lo contrario se observa en la Sierra (Norte, Centro y Sur) y la Selva. Esta situación es particularmente marcada en el caso de la Sierra norte, cuya participación en la población de 18 y más años sin primaria completa es dos veces la que le “correspondería” en un escenario aleatorio. Así, la Sierra en su conjunto aporta el 34,2 (e.e.=0,0005) por ciento de la población de 18 años y más, donde el 51,0 (e.e.= 0,0008) por ciento de las personas de ese grupo de edades no terminó la primaria (entre 2,0 y 2,5 millones de personas). Se resalta el caso de la Sierra Centro, la cual tiene más de un millón de personas sin terminar el nivel de primaria. 19/49 Por otro lado, la Costa en su conjunto, representa el 50,0 (e.e.=0,0006) por ciento de la población analizada, pero “aporta” un 30,2 (e.e.=0,0007) por ciento de personas que no culminaron el nivel de primaria. Asimismo, en términos relativos, se puede sugerir que Lima Metropolitana tiene un mejor resultado, pues cuenta con alrededor de un cuarto de la población, y solo tiene 8,9 (e.e.=0.0002) por ciento de las personas que no han terminado el nivel de primaria; sin embargo, en términos absolutos, esto representa poco menos de medio millón de personas concentradas en una única ciudad. Gráfico 13: Distribución por lengua materna y sexo de personas de 18 y más años que no terminaron la primaria. Valores estimados a 2014. 5 No Amerindia 1 Hombre . 2 Mujer 3 Amerindia Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2013-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. No se incluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. Un análisis similar puede conducirse en el caso de la población según su lengua materna y sexo. En el Gráfico 13 puede verse que un 46,0 (e.e.=0,0009) por ciento de las personas de 18 y más años que no terminaron la educación primaria tienen una lengua materna Amerindia. Sin embargo, la población con lengua materna Amerindia sólo asciende al 21,7 (e.e.=0,0004) por ciento del total de personas de 18 y más años de edad. Así, la participación de esta población en el total de población sin educación primaria completa es más de dos veces mayor a lo que le correspondería en un escenario aleatorio. Asimismo, esto significa que entre las 45 y 5 millones de personas de 18 y más años con lengua materna Amerindia, entre 2,0 y 2,55 millones no han culminado sus estudios del nivel de primaria. También puede verse en el mismo gráfico la distribución por sexo de las personas que no terminaron la primaria. La proporción de mujeres de 18 años o más es muy parecida a la proporción de hombres en la población total (51,8 [e.e.=0,0001] por ciento y 48,2 [e.e. =0,0001] por ciento, respectivamente); sin embargo, la proporción que representan las mujeres dentro del grupo de personas que no terminó la educación primaria es 1,3 veces, mientras que los hombres es 0,7 veces. Estas dos figuras corroboran lo que ya se había visto en la sección anterior; es decir, que durante muchos años existió una brecha considerable en la probabilidad de concluir primaria entre estos grupos. 20/49 Gráfico 16: Distribución según quintil de gasto de las personas de 18 años y más que no concluyeron la educación primaria. Valores estimados a 2014. E Quintil 5 E Quintil 4 E Quintil 3 Quintil 2 Quintil 1 Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2013-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. No se incluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. El Gráfico 16 muestra la distribución, por quintil de gasto de los hogares, de las personas de 18 o más años a las que no se ha garantizado el derecho a concluir la educación primaria. En una situación en que el ingreso no estuviera asociado a la probabilidad de terminar la educación primaria, cada quintil debería contener al 20 por ciento de los individuos sin educación primaria completa. Sin embargo, como puede verse, los dos quintiles más bajos (5 y 4) concentran al 57,1 (e.e.=0,0006) por ciento de los individuos que no terminaron la primaria (entre 2,5 y 3,0 millones de personas). Cabe resaltar también que la contribución del quintil tres a este grupo es aproximadamente 20,3 (e.e.