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El trabajo infantil en Colombia: tendencias y nuevas políticas, Apuntes de Psicología

Este ensayo presenta un diagnóstico del trabajo infantil en colombia durante el período 1992-1996, señalando las principales tendencias del fenómeno y las causas del problema, remarcando la necesidad de erradicar el trabajo infantil respetando los derechos del niño. El documento también analiza las conferencias internacionales sobre trabajo infantil en amsterdam y oslo en 1997, donde los gobiernos proclamaron su repudio al trabajo que afecta el desarrollo pleno y la educación de los niños y se comprometieron a luchar contra él.

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 02/03/2024

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¡Descarga El trabajo infantil en Colombia: tendencias y nuevas políticas y más Apuntes en PDF de Psicología solo en Docsity! NÓMADAS152 EL TRABAJO INFANTIL EN COLOMBIA: TENDENCIAS Y NUEVAS POLÍTICAS María Cristina Salazar* Este ensayo presenta un diagnóstico del trabajo infantil en Colombia, seña- lando las principales tendencias del fenómeno durante el período 1992-1996. Se identifica a la pobreza y a los factores culturales como las principales causas del problema, remarcando la necesidad de erradicar el trabajo infantil, respetando los Derechos del niño. * Presidenta, Defensa de los Niños Internacional-Colombia. 153NÓMADAS Introducción El trabajo infantil1 viola los de- rechos de la niñez consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU (CDN). En Colom- bia, este trabajo no es una nueva rea- lidad, pero estudios históricos revelan que hasta hace poco tiempo era visto con indiferencia por los gobiernos y otras instancias de la socie- dad. Su amplitud lo ha con- vertido en parte del orden “natural”, dando lugar a ar- gumentos que lo justifican: se ve como una solución para la sobrevivencia de los más pobres, como una for- ma aceptable de la partici- pación de los niños en la sociedad, y como una expe- riencia de aprendizaje que reemplaza la escuela. Estos argumentos han servido para justificar la pasividad que también se ve reforzada por la invisibilidad que ca- racteriza a muchos de los tra- bajos realizados por niños y niñas. En 1997 se reunieron dos Conferencias Interna- cionales sobre Trabajo In- fantil en Amsterdam y Oslo, en donde los gobier- nos proclamaron su repudio al trabajo que afecta el de- sarrollo pleno y la educa- ción de los niños, y se comprometieron a luchar contra él, considerándolo como una de las manifesta- ciones más violentas y crueles de la inequidad en la distribución de la riqueza social y de la injusticia que reinan en muchos países del mun- do. De manera contundente la Con- ferencia de Oslo afirmó la necesidad de luchar a nivel nacional e inter- nacional contra el trabajo infantil y contra las causas del mismo. Las políticas públicas dirigidas a la infancia no podrán ya desconocer la urgencia de la protección contra la explotación económica de los niños y contra toda forma de trabajo que impi- da su educación y pleno desarrollo, como bien lo establece el Artículo 32 de la CDN. Igualmente, en Oslo se destacó la importancia de la edu- cación como una de las maneras de lograr que los niños y niñas en edad escolar se alejen de los trabajos riesgosos y permanezcan en escuelas de buena calidad hasta los catorce o quince años; de esta manera reuni- rán las condiciones necesarias para ingresar a mejores niveles del merca- do laboral. La Convención 182 de la OIT sobre las peores formas de tra- bajo infantil, aprobada en 1999, rei- tera la posición de la OIT acerca de la erradicación del mismo, y es de esperar que muchos Esta- dos empiecen a actuar con mayor coherencia hacia esta finalidad. Tendencias del Trabajo Infantil en Colombia, 1992-1996 En 1996 el número de jóvenes de doce a diecisiete años que tra- bajaban, incluyendo ofi- cios domésticos, llegó a 1.425.400. Esta cifra dis- minuyó de 1992 a 1996 en sólo 34.000. Las ten- dencias durante ese perío- do presentan diferencias por zona y por edad. El descenso absoluto en el nivel nacional se debió principalmente a la de- clinación en el sector ru- ral, ya que en la zona urbana hubo una ten- dencia al alza: en 1996 hubo 28.500 jóvenes tra- bajadores que se sumaron a los ya existentes, en ra- zón del aumento pobla- cional, pues las tasas de participación en ambos sectores muestran descen- sos para todos los grupos de edad y género. En el grupo de doce a trece años, el número absoluto de niños y niñas trabajadores en ambas zonas Alvaro Restrepo, bailarín colombiano. Foto Juan Camilo Segura NÓMADAS156 gún la clase social y la cultura. Nues- tra definición de niñez no necesaria- mente coincide con aquella de los campesinos quienes consideran que el niño es un adulto desde muy tem- prano y por lo tanto una persona que debe