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Estándares Historia de España, Apuntes de Historia de España

Estándares 5, 9, 16 y 24 Historia de España

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 21/11/2020

aleerdgzz
aleerdgzz 🇪🇸

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¡Descarga Estándares Historia de España y más Apuntes en PDF de Historia de España solo en Docsity! 5. Explica las diferencias entre la economía y la organización social del Paleolítico y el Neolítico, y las causas del cambio. A lo largo de las siguientes líneas se abordarán las dos primeras etapas de la Prehistoria, así como las diferencias más significativas entre ambas. También se mencionará, aunque de manera breve, el periodo de transición del Paleolítico al Neolítico. La etapa que conocemos como Paleolítico se desarrolló en la península Ibérica desde los primeros homínidos hasta el 9.000 a. C. Tradicionalmente se ha distinguen tres fases dentro de ella: Inferior (hasta el 100.000 a. C.), Medio (100.000-35.000 a. C.) y Superior (35.000-9.000 a. C.). En la primera de ellas tuvo lugar la aparición del homo antecessor, cuyos restos han sido hallados en el yacimiento Gran Dolina (Atapuerca). Esta etapa está marcada por una serie de glaciaciones, periodos se caracterizaban por un clima más frío que el actual con un medioambiente y unos ecosistemas adaptados a esas circunstancias. Por entonces, las condiciones climáticas de la Península Ibérica eran distintas a la actualidad: hacía más frio y las lluvias eran abundantes. En las cimas de las montañas reinaba un clima polar con nieves perpetuas que formaban glaciares más extensos en las latitudes septentrionales (Pirineos, Cordillera Cantábrica) que en las meridionales (Sierra Nevada). Asimismo, grandes herbívoros de clima frío habitaban la zona bisontes, uros, caballos, ciervos, renos, etc. Los individuos de esta especie se organizaban en pequeñas hordas de cazadores-depredadores que, en ocasiones, llegaban a practicar el canibalismo. Solían asentarse en las inmediaciones de los ríos, cambiando de asentamiento varias veces a lo largo del año. Se trataba, pues, de una economía recolectora-depredadora basada en la caza, la pesca y la recolección como base de la subsistencia. Los yacimientos más importantes del Paleolítico superior aparecieron en la cornisa cantábrica y son Altamira, Tito Bustillo... y otros menos significativos en el área mediterránea Es presumible que no existieran, en los propios grupos, diferencias sociales de importancia, ya que su reducido tamaño y la necesidad de cooperación en la caza reforzarían la cohesión interna y la igualdad entre sus miembros. Las únicas divisiones sociales debían estar causadas por las diferencias de género: hombres dedicados a la caza y mujeres a la recolección y cuidado de ancianos y niños. Durante el Paleolítico Medio la principal especie de homínidos fue la de los neandertales, quienes compartían con el homo Antecessor cuestiones como el nomadismo y una base económica y alimenticia sustentada en la caza. Ahora bien, los grupos humanos de este periodo comenzaron a buscar refugio en las cuevas. Además, en ocasiones las decoraron con pinturas rupestres, lo que parece indicar un principio de culto religioso o espiritual. Por último, gracias al desarrollo de una cultura material más sofisticada, así como a sus mayores capacidades intelectuales, pudieron comenzar a cazar animales de gran tamaño. El último periodo del Paleolítico sirvió de escenario para la aparición del homo sapiens y su expansión por el planeta. Este grupo homínido desarrolló una cultura material notablemente superior a la de sus antecesores, así como cultos espirituales más complejos, incluyendo los enterramientos individuales con ajuar funerario. Además, perfeccionaron la industria lítica con útiles de hueso y marfil profusamente decorados. En el Paleolítico Superior también surgió la pesca, el marisqueo y la recolección de frutos. Tal como se ha comentado al comienzo del texto, antes de abordar el Neolítico y sus principales diferencias con el periodo que acabamos de describir, es preciso hacer hincapié en la existencia de una etapa intermedia: el Mesolítico. Entre el 9.000 y el 6.000 a. C., la península Ibérica se sumergió en un proceso de cambio que