=0,0004) por ciento, con lo cual se está hablando entre 500 mil y 1 millón de personas, aproximadamente. Esto sugiere que la no conclusión de la educación primaria es un problema particularmente agudo entre los niveles más bajos de gasto, aunque no exclusivo de éstos, ya que está presente de manera importante hasta la mediana de la distribución según gasto de los hogares. La conclusión oportuna de la educación primaria Para el análisis de la conclusión oportuna no es posible retroceder en el tiempo de la misma forma que con la conclusión total, ya que es necesario observar a la población que en el momento en el que se conduce las encuestas tienen la edad oficialmente esperada de culminación del nivel (12 años en el caso de la educación primaria). !$ Así, se ha considerado a las generaciones nacidas entre 1993 y 2002. El Gráfico 17 muestra el porcentaje de personas que han culminado oportunamente (a los 12 años de edad) la educación primaria. Como puede notarse, sólo siete de cada diez niños y niñas (con una 1E] detalle del procedimiento seguido se presenta en la sección sobre Aspectos Metodológicos. 23/49 ligera diferencia a favor de las niñas) completan la educación primaria oportunamente a nivel nacional y esta proporción se ha elevado ligeramente en los últimos 10 años. Si tomamos en cuenta que la conclusión de la educación primaria es próxima a la universalidad, esto quiere decir que tres de cada diez niños la termina tardíamente. Gráfico 17: Niveles de conclusión oportuna de la educación primaria según grupos poblacionales. Nacidos entre 1993 y 2002. am ¿ 35% go e 85% 2 1 sl 75% 3 20 É 7 > E 55% 3 y 9 Z lr lá 2 2 2 = 55% = 50% 3 = 15% o z o 2 3 3 40% 0 á o a0% 8 0 a > 25% 20% 15% 10% 5% 0% Hombre Mur Urbana Rural Castellano Nocasiellano — Quintil— Quintilinferior superior Nacional Sexo Nacidos en 2002 Lengua anatemna Nacidos en 1993 Gasto del hogar Grupos poblacionales Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Notas: Nótese que los círculos grises representan los años intermedios entre las fechas extremas. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. No se incluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. Datos: Anexo 6a en la hoja electrónica adjunta Las mayores disparidades en la conclusión oportuna de la educación primaria se observan en las otras desagregaciones presentadas en el gráfico. En particular, la brecha es muy marcada según el nivel de gastos del hogar donde el quintil superior se sitúa en un nivel de conclusión oportuna entre 85 y 90 por ciento (sin embargo, hay atraso escolar incluso entre este grupo) mientras que en el quintil de menores niveles de gasto sólo alcanza a uno de cada dos niños en la cohorte de egreso más reciente y a pesar del progreso observado en la última década. De modo análogo, los niveles de conclusión oportuna de la eduación primaria se han elevado de modo marcado entre los demas grupos observados, en particular, entre aquéllos más rezagados; sin embargo, las brechas por área de residencia y lengua materna se mantienen de modo pronunciado. Por su parte, la observación de los niveles de conclusión oportuna según regiones (Gráfico 18) muestra importantes diferencias entre ellas tanto con relación a los niveles alcanzados como a los ritmos de progreso experimentados en la última década. 24/49 En efecto, regiones rezagadas hace una década, han mostrado una mejora importante (Cajamarca, Ayacucho, Huancavelica, Cusco, Loreto, San Martín). Sin embargo, los niveles de conclusión oportuna tienden a ser limitados en todas las regiones sólo superando el 80 por ciento en Callao y Moquegua. Gráfico 18: Niveles de conclusión oportuna de la educación primaria según regiones. Nacidos entre 1993 y 2002. 100% q 95% Eo. S 90% E ss 5 55% E sm o 1-2drgó? 75% Be", E 7 2 e 8 Sl 2 8-2 70% 8 2377 o. - 65% 070834 er 2-2: 50% ma lla po] glo o e $ A + 50% sit: a As 2.232 5% os lol-8)-£l 40% 2 35% | 30% 25% 20% 15% 10% 0% 2 23% 8 B 2 % 7103.0280388g E B 8 E E 3 3 £ "EEES Bz5Ss 35 8 Z e pÉ 4 ES 3 4 E 3 zos 2 3 K 5 z S Regiones Nacidos en 2002 Nacidos en 1993 Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Notas: Nótese que los círculos grises representan los años intermedios entre las fechas extremas. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. No se incluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. El gráfico se encuentra ordenado según los niveles de conclusión oportuna más recientes (de menor a mayor). Datos: Anexo 7a en la hoja electrónica adjunta. 25/49 Gráfico 21: Índice de paridad y brecha porcentual en la conclusión de la educación secundaria por sexo según año de nacimiento (1930-1993). Indice de paridad Us sapengua»iod sound ua eyoorg 0 Y 1950 Año de nacimiento Índice de paridad Brecha Notas: Índice de paridad deseable es 1 (en el eje principal, recta azul). Brecha porcentual deseable es O (en el eje secundario, recta roja). Las líneas punteadas muestran los valores efectivamente observados mientras que las líneas continuas grafican la tendencia. En ambos casos se ha presentado los valores mínimos y máximos estimados con un 95 por ciento de confianza estadística. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 4b en la hoja electrónica adjunta. El Gráfico 21 y el Gráfico 21 muestran la evolución de la conclusión de la educación secundaria entre hombres y mujeres. A principios del periodo de análisis, el nivel de conclusión de la educación secundaria para ambos grupos era muy bajo (y próximo), luego el veloz crecimiento de la proporción de hombres con educación secundaria hizo que la brecha entre ambos grupos crezca para las generaciones nacidas hasta 1956. Finalmente, para las generaciones nacidas en los años siguientes, la brecha empieza a cerrarse, aunque muy lentamente, llegando a ser igual a dos puntos porcentuales para el último año de análisis, y, sólo para los nacidos en 1991, estadísticamente indistinguible de cero. Al observar los valores para los individuos nacidos en cada año, se puede observar que, para los hombres, la probabilidad de terminar la educación secundaria se estabiliza dos años después que para las mujeres (22 y 20 años, respectivamente), lo cual sugeriría que las tasas de atraso escolar en secundaria están relacionadas con el sexo del individuo (ver Anexo 2b). Como ya se había anotado hace 15 años en un publicación del Ministerio de Educación (Guadalupe et al., 2002 p. 47, 119-120), la evidencia sugiere que existe una menor tolerancia al atraso en la población femenina (en comparación con la población masculina, donde la desaprobación lleva, en mayor proporción, a la repetición y no a la deserción) por lo que aquéllas que culminan, lo hacen a menor edad media que en el caso de los varones. 28/49 La brecha por lengua materna en la conclusión de la educación secundaria Gráfico 22: Porcentaje de personas que ha concluido la educación secundaria por lengua materna SERIE 2258833IE355ES 58858 Año de nacimiento ———— Nooriginaria Originaria Notas: Las líneas punteadas demarcan el intervalo de confianza de las estimaciones (a = 0,05). Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 3b en la hoja electrónica adjunta. 29/49 Gráfico 23: Índice de paridad y brecha porcentual en la conclusión de la educación secundaria por lengua materna según año de nacimiento (1930-1993). a CO IIA opor 100 n9 Indice de paridad us 103 sapengua»iod sound ua eyoorg 40 0 Y1 no Año de nacimiento Índice de paridad Notas: Índice de paridad deseable es 1 (en el eje principal, recta azul). Brecha porcentual deseable es O (en el eje secundario, recta roja). Las líneas punteadas muestran los valores efectivamente observados mientras que las líneas continuas grafican la tendencia. En ambos casos se ha presentado los valores mínimos y máximos estimados con un 95 por ciento de confianza estadística. