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Orientación Universidad
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fiesta sacramental, Ejercicios de Filología hispánica

Asignatura: Literatura del Siglo de Oro, Profesor: Lina Rodríguez, Carrera: Filología Hispánica, Universidad: USAL

Tipo: Ejercicios

2017/2018

Subido el 09/06/2018

margerie
margerie 🇪🇸

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¡Descarga fiesta sacramental y más Ejercicios en PDF de Filología hispánica solo en Docsity! LA PROCESIÓN DEL CORPUS La fiesta del Corpus Christi nacida en el siglo XIII para conmemorar el sacramento de la eucaristía y reforzar la idea de pertenencia al cuerpo místico de la Iglesia se convirtió con la Contrarreforma en una de las celebraciones más importantes para la cristiandad católica, pues marcaba diferencias teológicas y de culto sustanciales con el protestantismo. El Concilio de Trento insistió en que esta festividad debía celebrarse con grandes procesiones de fe, danzas y representaciones de autos que permitiesen divulgar la interpretación doctrinal de este sacramento. Las procesiones generales del Corpus, en las que participaban todas las instituciones civiles y eclesiásticas urbanas, proyectaban la imagen ideal de la sociedad como un conjunto armonioso y unitario en torno al sacramento del cuerpo de Cristo. En el siglo XVII, los monarcas españoles empezaron a participar personalmente en la procesión de Corpus, que aparece consignada en las etiquetas reales y se incluye en los croquis protocolarios dibujados por grefieres y maes- tros de obras. La procesión venía precedida por la imagen del pecado que encarnaba la tarasca, un gran bicho en forma de dragón o serpiente montado sobre un carro y confeccionado con madera, pasta de papel y tela, sobre el que había músicos, gigantonas, enanos, monos y otras variadas figuras. Le seguían grupos de gigantes y una serie de danzas representadas (con escenas bíblicas, mitológicas e históricas), danzas tradicionales (de espadas, moros y cristianos, de lazos y enramadas, folías portuguesas, de zapateados, cascabeles, escarnio, paloteado...), danzas de músi- ca interpretando breves conciertos, y danzas más exóticas (de negros, de indios, de turcos). Esta parte se cerraba con los carros en los marchaban los comediantes que representaban los autos sacramentales. Después unos trom- petas y atabaleros daban paso al componente religioso del cortejo que seguía este orden: un grupo de niños huér- fanos, los pendones y cruces de las cofradías y parroquias, con una representación de las órdenes religiosas y los hospitales (trinitarios descalzos, capuchinos, mínimos, mercedarios, trinitarios calzados, carmelitas, agustinos, franciscanos, dominicos) hasta llegar a cruz de la capilla real, que venía acompañada por sus cantores, ministriles y curas beneficiados. La parte principal de la procesión la ocupaba la custodia del Santísimo Sacramento que iba precedida por doce pajes y en hombros de distintos prelados junto con los capellanes del rey. A ambos lados, se colocaban los miembros de los consejos. Inmediatamente detrás marchaban los mayordomos y grandes, y el monar- ca con los miembros de su familia por delante de los embajadores residentes en la corte escoltados en semicírculo por la guardia de los archeros de corps. La procesión marchaba con lentitud recorriendo en Madrid un circuito que abarcaba las plazas de Palacio, San Sal- vador (plaza de la Villa), las Descalzas, Puerta de Guadalajara, Plaza Mayor (desde 1618), la de Santiago y la de Santa María, hasta retornar de nuevo a la capilla real. La celebración se prolongaba por espacio de largo tiempo, porque la procesión se detenía para la representación de los autos a lo humano y a lo divino que se ofrecían a su paso en distintos puntos. 190 F I E S T A FIESTA SACRAMENTAL Y RELIGIOSA B e r n a r d o J . G a r c í a G a r c í a Puede considerarse a la fiesta sacramental como una síntesis de las fiestas del Barroco, una fiesta total, pues en ella se aprecian elementos de la fiesta cortesana y de la fiesta popular, del teatro y la liturgia, sin excluir los aspectos lúdicos y la espectacularidad. La procesión discurre por calles engalanadas con pendones, reposteros, tapices, lienzos, guirnaldas. Se cubren con anjeos para guardarlas del sol creando una atmósfera de luz especial, y se visten con alfombras y pétalos de flores. Se sacan altares de los conventos, oratorios e iglesias vecinos en los que se exhibe la platería del culto, con candelabros y blandones, reliquias, imágenes y custodias. Se erigen arquitecturas efímeras, jardines y bosques fingidos, y se decoran con recreaciones alegóricas, hagiográficas, maria- nas