sirvió de tránsito entre el Paleolítico y el periodo que procederemos a explicar a continuación. Hacia el año 9000 a. C., finalizó la ultima glaciación y se inició la fase climática actual. Los hielos permanentes se retiraron hacia el norte y en la Península ibérica, al igual que en todo el Mediterráneo, el clima se volvió más cálido y seco. Este cambio climático dio comienzo al Mesolítico, que se caracterizó por la pervivencia de la economía depredadora del Paleolítico, pero en un escenario de creciente presión demográfica: al desaparecer los grandes herbívoros de clima frío, la forma de vida cazadora resultaba cada vez más difícil para una población en aumento. En el caso de los grupos cazadores la presión demográfica se da cuando el crecimiento de la población obliga a cazar a un ritmo superior al de la capacidad de reproducción de las especies cazadas, por lo que estas tienden a extinguirse. El Neolítico se desarrolló del 9.000 al 2.500 a. C., y su gran diferencia con el periodo anterior fue la aparición de la agricultura y la ganadería. A su vez, la existencia de cultivos y la posibilidad de domesticar ciertos animales hizo posible la aparición de asentamientos estables; hablamos, en definitiva, del final del nomadismo paleolítico, que dio paso a un proceso de sendentarización. Este proceso se conoce como “revolución neolítica”. La gran ventaja de la agricultura, respecto a la caza, es que permite producir más cantidad de alimentos por unidad de superficie y, por lo tanto, posibilita mantener a poblaciones más densas y en crecimiento. Sin embargo, tiene también sus inconvenientes: requiere invertir más esfuerzo y tiempo de trabajo que la caza-recolección y proporciona una dieta alimenticia más pobre. Asimismo, se produce un fuerte impacto medioambiental, los ecosistemas forestales desaparecen tras las intensas deforestaciones y roturaciones que exige la nueva actividad económica. Vinculado a la aparicón de la agricultura encontramos la fabricación en madera de instrumentos y herramientas de trabajo sofisticadas, como la azada, la hoz y los molinos de viento. En consecuencia, el hombre dejó de ser nómada para convertirse en sedentario, con lo que acabó agrupándose en comunidades, formando poblados. Los grupos fueron adquiriendo una complejidad creciente y la división social del trabajo –jefes, sacerdotes, guerreros, agricultores, pastores– originó diferencias de riqueza y de poder entre sus miembros. La sedentarización favoreció la generación de excedentes de producción y, por tanto, la aparición de la propiedad privada y la diferenciación social. Toda esta división más compleja del trabajo, dará como lugar a la aparición de diferencias sociales y a las primeras formas de organización social más compleja, que acabaría desembocando en la aparición del Estado. Por último, es preciso hacer referencia a la existencia de prácticas funerarias y cultos religiosos mucho más avanzados que los propios del Paleolítico. De entre ellos cabe destacar los sepulcros de fosa, pertenecientes a una cultura que se desarrolló durante el IV milenio a. C. en el noreste peninsular. En consecuencia, esta renovación económica y humana es trascendental, pues la acumulación de excedentes, tanto alimentarios como manufacturados, provoca el nacimiento del comercio y la especialización del trabajo, mientras que la propiedad de la tierra y de los rebaños acelerará las primeras diferencias de clase. Los pobres poblados no tardarán mucho en rodearse de poderosas Las ciudades peninsulares se configuraron según el modelo de la propia Roma e incorporaron por ello construcciones características de la vida urbana romana: termas y baños, alcantarillado, teatros (Mérida, Itálica), anfiteatros, templos, basílicas, acueductos (Segovia, Mérida), foros, arcos de triunfo (Bará, Medinaceli), circos, murallas (Lugo, Coria). La amplia red viaria de calzadas construida (Vía Augusta, Vía de la Plata...) y las obras de infraestructura complementarias (puentes, como los de Córdoba y Alcántara, puertos) vertebraron la Península. Por todo ello, Hispania terminó por ser una de las provincias más romanizadas del imperio. Así lo muestra la aparición de importantes personalidades romanas originarias de Hispania: escritores (el filósofo Séneca, el poeta Lucano, etc.), senadores, gobernadores provinciales, altos funcionarios, tribunos militares, emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio). En suma, las élites hispanas se integraron pronto en el sistema romano. Hispania fue así una parte del universo romano occidental. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año 476, el cristianismo (religión permitida con el emperador Constantino desde el 313) se convirtió en la principal salvaguarda de las esencias de la cultura latina y en la fundamental impulsora de la romanización de las tribus bárbaras. 16. Identifica las diferencias entre una imagen de pintura cantábrica y otra de pintura levantina. Desde que María Sanz pronunció las celebres palabras "¡Mira, papá! ¡Bueyes pintados!" al descubrir las pinturas de la cueva de Altamira, hasta los grafitis de Banksy en la actualidad, pasando por los grandes murales de artistas mexicanos de siglo XX, el ser humano ha usado ese soporte rupestre o mural con la vocación de transmitir conceptos o ideas más allá de lo estético. Si bien es cuestionable que la motivación “artística” impulsara este primer arte, lo cierto es que estas primeras manifestaciones prehistóricas ponen en evidencia la evolución del ser humano, su necesidad comunicar, bien sea a través del lenguaje verbal o bien mediante imágenes. En primer lugar voy a definir las coordenadas espacio temporales de la pintura rupestre, para posteriormente realizar una comparación entre ambas siguiendo el siguiente esquema; ubicación, temática junto al simbolismo, la intencionalidad, y la técnica. Señalando la causalidad de los mismos en todo momento. Finalmente espero poder llevar a cabo una breve conclusión sobre el arte rupestre. A la hora de afrontar las diferencias entre estás dos imágenes, las más obvia y evidente es la temporalidad, mientras que la pintura cantábrica, (a la derecha) se localiza en el Paleolítico Superior 40.000 - 30.000 a. de C., la pintura levantina (a la izquierda) se desarrolló se desarrolló durante el periodo del Epipaleolítico y el Neolítico 10.000 y el 3000 a.C. Otra gran diferencia es la espacialidad, la pintura rupestre cantábrica se concentra al norte de la península, en la cornisa del mismo nombre, de la cual Altamira en Cantabria constituye su máximo exponente. Por otra parte el arte levantino es más difuso, localizándose en cuevas y abrigos de toda la región levantina en el este peninsular, con ejemplos significativos como la cueva de los caballos de Valltorta o el Abrigo de Cogull. Antes de finalizar este apartado, me gustaría señalar al Homo Sapiens como autor de estas manifestaciones, si bien en los últimos estudios de Altamira señalan al Homo de Neardental como posible autor de las primeras manifestaciones cántabras. Es evidente que en ese periodo de veinte mil años que aproximadamente transcurren entre ambas manifestaciones , la evolución humana trajo profundos cambios, no sólo dentro del arte rupestre, sino también desde el punto de vista social y económico. El primer cambio significativo que me gustaría recoger es el climático, el final del periodo de las grandes glaciaciones afectó a la ubicación de las pinturas, mientras que en la pintura rupestre del Cantábrico, las representaciones se encuentran en la parte más profunda de las cuevas donde sus moradores se protegían del frio exterior, la pintura levantina producida durante un periodo climático más benigno se encuentra a la entrada de las cuevas o en abrigos naturales de paredes rocosas. Esta ubicación también determina en la actualidad el grado de conservación, dado que las primeras se mantienen como autenticas capsulas del tiempo, las segundas se han visto afectadas por la acción del hombre o de los elementos atmosféricos presentando un peor grado de conservación o incluso desapareciendo. La ubicación de las mismas también hace que la luz con las que se realizaron deba ser tenida en cuenta; artificial en el caso cántabro y más natural en el caso levantino, determinando también una importante diferencia en cuanto a su producción. Finalmente destacar que el clima también influye el crecimiento de la población y el poblamiento de nuevos espacios a este de la península, un clima mejor permite progresivamente que el grueso de la población bascule desde el norte