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 4b en la hoja electrónica adjunta. Brecha Como muestra el Gráfico 23, la brecha en los niveles de conclusión de la educación secundaria entre quienes tienen una lengua Amerindia como lengua materna y el resto del país ha seguido tres dinámicas diferentes. Primero, se ve que para las generaciones nacidas hasta 1964, las diferencias entre ambos grupos se incrementaron en cerca de 21 puntos porcentuales. Después, para los nacidos entre 1965 y 1978, la brecha se mantuvo relativamente constante, alrededor de los 34 puntos porcentuales. Para los nacidos a partir de 1979, la brecha comenzó a cerrarse velozmente. Es posible apreciar en el gráfico cómo la pendiente de la línea correspondiente a los individuos con una lengua materna Amerindia se incrementa fuertemente para estos años. Cabe mencionar que tal y como sucedió al analizar la conclusión de la educación primaria, el menor tamaño de muestra para el grupo con lengua materna Amerindia ha afectado la estimación de la proporción de personas que terminaron la educación secundaria para todos los años de nacimiento observados. Por esta razón, esta serie tiene una menor estabilidad (mayor nivel de “ruido”) que las otras analizadas. Aunque el progreso de la culminación del nivel secundario para las personas con lengua materna Amerindia es notorio, debe resaltarse que el valor de la brecha en puntos porcentuales no es muy diferente entre los nacidos en 1993 y los nacidos en 1930 (15,6 y 16,7 puntos porcentuales, respectivamente), lo cual indica que los niveles de conclusión han mejorado, mas no las distancias 30/49 esté sobre estimada, pero al igual que con la conclusión de la educación primaria, aún ayuda a representar el menor nivel educativo predominante entre la población que actualmente habita las áreas rurales. Haciendo la misma comparación que en el caso anterior, la brecha en puntos porcentuales entre los nacidos en el primer y último año de análisis ha tenido un crecimiento de 7,2 puntos; es decir, aunque el nivel de conclusión se ha incrementado, la brecha absoluta (más no la relativa como lo muestra el índice de paridad) entre los dos grupos se ha profundizado. Por último, tal como en el caso de primaria, la edad en la que se estabiliza la probabilidad de terminar secundaria es igual entre zonas urbanas y rurales (22 años). Esto significa que la posibilidad de atraso no está relacionada con el área de residencia de los estudiantes (Anexo 2b). La brecha resto urbano/Lima Metropolitana en la conclusión de la educación secundaria Gráfico 26: Porcentaje de personas que al menos ha concluido la educación secundaria por área de residencia (Lima/resto urbano) según año de nacimiento (1930-1993). E 40% 0% 25% 20% 25% 0 15% 10%, Año de nacimiento Lima oo. Resto Urbano Notas: Las líneas punteadas y el área roja demarcan el intervalo de confianza de las estimaciones (a = 0,05). Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 3b en la hoja electrónica adjunta. 33/49 Gráfico 27: Índice de paridad y brecha de personas que al menos ha concluido la educación secundaria por área de residencia (resto urbano/Lima Metropolitana) según año de 3 3 o = 8 10 » 3 A $ > os “ok z E Z "3 o 07 oa á 2 vs w E e 5 0 Ñ 10 Año de nacimiento Índice de paridad Brecha Notas: Índice de paridad deseable es 1 (en el eje principal, recta azul). Brecha porcentual deseable es O (en el eje secundario, recta roja). Las líneas punteadas muestran los valores efectivamente observados mientras que las líneas continuas grafican la tendencia. En ambos casos se ha presentado los valores mínimos y máximos estimados con un 95 por ciento de confianza estadística. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 4b en la hoja electrónica adjunta. Como muestra el Gráfico 27, la diferencia en la probabilidad de terminar la educación secundaria entre Lima y el resto urbano del país ha tenido un comportamiento muy variable, pero siempre oscilando alrededor de una tendencia descendente. Así, puede observarse que para los nacidos entre 1930 y 1975 la brecha mayormente estuvo contenida en el intervalo entre 25 y 10 puntos porcentuales. Recién a partir de las generaciones nacidas en 1976 (cuando Lima alcanza una tasa de conclusión que bordea el 80 por ciento) puede observarse una clara tendencia decreciente para la brecha entre ambos grupos, esto se debe a que la tasa de crecimiento para el resto urbano es más veloz que en Lima Metropolitana. Para el último año de análisis, se muestra que ambos grupos están muy próximos al 90 por ciento en la conclusión del nivel de educación secundaria. En este caso también es posible que los individuos migren y, por tanto, pasen de una categoría a otra, o incluso salgan de ambas categorías (si migran a una Zona rural). Sin embargo, al igual que para la conclusión de la educación primaria, se espera que este efecto sea menor que en el caso de rural/urbano, pues los movimientos migratorios desde las ciudades hacia Lima han sido menos masivos que el traslado poblacional del campo a la ciudad, mientras que el movimiento de la ciudad al campo es poco frecuente (Perú: Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2007). 