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Fisioterapia Lesiones miembro superior (Fracturas), Apuntes de Fisioterapia

Asignatura: Afecciones, Profesor: , Carrera: Fisioterapia, Universidad: UFV

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 09/11/2014

naeke
naeke 🇪🇸

4.3

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¡Descarga Fisioterapia Lesiones miembro superior (Fracturas) y más Apuntes en PDF de Fisioterapia solo en Docsity! LESIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR FRACTURAS GENERALIDADES Concepto de fractura Existe una fractura cuando hay pérdida de la continuidad de la sustancia ósea. Este término comprende desde las fracturas conminuta, hasta las fracturas del trazo capilar, o incluso al microscopio. Al conjunto de la lesión ósea y de las partes blandas vecinas lesionadas se les denomina foco de fractura. Clasificación de las fracturas: • Según el trozo de fractura: • Fracturas transversales: en las cuales el trazo es transversal al eje diafisario. Se producen por fuerzas de cizallamiento que inciden de forma transversal sobre el hueso, en la misma dirección y en sentido contrario. • Fracturas espiroideas: se deben a fuerzas de torsión. • Fracturas oblicuas o en pico de flauta: se producen por mecanismos de flexión. • Fracturas conminutas: existen varios fragmentos. Se deben generalmente a traumatismos directos con compresión sobre el hueso. • Fracturas en rodete: se producen por compresión en niños por compresión directa sobre el hueso, que es más elastico que en el adulto de forma que da lugar a un abonbamiento oseo. No requieren ningún tipo de actuación, salvo la inmovilización. • Fractura en tallo verde: aparecen exclusivamente en niños. Asientan sobre los huesos con corticales delgadas como cúbito y radio. Se caracterizan porque debido a un traumatismo en hiperflexión se rompe la cortical y el periostio del lado convexo y queda integro en el lado concavo. Se producen por inflexión del hueso más allá de su límite. • Epifisiolisis: asientan a nivel de la metáfisis y epífisis. Suponen el 20% de las fracturas, aparecen en niños y son muy importantes porque pueden traer problemas de crecimiento. • Según la localización: Se dividen en fracturas diafisarias, epifisarias y metafisarias. Las epifisarias y metafisarias con frecuencia son fracturas intraarticulares. • Según el estado de la piel: Se consideran fracturas abiertas cuando el foco de fractura se comunica con el exterior. Generalmente son fracturas en las que el propio hueso rompe las partes blandas y llega hasta la piel. Las fracturas cerradas son las que el foco de fractura no se comunica con la piel. • Según la estabilidad: • Fracturas estables: son aquellas que una vez producidas mantienen esta reducción. • Fracturas inestables: cuando el hueso se ha colocado en su posición anatomica tiende a volver a la posición inicial, es decir, a mantener la deformidad. • Según el mecanismo de producción: Pueden ser fracturas con un mecanismo causal evidente, como las fracturas debidas a un mecanismo directo e indirecto y fracturas sin mecanismo causal evidente como las fracturas patológicas o las fracturas por estrés. Manifestaciones clínicas Las manifestaciones clínicas suelen ser dolor, tumefacción, e impotencia funcional en relación a un traumatismo. Las complicaciones, que pueden ser muy variadas: • Relacionados con el daño de los tejidos: hemorragia externa, infección en las lesiones abiertas… • Por la inmovilización en decúbito prolongada: úlceras, trombosis venosa profunda, atrofias musculares, descalcificación ósea… • De la anestesia y cirugía cuando se requieran: atelectasis, neumonías, hemorragias que determinan anemia o shock, infección de la herida… • Propias de las fracturas son los trastornos de la velocidad y calidad de la consolidación: falta consolidación, es tardía, consolida en mala posición y cierre epifisario traumático. • Rigidez articular por adherencias, restricciones mecánicas, artrosis… • Atrofia de Südeck, que no se reconoce hasta que se retira el yeso y se observa edema de la mano y los dedos, se observa además la piel caliente, rosada y lustrosa; hay restricción de los movimientos y sensibilidad difusa. • Necrosis avascular del hueso por alteraciones en la irrigación. • Miositis osificante, masa calcificada en los tejidos cercanos a la articulación, determinando restricción de los movimientos. • Complicaciones neurológicas, vasculares y viscerales. Valoración fisioterapéutica Como ya hemos dicho antes los pacientes que han sufrido una fractura suelen presentar dolor, tumefacción e impotencia funcional, que graduaremos y exploraremos convenientemente. Además, en la anamnesis con el paciente éste nos debe relatar como ha ocurrido el incidente, donde y el tipo que ha transcurrido. Se recogerán