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La filosofía cristiana en la Edad Media: Agustín de Hipona y Tomás de Aquino, Esquemas y mapas conceptuales de Filosofía

Filosofía medievalHistoria de la filosofíaTeología cristiana

Una introducción al pensamiento filosófico de la Edad Media cristiana, con enfoque en las contribuciones de Agustín de Hipona y Tomás de Aquino. Se discute la relación entre el cristianismo y la sociedad grecorromana y judía, la polémica entre fe y razón, y la interpretación de la religión cristiana a través de la filosofía neoplatónica. Se analizan las diferentes visiones de Dios y el conocimiento de Dios, y la importancia de la fe y la razón en el proceso de 'purificación' hacia el conocimiento supremo.

Qué aprenderás

  • ¿Cómo Tomás de Aquino concibe la relación entre la fe y la razón en el proceso de conocimiento de Dios?
  • ¿Cómo se relacionó el cristianismo con la sociedad grecorromana y judía en la Edad Media?
  • ¿Cómo Agustín de Hipona equipara la Unidad primordial neoplatónica con el Dios creador cristiano?

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2021/2022

Subido el 12/12/2022

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¡Descarga La filosofía cristiana en la Edad Media: Agustín de Hipona y Tomás de Aquino y más Esquemas y mapas conceptuales en PDF de Filosofía solo en Docsity! Página 1 D. DE FILOSOFÍA - IES SÉNECA - CURSO 2022/23 FILOSOFÍA GENERAL 1º BACHILLERATO 2. LA FILOSOFÍA EN LA EDAD MEDIA Desde el siglo I d. C., hasta el siglo III d. C., convivieron en los territorios del imperio romano una amalgama de doctrinas y teorías filosóficas y religiosas, que intentaban definir cuál era el lugar del ser humano en el mundo, e intentaban dar pautas y normas de comportamiento. Encontramos las diversas corrientes de la filosofía helenística conviviendo con el judaísmo y otras sectas religiosas de oriente, como el zoroastrismo. En esta época, surgida en un origen como una secta reformista dentro de la religión judía, aparecen los que posteriormente serían conocidos como “cristianos” (mesíanicos). Estos “seguidores del mesías” tuvieron un gran éxito entre las élites más cultivadas del imperio romano, así como entre las más bajas y humildes de la sociedad, como libertos y esclavos. Desde un principio, la relación entre el cristianismo y la sociedad grecorromana y judía preexistente fue muy polémica ya que, respecto de los judíos, pretendía reformar su religión para volverla más abierta y universal; y respecto de los grecorromanos, suponían una gran amenaza a su modelo político-social, con cuestiones como la supresión de la esclavitud, la igualdad natural de todos los seres humanos, y la obediencia sólo a Dios, por encima de todo otro dios u hombre, incluido el emperador. Por ello, el cristianismo surgió severas críticas desde un principio, tanto de las élites intelectuales del status quo grecorromano, como de las élites religiosas judías. Ello llevó a que el cristianismo tuviera que acogerse a la reflexión y la argumentación para defenderse, es decir, a la Filosofía. Aparece así el primer periodo conocido como apologética (apología = defensa), en la que los primeros cristianos escribían para defenderse de los ataques y las críticas recibidas tanto por las élites grecorromanas como de las élites religiosas judías. Defendían la superioridad moral e intelectual de la doctrina cristiana frente al resto de religiones y escuelas filosóficas. Ya que frente a los sacrificios paganos y judíos, ellos defendían una religión más simbólica; y frente a la pluralidad de opiniones de las escuelas filosóficas ellos defendían la racionalidad inspirada por la fe. Surge de esta manera la polémica que atravesará todo el pensamiento de la Edad media: la dicotomía entre fe y razón. La definición de cada una de ellas, sus posibilidades y límites, así como subordinación de una a la otra, marcarán todo el desarrollo del pensamiento cristiano. Tras este primer periodo, una vez aceptada como religión dentro del imperio romano, el cristianismo inicia su segundo periodo, más importante y fundamental que el anterior: la patrística, el periodo de los padres fundadores del cristianismo. En este periodo, los primeros padres del cristianismo tomarán a la filosofía como fundamento de su doctrina, e interpretarán a la religión desde las categorías de la filosofía griega. Esto