34/49 Por último, como se muestra en el Anexo 2b, la probabilidad de conclusión es diferente para ambos grupos (20 años para Lima Metropolitana y 22 años para el resto urbano), lo cual sugiere que para el resto urbano, las probabilidades de atraso en la educación secundaria son mayores. La brecha por quintil de gasto en la conclusión de la educación secundaria Gráfico 28: Porcentaje de personas que al menos ha concluido la educación secundaria por quintil de gasto según año de nacimiento (1930-1993). Quintiles de gasto estimados a 2014. MO pr 80% 55% 45% 0% 1930 1982 1934 1936 1939 1940 1942 1944 1946 1948 1980 1932 1962 1964 1966 1968 1970 1972 222238 Año de nacimiento A Quini 1 [] Quini2 PB Quina [E] Quina JN Quina Notas: Las líneas punteadas demarcan el intervalo de confianza de las estimaciones (a = 0,05). Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2013 -2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Datos: Anexo 3b en la hoja electrónica adjunta. En el Gráfico 28 puede verse la probabilidad de terminar la educación secundaria por año de nacimiento según el quintil de gasto del hogar. De igual manera que para el análisis del nivel primario, aquí también es necesario tener en consideración que se trabajó con los últimos tres años con el fin de tener valores con mayor estabilidad; asimismo, se deflactó los gastos temporal y espacialmente, tomando como referencia los precios de Lima Metropolitana al 2015 para hacerlos comparables, y, se estableció los quintiles a partir de los gastos de los hogares en el 2014. La línea correspondiente al quintil más bajo (quintil 5) tiene una pendiente mucho menor que la de los demás quintiles, y se mantiene por debajo del 5 por ciento para los nacidos antes de 1957. Para los nacidos a partir de 1958, la pendiente se vuelve más pronunciada, mejorando en poco más de 45 puntos porcentuales al alcanzar a la generación nacida en 1993. A pesar de la mejora para las últimas 35/49 Gráfico 30: Distribución según dominio de las personas de 23 o más años, total y aquéllos que no culminaron la educación secundaria. Valores estimados a 2014. EE 30 25% 25 20%, 20 10% 15 10% Lo 5% 0,5 0% 00 CostaNorte — CosiaCeniro — Costasur Siena Norte SieraCeniro Sierras seta Lima Metropolitana Dominio Participación en el total nacional sin Participación en el total nacional (23 años y secundaria completa (23 años y más) más) Notas: Los porcentajes fueron calculados tomando como base a la población de 23 años y más. Fuente: Elaboración propia a partir de la información de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2013-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. Los puntos indican la razón entre la participación en el total sin primaria completa y en el total y se lee en el eje secundario, la línea roja indica una Participación similar en ambas distribuciones. En el Gráfico 30, puede verse la distribución de las personas que no terminaron la educación secundaria según dominio geográfico. En un escenario en el que la población sin educación secundaria completa se distribuye de modo aleatorio entre dominio geográficos, la participación de cada uno de éstos en el total sin educación secundaria debería ser idéntica a la participación en el total poblacional de las edades respectivas (23 y más años). Así, las dos barras serían del mismo tamaño, y los puntos (que comparan ambos valores) se alinearían sobre la línea roja. Sin embargo, es claro que esta situación no se observa. Así, la Costa en su conjunto tienen una participación menor en el total de personas sin secundaria completa que lo que les “correspondería” en un escenario aleatorio. Esto es particularmente notorio en Lima Metropolitana donde su contribución relativa a la población de 23 y más años sin educación secundaria es inferior a 0,6 veces los que le “correspondería.” Caso contrario se observa en la Sierra (Norte, Centro y Sur) y la Selva. Esta situación es particularmente marcada en el caso de la Sierra norte, cuya participación en la población de 23 y más años sin secundaria completa es 1,5 veces la que le “correspondería” en un escenario aleatorio. 