y sacramentales. LAS REPRESENTACIONES DE LOS AUTOS La fiesta del Corpus era la principal cita del calendario teatral para las compañías profesionales de comediantes, pues en ella se cubrían con creces los fuertes gastos en vestuario que realizaban estas compañías y se podía obtener además el premio de la joya a la mejor representación y puesta en escena. En ciudades como Madrid, Sevilla o Toledo este premio ascendía a elevadas sumas. Las compañías tenían que incrementar el número de miembros de sus agrupaciones hasta llegar a doblarlo para poder preparar estas complejas representaciones alegóricas de los autos y ofrecer las actuaciones ordinarias en los corrales de comedias desde la Pascua de Resurrección hasta el Cor- pus. Las obras ensayadas eran representadas varias veces durante el recorrido de la procesión que se iniciaba a la maña- na y concluía a la noche, pero también se ofrecían en actuaciones privadas para los miembros de los consejos de Cru- zada, Inquisición, Órdenes y Castilla, o para otros particulares, y en la celebración de la Octava del Corpus. Las compañías rentabilizaban este repertorio después en las actuaciones para las fiestas patronales y estivales de los pueblos de los alrededores. Desde mediados del siglo XVII, también se representan los autos sacramentales en los corrales de comedias adaptando diversos aspectos escenográficos a los medios generalmente más limitados de estos espacios teatrales. El auto sacramental de temática profana o religiosa surge con una clara finalidad didáctica, pero a lo largo del siglo XVII autores como Tirso de Molina y, sobre todo, Pedro Calderón de la Barca lo convierten en un sermón representable, que se dota de recursos escenográficos cada vez más espectaculares en la corte durante los reinados de Felipe IV y Carlos II. Aunque el motivo eucarístico forma la parte central del auto sacramental, adopta una enorme variedad de argumentos y contenidos doctrinales tomados de la historia sagrada, los debates teológicos y la ética cristiana. La profunda forma- ción que tenía Calderón de la Barca, su experiencia escénica y su capacidad como escritor llevó a este género dramático a su máxima perfección combinando con gran acierto todos los elementos que acompañaban la representación de la fiesta sacramental (loas, entremeses, bailes y mojigangas), y brindando un adecuado contraste entre la trascendencia religiosa y la expansión lúdica. La representación se realizaba en tablados y carros, rocas o castillos móviles adosados en los que venían los come- diantes con un rico y complejo aparato escénico. Se recurría a artificios escenográficos de tradición medieval como la nube, que se hacía subir o bajar al escenario llevando con ella algún personaje, pero también a otras máquinas acciona- das mediante poleas y contrapesos que dotaban de movimiento a las figuras alegóricas empleadas en la representación (globos terráqueos, rompimientos de gloria, imágenes infernales, relojes, naves, carros, planetas...), y diversos artificios de fuego y luces para crear apariencias y efectos espectaculares de apariciones y desapariciones en escena. Este tipo de elementos era frecuente en las comedias de santos y de temas marianos que se ofrecían en otras fiestas religiosas y patronales. 191 F I E S T A S A C R A M E N T A L Y R E L I G I O S A 194 F I E S T A [91] Giovanni Paolo Bianchi según Giovanni Mauro Della Rovere Procesión por la paz universal, 1637 Estampa calcográfica, 487 x 502 mm Milán, Civica Raccolta di Stampe «Achille Bertarelli», Castello Sforzesco [A.S. G. 3-32] 91 [92] Christoph Lederwasch Procesión religiosa con ocasión del aniversario del monasterio de Salzburgo (1682) Estampa calcográfica, aguafuerte, 665 x 730 mm En J. Metzger, Historia Salisburgensis, Salzburgo, 1692 Viena, Gesellschaft der Musikfreunde in Wien, Sammlungen [Bi 1794] 195 F I E S T A S A C R A M E N T A L Y R E L I G I O S A 92 [93] J. Villoria y L. Gavilán Tablado para el Corpus, 1636 Tinta negra sobre papel verjurado, 430 x 590 mm Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Concejalía de Cultura, Archivo de Villa [ASA 2-196-42] [94] Juan Gómez de Mora Tablados para la fiesta del Corpus en la Plaza Mayor, 1644 Tinta marrón y aguada sepia sobre papel verjurado, 298 x 415 mm Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Concejalía de Cultura, Archivo de Villa [ASA 2-197-1] [95] J. Caramanchel Carro del Corpus, 1646 Tinta sobre papel verjurado, 315 x 215 mm Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Concejalía de Cultura, Archivo de Villa [ASA 2-197-3] 196 F I E S T A R E P R E S E N T A C I O N E S T E A T R A L E S 93 95 94
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