caracterizará durante toda su historia a la religión cristiana. Página 2 D. DE FILOSOFÍA - IES SÉNECA - CURSO 2022/23 FILOSOFÍA GENERAL 1º BACHILLERATO Como autor más importante y principal de este periodo se encuentra Agustín de Hipona, cristiano converso en la adultez, tras pasar por diversas sectas religiosas, hasta reencontrarse con el cristianismo a través de la interpretación que el obispo de Milán, Ambrosio, le hizo mediante las Enéadas de Plotino. Así, lo más característico de Agustín será cómo equipara la Unidad primordial neoplatónica, generadora de toda la realidad desde sí misma, con el Dios creador omnipotente del cristianismo. E igualmente, como equipara la realidad inteligible que emana directamente del Uno, con la realidad celestial de la que hablaban los evangelios. Y en la misma línea, como equipara la realidad sensible que emanaba de la realidad inteligible, con el mundo terrenal. E igualmente, establece que para comprender la creación de Dios (la realidad) se requiere de la facultad de conocimiento (la razón). Pero considera que ésta no puede conocer por sí misma, sino que necesita de la inspiración divina o iluminación. Es decir, la razón debe estar inspirada por la fe: “creo para conocer, y conozco para creer”. Fe y razón se complementan en una relación jerárquica: la fe marca el camino que debe seguir y comprender la razón. Y esta a su vez, al conocer el mundo descubre a Dios como creador del mismo. La fe es principio y final del camino que debe seguir la razón, que es mero instrumento para alcanzar las verdades de la fe. De esta manera, Agustín de Hipona interpreta la religión cristiana desde la reflexión trascendente de la filosofía neoplatónica, dando comienzo al periodo de filosofía cristiana más conocido como escolástica. La filosofía de Agustín de Hipona fundamentará al pensamiento cristiano durante mil años, hasta el redescubrimiento de Aristóteles en el siglo XIII, a través de los comentarios a la doctrina de la doble verdad del filósofo hispano-musulmán Averroes. A diferencia de San Agustín, Averroes va a sostener que fe y razón siguen caminos diferentes, y que ninguna lleva a la otra. La fe se ocupa de las cuestiones trascendentes (teología), mientras que la razón de las cuestiones inmanentes (ciencias naturales). Por lo que cada una tenía ámbitos diferenciados y excluyentes, y no debían meterse en el terreno de la otra. Ni la fe debía estar sometida a la razón ni viceversa. Esto produjo una fuerte polémica dentro del mundo religioso islámico, que condenó a la hoguera a las obras de Averroes por impías, heréticas y nocivas; y del mundo académico en general, y del cristiano en particular, por suponer una gran crítica al modelo agustiniano existente. En este contexto surge Tomás de Aquino, como el autor que más desarrollará la filosofía cristiana a través de la incorporación del pensamiento aristotélico a la misma, dejando a un lado aunque no del todo, el carácter platónico-trascendental de la misma. Como características generales del pensamiento de Tomás de Aquino tenemos la crítica a la doctrina de la doble verdad de Averroes, y los argumentos para la demostración de la Página 5 D. DE FILOSOFÍA - IES SÉNECA - CURSO 2022/23 FILOSOFÍA GENERAL 1º BACHILLERATO 2. Como no todos los seres pueden intuir su propósito o finalidad natural por sí mismos, debe haber una causa externa que les indique o haya inscrito en ellos su comportamiento y razón de ser. 3. Como nada inconsciente puede darse a sí mismo su razón de ser, ésta debe venirle de otro ser externo, y a éste a su vez de otro, en una serie infinita. Pero esto es absurdo. 4. Luego debe haber un ser sumamente inteligente, que haya impreso en cada ser su razón de ser, su objetivo y finalidad natural, el cual es al que todos llamamos Dios. Finalmente cabe destacar la concepción de la naturaleza humana en la filosofía cristiana. Ya en la filosofía griega encontrábamos autores que nos hablaban del ser humano como un ser con una naturaleza tendente a la ignorancia, al error, y a la desviación del óptimo cumplimiento de su finalidad natural. En Platón, por ejemplo, encontramos una concepción del ser humano caracterizada por su apego a las cosas inmanentes, como los lujos, los banquetes, la fama, la comida o el sexo. No obstante, en la filosofía platónica, el ser humano es una criatura esencialmente racional, la característica que