38/49 Así, la Sierra en su conjunto aporta el 34,0 (e.e.=0,0005) por ciento de la población de 23 años y más, y el 42,3 (e. e =0,0007) por ciento de las personas de ese grupo de edades que no terminó la secundaria (entre 3,5 y 4 millones de personas). Se resalta el caso de la Sierra Centro, la cual tiene entre 1,5 y 2 millones de personas sin terminar el nivel de secundaria. Por otro lado, la Costa (excluyendo Lima Metropolitana), representa el 25,9 (e.e.=0,0006) por ciento de la población analizada, pero “aporta” un 23,9 (e.e.=0,0006) por ciento de personas que no culminaron el nivel secundario. Asimismo, en términos relativos, se puede sugerir que Lima Metropolitana tiene un mejor resultado, pues cuenta con alrededor de un cuarto de la población, y sólo tiene 13,8 (e.e.=0,0002) por ciento de las personas que no han terminado el nivel secundario, sin embargo, en términos absolutos esto representa entre 1,0 y 1,5 millones de personas sin educación secundaria concentradas en una única ciudad. Gráfico 31: Distribución por lengua materna y sexo de personas de 23 y más años que no terminaron la secundaria. Valores estimados a 2014. 1 No Amerindia 1 Hombre 2 Amerindia 2 Mujer Fuente: Elaboración propia a partir de la información de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2013-2015. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. No se indluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. En el Gráfico 31 puede verse que un 36,3 (e.e.=0,0006) por ciento de las personas de 23 años y más que no terminan la secundaria tienen una lengua materna Amerindia. Es necesario tener en cuenta que el porcentaje de personas de 23 o más años cuya lengua materna es una lengua Amerindia es 23,2 (e.e.=0,0004) por ciento, lo cual significa que su contribución a la población sin educación secundaria completa es 1,6 veces mayor que su contribución a población total bajo análisis. De modo similar ocurre con las mujeres, que en 2014 representaban al 52,4 (e.e.=0,0001) por ciento de la población total de 23 años y más, pero que, como se observa, representan un 57,3 (e.e.=0,0002) por ciento de la población sin secundaria completa. Estas dos figuras corroboran lo que ya se había visto en la sección anterior; es decir, que durante un período prolongado de tiempo existió una brecha considerable en la probabilidad de concluir la educación secundaria en detrimento de la población femenina y de aquéllos con lengua materna Amerindia. 39/49 Gráfico 32: Distribución según edad de personas de 23 años y más que no concluyeron la educación secundaria. Valores estimados a 2014. 33% ps Pe 2 2.0% 1,0% US 00% MD 2723132035 37 29 41 43 45 47 49 51 33 55 57 % 61 63 80 67 69 71 73 73 77 79 Sl 83 8 87 89 91 93 9- Edad en años cumplidos Sin secundaria completa Total Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2013-2015. No se incluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. 40/49 conduce las encuestas tienen la edad oficialmente esperada de culminación del nivel (17 años en el caso de la educación secundaria).!* Así, se ha considerado a las generaciones nacidas entre 1988 y 1997, El Gráfico 35 muestra el porcentaje de personas que han culminado oportunamente (a los 17 años de edad) la educación secundaria. Como puede notarse, alrededor de la mitad de los jóvenes (con una diferencia a favor de las niñas) completan la educación secundaria oportunamente a nivel nacional y esta proporción se ha elevado ligeramente en los últimos 10 años. Si tomamos en cuenta que la conclusión de la educación secundaria se encuentra en aproximadamente 80 por ciento esto quiere decir que tres de cada diez niños la termina tardíamente. Nótese también que se puede asumir que este nivel de atraso es simplemente el que se arrastra desde la educación primaria, ya que aproximadamente uno de cada cinco jóvenes deserta de la escuela antes de culminar la educación secundaria. Gráfico 35: Niveles de conclusión oportuna de la educación secundaria según grupos poblacionales. Nacidos entre 1988 y 1997. 