trabajar. En algunas formas de produc- ción, la familia actúa como bloque, dándose por sobreentendi- da la colaboración activa de todos sus miembros, in- cluidos obviamente los ni- ños. Los padres justifican la vinculación de sus hijos al trabajo aduciendo que en él adquieren valores como la responsabilidad, la autonomía y la tenacidad para sobrellevar las dificul- tades o para soportar sacri- ficios. Además se ve el trabajo como una protec- ción contra los vicios y el ocio que conducen a la de- lincuencia. La percepción acerca de la escuela es ambiva- lente. Por una parte se va- lora la posibilidad de aprender a leer y escribir, pero por lo menos un sec- tor de padres, en particu- lar en áreas rurales, percibe esta educación como irre- levante, y cuando los ho- rarios de la escuela y del trabajo se contraponen, tienden a privilegiar el trabajo, por cuanto éste tiene beneficios inme- diatos evidentes para la subsistencia de la familia; la asistencia a la es- cuela, en cambio, no. Es la disyun- tiva entre la posibilidad de movilidad social futura que les abre la escuela y las urgencias de la sobrevivencia presente. Muchos padres manifiestan re- celo frente a esta institución porque allí los niños supuestamente apren- den contenidos que los llevan a re- belarse contra las tradiciones y normas del hogar. Otros temen que desarrollen hábitos nocivos. En la expresión de una madre brasileña aparece plasmada la desconfianza la- tente hacia la escuela: “No voy a quedarme batallando para que ellos estudien, porque me parece más im- portante que aprendan a trabajar. Hay niños por ahí que terminaron el cuarto año pero que fuman mari- huana. Después de aprender a tra- bajar ellos van a dar valor al servicio y al estudio. Yo aprendí así”. Reco- ger su propia experiencia como ni- ños trabajadores para justificar el tra- bajo de sus hijos es uno de los meca- nismos más utilizados. Los padres consideran que el tra- bajo es una «preparación para la vida», que opera como una suerte de escuela para la existencia futura. Se presentan, de otro lado, segmentos de familias pobres para quienes el trabajo prematuro se convierte en mecanismo preventivo de la ociosidad. Esto tiene que ver con la escasa valo- ración que se da en secto- res populares al juego de los niños. La actividad lúdica es vista por muchos como pérdida de tiempo sin avizorar la importancia del juego en su formación. Los empleadores tam- bién piensan que al vincu- lar los niños al trabajo precoz los están ayudando, lo que los lleva a pensar que no tienen por qué pa- gar justamente su labor. Estas formas de concep- tualizar al trabajo como una manera de “salvar” o prevenir la perdición del niño tienden a legitimar el trabajo infantil de los ni- ños y adolescentes pobres. Pero dificultan las metas de erradicación progresiva al sacar la discusión del te- rreno de los derechos del ciudadano, ubicándola en el marco ideológico o de la filantropía , ocul- tando la relación compra/venta del trabajo y la relación patrón/emplea- do (Rodríguez dos Santos 1995). Concepciones premodernas de la infancia, para las que niños y niñas son vistos como «adultos en minia- Profesor de danza. Bali, 1949. Foto: H. Cartier Bresson 157NÓMADAS tura», hacen que recaiga en ellos un sinnúmero de actividades laborales en tanto éstas forman parte de su rol como tales. El género El género es una variable que jue- ga un rol importante en este tema: son más los varones que las niñas que trabajan en Colombia y en los países de la región. Sin embargo, aquí es necesario señalar que frecuentemen- te la participación laboral de las ni- ñas adolece de un significativo sub-registro en la conceptualización tradicional de la población económi- camente activa, en tanto no se con- signa como trabajo la participación de éstas en actividades domésticas en su propio hogar, aunque en muchos casos estas tareas suponen el aban- dono de la escuela y jornadas labora- les excesivas. Un segmento de niñas y jóve- nes mujeres tiene una doble jorna- da laboral. Salen a trabajar fuera de casa, pero además cumplen con ta- reas domésticas al regresar a su pro- pio hogar. La calidad de la educación Para los niños que no han ingre- sado a la escuela y para todos los que entran pero no terminan la educa- ción básica (ni siquiera los cinco años de la primaria) no hay alternativas de educación. Se ha propuesto desa- rrollar, en varios países, “jornadas al- ternas” para actividades lúdicas y recreativas de los niños, tanto del grupo de escolarizados como de los que no asisten a la escuela, que han demostrado ser útiles para evitar el trabajo de los niños, ya que por unas horas adicionales en el día, están en actividades extra-escolares. Sin embargo, para que una me- dida como esta resulte eficaz para erradicar el trabajo infantil se requie- re un fuerte apoyo del sector estatal de la educación; es