¡Descarga Estándar 79 Historia de España y más Exámenes selectividad en PDF de Historia de España solo en Docsity! Estándar 79.-Explica los elementos fundamentales del sistema político ideado por Cánovas (EBAU 2 p.) Antonio Cánovas del Castillo fue el creador de la Restauración borbónica y el ideólogo del sistema político de la monarquía parlamentaria. Para ello, lo primero que hizo fue preparar el retorno a España y al trono de Alfonso XII, para quien había redactado y hecho firmar el manifiesto de Sandhurst, en el que exponía al pueblo español sus ideales religiosos y sus propósitos conciliadores. Así, este tenía como objetivo construir un sistema político estable y sólido que permitiera superar definitivamente el desorden y la inestabilidad que habían definido a la política española del siglo XIX, para el que se inspiraría en el modelo parlamentarista británico, basado en la existencia de dos grandes partidos que aceptaran turnarse el poder, con el fin de evitar la atomización parlamentaria y garantizar las mayorías. Esto se observará en la nueva Constitución de 1876, de carácter moderado y regida por los valores tradicionales: la familia, la religión y la propiedad. Así, defendía la Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes (que serían bicamerales), a quienes la historia les había convertido en las dos instituciones fundamentales de España, declaró el catolicismo como religión oficial del Estado, prohibiendo así las manifestaciones públicas de cualquier otra religión, aunque reconociendo la libertad individual de culto y aplicó un sufragio censitario (que a partir de 1890 sería universal), además de la restricción de derechos de imprenta, expresión asociación y reunión. Sea como sea, al ser una Constitución tan elástica con un articulado poco preciso, permitía la aplicación de gobiernos de muy distinto signo político: el Partido Conservador, liderado por Cánovas, y el Partido Liberal con Sagasta al frente. Ambos son representantes de un eclecticismo político que permitirá establecer un turno pacífico con el que conservadores y liberales se turnen pacíficamente en el poder, manteniendo así una estabilidad política. Sin embargo, todo el engranaje político ideado por Cánovas en realidad era una auténtica farsa. Las elecciones no funcionaban libremente, sino que eran siempre manejadas desde el poder y, en definitiva, el turno de partidos en el gobierno era pactado de antemano. Así, una vez acordado el cambio de gobierno se convocaban elecciones y se amañaban para que arrojaran resultados favorables al nuevo partido que iba a gobernar. La clave de todo esto residía en los “caciques”, encargados de llevar a la práctica los resultados acordados por los partidos mediante métodos como: violencia y amenazas; intercambio de votos por favores o, simplemente, con el conocido “pucherazo”, definido como “fraude electoral que consiste en computar votos no emitidos en la elección”. En definitiva, el fraude electoral generalizado fue la característica más destacada del sistema de turno de gobierno, una fachada institucional para ocultar el verdadero control del poder por parte de una reducida oligarquía.