2 100% Eos Ds Ss Ss 8 5 2 9 70% o 5% = 0 3 so 7 é - 55% T 8 a a 50% E 8 8 é E y 45% 3 3 2 - 10% - 35% y 2 30% 2 o - 2 $ 3 : 25% 3 8 8 20% ... 8 3 o L% - 3 10% = 0% Total Hombre Meer Urbano Rural Castellano — Nocastellano — Quinsl Quintilinferior superior Nacional Sexo Arca Lengua matcena Gasto dol hogar Grupos poblacionales Nacidos en 1997 Nacidos en 1988 Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Notas: Nótese que los círculos grises representan los años intermedios entre las fechas extremas. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. No se incluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. Datos: Anexo 6b enla hoja electrónica adjunta. Las disparidades a favor de la población femenina deben ser leídas tomando en cuenta lo señalado anteriormente acerca del distinto patrón de transición a lo largo del sistema de hombres y mujeres. Debido a que la repetición es menos tolerada entre la población femenina (la desaprobación de un grado deriva en deserción y no en repetición con mayor probabilidad que entre los hombres), las que 1 El detalle del procedimiento seguido se presenta en la sección sobre Aspectos Metodológicos. 43/49 permanecen en el sistema educativo hasta la conclusión del nivel tienden a ser aquéllas con una trayectoria escolar menos marcada por la repetición. Asimismo, las mayores disparidades en la conclusión oportuna de la educación secundaria se observan en las otras desagregaciones presentadas en el gráfico. En particular, la brecha es muy marcada según el nivel de gastos del hogar donde el quintil superior se sitúa en un nivel de conclusión oportuna próximo al 80 por ciento (cuando la conclusión total es próxima a la universalidad) mientras que en el quintil de menores niveles de gasto llega al 30 por ciento; sin embargo, se observa el gran progreso de este grupo en la última década. Finalmente, los niveles de conclusión oportuna de la educación secundaria se han elevado de modo marcado entre los demás grupos observados, en particular, entre aquéllos más rezagados; sin embargo, las brechas por área de residencia y lengua materna se mantienen de modo pronunciado. Por su parte, la observación de los niveles de conclusión oportuna según regiones (Gráfico 36) muestra importantes diferencias entre ellas tanto con relación a los niveles alcanzados como a los ritmos de progreso experimentados en la última década. En efecto, regiones rezagadas hace una década, han mostrado una mejora importante (Huánuco, Ayacucho, Ucayali, Cajamarca, Pasco, Apurímac, Madre de Dios, Loreto, Huancavelica, Puno, Amazonas). Sin embargo, los niveles de conclusión oportuna tienden a ser limitados en todas las regiones sólo superando el 70 por ciento en Arequipa e Ica. Gráfico 36: Niveles de conclusión oportuna de la educación secundaria según regiones. Nacidos entre 1988 y 1997. 9 100% E y 90% E 5% E 85% 80% 70% o =. - 65% 3 to0..? 55% . bes Í6 50% A Eo E antic. 2 LK 50% So. .8e do. Ple 50% É 8 g2%, 8 45% 2 e lo!--Bl Lio o - 8 2 o 40% |. = *v es o 8 a u 35% | É rele ho 8 2 0% (8. 80... 25% 2 o Toa 20% — 15% 10% 0% s 2 2 2 3 2 qe 23.8 Se 3 E Eos 8 2 8 2% E 8 4 9 2 5838 8 2 A 5 2 2 ¿EE E g OS q E 3284 ¿0 g 2 E g E E 2 07 2 E 2 S < 3 3 3 : 5 E 2 E 3 3 Regiones Nacidos en 1997 Nacidos en 1988 Fuente: Elaboración propia a partir de la información de las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) 2004-2015. Notas: Nótese que los círculos grises representan los años intermedios entre las fechas extremas. Para los detalles sobre los procedimientos seguidos, véase las notas metodológicas. No se incluye los errores estándar para facilitar la lectura del gráfico. El gráfico se encuentra ordenado según los niveles de conclusión oportuna más recientes (de menor a mayor) Datos: Anexo 7b en la hoja electrónica adjunta. 