también datos como la edad, actividad laboral, antecedentes quirúrgicos, posibles alergias, etc. La exploración física debe ir seguida de la inspección y palpación de la zona corporal afectada, evaluando la movilidad y estado neurológico y vascular (por las posibles complicaciones) de la misma. La exploración radiológica es imprescindible para evaluar toda fractura, estableciendo entonces las características más específicas de la misma. Esta exploración radiológica debe realizarse al menos en dos proyecciones y en ocasiones se requerirán proyecciones especiales. La radiografía de un hueso largo debe incluir las articulaciones proximal y distal a la fractura. En niños son necesarias a veces radiografías comparativas. TRAUMATISMOS EN EL MIEMBRO SUPERIOR • Fractura de hombro Fractura de clavícula Fractura de escápula Luxación glenohumeral Fractura de la diáfisis humeral a - Fragmento inferior de la glena b - Split horizontal c - Formación coraco-glenoidea D3 - Cuello + Cuerpo de la glena E - ASOCIADA A FRACTURA DE HÚMERO PROXIMAL .- Luxación glenohumeral La articulación glenohumeral es la articulación que tiene movimiento más libre en el cuerpo, lo que hace que esté propensa a luxación. La cabeza del húmero se puede luxar hacia delante (luxación anterior), atrás (luxación posterior), abajo (luxación inferior; luxatio erecta), o arriba (luxación superior). Esta patología del hombro, es la salida de la cabeza del humero de la cavidad glenoidea. separación del hueso del brazo (húmero) de la parte lateral del omóplato (escápula) (glenoide, parte del omóplato). El hombro es la articulación del cuerpo que más frecuentemente se luxa, supone el 60% de todas las luxaciones, suponiendo la luxación anterior el 95% de los casos de luxación de hombro. Su mecanismo de producción es por traumatismo directo sobre el hombro y hay un mecanismo indirecto cuando sobre el brazo se aplican una combinación de fuerzas en abducción, extensión y rotación externa que ponen en tensión el manguito de los rotadores por su parte más débil, que cede y luxa el hombro. Clínicamente es muy evidente porque el hombro es muy doloroso y la cabeza humeral no se palpa en su lugar anatómico, sino en la porción anterior. El tratamiento consiste en la reducción de la luxación lo más rápida y suavemente posible. Se puede llevar a cabo con o sin anestesia, dependiendo de la cantidad de episodios previos de luxación (esta patología suele ser recidivante). Una vez reducida se inmoviliza el hombro entre 2 y 4 semanas. Tras ello, se movilizará el hombro evitando la abducción forzada, rotación externa y retropulsión, que son los movimientos facilitadores de la luxación. Si la luxación de hombro es recidivante, habrá que pensar en el tratamiento quirúrgico, normalmente con técnicas como la de Blankart (sutura de la cápsula articular al rodete glenoideo) o Putti-Platt (se refuerza la cápsula anterior con el músculo subescapular. - Fractura del extremo proximal del húmero Hay 4 tipos diferentes: las fracturas del troquiter, del troquín, del cuello anatómico y de la cabeza humeral. El mecanismo de la lesión es el traumatismo directo o caída sobre la mano con el brazo en abducción. EL 80% de las fracturas de húmero proximal solo requieren inmovilización de pocos días (Velpeau) seguida de una rehabilitación activa. - Fracturas de la diáfisis humeral Se puede producir la fractura por mecanismo directo, que da lugar a fracturas transversas o conminuta o por mecanismo indirecto de flexión o torsión que produce las fracturas oblicuas o espiroideas, respectivamente. La peor complicación es la parálisis del nervio radial y pseudoartrosis. Son múltiples las formas de fracturas y ello está determinado por el mecanismo de producción. Un golpe directo sobre el brazo provoca una fractura de rasgo único y horizontal; será oblícuo o espiroídeo en un movimiento de rotación brusco e intenso; habrá varios fragmentos en un aplastamiento del brazo contra un plano duro (suelo) o por acción de un proyectil. Como en toda fractura diafisiaria, es posible encontrar casi todos los síntomas y signos: dolor, impotencia funcional, movilidad anormal, crépito, deformación del contorno del brazo, alteración de los ejes, etc. Con frecuencia el desplazamiento de los fragmentos es evidente, y está determinado, sea por la fuerza del impacto mismo, o por la acción de las masas musculares insertadas en los fragmentos libres. El nivel de la fractura, en relación a los puntos de inserción muscular, es determinante en el desplazamiento de los fragmentos. En general, el tratamiento es conservador, se utiliza yeso colgante de Caldwell, férula braquial en U asociada a un vendaje de Velpeau o collarín. Fisioterapia de las fracturas del hombro Durante la inmovilización se comenzará con crioterapia, luego movilizaciones activas de