preciso, primero, vincular a los maestros; segundo, es- tablecer los estímulos y programas necesarios; tercero, procurar los es- pacios adecuados (puede ser una es- cuela) y por último, convencer a los mismos niños y adolescentes del be- neficio que la jornada alterna puede aportarles. Pero mientras tanto, el Proyecto puede tener un efecto de demostración con las jornadas alter- nas en cuanto éstas por lo menos evi- tan una parte del empleo infantil y desarrollan otras aptitudes, destrezas y valores que a veces ni la escuela ni la familia posibilitan. Conclusiones El trabajo infantil niega los dere- chos de los niños e impide su pleno desarrollo como lo han constatado numerosos estudios. Es muy impor- tante que las acciones de erradicación del trabajo infantil se dirijan cada vez más al mejoramiento de la calidad de la educación básica en las escuelas oficiales; todos los niños deben te- ner acceso al sistema de educación formal, y es necesario desarrollar pro- gramas especiales para los niños y niñas trabajadores que se han salido de la escuela sin completar el ciclo básico. No debe continuar la tenden- cia al alza de los costos de la educa- ción pública. Por el contrario, hay que mejorar los ingresos de las fami- lias que tienen niños que trabajan, precisamente para respetar su dere- cho a la educación y a la no discri- minación. El mejoramiento de la calidad de la educación exige que las políticas de la niñez enfaticen los derechos de los niños y niñas acogidos por la Constitución e incorporados recien- temente al Plan Nacional de Erradi- cación del Trabajo Infantil. Mientras cada uno de estos principios no se constituyan en orientadores de la acción estatal, no podrán resolverse ni la extensión ni la intensidad del trabajo infantil. El Estado, las insti- tuciones gubernamentales y la socie- dad civil tienen que actuar para lograr la universalidad de estos derechos, su indivisibilidad, su alcance progresi- vo, su dimensión individual y la res- ponsabilidad colectiva para su cumplimiento. El interés superior del niño/niña, que significa que los de- rechos de los niños priman sobre cualquier otro derecho no ha sido su- ficientemente enfatizado; tampoco la participación de los niños y de las niñas en todas las decisiones que los afectan. El Plan Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil, reformado re- cientemente con la participación de amplios sectores de gobierno, empre- sarios, sindicalistas y organizaciones no gubernamentales, refleja una nue- va posición frente al trabajo infan- til, muy acorde con los principios de la legislación internacional, en par- ticular de las Convenciones de la OIT. Queda claro que el trabajo in- fantil es ética y moralmente inacep- table, que viola los derechos de la niñez, y que por más dificultades que presente el país en su economía y en el alto desempleo que la caracteriza en la actualidad, Colombia tiene que hacer el esfuerzo necesario para erra- dicar cualquier trabajo que impida el pleno desarrollo de los niños y niñas. En el Seminario realizado en Bogotá en marzo del 2000, por el Ministerio del Trabajo y la OIT, se NÓMADAS158 señalaron las medidas que deben po- nerse en práctica inmediatamente para lograr en el futuro inmediato y mediano la erradicación del trabajo infantil. En general, las medidas bus- carán mejorar la condición económi- ca de los hogares más pobres y de las madres que, solas, velan por sus hi- jos; incrementar el acceso a la edu- cación básica y la calidad de ésta; insistir sobre los derechos de los ni- ños y lograr los cambios culturales que reivindiquen la educación antes que el trabajo para los niños y niñas. En resumen, el país debe convencerse de que el lugar del niño y de la niña está en la escuela, y que el poder de los niños y niñas no está en el trabajo. Citas 1 El trabajo infantil es el que desempe- ñan los niños y niñas menores de ca- torce años, que en Colombia es ilegal. 2 Esta sección se basa en Flórez y Méndez 1998. 3 Véase M.E.Ramírez et al. 2000.Biblio- grafía. Bibliografía DEFENSORÍA DEL PUEBLO Ministerio Público, “Menores trabajando en el raspado de coca”, en: La Niñez y sus Derechos, Boletín No. 3, Bogotá, 1997. FLÓREZ, C.E. y R. Méndez, Niñas, niños y jóvenes trabajadores colombianos, CEDE/ OIT/IPEC Col. 1998. GARCÍA Méndez, E. y M.C. Salazar, Nue- vas perspectivas para erradicar el trabajo infantil en América Latina, Bogotá, UNICEF/Tercer Mundo, 1999. LÓPEZ Báez, C., “Posibilidades de erradi- cación del trabajo infanto juvenil en cultivos ilícitos”, en: E. García Méndez y M.C. Salazar, Nuevas perspectivas para erradicar el trabajo infantil en América Latina, Bogotá, UNICEF/Tercer Mun- do, 1999. RAMÍREZ, M.E., I. Urquijo, C. del Porti- llo, Hacia la erradicación del trabajo in- fantil en Aquitania y Corabastos. Unicef/ DNI, Bogotá, 2000.
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