lo definía era el uso de la razón. Y la razón, para Platón, era de carácter trascendente, puesto que los objetos de la razón (conceptos, ideas, números, etc.) no los encontramos en el mundo físico inmanente como cualquier objeto natural, sino que sólo los captamos abstrayéndonos mediante el pensamiento racional, trascendiendo a los objetos naturales para llegar hasta los racionales (trascendiendo por abstracción desde los seres humanos particulares y concretos, hasta la idea de ser-humano). Por esta razón, frente al apego a lo inmanente, Platón defenderá la necesidad del ser humano de trascender hacia el conocimiento verdadero (racional), y “purificarse” así de la inmanencia del mundo. En cierto modo, Platón mantenía una concepción negativa del ser humano, puesto que lo caracterizaba como un ser que necesitaba “purificarse” a través del conocimiento, para alcanzar a comprender el Bien, lo mejor para sí mismo y para la sociedad, y llegar a ser lo mejor posible (ser feliz). El cristianismo hereda la concepción negativa del ser humano ya presente en la filosofía griega, pero radicalizándola desde los parámetros de la religión cristiana. Para el cristianismo, el ser humano es creado por Dios a su imagen y semejanza (micro-cosmos neoplatónico), dotado con libertad de voluntad. Esto quiere decir que, a diferencia del resto de seres creados por Dios (plantas y animales), cuyo comportamiento está limitado por las necesidades naturales, el ser humano es el único que tiene libertad para elegir cómo actuar. Con este “libre albedrío”, o libertad de la voluntad, el cristianismo va a interpretar el apego a la inmanencia que decía Platón. Y va a dejar a su libre decisión su “purificación”. Página 6 D. DE FILOSOFÍA - IES SÉNECA - CURSO 2022/23 FILOSOFÍA GENERAL 1º BACHILLERATO El proceso de “purificación” en el cristianismo va a mantener el carácter de trascendencia platónico, y va a seguir siendo un proceso de conocimiento, pero no del Bien en sí, sino de Dios, al cual se le va a identificar con el Bien supremo. Ahora bien, como Dios es un ser que pertenece al orden de lo sobre-natural, el conocimiento de Dios no va a ser de tipo exclusivamente racional, sino también de fe, ya que sólo por la fe se alcanza a comprender las realidades sobre-naturales. Esta revalorización de la fe como medio para alcanzar el conocimiento del Bien supremo (Dios), va a ser una de las mayores diferencias con la ética de la filosofía griega, ya que para ésta la fe era el grado de conocimiento más bajo e imperfecto. De esta manera, la ética cristiana va a consistir en un proceso de “purificación” como trascendencia hasta llegar al conocimiento de Dios, que es el Bien supremo en el cual se encuentra nuestra felicidad, no sólo por la fe sino también por la razón. Esta trascendencia se va a ver reflejada igualmente en la concepción de la vida terrena como camino o proceso hacia la vida celestial. Por esto se va a caracterizar a la vida terrena como una “peregrinación”, y al ser humano como un homo viator, un peregrino que va de paso por esta vida terrena, purificándose, trascendiendo, hasta alcanzar la vida celestial. Como dice el poema en Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique: “Este mundo es el camino para el otro, qu’es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nascemos, andamos mientras vivimos, e llegamos al tiempo que fenecemos; assí que cuando morimos, descansamos.” La concepción de la vida como camino de peregrinación marcó la mentalidad de toda la Edad media cristiana, la cual se materializó en la multitud de caminos de peregrinación que surgieron por toda Europa hacia los lugares santos. Una de las más conocidas e importantes fue el camino de peregrinación hacia Santiago de Compostela, el cual llegó a conectar a toda Europa desde sus múltiples ramas. En dichos caminos, los peregrinos buscaban mortificar su cuerpo para trascender con el alma, hacia un estado menos terrenal y más espiritual, hasta llegar a la representación material de la presencia de Dios: el templo o la iglesia de peregrinación, en la cual normalmente, transcurrido Página 7 D. DE FILOSOFÍA - IES SÉNECA - CURSO 2022/23 FILOSOFÍA GENERAL 1º BACHILLERATO el camino, se le otorgaba al peregrino el perdón de todos sus pecados, quedando así “purificado” para trascender hacia la vida celestial.
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