muñeca y dedos, seguido de ejercicios isométricos de deltoides y músculos periarticulares, ejercicios pendulares suaves, respiración costal superior y movilizaciones suaves y prudentes de la articulación escápulo-torácica. Después de la inmovilización, sobre la 3ª ó 4ª semana, electroterapia antiálgica previa a la movilización, ejercicios pendulares ya con cargas mínimas, ejercicios activos sin resistencia, y ejercicios de coordinación como gestos de la vida diaria. FRACTURAS DE CODO - Fracturas del extremo distal del húmero Considerando la ubicación anatómica del rasgo de fractura, se las divide en tres grupos principales: 1. Fracturas supra-condíleas 2. Fracturas del cóndilo externo 3. Fracturas del cóndilo interno Son fracturas que comprometen la movilidad del codo, y podemos encontrar varios tipos: supracondileas, transcondíleas, intercondíleas y de la tróclea. La clínica es muy llamativa por la importante tumefacción, dolor e impotencia funcional del codo. Lo más importante es realizar precozmente la valoración cuidadosa de la situación vásculo-nerviosa distal, valoración que debe ser inmediata y repetida en las horas que sigue a la reducción de la fractura. Si la fractura es desplazada se hace imprescindible la reducción y la fijación con agujas. Si la fractura no es desplazada el tratamiento es ortopédico, se inmoviliza 4 semanas y el yeso no debe comprimir para prevenir la contractura isquémica de Volkmann Magnitud del traumatismo, tipo de caída, posición del codo al caer sobre un plano duro, etc., son factores que determinan una gran variedad en la orientación, número y extensión de los rasgos de fractura y que en la práctica hacen muy difícil un intento de clasificación completa y exacta Clasificación de Muller .Tipo A es no articular. .Tipo B es articular con un fragmento articular unido a la diáfisis. .Tipo C es articular con la diáfisis separada de los fragmentos distales. - Fracturas de cúbito y radio En el adulto joven son las más frecuentes del miembro superior; normalmente tienen un gran riesgo de producir rigidez postraumática, debido a callos vicios, inmovilizaciones prolongadas y fisioterapia mal ejecutada. Hay dos tipos: • Fracturas de olécranon: cuando los fragmentos están separados, la reducción debe ser exacta para no limitar el movimiento y producir artrosis. • Fracturas de la cabeza y cuello de radio. Luxación de codo Representa el 20% de las luxaciones, y tras la de hombro es la más frecuente en el ser humano. El mecanismo lesional es caída sobre la mano con el codo en hiperextensión. Se produce acortamiento del antebrazo y se palpa la paleta humeral situada anteriormente. EL tratamiento consiste en practicar una reducción cerrada, por manipulación suave de forma inmediata con o sin anestesia. Es de remarcar el posible compromiso de la arteria humeral, del nervio cubital y mediano, miositis osificante y rigidez articular. Fisioterapia en los traumatismos del codo Cualquiera que sea la lesión, hay que tener en cuenta una serie de reglas comunes durante la fisioterapia: • Debe ser indolora: cualquier maniobra dolorosa incrementa los fenómenos inflamatorios que facilitan la instauración de rigideces. • La progresión en amplitud debe logra una movilidad útil en extensión de 120 a -30º. • Se deben recuperar simultáneamente la amplitud articular y la fuerza muscular, tanto en flexoextensión como en pronosupinación. • Los masajes son ineficaces aquí en el alivio del dolor. • La aplicación de ultrasonidos tiene efectos beneficiosos pero están contraindicados en presencia de osteosíntesis superficiales, el resto de técnicas electroterápicas no tienen efecto. • La recuperación completa de la fuerza muscular sólo se realiza cuando el codo es indoloro, estable y móvil. • La terapia ocupacional es complementaria de la reducción global y contribuye a integrar el codo en la actividad del miembro superior. Dicho lo anterior durante la fase de inmovilización la reeducación será estática para la zona afectada y activos de los dedos en posición antiedema, trabajaremos el hombro por la inactividad. Tras la inmovilización se comienza con crioterapia, cinesiterapia activa y activa asistida; entre los 21 y 61 días se inicia el trabajo contra resistencia, mecanoterapia suave, el uso de cargas está contraindicado; y tras la cinesiterapia analítica, reeducación global para reintegrar el codo a los gestos de la vida diaria. FRACTURAS DE ANTEBRAZO Estas fracturas alteran la pronosupinación, fundamental para la función de la prensión de la mano. El mecanismo de lesión es directo (el más frecuente) o indirecto con caídas sobre la palma de la mano. La clínica se caracteriza por deformidad, impotencia funcional y acortamiento. Las fracturas más importantes son de tres tipos:
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