hacia el levante y con ello se cree una nueva corriente dentro del arte rupestre. En cuanto a la temática, las dos corrientes presentan grandes diferencias, producto de la evolución social y económica que transcurre desde el paleolítico inferior en el caso del arte rupestre cantábrico, hasta finales de Paleolítico superior, mesolítico o inclusive el mismo neolítico en el caso el arte rupestre levantino de según diversos autores. De este modo los temas en la pintura cantábrica se relacionan con la necesidad que tienen las sociedades cazadoras recolectoras de conseguir alimento, por ello las pinturas representas diversos animales entre los que sobresalen los grandes herbívoros, como bisontes, (como el de la imagen de la izquierda) o ciervos, estas pinturas tendrían un carácter ritual o mágico para atraer o mantener la caza de la cual dependía la supervivencia de la tribu, lo que podría suponer que estas cuevas tienen un carácter de santuario. Al mismo tiempo se representa figuras esquemáticas no figurativas, asociadas posiblemente a trampas para cazar animales, por último se presentan figuras de manos estampadas sobre la roca. Por otra parte el arte levantino, mantiene una temática completamente distinta, donde aparece el ser humano como parte de la composición, ya sea en representaciones de danza, caza (como la de la imagen de la derecha), escenas bélicas, o escenas de la vida cotidiana de la nueva sociedad recolectora. Esta nueva temática del levante, que responde a los cambios económicos, donde el excedente y el aumento de la población trajo consigo una nueva sociedad tribal más violenta que se enfrentaba entre sí para acumular u obtener mayores recursos. Dentro de esta temática también aparece la venus como símbolo de la fertilidad las cuales podemos relacionar con la revolución neolítica. Al explicar la temática hemos mencionado anteriormente la intencionalidad del arte rupestre cantábrico, si bien es imposible determinar el significado del arte propio del paleolítico. Por otra parte las escenas costumbristas del arte levantino tienen una interpretación más próximas al modo “retrato de nuestra sociedad”, donde se inmortaliza el momento con un claro sentido narrativo. En cuanto a la técnica asistimos a una evolución de la pintura que parte de una representación figurativa, en el arte rupestre cantábrico, que trata de conseguir el mayor realismo posible, incluso aprovechado el relieve de la roca o manipulando la misma para crear figuras con mayor realismo. Mientras que por el contrario en el levante peninsular se realiza una pintura más esquemática, con un mayor nivel de abstracción con la idea de introducir en muchos casos la idea de movimiento en la figura. Otra de las grandes diferencias es el punto de vista, mientras que para las primeras representaciones se utiliza un perspectiva frontal, en el levante español se utiliza la oblicua mostrando el frontal y el perfil. La ausencia de composición también es característica propia del arte rupestre del norte, donde no se representan escenas, sino figuras aisladas o independientes entre sí, a menudo superpuestas y siempre desordenadas, al contrario que diez mil años después. La utilización del color es otra de las marcadas diferencias entre ambas corrientes artísticas de la prehistoria. El arte Levantino es una pintura monocromática con colores como el rojo, el blanco o el negro, por el contrario en el arte cantábrico podemos apreciar una intensa policromía remarcando en negro el contorno de las figuras, con preferencia del rojo, del negro, y de los ocres siempre en un intento obtener el máximo naturalismo posible. Frente a esto tenemos las figuras estilizadas del arte rupestre levantino que persiguen la idea de transmitir movimiento. Como conclusión, me gustaría señalar que con independencia de la motivación del arte rupestre, el ser humano no ha dejado de interpretar el mundo que lo rodea desde el paleolítico hasta la actualidad con un sentido estético, desde el paleolítico al arte abstracto actual, el ser humano ha sentido la necesidad de producir arte como forma de expresión de lo humano. 24. Comenta el ámbito territorial y características de cada sistema de repoblación, así como sus causas y consecuencias
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