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Orientación Universidad
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La historia de Tomás y la nueva vecina Ángela, Transcripciones de Lengua y Literatura

LiteraturaLiteratura ComparadaNarrativa creativa

Narrativa sobre la amistad que se forma entre Ángela, una joven recién llegada a la ciudad, y Tomás, su vecino, quien comparten pasiones por la pintura, la música y la literatura. Sin embargo, Tomás guarda un secreto que Ángela descubre poco a poco.

Qué aprenderás

  • ¿Qué pasa entre Ángela y Tomás?
  • ¿Cómo se forma su amistad?
  • ¿Qué es el secreto que Tomás guarda?

Tipo: Transcripciones

2020/2021
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Subido el 18/07/2021

Yessialex
Yessialex 🇻🇪

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¡Descarga La historia de Tomás y la nueva vecina Ángela y más Transcripciones en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! ¿Nunca les dijeron sus madres que jamás dejarán de vigilar su trago si salían con desconocidos? Se supone que todas se lo dicen a sus hijas en cuanto las ven en edad de salir con chicos, solo que “todas no parece incluir a la mía”. Crecí en un pueblo pequeño donde aprendí a ordeñar vacas antes que a decir mi nombre. Mamá me enseñó todo sobre el trabajo de la granja, también a preparar el mejor pastel de carne del mundo y unos ponquesitos por los que mis amigas se mataban cada vez que iban a casa. Pero nunca me dijo nada sobre qué hacer al salir con chicos. Por cierto, mi papá tampoco. Él es como un gran oso que se levanta de madrugada para ir a dirigir a los obreros de la granja y está ocupado hasta la hora de cenar. Apenas si me preguntaba cómo me iba en la escuela. Eso sí, siempre parecía saber mis deseos antes que yo misma lo supiera. Que un pueblo de 5000 almas metido en un valle en medio del páramo llegara a tener una academia de ballet y la escuela primaria con la mejor sala de computación del estado no era casualidad. ¿Ya les mencioné que nuestra granja es grande y a papá le va bien con el negocio de la leche? ¿No? Seguramente tampoco se los dije, pero resulta que soy hija única. ¡Claro que había venido a la capital antes! ¡He estado en ciudades más grandes en vacaciones! Pero, excepto un par de planes vacacionales, con mis dos mejores amigas de mi escuela a las que papá les pagaba para que me acompañaran, nunca había viajado sola hasta que me inscribí en la universidad. Llegué tres meses antes, mamá se quedó conmigo el primer mes, salimos mucho de compras pintamos e hicimos habitable aquel viejo departamento que lo único que tenía de bueno además de una renta ridículamente barata, era que estaba a un par de calles de la universidad. Después tuvo que volver a casa y me dejó allí, sola y por mi cuenta por primera vez en 19 años. Siempre he trabajado en algo, cuando no ayudaba a papá con cosas de la granja, lo hacía con mamá en casa. He cocinado, limpiado y pintado la casa, no soy la típica chica que vive pegada al móvil revisando tiktok, bueno, también lo soy, pero no es lo único que hago. Así que estar sin hacer nada hasta que empezaran las clases, un par de meses después de la partida de mamá, no era algo que pensara hacer. Se me ocurrió buscar un trabajo de medio tiempo que me diera una entrada de dinero aparte del que enviaban, una de la que no tuviera que reportar al detalle en qué gastaba, quizás en un sitio de comida rápida o algo así. El día que pensaba salir a la calle a buscar empleo conocí a Tomás. Al principio pensé que era un anciano que vivía solo en el apartamento frente al mío, tenía razón solo en lo segundo. Lo conocí en el cuarto de lavandería una semana luego que mamá se fuera. - Hola, ¿Eres la chica nueva del 615? Yo soy Tomás, tu vecino del frente - - ¡Si soy yo, la chica nueva! Je, je, je Me llamo Ángela - Así sin más, empezamos a hablar. Era pintor y no era en absoluto un anciano, apenas era mayor que mi papá, pero no era solo eso. Sabía de música, no solo la de su época sino también la que a mí me gustaba, discutimos sobre películas, le gustaba Harry Potter y discutimos sobre si yo sería una Slytherin o estaría en Gryffindor, aunque me confesó que prefería a la gente de Hufflepuff. Era gracioso, atento y se esforzaba muchísimo en disimular que se estaba muriendo. Tosía sangre, tanto que ya ni se daba cuenta. En mitad de nuestra charla se apenó mucho al notar que había manchado su camisa En sus manos tenía una carpeta llena de papeles y un portarretrato tan grande como la misma carpeta. Fuimos a la recién despejada y ordenada mesa del comedor y allí con manos temblorosas, no sé si de la emoción o porque ya en ese punto estaba perdiendo motricidad, fue sacando una hoja tras otra de la carpeta. - Esto, es el borrador de la novela que Camila estaba escribiendo, se decidió a hacerlo por fin, el día que el médico nos dijo que estaba en estado, pidió todo un año sabático en la editorial, con el pretexto de estar tranquila durante el embarazo. Yo acababa de vender una colección completa de cuadros luego de exponerla, así que tampoco necesitaba trabajar por un tiempo. Avanzó mucho a medida que pasaban los meses. Mientras lo hacía, yo iba bosquejando las ilustraciones de los personajes a medida que ella lo describía - Cerró los ojos y suspiró. - Fue nuestra época más feliz juntos, pasábamos los días viviendo en aquel mundo, haciéndolo crecer árbol a árbol piedra a piedra, así como nuestra hija iba creciendo en ella. Llorábamos y reíamos las desgracias y triunfos de los personajes. Era magia, solo así te lo puedo describir - Me iba pasando las páginas una a una mientras hablaba. Me costaba entender la caligrafía del manuscrito, pero las ilustraciones son preciosas, especialmente los paisajes y las criaturas mitológicas. - Deje esta para el final, es mi mejor trabajo, la portada, mírala - La imagen me dejó sin aliento. Era una mujer hermosísima, sus ojos eran de un verde sobrenatural, con vetas rojizas, muy atlética, vestía un traje de cuero azul oscuro, muy ceñido, con una capa de piel gris moteada con capucha y una lechaza enorme, de plumaje azul y violeta posada en su brazo. Al fondo una cordillera nevada y un bosque infinito. -Ahora mira esta fotografía, somos Camila y yo en nuestra luna de miel- Me mostró la fotografía enmarcada. Viendo a Tomás en aquella imagen parecía increíble que hubiera sido tomada hace solo 25 años. Ver de cerca el rostro de Camila me hizo sentir un escalofrío, era la viva imagen de la ilustración que acababa de tener antes en mis manos, los mismos ojos sobrenaturales, aquella mirada fría y orgullosa, pero dulce a la vez. Aquella extraña lechuza multicolor estaba tatuada en su hombro derecho. Tomas siguió contándome historias sobre Camila por un largo rato mientras terminamos el café. Su mirada se nubló de pronto y respondió la pregunta que yo no me habría atrevido a hacer. - Camila murió en el parto, junto con nuestra hija - Tuvo entonces un acceso de tos que nos tomó varios minutos controlar. Más tarde, cuando ya me iba, Tomás me detuvo en la puerta aunque ya nos habíamos despedido. - ¿Por qué no te lo llevas y lo lees?- dijo, tendiendome la carpeta con el manuscrito -Quiero que seas la primera en hacerlo -. Asentí y tomé la carpeta ¿cómo podía negarme luego de escuchar su historia? - Se llamaba Ángela - Dijo. - ¿Perdón? -
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