44/49 Comentarios finales Tras el análisis realizado sobre la dinámica de la probabilidad de terminar la educación primaria y secundaria según el año de nacimiento, se puede concluir que, en términos generales, las brechas que existieron desde principios del siglo XX se han ido cerrado en los últimos años, al punto que en el caso de la educación primaria, éstas son de muy poca magnitud con relación a las poblaciones más jóvenes. En el caso de la educación secundaria, por otro lado, garantizar la universalidad de los estudios presenta aún desafíos mayores, pero la tendencia hacia la desaparición de las brechas es clara y sería de esperarse que se logre de mantenerse y mejorarse las políticas de acceso a este nivel educativo. Si bien el diagnóstico en términos de la evolución de las brechas es positivo, hay dos temas preocupantes que vale la pena resaltar y que deberían ser tenidos en cuenta para la formulación de nuevas políticas educativas. En primer lugar, si bien las brechas en conclusión de la educación primaria casi se han cerrado, y los niveles de conclusión de estudios superan el 95 por ciento para la última cohorte analizada, existe una preocupante cantidad de personas de 18 o más años de edad que no han terminado este nivel educativo, y que, dadas las condiciones actuales (la escasa oferta de programas de educación de adultos, y la poca visibilidad de este tema), probablemente no lo hagan en ningún momento. En ese sentido, la búsqueda de la universalización de la educación primaria no debería concebirse sólo como una cuestión que afecta a los más jóvenes (y, por lo tanto, verse casi con complacencia por estar muy próximos a la universalidad en las nuevas generaciones), sino que su impacto en la población de más edad debería ser también considerado, ya que la Constitución proclama el derecho a la educación de todas las personas y no sólo de los más jóvenes, y dado que la universalidad de los dos niveles educativos analizados es algo proclamado hace varias décadas. El segundo tema importante es que tanto los individuos que no terminan la primaria como los que no terminan la secundaria pertenecen a los segmentos más desfavorecidos con relación a otros aspectos como los ingresos. En otras palabras, la exclusión a la que están sometidas estas personas alcanza también otros ámbitos, haciendo de ellos una población marginada en múltiples dimensiones. Por lo mismo, el potencial de la educación de estas personas como mecanismo de contribución a la superación de la exclusión no debería ser olvidado; por el contrario, un sistema educativo que prioriza la atención de los más necesitados es uno que contribuye de modo significativo a la inclusión y la equidad. Así, es posible decir que el análisis aquí presentado combina tres mensajes: (i) la verificación de progresos importantes logrados a lo largo de varias décadas en los niveles agregados de conclusión de estudios; (ii) el importante progreso en el cierre de brechas; y (iii) las marcadas diferencias generacionales que se traducen en niveles de rezago educativo muy importantes para segmentos muy amplios de la población adulta. Por lo mismo, el análisis aquí presentado es un llamado a continuar los esfuerzos hacia la universalización y el cierre de brechas, así como a priorizar la creación de mejores y mayores oportunidades para la educación de jóvenes y adultos. 45/49 Referencias Bruns, B., Mingat, A., € Rakotomalala, R. (2003). Achieving Universal Primary Education by 2015. A Chance for Every Child. Washington (DC]: The World Bank. Castro, J. F., € Yamada, G. (2011). Brechas étnicas y de sexo en el acceso a la educación básica y superior en el Perú (Documento de Discusión No. DD/11/04). Lima. Guadalupe, C. (2015). Contar para que cuente: una introducción general a los sistemas de información educativa. Lima: Universidad del Pacífico. Retrieved from http://repositorio. up.edu.pe/bitstrearm/handle/11354/1014/GuadalupeCesar2015.pdf?sequence=3 Guadalupe, C., Huillcamisa, J., Miranda, L., Quintana, M. L., Rodríguez, J., Santillán, N., ... Zambrano, G. (2002). La educación peruana a inicios del nuevo siglo. 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